El ladrillo como
reserva de valor...
La cantidad de inquilinos trepó de 227 mil a 350 mil entre 2001 y 2012.
Foto: Ana D´angelo.
En el mismo período se
gestionaron permisos para construir más de 13 millones de metros cuadrados,
unas 152 mil nuevas viviendas. Según un informe de la UTN, esto es porque no
compran quienes necesitan vivienda, sino inversores que buscan preservar sus
ahorros.
En la Ciudad de Buenos Aires la cantidad de familias que
alquilan creció de 22,1 por ciento en 2001 hasta el 30,5 por ciento en 2012,
pese a que en el mismo período se gestionaron permisos para construir más de 13
millones de metros cuadrados, lo que derivó en unas 152 mil nuevas viviendas.
Según un informe de la Universidad Tecnológica Nacional, realizado en base a
datos del Indec, el crecimiento de los inquilinos, que pasaron de 227 mil a 350
mil, al mismo tiempo que aumenta la oferta de viviendas, se explica porque la
construcción está impulsada por quienes invierten en ladrillos como reserva de
valor.
El fuerte crecimiento de la construcción comenzó en 2003.
Según datos del Gobierno de la Ciudad, en ese año se otorgaron permisos para
construir por 1.066.679 metros cuadrados y en 2006 se alcanzó el pico de 2,5
millones de metros cuadrados. Luego la actividad fue disminuyendo hasta tocar
un piso de 672 mil metros cuadrados en 2010. El año siguiente se recuperó
fuerte superando de nuevo los 2 millones.
El crecimiento de la construcción en la Ciudad es mayor al
demográfico. De hecho, entre 2001 y 2010 la cantidad de habitantes subió apenas
de 2.776.138 a 2.890.151. Además, se observa una disparidad muy fuerte entre
los barrios del norte y el sur de la Capital. Palermo (13,6 por ciento),
Caballito (10,1 por ciento) y Villa Urquiza (8,1 por ciento) encabezan el
ranking, mientras que Villa Lugano (0,6 por ciento), Mataderos (1,2) y Barracas
(1,3 por ciento) están entre los menos dinámicos.
Una comparación por comunas demuestra también cómo en áreas
donde la densidad demográfica es parecida se construye de manera desigual. En
la Comuna 4, que está compuesta por los barrios de La Boca, Barracas, Parque
Patricios y Nueva Pompeya, ubicados en el sur de la ciudad, viven 215 mil
personas según el censo 2010 y se volcó el 4,2 por ciento de la construcción en
el período 2001-2011. En la Comuna 14, que es Palermo y se ubica en la zona
norte, viven 221 mil personas y se volcó el 13,6 por ciento de la construcción.
A su vez, la Comuna 13, que incluye los barrios de Belgrano, Colegiales y
Núñez, donde viven 227 mil personas, se llevó el 10,4 por ciento del total.
Por ende, las viviendas que se construyeron superaron en
porcentaje ampliamente al incremento demográfico, pero también creció la
cantidad de inquilinos. La construcción se concentró en los barrios mejor
valuados económicamente, ya que invirtió como reserva de valor y no para darles
una solución a las familias que no cuentan con una casa propia y tienen la
necesidad de alquilar. El acceso a la vivienda propia se ve restringido también
porque “tras una década, en los ’90, con el crédito y la producción
concentrados en los estratos superiores de la pirámide; y otra en los 2000,
donde la financiación hipotecaria fue virtualmente inexistente (6 por ciento
promedio del total de operaciones/año), la proporción de hogares que alquilan
en BA pasó de 21,5 a 29,9 por ciento”, se indicó en el informe de la UTN,
elaborado por Marcelo Satulovsky.
Frente a este problema, el Gobierno de la Ciudad lanzó en
junio el plan de financiamiento “Primera Casa BA” que hasta el 25 de junio
había recibido más de 71 mil solicitudes y se seleccionó a 621 personas para
acceder al crédito. La cantidad de solicitudes muestra la necesidad de los habitantes
de la Ciudad por acceder a créditos para lograr tener una vivienda propia. El
plan termina a fin de año y contempla otorgar créditos por mil millones de
pesos, con lo cual se estima que la cantidad de créditos a otorgar será entre
3500 y 4000. El plan es para acceder a viviendas ya construidas, lo cual puede
presionar a un aumento en la especulación inmobiliaria por un aumento de la
demanda.
Esta dinámica en parte ya ocurre. Según los datos difundidos
por el Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires, en mayo la cantidad
de escrituras cayó 15,4 por ciento en comparación con el mismo mes de 2011,
pero el valor promedio de las transacciones subió un 17 por ciento en pesos y
un 7,3 por ciento en dólares en comparación con un año atrás. Se observa el
fenómeno de un aumento de los precios, pero una retracción de la cantidad de
operaciones realizadas, lo cual muestra el comportamiento especulativo que se
genera en el mercado inmobiliario y que la incentivación de la demanda puede
profundizar.
Itai Hagman, integrante de la Juventud Rebelde 20 de
Diciembre que está llevando adelante una campaña por un plan integral de
viviendas para la Ciudad, declaró a este diario que “la política del macrismo
en cuanto a la vivienda ha sido retirar la intervención estatal y favorecer la
lógica del mercado inmobiliario, que es puramente especulativo. Macri prometió
10 mil viviendas por año y urbanizar las villas, pero terminó achicando el
presupuesto para vivienda y subejecutándolo”.
© Informe: Daniel
Dveksler y pulicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires el viernes 27 de Julio de 2012.
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