Para todos los que disfrutan bailar.
No necesitás experiencia previa.
No, no era un sueño, era real que Romero le tapaba un mano a mano a Martins, pasados los 23 del segundo tiempo, y así evitaba el golpe de nocaut de Bolivia. Era realidad, sí. La Selección, este equipo de estrellas que a nivel nombres es top a nivel mundial, perdía 1-0 con un rival muy inferior y zafaba del segundo. Estaba nervioso, desconcertado por ese gol en el arranque del segundo tiempo y ése pudo ser el cachetazo que por suerte no supo dar Bolivia.
Y entonces ahí renació el equipo, yendo al frente con actitud y ganas, con poco fútbol del bueno. Poco de lo que pregona Batista, el toque por abajo, la jugada elaborada. La Selección, que había zafado del 0-2, sufría contra un equipo que supo plantarse bien con dos líneas de cuatro, que cerró espacios y que supo ser zorro, haciendo tiempo y sin pegar muchas patadas.
Sufría más que en el primer tiempo, en el que había aprisionado por momentos al rival, en el que Messi había tenido algunos arranques con su típica velocidad, esquivando muñecos y hasta sirviéndole un gol a Tevez. Hablando de Carlitos, el jugador del pueblo, el más ovacionado, ¿cómo puede ser que sea lo que es en el City y que se lo vea así con la celeste y blanca, impotente, chocando, con nula participación en el ST (sólo le hicieron una falta y pateó la última del partido).
Después de un primer tiempo mediocre, en el que la Selección se pudo haber ido arriba, en el segundo se esperaba una avalancha local. Pero no, el gol de Bolivia generó nervios que paralizaron. Di María (entró por Cambiasso, y Carlitos fue más hacia el centro) empujó verticalmente por izquierda y generó algo de ilusión, pero no hubo fútbol, Banega siguipo intrascendente y Messi perdido entre tanta pierna. Tan apagado que tuvo un tiro libre en el puerta del área, que terminó en tirito en la barrera. Leo, sin dudas, no fue líder y estuvo lejos, muy lejos de lo que pueda dar, poco partricipativo en el ST.
Cuando uno no sólo esperaba ganar, sino jugar bien, se llegó a la media hora en desventaja. Batista metió a Agüero por Lavezzi y el Kun entró metido, enganchado: casi empata en una personal y después puso el 1-1 con una gran definición. La Selección apostaba al 2-1 en el final, sólo con garra, expuesta a la contra de un rival que se animaba a tocar y a llegar con peligro, incluso.
El arranque soñado pudo ser pesadilla. Pero apareció Agüero para que no fue una noche negra. Un 1-1 con Bolivia, y jugando mal, resultado histórico para el visitante vestido de verdes, ¿a quién no le puede caer mal? Con nombres no alcanza. Kun esto no alcanza. ¡Qué verdes que estamos!
© Escrito por Mariano Dayan y publicado por el Diario Deportivo Olé el viernes 1º de Julio de 2011
En el encuentro que dio apertura a la Copa América 2011 las selecciones de Argentina y Bolivia empataron en 1 gol por lado, dejando abierto el grupo A.
En 10 minutos los locales monopolizaban la posesión del balón y abrían bien la cancha con la subida de Zanetti y Marcos Rojo. Bolivia apuntaba claramente al contragolpe, aunque sin claridad hasta ese momento.
A los 21 minutos del primer tiempo el número 7 de Bolivia, Edivaldo Rojas, tuvo la posibilidad de abrir el marcador. Un buen remate desde fuera del área fue contenido por Romero.
4 minutos después, Messi convinó con Lavezzi que avanzó por la banda derecha y remató muy cerca del arco custodiado por Arias.
“La pulga” comandó el ataque argentino por el centro de la cancha. A los 30 minutos hizo una buena jugada personal y descargó para la banda izquierda donde Carlos Tévez tomó el pase y remató de primera, el portero boliviano desvió al corner.
Al comienzo del segundo tiempo Batista mandó a la cancha a Di María en lugar de Cambiasso.
Edivaldo Rojas golpeó el balón de taco tras un tiro de esquina a los 3 minutos de juego y la pelota se metió en el arco por debajo del pie de Ever Banega, quien cubría el primer palo. Bolivia daba la sorpresa y vencía 1 a 0 a una Argentina que se mostraba desconcertada.
A los 14 minutos del segundo tiempo Messi casi logra empatar el encuentro con un tiro de bolea dentro del área que el portero Arias despejó al corner.
A los 65 minutos de partido Bolivia tuvo el segundo, Martins picó habilitado completamente solo y no pudo definir en dos oportunidades en el mano a mano ante Romero que cubrió bien.
A los 72 minutos el recién ingresado Agüero hizo una buena jugada individual por el centro que finalizó con un disparo de pierna izquierda que se fue levemente desviado.
A los 75 minutos Argentina empató el partido, Dia María tiró un centro, Burdisso bajó el balón con el pecho y Agüero ejecutó una media vuelta impecable que se clavó en el ángulo superior derecho del portero boliviano, golazo para igualar el partido.
Argentina casi encuentra el gol de la ventaja a los 78 minutos. Agüero nuevamente remató, el portero despejó y Di María remató por encima del horizontal en el rebote
A los 92 minutos Argentina pudo haberlo ganado, tras un cabezazo forzado de Burdisso que el arquero Arias contuvo en dos tiempos.
FORMACIONES:
Argentina: Sergio Romero; Javier Zanetti, Nicolás Burdisso, Gabriel Milito, Marcos Rojo, Ever Banega, Javier Mascherano, Esteban Cambiaso (46′ Di María), Ezequiel Lavezzi (70′Agüero),Carlos Tévez y Lionel Messi.
Bolivia: Carlos Arias, Lorgio Alvarez, Ronald Raldes, Ronald Rivero, Luis Gutiérrez, Jaime Robles, Walter Flores, Joselito Vaca (64′ Chávez), Jhasmany Campos (80′ Arce), Edivaldo Rojas (90′ Cardozo) y Marcelo Martins.
© Publicado por http://www.copa-america2011.net
Los grandes ganadores en esas listas de candidatos han sido los jóvenes de La Cámpora, que reivindican a Héctor Cámpora, un odontólogo de San Andrés de Giles que fue eyectado de la presidencia por el propio Perón con el argumento de que no podía controlar a la izquierda peronista y a los montoneros ni garantizar la gobernabilidad del país. Cámpora duró apenas 49 días en el gobierno, en 1973.
A partir de ese momento, la figura de Cámpora fue levantada por la izquierda peronista en oposición a la de Perón, como una manera de denunciar el giro conservador que, a sus ojos, caracterizó la última etapa del fundador del movimiento.
Según una anécdota que suele contar en privado el ex gobernador y ex senador Antonio Cafiero, la propia presidenta Cristina Kirchner no tiene un buen recuerdo de ese último Perón. “Para ese viejo, yo no pongo un peso”, habría dicho la Presidenta cuando Cafiero le contó sobre la idea de él y de otros peronistas históricos de hacer una colecta pública para pagar una estatua de Perón y colocarla en un terreno ubicado al costado de la Casa Rosada.
Cafiero es un caballero y no repite esa anécdota en público, pero se la ha contado a varios compañeros de la vieja guardia, como a Osvaldo Agosto, el jefe de Prensa de José Ignacio Rucci, el ex secretario general de la CGT asesinado en 1973 por un grupo montonero.
Lo cierto es que, a pesar de que el peronismo gobierna desde 2003 y ellos tienen todos los papeles en orden, ese grupo de peronistas aún no ha podido colocar la estatua de Perón en ese lugar.
Si la estatua fuera de Cámpora, seguramente no habrían tenido que esperar tanto.
© Escrito por Ceferini Reato (*) y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 1º de Julio de 2011. *Periodista y escritor, autor de “Operación Primicia”.
Más de 100 personas resultaron heridas en los disturbios. En medio de una nube de gas lacrimógeno, los manifestantes lanzaron todo lo que podían encontrar contra la policía antidisturbios y trataron de bloquear el edificio del Parlamento. La Policía antidisturbios disparó salvas de gases lacrimógenos para hacer retroceder a los manifestantes, que agredían a los agentes con botellas y basura, y volcaban barreras.
© EFE/AFP
Millones de griegos participaron de la huelga y protestaron ante la nueva ley económica “2012-2015″. EFE
Muchos de los aromas que olemos y que están en los perfumes y productos cosméticos se producen en las industrias con un saldo negativo porque el proceso es contaminante. Es por eso que un equipo de científicos del Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica (INCAPE), que depende de la Universidad Nacional del Litoral y del Conicet, logró obtener fragancias con olor a violetas y también una sustancia que forma parte de la vitamina A de una manera más amigable con el medio ambiente.
La investigación, que comenzó hace cinco años y ya está en su etapa final, es una de las pioneras a nivel internacional. La clave del proyecto consistió en producir una sustancia que se llama catalizador, que permite acelerar una reacción química entre compuestos líquidos y así transformarlos en la fragancia. “En el proceso industrial, que alcanza rendimientos muy altos, se usan catalizadores -sustancias básicas y ácidas- que son líquidos. Pero deterioran las instalaciones de las plantas químicas y son de difícil manejo. Además no pueden volver a reutilizarse con el mismo fin”, explica Verónica Diez, una de las investigadoras del proyecto.
En cambio, en el proceso industrial “hay que separar la fragancia líquida con un catalizador líquido, y eso se hace con equipamiento costoso y recursos tecnológicos para que no contamine”, explica Di Cosimo. De la forma que ensayaron los investigadores, los costos son “menores” y los rendimientos “son tan altos como el proceso industrial. La contaminación ambiental desde el vamos es un problema que desaparece”.
A partir de la investigación, los científicos obtuvieron una sustancia con tres estructuras diferentes. Dos son valoradas en productos cosméticos y en los perfumes: es la fragancia final con olor a violetas. “Una es más frutal y el otro huele específicamente a violetas”, detalla Diez. “En el laboratorio había un perfume riquísimo, se sentía el aroma”, describe Di Cosimo. El otro compuesto es un “pedacito que, junto con otras sustancias, forma parte de la Vitamina A. Sirve dentro de la síntesis de fármacos”, explicó la investigadora.
Para lograr todo eso, el proyecto que desarrollaron en INCAPE se dividió en dos etapas. En la primera, realizaron la reacción química entre el citral –un compuesto con aroma a limón- y la acetona utilizando catalizadores sólidos llamados básicos, como el óxido de magnesio impregnado con litio. En la segunda etapa, también se emplearon catalizadores sólidos pero en este caso son ácidos, como el ácido tríflico.
Los investigadores aseguran que éste es el último año del proyecto y no pierden las esperanzas de conseguir un sponsor industrial. “Nuestras expectativas es comercializarlo y que alguna empresa de cosmética del país o del mundo se interese en nuestro estudio”, expresa Di Cosimo.
La historia se mancha. Sí, así de directo, así de doloroso. Increíble pero real, River es un equipo de B Nacional. No en lo institucional, no por sus 110 años de historia, en los que ganó de todo, en los que se consolidó como el más ganador de torneos locales, sino por los resultados de las últimas tres temporadas. En el Monumental, ese mítico estadio, sede de tantos festejos, que vio jugar a Alonso, a Francescoli, a Ortega, Aimar, D'Alessandro, Crespo, Aimar, a varios grandes, se fue de Primera por primera vez en su historia. Con Passarella de presidente, se fue a la B.
Parecía que con el gol tempranero de Pavone la historia se iba a resolver, que iba a dar vuelta el 0-2 contra Belgrano del miércoles. Estuvo cerca, se perdió otro gol el 9. Incluso le hicieron un penal grosero a Caruso en ese primer tiempo, pero Pezzotta no lo vio aunque estaba cerca. Belgrano, que pudo haberse quedado con diez por exceso de juego brusco (especialmente Lollo), aguantó como pudo. Y en el ST Belgrano se tiró atrás contra un River que iba e iba, que empujaba y merodeaba el gol, pero que se regalaba atrás. Y después de que el Picante Pereyra se perdiera el 1-1, el empate llegó unos minutos después, tras un blooper defensivo que Farré no perdonó.
Tan torcido anduvo River en el torneo que Pavone, increíblemente suplente en la ida, tuvo la chance del 2-1 en un penalcito que había cobrado Pezzotta: lo atajó Olave, sin dar rebote. Juan José López metió a Villalva, a Bordagaray, que hace cuánto que no jugaban, pero el destino no se pudo cambiar. Ardía el Monumental, de aliento y de nervios. Almeyda, suspendido, sufría desde afuera, con ganas de llorar como cualquier hincha de River, mientras la tribuna Celeste festejaba y esperaba el final con gusto a hazaña. Se paró el partido y lloraban los jugadores, ya conscientes del momento.
Propongo que empecemos ya mismo a construir un gran edificio. Ese es el llamado al país. El edificio debe tener varias plantas. Las bocetadas en estas páginas son tres: una economía desarrollada a pleno, la mejor educación y el rescate de todos los marginados. Debemos levantar esa Argentina preferible. Más próspera y menos injusta. Más democrática y menos exasperada. Más segura y menos confusa. Más instruida y menos intemperante. Hay que trazar, para eso, un camino crítico. Una tarea preparatoria la dieron los dirigentes políticos –de las más variadas ideologías y con ambiciones opuestas– que el 17 de diciembre de 2010 firmaron un acuerdo de gobernabilidad. Uno que muchos habían juzgado imposible. En las páginas siguientes figuran la historia de ese acuerdo, las firmas de quienes lo suscribieron, y los antecedentes de pactos que, a lo largo de nuestra historia, firmaron sectores y figuras sin nada en común. Nada, excepto la voluntad de construir una nación y luego consolidarla.
Más tarde, el libro se vuelve personal y transmite algunas ideas con vistas a lo que (creo) debería ser objeto de un segundo acuerdo. Cuando muestro lo bajo que estamos en el ranking mundial del desarrollo, la educación y la justicia social, no lo hago para causar el desaliento. El propósito es medir el tiempo necesario para alcanzar los niveles a los que deberíamos aspirar. Muestro esa fotografía para que advirtamos las tareas que nos esperan. Para establecer el orden en el cual deberemos realizarlas. Para entender que si –con vistas al bicentenario de la Independencia– queremos una Argentina mejor, debemos comenzar la obra sin demoras. Hoy.
Educación distribuida. Albert Einstein puede tener treinta discípulos; pero no 30 mil. Y no existen mil profesores de física que puedan compararse con el hombre que halló la fórmula E = mc2. Durante años, la ecuación universitaria fue: más alumnos, menos calidad. Ya no. Una revolución pedagógica, unida a las comunicaciones, hizo posible la educación distribuida. Hoy Einstein podría dictar clases a millones, ayudado por gráficos, animaciones y videos. Los estudiantes elegirían cuándo y dónde verlo.
Los costos de estudiar con apoyo electrónico son casi nulos para jóvenes que viven ligados por Facebook o Twitter, juegan con la PlayStation o leen libros en “tabletas” como la iPad. Quien carezca de la parafernalia electrónica, puede servirse de los locutorios diseminados por todo el país. Ninguno sería un receptor pasivo. Con la educación distribuida, los alumnos deben realizar trabajos prácticos –corregidos por un sistema computarizado– y navegar por una inmensa bibliografía. Ya está ocurriendo.
Las universidades a distancia se multiplican. No son universidades virtuales. Tienen su sede y, cada vez más, emplean el sistema de “educación distribuida”, que combina clases virtuales con presenciales. Los alumnos que viven lejos de la universidad asisten semanalmente a una subsede, donde reciben el apoyo de tutores, se relacionan entre sí y dialogan con otros profesores mediante videoconferencias. Todos ellos rinden, a su debido tiempo, exámenes presenciales. Es la modalidad que tiene, en la Argentina, la Universidad Siglo 21 de Córdoba. La sede rosarina de la Universidad del Salvador (USAL) ofrece un posgrado sobre enseñanza superior a distancia. Se dicta a través de los celulares inteligentes Blackberry. A las clases virtuales se añaden dos actividades presenciales por módulo. La enseñanza distribuida no prescinde de los libros, sino que, al contrario, potencia su uso.
Los 12.500.000 volúmenes en papel que posee Yale ya no son un privilegio. Bibliotecas digitales como Flat World Knowledge, Questia, Jstor o Proyecto Gutenberg almacenan libros, en diferentes idiomas, que pueden bajarse a cualquier soporte. En castellano, hay un sinnúmero de bibliotecas virtuales, muchas de las cuales ofrecen libros gratis. La tecnología permite, de este modo, masifi car la excelencia; pero el proceso no está exento de riesgos. Así como la Encyclopædia Britannica no sustituye a la universidad, tampoco lo hace Internet. Una y otra son formidables complementos. Las universidades del futuro no tendrán grandes edificios, pero estarán sometidas a severos requisitos para su instalación, se las someterá a controles periódicos y no podrán ser transferidas sin autorización oficial. Será su obligación fijar secuencias inalterables para cada carrera, escoger profesores especializados en educación distribuida, establecer telecontroles de alumnos que rindan exámenes a distancia y otorgar diplomas que –en ciencias médicas y otras profesiones– estarán sujetos a reválida por instituciones oficiales. El primer peligro es la facilidad con la que cualquiera puede montar –con mínimo costo– una “universidad virtual”. El ciberespacio está poblado de materiales didácticos gratuitos, que pueden ser capturados y organizados arbitrariamente. YouTubeEDU o iTunesU permiten subir y bajar clases universitarias filmadas. Más aun, existe el OpenCourseWare (OCW), ideado por Nicholas Negroponte, al cual adhieren varias universidades. Cursos enteros son colgados en la red, para que se los baje gratuitamente.
El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ya puso en OCW 1.900 cursos. Usadas con irresponsabilidad, esas nobles iniciativas dan lugar a sistemas precarios de educación a distancia. El valor de un título dependerá ahora, más que nunca, del prestigio que tenga la universidad otorgante. La educación superior argentina enfrenta otro peligro. Si no se ofrece alta calidad, los alumnos más exigentes iniciarán una migración virtual a Harvard, Salamanca o La Sorbona. Salvo en las carreras que otorgan títulos habilitantes, les dará lo mismo estudiar en la Argentina o, desde aquí, en prestigiosas universidades ubicadas a miles de kilómetros. Yale se ha propuesto convertirse en “universidad global” y el proyecto tiene el impulso de un latinoamericano: Ernesto Zedillo, ex presidente de México. La globalización educativa tiene ventajas y desventajas. Además de proveer conocimientos generales, una universidad contribuye al fortalecimiento de la identidad nacional. Hoy, nuestras universidades nacionales pueden ser masivas y ofrecer alta calidad. Para eso necesitan dos cosas. Una, admitir que la revolución tecnológica es irreversible. Dos, provocar un cambio copernicano en el modo de enseñar. El psicólogo y tecnólogo David Wiley sostiene que “si las universidades no encuentran la forma de innovar y adaptarse a los cambios que se están dando en su derredor, hacia 2020 serán irrelevantes”.
Adaptarse no significa olvidar los viejos métodos, sino combinarlos.
Barack Obama tiene como subsecretaria de Educación a Martha Kanter , que lideró una comunidad de recursos educacionales abiertos vía Internet.
Sin perjuicio de eso, a sólo 28 días de haber asumido la presidencia de Estados Unidos, promulgó una ley que asignó 100 mil millones de dólares a la mejora de la enseñanza formal en todos los niveles.
Ni facilismo ni complacencia. Bill Gates fundó Microsoft a los 19 años. A la misma edad, Mark Zuckerberg creó Facebook. Steve Jobs montó Apple a los 21. Larry Page y Sergey Brin lanzaron Google cuando ninguno de los dos pasaba de 25. Creadores más morosos fueron: Steven Shih Chen (26 años, YouTube), Jerry Yang (26, Yahoo!), Sabeer Bhatia (27, Hotmail), Dan Bricklin (27, VisiCalc, origen de Excel), Janus Friis y Niklas Zennström (ambos de 27, Skype), Jack Dorsey (29, Twitter). Hoy es imposible concebir el mundo sin lo creado por estos hombres entre los 19 y los 29 años.
Todo habitante del planeta depende, directa o indirectamente, de las computadoras y sus infinitas “aplicaciones”, el acceso a la Web, el correo electrónico o las redes sociales. Se puede extraer, de esta revolución, más de una enseñanza:
Adolescencia y posadolescencia –las etapas más fértiles de la vida– no deben sufrir la sequía que traen el facilismo y la complacencia. En la Argentina se llama “chicos” a hombres de la misma edad que tenía Gates cuando creó Microsoft; o Jobs cuando alumbró Apple. Nuestra educación está dominada por el afán de “contener” a adolescentes y post adolescentes, ahorrándoles el estrés que causan una educación “opresiva” o una autoexigencia “perjudicial”. La búsqueda de logros “prematuros” obliga –según se cree– a una continua “tensión”, que deja cicatrices en la personalidad. En cambio –como dice Beatriz Sarlo– se pretende “educar para la expresión”. La idea es emancipar al adolescente de la enseñanza “compulsiva” y permitir que exhiba “su subjetividad”. En realidad, esto le cierra el camino al perfeccionamiento y a la realización personal.
© Escrito por Rodolfo Terragno, ex senador nacional, periodista y literato, y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 26 de Junio de 2011.
Ahora salió con todo a lo público: primero la Academia Nacional de Periodismo la distinguió con la Pluma de Honor y, después, se conoció que irá como candidata a vicepresidenta en la fórmula que encabeza Hermes Binner por el neo Frente Amplio Progresista.
Noticias: ¿Cómo se siente estando en campaña?
Norma Morandini: Todo el mundo dice “¡cómo estarás sufriendo!”, pero me siento bien. Este es un lugar en el que la vida me ha puesto y lo tengo que honrar.
Noticias: ¿Es verdad que se sorprendió con la candidatura?
Morandini: Sí, porque yo no hago nada de lo que dicen que hay que hacer, no pido, no nada…
Noticias: ¿Es la antipolítica?
Morandini: La anti de lo que se cree que es la política. Yo estoy convencida de que no es eso, tengo figuras que para mí son muy fuertes, por ejemplo, Mandela (Nelson), Hannah Arendt, Simón Wiesenthal, que se pasó los últimos 10 años de su vida haciendo seminarios sobre el perdón…. Me interesa poder mirarse adentro sin el ruido ya de lo que los otros nos dicen que somos. La índole verdadera se manifiesta en la juventud, pero después nos convertimos en lo que creemos que debemos ser, lo que los otros quieren de nosotros, lo que nos inventamos de nosotros mismos, nos salimos de nosotros y nos vamos a pasear por el mundo. Y creo estar en la edad maravillosa en la que uno camina hacia el despojo personal, hacia uno mismo, ya libre de todos los adornos.
Noticias: ¿No la afecta la crítica, inclusive a nivel personal, de algunos sectores?
Morandini: Al inicio era raro, pero trato de no leer. Encontré en un cuaderno mío de los 15 años un escrito que decía “no voy a hipotecar mi vida en la miseria ajena”. Si a los 15 años la vida me dio eso, ahora tengo que actuarlo.
Vida privada y pública. Morandini su único hijo, Iván.
Se exilió en el ´77, después de que desaparecieran dos de sus tres hermanos (Néstor y Cristina). El desgarro de su familia y de su tierra lo palió reconstruyendo periodísticamente las historias ajenas. Más tarde estuvo seis meses con dedicación exclusiva y obsesiva, cubriendo el juicio a las Juntas. “Yo creí que miraba a los otros para no mirarme, y en realidad estaba mirándome en los otros”, analiza hoy. Dice que recién hace diez años que pudo “sacarse el cementerio de encima”, construir desde la vida, ser menos crítica, más calma e ir más liviana. El quiebre fue cuando tuvo el testimonio, en exclusiva, de un sobreviviente (de la familia Pujada, dinamitada en un pozo en Córdoba en el ´75 como represalia por Mariano Pujada, uno de los fundadores de Montoneros) que se salvó a los 11 años y tenía 35 cuando estuvo frente a ella y se largó a llorar como un niño. Morandini sintió que no podía ni seguir indagando ni contar la historia. “Ya no voy a reconstruir desde la muerte, tengo que hacerlo desde el amor”, se dijo.
Noticias: ¿De qué otra herramienta se sirvió para recorrer ese camino?
Morandini: Hice un trabajo espiritual, tengo mucha lectura filosófica, pero sobre todo… es difícil hablar de la intimidad, no por ocultamiento sino porque es lo más íntimo de uno… La culpa es lo más doloroso de los que sobrevivimos a situaciones familiares.
Después de la crisis del 2001, se compró una casa en Córdoba y pasó dos años estudiando el proceso del Apartheid, la Alemania después del nazismo, Brasil, Uruguay y Chile tras sus dictaduras. Así, escribió lo que considera es su trabajo más comprometido, “De la culpa al perdón”. Pero ninguna editorial quiso publicarlo: “Me di cuenta de que nadie quiere hablar de perdón en la Argentina de hoy. No es perdón a los torturadores, ellos tienen que estar presos, sino a nosotros mismos. Creo en la reconciliación y mirá qué necesaria será, que hoy el que es peronista K está enfrentando al peronista no K, el que se dice progresista está midiendo con la vara moral, estamos todos desconfiando de todos”.
Madre de Iván y abuela de Martín (6) y de Lucas (12), contesta personalmente cada uno de los mails que recibe, inclusive los que la critican. “Yo creo en la honestidad de intenciones. Si después me equivoco, tenés que saber que me he equivocado honestamente”. Dice que la pluralidad se transformó en separación porque “se ha puesto esta divisoria de si estás con el gobierno o no”.
Noticias: La acusan de no ser de izquierda.
Morandini: Y durante el menemismo me sacaban por setentista, ¡mirá qué paradoja! Me di cuenta de que al final siempre he ido a contramano, porque ¡Dios mío la izquierda latinoamericana! Exceptuando la guerra de las Malvinas, un fin noble no puede serlo con una dictadura. Aprendí que no hay ningún fin que justifique los medios. Estoy de acuerdo en miles de cosas que este gobierno ha hecho; por supuesto que el Estado tiene que participar en las jubilaciones, armonizar las desigualdades, pero de esta manera no. La manera en la que conseguís las cosas es tan importante como esos fines.
Vida privada y pública. Con las Madres de Plaza de Mayo.
Noticias: Le pasan factura por haber estado en contra de la estatización de las AFJP, de Aerolíneas o haberse retirado del recinto con la ley de Medios
Morandini: Son facturas dogmáticas, no ideológicas. Creo en la intervención del Estado, pero primero discutamos qué tipo de Estado. No entiendo que con 30 años de democracia, alguien pueda creer que esto es moderno, que esto es progresismo.
Noticias: ¿Por qué tanta gente piensa que Cristina Kirchner es progresista?
Morandini: Bueno, porque el 2001 fue… cuando dicen que nos parecemos a España, cuidado que los indignados de España no quieren terminar con la democracia, quieren más democracia. Nosotros, por no indignarnos a tiempo, nos enfurecemos y rompemos el espejo que refleja esa comodidad, cuando por comprar en cuotas no nos indignábamos. Entonces me parece que hay mucho de eso, celebramos la democracia pero no lloramos la guerra perdida.
Noticias: ¿Se plantea para qué poner tanta energía, cuando es poco probable que llegue a buen puerto?
Morandini: No, porque no busco resultados. Puede ser una gran posibilidad de predicar lo que yo creo que me ayudó a mí y puede ayudar al otro. La vida me ha enseñado que soy más serena trabajando a favor y no en contra, entonces ¿por qué no hacerlo en la política? Elija una vez, no descarte, confíe en algo, no descrea. Yo doy testimonio de que vivo con mucha más felicidad desde que no tiro piedras.
Noticias: Como candidata, ¿cuánto está dispuesta a actuar?
Morandini: No, ojalá tenga la lucidez y la integridad personal como para darme cuenta… me han pasado cosas al inicio, una vez habían armado que yo tenía que tocarle la cabeza a un niño y cuando estaba por hacerlo, dije “¡noooo!”,… me la pasé escribiendo contra el marketing político. Tengo la gran posibilidad de actuar todo lo que he dicho, pero no en el sentido de la ficción.
Noticias: ¿Binner le da esa garantía?
Morandini: Sí, porque ellos después del 2001 han juntado estos retazos políticos y gobernaron con distintas fuerzas, que es lo más difícil… esto es una prueba para mí misma de ver cuánto puedo disolver mi biografía en una construcción colectiva, lo que no quiere decir que no tenga mi convicción. Fijate que la política está hecha de la palabra “lealtad”, pero a quién… a uno, si soy leal a mí voy a ser leal a vos. A esta altura de mi vida, prefiero contrariar a millones que a mí misma.
Noticias: ¿El periodismo puede estar a favor del poder?
Morandini: Nunca. La promiscuidad de negocios entre el Gobierno y la prensa ha herido mucho al periodismo.
Noticias: ¿Qué piensa del periodismo militante?
Morandini: La militancia es partidaria, es de gobierno, es de poder; el periodismo tiene que enfrentar siempre al poder político y económico. Cuando alguien hoy dice “ah, ese es empleado de tal”, en realidad te está diciendo “yo soy empleado de tal…”.
Noticias: ¿Los DD.HH. fueron apropiados por el kirchnerismo?
Morandini: No solo apropiados sino no honrados, porque no podés invocar los DD.HH. y después querer matar al otro. Porque primero te ningunean, después te insultan y mañana te pegan una piña. Esto es lo que a mí me preocupa y he hecho cartas públicas a la Presidenta, no podés incitar a la violencia. Me duele que los DD.HH. que tendrían que haber estado al servicio de la educación en libertad y el respeto al otro para respetar la dignidad, se hayan desviado.
Noticias: Ha dicho que la relación de Sergio Shoklender con Hebe Bonafini le daba pudor.
Morandini: Pudor desde lo humano, siempre me impresionó la capacidad de él para saltar sobre la adversidad. Pero cuando ese personaje se hace público manejando valores simbólicos como el pañuelo blanco y valores públicos como es el dinero de todos los argentinos…
Noticias: ¿Los pañuelos se mancharon?
Morandini: No, porque los pañuelos trascienden a Hebe, no tienen nombre propio, son una gesta.
Noticias: ¿Qué responsabilidad tiene Bonafini?
Morandini: La respeto en su dolor pero nadie está por encima de la ley, y como es la Fundación que se construye sobre un pañuelo, no somos nosotros los que tenemos que cuidar el pañuelo sino la misma Fundación… cómo puede ser que en nombre del pañuelo no quieras hacer verdad y justicia.
© Escrito por Valeria García Gesta y publicado por el Diario Perfíl de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el sábado 25 de Junio de 2011.
¿Cómo se hace para explicarle a los jóvenes hinchas de Huracán que el mismo club que estuvo a un paso de salir campeón hace dos años ahora deberá jugar en la B Nacional? ¿Cuántas palabras alcanzan para justificar el cuarto descenso en veinticinco años? Seguramente que todo lo que se diga sonará a excusas, a argumentos gastados, a una inútil búsqueda de culpables. Hoy, el presidente Carlos Babington parece ser una gigantesca esponja que absorbe todos los insultos, todas las responsabilidades y las broncas contenidas de la multitud que dejó derrotada la Bombonera.
Aquella esperanza que nadie imaginaba hace apenas dos años, ese equipo que brilló bajo la conducción de Ángel Cappa y con el atrevimiento de un grupo de chicos donde asomaban Javier Pastore, Matías de Federico y Patricio Toranzo, no alcanzó para torcer una historia que venía mal desde hace tiempo. El Huracán de Cappa mereció ser campeón, un rival durísimo como Vélez y el sospechoso arbitraje de Gabriel Brazenas se lo impidieron. Fue hace dos años, pareciera que ocurrió hace una década.
Todo lo que vino después fue idéntico a un martirio. Porque cosechó 37 puntos en el torneo siguiente y apenas 40 en la que finalizó el último fin de semana. Huracán pudo haber zafado del descenso directo, pero no pudo mantener la ventaja de seis puntos que llegó a sacarle a Gimnasia, a pesar que el Lobo ganó un único partido (2-0 a Banfield) en las últimas trece jornadas. Ya igualados, en el desempate no hubo nada que hacer, después de las muestras de irresponsabilidad deportiva del chico Soplán y del experimentado Cámpora, más allá de cierta rigurosidad del ampuloso Lunati en la segunda roja.
Huracán no parece tener paz deportiva ni tampoco paz social. Los severos cuestionamientos a la gestión Babington (reelecto con casi el 70% de los votos durante la primavera Cappista en 2009) y el ex jugador, ex ídolo, ex entrenador, se está probando el rótulo de ex presidente. Las fracciones políticas se empujan para cuestionarlo, blandiendo documentación, argumentando deudas siderales y falta de compromiso e inteligencia para armar planteles más competitivos. Está claro, también, que el Inglés no es el único culpable.
La lucha será durísima para volver, porque el torneo Nacional B se ha convertido en un campeonato Nacional, ampliamente dominado por los clubes de plazas fuertes del interior del país, dejando para un segundo lugar a los equipos porteños o bonaerenses. Quizá Quilmes y Chacarita hayan sido las últimas excepciones, a un torneo donde mandan santafesinos, cordobeses, mendocinos, sanjuaninos y jujeños. Se sumará a la despareja pelea que mantienen Ferro, el tricolor de San Martín, el ahora regresado Atlanta y hasta el poderoso Rosario Central.
Huracán necesita sangre nueva, frenar las divisiones internas, conseguir gente que aporte ideas, capacidad, trabajo y también dinero, priorizar el esfuerzo silencioso de amparar y cuidar los brotes futbolísticos que están naciendo en las inferiores y entender que con unidad se podrá volver a ser. Lo entendieron hace años en Lanús, que llegó a jugar contra Piraña –pequeño club de Pompeya, vecino al Globo- lo procesaron y consiguieron en Tigre y se arremangaron también en Belgrano, para poner al Celeste de pie, ascienda o no.
La historia le reclamará a la gente que quiere bien a Huracán, un sacrificio más. Parece ser ya la costumbre: pelea contra la adversidad, más penas que alegrías. Así son las cosas hoy. Crudas, difíciles, espantando a los que creen que es sencillo volver. Huracán debe volver, pero en serio. No solamente con un buen equipo. Con un buen club. Esa será la tarea para los años que están por venir.
© Escrito por Alejandro Fabbri y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el jueves 23 de Junio de 2011.