"Con Cristina hablamos más de lo que se sabe"…
Autodefinicion. "Duermo bien. Soy muy ordenado en mis horarios y
soy un buscador permanente de la eficacia. Me exijo mucho a mí mismo."
Reportaje a Daniel Scioli. Por
debajo de su retórica no confrontativa, el gobernador de Buenos Aires se
muestra tajante: si no hay reforma constitucional para habilitar una
re-reelección, él es el candidato natural del kirchnerismo; no tiene una buena
relación con su vice, Gabriel Mariotto, y advierte que los que más cuestionan
su trayectoria, “son los que más han andado de un lado para el otro”.
En un día particularmente
complicado (huelga de subtes y marcha ruralista en La Plata) el jardín de la
hermosa casa que el arquitecto Bustillo diseñó en los años 50 parece más que nunca
un remanso, un jardín eternamente florecido aún con su ropaje de invierno. Y,
entre dos cafés, una larga conversación con el gobernador Scioli. Un hombre
reservado, dueño de sí mismo. ¿Inasible?
—Si a usted le preguntaran “¿cómo es un tipo que se llama Daniel
Scioli?” ¿cómo lo describiría?, ¿alegre?, ¿triste?, ¿melancólico? ¿Le gustan el
cine, la pizza, charlar con amigos?
—Soy inquieto. Muy exigente, y no
me gusta perder el tiempo –explica el gobernador–. No sé si por ascendencia
italiana, pero me encanta comer pasta. Como pasta todos los días. Al almuerzo,
por la noche... En general soy optimista, le veo el lado bueno a las cosas.
—¿Es un tipo obsesivo? ¿Duerme bien de noche?
—Sí, duermo bien. Soy muy
ordenado en mis horarios y soy un buscador permanente de la eficiencia. Me
exijo mucho a mí mismo. También a los que me rodean. Siempre trato de buscar la
excelencia en cada cosa que me rodea. Por otra parte, soy familiero, muy
familiero, y busco mis tiempos para cada cosa. Si mi hija necesita un tiempo para
estar conmigo o pedirme algún consejo… Lo mismo con mis hermanos. Por supuesto,
con Karina. Me aferro mucho a los afectos de siempre. Los necesito anímica y
espiritualmente. Y muchas veces para tomar fuerza e ir para adelante repaso mi
vida y lo que me pasó. Tengo un lugar con todos los recuerdos; cuatro o cinco
veces por semana ceno ahí y no dejo de mirar cada rincón, cada cosa y me digo:
“Uff, la pucha... Tengo que estar agradecido a Dios… ¡con las cosas que me han
pasado y las oportunidades que he tenido…! Poder ir superando y creciendo”. Uno
es el fruto de muchas cosas.
—Efectivamente: ha logrado superar un montón de problemas. Yo lo miraba
ayer, gobernador, en la inauguración de los chocolates de Kraft…bueno, era un
momento difícil, ¿no? Usted se encontraba con la Presidenta después de muchos
días de no hablar, de no verse. Qué sé yo... usted estaba muy tranquilo pero
también muy serio.
—Soy serio. La seriedad es el
sentido de la responsabilidad, y tengo sentido del humor cuando hay que
tenerlo. Yo, con Cristina, tengo una relación de afecto, de respeto… eh… y de
compañerismo de muchos años. Nos conocemos mucho. Por lo tanto, han sido diez
años muy intensos tanto en mi vida como en mi carrera política junto a ella,
¿no? Entonces, en ese camino, como en todo vínculo hay distintos tipos de
alternativas, pero prevaleciendo siempre la buena fe y las buenas intenciones y
la sinceridad, y… además, hablamos más de lo que se sabe.
—Bueno, pero para los que miramos la cosa de afuera, en 2003, por
ejemplo, daba la sensación de que usted era muy amigo de Néstor, ¿no?
—Yo lo conocí a Néstor el 13 de
enero de 2002. Era mi cumpleaños y estábamos pensando con Karina y Lorena dónde
pasarlo. Ellos, los Kirchner, me sugirieron ir a Calafate. Con Cristina éramos
compañeros en la Cámara de Diputados y entonces, cuando llegué, muy amablemente
me dijo: “Quiero que conozcas a Néstor”. Pasamos una noche muy linda. Les
retribuí esa atención invitándolos a nuestra casa en el Abasto y allí empezó a
forjarse una relación que inspiró la confianza de él. Hasta el punto de que me
convocara para ser su vicepresidente, ¿no? Yo estaba muy lanzado a la Jefatura
del Gobierno porteño pero entendí que, en ese momento, era muy importante
acompañarlo. Poder sumar lo que yo, en ese momento, podía aportar, hacer. Y así
fue. Y como todo vínculo, como la vida, como los amigos o con la pareja, toda
relación necesita su tiempo de maduración. Por eso lo que se percibía al
principio como dificultades, luego, con el tiempo, se fue consolidando cada vez
más. Eso me ha pasado muchas veces. Por ejemplo, con mi copiloto. Un tano
rabioso que, al principio, se llevaba mal conmigo hasta el punto de que pensaba
que nunca más iba a correr con él. Pero, al final, terminamos siendo campeones
del mundo, los dos en la misma lancha. Qué sé yo... Las cosas que me pueden
haber pasado tambien con amigos… Por eso, cuando se habla de mi relación con
Gabriel yo también digo “bueno, el tiempo va a ir acomodando las cosas…”. Yo
siempre creo en eso, y la experiencia.
—¿Gabriel es Mariotto?
—Sí… La experiencia me tiene que
servir para algo, ¿no?
—Claro, para irse al cielo derecho.
—No, no… pero, qué sé yo... Trato
siempre, en ese sentido, de buscar que siempre haya un marco de colaboración…
Mire, cuando uno gobierna tambien tiene que transmitirle a la gente la mayor
tranquilidad. Bastantes problemas tiene la gente en su vida cotidiana como para
que los problemas de los dirigentes políticos les generen preocupación.
Entonces yo intento eso. La gente me conoce así de siempre. No es una novedad.
Soy el Scioli de siempre –se ríe con ganas–. Y si uno lo va a analizar es una
cosa muy previsible.
—Bueno, pero es una cosa bastante ponderable… Y ¿qué sentido le da
usted a la postergación de la cumbre del Consejo Nacional Justicialista para la
semana que viene?
—El Consejo del Justicialismo
está integrado (entre otros dirigentes) por varios gobernadores, y algunos de
ellos viajaban con la Presidenta a Angola. La postergación de la cumbre es sólo
por eso.
—¿A usted lo invitaron al viaje?
—Bueno, no… pero de acuerdo a las
características del viaje… a nosotros permanentemente nos mantiene con
Cancillería una relación constante para misiones comerciales. Acabo de venir yo
mismo de presidir una en Colombia y parte de mi gabinete estuvo también en
Venezuela. Así es que lo importante en este momento es salir al mundo a
exportar y a traer inversiones.
—Además de paciente es diplomático, gobernador. Cuénteme, por favor,
qué pasa con la celebración del 25 de Mayo que ha organizado La Juan Domingo.
—No está previsto ningún acto.
—¿No?
—No. Que yo sepa, no. El 25 de
Mayo es una fecha patriótica. Una fecha muy cara también a los sentimientos de
todo este proyecto y a mi carrera política, porque el 25 de mayo de 2003 fue
cuando asumimos con Néstor como presidente y vicepresidente.
—Bueno, pero usted tiene conciencia, gobernador, de que su frase acerca
del 2015 y su postulación (muy diplomática por cierto: “sólo en caso de que
Cristina no se presente”) ha movilizado el mundo político. Ya hoy no es igual
que ayer, ¿no?
Al desgrabar detectamos un largo silencio. Y luego:
—A ver. Lo que pasa es que uno
(como en toda actividad) puede plantear sus aspiraciones. Esto ocurre en
cualquier orden de la vida. A la gente siempre me gusta transmitirle claridad
con respecto a todo lo que estoy sintiendo, a todo lo que me pasa. Yo aprendí
que no se improvisa. Se planifica. Cuando yo empecé a correr me preguntaban:
¿te gustaría ser campeón del mundo? Y sí que me gustaría ser un día campeón del
mundo. Pero para eso tenía que ganar un montón de otras carreras, un
campeonato. Estuve diez años hasta que lo pude lograr. Y bueno, yo creo que a
un dirigente de responsabilidad, si alguien le dijera: “¿Le gustaría algún día
ocupar la…?” sería raro que se negara a intentarlo. Muchos otros pueden estar
pensándolo y no lo dicen. A mí me gusta. Expresé un deseo. No es más que eso.
No significa ni que esté en campaña ni que largue alguna cosa en forma
prematura. Aparte, para dejar de lado otro tipo de especulaciones, cuando se
preguntó acerca de la eventualidad de esta cosa (que siempre se quiere poner en
un marco de pelea con la Presidenta), de que ella avanzara con una iniciativa
de reforma constitucional que incluya la eventual habilitación de la
reelección… bueno, como ha sido siempre, tendría mi respaldo. Que también quede
muy claro que una posición mía no es en términos de enfrentamiento. Yo siempre
voy a estar para colaborar y para ayudar, porque soy una persona agradecida,
coherente, y corresponde que sea así. Bueno, si se dieran otras
circunstancias... pero hoy estoy dedicado a lo que es mi gran responsabilidad y
que tuvo el respaldo del 55% de los votos. Es decir, gobernar y encarar todos
los problemas que tengo que enfrentar en forma cotidiana. Mire, no me distraigo
en otra cosa que no tenga que ver con esto. Y es lo que hice siempre. Yo era
ministro de Turismo y Deporte. Me ocupaba de eso. Fui dos veces diputado
nacional; secretario de Turismo y Deporte. Fui también vicepresidente. Ahora,
dos veces gobernador. Una carrera política intensa con responsabilidades a
donde llegué siempre a través del voto. Y, evidentemente, si la gente me fue
votando y renovando la confianza es porque debo ir cumpliéndoles a los
ciudadanos sus expectativas. En cada una de estas etapas he tenido experiencias
muy importantes y una fuerte convicción de mi parte de poder hacer un buen
trabajo. Hoy tengo un trabajo muy importante, que es gobernar la provincia más
grande de la Argentina en un contexto económico internacional muy complejo y
que exige mucha creatividad y mucha innovación en la manera de gestionar.
—Usted tiene conciencia de la gran respuesta que significan las
encuestas, ¿no? Sus números son muy buenos.
—Bueno, pero eso tiene que ver,
desde mi punto de vista, con varias cosas. La gente advierte el trabajo, la
pertenencia y la coherencia con este proyecto. Le gusta cuando me ve trabajar
junto con Cristina buscando lo mejor para la provincia y su gente. Creo que
esas encuestas tienen que ver con eso. Yo no me la creo. No me la creí nunca y
no me la voy a creer ahora. Cuanto más acompañamiento y expectativa significa,
de parte mía, más humildad, sobriedad y gratitud. Yo soy así. También la vida
me ha enseñado eso, ¿comprende? Entonces yo, cuando ganaba mis mejores carreras
o escuchaba los resultados electorales, decía: “bueno, vamos a dormir. Nada de
festejar que hay que responder a la gente y empezar mañana a trabajar
temprano”. Y en esto hay que ser muy cuidadoso.
—Usted es generoso, Scioli, pero da la sensación de que la respuesta no
es simétrica. Fíjese que, el domingo, en “Página/12”, Horacio Verbitsky sugería
que encabezara usted las listas legislativas del año que viene.
—La experiencia yo también la
aplico a esas cosas. A mí no me gusta polemizar porque soy respetuoso de la
libertad de prensa en el marco de la democracia. Pero hay distintas
expresiones. Unos periodistas se expresan de una manera. Otros, de otra. Así es
que, en eso, yo hago mi trabajo poniéndole toda la garra y lo que la gente ve y
conoce, y punto. Así es que las cosas que tengo que hablar en profundidad en la
más alta responsabilidad, las hablo con la Presidenta mano a mano. Además, no
me dejo llevar por dimes y diretes. “Dicen que…” Esto hace también a mi
experiencia. Ante la menor presión no tomo decisiones apresuradas o abruptas.
No, no. No es así.
—No sé si las informaciones son correctas pero ¿cuánto le debe la
Nación a la Provincia de Buenos Aires?
Otra vez una larga pausa en la grabación, y luego el gobernador
responde:
—La provincia de Buenos Aires
viene teniendo una gran inversión de parte del Gobierno nacional en forma de
obras muy importantes de cloacas, agua potable, viviendas, calles, energía.
Necesita el acompañamiento de la Nación más allá de las propias reformas
fiscales que yo he encarado porque hay un problema estructural que viene de
1986, cuando se cedió un punto de la coparticipación, pero, bueno, el trabajo
articulado de Nación, Provincia y municipios nos permite ir sobrellevando esto.
Así es que en ese sentido vamos buscando el mayor esfuerzo propio y que el
Gobierno nacional nos acompañe cuando las circunstancias así lo exijan. Durante
estos casi cinco años yo vengo teniendo un acompañamiento permanente de la
Nación. Por eso la Provincia y los municipios hemos crecido y avanzado en todo
este tiempo, buscando siempre mayor eficiencia en todo lo que se refiera al
gasto, a la optimización en la recaudación de ingresos genuinos y la
complementación con la Nación. Hay un tema estructural pero, bueno, es un tema
pendiente que se deberá ahondar en algún momento en las 24 provincias. Ya
Néstor Kirchner, cuando reasume la presidencia del Partido Justicialista, hacía
referencia a esto. Mientras tanto vamos trabajando en nuestras respectivas
áreas económicas Nación-Provincia para buscar funcionar con normalidad. La agenda
económica que tenemos por delante es más exigente por todo lo que dijimos
antes.
—A propósito del justicialismo, el otro domingo le preguntábamos a
Aníbal Fernández si él consideraba que el justicialismo era igual que el
kirchnerismo. El senador decía que sí. Nosotros, que no. ¿Usted qué piensa,
gobernador?
—Pienso que todas las políticas
que lleva adelante la Presidenta son pilares fundamentales, fundacionales, del
justicialismo. La justicia social hoy se expresa a través de la Asignación
Universal por Hijo. La independencia económica es el desendeudamiento. La
soberanía política son decisiones que se van tomando, como el caso de YPF.
Recuperar el rol estratégico en la administración de recursos energéticos.
—Pero, perdón. Recuerde que, en el caso de YPF, Néstor Kirchner apoyó
la privatización en los 90.
—Era otro momento. Seguramente en
aquellos años… Hoy, los países están repensando políticas como el rol del Banco
Central, como las empresas del Estado… Nosotros tenemos una experiencia muy
importante. Por ejemplo, la empresa de agua AySA. Cuando el Estado se hace
cargo permite que se avance mucho más rápido. Por ejemplo en La Matanza hay una
obra que estaba comprometida (y Ballestrini siempre me lo decía) para el año
2020 y que se concretó ahora, con 400 mil vecinos que ya tienen agua potable y
cloacas. Fíjese que hay políticas fundamentales como consumo interno, la
creación de puestos de trabajo, o cuidar los sectores productivos, que son la
esencia del peronismo. Pertenecen a esas grandes épocas de industrialización.
Gobernar es crear trabajo, decía el general Perón. Y hoy se han creado más de
cinco millones de puestos de trabajo.
—Eso es verdad. Pero ¿a qué atribuye usted que a Perón se lo nombre tan
poco? Y a Evita, casi nada.
—Por más que se los nombre o no,
a Perón y Evita se los tiene en cuenta en el momento de tomar decisiones. ¿Qué
me dice de la participación de la mujer en los distintos roles y espacios en la
política argentina? Ocupan los más encumbrados puestos en la Magistratura, por
ejemplo.
—Eso pasa en el mundo entero, gobernador.
—Cuando uno observa lo que
planteaba Perón: la integración latinoamericana, su preocupación por el medio
ambiente... Son todas cuestiones que están en agenda. El peronismo siempre tuvo
un espíritu frentista. El pilar era el peronismo y luego, se sumaban otros
sectores. Y más allá de todas estas cuestiones partidarias, ideológicas, yo
creo que acá lo importante es solucionarle la vida cotidiana a la gente. Es en
ese punto que tengo puesta la mirada. Y les digo a mis colaboradores que sean
buscadores permanentes de soluciones.
—¿Usted cree que se podrían adelantar las legislativas?
—Es una especulación, pero no me
consta nada de eso. Nada de eso me consta. Son cosas que se dicen. Tambien esto
forma parte de la experiencia: no puedo estar contestando una agenda de teorías
y suposiciones. La verdad es que no hay tiempo de estar ocupado en esto. Sería
una irresponsabilidad. Son cuestiones que deben discutirse en un ámbito
institucional. Eventualmente no veo ninguna cuestión por la cual se pueda estar
pensando en esto Veo a la Presidenta totalmente abocada a temas como la
inauguración de ayer (Kraft). Abriendo emprendimientos productivos. Ampliando
los créditos del Bicentenario. Encabezando ella misma la misión comercial a
Angola. Entiendo la ansiedad que puede haber por la cuestión política.
—Volviendo al tema peronismo-kirchnerismo, ¿qué piensa de La Juan
Domingo, integrada por legisladores que pertenecen al sciolismo?
—Hay distintas expresiones
políticas que adhieren a este proyecto, este rumbo del país. Están las
tradicionales del peronismo, los movimientos sociales, otros partidos
políticos… qué sé yo... La democracia es la intensidad. Bueno, ahora que
vivimos una democracia intensa y hay distintas agrupaciones, distintas
expresiones políticas. Ellos han sido muy claros (cuando salieron a decir que
respaldan a la Presidenta y me respaldan a mí a nivel provincial) porque son
coherentes con lo que la gente ha expresado a través de la voluntad popular en
la última elección. La gente quiere que sigamos adelante trabajando juntos,
tirando juntos. Complementándonos. Y nada más.
—Usted iría al festejo del 25 de Mayo de La Juan Domingo?
—No hay ninguna cosa prevista
desde ya.
—¿No?
—No. Y algo más: hoy le dije a mi
jefe de Gabinete que hagamos este 25 de Mayo algo acá, con chicos de los
colegios… algo con un fuerte sentimiento patriótico, y que vengan todos los que
tengan ganas de venir. Más que para actos, éste es un momento para poner todo
el esfuerzo en estar muy atentos a este escenario económico-social que exige
que pongamos todo el esfuerzo allí o en los distintos temas de agenda, como
combatir la inseguridad. Cosas de las que me tengo que ocupar todos los días.
—Con esta nueva ola de secuestros el tema seguridad es una prioridad en
la provincia de Buenos Aires, pero parece no haber afectado su porcentaje de
adhesión por parte de la gente.
—Desde el primer día reconocí que
era el problema más serio, y la gente quiere que se le hable con sinceridad. Es
un tema que no se soluciona de un día para el otro. No hay soluciones
milagrosas. Es un trabajo arduo, intenso. El delito va agarrando distintas
formas. Va rotando la modalidad. A veces es una salidera bancaria. A veces se
da en forma de secuestro exprés. Estamos muy atentos combatiendo las raíces
profundas de estos problemas de inseguridad que muchas veces tienen que ver con
la droga y con otras cuestiones. Son organizaciones que estamos combatiendo,
intensificando la prevención, y yo ante esto entiendo y comprendo la preocupación
de la gente. Y la gente ve y sabe… Yo este tema lo he expuesto con toda
claridad durante los debates electorales y la gente nos ha dado un respaldo muy
importante en el trabajo que estamos haciendo.
—Usted habrá observado que los espadachines del kirchnerismo insisten
mucho y lo acusan de no cambiar al titular de la Seguridad en su provincia.
La fisonomía del gobiernador se endurece.
—Yo soy responsable de las
distintas personas que pongo al frente de los ministerios para que lleven
adelante sus programas en sus áreas. Soy muy abierto para trabajar. Cualquier
iniciativa superadora de lo que estamos haciendo o cualquier cosa que tengamos
que corregir o que ponga en juego la vida de la gente no puede ser motivo de
especulaciones políticas sino que, lo que yo busco, conociendo el problema y
asumiendo mi máxima responsabilidad, es que la gente participe y llame al 911.
Los intendentes están haciendo su esfuerzo. Las fuerzas federales también. Los
legisladores me han venido acompañando con distintas leyes. Por eso invertimos
tanto en educación y promovemos el deporte. Por eso la cultura. Por eso
mejoramos el espacio público. El programa de luminarias; de inclusión laboral.
Creo que el trabajo es la mejor terapia para muchas cuestiones. Por eso, para
que haya más trabajo tiene que haber más inversión y más capacitación. Por eso
las escuelas técnicas. Allí es donde estamos poniendo todo nuestro esfuerzo.
Particularmente en esos jóvenes que, por una razón u otra, han tenido
frustraciones y debemos acercarles estas posibilidades. Estas son las cosas que
me preocupan y de las que me ocupo todos los días. Y esto la gente lo ve. No me
gusta poner excusas. Ser quejoso. “Ay, no me alcanza y por eso no puedo hacer
esto o aquello”. Yo me hago cargo y le pongo el pecho a las cosas. La gente me
ve pelear por sus derechos y sabe que soy previsible y confiable. A gran parte
le debe gustar lo que hago y por eso la gente me ha seguido votando y yo lo
agradezco. Sepan que, como siempre, voy a poner lo mejor de mí para honrar esta
confianza. A esta altura de mi vida, tener tantas responsabilidades como las
que vengo teniendo y con tantas cosas que me han pasado en la vida es natural
que uno busque el bien, lo mejor para la provincia (lo que en este caso es mi
responsabilidad). Esta es una provincia realmente apasionante, grande, de una
enorme diversidad y donde algunos sólo ven problemas yo veo oportunidades y
siempre trato de ir descomprimiendo las situaciones de conflicto que se pueden
generar. Y en esto les pido a todos que me ayuden a hacer un buen trabajo. Eso
es lo que, con toda humildad, pido siempre. Yo creo en esto.
—Lo último, gobernador: ¿usted creía que se iba a armar tanto revuelo
con su frase sobre 2015?
—Estas especulaciones con
respecto a si yo con la Presidenta iba a generar algún tipo de
enfrentamiento... Yo no soy un problema. Problemas son los que estamos
enfrentando todos los días. Soy siempre el mismo: con más experiencia, las
mismas ideas, la misma impronta, con cada vez más responsabilidades. Durante
diez años de carrera política la gente me ha visto trabajar. Luego, he hecho
referencia a aspiraciones que son lo que muchas veces algunos, por ahí, también
sienten pero no se animan a decir. Bueno, yo lo he expresado y a partir de allí
me puse a expresar, por un lado, mi compromiso profundo y actual con la
gestión. Un deseo, una voluntad y, a la vez, planteando con toda claridad -en
el marco de ese respeto, de ese afecto y de esa gratitud que yo tengo con la
Presidenta- que si se da un escenario adecuado allí voy a estar, como siempre,
¿no? Porque cuando, en distintos órdenes de la vida, alcancé un logro, siempre
fue a partir del esfuerzo, la preparación y no buscando jamás que al otro le
vaya mal si a mí me puede ir bien. No. Que otro se quede a mitad de camino para
ir yo, jamás. No soy ni mezquino, ni egoísta. Por mi concepción del deporte sé
trabajar en equipo y soy una persona a la que, en ese sentido, no le gusta de
ninguna manera encarar algo si no tengo la confianza. Por ejemplo, yo no me
hubiera sometido nuevamente a esta elección que pasó si no estuviera seguro de
poder hacer aun más de lo realizado hasta ahora en mi primer mandato. ¿Se da
cuenta? Yo veo que hay momentos en los que uno tiene que tener una visión clara
para despejar también algunas especulaciones que podrían llegar a poner en duda
mi lealtad. Yo me he tomado el trabajo de observar que los que más ponen en
duda y cuestionan una trayectoria, son los que más han andado de un lado para
el otro. Entonces, yo me digo: tranquilo. Conmigo pueden estar tranquilos. Yo
no soy el problema. Los problemas están en otros lados. ¿Se acuerda de los
WikiLeaks? ¿Qué se comprobó? Que lo que yo decía en público también lo decía en
privado. Entonces, sin hipocresías. El futuro está en manos de Dios, de la
gente y de las circunstancias.
© Escrito por Magdalena Ruiz Güiñazu y publicado en el Diario Perfil de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 19 de Mayo de 2012.