domingo, 3 de noviembre de 2019

Fiesta para Macri, desafío para Fernández... @dealgunamanera...


Fiesta para Macri, desafío para Fernández... 

Exclusivo: el informe de la Umet sobre los efectos de la deuda y la fuga. Un reporte del Observatorio de la Deuda describe el “flujo cómplice de capitales” de los últimos cuatro años como “una gran estafa”.

© Escrito por Martín Granovsky el domingo 03/11/2019 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

A las puertas de una negociación dura pero inexorable con el FMI, el gobierno electo dispone de una herramienta valiosa para decir qué quiere y qué no quiere de ahora en adelante. El último informe producido por el Observatorio de la Deuda Externa de la UMET define al macrismo como “la fiesta de la deuda” y “una fiesta de la fuga de capitales”. Con un agregado: el macrismo no construyó un modelo neoliberal clásico, “pues no buscó compensar con exportaciones los resultados negativos de las balanzas comercial y de la cuenta capital”. Al contrario, “se sintió atraído por el flujo cómplice de capitales”. Lo que viene, al menos a nivel de metas, es un gobierno situado en la postura opuesta.

El ODE de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo está dirigido por el ex director del Banco Central Arnaldo Bocco. Las conclusiones de política económica y los datos surgen del vigésimo informe del observatorio, al que tuvo acceso Página/12.

“Gran estafa”

“Además de otros problemas, cuatro años de Cambiemos nos dejan la deuda externa como un problema complejo y difícil”, dijo el rector de la UMET Nicolás Trotta. “Porque además no es un problema que se pueda resolver de manera unilateral.” Según Trotta “Macri fue implacable y opaco con la deuda, la más cara y la menos necesaria de la historia”. Se trató de “una gran estafa que benefició a los aliados del Presidente: lo que ingresaba como carga simultáneamente salía como fuga de capitales”.

La opinión de Bocco es que la deuda fue tanto “el motor del modelo macrista” como la causa del derrumbe, y condujo al default. Si hay que buscar una causa de la inestabilidad económica en el período 2015-2019, esa causa es “el crónico desequilibrio de la balanza de pagos”, es decir la diferencia entre las divisas que entran y las que salen por todo concepto, incluyendo las importaciones, las exportaciones, los servicios y los intereses de la deuda. Además de desestabilizar la economía, la deuda empeoró la capacidad productiva y las condiciones de vida de los trabajadores.

Bocco dijo a este diario que la Administración Macri “se sintió atraída por la exuberante oferta de crédito internacional” a comienzos de la gestión y se movió en dos direcciones:

*Por un lado, Macri cerró las negociaciones con los fondos buitre, abrió la economía, dio ventajas a los amigos (las empresas de energía, por ejemplo) en los desajustes de precios y achicó la capacidad de producción hasta llegar a sectores con la mitad de las máquinas tapadas con lonas.

*Por otro lado promovió el endeudamiento público y benefició solo al negocio de una crema del agro, la energía, el petróleo, la minería, el gas y el negocio financiero. “Durante el primer período los acreedores externos y los fondos invirtieron en la Argentina sin límites, gracias a las altísimas tasas.” Ese período concluyó en marzo y abril de 2018, sostiene Bocco, “cuando las autoridades regresaron de Wall Street, donde actuaban como locales, con la espalda helada después de escuchar que los fondos no financiarían más sus excentricidades”.

Al margen de la fuga, el déficit generado por el turismo al exterior es calificado por Bocco como “alocado”, con una cifra superior a los cien mil millones de dólares.

Por la deuda “la Argentina es hoy más vulnerable y frágil”.

Todo lo agravó el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, buscado y firmado después del colapso del primer semestre de 2018. A 15 meses del arreglo la deuda llegó a la cesación de pagos hacia el exterior y tampoco el Gobierno pudo hacer frente a la deuda interna, aunque estuviera contraída en pesos y no en dólares. La catarata resultante “llevó a una devaluación aún no controlada y a un retiro de fondos en dólares y en pesos que hicieron la crisis aún más dolorosa”.

Bocco resume la catástrofe en cinco carencias que usan la preposición “sin”. La economía quedó sin precios, sin tasas de interés razonables, sin ingresos garantizados, sin empleo y sin futuro previsible. La destrucción de capital productivo a tal escala “ni siquiera ocurrió en la dictadura”. Y tampoco transformó la economía argentina en un modelo que permita aumentar la recaudación de dólares por sus exportaciones. Fue todo al revés: el déficit generado por el pago de la deuda generó una presión alcista en el tipo de cambio y “fue la principal causa de la inflación”. Un círculo vicioso que, cuando se acabó la cajita feliz del endeudamiento externo, se convirtió en un ajuste salvaje.

Malos aires

El informe del ODE calcula que, al ritmo actual, cuando Macri termine su mandato la deuda pública se habrá incrementado en 87.990 millones de dólares. En relación con el Producto Bruto Interno, en octubre de 2015 representaba un 37,3 por ciento. A fin de este año ese porcentaje podría alcanzar entre el 89,9 por ciento y un 119,9 por ciento. La diferencia depende del valor final del dólar. Ése será el núcleo financiero de la herencia que recibirán Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.

En cuatro años la fuga de capitales más el drenaje por turismo al exterior llegó a 114.127 millones de dólares. Si se añaden los intereses de la deuda la salida de dólares trepó a 152.050 millones.

La provincia de Buenos Aires es un capítulo especial. Ya se reunieron la gobernadora María Eugenia Vidal y el gobernador electo Axel Kicillof. Estos días entrará en funciones el equipo de transición integrado por Carli Bianco, Augusto Costa, Federico Thea y Agustina Vila. El informe del ODE les da una pista que podrán corroborar con el gabinete de Vidal. El 83,2 por ciento de la deuda emitida por el gobierno bonaerense se integra en divisas. Son 5.332 millones de dólares. Al momento de cualquier disputa jurídica se hará presente una dificultad: siete de cada diez títulos se rigen por legislación internacional y no argentina, de modo que los eventuales litigios se celebrarán afuera. El informe del ODE revela que entre 2020 y 2023, los años del mandato de Kicillof, la provincia de Buenos Aires tendría vencimientos por 10.030 millones de dólares.

Reinserción

Agosto de este año fue el mes más cruel. Se fueron divisas por 5.909 millones de dólares en simultáneo con la megadevaluación de un 33 por ciento. Desde 2003 que no ocurría un fenómeno similar.

Cuando hizo su balance, en los dos debates presidenciales, Macri subrayó la supuesta reinserción argentina en el mundo. También esa conexión parece haberse dado por el endeudamiento más que por cualquier otro factor. En el segundo trimestre de 2019 la deuda llegó a ser cuatro veces y media mayor que el monto de las exportaciones.






Tras las Elecciones. El síndrome de Hubris... @dealgunamanera...

El síndrome de Hubris…

Bombo y guitarra, Alberto Fernández. Dibujo: Pablo Temes.

La soberbia del poder terminó mareando a Macri. Alberto Fernández y un diálogo valioso con Trump.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 03/11/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


La responsabilidad de la derrota electoral de Juntos por el Cambio fue de Mauricio Macri y, a la vez, fue suyo el mérito de haber salvado al oficialismo de una caída catastrófica.

La dirigencia oficialista quedó en un letargo tras la PASO, del cual solo emergió tras la multitudinaria marcha del 24 de agosto.

Ese acto conmovió a Macri y lo decidió a ponerse la campaña al hombro en busca de la hazaña de llegar al ballottage. Hazaña imposible porque el porcentaje superior al 45% alcanzado por Alberto Fernández le permitía ganar en segunda vuelta por apenas un voto y no había tiempo para remontar la diferencia. Como dijo Luis Juez, la campaña de cercanía y medidas de alivio a la penuria económica debería haber comenzado antes.

La derrota de Cambiemos es producto de la soberbia de Macri  su entorno. Es, en definitiva, la enfermedad del poder, el Hubris, que aísla al gobernante de la realidad. Jaime Duran Barba escribió un interesante artículo en Perfil sobre el síndrome de Hubris. Se ve que el Presidente no lo leyó. El consultor estrella del PRO reprodujo allí conceptos que, para disgusto de sus destinatarios, hemos venido escribiendo en esta columna desde hace años.

El momento letal para el Gobierno fue en octubre de 2017, el mismo día en que derrotó en las elecciones legislativas a Cristina Kirchner en la provincia de Buenos Aires, cuando Macri creyó equivocadamente que se había convertido en dueño del poder. Que la negociación política era mala palabra. Que lo peor ya había pasado. Que con la “magia” de Marcos Peña y Duran Barba se manejaba todo.

Se dio entonces una singular dicotomía: el Presidente hablaba de diálogo y consensos, pero en los hechos se hacía lo contrario. Eso dejó muchos heridos internos, como Emilio Monzó, y fue uno de los elementos que empujó al peronismo a su reunificación.

El domingo pasado, Macri recibió su derrota con dignidad. Su discurso, en el que felicitó a Alberto Fernández por su excelente elección, y la posterior invitación que le hizo para compartir un desayuno al día siguiente, representan un mojón en la construcción republicana de la Argentina. Es un contraste brutal con la falta de altura institucional y personal con la que CFK manejó la traumática transición de 2015.

El 40% obtenido en la elección transforma a Macri en el líder de la oposición. Pero si cree que ese liderazgo significa verticalidad, se equivocará. Los radicales que le advirtieron las consecuencias electorales negativas que la crisis económica tendría, ya han pedido cancha. Alfredo Cornejo, clave para el triunfo en Mendoza, lo dijo con todas las letras: de ahora en más deberá discutirse todo.

María Eugenia Vidal fue una de las grandes derrotadas de esta elección. Su liderazgo se debilitó por la amplitud de la caída y por su desvaída campaña. “Abandonamos el Conurbano y se lo regalamos a nuestros rivales”, dijo una voz de las entrañas del gobierno bonaerense.

La victoria de Alberto Fernández fue sólida y no es menor que haya ganado en primera vuelta. El ballottage hubiera sido de resultado incierto. Pero tampoco es un dato menor que   el porcentaje de votos que logró y la diferencia que sacó fueron menores a lo esperado. Es una muestra del rechazo que sigue generando en una parte importante de la sociedad la figura de CFK. El presidente electo tiene una cuota propia de poder. Sin Sergio Massa, el Frente de Todos no ganaba. Y a Massa lo llevó Alberto Fernández, quien tiene un desafío doble: mantener el equilibrio interno y hacer frente a la desastrosa situación socioeconómica que le deja Macri. Lo interno es una incógnita.

El horrible discurso de Axel Kicillof en la noche del domingo, que en nada se condice con la idea del diálogo y de la búsqueda de consensos que pregona el presidente electo y sus principales referentes, fue un botón de muestra. Varios de los que habitan la geografía heterogénea del nuevo poder aseguran que la ex presidenta pretende reservarse el poder de veto. Y, aunque muchos lo niegan, algo de eso ya se vio en la celebración del triunfo. Matías Lammens confesó que le hubiera gustado subir al escenario, pero que alguien ordenó que no pudiera. Lammens fue y es muy crítico de la corrupción del kirchnerismo. Hubo gobernadores que también se quedaron con las ganas de estar en ese escenario.

El gran misterio por estos días es la conformación del gabinete del nuevo gobierno. Alberto Fernández ya decidió que lo dará a conocer recién en la última semana previa a su asunción. El objetivo de esta decisión es más que obvio: proteger a los futuros funcionarios de presiones prematuras y de su consecuente desgaste. De todas maneras, hay hechos que hablan por sí solos. Felipe Solá parece encaminado a ser el futuro canciller. El viernes fue quien reveló la muy buena conversación telefónica entre el presidente electo y Donald Trump.

Gestores de ese diálogo fueron el embajador de los Estados Unidos, Edward Prado y Santiago Cafiero. Trump, quien no está en su mejor momento debido al proceso de impeachment que acaba de iniciarle la Cámara de Representantes, tiene, con respecto a la Argentina, una procupación: Venezuela. Si las coincidencias se imponen sobre las diferencias, está dispuesto a darle una mano importante al nuevo gobierno en su negociación con el FMI, en la que Fernández necesitará  un negociador con experiencia, conocimiento y, a su vez, reconocido por los funcionarios del organismo. El economista que reúne esas condiciones es Guillermo Nielsen. Y hay alguien más que conoce ese universo: Gustavo Béliz que fue arropado en el exilio al que lo condenó el kirchnerismo por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

La semana estuvo cruzada por rumores sobre la salud de Fernández, quien los atribuyó a Marcos Peña.

Alberto Fernández está bien de salud. Como explicamos aquí en junio, padece una trombofilia, una predisposición a formar coágulos por la que está en tratamiento desde hace años a base de anticoagulantes, bajo control y sin ninguna complicación. Su médico, Federico Saavedra –prestigioso clínico– planea realizarle al presidente electo, que está con sobrepeso, un exhaustivo chequeo luego de su regreso de México. La salud de un presidente es un tema de Estado.  

Producción periodística: Lucía Di Carlo.




sábado, 2 de noviembre de 2019

Superliga Argentina. Vélez Sarsfield 0 vs. Huracán 0... @dealgunamanea...


Vélez y Huracán igualaron en Liniers…

El equipo que dirige Néstor Apuzzo empató 0 a 0 frente al Fortín en el encuentro correspondiente a la fecha 11 de la Superliga Argentina de Fútbol 2019-2020.

© Escrito por Nicolás Roncoroni el jueves 31/10/2019 y publicado por el Departamento de Prensa del Club Atlético Huracán de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fotografías: Daniel Méndez.

Tras el fin de semana sin fútbol por las elecciones presidenciales, el conjunto de Parque Patricios disputaba esta tarde-noche frente a Vélez Sarsfield el cotejo de la fecha 11 de la Superliga. Los quemeros arribaban a este encuentro después de triunfar en el clásico contra San Lorenzo.

En la primera etapa del partido, tanto los locales como el Globo no contaron con situaciones claras de gol. Los comandados por Gabriel Heinze tuvieron una mayor posesión de la pelota, pero la defensa de Huracán se mantuvo firme y no pasó sobresaltos. La única oportunidad llegó en los pies de Lucas Robertone, que tiró un córner directo al arco y la pelota salió por al lado.

La primera situación del segundo tiempo fue para los dirigidos por Néstor Apuzzo. Rodrigo Gómez ejecutó un tiro libre y el balón se fue apenas rosando la valla rival. En los minutos siguientes, Vélez contó con las mejores aproximaciones del cotejo. Nicolás Domínguez quedó cara a cara con Antony Silva, definió dentro del área y el arquero paraguayo logró tapar la pelota con su cuerpo.

Sobre el final, Lucas Janson pateó desde la derecha y, nuevamente, el portero del Globo quitó el balón. Sin tiempo para más, Huracán empató 0 a 0 en el Estadio José Amalfitani.

Síntesis:

Vélez: 0

Alexander Domínguez; Tomás Guidara, Lautaro Gianetti, Luis Abram, Braian Cufré; Gastón Giménez, Nicolás Domínguez, Lucas Robertone; Agustín Bouzat, Maximiliano Romero y Lucas Janson. DT: Gabriel Heinze

Huracán: 0

Antony Silva; Carlos Araujo, Saúl Salcedo, Lucas Merolla, César Ibáñez; Gonzalo Bettini, Mauro Bogado, Mariano Bareiro, Rodrigo Gómez; Norberto Briasco y Lucas Barrios.. DT: Nestor Apuzzo.

Cambios en el segundo tiempo: al inicio, Thiago Almada por Bouzat (VS), 17m Leandro Fernández por M.Romero (VS), 29m Fernando Coniglio por Barrios (H), 32m Adrián Calello por Bogado (H), 45m Nicolás Cordero por R.Gómez (H).

Amonestados: Gago, Romero, Cufré (V); Bogado, Bareiro, Ibáñez, Merolla, Gómez (H).
Arbitro. Néstor Pitana.

Cancha: Estadio José Amalfitani (Vélez Sarsfield).





lunes, 28 de octubre de 2019

Bolivia. Décadas de Inestabilidad... @dealgunamanera...

Evo quiere quedarse veinte años en el poder…

Regalo. Los representantes de los pueblos originarios mandan un mensaje contundente: no aceptan otra cosa que no sea el triunfo del actual presidente. Los opositores acusan al mandatario de vulnerar las instituciones y querer perpetuarse en el poder. Fotografía: DPA

La historia boliviana muestra que no es la primera vez que en el país se vive una profunda división como la que enfrenta hoy en las calles a partidarios y opositores de Morales.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 27/10/2019 desde la ciudad de La Paz, Bolivia y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Bolivia renació a la vida democrática en 1982, año en que abandona el poder la última junta militar. El primer presidente de esta vuelta a la institucionalidad fue Hernán Siles Suazo. Desde entonces atravesó momentos de inestabilidad política que forzaron renuncias de mandatarios en medio de una permanente crisis socioeconómica. Se llegó así al segundo gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, quien asumió en 2002. La conflictividad social que lo envuelve, dio pie a un estado de rebelión generalizada que fue llevada adelante por los pueblos originarios, los sindicatos, los pequeños comerciantes, los cocaleros, los campesinos y los mineros. 

Esa situación de ingobernabilidad precipitó en 2003 la renuncia de Sánchez de Losada, a quien sucedió su vicepresidente, Carlos Mesa, quien carecía de apoyo en el Congreso y no pudo poner freno al estado de desasosiego ciudadano dominante en aquellos años, por lo que en 2005 dimitió, siendo reemplazado por Eduardo Rodríguez Veltzé, quien asumió en forma interina y convocó a elecciones generales en la que se impuso Evo Morales. 

Morales. Fuertemente inspirado e influido por Fidel Castro y Hugo Chávez, Morales llevó adelante una gestión de tendencia socialista, nacionalista e indigenista. Estatizó las empresas de electricidad, petróleo y telecomunicaciones.

Como Chávez en Venezuela, promovió una reforma de la Constitución y en 2006 se instaló una Asamblea Constituyente que redactó un nuevo texto que se denominó Constitución Plurinacional, y que fue aprobada por 164 de los 255 congresales constituyentes.

En 2009, Morales fue reelecto con una abrumadora mayoría. En su segundo gobierno, la economía comenzó a crecer en forma sostenida, hecho impulsado por el precio de las materias primas, sumado a los programas de subsidios y de la obra pública.

En 2014, fue reelegido nuevamente para un tercer mandato. Obtuvo en esa elección el 61% de los votos. Su tercer mandato se caracterizó por una desaceleración de la economía –debida a la caída de los precios de las materias primas y de la disminución de los niveles de exportación de gas al Brasil y a la Argentina. Sin embargo, continuó con su plan de obras públicas y con el estímulo al consumo interno. Eso dio como resultado una economía que mantuvo su crecimiento y una singular estabilidad.

Los números muestran que, durante sus gobiernos, el índice de pobreza disminuyó y el proceso de inclusión de los distintos pueblos originarios mejoró significativamente.

Las principales críticas a su gestión tienen que ver con el deterioro institucional que se ha producido a lo largo de sus tres períodos en la presidencia. Evo Morales gobierna casi con la suma del poder público. La independencia de poderes –especialmente la del Poder Judicial– es en la Bolivia de hoy en día algo casi inexistente. A eso, hay que sumarle las muchas denuncias por actos de corrupción.

Referéndum. El 21 de febrero de 2016 se realizó en Bolivia un referendum para aprobar la modificación del artículo 168 de la Constitución a los fines de permitir una nueva reelección de Morales. El “No” ganó por el 51% de los votos. Sin embargo, en un fallo que bien podría haber pertenecido a alguno de los relatos de La Tía Julia y El Escribidor, de Mario Vargas Llosa, el Tribunal Constitucional Plurinacional, integrado por miembros que responden absolutamente a Evo, dictaminó que ese resultado vulneraba los derechos políticos del actual presidente a quien, por ende, habilitó para competir en una nueva elección, que fue la del domingo pasado y sobre cuya transparencia lo que abunda es la sospecha.

Y son esas sospechas de fraude el asunto sobre lo que gira la crisis política que afecta a todo el país.

Crisis. Desde hace una semana, Bolivia está convulsionada. A las diez de la noche del último domingo, el actual presidente le llevaba a su principal opositor, Carlos Mesa Gisbert, una ventaja inferior a los 8 puntos. Con ese resultado, se iba a una segunda vuelta a la que, Morales, le teme. La razón para ello es muy simple: la suma de los votos de la oposición unida lo supera por cinco puntos.

Hacía 20 años que no visitaba La Paz. Es jueves por la mañana y camino por las angostas y empinadas callejuelas que rodean la Plaza Murillo –la analogía de la Plaza de Mayo– con el recuerdo de la última entrevista que le hice a Evo –porque acá no se lo llama ni Morales ni presidente, sino Evo– antes de asumir su primer mandato. “detesto a los que quieren perpetuarse en el poder” me dijo. Avanzo a  paso lento y con sigilo. Los casi 4 mil metros de altura y la circunstancia obligan a eso. La lentitud es clave para combatir el mal de las alturas. El sigilo, para no ser víctima de las reacciones violentas que se ve en muchos casos contra los periodistas. Lo mismo me pasó hace quince días en Quito.

El signo más relevante de la compleja realidad política del país es la división, que se advierte a cada metro. En la plaza hablan los representantes de los pueblos originarios, que se plantan frente al Congreso y mandan un mensaje contundente: no aceptan otra cosa que no sea el triunfo del actual presidente. Francisco, uno de sus líderes, me lo dice sin rodeos: “de ninguna manera vamos a aceptar la segunda vuelta y si es necesario, defenderemos la victoria de Evo con todas nuestras fuerzas. Y si hace falta luchar, lo haremos”. A Evo lo apoyan los pueblos originarios, los mineros, los cocaleros y los campesinos, es decir, los más pobres.

El punto de encuentro de los que rechazan el resultado de la elección es la Plaza Avaroa. Allí, cada tarde-noche desde el domingo, se juntan gran cantidad de manifestantes con un notable predominio de jóvenes. Una nutrida barrera policial les impide llegar a la sede del Tribunal Supremo Electoral. Los que protestan lo hacen con convicción y perseverancia. “No puede ser que el único presidente que he conocido desde que tengo uso de razón haya sido Morales” es una frase que repiten mucho los jóvenes que pasan largas horas en sentadas que se extienden por varias cuadras.

El viernes la ciudad fue un caos. Los bloqueos se extendieron por todos lados. Los que intentaron  atravesarlos, la pasaron mal. A las ambulancias, la revisaban. En uno de esos piquetes, presencio una situación de gran tensión cuando un móvil policial encara para pasar. La gente se agolpa a su alrededor y los detiene: “Ustedes no pasan; únanse a nosotros. No sigan trabajando por sueldos de miseria mientras sus jefes corruptos se llenan los bolsillos con plata que nos roban”, les dice a los atribulados agentes el líder del grupo. 

Finalmente, el auto policial retrocede y la gente comienza a aplaudir. Estos bloqueos constituyeron la primera acción de la resistencia a la que el jueves por la tarde llamó la Coordinadora de la Defensa de la Democracia. “Evo corrupto”; “Evo ladrón”; el Himno Nacional de Bolivia; el tango Cambalache, se escuchan por todos lados. Quienes participan de estos piquetes son personas de clase media. La clase media lo rechaza a Evo.

El objetivo del actual presidente –al igual que el que tuvieron en vida Hugo Chávez y Néstor Kirchner– es quedarse en el poder durante 20 años. Y sabe que si pierde, no vuelve más. Ese es su problema.

La oposición cometió un grosero error al no ir unida. De haberlo hecho pudo no solo alcanzar la segunda vuelta –por la que hoy desespera– sino también ganar la elección.

“Patria, patria es unidad, trabajo, paz” dice el poema “A Bolivia”. Hoy –como ayer– la unidad no existe, el trabajo le falta a muchos y la paz está en jaque.




Mauricio Macri y Alberto Fernández se reunieron por una hora… @dealgunamanera...

Mauricio Macri y Alberto Fernández se reunieron por una hora…

Mauricio Macri recibió a Alberto Fernández en la Casa Rosada. Fografía: CEDOC


El mandatario saliente y el presidente electo compartieron un desayuno para hablar de la transición.


El presidente Mauricio Macri recibió en la Casa Rosada a su sucesor electo Alberto Fernández, para empezar a delinear la transición. El foco del encuentro habría abordado también la cuestión del dólar, eje de los cruces entre ambos candidatos tras las PASO, luego de que en las últimas horas el Gobierno nacional anunciara un endurecimiento del cepo cambiario.


El mandatario saliente arribó pasadas las 9.30 a Balcarce 50 y saludó a los medios y vecinos que se acercaron a ver su llegada. Por su parte, Fernández llegó en medio de un amplio grupo de periodistas que lo aguardaban en la puerta del edificio de su domicilio en Puerto Madero, de donde salió pasadas las 10:20 rumbo a la Casa de Gobierno.


El encuentro con el líder del Frente de Todos estaba previsto para las 10:30  horas y fue el punto de inicio de la transición, que culminará el próximo 10 de diciembre con el traspaso formal del mando. Ambos informaron anoche en sus discursos tras conocerse los resultados del escrutinio provisorio que iban a reunirse para empezar a llegar a consensos.  Alberto se retiró de la Casa de Gobierno una hora después de haber llegado. Según trascendió, Macri y Fernández estuvieron todo ese tiempo reunidos en solitario.

El análisis de Jaime Duran Barba: Vidal perdía igual y Macri sigue como líder 

El desayuno entre el ex jefe de Gabinete y el actual mandatario se da luego de la conferencia de prensa que realizó el titular del Banco Central, Guido Sandleris, en la que brindó precisiones sobre el endurecimiento del cepo cambiario que se restableció tras la derrota de Juntos por el Cambio en las PASO para frenar la corrida cambiara y la pérdida de reservas. Según consignó el director de la entidad monetaria, el límite para la adquisición de divisas alcanza a 200 dólares para aquellas personas que hagan la operación vía homebanking, pero para las compras en efectivo, sólo se podrán adquirir 100 dólares.


Uno de los reclamos que realizó el entonces candidato del Frente de Todos al Presidente cuando se produjo la corrida cambiara fue que la Casa Rosada trabajara para cuidar las reservas del país. Las medidas que se implementaron apuntan en esa dirección.

Fernández avaló el "dólar Alberto" de $60: "Ya tiene un valor razonable"

La reunión entre Macri y Fernández era algo que desde el oficialismo ya tenían planeado en caso de que se repitiera el escenario de las PASO y el Frente de Todos ganara en primera vuelta. Lo reconoció el asesor presidencial Jaime Durán Barba durante la edición especial del ciclo Periodismo Puro que conduce el CEO de Perfil Network, Jorge Fontevecchia, que se emitió anoche por Net Tv


“La idea fue ganar, pero si no se ganaba había que ver cómo hacemos para dar un paso para que la Argentina tenga una democracia institucionalizada, formal, en la que los adversarios aprendan a respetarse y construir un lindo país. Si bien no estaba planificado en detalle, estaba dentro de ese horizonte. Qué hacemos para que el país cambie porque eso también es cambiar el país, tener actitudes democráticas, republicanas que si se siguen dando en el tiempo van a dar una mejor democracia”, expresó el experto.





sábado, 26 de octubre de 2019

El ingenio argentino sacude la campaña electoral… @dealgunamanera...

El ingenio argentino sacude la campaña electoral…


Muñecos inflables, flashmobs y conciertos de bandas que no existen son algunas de las estrategias para repudiar candidatos.

© Escrito por Georgina Zerega el viernes 25/10/2019 y publicado por el Diario El País, de la Ciudad de Madrid, España.

Una mujer agita el brazo en señal de festejo, un taxista conduce su coche al mismo tiempo que intenta grabar con su móvil y dos amigas se frenan a leer. Todos ponen la mirada en alto para prestar atención a los mensajes que se proyectan en las paredes de la capital argentina. “La grieta ya fue”, “Macri ya fue”, “El pueblo despertó”, se lee en un centenar de puntos en la ciudad. Es la quinta intervención callejera del movimiento Si vos querés, una iniciativa que nació con la idea de poner fin a los 12 años de gobierno en ciudad de Buenos Aires de Juntos por el Cambio, el partido de Mauricio Macri. La campaña electoral que llevará al país a las urnas el próximo domingo ha despertado el ingenio argentino, que se lanzó a la calle con cumbias, muñecos inflables, conciertos de bandas que no existen y hasta un flashmob masivo.

El sentimiento de que Argentina se juega el futuro el 27 de octubre flota en el ambiente. El miedo al “regreso al pasado” con el kirchnerismo se disputa los votos con el enojo con Macri por “no llegar a fin de mes”. Este enfrentamiento ha arrastrado a la gente a plantear propuestas apartidistas que llaman a repeler votos de algún candidato.

El movimiento Si vos querés es un ejemplo de este último caso. “El proyecto nace con la idea de discutir la hegemonía del partido de Macri en capital”, cuenta una portavoz de la iniciativa ciudadana. “La idea no es que voten a algún candidato, sino que no voten a [Horacio] Larreta”, dice en referencia al actual jefe de Gobierno de Buenos Aires. Ellos ya habían ganado las redes por eso decidimos apostar a la calle”. La proyección de mensajes en las paredes fue la primera actividad. Al tener éxito, los organizadores decidieron elevar la apuesta después de las elecciones primarias del 11 de agosto. Crearon una canción de cumbia, llamaron a una coreógrafa, difundieron un vídeo donde enseñaron los pasos y, días después, llenaron de baile la mítica calle Corrientes.

Sudor Marika. Si vos querés

El flashmob, medio organizado y medio improvisado, se viralizó en las redes. Pero lo que más repercusión tuvo fue la canción que se bailó. "Macri ya fue, Vidal ya fue / Si vos querés, Larreta también", dice la letra que pide replicar en la ciudad de Buenos Aires la derrota macrista a en el escenario nacional. En un país que suele dedicarle una cumbia a cada noticia, el tema se abrió paso con facilidad entre jóvenes y adultos. “Ya no llego a pagar el alquiler / No sé qué hacer, no sé qué hacer / Todo el día laburando y laburando [trabajando] / Encima sube el bondi [bus] y nos están precarizando”, cantan los más grandes. “Que la playa ya no sea un privilegio / Quiero vacaciones cuando termine el colegio”, entonan los más chicos.

La popularidad de las estrofas desató una marea de apoyo. “Al principio éramos diez personas, pero la gente se empezó a sumar y ahora somos unos 8.000”, cuenta la vocera. “Nos pedían que lleváramos el flashmob a cada barrio, era una locura”. Los primeros en sumarse, cuenta, fueron los miembros de los partidos de la oposición. Algo que los catalogó ante los ojos de muchos como una estrategia de campaña de Matías Lammens, candidato kirchnerista y principal opositor a Larreta. “Ya le dijimos a Lammens que no se podía apropiar del Si vos querés, es de la gente, no de los políticos”, sentencia.

Conciertos de bandas que no existen


A principios de octubre, Buenos Aires amaneció con gran cantidad de los carteles de campaña del candidato kirchnerista al Gobierno de la ciudad tapados por otros letreros. “Juancho y sus crayones”, “Me To-K” y “Plan B”. Con la estética característica de los espectáculos de cumbia, los afiches invitaban a un show con la actuación de estas tres bandas en un sitio llamado “Cocon bailable”. “Damas sin cargo, caballeros $200. Hasta las 2:00 horas”, decían. Pero ni las bandas ni el lugar existían.


El Frente de Todos salió rápidamente a protestar contra la iniciativa y subrayó “lo poco creíble de un anuncio sin fecha ni lugar”. El tema se volvió blanco de burlas en las redes y la inexistente banda “Juancho y sus crayones” consiguió varias cuentas de Twitter y Facebook.

Los inflables de la corrupción


La otra candidata que ha sufrido campaña negativa ha sido la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Casi una veintena de organizaciones civiles se concentraron el domingo pasado a las puertas de la Universidad de Buenos Aires, donde se desarrolló el segundo debate presidencial. Allí montaron un inflable de unos 15 metros de altura con la imagen de la candidata a vicepresidenta vestida como presa, con un bolso de dólares en una mano y en la otra un títere del candidato presidencial Alberto Fernández.

“Tomamos el ejemplo de otros países, como Brasil, donde se han hecho grandes figuras de renombrados políticos acusados de corrupción”, relata Natalia Basil, una de las organizadoras, en referencia a los inflables de los expresidentes brasileños, Lula Da Silva y Dilma Rousseff, que aparecieron en las manifestaciones en apoyo a Jair Bolsonaro. “Pensamos que sería una buena idea de impacto visual para destacar la corrupción del gobierno kirchnerista”, señala. La iniciativa fue bien recibida por muchos, asegura, que aplaudían y tocaban bocina. "Varios ciudadanos que lo vieron en televisión iban a sacarse una foto”.