jueves, 9 de diciembre de 2010

Huracán 0 vs. Vélez Sarfield 2... De Alguna Manera...

Te firmo que voy a pelear...

Vélez sintió el impacto del triunfo del Pincha en Núñez y jugó nervioso. Lo pudo definir en el ST con la entrada del pibe Cristaldo, que metió dos y festejó autografiando una pelota. El equipo de Gareca ahora sueña con ganar en Racing, esperando un traspié del puntero.

Seguro que la tarde no fue perfecta. Que no fue la soñada. Pero Vélez ganó, hizo lo suyo y sigue soñando, por qué. Si no fue soñada, es por su rendimiento y sobre todo porque River no le dio la mano que esperaba, porque finalmente no le pudo descontar puntos a Estudiantes. Y entonces el equipo de Gareca sigue corriendo de atrás hasta la última fecha.

Por primera vez en esta etapa de definición, Vélez jugó a la misma hora que el puntero del campeonato. Y por cómo se dio la tarde, eso le terminó generando presión, inevitablemente. Porque cuando en la previa se esperaba que River al menos le empatara a Estudiantes, el Pincha se puso arriba en el inicio del partido. Con la cabeza en lo que pasaba en Núñez, esta vez Vélez no tuvo momentos de fútbol bonito ni tampoco generó tantas chances de gol como lo hace habitualmente.

Se notó nerviosos a los de la V azulada, claro. Con la obligación de ganar, de no poder dar un paso en falso, jugó un primer tiempo muy pobre contra un rival que se propuso antes que nada cuidar el cero en su arco. Pero Vélez nunca le encontró la vuelta en ese PT y hasta quedó varias veces enganchado en el offside.

En el segundo tiempo, Gareca metió mano con un cambio ofensivo: afuera Cubero, adentro Cristaldo. Y arriba Vélez, a tratar de liquidar rápido al rival. Al menos la actitud fue otra en ese comienzo de segundo tiempo. El gol empezó a merodear, Huracán sintió esa presión y el Churri facturó rapidito. Y hubo descarga en Liniers, un alivio porque cuando entra uno...

Sin ser el equipo compacto de siempre, Vélez la llevó con mucha más tranquilidad después del 1-0. No le llegaron, no le generron situaciones de gol y fue en busca del segundo contra un equipo pobre, que se hunde en la Promoción, que no tiene líder. Y llegó una vez que expulsaron al arquero Monzón, otra vez con Cristaldo, agarrando un rebote.

Le costó a Vélez hacer lo suyo, ganarle a Huracán. Pero lo hizo y entonces su gente, ilusionada, se fue cantando "en la cancha de Racing, vamos a ganar, y la vuelta vamos a dar". Puede ser, pero sabe Vélez que corre de atrás y que no alcanzará con ganarle a Racing...

© Escrito por Mariano Dayan y publicado en el Diario Deportivo Olé el miércoles 8 de Diciembre de 2010


Motín en Caseros...

Unos 200 hinchas de Huracán coparon la sede de Avenida Caseros. Subieron hasta la oficina de Babington, tiraron papeles y fotocopiaron el DNI del Inglés y el vice. "Bu$cado$", fue el título de los afiches. Exigen la renuncia de toda la CD.

La derrota ante Vélez colmó la paciencia de la gente de Huracán. Luego del 0-2 en Liniers un grupo se trasladó hasta la sede del Globo en Avenida Caseros y copó la oficina de la presidencia. Alrededor de 50 hinchas, vulneraron la puerta que da a la calle Rondeau y subieron hasta el primer piso donde se encuentra la oficina de Carlos Babington. Los hinchas, en su mayoría socios, sacaron todos los papeles de los cajones y archivos y los arrojaron por el aire. Entre tanto descontrol, se tomaron el trabajo de fotocopiar el DNI del presidente y del vice Norberto Giuliano. Con esas fotocopias hicieron afiches en los que se leía “BU$CADO$”.

En la calle, en Caseros 3159, otro grupo de alrededor de 200 hinchas cortó la avenida y prendió fuego. Ante la inacción policial cantaron “Babington ladrón, la puta que te parió” y exigieron la renuncia del presidente y toda la Comisión Directiva. A las 21 la calma no había llegado a Parque Patricios ni mucho menos. La gente que copó la sede amenaza con no retirarse hasta no tener noticias de Babington, mientras los que están abajo apoyan la medida. La tensión es extrema y habrá que ver cómo termina. Todo por esta mala campaña y porque el equipo se hundió en la zona de Promoción.

© Publicado en el Diario Deportivo Olé el miércoles 8 de Diciembre de 2010

Las Fotos...

Festejo original del Churri Cristaldo.

El Burrito toma la cámara y Silva posa junto a Cristaldo.

Hinchas afuera prenden fuego, mientras adentro los otros coparon la sede.

Los hinchas muestran el DNI del presidente y el vice. "Buscado$", escribieron...

A la sede no la coparon barras, fueron los socios y la agrupación Sub Comisión del Hincha.

Los hinchas exigieron la renuncia de Babington y toda la CD.

Los Goles...



El Partido...



La Tabla de Posiciones...



miércoles, 8 de diciembre de 2010

John Lennon a 30 años... De Alguna Manera...

El mundo recuerda a John Lennon a 30 años de su asesinato...

"Pese a su corta vida, dio mucho al mundo", dijo su viuda Yoko Ono, en un recital en Tokio. Hay actividades en todo el planeta para recordar al Beatle.

Los fans de John Lennon se multiplican en todo el mundo para demostrarle al planeta que su recuerdo está vivo. Y su viuda, Yoko Ono, también lo homenajeó al cumplirse 30 años de su asesinato.

Fue con un concierto en Tokio. "Hoy, en este dolorosa aniversario, únanse a mí para recordar a John con profundo amor y respeto", dijo Yoko Ono.

Y continuó: "Pese a su corta vida de 40 años, él dio mucho al mundo. El mundo tuvo la fortuna y la bendición de haber conocido a John".

Ono, que nació en Japón pero vive en Nueva York, se hallaba con su marido cuando éste fue tiroteado por la espalda, el 8 de diciembre de 1980 al lado del "Dakota", el edificio del barrio residencial donde vivía frente a Central Park.

Lennon acababa de cumplir 40 años. Desde el 9 de octubre, habría tenido 70.

En la ciudad natal de Lennon, Liverpool, los homenajes se celebran en torno al monumento Paz y Armonía, inaugurado hace un mes en memoria del músico.

También habrá un concierto en el Echo Arena de Liverpool, llamado "Lennon recordado - Los nueve rostros de John", en el que se interpretarán sus más famosas canciones.

También se espera un evento conmemorativo en el jardín memorial Strawberry Fields de Central Park, en Nueva York, opuesto al sitio exacto donde Mark Chapman abrió fuego contra Lennon.


Publicado en el diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el miércoles 8 de Diciembre de 2010.

Oscar "Ringo" Bonavena... El bello y la bestia... De Alguna Manera...

Oscar "Ringo" Bonavena... El bello y la bestia...

Soy argentino, no soy sólo un boxeador, también soy poeta." Canchero, bien porteño, Ringo Bonavena (Sergio Peris-Mencheta) le dice a Sally Conforte (Helen Mirren) que él mismo escribió el poema. La esposa del mafioso, que lo dobla en edad, queda conmocionada. Se escucha a Gardel mientras el auto recorre la belleza del lago Tahoe, entre California y Nevada. Fotos de Herminio Masantonio y Doña Dominga aparecen en una pared. En el final de Love Ranch, el filme que Taylor Hackford estrenó este año con poco éxito en Estados Unidos, el mafioso Joe Conforte (Joe Pesci) mata a Ringo de un balazo en las puertas de su prostíbulo, el Mustang Ranch. La bala perfora el corazón de Ringo. Entra por el globito de la camiseta de Huracán que el actor español Peris-Mencheta compró hace tres años en San Telmo. Ringo muere sin concretar el deseo de su último viaje a Estados Unidos: la revancha contra Muhammad Alí, el mito que hace cuarenta años exactos lo noqueó en el Madison Square Garden, en una noche todavía inolvidable para el deporte argentino.

Buenos Aires, como recordó ayer la prensa argentina, se paralizó en la medianoche del 7 de diciembre de 1970. Canal 13 registró un rating de 79,3 puntos, sólo superado por los 81 de Canal 7 en la semifinal que la Argentina le ganó por penales a Italia en el Mundial de 1990. El dictador Juan Carlos Onganía, desplazado del poder por el general Roberto Marcelo Levingston, vio la pelea junto con Osvaldo Soriano. El escritor, que quería entrevistarlo para Primera Plana , terminó encontrándolo esa noche en las sierras de Córdoba, en la residencia de un neonazi. Las burlas de Ringo a Alí antes de la pelea eran festejadas en Buenos Aires, pero también por la Norteamérica blanca. Ringo trató de "cagón" a Alí por haberse negado a combatir en Vietnam. Y le dijo que tenía mal olor porque era negro. Alí, el gran bocón, asistió azorado a la verborragia del porteño fanfarrón. Ringo había aprendido del propio Alí el show de la autopromoción. En febrero de 1964, suspendido para boxear en la Argentina porque había mordido la tetilla de un rival en los Juegos Panamericanos de 1963, Ringo vio de qué modo Alí promocionaba la pelea ante Sonny Liston, que lo coronó sorpresivo campeón de los pesados. Alí irrumpía en el entrenamiento de Liston para insultarlo. Detenía a los automovilistas en una avenida para preguntar si alguien había visto pasar al "Gran Oso". Pronosticaba en qué round noquearía a Liston ("El Oso caerá en el ocho"). Y regalaba uno de sus más recordados poemas, uno de cuyos tramos decía: "Ved al joven Cassius Clay/ peleando contra el Oso/ Liston recula y recula/ y va a acabar en el foso/ porque en el ring ya no hay sitio/ y eso que es muy espacioso". Las apuestas favorecían a Liston 8-1. "Cómanse sus palabras", gritó Alí a los periodistas tras su triunfo.

"¿Peralta, estás escondido? Salí de abajo de la cama. ¿O estás en el baño?" De la mano del periodista Héctor Ricardo García, Ringo, aprendida la lección, promocionó como nadie la pelea en la que destronó al campeón Goyo Peralta. El Luna Park estuvo colmado por 25.236 personas, una asistencia jamás igualada. Ringo celebró al día siguiente en Parque Patricios, con los ravioles de Doña Dominga que luego haría populares la TV. "¡Somos del barrio del barrio de la quema, somos del barrio de Ringo Bonavena!", le cantó por primera vez la hinchada de Huracán. En ese mismo año, 1967, Alí fue despojado de su corona. Ya había adoptado su nombre musulmán de Muhammad Alí, se había exhibido con Malcolm X y se negó a combatir en Vietnam. "Su actitud fue porque los pobres de Estados Unidos eran obligados por los ricos de Estados Unidos a matar a los pobres de Vietnam", escribió Noam Chomsky. Le quitaron el pasaporte, le prohibieron boxear y lo condenaron a cinco años de prisión. Les había advertido a los periodistas que no sería como ellos querían que fuera, sino como él quería ser. Frank Sinatra pidió a Floyd Patterson que "recuperara" la corona para Estados Unidos. Alí le dio una paliza. Era el mejor Alí. El mejor boxeador de todos los tiempos.

La pelea del 7 de diciembre de 1970 corrió riesgo de suspensión. Ex combatientes presentaron demandas y amenazaron con bombas porque no soportaban que Alí, el negro rebelde ya rehabilitado por la justicia, combatiera en el aniversario de Pearl Harbor. Por la mañana, Alí recibió en su habitación a Judge Aaron, quien se bajó los pantalones para mostrarle su cuerpo mutilado por el Ku Klux Klan. Escribió su habitual poema y se lo entregó al periodista Bud Collins. "Before round nine is out/ The referee will jump and shout/ That's all, folks, this turkey is out" ("Antes de que termine el noveno asalto/ El árbitro saltará y gritará/ Señores, se acabó, el pavo está muerto"). "Alí no sólo creía en Dios, sino que también creía que Dios creía en él", ironizó Gerald Early en "I'm a little special", una compilación de los mejores artículos sobre Alí. Antes de viajar, Ringo había ido a la embajada de Estados Unidos a preguntar qué pena le correspondería por matar a Alí. Hizo creer una amenaza de bomba en el vuelo. En Nueva York dijo que el que quiso poner la bomba fue Alí, por miedo. Y se burló de Alí en el pesaje. Pero horas antes de la pelea, cuentan quienes estuvieron ese día con él, tenía miedo. Sabía que enfrentaría a un mito del boxeo mundial.

El noveno round terminó siendo un bumerán para Alí. Falló un swing y su propio impulso lo mandó al piso. Una violenta izquierda de Bonavena casi lo envía otra vez a la lona. Alí tuvo que esperar hasta la última vuelta para tirar a Ringo tres veces y provocarle el único nocaut de su carrera. En los últimos rounds, el rincón de Bonavena asistía a un cruce de insultos entre los hermanos Juan y Bautista Rago y Gil Clancy. El norteamericano ordenaba a Ringo que fuera a matar o morir. Los hermanos Rago le decían que aguantara, que ya estaba hecho. Ringo terminó desplomándose "como un edificio", escribió Norman Mailer. "¿Yo guapeé no? ¿Viste cómo guapeé?", decía Ringo al periodista Ernesto Cherquis Bialo, de El Gráfico , mientras Tito Lectoure de un lado y su hermano José del otro lo ayudaban a subir las escaleras de entrada al hotel Statler Hilton, frente al Madison Square Garden. Lloró en la vuelta a Buenos Aires. Su imagen bajando "victorioso" del avión era el final previsto del filme argentino que tenía a Rodrigo de la Serna como Ringo, pero que se canceló por falta de dinero. Ringo volvió a llorar al recibir la máxima ovación de la noche en los premios Olimpia. Repitió el llanto, ya fingido, para ganar nuevos aplausos. Teatro de revistas, Mau Mau, Pio Pio Pa. Ya era un showman . Como Alí, Ringo, a su modo, también jugó a filósofo. Copiaba frases y aprendía aforismos de memoria. Reinventaba: "Todos son muy amigos, pero cuando subís al ring hasta el banquito te sacan". "La experiencia es un peine que te regalan cuando te quedás pelado."

Admirador del general Agustín Lanusse, Ringo, gorila en una familia peronista, viajó en 1976 a morir a Estados Unidos, el país que más admiraba. Alí, otra vez campeón mundial, ya había perdido y ganado con Joe Frazier. Había vencido inclusive a George Foreman en Zaire, en 1974. Pero ya no era el mismo. "Hablaba más lento, se movía más lento, comenzaba a tener problemas de memoria", dice Ferdie Pacheco, su médico, en el documental Alí y Larry. Larry Holmes le propinó una paliza a Alí en 1980, su penúltima pelea. "Fue un crimen, los que la organizaron deberían estar todos detenidos", afirma Pacheco. Alí, hoy deteriorado por el Parkinson, bromea como siempre en el documental. "Soy el más bonito de todos, soy «Dark» Gable", dice a la cámara. Hace desaparecer monedas, llaves y cartas en trucos de magia a los niños que van a sus entrenamientos. "Soy el maestro de la ilusión." Ringo también jugaba a ser niño. Era "un grandote con chupete", lo definió una vez Zulma Faiad. Jugó al mafioso en la casa del mafioso. El Conforte de Joe Pesci, que en Love Ranch enciende habanos con billetes de cien dólares, lo mata el 22 de mayo de 1976. Ringo, que tenía 33 años, había avisado a Dora Raffa, su esposa, que quería llegar para ver por TV el 24 de mayo la pelea que Alí ganó en el quinto round a Richard Dunn. Alí cumplió su promesa y regaló los guantes del combate al promotor Mickey Duff para una subasta. Le pidió que los mirara por dentro. En uno decía "Alí gana". En el otro, "Quinto round".

© Escrito por Ezequiel Fernández Moores y publicado por el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el 7 de Diciembre de 2010.


La noche en que Bonavena estremeció a Alí y al país...


El 7 de diciembre de 1970, la Argentina se detuvo a ver por TV una pelea imborrable. Y Ringo fue un guapo.

Oscar Bonavena era un autodidacta en materia de promociones y desparpajos. Pero mucho había aprendido de Cassius Clay o de Muhammad Alí (como empezó a hacerse llamar en aquellos años sesenta después de haberse convertido al islamismo). Aunque la historia mediática de Ringo fue casi simultánea. Si fue él, campeón argentino y sudamericano como aficionado, quien mordió en una tetilla al estadounidense Lee Carr en los Juegos Panamericanos de San Pablo, en 1963. Después de la descalificación la Federación Argentina lo suspendió. Por eso se hizo profesional en Estados Unidos y el 1° de marzo de 1964 debutó con una victoria por nocaut en el primer asalto ante el local Lou Hicks. Unos días antes, el 25 de febrero, Cassius Clay (medalla de oro en los Juegos de Roma, en 1960) se convertía en un joven campeón mundial de los pesados tras su espectacular e impensada victoria ante Sonny Liston. Y a sus dotes de extraordinario boxeador, veloz, variado, preciso, le sumaba su estilo provocador y altanero que despertaba adhesiones y odios al por mayor. Y su gesto circense revoleando su puño en el aire mientras Liston estaba caído y vencido, en la revancha, quedó grabado en la memoria de Bonavena, listo para imitarlo.

Uno era el bocón de Louisville, pero el mejor de todos los de su época. El otro, el bocón de Parque Patricios, rindió su prueba de reconocimiento ante el público argentino en aquel choque con Gregorio Peralta, en 1965. El Luna Park tuvo un récord inigualable de concurrencia de casi 24 mil espectadores. Habían ido para denostarlo. Pero terminó comprándolos con su guapeza.

Ganó aquella pelea.

Y largó su campaña de alardes públicos y ostentaciones. Pero quedó transfornado en un querido fanfarrón.

Alí había sido despojado de su título de campeón por su negativa a ir a la guerra de Vietnam, en 1967. Volvió en octubre de 1970 y le ganó a Jerry Quarry. Tenía 28 años. Ringo, también. El moreno bailarín quería recuperar el sitio que le habían birlado. Bonavena, ilustre derrotado de Joe Frazier (dos veces) y de Jimmy Ellis, y vencedor del alemán Midenberger, era bien conocido en Estados Unidos. Y fue, entonces, el rival elegido como trampolín para que Alí buscara ante Joe Frazier el título mundial de los pesados en el Madison.

Usó toda la atillería de su repertorio el porteño de Patricios, con toques de simpatía y golpes bajos de dudoso gusto.

Paseó con un toro por la Quinta Avenida de Nueva York en los días previos. Lo trato de gallina con coreografía incluida en la conferencia de prensa. Como Alí solía anunciar el asalto de las definiciones esta vez eligió el noveno. Y Ringo se rió a carcajadas.

Esa noche del 7 de diciembre de 1970, hace hoy 40 años, el país entero estuvo en vilo. Desde Firpo-Dempesey, en 1923, ninguna pelea había despertado tanta expectativa. La evidencia la dieron las calles vacías y los 79,3 puntos de rating de la televisación que que fueron récord absoluto durante veinte años, sólo superado con los casi 82 del choque Italia-Argentina en una de las semifinales del mundial de fútbol de Italia, en 1990.

Era un combate preparado para Alí. Las bravuconadas de Ringo tenían apenas un efecto folclórico. Las apuestas sólo se dividían según la vuelta en la que se daría el nocaut para el estadounidense. En Argentina una mezcla de temor y de fe en el milagro que Bonavena podía concretar. Al cabo, un mes antes un ignoto Carlos Monzón había dato el gran golpe de los medianos con su victoria fulminante ante Nino Benvenuti, el ídolo italiano, propiamente en Roma.

Guapeó Ringo ante un rival muy superior y de mayor alcance. Y tanto jugó su amor propio que en el noveno, el asalto prometido por Alí, estuvo a punto de derribarlo. Cayó el moreno pero por el impulso de un golpe fallado. Y al fin, Bonavena salió a jugarse en el round 15, desoyendo a Gil Clancy, el téncio contratado y a los hermanos Rago, sus mentores de siempre y terminó en la lona tras un cruce.

El árbitro no le exigió a Alí dirigirse a un rincón netural.

Se quedó al lado del argentino y volvió a derribarlo las dos veces que se levantó. Fue nocaut automático , entonces, por tres caídas. Y eso produjo la desazón mayor. Porque la bravura de Bonavena hubiera merecido, al menos, terminar en pie.

Después cada uno siguió su camino. Alí perdió con Frazier pero volvió a ser campeón. Bonavena, el simpático bocón, terminó confundido en los laberintos de su ambición, asesinado con un balazo.

© Escrito por Horacio Pagani y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el jueves 7 de Diciembre de 2010.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Huracán 1 vs. Tigre 3... De Alguna Manera...

Paga con Goles...

Tigre se puso arriba con un testazo de Stracqua, Huracán lo empató con un penal que convirtió Zárate y, enseguida, el local volvió a gritar un gol del 9, que con este doblete llegó a nueve en el torneo. Huracán se hunde en la Promo: quedó a cuatro de River y a siete del Matador.

Le hizo precio. Porque fueron tres y pudieron ser algunos más. Porque tuvo en Stracqualursi a un goleador tremendo. Porque Huracán no se ayuda ni un poquito a sí mismo. Porque las diferencias entre los equipos de Primera y el Globo cada vez parecen más grandes. Porque en la cancha no se notó todo lo que Tigre, el club, su gente y sobre todo su técnico, vivió en los últimos días. Por eso fue un 3-1 que quedó corto.

Tigre golpeó de entrada, con el cabezazo de Stracqualursi tras un buen centro de Román Martínez, y el infierno que Huracán temía sólo se demoró gracias a Claudio Pérez, que metió una mano en un cierre y concedió un penal inocente que Zárate cambió por el empate. Pero la igualdad fue un espejismo, porque Tigre siguió con las riendas del partido en sus manos, con la conducción de Román, los chispazos de Morales y la cabeza en llamas de su goleador. Fue justamente el ex jugador de Gimnasia quien volvió a meterle la testa a un centro, ahora de Cachete, para poner el 2-1 que dibujó un resultado más acorde a la realidad del juego y para escalar a nueve goles en la tabla de goleadores, donde comparte la cima nada menos que con el Tanque Silva y el Burrito Martínez. Y enseguida cayó el 3-1 con una buena definición de Altobelli, tras quedar mano a mano.

Pudo descontar Huracán, con un tiro de Quiroga que dio en un palo, pero que Huracán quedara a tiro del empate habría sido otra ilusión. Luego lo tuvo Altobelli de nuevo, Román Martínez dos veces… Y fue derrota, nomás. Con todo el dolor del alma para Huracán, que se empieza a enterrar en la Promoción, porque River le sacó cuatro puntos con el triunfo del sábado, y porque encima Tigre le saca siete puntos en la lucha directa para salir de esa zona de brasas. Para Huracán, no podía ser peor. Para Tigre, el triunfo es un dulce para cambiar el gusto de una semana de amarguras. Y, también, el primer adiós de un Caruso Lombardi que se despedirá en el próximo partido ante Argentinos.

© Escrito por Marcelo Pagliaccio y publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 5 de Octubre e 2010.


Ganó por Peso Propio...

Tras una semana caliente, Tigre fue demasiado en ofensiva para un Huracán que dio pena en todas sus líneas, sobre todo atrás. El Globo lleva cinco caídas al hilo.

Tigre venía pequeño de autoestima y de fútbol, pero se sintió un gigante todopoderoso al lado de Huracán, un rival que se arrastró, que penó para progresar hasta un metro en la cancha, que no tuvo un mínimo de luz en sus tres líneas y tambalea en zona de Promoción.

El cuadro victorioso se encontró con un rival ideal en procura de enfriar un clima que quemaba luego de protagonizar dos episodios negativos en la semana: una pelea en un entrenamiento entre Castaño y Cáceres (Caruso recibió un golpe por querer separar) y la grave acusación del colombiano Angulo, quien aseguró que su técnico le pidió dinero a su representante para que juegue. Pero el peso que sobresalió en Tigre fue el ofensivo.

Resultó muy sencillo el trámite del partido para el Matador. Sin ser brillante fue muchísimo más que su oponente y hasta hizo méritos que pudieron llevarlo a un éxito más rotundo. A partir del oportunismo comenzó a manejar el ritmo del encuentro. Un gol mañanero, un segundo tanto un ratito después de que el Globo empatara de penal y un tercero que terminó de cocinar el resultado. El contexto fue siempre el mismo: Tigre con la pelota, en una prolija circulación en el mediocampo, con aplomo y serenidad en los movimientos. Y con el beneficio que le otorgaba una defensa de Huracán que se descascaraba por todos lados: de arriba, de abajo, por el centro y por ambos laterales, pese a que la línea de tres se transformaba en cinco cuando Soplán y Lemos bajaban. Sin contención en el medio, los del fondo sólo podía cortar avances con infracciones y evidenciaron un desprecio por el balón, al que literalmente enviaron dos veces afuera del estadio. La bocha parecía arderles en los pies. A todos.

Sólo dos chances netas (penal incluido) generó Huracán en ofensiva. Matute Morales, en el tramo final de su carrera, no puede en soledad. Nadie lo acompaña en la creación, nadie se le asocia y a él le cuesta cada vez más sacarse un jugador de encima.

Sin una identidad, sin rebeldía, con poca presión al momento de la recuperación (Batagglia fue el mejor) del balón y con una actitud que no parece la máxima, el Globo padece los partidos porque su potencial es muy chato y a los pibes los incomoda la responsabilidad de sacar al equipo del mal momento que representan cinco derrotas consecutivas.

Triunfador en casi todos los rebotes, cuando Tigre perdía la posesión enseguida la recobraba por el desconcierto ajeno. Y contó con la inspiración de Stracqualursi, quien ganó en lo alto con comodidad y pivoteó bien. El Matador le caminó por encima a Huracán. Y lo aventaja por siete puntos en el promedio. Que no es poca cosa.

© Escrito por Nicolás Montala y publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 6 de Octubre e 2010.


Desinflado...

Brindisi tiene fuerzas para seguir, pero el Globo está en Promo y cada vez peor.

A esta altura ya es un karma. Y no es para menos: desde que Miguel Brindisi tomó el timón, Huracán ganó sólo cinco puntos sobre 30 (de local: una victoria y dos empates). Para colmo, y con la victoria, Tigre le sacó aún más ventaja en los promedios y el Globo pareciera que lidiará largo rato con la Promo que hoy ocupa. “Fuimos superados, nos ganaron bien; es inobjetable”, hizo catarsis Miguelito.

Además, y aunque los números en rojo queman en Patricios, la preocupación del técnico pasa por el (mal) funcionamiento del equipo, ya que aquí recaería una posible solución de esta malaria. Como así también, sabe que la inclusión de tantos pibes del club pueden llegar a jugar en contra (ayer debutaron Ospina y Vélez) debido a que están madurando apresuradamente y en un contexto que mete miedo.

“Volvimos a tener una actuación más que pálida. ¿Si tengo cosas para rescatar? La verdad que no”. La indignación de Brindisi habla a las claras. Porque, además, no ve un oasis en el horizonte y a Huracán le cuesta hasta sacar del medio (ayer volvió a marcar de visitante, el último tanto lo había convertido Nieto, el 5/9 a Quilmes). “Verdaderemente me duele mucho esto porque tengo sensaciones pesadas”, cerró Miguel, quien por ahora pareciera seguir con fuerzas.

© Escrito por Nicolás Migliavacca y publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 6 de Octubre e 2010.

Las Fotos


Los Goles



El Partido....


La Tabla de Posiciones...












miércoles, 1 de diciembre de 2010

1º de diciembre. Día Internacional de Lucha contra el Sida... De Alguna Manera...





En este Día Mundial contra el SIDA, la Internacional de la Educación invita a docentes y estudiantes del mundo a dedicar “Una hora sobre el SIDA”.


Siguiendo el éxito de la campaña precedente del Día Mundial contra el SIDA, la Internacional de la Educación (IE) espera que la actividad pueda ser realizada en miles de escuelas y sindicatos.

La idea es sencilla, el mensaje es muy claro: los docentes juegan un papel clave en la sensibilización sobre el VIH y el SIDA.

El Día Mundial contra el SIDA presenta una perfecta oportunidad para involucrarse. ¡Empecemos este 1 de diciembre dedicando una hora para hablar del VIH y del SIDA!



martes, 30 de noviembre de 2010

Huracán 1 vs. Lanús 2... De Alguna Manera...

¡Cómo lo gritó River!...

Lanús le ganó 2 a 1 a Huracán y lo mandó a la Promo. En Nuñez festejan: el equipo de Jota Jota salió de la zona complicada. El Grana sueña con la Libertadores.

Las cejas de River tuvieron en su eje central a Huracán desde que empezó a aflorar el Apertura. El Globo fue el objetivo de arranque y perdió terreno (para ser precisos, tenía 12 puntos de ventaja), tanto que su cazador furtivo, gracias a que Lanús le ató las cuatro patas a la presa, por fin pudo sentirle el perfume del cuello y morderlo: por primera vez en el campeonato, los de Parque Patricios quedaron en esa posición que en la que nadie quiere estar, la Promoción.

Salir con esa presión, saber que enfrente había un rival que se jugaba todo porque pretende clasificarse a una Copa y, para colmo, sufrir esa ley del ex que Paolo Goltz, muy temprano, ejecutó a la perfección, eran los atenuantes que formaban el concepto del difícil partido que enfrentaban los pibes de Huracán. Dejaron todo, con un Rodrigo Battaglia que fue pura entrega, un Rolando Zárate que siempre incomodó a los centrales rivales y un Angel Morales vivo. Gracias a Matute, Huracán llegó al empate: en un tiro libre, en lugar de tirar la pelota directamente al área, se la abrió a Agustín Peña y éste le soltó el centro a Ezequiel Filippetto con una defensa rival perdida.

Los de Gabriel Schurrer tuvieron un sector que dominaron a voluntad: la banda izquierda. Mario Regueiro siempre le ganó la pulseada a Peña. Eso y que Guido Pizzarro estuvo despierto a la hora de manejar los tiempos, fueron las armas de un Lanús que salió a llevárselo por arriba pero se encontró con un trabajo más que complicado en el Palacio. Lo demostró el 2-1, que necesitó una ayudita de Filippetto y la astucia de Gonzalo Castillejos, en la primera que tocó, para hacerse presente. Encima, a Huracán la suerte pareció soltarle la mano en el final: el juez no le dio un penalazo y tuvo el aroma del gol dos veces en una misma jugada. Ni de carambola, la metió.

Mucho aire tenía el Globo en el amanecer del Apertura para no concentrarse en la Promo. Tanto aire que podía despreocuparse de un River que no parecía contar con el alfiler para pincharlo. Ocurrió lo contrario, porque por Núñez con Juan José López a la cabeza, todavía no asomó ninguna derrota. Y, si de aire se trata, el que ahora respira es el propio River.

© Escrito por John Jones y publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 29 de Noviembre de 2010.

Agarraron la Promo...

Lanús aprovechó las ventajas del fondo de Huracán y sigue a dos de la Copa. El Globo perdió cuatro al hilo y, por primera vez en la temporada, entró en zona roja.

Todos se van a acordar de Paolo Goltz en Parque Patricios. Pero no por ser hijo pródigo del club, ni por ser héroe en el ascenso, ni el mariscal en el equipo del tiki tiki. Se van a acordar porque aquél que salió de las entrañas del barrio quemero es el que ayer destinó a Huracán a estar por primera vez en la temporada en zona de Promoción: quedó a un punto de River, tras haber arrancado la temporada 11 arriba.

Pero que el árbol no tape el bosque. Porque aunque Goltz abrió el camino con su testazo y lo cerró ahogándole sobre la línea el grito del empate agónico a Bottaro, Huracán fue el que le posibilitó a Lanús seguir vivo en la lucha por entrar a la Libertadores (está a dos de Newell’s y a uno de Racing).

Porque fue Huracán el que avisó desde el planteo que iba a estar de oferta. Un 5-3-2 con figuritas en lugares poco usuales alertaron a Lanús. Y agarraron la Promo. Regueiro explotó la espalda de un Peña perdido (no era ni 4 ni 8) y de un Villán que nunca se asentó. Pizarro se movió con libertad a espaldas de Soplán y de Battaglia y Goltz, sí, Goltz, se hizo patrón de la cueva. Así, Lanús aprovechó las facilidades (al por mayor) del fondo local. Pero no lo liquidó. Y el Globo, desde la picardía de Battaglia, quien se empezó a soltar y a generar una rebelión en sus compañeros empezó a inquietar a un Lanús que lejos estuvo del nivel mostrado en el debut de Schurrer ante Tigre.

De a poco, el 5-3-2 que desprendía en cuentagotas a sus jugadores -como mucho, hasta ahí, el Globo atacaba con tres o cuatro hombres a la vez-, se fue desamoldando. Y hubo premio en el cabezazo de Filippeto. Y pudo estirarlo con un tiro del Roly o con una bomba de Battaglia en el complemento, que también desactivó Caranta. Pero los de Brindisi, superiores desde el 1-1 (aunque sin ser arrolladores, claro está), se empezaron a quedar y a cederle pelota y terreno a Lanús. Con Blanco y Castillejos en cancha (¿y si entraban antes?) y con los sucesivos errores del local a la hora de retroceder, eso fue letal. Tanto que, al final, la Promo del Grana tentó más...

© Escrito por Maxi Campobassi y publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos AIies el lunes 29 de Noviembre de 2010.

Y fue Goltzilla...

¡Justo Paolo resultó un monstruo, Globo! El zaguero abrió el score y, al final, salvó dos veces en la raya.

No es joda la ley del ex. Una y otra vez vuelve a confirmarse, cuanto menos, en el balompié nacional. Anoche, la sufrió Huracán. Y vaya si dolió en los Quemeros. Porque Paolo Goltz supo ganarse un lugar en sus corazones a lo largo de los ocho años en los que defendió el barrio de Parque Patricios, ascenso a Primera y tiki tiki de Cappa incluidos entre los hitos en los que participó. Entonces, que justo él sea quien abra el marcador, cabezazo certero en el primer tiempo, caló hondo en las gradas locales. Aunque, quizá, más dolió el bonus track del final, ahí cuando Huracán buscaba a los ponchazos, desesperadamente, empatar un partido que lo estaba devolviendo (y así fue nomás) a la Promoción. Bottaro shoteó tras un pseudo flipper en el área, masita que tomó envión en un rebote y, cuando entraba, en tiempo de descuento, Paolo puso el pie en la raya, cubriendo a Caranta. Y cuando devolvieron su despeje, todavía a pasitos de la línea de cal, volvió a despejar. Sí, todo un Goltzilla para Huracán...

“Es un triunfo muy importante para nosotros, esto fue lo que vinimos a buscar, porque ahora quedamos muy bien posicionados de cara al ingreso a la Copa Libertadores, y porque siempre es bueno sumar, y más en condición de visitante y en una cancha tan difícil como ésta”, dijo el central todavía con las pulsaciones elevadas, evitando referirse a la condena propiciada a su ex equipo, del cual hasta fue un buen tiempo su mismísimo capitán. Es que, si Lanús ganó, en gran parte fue gracias a Paolo, quien anoche convirtió su primer gol con la camiseta del Granate. Pero no olvidó: apenas la pelota entró se le escapó un insulto al aire y se fue desconsolado hacia su sector.

© Escrito por Ariel Cristofalo y publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 29 de Noviembre de 2010.


Y... mago no es...

“La verdad: quiero que desaparezcan las próximas semanas”, dijo Miguel Brindisi. Se mostró entero.

Preocupado pero entero, así se lo vio a Miguel Brindisi, quien desterró rumores sobre su continuidad. “Es la realidad que nos toca. Cuando llegué nunca imaginé que a esta altura del torneo íbamos a tener que poner más de diez pibes entre los concentrados. No puede ser. Quiero que este torneo se termine rápido, que desaparezcan las próximas semanas”, aseguró. Luego, baño de optimismo, añadió: “Hay que llegar a la orilla y volver a zarpar el barco. Ya estamos trabajando con los refuerzos. Necesitamos un volante por izquierda, un central y dos delanteros”. La derrota ante Lanús, la cuarta en fila, fue una mancha más: “No tengo nada que decirles a los jugadores, dejaron todo. Pero estamos adversos, nos convirtieron en el final”. Antes de despedirse hubo un apagón momentáneo y se lo escuchó claro y resignado: “Es lo único que nos faltaba...”.


Las fotos...






Los Goles...


Los Equipos...

La Tabla de Posiciones...