Falleció Omar Cerasuolo...
Fue
conductor de ciclos inolvidables en radio, como El tren fantasma y La noche que
me quieras. El conductor
cordobés Omar Cerasuolo falleció esta madrugada en Río
Segundo, acompañado por sus seres queridos, a los 70 años.
Locutor egresado del ISER en 1975, Cerasuolo
trabajó en las radios más importantes del país. Es recordado como un pionero de la radiofonía por crear y
conducir junto a Daniel Morano El tren fantasma, un
programa único por el trabajo de edición, y la
difusión de textos y música de rock desconocida en el país; programa que comenzó en
1975 en AM Rivadavia y luego en FM-R, hasta 1989.
Además, fue productor y conductor de diversos ciclos radiales entre los
que se destacan Los intérpretes (Radio Rivadavia 1977-89), Una mañana para
todos (Radio Nacional 1984-95) y La noche que me quieras (Radio Continental, 1991-95), entre
otros. Fue asimismo fundador de la Radio Folklórica (FM 98.7),
donde condujo el programa Malambo.
Publicó entre otros, los libros Xanaes de
poemas y relatos, Máximas, que reúne sentencias y moralejas, Cartas a la radio
y Palabras esenciales y editó 10 discos compactos, entre ellos: La noche que me
quieras y Que doloroso es amar.
Ganó cinco Premios Martín Fierro y dos Santa Clara de Asís por su labor en radio, y en 2009
recibió el Premio Fondo Nacional de las Artes a la Trayectoria.
“El tren fantasma fue la génesis de la Rock & Pop (donde comenzó a emitirse en el 89);
los oyentes en esos años escuchaban a los Beatles, Rollings, Bob Dylan, Los
Ramones, Police (con Sting), Bruce Springsteen, el reggae con Bob Marley,
Prince y a los oyentes en vivo.
En esos años no teníamos computadora y todo lo hacíamos con un grabador
de cuatro cabezas y
lográbamos uniones increíbles:
Gardel con Los Beatles; Sandro con Pink Floyd y Elvis. En ese momento se
plasmaban hasta las tandas con artística, sistema que, con excepción de la
Rock & Pop, hoy ha desaparecido.
Allí estaban como ayudantes Luca Prodan, Miguel
Abuelo, Pipo Cipollatti y Andrés Calamaro. En
cuanto a La noche que me quieras (año 92, por Continental), fue un ciclo donde
los textos de grandes autores y poetas fueron protagonistas,
con un resultado maravilloso: los presos conocieron El hombrecito del azulejo,
de Mujica Láinez; los camioneros se interesaron por Casa tomada, de Cortázar, y
las insomnes consuetudinarias, se enamoraron del El seminarista de los ojos
negros.
Valía la pena en ese horario nocturno bancarse algún
llamado ‘erótico’, porque
siempre encontrábamos respuestas magníficas y terminaba recitando a dúo con más de
uno, La casada infiel, de García Lorca. Y no me quiero olvidar de otro programa
que cambió la historia de la música clásica: Los Intérpretes, que
hacíamos con Gabriela Aberasturi, Antonio Carrizo, Juan Carlos Montero y Rodolfo Arizaga; con ese
ciclo gané en el 88 el primero de los cinco Martín Fierro que poseo”, reflexionó
hace algunos años en La Nación.
“Si bien yo pienso que, en estos momentos, la batalla por
el rating se gana con la
mejor tecnología, la
utilización de la palabra, el buen uso del idioma que, en definitiva, es el estilo,
marcan la diferencia. También
sostengo que la poesía es un arma cargada de futuro.
Platón sostenía que los poetas eran desordenadores de cerebros. Pero además de
la poesía, está la palabra de los grandes pensadores a los que recurren los
grandes referentes del mundo cuando se producen situaciones límite.
Las obras literarias de Neruda, Darío Goitysolo y de
tantos autores universales enriquecieron mi vida y constantemente he tratado de volcar esos conocimientos a través del micrófono.
Y en esto corro con ventaja porque además soy un hombre del interior.
Viajo todos los fines de semana a Río Segundo, donde vive mi familia (mujer,
hijos y dos nietos) y está mi pueblo. Cuando hablo del interior lo hago con
gran conocimiento.
Me parece que muchos comunicadores sólo llegan hasta
la Avenida General Paz“, cerró.
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