lunes, 10 de febrero de 2020

Reportaje al Doctor Nelson Castro que vuelve a Radio Rivadavia... @dealgunamanera

Nelson Castro: "Estuve cerca de casarme, no se dio y la vida pasó"


Nelson Castro llega al histórico, e icónico, edificio de Radio Rivadavia sobre la calle Arenales con varios minutos de demora. Caballero, pide disculpas más de una vez. Las razones son más que atendibles: camino a la radio, presenció un accidente vial y, médico al fin, no dudó en socorrer al motociclista herido hasta el momento en el que llegó una ambulancia. Saluda con la mano a todos y cada uno de los trabajadores que se cruzan con él, desde el encargado de la recepción hasta los técnicos del control central. Atraviesa a paso vivo, sonriente y hablando en voz alta, el extenso pasillo enmarcado por fotos de próceres como Héctor Larrea, Antonio Carrizo, Cacho Fontana, José María Muñoz y Juan Alberto Mateyko, esos que poblaron las horas de gloria de la que fuera, durante décadas, la emisora más escuchada del país.

© Escrito por Pablo Mascareño el domingo 09/02/2020 y publicado por el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

Desde este lunes, cuando se relance la programación de la AM 630, él también pasará a formar parte de la historia de Rivadavia. De 17 a 19, el periodista será el responsable de Crónica de una tarde anunciada, su nueva aventura periodística. Con el foco puesto en la información cruda, el título del programa le da aires poéticos a la propuesta: "A García Márquez lo entrevisté en el año 1995, decían que era malhumorado, pero ese día estaba bien", dice a La Nación. "Estoy feliz de ser parte de la reconstrucción de Rivadavia", confiesa luego de haber recorrido el edificio y haberse tomado fotografías en el estudio principal.

-Radio Rivadavia es una marca asociada a nombres ilustres y una historia trascendente.
-Por eso hay que hacer un reconocimiento a todo el personal de la radio que llevó adelante una verdadera resistencia para que esta radio no desaparezca. Me siento muy comprometido y conmovido por este desafío. Y feliz porque se haga partícipe a los trabajadores de esta reconstrucción.

Desde el lunes, Castro estará acompañado por Amelia Troisi -un nombre histórico de Radio Rivadavia-; Ignacio Orteli y Cecilia Bouflett. "Te pido, por favor, que menciones a mis compañeros de producción", pedirá con insistencia. Erica Olijavetzky será la responsable de la coordinación de aire y producción. Y el equipo se completa con Nahuel Villareal, María sol Durán, Sol Trezrguet, Gonzalo Benítez Cruz y Patricio Tafuro. Un dream team que será parte de esta puesta en marcha de una radio que no debió haber perdido su estelaridad por respeto a ese pasado que la atraviesa sobre sus espaldas y que hoy cuenta con la dirección artística de Fernando Subirats, que viene de ejercer la dirección en Radio Nacional. Fernando Carnota, Eduardo Feinmann, Oscar González Oro y Fernando Niembro son algunos de los nombres que poblarán la nueva grilla de la emisora adquirida por Alpha Media, cuyo CEO es Marcelo Fígoli, un hombre vinculado a los medios y al mundo de la música.

-Con cierta recurrencia se suele referir sobre la crisis de la radio, de su imposibilidad de hacerle frente a otras tecnologías y plataformas. Sin embargo, la radio resiste con gloria y crece. ¿Qué secreto encierra, en relación a otros medios, que la mantiene tan viva?
-La radio le da al oyente una complicidad y una cercanía, que no le genera la televisión. Además hoy no solo se escucha a través del aparato de radio, sino desde, por ejemplo, un celular, lo que hace que puede llegar a todo el mundo y con gran calidad. Genera una horizontalidad en la comunicación, hay una interactividad plena con el oyente. La radio permite comunicar en tiempo real, posibilidad que, a veces, la televisión no tiene. Por otro lado, incentiva la fascinación de la imaginación. El sonido, la voz, genera un encanto especial que, a veces, la imagen no permite. Se pueden generar climas muy particulares desde la palabra.

-La radio es servicio y compañía, la pueden escuchar todos. No hay fronteras.
-Genera un acompañamiento con atención. Uno puede hacer otra cosa y escuchar la radio con atención. Con la televisión eso no sucede, hay que parar y mirar. Aunque hoy la televisión va tomando algunas características de la radio.

"Me siento muy comprometido y conmovido por este nuevo desafío radial" Crédito: DIEGO SPIVACOW / AFV

-La mañana es el prime time radial, sin embargo, el llamado horario del regreso, por la tarde, ha tomado una relevancia muy importante.
-Hice la primera mañana durante treinta años, conozco bien ese horario en el que uno trabaja sobre cosas que pasaron. Recién, sobre el final de la primera mañana, comienzan a suceder acontecimientos. A la tarde, en cambio, pasan cosas, eso le da un potencial único al horario.

Además de los colaboradores que forman parte del programa, en Crónica de una tarde anunciada participarán los equipos del informativo El Rotativo del Aire y la información deportiva estará a cargo de La Oral Deportiva, símbolos indisolubles de Rivadavia. "Vamos a hacer algo sinfónico, la participación de todos será plena".

Cambio de rumbo

Luego de conducir el noticiero Bella Tarde y de estar al frente, durante dos décadas por TN, con El Juego Limpio, Nelson Castro hoy es el responsable de los informes de El Corresponsal, un formato que le permite registrar cada temática abordada desde diversos lugares del mundo: "Ha sido un regalo que me dio la vida. Me ha permitido viajar, conocer otras realidades y acceder a nuevos públicos. Me impresiona mucho como la gente joven sigue el programa. Eso es una demostración de cómo las audiencias están buscando contenidos diferentes". En envíos recientes se lo pudo ver recorriendo el campo de exterminio nazi de Auschwitz y las consecuencias de la tragedia nuclear en Chernobyl y Pripyat.

-Con información avasallante durante todo el día y que emerge desde diversas plataformas, ¿cómo evalúa hoy el formato del noticiero tradicional que siempre estuvo tan arraigado en el televidente?
-Los noticieros en televisión están atravesando un momento crítico, perciben que necesitan un cambio, pero no saben por dónde ir. A veces, ese cambio desdibuja lo que debe ser un noticiero. Un noticiero debe ser un noticiero, esto es algo casi de Perogrullo. Cuando el noticiero hace una búsqueda que lo acerca más a un magazine, pierde. Por otra parte, el noticiero debe competir con las redes, eso hace que hoy sea imposible tener una primicia.

-Que, luego de veinte años en el aire, El Juego Limpio no esté en pantalla, ¿habla de una pérdida de capacidad de disenso de la sociedad y, en consecuencia, de los medios?
-El programa salió del aire por decisión mía. Lo mismo sucedió con mi salida del noticiero. Noté que el formato estaba agotado con respecto a lo que yo quería hacer. El otro día dijo Manuel Castells: "Las audiencias no buscan informarse, sino confirmarse". Eso es un problema que, en algunos casos, genera una desorientación. Nuestro trabajo es seguir informando, y la realidad demuestra que, tomando en cuenta el fenómeno de las redes, la necesidad de un periodismo de calidad es imprescindible. Un periodismo que diga qué es verdadero y qué no lo es. Qué es real y marcar aquello que es una fake news.
Los noticieros en televisión están atravesando un momento crítico, perciben que necesitan un cambio, pero no saben por dónde ir""

-La falta de aceptación de disenso habla de una sociedad intolerante.
-Hoy, la sociedad argentina está tan dividida que un televidente o un oyente que escucha algo contrario a su propia idea, se va. Es un problema.

-Desde ya, un periodismo serio no puede someterse a decir, exclusivamente, lo que su destinatario quiere escuchar. Ante este fenómeno, ¿cómo se brinda información?
-Ante eso, uno debe seguir haciendo su trabajo, dando la información cierta sin importar cuál será el resultado del efecto que provocará en la audiencia. No somos militantes de nada, somos periodistas.

Huellas personales

Nelson Castro, en radio Rivadavia Crédito: DIEGO SPIVACOW / AFV

A los quince días de haber nacido, el autor de Enfermos de poder padeció una infección gangrenosa en la cara y cuello. Una mala atención médica provocó que se expandiera por todo el cuerpo, derivando en una meningitis. Quince días en coma, siete operaciones y el riesgo de vida. Le tuvieron que quitar tejidos muertos y realizarle varias cirugías reconstructivas. Allí están, en su cuello, las marcas de aquel episodio liminal que lo marcó por fuera, y, sobre todo, por dentro: "Desde ya, no me acuerdo de nada, pero creo que sí ayudó a darme una visión positiva de la vida. Eso lo agradezco. La adversidad no me arredra, sino que me estimula. Me siento preparado para enfrentar la adversidad, siempre he sido así. Enfrento la vida con mucha alegría, esa es mi actitud". Papá carpintero y mamá ama de casa, ambos fallecidos. Fueron los que le contaron lo dramático de aquellos primeros tiempos de vida. Infancia en San Martín y gran parte de la vida, en Villa Urquiza, el barrio en el que vive y en el que se lo puede ver transitar sus calles o comprando en el supermercado como un vecino más.

En el Colegio Nuestra Señora de Luján le inculcaron valores que defiende hasta el día de hoy. Esas premisas, muchas de ellas adelantadas a su tiempo, hicieron que Nelson, siendo un joven estudiante, no padeciera ningún tipo de discriminación por llevar visibles sus cicatrices. Los niños, sus compañeros de aula, no fueron crueles con él. A diferencia de lo que sucedió con algún gerente de programación que, en 1994, le auguró que, con esas marcas en el cuello, jamás podría estar delante de una cámara. Un visionario aquel hombre ignorante: "En aquel momento, fue shockeante, aunque me lo tomé con mucho humor. Yo iba a firmar un contrato y no me esperaba encontrarme con eso, me podrían haber avisado antes".

-¿Qué le respondió?
-Le dije: "A mí la gente no me va a mirar por lo que luzco, sino por lo que digo". Y me fui. A los ocho meses me volvieron a llamar de América. Fue una convocatoria de Eliseo Álvarez para hacer mi primer programa político: En la mira.

-¿Volvió a cruzarse a esa persona que lo marginó?
-Sí. Me pidió disculpas y, por supuesto, se las acepté.

-Usted habla de la hubris en torno a los políticos, pero aquel gerente de un canal también pecó de lo mismo.
-Es un mal que afecta a los poderosos de cualquier rubro. Es un mal del poder. Todos los años, se lleva a cabo una reunión de la Sociedad Daedalus que analiza diversos casos de hubris en todo el mundo y los proyectos que sucumben a partir de eso.

-El héroe trágico también comete hamartia, sostenida en sus errores, y padece el pathos.
-Por eso es tan importante trabajar en equipo y no creerse el dueño de la verdad absoluta.

-El ciudadano de a pie siente que ese padecimiento del poderoso nunca le llega al político argentino.
-Los padecemos nosotros. Ellos padecen el mal, pero que lo sufran es otra cosa. Padecen la conducta patológica y nosotros, las consecuencias.

-En algún punto, sobre todo en lo que tiene que ver con las formas y temperamentos, Mauricio Macri y Cristina Kirchner, ¿se asemejan?
-Es interesante la pregunta. A veces, tienen puntos en común. Por ejemplo, cuando Macri, luego de las elecciones, les echó la culpa a los electores, hizo lo mismo que hace Cristina. Lo mismo cuando dijo que avisó que se iba a ir todo al demonio. En eso se parecen, en la falta de asumir sus responsabilidades. Poner la culpa en los otros, los asemeja.

Vocaciones

 

Nelson Castro prepara un libro sobre la salud de los papas. El mismo incluirá una entrevista a Francisco hablando sobre el tema. "Nunca un papa habló sobre su salud. Le estoy muy agradecido. Será histórico", anticipa el periodista. Fuente: LA NACION


-Lo atravesaron dos vocaciones: la medicina y el periodismo, pero podríamos sumar una tercera, la música.
-Es una pasión. Es un don de la vida que valoro mucho.

-¿Lo ejerce habitualmente?
-Todos los días estudio una hora de piano.

-Esa rigurosidad del músico, que también está presente en el ADN del médico y del comunicador, ¿permite el disfrute?
-Todo lo que hago, lo disfruto y se lo agradezco a la vida. No hay nada que haga que signifique un padecimiento. No podría hacerlo. Siempre digo: "Ojalá todos pudieran tener la vida que yo tengo".

-La rigurosidad, ¿es el camino a la excelencia?
-La excelencia tiene que ver con trabajo, repetición, análisis, autocrítica. A veces se logra y, a veces, no. Pero requiere de todo eso, por eso, si no se disfruta es muy difícil.

-Para una persona con tantos méritos y logros como usted, ¿con qué se sueña a esta altura de la profesión y de la vida?
-Siempre quedan cosas para hacer...

-Por ejemplo...
-Sueño con seguir trabajando y generando cosas nuevas; y en aprender mucho más.

-Esos sueños son rasgos de juventud.
-Los vivo como tal.

-Su esmerada dedicación profesional, ¿hizo que postergase aspectos de su vida personal como formar una familia?
-Seguramente...

-Es decir que toda su energía ha estado aplicada al trabajo.
-No, me hubiera encantado casarme. Estuve cerca de casarme, no se dio y la vida pasó. Me hubiera encantado tener una familia y no hubiese sido ningún obstáculo para ninguna de mis realizaciones.

Me hubiera encantado tener una familia y no hubiese sido ningún obstáculo para ninguna de mis realizaciones.

-No debe ser fácil seguirle el tren a Nelson Castro...
-Me hubiera gustado compartir con la familia, que me acompañasen a la radio o a la televisión. Esas son cosas lindas...

-¿Por qué no se concretó aquel matrimonio?
-La vida...

-¿Qué edad tenía?
-29 años... Cosas de la vida.




domingo, 9 de febrero de 2020

De Europa al barro. Después de la gira, las internas... @dealgunamanera...

Después de la gira, las internas...

 “Se va la primera...” Alberto Fernández. Dibujo: Pablo Temes

El periplo europeo del Presidente fue muy productivo. Ahora toca resolver la deuda y alinear funcionarios. Kicillof, siempre amateur, y roces en Justicia.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


Fue una semana de caricias políticas para Alberto Fernández. Su exitosa gira por Europa le deparó las mieses de la cordialidad de la canciller de Alemania, Ángela Merkel, del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y del presidente de Francia, Emmanuel Macron.

Todos ellos lo recibieron muy bien, comprometieron su apoyo para los reclamos por la deuda y hasta le hicieron regalos simpáticos y de calidad (la guitarra que le regaló Macron es de muy buena hechura).

Dicho esto, hay que recordar que a Mauricio Macri también lo trataron muy bien en su primera gira europea. Y lo mismo le sucedió a Néstor Kirchner en su primer viaje presidencial al Viejo Mundo. A la única a la que nunca le fue verdaderamente bien fue a Cristina Kirchner. Ya se ha dicho aquí que su patológica personalidad generó el rechazo de todos los jefes de Estado que la conocieron.

La moraleja de este racconto es que el apoyo de los líderes mundiales es una condición imprescindible para enfrentar una negociación tan compleja como la que deparará la búsqueda de un acuerdo de pago con el FMI y los bonistas, pero insuficiente para reconstruir la economía del país.


Deuda. Néstor Kirchner solucionó el problema de la deuda pero Cristina se fue del gobierno con 25% de pobreza, la deuda con los holdouts y altos índices de inflación y desempleo.

Mauricio Macri solucionó el problema con los holdouts, pero su gobierno terminó con más del 30% de pobreza, la deuda con el FMI y bonistas privados, e índices de inflación y de desempleo aún mayor de los que había heredado.

En su periplo europeo, el Presidente fue a pasar la gorra en pos de la ayuda de los líderes mundiales a los que visitó. Es altamente probable que también le vaya bien con Donald Trump, que trató con deferencia al flamante embajador en Washington, Jorge Argüello, quien volvió a ocupar esa sede diplomática de la cual había sido expulsado en 2012 como castigo por CFK.

Está claro que el problema de la deuda se va a solucionar. El desafío es que vengan las inversiones. Por eso –y para que no le suceda lo que a sus antecesores– el gobierno de Fernández debe abocarse a la búsqueda de las soluciones políticas y estructurales que requiere la problemática de la economía argentina.

Kicillof. En el devenir de la negociación por la deuda, el Gobierno tuvo en las dos últimas semanas una especie de quinta columna: Axel Kicillof. Su impericia para manejar el vencimiento del bono por 249.750 millones de dólares emitido en 2011 por Daniel Scioli fue proverbial.

Cuando se propone una postergación de los plazos de pago o alguna otra variante, se requiere un consenso previo con un número de acreedores que sea suficiente para que el deudor se asegure contar con la aquiescencia de la casi totalidad de los acreedores. Eso es lo que no hizo Kicillof. Lo suyo fue un piletazo sin ninguna posibilidad de éxito.

“Fue algo amateur, sin ningún sentido”, lo definió un analista económico de elite. Y tan amateur fue que acabó impactado negativamente en la reestructuración del bono AF20, un bono dual que se paga en pesos o en dólares a un cambio determinado.

Es evidente, además, que Kicillof no tiene muy en claro su rol. Él es el gobernador, no el ministro de Economía. La lógica indica que debió haber sido su ministro de Economía, Pablo López, quien llevara la voz cantante de la negociación ante la opinión pública.
Para eso están los ministros, que son, además, fusibles.

“Axel se equivocó otra vez. Tiene mucho que aprender”, confiesa una voz de su cercanía.


Internas. Poco le duró al Presidente el dulce sabor de las jornadas vividas entre Roma, Berlín, Madrid y París. La interna emergió con toda su potencia apenas el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, volvió a decir que en la Argentina no hay presos políticos.

Que haya salido a cruzarlo Julio De Vido no sorprendió a nadie. Es más, el retruécano del depreciado ex ministro –despreciado, además, por muchos de sus ex conmilitones– es casi un galardón para el jefe de Gabinete. Pero que esa discrepancia haya sido expresada públicamente –una vez más– por una integrante del gabinete, la ministra de las Mujeres, Género y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, es insólito.

La repercusión de este episodio sin dudas ha sido fuerte al interior del Gobierno. No es casual que el canciller Felipe Solá haya salido de inmediato a respaldar a Cafiero al advertir que este incidente termina afectando la autoridad del Presidente. Y el mismo AF advirtió esto ya que ayer la orden que circulaba al interior del gabinete era no hablar más del tema.

Otro foco de tensión que se está incubando es el de la reforma judicial. El proyecto anunciado por el Presidente el 10 de diciembre en su discurso ante la Asamblea Legislativa aún no tiene fecha de presentación a causa de las diferencias internas entre la ministra de Justicia, Marcela Losardo, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz.

AF decidió que se encarguen de su redacción –entre otros– Losardo, Beliz, Cafiero, el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello, y la interventora de la AFI, Graciela Camaño.

La última semana trascendió que Beliz habría solicitado el asesoramiento del fiscal José María Campagnoli. Es un aporte extraoficial. “No está institucionalizado”, afirman. Campagnoli, que fue subsecretario de Justicia durante el período en que Beliz se desempeñó como ministro de Néstor Kirchner, fue víctima de la persecución política del kirchnerismo cuando investigó a Lázaro Báez.

Losardo, por su parte, ya hizo saber en los pasillos de Comodoro Py que está “muy en desacuerdo” con la reforma judicial que está armando Beliz, con eje en la Justicia Federal, conmocionada en estos días por la muerte del juez Claudio Bonadio.

Bonadio fue un juez muy pero muy cuestionable al que el kirchnerismo –en el ejercicio de la doble moral que forma parte de su esencia– protegió y elogió cuando se benefició con sus fallos y a quien recién denostó cuando fue objeto de sus investigaciones por hechos de corrupción.





sábado, 8 de febrero de 2020

Panorama económico - Los riesgos de una reestructuración amistosa… @dealgunmanera...

Los riesgos de una reestructuración amistosa…


El camino fijado por Alberto Fernández y Martín Guzmán. El rumbo posible y los riesgos que aparecen. ¿Qué dejó la experiencia de Kicillof frente a los acreedores de la Provincia?

© Escrito por Claudio Scaletta y publicado el sábado 08/02/2020 por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

La economía heredada por el gobierno de Alberto Fernández no vino con sorpresas. Macri dejó una profunda recesión, con la mitad de las maquinarias de la industria apagadas, la inversión y el consumo por el piso y con un Estado completamente desarticulado.

Pero el dato de la recesión, a pesar de sus graves consecuencias sociales, es realmente lo de menos. Lo peor que dejó el macrismo, por lejos, es el mega endeudamiento en divisas, ese que el hijo de Franco, alias “yo no fui”, supuestamente le decía a sus ministros que podía conducir hacia una materia pestilente. El endeudamiento, además, derramó al conjunto de la sociedad. Se estimuló a las provincias a endeudarse en dólares. También se endeudaron en divisas algunas fuertes firmas nacionales cuyos balances fueron luego arrasados por las devaluaciones. Se endeudaron los sectores medios asalariados para no perder nivel de vida, sea para pagar tarifas aumentadas como para no cambiar de dieta, e incluso, vía la Anses, se endeudó con fines electorales a jubilados y receptores de la AUH, eso que el periodista Alejandro Bercovich tan bien denominó en su momento como “el chori financiero”. Y para completar el panorama las divisas de la deuda apenas pasaron por el país y volaron.

La Alianza Cambiemos dejó deuda para todos y todas. Su gobierno fue una larga y legendaria fiesta financiera. Pero como también se sabía, el problema no fue sólo de volumen, tipo de moneda y jurisdicción (¡a pesar de la experiencia histórica!) sino especialmente de plazos.

El escenario no podría ser peor, Macri agotó primero el margen para endeudarse con privados a tasas altísimas y, cuando se cerró este grifo trajo al FMI, quien completamente a sabiendas, aprobó un programa con plazos de repago imposibles. Ni siquiera los economistas ortodoxos son tan ignorantes, el acuerdo fue pensado para ser renegociado porque el objetivo del organismo y de los países que lo integran es la sujeción económica a través de la deuda, la potestad de imponer políticas de largo plazo y de “cambios estructurales” que caracterizan al FMI.

Es una tontería plantear la existencia de “internas” en el Fondo por el caso argentino, con cabezas que ruedan, como si hubiese existido alguna sorpresa en la secuencia de los hechos que se sucedieron desde que se anunció el infausto regreso al organismo. Lo notable es que todo este proceso carezca de consecuencias penales y que, por el contrario, constituya una forma de funcionamiento normal del capitalismo realmente existente.

Quienes integran hoy el gobierno del Frente de Todos sabían desde bastante antes de llegar al poder que lo primero que deberían resolver era el problema de la deuda. Vale reseñar que, amén de los precios, el contexto y la demanda internacional, se trata de la principal diferencia con los primeros años de Néstor Kirchner.

Por entonces el problema de la deuda no estaba porque ya se había producido el default, proceso que había comenzado con el fin de la convertibilidad a principios de diciembre de 2001. Los “años de gracia” se produjeron de hecho y permitieron luego una quita importante en la reestructuración. Más de tres años de no recibir un dólar ablandan a cualquier acreedor. Además, la deuda con el FMI era menor y fue muy fácil sacárselo de encima pagándole cash, lo que despejó uno de los principales escollos para la reestructuración.

Desde antes del minuto cero, Alberto Fernández sostuvo que su intención era pagar la deuda, pero que no era posible en los plazos establecidos. Como ministro de Economía convocó no a un experto, pero si a un estudioso de los procesos de reestructuraciones soberanas. De los escritos de Martín Guzmán surgen algunas definiciones claras, se necesitan quitas de capital, pero también del nivel de intereses, en lo posible plazos de gracia, y sobre todo una reestructuración “cumplible”, lo que quiere decir que no condene a nuevas renegociaciones en el mediano plazo.

El camino elegido por Alberto Fernández no es el de la ortodoxia que sólo sabe decir que hay que pagar sin chistar y seguir destruyendo las funciones del Estado, pero tampoco plantea una salida rupturista, sino una “amistosa con los mercados”. La hoja de ruta ya se conoce, arreglar primero con el FMI, el objetivo de la gira de seducción europea recién finalizada más los guiños correspondidos hacia Estados Unidos, y luego ofrecer un canje voluntario a los privados, empezando por la deuda con jurisdicción extranjera y terminando con la local y la más sencilla intra Estado. Sin embargo, no está claro qué tan exitosa puede ser una reestructuración con los privados si descuentan la presión de que el país intentará por todos los medios evitar una cesación de pagos. Luego, producida la reestructuración, se conocería entonces el programa de desarrollo, lo que representa otro factor de presión: se necesitaría acordar rápido. Y como se sabe, no hay peor negociador que el negociador apurado.

La gran pregunta, entonces, es si esta reestructuración market-friendly puede ser compatible con el crecimiento, a su vez una condición necesaria tanto para poder pagar la deuda reestructurada como, fundamentalmente, para la sostenibilidad política del gobierno, que necesita revalidarse tan pronto como el año próximo. Lo primero que debe asumirse es que no hay acuerdo posible con el FMI sin entregar a cambio ajuste fiscal y reforma previsional. En el Frente de Todos parecen resignados a la idea de conseguir que el ajuste y las reformas no sean muy exigentes y sumar la obtención de un plazo de gracia en los pagos, es decir que quede un remanente fiscal para impulsar un poco la demanda y algún dólar para financiar el crecimiento. Se trata, como autodefine el presidente Fernández, de una salida “reformista”, no rupturista, quizá la única posible dada la herencia y las relaciones de fuerza. En contrapartida, también se trata de un camino poco seguro y no exento de un alto riesgo político si la salida del estancamiento se demora. Las ideas de Guzmán para reestructurar la deuda son esencialmente correctas. Su plan para volver a crecer limitando los gastos en pesos quizá lo sea menos, salvo que se trate de un discurso maquiavélico pre-reestructuración. El nombramiento de algunos asesores pone en duda la última aseveración. Existe en Economía un optimismo de la voluntad que merece al menos ser revisado.

En este sentido, el caso de la provincia de Buenos Aires, en la que el gobernador Axel Kicillof decidió renunciar a una renegociación dura para no interferir en el proceso nacional, representa una muestra práctica, que debe ser atendida, de lo que será el comportamiento de los acreedores. Al igual que el nacional, el gobierno de Buenos Aires planteó desde antes de asumir que el problema de su deuda pública de 11.300 millones de dólares, 9,2 por ciento de su PBG y quintuplicada en pesos por las sucesivas devaluaciones, era lo que más le preocupaba y que debía encontrarse una solución de fondo. En sus cuatro años de gestión María Eugenia Vidal tomó deuda por 5500 millones de dólares, el doble que en los ocho años anteriores. Debe reconocerse que la muchacha de oro del macrismo estuvo en este tema proporcionalmente más moderada que su jefe político, que se endeudó al triple de velocidad anual que la última dictadura.

En este contexto, a fines de diciembre Kicillof anunció el inicio de un proceso de consulta con los tenedores de deuda en divisas.

Luego, a comienzos de enero convocó a los titulares de una colocación de 750 millones de dólares, a una tasa del 10,8 y vencimiento en 2021, pero que tenían un vencimiento el 26 de ese mes por 277 millones de dólares, entre capital e intereses. La módica propuesta de la provincia fue postergar el pago del capital, 250 millones, hasta el 1 de mayo. Luego ofreció adelantar el pago de intereses y más tarde adelantar el 30 por ciento del capital. Dicho de otra manera, no se ofreció la contrapartida de un default, sino que simplemente se intentaba negociar una postergación de los pagos por unos pocos meses y pagando los altos intereses. Como ya se sabe, la negociación amistosa no fue posible. Se alcanzó sólo el 50 por ciento de aceptación del 75 necesario.

Bastó que un fondo propietario del 25 por ciento de la colocación se opusiera para que la reestructuración fracase. Finalmente la provincia pago la totalidad de lo adeudado para no afectar el proceso de renegociación nacional. Pero lo importante de este caso testigo es que pone en evidencia, como se dijo, las limitaciones de una renegociación “amistosa”. O dicho de otra manera, lo poco que puede esperarse de esta metodología.

El patrullero oceánico A.R.A. Bouchard (P-51) nueva incorporación a la Armada Argentina… @dealgunamanera...

El patrullero oceánico A.R.A. Bouchard (P-51) nueva incorporación a la Armada Argentina…


El patrullero oceánico A.R.A. Bouchard (P-51) fue construido por la empresa Naval Group en el Arsenal de la Marina Francesa en Toulon en 2011. Fue adquirido por el Estado Nacional; y fue entregado a la Armada Argentina en diciembre de 2019, luego de efectuarse una serie de reparaciones. El 6 de diciembre de 2019 se procedió al izado del pabellón nacional, materializándose así la incorporación de esta unidad al Estado Nacional y a la Armada Argentina.

© Publicado el jueves 06/02/2020 por el Periódico Digital Gaceta Marinera de la Ciudad de Punta Alta, República de los Argentinos.

El 15 de enero de 2020 zarpó desde la Base Naval de Toulon, al sur de Francia, al mando del Capitán de Fragata Daniel Eduardo Giudici, para cruzar el Océano Atlántico rumbo a Buenos Aires, previa escala para efectuar un reabastecimiento logístico en el puerto de Río de Janeiro (Brasil). Hoy, esa singladura lo trae al Apostadero Naval Buenos Aires.


Su dotación, compuesta por 39 marinos –seis de ellas son mujeres– llegó a Toulon en octubre para iniciar el Programa de Adiestramiento y Operación de los equipos de la unidad a cargo de la Universidad Naval Group, que le permite a la dotación operar y efectuar el mantenimiento básico del buque. La capacitación en la ciudad francesa incluyó la presencia de instructores de todos los componentes de la unidad y, una vez finalizados los cursos teóricos, se hicieron prácticas a bordo, tanto en puerto como en navegación.

Asimismo, como parte del adiestramiento, antes de partir a Francia la tripulación se alistó y adiestró previamente en Argentina en el simulador de navegación y maniobra del Centro de Navegación y Entrenamiento Marítimo Fluvial (CIEMF). 



El patrullero oceánico A.R.A. Bouchard (P-51), bautizado originalmente “L´Adroit”, fue denominado “Bouchard” en honor al marino francés y héroe naval, Capitán de Navío Hipólito Bouchard, quien luchó al servicio de las Provincias Unidas del Río de la Plata y del Perú; materializa la primera incorporación de un total de cuatro buques patrulleros oceánicos adquiridos por el Estado Argentino a la empresa francesa Naval Group en el marco del “Proyecto de Recuperación de la Capacidad de Patrullado Naval Marítimo” llevado adelante por la Armada Argentina y aprobado mediante Decreto 1.078/2018.

  
El objetivo del proyecto de incorporación de los patrulleros es mejorar la vigilancia y control marítimo con medios navales de superficie en el área oceánica de interés, cuya extensión es de 1.159.063 km² en la Zona Económica Exclusiva de la República Argentina, a los efectos de preservar los recursos vivos y no vivos del mar.

Especificaciones técnicas

El buque está diseñado para cumplir las siguientes misiones en el Mar Argentino y en la Zona Económica Exclusiva:

1.Protección y control de los recursos naturales renovables y no renovables.
2.Protección y control del comercio marítimo y ribereño.
3.Operaciones marítimas de búsqueda y rescate.
4.Operaciones de apoyo humanitario.
5.Apoyo médico en áreas marítimas y ribereñas.
6.Operaciones con helicópteros de exploración.
7.Operaciones de apoyo a buzos.
8.Protección y apoyo a unidades menores.
9.Presencia naval.

Sus dimensiones principales son: eslora 87 mts., manga 13,6 mts., desplazamiento 1.650 tons. y calado 3,8 mts. Su autonomía es de 7.500 millas náuticas a 12 nudos y la velocidad máxima puede alcanzar hasta 21 nudos.

La tripulación básica es de 40 personas y tiene una capacidad adicional para 19 personas como personal de transporte.

El buque tiene una capacidad de almacenamiento de víveres para 30 días con la tripulación básica; y para 20 días con la tripulación básica más el personal de transporte, sin necesidad de operaciones de aprovisionamiento.

La planta propulsora está constituida por dos motores propulsores de 4 tiempos ABC 12V DZC de potencia nominal 3.000 Kw. Está provisto con dos cajas reductoras, cada una conduciendo una hélice de paso controlable a través de su correspondiente línea de ejes.

La planta eléctrica dispone de dos grupos de diesel generadores y un generador de emergencia. Cada generador tiene capacidad para abastecer a la condición de navegación y operación en máxima carga continua.

El A.R.A. Bouchard (P-51) posee un radar 2D de Exploración de Superficie y Control de Helicópteros marca Terma Scanter 6002; un radar de navegación en banda X marca Sperry; y un radar de navegación en banda S marca Sperry. 


Tiene un sistema de gestión de combate Polaris, especialmente diseñado para este tipo de buques militares y utilizados el intercambio de datos con otras unidades tácticas y para operar los sistemas de armas. Éstos son un cañón calibre 30 mm. marca Leonardo con control local, Electro Optical Director (EOD) montado sobre el cañón para operaciones diurnas y nocturnas y posibilidad de ser designado en remoto desde la consola del Radar 2D; y dos ametralladoras de 12,7 mm. controladas manualmente.

Sus sensores de navegación son:

Corredera Doppler,
DGPS (Sistema de Posicionamiento Global Diferencial).
AIS (Sistema de Identificación Automática).
Ecosonda.
Girocompás.
Direction Finder.
Sensores meteorológicos.
Puente Integrado de navegación.

En cuanto al sistema de comunicaciones exteriores e interiores son: subsistema GMDSS (Sistema Mundial de Socorro y Seguridad Marítimos); equipos auxiliares (dispositivos de cifrado y unidades de conexión a tierra); subsistema Inmarsat y sistema meteorológico.

Sus sistemas auxiliares son: un sistema pasivo de estabilización tipo Flume; el sistema de agua refrigerada compuesto por dos plantas de agua enfriada; el sistema de agua dulce con dos destiladores de osmosis inversa, uno reserva del otro, con una capacidad individual de producción de 12 toneladas/día; el sistema frigorífico consta de dos plantas frigoríficas. Cuenta con sistema de cañones de agua para extinción de incendios en buques siniestrados.

El buque está provisto de un sistema de remolque con capacidad para que el buque sea remolcado y remolque a otros buques de 4.000 toneladas aproximadamente, a bajas velocidades y durante un corto espacio de tiempo. 
En lo que respecta a botes, el patrullero oceánico está equipado con dos botes semirrígidos RHIBs uno de 9 metros (con dos motores fuera de borda) y otro de 7,5 metros (con un motor), para ser lanzados y recibidos rápidamente por una rampa en popa (sistema slipway). Adicionalmente, lleva a bordo un bote semirrígido de rescate. Además, dispone de balsas salvavidas para toda la tripulación y personal que transporta.

Asimismo, el A.R.A. Bouchard (P-51) cuenta con los sistemas para controlar operaciones diarias de helicópteros de hasta cinco toneladas bajo condiciones ambientales de visibilidad y condiciones de vuelo nocturno. De la misma manera, posee una torre de control y un hangar fijo para brindar apoyo a las operaciones de mantenimiento operativo de la aeronave.

En cuanto al control de la contaminación ambiental, posee un sistema de tratamiento de aguas grises y negras; y consta de una planta de vacío y una planta de tratamiento físico-químico. Además, cuenta con un sistema de tratamiento de aguas oleosas y de tratamiento de basura.

El patrullero oceánico A.R.A. Bouchard (P-51), ya en aguas argentinas, custodia nuestros intereses marítimos.