Lanata: "Cristina inventa el mito de Kirchner para poder gobernar"
El periodista analiza la política y la construcción de poder de la Presidenta, luego del fallecimiento de su esposo. Clarín, la corrupción y los negocios K.
El martes 18 de octubre, Jorge Lanata recibió a Perfil.com en su departamento, para hacer un balance de lo que cambió luego de la muerte de Néstor Kirchner. Unos días después, el periodista fue internado e intervenido por una disfunción renal.
- Casi se cumple un año del fallecimiento de Kirchner, desde un punto de vista estrictamente político ¿La muerte de Néstor benefició a Cristina?
- Dicho así parece premeditado y en realidad no lo fue. El Gobierno estaba en una crisis política grande, venía de perder una elección parlamentaria, había un punto donde Néstor no encontraba un lugar en la política, se había ido a Puerto Madero, estaba armando cosas...no estaba muy claro. Primero se había dicho que iba a desaparecer. Después, él no podía con sí mismo, no podía desaparecer por su personalidad, seguía manejando todo. Y estaba el tema del doble comando. El post 125 fue el peor momento político del Gobierno, que tuvo un correlato en la realidad electoral, perdieron una elección. No es que les sale gratis, pero tuvieron una capacidad de recuperación muy grande. La muerte de Néstor ayudó a algo, cuyos efectos vamos a ver más adelante, que tiene que ver con la creación del mito de Néstor. La muerte de Néstor es un mito más de imagen que de contenido. ¿Te acordás de algún discurso de Néstor? Es curioso. Venimos de una época en la que nos acordábamos de los discursos de los políticos, y hace un tiempo en el que los discursos de los políticos quedaron vacíos. Siempre digo para saber si la nota es buena o mala es acordarte de lo que leíste. A veces uno lee a periodistas y dice 'que bien escriben' y después no te acordás lo que leíste. Los estadistas hacen discursos y proponen cosas y, en general, te acordás de los discursos. Bueno no me acuerdo de una frase de Néstor. Sin embargo, hay un fanatismo como no hubo nunca desde Perón para acá. Nunca se inauguraron tantas plazas, obras públicas, libros, campeonatos de fútbol...
- ¿Y por qué se da eso?
- Es una construcción deliberada, audaz e inteligente de parte del Gobierno. Creo que empieza con el velorio de Néstor, Cristina necesitaba ese mito para gobernar. Cristina inventa el mito de Kirchner para poder gobernar. Néstor es una invención de Cristina, pero es una invención en proceso, que no está terminada. Yo trabajo en la Cadena Ser de España y una vez por semana hacemos una tertulia, con Vargas Llosa, Boris Izaguirre y otros. Cuando conté por primera vez al aire que a Néstor ella lo llamaba “Él”, se rieron diez minutos. A nosotros nos parece normal, pero no lo es. No es normal que lo llame “Él” como si fuera Dios.
- Pero obviamente el duelo existe...
- Por un lado, el duelo es una prerrogativa personal y hay que ser respetuoso con eso. Es difícil decirle a una persona en qué momento dejar de estar de duelo. Cada uno verá en su corazón cuando deja de estar de duelo o no. Pero es difícil no evaluarlo políticamente porque Cristina es una persona política. No es casualidad lo que hace. En los avisos electorales aparecía de blanco, de espaldas, no de negro. Ese aviso lo debe haber visto. Debe haber pensado "¿Qué hago? ¿Lo dejo o lo saco?". Eso se transforma en un símbolo. Ya no es inocente que no siga teniendo luto. No es que lo usa deliberadamente, lo usa porque es lo que le está pasando y encontró una manera de capitalizar eso políticamente. Ella, a lo mejor sea más animal político que Néstor. O entiende la política de otra manera. Néstor la entendía como un juego de alianzas; ella, no. Ella la entiende como algo más cerrado, mucho más de "orga". La mesa chica de ella es chica realmente y es cada vez menor: Zannini, Boudou.. Cada tanto, De Vido, uno nunca sabe si lo dejan o no estar ahí. Ella tiene una pequeña relación con María Laura Leguizamón, pero más como de una confesión personal, no política.
- ¿Te parece peligrosa la construcción de Néstor como un mito?
- Los mitos se construyen de abajo para arriba. Nadie decide si hacer un mito, lo decide la gente. Si un mito se construye al revés, a mí no me gusta porque me parece que se hace por algún motivo que no es legítimo.
- ¿Pero esa construcción no empezó justamente desde abajo, con la masividad que tuvo el velatorio de Néstor?
- Sí, fue masivo y hubo una participación de jóvenes que para muchos fue inusitada, pero también hubo una preparación televisiva para el velatorio, con tipos a los que hicieron saludar dos veces ante la cámara... No hubo tanto de improvisación como parecía. Fue todo muy armado. Uno hubiese esperado que en una situación de dolor no hubiese estado todo tan premeditado...
- Sí, lo único que no se pudo manejar fue el mal clima que se vivió cuando llegó Moyano al velatorio y que se atribuyó a que Néstor había discutido con él muy fuerte la noche antes de fallecer.
- Sí. Bueno, también después, en las biografías, que más que biografías son como las exégesis que se escribieron después sobre Kirchner, se han contado distintos finales. De que ellos estaban juntos, no estaban juntos, si estaban con tal o con cual, y por poco murieron haciendo el amor... Sabemos que no es así. Kirchner murió en el hospital, no murió tampoco en su casa.
- ¿Eso formó parte de la construcción?
- Para mí es parte de lo mismo, el cómic de la Cámpora con El Eternauta. El transformarlo en un personaje, las canciones...
- Es verdad, pero también toda esa construcción del mito es evidentemente peronista.
- Yo creo que este Gobierno es muy peronista en muchas cosas. Y si vos ves un poco la historia del primer peronismo, hay un montón de paralelos. Yo siempre recomiendo el último libro de Pablo Sirvén, sobre el primer gobierno de Perón y la relación con la prensa, donde ves ahí calcada la pelea que hoy está sucediendo con Clarín, pero que era el diario la Prensa. Y lo que está pasando hoy con Papel Prensa, no se llamaba Papel Prensa, pero la discusión era la misma. El Estado quería garantizar la provisión de papel y el cupo de papel a los diarios opositores. Por eso salían ediciones de diarios de seis, ocho páginas. No había plata para papel. Pero la discusión era muy parecida. Y la introducción a medios de comunicación de capital privado vinculado al Gobierno que es lo que está pasando hoy también, porque cuando se habla de medios estatales, no se habla solamente de Canal 7. Acá hay mucho medio paraestatal. ¿Qué es Electroingeniería? Es cierto, no es un medio, pero tiene medios y forma parte del aparato del Estado. ¿Szpolski no forma parte del aparato del Estado? ¿Gvirtz no forma parte del aparato del Estado? Son empresas privadas, pero son casi empresas mixtas.
- No sólo ideológicos, sino que son aparatos económicos del Estado.
- Aparatos económicos del Estado que forman parte del aparato económico oficial. Eso es típico del primer peronismo. Y la división social, la grieta, que también va a ser difícil de superar con los años, de gorilas-no gorilas, también es del primer peronismo.
- ¿No es anacrónico que sean los jóvenes los impulsores de esa división entre gorilas y no gorilas?
- Es que es un tipo de discurso que es lógico que cale muy fuerte en los pibes, primero a veces por ignorancia de los propios chicos. Después porque son más fáciles de manipular los chicos que los grandes. Y también porque es un pensamiento fácil. Cuando a vos te dan todo digerido y te dicen que el enemigo es éste, dale para allá, bueno, allá vas. Es, de alguna manera, un pensamiento despeinado, en el sentido de que va contra corriente, es contra poder, o por lo menos es aparentemente contra poder. Es lógico que los chicos se enganchen con eso. Vamos a desobedecer. No está mal como actitud de los chicos, el problema es si los grandes lo usen de manera cínica.
- Pero no es desobedecer al poder del Estado, sino desobedecer a otros poderes.
- Esa es la paradoja que tienen con la Cámpora. Que en una época era como el supuesto ejemplo de militancia y hoy es un grupo de yuppies que tratan de manejar empresas. Y bueno, en esa contradicción están. Y por eso muchos tipos que sí tuvieron que ver con la Cámpora, hoy dicen: “hey, chicos, no es por ahí”. O sea, hacíamos otra cosa, nosotros íbamos a las familias a militar, no íbamos a la gerencia de Aerolíneas...
- ¿Por qué crés que los hechos de corrupción o de violencia protagonizados por Moreno no parecen afectar el caudal político del Gobierno?
- A ver, hay varias cosas ahí. Primero, a lo mejor no estamos hablando de valores que sean compartidos por toda la población, primero. La gente a veces no tiene preocupaciones institucionales. Y a veces hace bien en no tenerlas porque el Congreso es un desastre, porque las instituciones son un desastre también. La gente prioriza otro tipo de cosas. Y más en los sectores más bajos. La situación económica tiene importancia y es lógico que lo tenga. Ahora, esas cosas también pasan. Digo, también hemos visto que en la época de Menem nadie se cuestionaba nada hasta que se empezó a cuestionar. O sea, mucha gente está asombrada de que saque más del 50 por ciento, pero todas las reelecciones fueron con el 50 por ciento. No sería la primera. Menem ganó con el 49.97, Perón ganó con el 62 y todas las reelecciones después fueron un desastre. O sea, eso no indica nada al principio. Vos podés tener un gran apoyo que después se diluye. Yo creo que es un momento de prioridades de épocas, que hay momentos en los cuales la gente puede estar preocupada por unas cosas y después por otras. No creo que esas preocupaciones sean definitivas, para nada.
- Pero estamos hablando de hechos violentos...
- ¿Molesta que Moreno sea un patotero? Y no, pero algo de patoteros seremos los argentinos también. Si no, hubiera molestado mucho antes, cuando le ponían la pistola en la mesa de negociación a un empresario. Y sin embargo, la gente se ríe, es como una piolada. “Le puso la pistola…" Somos eso también. Veamos qué somos. Porque no somos un grupo de suizos parlamentaristas. Somos esto que somos.
- ¿No creés que quizás Cristina va a empezar a extrañar a Néstor en su segundo gobierno?
- Yo creo que Cristina va a ir por la re-reelección. En principio, yo nunca vi un peronista que pudiendo ganar, se vaya. A mí me parece que es intrínseco al ADN peronista quedarse en el poder. Además, los antecedentes históricos indican que va a ser así porque ¿por qué ella votó la reelección en Santa Cruz y no lo haría acá? Y por otro lado, no hay figuras de recambio. Hace muchos años que están gobernando ya. No es que llegaron el año pasado... y en todos estos años no lograron generar figuras de recambio. Vos fijate que si ella no se hubiera presentado ahora, no había quién. O el otro que había no era kirchnerista, que era Scioli. O sea que si ella no se presentaba el kirchnerismo desaparecía como tal. Yo no me lo imagino a Boudou representando al kirchnerismo… Aparte Boudou tiene todo el perfil de un ministro que en cualquier momento va a tener problemas. Porque se empieza con la guitarrita, y se termina con cualquier cosa. Pero supongamos que no, que todo transcurre normal y que Boudou es Churchill, tampoco lo veo a Boudou como reemplazante kirchnerista de Cristina.
- A lo mejor, en estos cuatro años surge una alternativa.
- Es difícil decir eso, qué sé yo. Puede ser. Es mucho tiempo, y esto es Argentina y cualquier cosa puede pasar. También, a lo mejor, con el tiempo Macri se da cuenta de que es peronista y se presenta como peronista.
- ¿Quién reemplazó a Néstor en el armado político del kirchnerismo?
- Nadie. Ahora hay un modelo más cerrado. Con una cosa rara también, porque uno podía suponer que alianzas espurias hechas por Néstor iban a terminar, pero Cristina finalmente las mantuvo. Nunca se peleó. Era curioso: cuando ella estaba por asumir, había un discurso que no era oficial porque no podía ser oficial, pero que venía del Gobierno, que era "Ahora se acaba el curro. Viene Cristina y se acaba el afano. Cristina no acepta quilombos". No se fue nadie. El tipo que hacía negocios con Néstor hizo negocios con Cristina. Les habrá sonreído menos, se habrán encontrado menos, pero los negocios siguiendo estando. En ese sentido, a mí me parece que también hay mucho de show off ahí. Yo no puedo creer en serio que Cristina esté en contra de la corrupción, sinceramente, porque la corrupción sigue estando. O no tiene poder y no lo puede controlar, o tiene poder y lo avala.
© Escrito por Jorge Lanata y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el martes 25 de Octubre de 2011.