Fue Ficción…
© Escrito por Marcelo
Carlos Romero, Fiscal del Ministerio Público, el miércoles 24/08/2016 y
publicado por Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sra. Cristina Fernández, de mi consideración:
Soy un simple Fiscal de Instrucción del Ministerio Público de la Provincia
de Buenos Aires. No pertenezco al grupo de colegas que la investigan en
múltiples causas penales. Tampoco integro el partido político “Justicia
Legítima”, creado durante su último mandato constitucional, en un hecho inédito
en la historia judicial argentina.
Utilizo esta forma de comunicación —carta abierta—, ya que desde su salida
del Poder Ejecutivo, nos ha dedicado a los magistrados judiciales de este país,
numerosas misivas a través de las redes sociales, en especial, Facebook.
Debo reconocer, Sra. Fernández, que prefiero la gráfica —su gráfica— y no
la oratoria —su oratoria— desde los atriles oficiales, con dedos índices
levantados, gestos adustos y personas aplaudiendo cada verbo o frase verbal.
En su última creación literaria, amén de enumerar —uno por uno— los logros
de su gobierno y el de su difunto esposo, escribe nuevamente sobre el PJ
(partido judicial), como si éste no se tratara de una facción de magistrados,
funcionarios y empleados judiciales, afines a “sus” ideas políticas, abierta y
orgullosamente reconocido por ellos.
También escribió sobre “ficciones”… Esta reflexión es, a mi juicio, la más
interesante de su libelo.
Las “ficciones” fueron un capítulo cardinal durante sus mandatos.
Podemos recordar alguna de ellas:
* Fue ficción la inseguridad, el aumento de los índices delictivos y el
incremento de la violencia en casi todas las formas de comisión criminal.
* Fue ficción la implementación —como catecismo laico obligatorio— del
abolicionismo penal como condición sine qua non para acceder a los cargos
judiciales por concurso, a las cátedras universitarias, a los institutos de
posgrado, etc.
* Fue ficción que esta pseudo-doctrina haya perturbado severamente el
juicio crítico de estudiantes de Derecho, abogados y magistrados judiciales de
todas las instancias. Que se haya invertido en forma grotesca el paradigma
milenario del Derecho Penal, donde la víctima resulta ser el victimario y el
victimario la “víctima de un sistema capitalista neoliberal” que le quitó oportunidades
y lo “empujó hacia el delito”, o mejor dicho, hacia el “conflicto”, según la
terminología progre.
Que el delito es una creación político-capitalista que le quitó a los
particulares la posibilidad de dirimir pacíficamente el conflicto, para que el
Estado pueda mantener el negocio de la inseguridad, llenando las cárceles, o
“jaulas de exterminio”, de pobres y oprimidos.
* Fue ficción que, durante la década pasada, no haya existido una política
criminal seria y duradera y que, en su reemplazo, se haya instaurado un
programa coyuntural, caracterizado por el pendulismo ideológico, espasmódico y
esquizofrénico. Un vaivén de posturas y maquillajes que fueron desde la “mano
dura” y la “tolerancia cero” hasta el actual y pretendido “minimalismo penal”.
Siempre al compás de las encuestas de opinión, los sondeos de imagen y el
calendario electoral.
* Fue ficción que la fuerza de seguridad federal de fronteras, Gendarmería
Nacional Argentina, se haya dedicado a cuidar autopistas urbanas, que la fuerza
de seguridad federal de vías navegables, Prefectura Naval Argentina, se haya
dedicado a cuidar barrios chic, y que las policías locales hayan sido formadas
en seis meses, otorgando en ese plazo a sus flamantes integrantes placa,
pistola y autoridad.
* Fue ficción el incremento exponencial del narcotráfico y del consumo
masivo de estupefacientes. Fue ficción también la directísima incidencia de
estos factores en la inaudita ola de inseguridad que nos asola.
* Fue ficción la derogación explícita de la garantía del libre tránsito en
la República Argentina (art. 14 de la CN), bajo la excusa de “no poder
criminalizar la protesta social”.
Como verá, Sra. Fernández, no me he referido ni a bóvedas, propiedades
suntuosas, bolsos ni cajas de seguridad. Son investigaciones judiciales en
trámite que no conozco en profundidad y, además, respeto su derecho de Defensa.
Sólo quise arrimar a sus reflexiones vía Facebook otras “ficciones” de sus
mandatos no enumeradas por Ud… Tal vez le sirvan para la elaboración de futuras
misivas.
La saludo con mi consideración más distinguida.
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