Carta de
una Quemera a Alfaro, Adiós…
Esperé un día para calmarme y tratar de razonar. Pero es imposible. Porque
los sentimientos van por otro camino. Y a nosotros, los hinchas, nos mueve el
amor, nada más y nada menos.
© Publicado el sábado 22/12/2018 por el
Sitio Patria Quemera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Audio de GJA a los jugadores de Huracán. © YouTube
Hasta no leer el comunicado pensé que se trataba de una “opereta” de Boca y sus periodistas satélites. La realidad me cayó como un balde de agua helada. No me sorprende la actitud de Boca, Angelici y Burdisso porque son poderosos y por sobre todo ajenos, allá ellos. Lo que no me esperaba fue lo tuyo, Gustavo Alfaro.
Si leés esto creeme que me
siento defraudada y me resulta imposible entender las razones que ni te hizo
falta explicar en tu frío comunicado. Pocas veces (y mirá que llevo años como
hincha y socia de Huracán) creí tanto en un técnico, sentí que me identificaba
y me llenaba de orgullo. Que tenía puesta la camiseta de mi club a pesar de no
haber nacido en él y llevar solo unos meses al frente del plantel.
Tantas palabras bonitas,
motivadoras, agradecidas. Hasta salutaciones de cumpleaños (que pudieron no
haber ocurrido o ser meramente formales y en vos todo parecía ser auténtico).
Tus declaraciones irradiando felicidad y compromiso, diciendo que habías
encontrado tu lugar en el mundo. Tu reacción ante la multitud en el balcón del
Ducó, pareciendo uno más de nosotros. Y últimamente, hace tan pocos días, la
declaración de que Boca no te movilizaba.
Creí todo! Porque además de
pensar que eras un buen técnico te sentí mejor persona. Quería que terminaras
tu carrera en mi club, que no te fueras nunca. Hablaste de la falta de ética de
la AFA, la Superliga y la Conmebol. Ah y de Holan y su falta de principios
también. Qué ironía!
Ahora, la pelota estaba de tu
lado. Pudiste patearla afuera y quedar como un grande, un tipo con valores (y
no precisamente monetarios), con principios, con palabra. Hasta compartimos el
mismo signo. Yo jamás haría lo que hiciste vos y eso que tuve oportunidades en
mi vida laboral pero los preceptos que me enseñaron mis padres fueron sagrados:
la palabra vale oro, los compromisos se cumplen.
Como bien decís todos
buscamos progresar y cumplir metas pero hay un límite, no debe ser a costa del
perjuicio ajeno, no debemos oscurecer a otros para brillar nosotros. Como
siempre digo “no hay que hacerle a los demás lo que no te gustaría que te
hicieran a vos”. Y no hay almohada más cómoda que una conciencia tranquila. Tan
simple como eso.
No siento bronca, solo
decepción. Por haber creído. Pero esto no me va a hacer cambiar porque es mi
forma de ser. Porque la vida sigue y Huracán es grande. Hemos salido de peores,
saldremos de esta. Tenemos con qué.
Adiós.
Graciela
Socia A02282