Murió el eterno Doctor Zhivago…
El actor egipcio, cuyo nombre de nacimiento era Michel
Chalhoub, había nacido el 10 de abril de 1932 en Alexandría, en una familia de
origen sirio-libanés de comerciantes de maderas preciosas y fue educado en el
rito católico greco melquita. Se hizo célebre con su papel en el filme
"Lawrence de Arabia" y se consagró con "Doctor Zhivago", la
película que lo convirtió en icono internacional en la década de 1960.
Después de estudiar en el Victoria College de su ciudad natal, donde
descubrió el teatro, estudió de matemática y física en la universidad de El
Cairo.
El director Youssef Chahine le ofreció un papel en "Shaytan
al-Sahra", donde debutó junto con su compatriota Faten Hamama. Casados un
año después tras la conversión del actor al islam, tuvieron un hijo, Tarek.
Tres años más tarde, en 1965, volvió a encontrarse con David Len, quien le
ofreció el papel protagonista en "Doctor Zhivago", recompensado con
otro globo de oro y probablemente el trabajo más emblemático de su carrera.
Sharif interpretó a Genghis Khan y al Che Guevara y actuó en películas tan
distintas como "Mayerling" (1968) de Terence Young, "Funny
girl", de William Wyler, con Barbra Streisand (1968) o "Los
poseídos", de Andrzej Wajda (1988). A partir de los años 1980, se
concentraría en la televisión.
En 2004, su papel en "El Señor Ibrahim y las flores del Coran",
de François Dupeyron, en el que interpretaba a un viejo tendero árabe que traba
amistad con un chico judío, le valió el premio César al Mejor Actor. Un año
antes, había recibido el León de Oro en el Festival de Venecia por toda su
carrera.
Campeón de bridge, en los 70 y 80 coescribió una columna en un diario sobre
este juego de naipes; también escribió varios libros y cedió su nombre al juego
"Omar Sharif Bridge". "Prefiero estar jugando al bridge que
haciendo una mala película", bromeaba.
También era propietario de una casa de caballos de carreras pura sangre y
amante de los casinos, hasta que en 2006 afirmó que había dejado de jugar para
"no ser esclavo de una pasión", a excepción del cine.
Políglota consumado, Sharif hablaba con fluidez inglés, árabe, español,
italiano, griego y francés, tras vivir entre Estados Unidos, Francia e Italia,
antes de regresar a su país natal a pasar sus últimos años. Allí pasó el ocaso
de su vida, y allí le fue diagnosticada la enfermedad de alzheimer.
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