lunes, 4 de marzo de 2013

Titanic II... De Alguna Manera...


Cómo será el Titanic II, la réplica exacta del barco hundido en 1912…

El millonario australiano Clive Palmer decidió darle una segunda oportunidad al Titanic. (Blue Star)

El magnate australiano que quiere construirlo presentó imágenes exclusivas y una infografía animada de cómo se verá. "Esto no es una fantasía, esto no es una película. Esto va a suceder", anunció.

La semana pasada, el extravagante magnate australiano Clive Palmer reveló en Nueva York los avances en su plan de construir una réplica perfecta del Titanic. Como era de esperar, se llamará Titanic II y aseguran que estará listo para su viaje inaugural en 2016. Ayer, en Londres, el empresario hizo otra presentación y reveló imágenes exclusivas de cómo se verá por dentro el imponente barco.

Más de un siglo después de que el original y supuestamente insumergible transoceánico se hundiera en el Atlántico Norte tras chocar con un iceberg, el multimillonario Palmer cree que ha llegado la hora de que el mítico barco complete su frustrada travesía desde el puerto inglés de Southampton hasta Nueva York.

"El Titanic fue el barco de los sueños. El Titanic II será el barco en que los sueños se harán realidad", había anunciado Palmer en el lanzamiento oficial del proyecto en Nueva York. En Londres, agregó: "Esto no es una fantasía, esto no es una película. Esto va a suceder". No muchos le creen. El proyecto es más que ambicioso y de aquí al 2016 su idea también podría naufragar.

El transatlántico original había zarpado del Reino Unido el 10 de abril de 1912 y se hundió en el quinto día de la travesía tras chocar con un iceberg, provocando la muerte de más de 1500 personas entre pasajeros y tripulantes.

Mientras que el Titanic original fue construido en un astillero de Belfast, su mellizo será levantado por la empresa china CSC Shipyard, una naviera que batió un récord World Guinness por la envergadura de las naves que ha botado. Está especializada en diseño 3D de barcos y construcción bajo el agua con la más alta tecnología. Tiene 2 mil empleados.

El millonario australiano se niega a confesar cuánto costará convertir su sueño en realidad. Sin embargo, los expertos creen que se necesitan entre 260 y 400 millones de libras esterlinas (390 a 600 millones de dólares), según varios medios.

Las presentaciones que hace Palmer por el mundo no son solo para dar a conocer su idea a futuros clientes, sino para conseguir socios. El millonario busca marcas que quieran sumarse a la experiencia y auspiciar los diferentes servicios que presten. La inversión es tan grande como el transatlántico.

El Titanic II será casi idéntico al original, aunque incorporará algunas modificaciones, como un puente suplementario, más botes salvavidas –no había suficientes en el buque de 1912- toboganes de seguridad y salas públicas abiertas a los pasajeros.

Sobre los botes salvavidas, Palmer aseguró que superarán las regulaciones internacionales y serán tan seguros que "uno podría dar la vuelta al mundo en ellos si quisiera". Otras diferencias con el modelo original consisten en que el Titanic II incluirá un casino y su envergadura será de un metro más, por razones de "estabilidad". Tendrá capacidad para 2.435 pasajeros y una tripulación de 900 personas. El original tenía capacidad para 2500 personas a bordo y 898 tripulantes.

Manteniendo las mismas divisiones estrictas que en 1912 entre Primera, Segunda y Tercera Clase, los pasajeros permanecerán separados. "No habrá mezcla real" entre las clases, anticipó Palmer.

Entre los "amenities" que tendrá el Titanic II se destacan el gimnasio con máquinas de época y de estilo Eduardiano que tenía el barco del siglo pasado. La Gran Escalinata, la Sala de Fumadores, el Café Parisien y diferentes comedores serán recreados al detalle. No faltarán la famosa sala de escritura y lectura, la piscina y los baños turcos.

Aunque no tendrá televisión, ni equipos de música, conexiones a Internet ni celulares, el Titanic II promete una experiencia única: los pasajeros tendrán vestidos y trajes de época en sus armarios para combinar a la perfección con 1912.

Medirá 883 pies (269,14 metros) frente a las 882,75 del transatlántico hundido que permitirán incorporar el mirador que hicieron famoso Kate Winslet y Leonardo Di Caprio en la película de James Cameron que ganó el Oscar en 1997.

Durante su presentación en Londres, en la que dio a conocer una imponente infografía animada del barco, Palmer confesó que preferiría viajar en Tercera Clase –"Es ahí donde va a estar la diversión"-pero que se escabulliría al puente de Primera al llegar al Puerto de Nueva York.

Mientras llega, el espíritu del Titanic regresará desde las profundidades a través de lujosas cenas que organiza Palmer donde los invitados degustan el menú de 11 platos que cenaron los pasajeros de Primera Clase la noche del hundimiento. Entre ellos, sopas, pescado, carnes, foi grass, tabla de quesos y tres postres.

El menú incluye una recepción de ostras y champagne; Hors d'oeuvre (ensalada de espárragos con vinagreta de azafrán y champagne); dueto de sopas (consomé Olga y crema de cebada); pescado (salmón con salsa mousseline); filet mingón; cordero con gelatina de menta, sorbete Punch Romaine (a base de jugos de limón y naranja con champagne, vino y ron); solomillo Forestière con vegetales y papas, pato con salsa de manzana, paté de foie gras; duraznos con gelatina de Chartreuse (licor), budín Waldorf, chocolates Éclairs, helado de vainilla, frutas y quesos, petit fours y café.

"No me motivó hacer mucho dinero, sino construir la nave. Pero ahora, lo que en un primer momento no fue pensado como un gran negocio puede transformarse en uno', se entusiasma este hombre que hizo su fortuna en la industria minera.

Los pasajeros podrán elegir entre sacar un pasaje de seis días en cada clase o un ticket combinado de dos días en cada una para vivir la experiencia a fondo. Aunque aún no se sabe cuánto podrían llegar a costar, Palmer aseguró que tuvo 16 ofertas que van de las 500 mil a 850 mil libras esterlinas (unos 750 mil dólares a 1,3 millones) por camarote.

"Estas no son las cifras que vamos a pedir pero demuestra la gran demanda que hay", aseguró Palmer y agregó que unas 40 mil personas de todo el mundo se contactaron con la web Bluestarline.com - un homenaje a la operadora original de Titanic, la White Star Line – para mostrar su interés en viajar en el Titanic II.

El extravagante empresario del sector minero sostuvo que no pudo resistir la tentación de darle una segunda oportunidad a uno de los barcos más desafortunados de la historia. Para Palmer, "el Titanic II se trata de enamorarse de nuevo de su esposa o que su mujer se enamore de nuevo de usted. Se trata de volver a una época diferente". Todo, cree, puede reflotar.

© Escrito por María Arce el domingo 03/03/2013 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Las fotos:

 Una réplica del cuarto de radios del Titanic. (Blue Star)

 Un boceto compara el diseño del Titanic original con el de su gemelo. (Blue Star)

 Una vista de cómo quedarán los baños turcos del Titanic II. (Blue Star)

 Uno de los camarotes del Titanic II ambientado como en 1912. (Blue Star)

 El Titanic II podría completar la frustrada travesía de su gemelo en 2016. (Blue Star)

La Gran Escalinata del Titanic no faltará en eu barco mellizo. (Blue Star)

El gimnasio de estilo Eduardiano también estará presente en el Titanic II (Blue Star)

El millonario australiano Clive Palmer decidió darle una segunda oportunidad al Titanic. (Blue Star)

Bocetos del comedor de Primera Clase, los baños turcos y la piscina. (Blue Star)

 El Café Parisien, uno de los más chic del barco original, tendrá su espacio en el Titanic II. (Blue Star)

Bocetos de diferentes áreas del Titanic II. (Blue Star)




domingo, 3 de marzo de 2013

Destinos... De Alguna Manera...


Destinos...

 Cristina Fernández y Héctor Timerman.

Lo más triste es que para muchos terminó siendo, en definitiva, “cosa de judíos”, resultado tenebroso, pero coherente con la Argentina profunda. No es saludable engañarse ante evidencias tan inocultables. El Gobierno avanzó porque lo dejaron. Nada especialmente fuerte consiguió frenarlo.

Odio mentar en temas graves situaciones personales. Pero si efectivamente la Argentina supo hace dos años que Cristina Kirchner negociaba pactar con Irán fue porque yo lo destapé aquí, en PERFIL. ¿Qué hizo entonces la AMIA? Su presidente, Guillermo Borger, aceptó el ultimátum oficial y dijo que mi primicia era un delirio, una mentira, algo inconcebible, la obra “de un loco”. Alberto Nisman, el fiscal de la causa, no se quedó corto: se valió de varias comisiones de la Policía Federal para citarme personalmente de manera perentoria. Me “exigía” concurrir a declarar munido de documentación que acreditara de qué fuentes me había valido para informar lo que hoy ya se consumó. La Argentina e Irán han pactado, es así. Cristina lo hizo.

Intimidadas, confundidas, poco preparadas, las conducciones comunitarias venían retrocediendo hace años. Cristina en este caso fue coherente. Contrató primero al oscuro y oblicuo Sergio Burstein como su agente preferido, y lo puso junto a la DAIA y la AMIA en las patéticas excursiones a la ONU en Nueva York.

Ambas entidades aceptaron en silencio la imposición. Después, Cristina resolvió que el delegado argentino ante la ONU permaneciera en la Asamblea General de la ONU escuchando la habitual logorrea venenosamente antisemita de Ahmadinejad. También eso aguantaron.

Finalmente, en diciembre Héctor Timerman se apareció en Pasteur 633 para explicarle a la conducción judía las bondades del acuerdo con Teherán. Lo recibieron bien, interesados y muy afables. Esa deferencia implicaba olvidarse de que, casi dos años antes, la decisión de pactar con Irán había sido admitida por la propia Presidenta.

El 30 de diciembre pasado escribí aquí: “La patraña funcionó. Habrá que reconocerle a Héctor Timerman que esta vez le fue bien. Succionada desde hace ya varios años por el Gobierno, que ha manejado su ‘cuestión judía’ con endiablada habilidad, la representación política de la colectividad recibió al ministro de Exteriores y en definitiva avaló sus tratos con Irán. Producto inexorable de una asombrosa candidez unida a una acendrada decisión de ser protegida por el Gobierno, la DAIA le permitió al emisario de Cristina Fernández configurar el escenario preferido por la Casa Rosada (…) para hacerse avalar en sus turbias gestiones con el régimen de la República Islámica de Irán”.

La respuesta de la DAIA no se haría esperar. A las pocas horas, el vicepresidente primero de la entidad, Waldo E. Wolff, me despachó una carta donde me dijo: “Tal vez usted pretenda a la DAIA como un instrumento al servicio de su posición opositora. Digo, la que ostenta hoy, señor Eliaschev. Es que siendo yo un demócrata, acepto, respeto y tolero que ande Ud. saltando de corriente en corriente política a lo largo de su vida todo lo que desee, tal cual en efecto lo ha hecho. Pero no utilice para sus excursiones partidistas a nuestra DAIA. Le hace daño. No a los dirigentes. Sino a la comunidad judía. Cuando nuestra independencia sirve a sus fines es ‘lógica’, y cuando no lo hace, es motivo de un agresivo usufructúo político mediático. Aunque no tengamos acceso a las vidrieras de exposición mediática que Ud. tiene, no me encontrará timorato ni silencioso ante agravios y ofensas. Es realmente triste ver cómo el atentado a AMIA/DAIA, que nos afectó a todos, aparece como funcional a quienes buscan pararse sobre los escombros y dictaminar quiénes son los dueños de la verdad y están limpios para denostar al resto” (subrayados míos).

El 11 de enero de 2013, el propio presidente de la DAIA, Julio Schlosser, fue al programa Código Político de TN y le dijo a Julio Blanck: “¿Con quién quieren que me siente a negociar, con Suecia? ¿De qué me sirve?”. Para el presidente de la DAIA, “sentarse a negociar con Irán”, en cambio, servía. Sigue hoy al frente de la DAIA.

Mezcla desafortunada de candidez, inexperiencia y alineamiento ideológico, las conducciones de la comunidad judía fueron cortejadas y mimadas por un kirchnerismo que en los primeros años no avalaba todavía la deriva antisemita de Luis D’Elía tras ser reclutado por el régimen de Irán.

Desde que, con el protagonismo alevoso de Timerman, se produjo la apertura a Irán, la colectividad titubeó y deambuló confundida. Cuando ya estaba todo cocinado, su reacción fue insuficiente e inexorablemente estéril. El Gobierno se ha manejado con sobresaliente astucia. Después de Timerman y Burstein, sólo le restaba el toque final, el agravio de los agravios, que los destinatarios de la matanza aceptaran asociarse con los victimarios. Curiosa versión criolla del síndrome de Estocolmo. Lo consumaron.

De los 257 diputados de la Cámara, se presentaron a la sesión 245 (hubo 12 ausentes). El pacto con Irán fue votado a las dos de la mañana por 131 diputados, contra 113 que se opusieron. Una curiosa cofradía le dijo voluntariamente sí a Teherán, incluyendo a los legisladores Mara Brawer, Isaac Benjamín Bromberg, Carlos Salomón Heller, Beatriz Graciela Mirkin y Adriana Victoria Puiggrós. En el Senado, ya lo habían hecho Daniel Fernando Filmus y Beatriz Rojkés de Alperovich.

Cada uno de estos argentinos ¿argentinos? (el senador Miguel A. Pichetto dixit) es dueño de su destino y de su odio consigo mismo. Tiempo al tiempo. 

© Escrito por Pepe Eliaschev el sábado 02/03/2012 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



Incomunicados… De Alguna Manera...


Incomunicados…

La presidenta habló más de tres horas en el Congreso.

La Presidenta, en su discurso del viernes ante la Asamblea Legislativa, pintó una Argentina que para sus críticos no refleja el país real.

El gran protagonista político de esta década kirchnerista es el abismo que existe entre las visiones de quienes adhieren y de quienes se oponen al Gobierno. Cada uno percibe al otro como irracional o deshonesto. Los lectores de PERFIL conocen la continua preocupación de este diario por explicar esa incomunicación. La contratapa de hace dos domingos titulada “Fijación de la creencia” (http://e.perfil.com/fijacioncreencias), dedicada al ensayo de Thomas Kelly Desacuerdo, dogmatismo y polarización de la creencia; y la contratapa de ayer, que se concentró en el texto de Jennifer Lackey “Desacuerdo y dependencia de la creencia”, de su libro La epistemología del desacuerdo,(http://e.perfil.com/creencia) buscan ayudar a que los opuestos se entiendan.

En esta contratapa se continúa con el tema desde la tesis del libro Logic and conversation, de Paul Grice, uno de los padres de la pragmática, con su “principio de cooperación” en el intercambio comunicativo y el concepto de “implicaturas” (complementario del de explicatura), que podría sintetizarse en que significado, contexto y cultura son inseparables.

Resumidamente: se puede mentir sin faltar a la verdad, técnica en la que este gobierno da cátedra.

Un ejemplo simple; supongamos que alguien afirma: “María tiene dos hermanas”. Podría ser mentira sin que la afirmación fuera falsa, lo que en este caso supondría que María tuviera al menos dos parientes que son hijos de al menos uno de los padres de María y que pertenecen al género femenino, si además de dos hermanas María tuviera también una tercera hermana.

Que sea verdad o mentira dependerá del contexto. No será lo mismo en el caso de que una maestra de primaria, encargada de planificar un acto escolar, entrara a un aula que no fuera la suya y dijera a una colega: “¿Tenés algún alumno que pueda traer dos hermanos al acto? Tengo un sketch sobre la hermandad y preciso dos hermanos”. Y la otra maestra responde: “María tiene dos hermanas”. Que en el caso bien distinto de la muerte de un tío lejano de María que, al no tener hijos, decide dejar su herencia a sus sobrinos, y cuando el albacea pregunta al esposo de María cuántos hermanos tiene la heredera, el hombre responde: “María tiene dos hermanas”, sabiendo que hay una tercera que vive aislada del mundo.

Las implicaturas conversacionales son sentidos que se interpretan a partir del modo en que algo es dicho más que a partir de lo que es dicho. Procesamos implicaturas conversacionales todo el tiempo y por lo general no estamos al tanto de que lo hacemos. Por ejemplo, si alguien pregunta “¿podés cerrar la puerta?”, no se le responde “sí”, confirmando que podría, sino que se realiza el acto no lingüístico de cerrar la puerta. En este caso, aunque quien hizo el pedido haya usado las palabras de un modo que es convencionalmente una pregunta, se puede inferir que está haciendo un pedido. Esto que parece nimio tiene correlato permanente en la vida política.

Una de las tantas notas periodísticas donde el ejemplo de “María tiene dos hermanas” se traslada al discurso político se pudo leer el 9 de febrero cuando los diarios Página/12 y La Nación publicaron la misma información de muy diferente forma. La Nación: “Venezuela reconoció su crisis…”, “Durante la semana (el dólar) había superado los 19 bolívares por un dólar”. Página/12: “Venezuela contra los ataques especulativos” (el dólar oficial se devaluó a 6,30 bolívares) “... aunque en el ilegal mercado paralelo este monto se duplica o triplica”. Como 19 triplica a 6,30, no se falta a la verdad al decir “que duplica o triplica”, aunque da idea de algo en el medio de esas dos magnitudes, pero no alcanzaría a cumplir con los requisitos del principio de colaboración comunicativa de Paul Grice, que consta de cuatro máximas:

1- Máxima de la cantidad: haga que su contribución sea todo lo informativa que requiera el propósito (ni menos para omitir, ni más de lo necesario para confundir).
2- Máxima de la cualidad: intente que su contribución sea verdadera (no diga algo para lo cual se carezca de evidencia adecuada).
3- Máxima de la relación: diga cosas relevantes (no se vaya por las ramas, excluya lo superfluo).
4- Máxima de la modalidad: sea claro (evite la oscuridad expresiva y la ambigüedad).

Pero en el ejemplo citado, Página/12 podría no estar mintiéndole al lector al disimular la real diferencia entre el dólar paralelo y el oficial en Venezuela, diciendo que es el doble o triple en lugar de decir sólo el triple. Como en toda comunicación es necesario atender a la interpretación de los enunciados, responsables del “significado añadido” que conlleva la implicatura, si el pacto de lectura que estableció ese diario con sus lectores asume un compromiso militante, y los lectores de Página/12 no sólo no se sienten engañados, sino que están satisfechos con esas omisiones o agregados en la información, no se mentiría, aun faltando a la verdad. Una perspectiva de la pragmática trabaja con el concepto de ostensión e inferencia, entendido como producción e interpretación de inferencias que el destinatario pueda captar para decodificar correctamente las implicaturas del mensaje (la diferencia entre lo que se dice y lo que se comunica). El discurso periodístico militante está incardinado con la política porque no sólo suministra información, sino que la administra.

El “principio de colaboración” en el intercambio comunicativo de Paul Grice también se justifica en que el origen del lenguaje fue la colaboración porque las condiciones de extrema dureza en que vivían nuestros antepasados exigían inventar la comunicación para advertir los peligros y coordinar las defensas.

“Un mensaje es pertinente cuando genera información que no estaba ni en el enunciado, ni en el ambiente, ni en el texto, ni en el contexto”.

Los políticos rara vez hacen eso cuando responden preguntas ni siguen las cuatro máximas colaborativas de Grice. Pero sus implicaturas pueden ayudarnos a decodificar qué no dicen y reducir nuestra Babel política.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 02/03/2012 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.