viernes, 11 de septiembre de 2009

A 36 años del golpe de estado en Chile...

A 36 AÑOS DEL GOLPE EN CHILE


A fines de los sesenta el cono sur de América empezó a constituir un dolor de cabeza para los norteamericanos.


En octubre de 1968 el general Juan Velasco Alvarado derrocó en el Perú a Fernando Belaúnde Terry, nacionalizando la banca, las industrias petrolera, pesquera y cuprífera, y llevando adelante la primera reforma agraria en la historia de su país.


En septiembre de 1969 el general Alfredo Ovando Candia depuso al presidente boliviano Luis Adolfo Siles Salinas y, de inmediato, derogó el Código del Petróleo [o Código Davenport, nombre proveniente de la firma de abogados estadounidenses que lo había redactado] y también lo nacionalizó respaldado por un revolucionario Mandato de las Fuerzas Armadas, estableció la primera Estrategia de Desarrollo Nacional, basada principalmente en los esfuerzos propios de la república, y aceleró la instalación de los hornos de fundición de estaño.


En septiembre de 1970, el socialista Salvador Allende ganó las elecciones chilenas, lo que le permitió nacionalizar la industria del cobre y la banca, acelerar la dotación de tierras a campesinos pobres y dar un vaso de leche diario a cada niño chileno.


Si cada uno de estos procesos preocupaba por separado a Washington, el tener que enfrentarlos conjuntamente resultaba intolerable. Los EE.UU. desplegaron rápidos esfuerzos para terminar con estos gobiernos andinos.


Sin embargo, en Bolivia, después de desestabilizar a Ovando, no pudieron evitar que otro general patriota, Juan José Torres, siguiera la huella de su predecesor a partir de agosto de 1971.


Más tarde se sumaría otro hecho decisivo: el retorno victorioso del general Juan Perón y el triunfo peronista en la Argentina. Allende asumió el gobierno con sus frentes interno y externo muy convulsionados.


Las Memorias del secretario de Estado norteamericano de la época, Henry Kissinger, demuestran sin lugar a dudas la abierta ingerencia de la CIA y de las trasnacionales como la ITT en el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, que encabezó el general Augusto Pinochet.


El golpe fue antecedido de agudas confrontaciones sociales, en las que los empresarios –principalmente los dueños de camiones que paralizaron el comercio- y la clase media urbana movilizaron sus huestes para boicotear al gobierno de la Unidad Popular (UP).


Por otra parte, los cinco partidos políticos que co-gobernaban con Allende no lograron actuar de manera unitaria y coherente. Salvador Allende nació el 26 de junio de 1908 en Valparaíso.


Tras el servicio militar ingresó a la universidad, donde pronto se transformó en líder estudiantil de Medicina y de la FECH. Participó en la fundación y terminó conduciendo el Partido Socialista chileno.


En 1929, adoptando la tradición familiar, ingresó a la masonería.


El 4 de septiembre de 1970 se llevaron a cabo las elecciones presidenciales más disputadas de la historia chilena, bajo un clima tenso y febril.


Después de varios intentos fallidos a lo largo de una década, finalmente Salvador Allende, el Chicho, a la cabeza de una alianza de partidos de izquierda, logra la victoria.


Luego, por espacio de mil días, se desarrollaría la experiencia de la Unidad Popular.


El balance de ese agitado período es hoy patrimonio exclusivo de la historia.


Lo cierto es que una vasta conspiración, en la que tomaron parte activa el capital nacional y transnacional, el imperialismo, las fuerzas políticas del centro –la democracia cristiana- y la derecha, y los gremios empresariales y profesionales de la pequeña burguesía, creó las condiciones que condujeron a las Fuerzas Armadas a interrumpir a sangre y a fuego el 11 de septiembre de 1973 la democracia chilena, poniendo fin al gobierno popular y desatando una ola de persecución y muerte que tiñó de sangre las calles del país andino.


Salvador Allende pagó con su vida su profunda vocación democrática y su inquebrantable lealtad con su pueblo.


Previo al instante supremo con el que será recordado para la posteridad, denunció las dimensiones de la traición y vaticinó con clarividencia el período gris que se abatiría sobre Chile.


En su conmovedora alocución final antes de que lo mataran firme en su puesto en el Palacio de la Moneda, hizo lugar a la esperanza.


Sus últimas palabras propagadas por radio Magallanes fueron:


Tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo donde la traición pretende imponerse; sigan ustedes sabiendo que mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”.


Tres poetas americanos lo recuerdan así:


Para matar al hombre de la paz, para golpear su frente limpia de pesadillas tuvieron que convertirse en pesadilla; para vencer al hombre de la paz tuvieron que congregar todos los odios y además los aviones y los tanques; para batir al hombre de la paz tuvieron que bombardearlo, hacerlo llama, porque el hombre de la paz era una fortaleza.


Para matar al hombre de la paz tuvieron que desatar la guerra turbia; para vencer al hombre de la paz y acallar su voz modesta y taladrante tuvieron que empujar el terror hasta el abismo y matar más para seguir matando; para batir al hombre de la paz tuvieron que asesinarlo muchas veces, porque el hombre de la paz era una fortaleza.


Para matar al hombre de la paz tuvieron que imaginar que era una tropa, una armada, una hueste, una brigada, tuvieron que creer que era otro ejército; pero el hombre de la paz era tan solo un pueblo ,y tenía en sus manos un fusil y un mandato ,y eran necesarios más tanques, más rencores, más bombas, más aviones, más oprobios, porque el hombre de la paz era una fortaleza.


Para matar al hombre de la paz ,para golpear su frente limpia de pesadillas tuvieron que convertirse en pesadilla, para vencer al hombre de la paz tuvieron que afiliarse siempre a la muerte ,matar y matar más para seguir matando y condenarse a la blindada soledad; para matar al hombre que era un pueblo tuvieron que quedarse sin el pueblo.


Mario Benedetti (Uruguay)


Yo pisaré las calles nuevamente de lo que fue Santiago ensangrentada ,y en una hermosa plaza liberada me detendré a llorar por los ausentes.


Yo vendré del desierto calcinante y saldré de los bosques y los lagos y evocaré en un cerro de Santiago a mis hermanos que murieron antes.


Yo unido al que hizo mucho y poco al que quiere la patria liberada dispararé de las primeras balas más temprano que tarde sin reposo; retornarán los libros, las canciones que quemaron las manos asesinas, renacerá mi pueblo de su ruina y pagarán su culpa los traidores.


Un niño jugará en una alameda y cantará con sus amigos nuevos ,y ese canto será el canto del suelo a una vida segada en La Moneda.


Yo pisaré las calles nuevamente de lo que fue Santiago ensangrentada, y en una hermosa plaza liberada me detendré a llorar por los ausentes.


Pablo Milanés (Cuba)


Recuerdo, ya de niño, me hablaban de un países triado hacia el Pacífico, me decían que Chile era un perfil de cara a la esperanza, que su gente andaba sin apuro forcejeándole al sol cada mañana.


Luego, cuando los años se nos vinieron del oeste, supe que Chile era un hermano nuevo, original y hermoso, que Chile era un silencio y un murmullo, una costa infinita de este lado del mundo, y un motivo de lucha de este lado del triunfo.


Y había un hombre (que era decir un pueblo), con su traje de calle y sus ojos de abuelo, un hombre salvador, un Che de saco y de chaleco, un revolucionario con bolas y pellejo que supo ir a la muerte como quien descubre un sueño y se llenó de Chile, ese país que es nuestro. Yo sé que estás peleando, Che Salvador, eterno.


Eduardo Mazo (Argentina)

© Fuente de información: http://www.nacionalypopular.com

Disfruta del café... Reflexión...

Disfruta tu café:


Un grupo de profesionales, todos triunfadores en sus respectivas carreras, se juntó para visitar a su antiguo profesor. Pronto la charla devino en quejas acerca del interminable 'stress' que les producía el trabajo y la vida en general.


El profesor les ofreció café, fue a la cocina y pronto regresó con una cafetera grande y una selección de tazas de lo más ecléctica: de porcelana, plástico, vidrio, cristal: unas sencillas y baratas, otras decoradas, unas caras, otras realmente exquisitas...


Tranquilamente les dijo que escogieran una taza y se sirvieran un poco del café recién preparado. Cuando lo hubieron hecho, el viejo maestro se aclaró la garganta y con mucha calma y paciencia se dirigió al grupo: 'Se habrán dado cuenta de que todas las tazas que lucían bonitas se terminaron primero y quedaron pocas de las más sencillas y baratas; lo que es natural, ya que cada quien prefiere lo mejor para sí mismo.


Ésa es realmente la causa de muchos de sus problemas relativos al 'stress.' Continuó: 'Les aseguro que la taza no le añadió calidad al café. En verdad la taza solamente disfraza o reviste lo que bebemos. Lo que ustedes querían era el café, no la taza, pero instintivamente buscaron las mejores.


Después se pusieron a mirar las tazas de los demás. Ahora piensen en esto: La vida es el café. Los trabajos, el dinero, la posición social, etc. son meras tazas, que le dan forma y soporte a la vida y el tipo de taza que tengamos no define ni cambia realmente la calidad de vida que llevemos.


A menudo, por concentrarnos sólo en la taza, dejamos de disfrutar el café. ¡Disfruten su café!


La gente más feliz no es la que tiene lo mejor de todo sino la que hace lo mejor con lo que tiene; así pues, recuérdenlo:


* Vivan de manera sencilla.

* Tengan paz.

* Amen y actúen generosamente.

* Sean solidarios y solícitos

* Hablen con amabilidad.


El resto déjenselo a Dios, y recuerden que la persona más rica no es la que tiene más sino la que necesita menos...

DISFRUTA TU CAFÉ...


Desconozco la autoría.

Las Casas de Cartón...

Qué triste se oye la lluvia en los techos de cartón
qué triste vive mi gente en las casas de cartón.

Viene bajando el obrero casi arrastrando sus pasos
por el peso del sufrir,
mira que mucho ha sufrido, mira que pesa el sufrir.

Arriba deja la mujer preñada
abajo está la ciudad y se pierde en su maraña
hoy es lo mismo que ayer, es un mundo sin mañana.

Qué triste se oye la lluvia en los techos de cartón
qué triste vive mi gente en las casas de cartón.

Niños color de mi tierra, con sus mismas cicatrices
millonarios de lombrices, y por eso
qué triste viven los niños en las casas de cartón
qué alegres viven los perros en casa del explotador.

Usted no lo va a creer pero hay escuelas de perros
y les dan educación pa' que no muerdan los diarios
pero el patrón hace años, muchos años
que está mordiendo al obrero.

Qué triste se oye la lluvia en los techos de cartón
qué lejos pasa la esperanza en las casas de cartón
.

© Letra y Música de Alí Primera. Venezolano.


miércoles, 9 de septiembre de 2009

No todo está perdido… Noroeste argentino: una fórmula para salir de la pobreza…

La hermana María Alcira inició hace una década en Tres Isletas, Chaco, un trabajo social que redujo a cero la desnutrición infantil, erradicó casi totalmente la violencia, disminuyó fuerte la deserción escolar y le devolvió al pueblo la esperanza en un futuro mejor. Las claves de una labor que es tomada como modelo para toda América Latina.

La hermana María Alcira inició hace una década en Tres Isletas,
Chaco, un trabajo social que redujo a cero la desnutrición infantil.

Masticar todo el tiempo tierra y soportar un calor impiadoso que llega con frecuencia a los 50 grados –interrumpido en las noches de invierno por un frío que cala los huesos- era lo de menos. Cuando, hace diez años, la hermana María Alcira García Reynoso llegó al Barrio Alianza de la localidad de Tres Isletas, en el Chaco –una provincia donde la pobreza roza el 60 %-, las carencias de todo tipo y los problemas sociales estrujaban el corazón. Desnutrición severa de los chicos, enfermedades que causaban estrago por la falta de una mínima atención sanitaria, violencia familiar y de la otra, analfabetismo y una deserción escolar galopante. Por eso, si bien ella vino con la misión de fundar una escuela –siguiendo el perfil educativo de su congregación: Jesús María-, el patético cuadro con el que se encontró la obligó a asumir el desafío de ofrecer una respuesta integral. Una respuesta que terminó siendo tomada como un modelo para combatir la pobreza en América Latina.

COMEDORES. Atienden un turno a las 11 para chicos desnutridos
y menores de tres años, y otro, a las 12, para niños más grandes.

La hermana María Alcira comenzó por recorrer el barrio y escuchar a la gente. "Estaba claro que había que empezar creando un comedor porque esas cabecitas debían desarrollarse", dice. "Después vino el centro de salud porque el hospital quedaba un poco lejos para las mamás que debían ir a pie con sus hijos en brazos por la falta de transporte", agrega. Luego se sumaron el jardín maternal y el jardín de infantes, no sólo para asistir a los chiquitos en los primeros años de vida, claves para su desarrollo, sino también a las madres en su tarea de educar y alimentar a sus hijos. También se vio como otra prioridad crear un centro de apoyo escolar ante la deserción. Por sugerencia de una fundación, se armó además un taller de prótesis frente a tanta gente con problemas de motricidad que estaban condenados a una severa limitación de su movilidad por no tener aparatos elementales, pero inalcanzables para ellos en un contexto de tanta necesidad.

CAPILLA. Se encuentra en eñ medio del centro comunitario
y allí 250 chicos asisten a las clases de catequesis
.

Pero la clave del éxito del centro comunitario que levantó la hermana María Alcira no fue solo haber podido concretar tantas obras en una década –y tener en proyecto otras-, sabiendo captar la generosa ayuda de fundaciones como Mapfre –desde el comienzo- o Telefónica, de muchas empresas, grupos parroquiales y familias del país y del exterior. Sino también el modo en que fue haciendo participe a todo el barrio de su desarrollo. Y, por cierto, el amor y respeto con que lo realiza, que despiertan la admiración de los vecinos. "Me encontré con mujeres muy fuertes (habló de mujeres porque son a las que más trato) y con una potencialidad enorme", señala. "Porque acá todos tienen una responsabilidad asignada, un papel claro, y estamos hablando de unos 70 operarios y más de medio centenar de personal calificado: maestros, técnicos, médicos", precisa.

COMEDOR. La hermana con los chicos que
concurren al centro en busca de educación y comida.

Todo ello no implica descuidar la eficiencia en la administración de los recursos y la búsqueda del autosostenimiento. De hecho, los comedores –que atienden un turno a las 11 para chicos desnutridos y menores de tres años, y otro, a las 12, para niños más grandes, más las viandas para gente muy necesitada- reciben un aporte de dinero para 280 raciones, pero la gente de la hermana Alcira logra que alcancen para 400. Además, un enorme invernadero, donde se cultivan verduras, ya es una buena ayuda para la financiación del centro. "Por ahora es una fuente parcial de ingresos, pero aspiramos a que cubra todo el funcionamiento", dice, convencida, la religiosa. Da gusto ver cómo los trabajadores del invernadero muestran orgullosos los enormes pimientos, los tomates y otras tantas verduras. Atrás quedó una pequeña fábrica de pañales descartables, que sucumbió ante la imposibilidad de competir con los grandes fabricantes. Pero eso no impide que se sueñe con otros proyectos.

AIRE LIBRE. La hermana Alcira muestra su huerta.

En verdad, las obras de la hermana María Alcira –"y de tanta gente porque somos muchos los que trabajamos acá", aclara una y otra vez la religiosa- trasciende el centro comunitario. O, mejor, son una extensión. Porque se consiguieron fondos –por caso, de una comunidad de una parroquia de Buenos Aires- para la construcción de casas para el personal. "Ya construimos 38 con habitaciones de tres por cuatro con techo alto por el calor", dice. Además, el gobierno provincial –acompañando el crecimiento de su obra- dotó de agua potable y cloacas a muchas casas lindantes. Y levantó a su lado una estupenda escuela que imita la línea de construcción del centro.

SALUD. El centro lo creó porque el hospital quedaba lejos para las mamás
que debían ir a pie con sus hijos en brazos por falta de transporte.


Hoy los logros están a la vista. Por empezar, a comienzos de este año, la desnutrición en los niños menores de un año en el barrio llegó a cero. La violencia cayó a la sexta parte. Las vacantes en los jardines no alcanzan y todo Tres Isletas está orgulloso del centro y quiere, de una u otra manera, participar. Por lo pronto, los comerciantes le hacen fuertes rebajas y la municipalidad se encarga de la luz. Pero no son tiempos para bajar los brazos. La pobreza, que desde mediados de 2007 volvió a crecer en el país, también crece aquí. La producción de algodón -el gran cultivo de estos lares- bajó muchísimo, el girasol se perdió casi todo por la sequía, los aserraderos no pasan tiempos de bonanzas y la industria brilla por su ausencia.

VICEDIRECTORA. Una de las tantas personas que
acompañan a la hermana Alcira con su fundación.

Eso sí: no faltan voluntarios del país y del exterior dispuestos a pasar en el centro dos meses o más dando una mano. El siguiente proyecto es un centro de capacitación laboral acorde con las necesidades reales de la zona. La hermana Alcira subraya que la clave pasa –tomando como eje la educación- por integrar todo, ofreciendo lo mejor y aún con belleza, que no es la del lujo, sino la de la armonía en el orden y la limpieza". Claro que su gran motor, como dice, es su fe que la lleva de modo prioritario a atender lo urgente: la dignidad humana. De hecho, 250 chicos asisten a las clases de catequesis y en medio del centro comunitario se levanta una hermosa capilla.

Para colaborar con la hermana María Alcira hay que llamar al teléfono (03732) 461-195 o escribir al mail:
magr3i@gmail.com


ó para mayor información ingresar a: http://www.valoresreligiosos.com.ar


© Escrito por Sergio Rubin y publicado en el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma e Buenos Aiers el miércoles 9 de septiembre de 2009.

martes, 8 de septiembre de 2009

Vuelos de la muerte...

UN CASO EMBLEMATICO QUE MUESTRA LA FALTA DE UNA ESTRATEGIA JUDICIAL PARA INVESTIGAR LOS VUELOS DE LA MUERTE...

Las hormiguitas del capitán Hess

A cuatro años de concluida la investigación sobre el relato del capitán Emir Sisul Hess como piloto de los vuelos de la muerte, la justicia nunca lo citó a declarar. Una demora que muestra la escasa voluntad judicial en avanzar con esas causas.

Son centenares, tal vez miles. Miembros de las tres Fuerzas Armadas, de fuerzas de seguridad y también civiles. Los más jóvenes tienen poco más de cincuenta años. Los mayores rondan los noventa. Un puñado está en prisión. Algunos enloquecieron. Varios trabajan en aerolíneas, nacionales y extranjeras. La mayoría disfruta de hijos y nietos, va a misa y recorre las calles como cualquier vecino. Sólo ellos y sus íntimos conocen el secreto que los degrada: arrojaron a personas vivas, drogadas, indefensas, desnudas, desde aviones en vuelo hacia el vacío. Treinta años después, los vuelos de la muerte aún rinden frutos. Existen casos probados a partir del hallazgo, en costas bonaerenses y rioplatenses, de cadáveres de personas que pasaron por Campo de Mayo, ESMA y Olimpo. Existen miles de desaparecidos a los que se privó hasta de una tumba sin nombre. Existen confesiones públicas y privadas que coinciden en la rotación del personal para sellar el pacto de silencio. No existe, sin embargo, ninguna estrategia judicial para identificar a pilotos y tripulantes.

Si la clandestinidad, la destrucción de pruebas y el silencio impiden poder investigar a fondo cada eslabón del Estado terrorista, identificar a quienes participaron en los vuelos tiene un escollo adicional: no hubo testigos en los aviones. Un sondeo entre querellantes, antropólogos y magistrados sugiere sin embargo que el fin no es utópico. Entre las pruebas disponibles tiene un valor central la confesional, la admisión ante terceros. ¿Alguien pudo no haber relatado la experiencia límite de arrojar a una persona al mar? ¿Morirán los confesores en la complicidad del silencio?

Página/12 publicó ayer la historia de dos aviones Electra en exposición, relatos sobre vuelos de los propios represores y la confesión de un suboficial naval que admitió su participación ante compañeros de trabajo. A cuatro años de concluida la instrucción sobre el relato del capitán de corbeta Emir Sisul Hess como piloto de vuelos de la muerte, la justicia no lo citó a declarar.

“Tipos muy pesados”

Nacido en Bahía Blanca en 1949 y miembro de la promoción 102 del comando naval, Emir Sisul Hess integró en 1976 y 1977 la Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros, con asiento natural en la base aeronaval Comandante Espora pero mencionada por el cabo Raúl Vilariño, que ya en 1984 denunció los vuelos, como una cobertura de represores de la ESMA.

Hess era aviador naval y paracaidista. Tenía el grado de teniente de corbeta. Sus jefes eran el capitán de corbeta Néstor Santiago Barrios y el teniente de navío Miguel Ángel Robles. En 1978 pasó a la Escuadrilla Aeronaval de Propósitos Generales, bajo el mando del capitán de corbeta Enrique Carlos Isola y del teniente de navío Ernesto Proni Leston.

En 1984, citado a declarar por el contralmirante Horacio Mayorga en un sumario para desacreditar al cabo que describió la vida interna de la ESMA, dijo desconocer a Vilariño. Pasó a retiro en 1991 como capitán de corbeta, con 41 años, e incursionó en el rubro turístico como gerente del complejo Lago Espejo Resort S.A. en Villa La Angostura. En aquel paraíso y en pleno menemato, cuando la impunidad parecía irreversible, tuvo lugar su confesión, el primer relato de un piloto sobre los vuelos que llega a la justicia.

“Contaba en tono burlón cómo las personas pedían por favor y lloraban”, declaró José Luis Bernabei, que trabajaba en el complejo frente al lago. “Dijo que las arrojaban al Río de la Plata y que él era piloto. Nombró como compañero a (Ricardo Miguel) Cavallo. Decía que los vuelos salían de Palomar o Morón, que les ponían una bolsa en la cabeza, los subían a aviones y los trasladaban hasta que eran arrojados”, contó ante el juzgado de Juan José Galeano.

La base de Palomar es la misma que Rodolfo Walsh vinculó a los vuelos en su Carta Abierta a la Junta Militar. “Entre mil quinientas y tres mil personas han sido masacradas en secreto”, calculó en marzo de 1977. Detalló el hallazgo de cuerpos mutilados en costas uruguayas y acusó a las tres Fuerzas Armadas “de arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la Primera Brigada Aérea”. Identificó como jefe al brigadier Hipólito Mariani, condenado a 25 años de prisión por crímenes en Mansión Seré pero libre hasta que la Corte Suprema de Justicia confirme la sentencia, y apuntó que “usaron transportes Fokker F-27”.

El testimonio ante la Conadep de Arnoldo Bondar, empleado civil en Palomar, sugiere que no sólo los cautivos de la Armada despegaban desde la base de la Fuerza Aérea. “En reiteradas oportunidades vi llegar camiones de la policía de la provincia cargados de jóvenes de ambos sexos que eran embarcados en aviones a motor de dos hélices, generalmente de la Armada. Desconozco el destino. Esta operación se realizaba al costado de la pista principal y casi siempre llegaban antes algunos patrulleros para montar guardia alrededor del avión”, declaró.

Cuando Galeano comenzó a investigar a Hess descubrió que no sólo Bernabei había escuchado la confesión. Un empleado sacó el tema después de leer el Nunca Más y Hess reiteró el relato. “Hablaba con bronca y resentimiento. Tenía necesidad de hablar, era un tipo íntimamente trastornado”, recordó.

– ¿No sentía lástima por esa gente? –le preguntaron.

–No, no sufrían. Los llevaban dopados y los tiraban al río –respondió Hess en tercera persona–. Eran tipos muy pesados. Esos boludos no sabían a dónde iban a parar: al Tigre, al Riachuelo o al río Paraná. Iban cayendo como hormiguitas.

En 2002, cuando trascendió en la prensa que la Cámara Federal porteña había ordenado investigar el caso, el almirante Horacio Zaratiegui afirmó en una carta de lectores de La Nación que en la Armada no existió nunca un oficial Hess. “No sé si existe pero no importa. Sería un capitán de corbeta retirado, aviador naval”, lo invocó con precisión el fallecido Florencio Varela en una conferencia ante militares. El abogado, que según el condenado general Santiago Riveros tardó seis años en comprender la lógica castrense, citó un escrito de Hess en el que renegaba por la impopularidad de su oficio. “Un militar se capacita para matar o morir, por supuesto que en salvaguarda de valores superiores. Perder de vista nuestra razón de ser nos puede convertir en cirujanos con aversión a la sangre”, lo citó Varela.

La causa por la confesión de Hess, que tiene 60 años, se inició en marzo de 2002. Se sentía perseguido por el juez Baltasar Garzón desde fines de la década del ‘90, cuando el español pidió las primeras detenciones. Su temor aumentó en 2004, cuando la policía comenzó a rondar su casa en El Atardecer 4491, barrio Las Colinas, a cuatro kilómetros de Bariloche. “Para la policía o la Justicia no estoy escondido. Lo que quiero evitar son periodistas y gente relacionada con los derechos humanos”, le explicó a un amigo en un llamado que interceptó la justicia.

En septiembre de 2005 el juez federal Julián Ercolini, que reemplazó a Galeano tras su renuncia, declinó la competencia y le envió la investigación a su par Sergio Torres, a cargo de la megacausa ESMA, donde ya existía la causa 3227/02 sobre los vuelos, una recopilación de listados y legajos de marinos sin procesar. Allí, en un despacho de Comodoro Py, descansa desde hace cuatro años.

© Fotografóa de http://linea-ala.blogspot.com

© Escrito por Diego Martínez en el Diario Página 12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires dmartinez@pagina12.com.ar

lunes, 7 de septiembre de 2009

El mate... Un arte para cebarlo...

Una infusión que se toma mucho, pero de la que se conoce poco.

¿Cuáles son los parámetros de calidad de la yerba?

Mucho se ha escrito sobre el mate, su lenguaje, los cuencos de calabaza, el agua, las bombillas, las yerbas, y ese refranero popular que en cada provincia adquiere una tonada diferente.

El ayer, con sus tradiciones y costumbres, es parte del patrimonio cultural argentino, y se acopla hoy a una agroindustria yerbatera activa, en la que han puesto interés el sector privado y los gobiernos regionales en busca de su expansión. Esta visión llevó a crear la Ruta de la Yerba Mate (info@rutadelayerbamate.org.ar), diseñada y desarrollada por el Área de Turismo Rural de la Facultad de Agronomía de la UBA, con el Ing. Agr. Ernesto Barrera como coordinador.

La primera especialista en cata de yerba mate es Valeria Trapaga: "Me especialicé con los expertos en materia prima y en el proceso productivo. Aprendí todo lo que hay que saber sobre una bebida que se toma mucho y de la que se conoce poco, especialmente porque no se conocen parámetros de calidad", explica.

La vista, la nariz, la boca y el tacto son parte de esta investigación, señala Trapaga. Hay yerbas mate de blend, varietales y compuestas.

Virtudes: limpia, prolija en su granulometría, color verde seco con tonalidades hacia el amarillo, aroma franco. Debe tener carácter, ser aromática, delicada o salvaje, tener leve amargor, con dejos de miel...

Defectos: cuando se presenta sucia, despareja, de color verde oscuro intenso o descolorido, hojas negras. No debe ser muy amarga, rancia, húmeda o picante.

Paso a paso : a) usar una calabaza curada y llenarla hasta las ¾ partes con yerba buena y seca; b) cuidar que la yerba quede en una parte más alta y en la otra más baja; c) echar un poco de agua fría sobre la más baja, dejar que se moje y poner la bombilla; no moverla; d) cebar utilizando el agua a no más de 80 grados; e) no usar azúcar ni edulcorante (al menos para descubrir el verdadero sabor).

1- Espuma
El polvo de las hojas de una buena yerba es uno de los componentes más virtuosos porque aporta aspecto espumoso y suavidad.

2- Agua
Es un error suponer que el agua mineral es la mejor; por lo contrario, se aconseja usar agua común.

3- Temperatura
Si el agua hirvió, no rebajarla con agua fría; preparar otra. Al hervir, pierde oxígeno y solvencia para difundir aromas y sabores.

© Escrito por Miriam Becker en La Nación Revista, el domingo 30 agosto de 2009


'Un mate y un amor...' de Lalo Mir en el programa 'Lalo Bla Bla' Radio Mitre (ARGENTINA)

El mate no es una bebida. Bueno, sí. Es un líquido y entra por la boca. Pero no es una bebida. En este país nadie toma mate porque tenga sed.

Es más bien una costumbre, como rascarse.

El mate es exactamente lo contrario que la televisión: te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo.

Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es 'hola' y la segunda '¿unos mates?'.

Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres. Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros.

Pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian o se drogan.

Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara.

Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar.

En verano y en invierno.

Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos; los buenos y los malos.

Cuando tenés un hijo, le empezás a dar mate cuando te pide. Se lo das tibiecito, con mucha azúcar, y se sienten grandes. Sentís un orgullo enorme cuando un esquenuncito de tu sangre empieza a chupar mate. Se te sale el corazón del cuerpo.

Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré, con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón.

Cuando conocés a alguien por primera vez, te tomás unos mates. La gente pregunta, cuando no hay confianza: '¿Dulce o amargo?'. El otro responde: 'Como tomes vos'.

Los teclados de Argentina tienen las letras llenas de yerba.

La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas Siempre. Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas. Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te da.

La yerba no se le niega a nadie. Éste es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular.

Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres.

Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos.

No es casualidad. No es porque sí.

El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es que ha descubierto que tiene alma.

O está muerto de miedo, o está muerto de amor, o algo: pero no es un día cualquiera.

Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un mate solo. Pero debe haber sido un día importante para cada uno.Por adentro hay revoluciones.

El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores...

Es la solidaridad de bancar esos mates lavados porque la charla es buena. La charla, no el mate.

Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablas mientras el otro toma y es la sinceridad para decir: ¡Basta, cambia la yerba!'.

Es el compañerismo hecho momento.

Es la sensibilidad al agua hirviendo.

Es el cariño para preguntar, estúpidamente, '¿está caliente, no?'.

Es la modestia de quien ceba el mejor mate..

Es la generosidad de dar hasta el final.

Es la hospitalidad de la invitación.

Es la justicia de uno por uno.

Es la obligación de decir 'gracias', al menos una vez al día.

Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir.

¿TE SENTISTE INCLUÍDO?.... Compartilo entonces con quienes alguna vez tomaste un mate.