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domingo, 19 de mayo de 2024

Odio, aberraciones y Milei... @dealgunamaneraok...

 Odio, aberraciones y Milei...


El discurso político basado en la mentira consiste tanto en la fabricación de falacias que denigren al rival como en el maquillaje de las propias fortalezas y defectos. Populistas de extrema derecha como Javier Milei están abonados a esta estrategia que no fue inventada por Goebbels ni Donald Trump, sino que es tan vieja como la política misma.

Por ejemplo, se atribuye a Octavio el haber desacreditado a Marco Antonio, hace dos milenios, mediante la difusión de bulos que presentaban a este como un desequilibrado sometido a Cleopatra. Al estilo de los tuits venenosos que circulan hoy por la red de Elon Musk, Octavio acuñó unas monedas con breves mensajes insidiosos contra su rival. Se explicaba así en la reciente exposición sobre fake news del espacio de Fundación Telefónica en Madrid.

© Escrito por Miguel Molina el lunes 20/05/2024  publicado por el Diario La Vanguardia de la Ciudad de Barcelona, Reino de España.

Milei, arropado por celebrities de la extrema derecha global, se abonó ayer a la mentira en un discurso en el que llegó a culpar al socialismo del asesinato de 150 millones de personas, sin aclarar en qué fuentes se basaba, y en el que calificó de “corrupta” a la esposa del presidente del Gobierno español sin aportar prueba alguna.

Además, en su fin de semana madrileño, Milei dejó anotada una frase estelar que trasciende el concepto de fake news: “La justicia social es una aberración”. Es una apreciación que a buen seguro comparten sus correligionarios europeos, pero que se cuidarán mucho de sostener en plena campaña electoral.

Hay maneras de combatir estos discursos. El Gobierno español reaccionó llamando a consultas a su embajadora. El filósofo Slavoj Žižek acaba de publicar un ensayo (Demasiado tarde para despertar, Anagrama) en el que urge a movilizarse contra la deriva apocalíptica de la historia. Y hay otras vías novedosas, como la que exploran unos investigadores del MIT, Cambridge y Cornell que tratan de probar que, con la ayuda de la IA, se puede lanzar mensajes que se ajusten como un traje a medida a cada receptor de discursos de teoría de la conspiración.

Esta focalización, sostienen, será mucho más útil para neutralizar estos embustes que los desmentidos que no tienen en cuenta el modo en que las mentiras del populista de turno impactan en las diferentes tipologías de creyente. La IA al rescate, quién lo iba a decir.


    

Panorama Económico. Milei y su obsesión por la dama que más conoce: la economía… @dealgunamanera...

Panorama Económico. Milei y su obsesión por la dama que más conoce: la economía…

Planchado… Imagen: Pablo Temes.

El Presidente le destina la mayor parte de su tiempo. Está convencido de que la gente no podrá soportar otra devaluación.   

© Escrito por Carlos Burgueño el domingo 19/05/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Javier Milei dedica horas (muchas) a la economía. Y de manera casi compulsiva. Con intensidad. Sobre sus mesas de trabajo (tiene al menos tres), despliega cuadros, gráficos, anotaciones con números, porcentajes, tendencias. Considera el presente. Va para atrás en el tiempo comparando variables. Hace proyecciones al futuro. Tiene recortes de artículos de coyuntura de economistas y analistas financieros teóricamente algo o mucho más cerca de su pensamiento liberal, donde los párrafos que considera importantes están resaltados. Anota palabras. Consideraciones. Y reflexiona para dentro de sí. Y ante cualquiera que se le acerca. Sepa o no de economía. Llama permanentemente a funcionarios y asesores. No importa la hora. Puede ser de noche, tarde. Puede ser desde la Casa Rosada u Olivos. O desde Los Ángeles o, como ayer, desde España. Todos saben que tienen que atender el teléfono. 

Lo bueno es que la consulta es breve. Puntual. Y hay algo que reconocer. Da la impresión de dominio total del escenario. Toda la botonera económica y financiera del país, parece estar bajo su control de daños y beneficios. Y se anima a diseñar día a día sus planes, asegurando que tiene todo en su cabeza. En el corto, mediano y largo plazo. Demuestra a todos los que se cruza en esos momentos de intensidad que no tiene dudas hacia dónde va. Y que no le tiembla el pulso.

Esta pasión por los gráficos, números, porcentajes estampados en papeles a la vieja usanza, fueron prolijamente ordenados por él mismo para su viaje a España. Y lo acompañan a cada momento de su gira europea. Como el jet lag le provocó una mala pasada, sus horas de insomnio se concentran en volver a ver y releer los datos ya analizados infinidad de veces; y comentados con muchos colaboradores directos e indirectos. La llamada a estos o a sus funcionarios puede llegar a cualquier hora. Simplemente aparece un “estás?”. “Te puedo llamar?”; sabiendo la persona que está del otro lado del whatsapp que se trata de un aviso, no una pregunta.

Milei interviene un mercado desregulado (por él) y busca bajar las tasas de los bancos.

En estas horas un tema concreto inunda su agenda económica, y concentra sus esfuerzos analíticos. Milei está convencido de que no hay atraso cambiario. Y que es perfectamente correcta la proyección de un dólar levemente superior a los mil pesos para fin de año, manteniendo el ritmo de crawling peg desde enero, luego de la firma del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Mira cuadros que le llegan, dónde se distribuye el tipo de cambio y su competitividad en diferentes sectores, y ve que en realidad, el problema de un eventual retraso se concentra en algunos rubros, pero no todos. Ve que hay problemas en el equipamiento del hogar, rubro automotriz, salud, alimentos y bebidas y restaurantes y hoteles. Como contrapartida, el tipo de cambio es plenamente competitivo en los servicios como electricidad, gas y agua, alquileres, comunicaciones, educación y transporte público. Está convencido que es posible actuar sobre los primeros mejorando competitividades, bajando costos y trabajando sobre regulaciones. Considera que hubo un sobreajuste de precios en algunos sectores como alimentos que, desconfiados en que tendría éxito en su faena antiinflacionaria, apostaron a un estallido que llevara el dólar a los 2 mil pesos. Y que ahora les toca ajustar hacia abajo precios.

Le llegó también a Milei una experiencia cercana en el tiempo. La de la crisis griega de 2009, cuando ese país no pudo hacer frente a su deuda soberana y vivió un severísimo ajuste apadrinado por el FMI y la Unión Europea (UE). Su visión es que el plan diseñado para salir de ese evento fue exitoso, porque Grecia comenzó a crecer al año de haber caído en desgracia. Y que, dado que pertenece a la zona Euro, hubo una sola variable que no pudo tocar: la cambiaria. Toda la recuperación se concentró en reducción del gasto público, desregulaciones económicas, reformas laborales, impositivas y contractuales y mucha apertura al capital extranjero. Para Milei esta experiencia es un ejemplo de “ancla cambiaria”, compatible con la realidad argentina. Según su visión, se puede salir adelante y hacer crecer al país ya desde el segundo semestre, sin necesidad de nuevas devaluaciones; las que, está convencido, provocarían una mayor presión inflacionaria que el público podría ya no soportar con la paciencia del primer semestre del año.

Cree que se puede hacer crecer al país desde el segundo semestre, sin una nueva devaluación.

Por todo eso se molesta cuando lee artículos y desgrabaciones de comentarios de economistas ortodoxos donde se habla con insistencia del problema cambiario. Y que la falta de liquidación sojera obedece a la vigencia de un dólar por debajo de los mil pesos. Milei defiende al campo, y asegura que el problema no es el tipo de cambio, sino los bajos precios de la soja, que se mantienen dentro de los 450 dólares la tonelada; casi el mismo precio con que Néstor Kirchner inició su mandato en 2003, pero con un gasto público que representaba en dólares el 30% que el actual. Confía en que los dólares sojeros serán suficientes y llegarán en lo que queda de mayo y julio; y que los productores y exportadores no lo defraudarán. Confía así más en ellos, que en sus colegas del Círculo Rojo industrial.

Afirma que esta credibilidad depende de que pueda mostrar que es verdad que la inflación está bajando, y que la tendencia de un dígito descendente de abril podrá profundizarse en los meses que vienen. Y que, al menos hasta agosto, no hay dudas de que cada mes habrá un porcentaje menor de alza de precios.

Antes de volar a Madrid le llegó un dato alentador. Según el informe privado para sus clientes el J.P. Morgan pronostica para mayo un alza de precios cercana al 5%. Otros informes monetarios hablan de que para comienzos de junio las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) estarán operando en niveles positivos, abandonando un rojo que para comienzos de su gestión se ubicaba en 13 mil millones de dólares. Los anuncios de la baja de la inflación y la suba de las reservas casi que coincidirán en el tiempo: entre la segunda y la tercera semana de junio. Será el momento, piensa Milei, en que muchos ortodoxos comenzarán a tomarse su plan económico en serio. Y que luego llegará el reconocimiento.



   

Ajuste que no cesa. Halcones versus palomas… @dealgunamanera...

Ajuste que no cesa. Halcones versus palomas…

Estados alterados, Javier Milei. Dibujo: Pablo Temes.

La batalla diaria que libran los distintos sectores internos del Gobierno y provoca un microclima que envuelve al presidente Javier Milei.

© Escrito por Nelson Castro el 18/05/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 


En el momento de cerrar esta columna nadie sabe a ciencia cierta si habrá Pacto de Mayo o de qué mes. Más bien, todo lo contrario. Tampoco está claro en qué consistirá ese pacto y cuál será su texto definitivo. Lo que sí está claro es que el 25 de Mayo transcurrirá sin la aprobación del proyecto de ley “Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”. Lo que tampoco nadie sabe es qué contendrá finalmente la vapuleada ley.

El proceso de discusión y análisis del proyecto con media sanción que se viene desarrollando en las comisiones del Senado, desnuda no sólo la ausencia de Poder Legislativo del oficialismo, sino también la impericia de sus funcionarios y la falta de conducción de esa complicada negociación. Una cosa es el desprecio por “la casta” y la necesidad de alejarse de todo comportamiento, vinculado a la vieja política, otra muy distinta es desconocer los vericuetos y complejidades del sistema que se pretende desmantelar. Sin ese termómetro fino, las posibilidades de cambio se tornan remotas.

La decisión de apartar a 
Victoria Villarruel de toda participación en esa rosca intrincada y las presencias por los salones del Senado de Karina Milei y su entorno, no han dado hasta aquí los resultados positivos, con los que se ilusionó el Gobierno. Es parte de la irrealidad que se vive en el círculo áulico del Presidente. De hecho, la secretaria general de la Presidencia, conocida como “el jefe”, se rodeó rápidamente de asesores que conoció en los últimos años. Esos vínculos se forjaron –incluso–, con desconocidos que trabajaban en el búnker de campaña en el Hotel Libertador.

Casi como una cuestión de piel, la vara que habilita sus relaciones personales y políticas, no está apalancada en la trayectoria o en el profesionalismo, sino en un componente mucho más visceral. “Si le caés bien de arranque, estás adentro. Después tenés que ir validando el vínculo con demostraciones de lealtad absoluta, de lo contrario, caés rápidamente en desgracia” –aseguró un hombre de su entorno, que la conoce a la perfección.

Mientras tanto, el kirchnerismo busca con denuedo sacar provecho de esta circunstancia, en su perseverante intento de tirar abajo el proyecto de ley. Las torpezas de La Libertad Avanza le dan pasto. Los K más rancios ya festejan por anticipado. “Le volteamos el Pacto de Mayo. Creyeron que se podían llevar a toda la clase política por delante y ahora están pagando las consecuencias.

Cristina tenía el ímpetu y la fortaleza para arrasar con todo, pero siempre, sobre la base de su experiencia y su aplomo político. La jefa tenía y tiene otra talla. El libertario no le llega ni a los talones” –aseguran voces que frecuentaban el Instituto Patria.



   

domingo, 12 de mayo de 2024

Nada cambió. El Ferrocidio sigue ahí… @dealgunamanera...

Nada cambió. El Ferrocidio sigue ahí…

Bienvenidos al tren, Javier Milei. Dibujo: Pablo Temes

Tras el accidente de Palermo, es obvio que nadie sabe a ciencia cierta cuál es el nivel de acción de los organismos de control del Estado.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 12/05/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

La tragedia estuvo a punto de enseñorearse otra vez en el atribulado devenir de la Argentina. De milagro no se produjeron víctimas fatales, luego del tremendo choque de trenes ocurrido en la media mañana del viernes pasado en las vías del Ferrocarril San Martín a la altura del puente que cruza la avenida Figueroa Alcorta. Víctimas fatales es un eufemismo que se usa para evitar hablar de muertos. La baja velocidad a la que iba el tren de pasajeros que embistió a “La Liviana” –nombre con que se denomina en la jerga ferroviaria a la formación compuesta por una locomotora y un furgón que estaba reparando un tramo de la vía, que viene desde la estación de Retiro– hizo que sólo hubiera heridos y politraumatizados. 

El recuerdo de la Tragedia de Once, sucedida el 22 de febrero de 2012 a las 8.36 de la mañana, fue y es inevitable. Es menester recordar que allí la historia terminó de la peor manera ya que perdieron la vida 51 personas. Falta de mantenimiento, ausencia de controles, obsolescencia del material rodante y corrupción fueron las causas que llevaron a ese desenlace. Fueron la crónica de una tragedia anunciada. Pasaron 12 años, dos meses y 20 días de aquella jornada lúgubre, y, como se ve, nada ha cambiado. Todo sigue igual lo que, en los hechos significa peor.

Desde el nefasto momento en que el expresidente Carlos Menem junto a su ministro de Economía, Domingo Cavallo, hicieron aquel anuncio –lamentable y erróneamente celebrado por muchos–, que postulaba  “ramal que para, ramal que cierra”, se ha vivido un deterioro imparable de gran parte de la vasta red ferroviaria de nuestro país. Se cerraron más de seiscientas estaciones sólo en la provincia de Buenos Aires, hiriendo de muerte a pueblos enteros que quedaron incomunicados y fueron condenados al abandono y la desaparición. Aquel hecho fue el pasaporte que dio paso a ese verdadero disparate. La red ferroviaria debió haber sido cuidada como un verdadero tesoro. 

Hoy en día, los países que marchan a la cabeza del desarrollo privilegian al tren como un medio de transporte altamente seguro y amigable para el medio ambiente. Recuperar lo que se perdió es lisa y llanamente imposible. Hace ya cinco años un informe de la Asociación Latinoamericana de Ferrocarriles determinó que el transporte en camión es dos veces más caro. En Argentina sólo el 5% de la carga comercial se transporta por vía ferroviaria. Esos números se mantienen inalterables. ¿Cómo se explica semejante atraso con cálculos tan elocuentes? Aquí calza perfecto la figura y el imperio que el sindicalista de camioneros Hugo Moyano supo construir al calor y con la complicidad del poder.

El clan Moyano y el grupo de obsecuentes y patoteros que lo rodea ha servido como fuerza de choque y contención de varios de los gobiernos peronistas. Los Moyano son uno o varios grupos empresariales, beneficiados por el poder de turno. Representan la figura perfecta del sindicalista empresario que se posiciona de ambos lados del mostrador. Compañías de servicios de salud, empresas de construcción, negocios en el fútbol, son sólo una muestra de su imperio. Basta con una pregunta para correr el velo al entramado de negocios sucios y poder: ¿Quiénes son los clientes de estas empresas? La respuesta es muy sencilla: la obra social de Camioneros, el sindicato de Camioneros, la Federación de Camioneros, la mutual de Camioneros, el Club de Fútbol Camioneros y el Club Independiente (durante el lapso en que Moyano fue presidente de esa institución cuyo final fue vergonzoso. 

En la actualidad el conspicuo integrante de la casta sindical conserva suficiente poder para imponerse con sus caprichos y decisiones. El mejor ejemplo fue la reforma laboral que no pudo ser convertida en ley tal cual estaba pensada. Efectivamente el corazón de la reforma laboral se fue a la basura. Los sindicatos festejaron la continuidad de los aportes solidarios que cada trabajador debe hacer a su gremio aunque no esté afiliado. Lo mismo ocurrió con la ausencia de sanciones a los bloqueos empresariales, una práctica llevada adelante por la patota de Camioneros en reiteradas oportunidades. Entre otras cosas, la llamada caja sindical ha quedado intacta. Ésta es una descripción de una pequeña parte de la realidad que estanca el crecimiento y la prosperidad de la Argentina como Nación. El final de los trenes que se inició con la soberbia de un expresidente, siguió adelante con la complicidad de los que lo sucedieron en el poder.

El robo de cables y los déficits de mantenimiento del Ferrocarril San Martín –y seguramente de las otras líneas– viene siendo denunciado desde mediados del año pasado. El tema del robo de cables en particular, habla de la degradación social que se vive desde hace ya demasiados años en nuestro país. El riesgo de morir electrocutado en el intento es un ejemplo de la inconsciencia y la marginalidad de quienes cometen tamaño vandalismo. Tan solo queda imaginar la desesperada situación y la falta de apego a la vida de quienes se embarcan en esa locura. Circula en las redes un video de un trabajador ferroviario que, en julio del año pasado, lo explicó y denunció con todas las letras. Sin embargo, durante el gobierno de Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa, nada se hizo, tanto para evitar esto como para subsanar sus consecuencias. Nada parece haberse hecho tampoco en este gobierno para enmendar esta realidad.

Nadie sabe a ciencia cierta cuál es el nivel de acción y/o eficacia de los organismos de control del Estado. Se recuerda siempre que, en los meses previos a la Tragedia de Once, la Auditoría General de la Nación había emitido un informe donde alertaba sobre la posibilidad de accidentes graves en el Ferrocarril Sarmiento, al que nadie prestó atención. Nada parece mostrar que en el presente las cosas sean diferentes. Asistimos impávidos a lo que Juan Carlos Sena describió a la perfección en su libro como: “El Ferrocidio”.



domingo, 5 de mayo de 2024

El Gobierno. Vieja casta, viejos vicios… @dealgunamanera...

El Gobierno. Vieja casta, viejos vicios…

La ‘voz’ de los libertarios, Nicolás Posse. Dibujo: Pablo Temes.

Los primeros meses de gestión tuvieron elementos en común: falta de operatividad y destrato a los profesionales que se incorporaron.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 04/05/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Hubo aplausos en la reunión de gabinete del jueves pasado que formalmente encabezó el jefe de Gabinete, Nicolás Posse –más conocido como “el Mudo”, según el apelativo de amplia circulación por los pasillos del poder– pero que, en los hechos, fue manejada por “el Jefe”, es decir Karina Milei. Las internas en el seno del Gobierno se incrementan día a día.

Las críticas al jefe de Gabinete son continuas. Habrá que prestarle atención a la exposición que hará en los próximos días en la presentación del informe que debe hacer ante los senadores. Su figura se ve opacada por la intensidad de Santiago Caputo, que ha conformado un tándem con el ministro del Interior, Guillermo Francos. Ambos tuvieron un rol destacado en las conversaciones con los sectores dialoguistas de la Cámara baja. Las internas no solo se viven en el seno del Poder Ejecutivo. En el Congreso, el oficialismo muestra pujas por doquier. Por eso el bloque está tan deshilachado como producto de relaciones humanas muy complejas. “Todo se hace más difícil cuando la cúpula del poder parece estar blindada por dos o tres personas y las órdenes se bajan verticalmente, como si fuésemos soldados. Está claro que alguien debe tener la última palabra pero el ejercicio de la cohesión y la camaradería sigue estando ausente”, graficaron en el despacho de un legislador. Esto no será un problema mayor mientras los resultados sigan siendo positivos pero puede resultar un boomerang en época de vacas flacas.

Algo más que discursos

El motivo de la euforia actual fue la media sanción que la Cámara de Diputados le dio al proyecto de ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos. La así llamada “ley ómnibus”, devenida en “ley minibús”, constituye el instrumento esencial que necesita el Gobierno para avanzar con su gestión. “Lo que se aprobó es lo posible”, reconoció un conspicuo miembro del Poder Ejecutivo. Ese es un dato de la realidad política que refleja los límites que tiene Javier Milei. La expresión más brutal de ese hecho la reflejó Federico Sturzenegger –el padre del mamotreto hecho proyecto de ley–, que puso blanco sobre negro lo que representa lo aprobado en la maratónica sesión legislativa del martes: sindicatos 1-Milei 0.

Efectivamente, el corazón de la reforma laboral se fue a la basura. Los sindicatos festejaron en silencio la continuidad de los aportes solidarios que cada trabajador debe hacer a su gremio aunque no esté afiliado. Lo mismo ocurrió con la ausencia de sanciones a los bloqueos empresariales. Entre otras cosas, la llamada caja sindical ha quedado intacta. “Ese era el límite para garantizar la paz en la calle. Más allá del paro agitado por Pablo Moyano, los muchachos se quedaron más tranquilos”, atinó a decir una fuente cercana a la CGT sin ponerse colorada. Para que se vea con mayor claridad. El último borrador incluía un capítulo laboral muy parecido al DNU 70, por eso los sindicalistas exigieron encontrarse con Santiago Caputo y con el diputado Miguel Ángel Pichetto, y acordaron la marcha atrás del oficialismo. Los artículos de modernización laboral eran 58 y quedaron solo 16, sin la presencia de los puntos objetados por la CGT. No significa que lo que quedó no sea importante. Lo que sobrevivió fue el intento de quitarles a esos dirigentes sindicales el privilegio y el poder que les da el manejo de las multimillonarias cajas de las cuales viven y con la cuales mantienen su poder. Ese era un objetivo importante de la reforma que, una vez más, quedó archivado. Es lo mismo que les pasó a los expresidentes Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa.

La media sanción del proyecto de ley fue producto de la negociación. Es otra de las moralejas que dejó el trámite parlamentario. El agradecimiento del presidente a Miguel Ángel Pichetto, a Cristian Ritondo y a Rodrigo De Loredo es una muestra inequívoca de ello. Pichetto está llamado a tener un creciente protagonismo a lo largo del mandato de Milei. Por las dudas, ya se ocupó de quitarle dramatismo a la posible vuelta a Diputados del proyecto de ley si es que en el Senado se aprueba con modificaciones.

Disonancia cognitiva

La negociación en la Cámara alta será ardua. El kirchnerismo se juega una carta clave: si alguno de sus integrantes no cumple con la orden de cerrar filas que ha bajado Cristina Fernández de Kirchner, la mengua de su poder se acentuará. Su reaparición en Quilmes mostró esa decadencia y una necesidad, cuya consecuencia es la interna que crece con Axel Kicillof, a quien se encargaron de ningunear, impidiéndole estar en el escenario para que no pueda ganar protagonismo. El kirchnerismo duro está malherido y sus movimientos internos apuntan a la cristalización de una nueva figura que, por ahora, se parece bastante al gobernador de la provincia de Buenos Aires. No está dicha la última palabra pero la puja con Máximo Kirchner sigue abierta y las desprolijidades en el seno de núcleo K continúan a la orden del día.

Tampoco en el oficialismo son demasiado puntillosos. Los primeros meses de mandato han dejado un denominador común en distintos ministerios: falta de operatividad y destrato por los profesionales que se han incorporado. En algunos casos las mañas de la política sucia propia de la casta que se dice combatir recayeron en gente calificada a quien se utilizó deliberadamente para ajustar personal, ordenar secretarías y direcciones, y luego fue dejada en la calle para que sus puestos sean ocupados por los amigos del poder. Más casta no se consigue.

Cuando la política se humanice, los viejos vicios podrán empezar a cambiar de verdad.



    


domingo, 28 de abril de 2024

Bisturí vs. Motosierra. Algo más que discursos… @dealgunamanera...

 Bisturí vs. Motosierra. Algo más que discursos…

 

Radical penitente arrodillado, Rodrigo De Loredo. Dibujo: Pablo Temes. 

Los constructores del relato oficialista deben buscar acuerdos políticos más profundos para tener paz en el segundo semestre.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 27/04/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

“Fue como tirarse un tiro en el pie”. Con esa frase, un conspicuo miembro del gabinete nacional reconoció el grueso error que cometió el Gobierno en su evaluación previa de la marcha en defensa de la universidad pública, que se extendió a lo largo y a lo ancho del país, hecho que, a su vez, resonó muy fuertemente en decenas de medios internacionales.  


El episodio, además, fue producto de una trama que ejemplifica los problemas internos que atraviesan al Poder Ejecutivo. Los protagonistas centrales de esta historia fueron el asesor sin cartera, Santiago Caputo –sobrino del ministro de Economía–, el secretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. Caputo y Álvarez llevaron adelante una negociación con el vicerrector de la Universidad de Buenos Aires, Emiliano Yacobitti con la esperanza de desactivar la marcha. Creyeron que liberando los fondos para los hospitales de la UBA la marcha se suspendería. Cometieron un grueso error. Parece que 
Javier Milei creyó que eso era posible. También se equivocó, motivo por el cual perdió la oportunidad de comunicar durante la inexplicable Cadena Nacional de Radio y Televisión del lunes pasado por la noche, que los fondos que reclamaban la universidades habían sido finalmente transferidos en la tarde de ese día.

Disonancia cognitiva

Así las cosas, el Gobierno le regaló a la oposición un escenario sin igual al que intentó subirse desesperadamente en pos de alguna reivindicación que, hay que decirlo, no logró. Los muy malos discursos que se escucharon de personas identificadas con el kirchnerismo –empezando por la integrante de Madres de Plaza de Mayo, Taty Almeida, hasta de referentes sindicales– generaron el rechazo de muchos de los asistentes al acto, que fueron a defender a la universidad pública y gratuita, y no a la dirigencia opositora y al Gobierno. Esos discursos inflamados de kirchnerismo –“perdimos” dijo Taty Almeida– contrastaron con el impecable documento consensuado por los rectores, leído por la presidenta de la Federación Universitaria Argentina, Piera Fernández.   


La educación pública es un factor determinante en la vida de la sociedad argentina. Es una de las pocas cosas sobre las que no hay grieta. El interminable cierre de las escuelas que, durante la pandemia, ordenó el tándem Alberto Fernández–Axel Kicillof, impactó negativamente a las clases más bajas que expresaron su bronca, a través del voto que capitalizó el hoy disuelto Juntos por el Cambio a lograr una victoria que sorprendió a todos. 

La universidad pública tiene decenas de cosas para mejorar. Claro que debe haber nichos de corrupción que investigar y esclarecer. No por nada el rector, Ricardo Gelpi, hablando con quien esto escribe por Radio Rivadavia respondió “no me consta” cuando fue interrogado acerca de la existencia de hechos de corrupción. Es decir, no negó la eventualidad de su ocurrencia. Para eso es clave el rol de las auditorías y, sobre todo, que se hagan en tiempo y forma. Pero todo eso debe hacerse con las aulas funcionando, así como también las tareas de investigación. Todo eso estuvo y está aún en riesgo. El Gobierno debería cambiar la motosierra por el bisturí. Ya ha sido dicho hasta el cansancio. Curioso que el Presidente y sus ministros no terminen de darse cuenta de esto.  

La conducta del ex superministro como le gustaba que lo llamen– 
Sergio Tomás Massa, en torno a dicha protesta, merece un párrafo aparte. No sólo por la utilización política del caso sino por el propio accionar y el de su gobierno respecto al tema. El derrotado por Javier Milei, había compartido en sus historias de Instagram el spot con el que la Universidad de Buenos Aires convocaba a la jornada nacional del 23 de abril en Plaza de Mayo, bajo el lema #YoVoy. Fue su forma de anunciar que estaría presente. Lo curioso es que Massa en pleno empoderamiento tras la inacción del gobierno de los Fernández para estabilizar la macro, recortó recursos para Educación, Producción, Obras Públicas, Transporte y Salud. En particular, el Tesoro recortó en $ 70 mil millones las transferencias previstas para el Ministerio de Educación, en $10 mil millones al de Salud y en $ 50 mil millones al programa Procrear. Ocurrió en agosto de 2022, cuando pretendió iniciar un ahorro o ajuste fiscal que le diera oxígeno para corregir los desequilibrios. En ese recorte significativo a la educación pública, estaban incluidos unos $ 5 mil millones asignados originalmente a “infraestructura y equipamiento” para educación. La conclusión es simple, histórica y reiterada: cuando el ajuste lo hace el peronismo, se encarga de controlar la calle para no pasar sobresaltos.     


Mañana el Gobierno enfrentará un nuevo capítulo para alcanzar la aprobación de la Ley Bases. Los números parecen holgados para la aprobación en general, pero, una vez más, los problemas aparecerán en la votación en particular de cada artículo. En Balcarce 50 ya dan por sentado que el Congreso no le otorgará al Poder Ejecutivo facultades extraordinarias por más de un año. Para ser justos, prácticamente todos los gobiernos hicieron uso de ellas. Los otros puntos en los que los de Milei tuvieron que ceder posiciones fueron la reforma laboral que, tal como estaba redactada, chocaba de frente con los intereses de los sindicatos y los impuestos al tabaco. En los dictámenes de mayoría alcanzados esta semana, el oficialismo consiguió el apoyo total del PRO, pero la UCR, y Hacemos Coalición Federal anticiparon que plantearán disidencias en varios artículos. 

El Senado se presenta como una ruleta rusa para los libertarios por los constantes ataques verbales del Presidente a los legisladores, en particular, por la suba de las dietas. “Estamos siendo prolijos en todos los frentes. No podemos quedar expuestos otra vez, pero tampoco podemos controlar lo que Javier dice o deja de decir en su cuenta de Twitter” –atinó a decir un aliado de la Libertad Avanza. 

La carta final de los constructores del relato oficialista vuelve a ser el discurso en contra de los enemigos del cambio. Deberán bucear mucho más profundo en la construcción de acuerdos políticos si pretenden que el segundo semestre traiga más alivio que dolores de cabeza.



  

domingo, 21 de abril de 2024

Decir vs. Hacer. Disonancia cognitiva... @dealgunamanera...

Decir vs. Hacer. Disonancia cognitiva...

Omato Manuel Adorni. Dibujo: Pablo Temes.

El Presidente la atribuye a la educación pública, pero él es el primero que la exhibe en sus actos de gobierno.

© Escrito por Nelson Castro el Sábado 20/04/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. República Argentina.

“Pero después uno intenta modernizar las leyes laborales y se ponen como locos… La disonancia cognitiva que generó el lavado del cerebro en la educación pública es tremendo”, dijo Javier Milei a través de sus redes sociales. La intención era clara: la desacreditación de la educación pública en medio de los reclamos presupuestarios, que vienen haciendo las universidades nacionales.

La disonancia cognitiva es la incomodidad o desasosiego que padece una persona cuando sus convicciones o conductas entran en contradicción con sus actos. El término fue acuñado por el psicólogo social estadounidense Leo Festinger (quien vivió entre 1919 y 1989) y, en 1957 publicó su libro referencial “A Theory of Cognitive Disonance” (Teoría de la Disonancia Cognitiva). Uno de los casos que siempre se mencionan para ejemplificar la definición, es el de la persona que, sabiendo de lo comprobadamente nocivo que es el hábito de fumar para su salud, decide continuar haciéndolo con el argumento de que no es así. Otro ejemplo clásico es el del integrante de un matrimonio que, habiéndose comprometido a serle fiel a su cónyuge, finalmente lo engaña y trata de justificarse arguyendo que la culpa de su claudicación es del otro u otra.

De la definición de la afección y de los ejemplos recién citados, emerge claramente que la condición sine qua non para su existencia es la mentira, cuyas principales consecuencias son el autoengaño y la contradicción. Vayamos pues a los casos concretos.

¿Hay funcionarios del actual gobierno que hayan estudiado en universidades públicas? La respuesta es “sí”. De una primera y rápida mirada surgen los siguientes: Federico Sturzenegger, cerebro del proyecto de ley “Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos” es graduado de la Universidad de Buenos Aires. Lo mismo acontece con el ministro de Economía, Luis Caputo. La canciller Diana Mondino es graduada de la Universidad Nacional de Córdoba y el ministro de Defensa, Luis Petri, es graduado de la Universidad Nacional de Cuyo. Y la lista sigue…. ¿Diría el Presidente que todas estas personas han sufrido un lavado de cerebro por haber estudiado en universidades públicas?

Vanidad e impericia.

Avancemos por este camino de ver las decisiones del Gobierno que representan un caso de disonancia cognitiva, o sea, decir una cosa y hacer otra.

Nos tropezamos ahí con el de las prepagas. Claramente, los aumentos exorbitantes que han impuesto en las cuotas a sus afiliados generan una enorme angustia en la totalidad de los usuarios, muchos de los cuales han debido darse de baja o adoptar planes inferiores a los que durante años sostuvieron. Ante esta situación –sumada a la convicción que tiene Milei de que el renunciado presidente de la Unión Argentina de Salud, Claudio Belocopitt, jugó decididamente a favor de Sergio Massa –en la elección presidencial del año pasado–, actitud que tuvo la mayoría del empresariado argentino, el Gobierno –o sea, el Estado–, decidió intervenir para acabar con lo que entiende es una situación de cartelización. Este accionar hace a las atribuciones del Estado al que, en sus declaraciones y pensamientos, el Presidente demoniza permanentemente.

Lo mismo aplica para el concepto de casta –pilar de la construcción de poder de Milei– para el cual, hay que reconocerlo, lo ha ayudado mucho el bochornoso espectáculo que dio la Cámara de Senadores el jueves pasado con el escandaloso aumento de dietas, gastos de representación y por desarraigo que se autootorgaron con un accionar furtivo, propio de bribones. Sin embargo, el hecho salpicó también a los senadores de la Libertad Avanza que, desde el punto de vista del reglamento de funcionamiento de la Cámara, terminaron avalando tal aumento. Para explicarlo con claridad: cuando un proyecto se vota a mano alzada, la forma de oponerse es pedir la palabra y expresar la oposición. Eso no ocurrió. Tampoco hubo una crítica por parte de la vicepresidenta, Victoria Villarruel –a quien no le gusta que se le diga vicepresidenta, sino vicepresidente– quien sólo se limitó a decir que todo lo ocurrido era perfectamente legal aun cuando le era ajeno. Lo que no dijo fue si le parecía correcto o no. El que calla, otorga.

La disfuncionalidad cognitiva es la manifestación de una conducta patológica, que se manifiesta en las personas de todas las clases sociales en todas partes del mundo. No es patrimonio exclusivo de los argentinos. El mismo Milei es un exponente de ello. La tildó a Patricia Bullrich de ser una montonera que ponía bombas en las escuelas, de lo que después debió disculparse, Lo mismo ocurrió con el papa Francisco, a quien llamó el representante del “Maligno” en la Tierra. Despotricó también contra el presidente de China, Xi Jinping, para luego asignarle a la canciller Mondino la tarea de disculparse, situación que se repitió en estos días con el presidente de Brasil, Luiz Inácio “Lula” da Silva.

La llamó montonera que ponía bombas en los jardines de infantes a Bullrich, y después la nombró ministra.

Y dos ejemplos finales para marcar estas contradicciones del Presidente. Hablando el viernes ante lo más conspicuo del empresariado vernáculo reunido en el Foro del Llao Llao dijo que los que habían fugado dólares eran “héroes” porque habían escapado de las “garras del Estado”.

Fue ésta una apología de la ilegalidad, porque en ese universo no sólo hubo pequeños ahorristas tratando de salvar sus pocos ahorros sino, principalmente, grandes evasores que se aprovecharon del uso de instrumentos financieros que están al alcance de unos pocos para incumplir la ley.  Si nos atenemos a la definición de liberalismo dada por Milei –“El liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión y en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad”– esa conducta nada tuvo de “heroica”, porque quien evade impuestos perjudica al resto de la sociedad, es decir, el prójimo.

 Tampoco encaja en la definición de liberalismo dada por Milei su agresividad permanente, contra quienes no piensan como él. Los economistas que no piensan como él, son todos burros o delincuentes. Los periodistas que lo critican –esta semana les tocó a Jorge Lanata y María Laura Santillán, para quienes va la solidaridad de esta columna– son todos “ensobrados”. He ahí otro ejemplo de la disonancia cognitiva del Presidente. Y van…