El saneamiento del Riachuelo continúa estancado…
Se cumple un nuevo aniversario de la sentencia de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación, que ordenó el saneamiento y la
recomposición ambiental de la Cuenca Matanza – Riachuelo hace ocho años atrás,
Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) realiza un balance que permita
revisar en qué lugar de este largo y complejo proceso nos encontramos, y cuáles
son los desafíos y oportunidades que tenemos por delante.
En primer lugar es necesario volver a destacar la vigencia que contiene el
fallo el cual logró situar a la
problemática del Matanza – Riachuelo en un lugar de importancia dentro de la
agenda pública. Sin embargo, el mismo debe ser analizado principalmente a
través de los logros alcanzados y de las acciones tendientes a cumplir con los
objetivos trazados en el mismo.
Es decir:
a) mejorar la calidad de vida de la
población,
b) recomponer el ambiente en la cuenca en todos sus componentes
(agua, aire y suelos); y
c) prevenir daños con suficiente y razonable grado de
predicción.
Algunas de las metas
establecidas lograron resultados favorables, mientras que la mayor parte de las
mismas aún continúan pendientes de resolución.
Desde este punto de vista, el año transcurrido ha sido el de mayor
estancamiento en lo que hace a la gestión del saneamiento. Por supuesto ello
incluye fundamentalmente a la gestión que finalizó su mandato en el mes de
diciembre de 2015, pero de la cual no ha logrado escapar la actual
administración.
Esta nueva conmemoración cuenta con un aspecto distintivo, ya que es la
primera vez que las tres jurisdicciones que conforman la ACUMAR responden a un
mismo color político. Ello generó, prima facie, una serie de expectativas
vinculadas con la posibilidad de construir acuerdos más urgentes y efectivos,
que imprimieran al organismo una dinámica de gestión diferente al amesetamiento
en su accionar, y mantenido durante los últimos años. Sin embargo, los primeros
meses de la gestión demuestran que las nuevas autoridades no han logrado
cambiar esta tendencia. Esto quedó claramente evidenciado en las múltiples
dificultades que impidieron la plena integración de la mesa directiva del
organismo, exponiendo el grado de
complejidad que existe para poder llevar adelante acciones coordinadas entre
diferentes jurisdicciones, aun cuando los funcionarios provienen de un mismo
espacio político.
Ahora bien, tampoco podemos ignorar que la nueva administración ha heredado
un organismo de cuenca con importantes déficits de funcionamiento. Además de
serias dificultades para cumplir con los objetivos establecidos por la
sentencia y con una pérdida de
iniciativa y liderazgo, en lo que hace a las acciones y propuestas de
saneamiento y recomposición ambiental de la cuenca que urge recuperar.
La población de la cuenca, como de las organizaciones y actores vinculados
a la presente problemática, hoy renueva su reclamo: poner en marcha, en lo
inmediato, un nuevo Plan de Saneamiento Integral (PISA) adecuado a las
condiciones y necesidades del complejo territorio que integra la cuenca, y con
acciones consistentes que permitan su efectiva implementación.
De igual forma, resulta necesario e impostergable que la ACUMAR inicie de
manera urgente una serie de acciones, entre las que se destacan:
Establecimiento de un régimen de control de vertidos de líquidos
industriales, y la urgente modificación de la legislación que lo rige.
Generación de un sistema unificado para la habilitación de industrias,
principalmente aquellas con más alto índice de complejidad ambiental y las
situadas en zonas de riesgo.
Implementación de un plan para la erradicación de basurales ilegales de la
cuenca, estableciendo las responsabilidades que corresponden a cada uno de los
municipios en los cuales se encuentran situados; como así también la
remediación de los pasivos ambientales existentes.
Plan integral para la gestión de Residuos Sólidos Urbanos (RSU), con
acciones específicas para las etapas de generación, disposición inicial,
recolección domiciliaria y diferenciada, transporte y disposición final de
residuos, tomando especialmente en cuenta
las recomendaciones efectuadas por el Cuerpo Colegiado.
Elaboración de un estudio integral de riesgo para el Polo Petroquímico de
Dock Sud que prevea su relocalización.
Avanzar en la definitiva relocalización de familias que habitan la sirga
del Riachuelo, plan que se encuentra fuertemente rezagado.
Todas estas acciones deberán implementarse a través de un sistema de ordenamiento ambiental del territorio, que establezca los
objetivos de largo plazo con un sentido estratégico y que permitan articular y
potenciar los esfuerzos de los numerosos actores que conforman el tejido social
de la cuenca.
Tal como lo planteamos en el inicio de la nota, el balance de este nuevo
aniversario del fallo cierra con un saldo claramente negativo en materia de
acciones tendientes a recuperar el Matanza – Riachuelo y en donde las nuevas
autoridades no han logrado, hasta el presente, establecer estrategias y
acciones tendientes a romper la inercia de inacción y pérdida de liderazgo que
ha caracterizado el accionar del ACUMAR.
Sin embargo, la presentación del nuevo PISA constituye una gran oportunidad
para que este organismo, y las jurisdicciones que la integran, retomen la
iniciativa y establezcan un rumbo
estratégico en dirección a fundar las bases de una política de Estado que
impulse el saneamiento y la recomposición ambiental de la cuenca más degradada
de la Argentina.