“La acción y la reacción deben ser de la misma magnitud “, escribió Newton en unas de sus leyes. Banfield no fue la excepción, sino todo lo contrario. Cada vez que Huracán le pegó, ambas a través del Roly Zárate, el Taladro no tardó en responder, primero con Carrusca y luego con Zelaya. Casi lo gana sobre el final, pero falló en la definición y el 2-2 en el Ducó fue justo.
Acción I. Diego Rodríguez entró al área, lo agarraron de la camiseta y el Roly Zárate no perdonó. Ejecutó un penal como debe patearse: al medio, fuerte y arriba. Nada que hacer para Bologna. Reacción I. Gabriel Méndez probó desde afuera del área, su remate no parecía peligroso, pero Monzón dio un rebote y Carrusa la empujó. Gracias caja de empleados, Chelo. Empate justo en un primer tiempo entretenido.
Acción II. Zárate, el mejor de la cancha, recibió de espaldas al arco, la paró de pecho y sin dudar le dio de media vuelta y de zurda: golazo. La pelota entró contra un palo y fue tercer gol del Roly con la camiseta del Globo. Reacción II. Buen centro de Bustamante y mejor interpretación de Zelaya, que le ganó a Quinteros y la mandó a guardar de cabeza. Otra vez justicia en el Ducó. Si bien Banfield apretó el acelerador en el final y tuvo dos chances claras, el 2-2 no se discute.
Repartieron puntos porque en casi todo el partido miraron el arco rival y en algunas lagunas del segundo tiempo ambos bajaron la intensidad. Huracán sigue sin sumar de a tres en Parque Patricios y quedó con ocho puntos en el medio de la tabla. Sabor a poco. Banfield no aprovechó su chance para alcanzar a los punteros, pero sigue prendido con diez unidades. Sabor agridulce. Acción y reacción en igual medida.
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