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lunes, 2 de marzo de 2020

Reforma de la Jubilaciones en la Picota… @dealgunamanera...

 Apunten contra Sergio…

Recibiendo visitas... Sergio Massa. Fotografía: Pablo Temes

Reforma de la Jubilaciones en la Picota. Una semana marcada por la polémica votación legislativa, que dejó mal parado a Scioli y alejó al Gobierno de cualquier acuerdo con opositores.

© Escrito por Nelson Castro el Domingo 1º/02/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


El pasado que siempre vuelve. El jueves 30 de mayo de 2002 hubo en el Senado de la Nación una dramática sesión, al cabo de la cual se derogó la controvertida Ley de Subversión Económica. La derogación se aprobó luego del voto de desempate del presidente provisional del cuerpo, Carlos Maqueda. La crónica recuerda que Néstor Kirchner, gobernador de Santa Cruz –movido por el encono que lo había transformado en un férreo opositor del entonces presidente Eduardo Duhalde–, no escatimó medios para frenar ese proyecto, por lo que ordenó el desplazamiento del avión sanitario de la provincia hasta Chaco para trasladar a uno de sus legisladores, que sumó su voto negativo a la derogación.

La presencia del diputado con funciones de embajador Daniel Scioli en la sesión del jueves pasado en la Cámara de Diputados –en la que se trató la derogación de las jubilaciones de privilegio de jueces y diplomáticos– se pareció mucho al episodio arriba descripto.

Todo es tan miope en la política vernácula que nadie en el Gobierno advirtió que esto no solo caería mal en la oposición sino también en el gobierno de Brasil. “No nos merecemos tener que recibir a un embajador así desprestigiado”, señalaba en la tarde del viernes una voz desde Itamaraty, sede de la cancillería brasileña.

Técnicamente, Scioli, quien como a lo largo de toda su carrera sigue estando para cualquier cosa –en el impecable reportaje que le hizo Ernesto Tenembaum en su programa de Radio con Vos demostró que no tenía la más mínima idea del contenido del proyecto que se estaba tratando y que votó–, es aún diputado hasta pasado mañana. Pero, políticamente, había dejado de serlo desde el mismo momento en que fue confirmado como embajador en Brasilia.

Dicho esto, cabe preguntarse qué llevó al Presidente a permitir, por acción u omisión, que haya sucedido algo así. ¿Cuál fue la causa por la que el Gobierno tuvo que sacar a lo pirro la media sanción de una ley que goza de amplios niveles de consenso político y social? ¿Cómo fue que Alberto Fernández se expuso a la tamaña muestra de debilidad que significa para un gobierno recién asumido tener que ir a buscar desesperadamente a un diputado ya ido para lograr el quórum raspando? ¿Cuán consciente es de que acciones como estas le quitan credibilidad al Presidente cuando dice que su objetivo es ser mejores? ¿Qué va quedando de la idea de trabajar en conjunto en pos de acuerdos con los sectores políticos de la oposición?

Massa en su laberinto. “El principal responsable de todo lo que pasó en la Cámara fue Sergio”, afirmaba el viernes un conspicuo diputado de Consenso Federal. Lo notable es que ese juicio lo compartían también legisladores de Juntos por el Cambio y del Frente de Todos. Desde el sector que responde a Roberto Lavagna, las críticas al presidente de la Cámara de Diputados llovieron. “Es un goloso que está empecinado en llevar al Gobierno un pedazo de Cambiemos”; (…) “La relación con él está mal”, son algunas de las cosas que, en tono destemplado, se escuchaban horas después de la borrascosa sesión entre varios legisladores de Consenso Federal.

Muchos se preguntaban si existió la posibilidad de un acuerdo entre Massa y Emilio Monzó. Si el ex intendente de Tigre pensó que lo tenía al alcance de la mano, se equivocó. Desde el interior de Juntos por el Cambio las voces son coincidentes: “Tenemos diferencias fuertes, pero de ahí a romper hay un trecho muy pero muy grande”.

Tan torpe fue todo lo hecho desde el oficialismo que le dejó servido el plato a la mayoría de la oposición, cuyos integrantes, rápidos de reflejos, empezaron a blandir este tema como un remedo del escándalo del diputrucho en los años del menemismo y dejaron de lado el de la derogación de las jubilaciones de privilegio que generaban diferencias internas.   

La decisión de apurar la sesión del jueves dejó a Massa y al Gobierno mal parados. Algo no estuvo bien calculado. Faltó la buena negociación. Leyes como estas necesitan acuerdos para ser duraderas y efectivas.

Sergio Massa debería reflexionar y aprender de este episodio. Si su intención es dar vuelta la página de las divisiones, el camino que tomó el jueves es el equivocado. El Presidente lo felicitó. Semejante sobreactuación solo tiene una explicación: la débil posición en la que Massa quedó.

Un ministro en Nueva York. Las cosas no fueron fáciles para el ministro de Economía, Martín Guzmán, en su paso por Manhattan. Quienes lo conocen y hablan con él coinciden: sus convicciones son firmes. No está dispuesto a tirar su prestigio académico por la borda, sino todo lo contrario. Su idea es hacer de la fortaleza técnica de sus propuestas la base de toda la negociación. “Si le sale, será Gardel; y si no, tendrá que irse con la academia a su casa”, sentencia una voz con despacho en la Casa Rosada. El Presidente lo respalda plenamente.

De lo que se sabe hasta aquí, un grupo importante de bonistas –que quieren evitar el default a toda costa– le está proponiendo al Gobierno una quita del 15% y un pago total de unos 8 a 10 mil millones de dólares de aquí a 2023. Quedarían así, entonces, unos 20 mil millones de dólares a pagar a partir de ese año en un eventual segundo mandato de AF.


Con el FMI la química a nivel de la cúpula es muy buena, pero la negociación con los técnicos es de otro tenor. En ese estrato las cosas están más duras, según lo reconocen varios funcionarios del Fondo. Nada que sorprenda.

El viernes, durante un reportaje radial que concedió a Radio 10, al Presidente se lo escuchó enojado con la oposición y con la Corte Suprema de Justicia. En verdad, se sabe que hay cosas internas de su gobierno que también lo enojan. Hay problemas de gestión sobre los que se habló en la reunión del Gabinete de Territorio y Ciudadanía que hubo el miércoles en la casa Rosada. Son problemas sobre los que –por ahora– Alberto Fernández calla.






domingo, 14 de mayo de 2017

Causas pendientes…

2x1= -3 Elena Highton de Nolasco. Foto: Pablo Temes

La Corte debe atender sus cuentas internas, además del 2x1. Denuncias made in Brasil.

Hacía mucho tiempo que el Congreso no era protagonista central de la vida institucional del país. Ese rol lo retomó en la semana que pasó cuando, con conciencia política, apuró la sanción de un instrumento legal que clausura definitivamente la posibilidad de aplicar el 2x1 a los condenados por crímenes de lesa humanidad.

La marcha del miércoles fue un hecho contundente. El repudio social terminó de legitimar las críticas a la aplicación del 2x1 que ya habían sido expresadas por la mayoría del arco político y por muchos de los integrantes del Poder Judicial. La aprobación en forma unánime por parte del Congreso de la norma mencionada en el párrafo anterior sirvió para bajarle el volumen político al documento que en la Plaza de Mayo leyeron Tati Almeida, Nora Cortiñas, Lita Boitano y Estela de Carlotto.

Un experimentado juez acostumbrado al diálogo y a la generación de consensos expresó lo que está en la mente de muchos miembros de la Justicia: “El fallo fue desastroso, innecesario e incomprensible. Para ser juez supremo, además de un conocimiento técnico sostenido, hay que tener cintura política. El prestigio de esta Corte se acabó por los tres que votaron de forma extraña”.

En los pasillos de muchos tribunales se piensa que Elena Highton de Nolasco –la ministra que junto a sus pares Horacio Rosatti y Carlos Fernando Rosenkrantz votaron a favor de otorgar el beneficio del 2X1 al condenado Luis Muiña– deberá hacer malabarismos para permanecer en su cargo porque ahora tiene puesta sobre sí la lupa del bloque peronista del Senado. La especulación política sobre el porqué del fallo y su oportunidad estuvo a la orden del día.

¿Tuvo Mauricio Macri algo que ver con el fallo? Tres fuentes distintas que conocen al dedillo lo que pasa en el seno de la Corte coincidieron en una respuesta: “No”. De todas maneras, el Presidente reaccionó tardíamente. Su rechazo al fallo debió haber sido inmediato. En el interior de la Corte se vive un estado de revuelo como hacía mucho tiempo no se veía. Sobre sus miembros también recae la sospecha de maniobras con trasfondo político. Del lado del presidente del cuerpo, Ricardo Lorenzetti –cuyo voto, que terminó siendo el más razonable en cuanto a los argumentos lo dejó, junto con Juan Carlos Maqueda, mejor parado ante la opinión pública–, parecería demasiado rebuscado pensar el fallo como una jugada para conservar el poder.

El día de acuerdo de la Corte, los secretarios letrados acercan a la sala las fojas con las decisiones para su revisión y firma final. No es usual que un juez deje firmado de antemano un fallo de esta envergadura, es decir que todos pudieron revisarlo y firmarlo. Por lo tanto, si algún ministro advirtiera o sospechara una maniobra conspirativa tendría la oportunidad de discutirla con sus pares. Además, los jueces del voto mayoritario no son tan ingenuos.

“Del lado de los tres jueces que conformaron la mayoría –asegura otra fuente de vasto conocimiento de los pasillos de Talcahuano 550– sería un costo muy alto para una maniobra política. Aunque hay quienes miran de reojo su insistencia para tratar el expediente, cuando no había apuro para hacerlo”. En esa línea dos de los tres ministros que firmaron fueron Horacio Rosatti y Elena Highton de Nolasco. Uno fue ministro de Justicia y Derechos Humanos de Kirchner entre 2004 y 2005, la otra, nombrada por el mismo presidente en 2004.

Cuando parecía que el fin de la semana traería alivio para el Gobierno, se reabrió el caso que compromete a Gustavo Arribas.

Repasémoslo brevemente. La causa se inicia por una denuncia de la diputada Elisa Carrió, a raíz de una publicación del periodista de La Nación Hugo Alconada Mon, en la que se manifiesta que el actual jefe de inteligencia argentino recibió en cuentas suyas en Suiza por lo menos cinco transferencias por US$ 600 mil de parte de Leonardo Meirelles, operador financiero condenado en Brasil por el escandaloso Lava Jato.

La causa cayó en manos del fiscal Federico Delgado y del juez federal Rodolfo Canicoba Corral. Para demostrar efectivamente dichas transferencias era necesario por lo menos tomar dos medidas de prueba: por un lado, pedir al banco suizo los movimientos bancarios de Arribas y por otro, pedir la declaración del arrepentido Meirelles como testigo. El fiscal Delgado impulsó la investigación y le pidió al juez que se realizaran estas medidas que, sin embargo, no fueron efectuadas. Dos meses después de iniciada la causa, el juez Canicoba Corral sobreseyó a Arribas. ¿Cuáles fueron sus fundamentos? Sostuvo que el fiscal había propuesto “una investigación abierta”, con lo cual faltaba un delito concreto para imputarle a Arribas.

Todo se da en el marco de múltiples investigaciones relacionadas al posible pago de coimas por parte de la constructora brasileña Odebrecht en la Argentina. La causa mayor es la del presunto pago de coimas por parte de la constructora brasileña a funcionarios de nuestro país en el marco del soterramiento del Ferrocarril Sarmiento, a cargo del juez Martínez de Giorgi y el fiscal Franco Picardi.

El contrato del soterramiento lo ganó una unión transitoria de empresas que, además de Odebrecht, integraron Iecsa (en ese momento empresa de Angelo Calcaterra, primo de Mauricio Macri), Ghella y Comsa-EMTE. Es curioso que la declaración de Meirelles se dé en la causa que parece ser la menos trascendente de todas, la de Aysa. Por eso será que cuando les preguntaron a los arrepentidos si conocían a Carlos Ben (presidente de Aysa) o si recordaban algo de la planta de Aysa dijeron que no.

Pero lo más llamativo es que no recordaban ningún nombre salvo el de Gustavo Arribas. Es decir, al ser consultados por Julio De Vido, por Ricardo Jaime o por José López (los investigados en la causa a cargo de Martínez de Giorgi) ninguno reconoció conocerlos ni recordar sus nombres. De todos modos, no cerraron la puerta respecto de la participación de ellos; sostuvieron que van a chequear la documentación y ver los nombres.

Todas estas incógnitas deberán ser esclarecidas por la Justicia. Mientras tanto, la situación de Arribas es complicada. La reapertura de la investigación ha sido ordenada por la Sala I de la Cámara Federal en lo Penal y Correccional integrada por el cuestionado juez Eduardo Freiler, Jorge Ballestero y el subrogante Leopoldo Bruglio. También Elisa Carrió y Graciela Ocaña, flamante incorporación de Cambiemos, pidieron lo mismo. El Presidente está en problemas.

Producción periodística: Santiago Serra, con la contribución de Lucía Lopreiato. 


sábado, 20 de abril de 2013

CFK... Dueña de su silencio, esclava de sus palabras... De Alguna Manera...

 
  REPÚBLICA ARGENTINA
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA
(PROVISIONAL)
CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN
7° Reunión - Sesión especial - 24 de abril de 2002
Presidencia del señor presidente provisional del H. Senado, doctor Juan Carlos Maqueda,
Secretarios: señor Juan Carlos Oyarzún y señor Jorge Horacio Amarfil
Prosecretarios: señor Juan J. Canals, señor José D. Canata y señor Alfredo A. Luques
 


PRESENTES
AGÚNDEZ, Jorge Alfredo
ALFONSÍN, Raúl Ricardo
ALPEROVICH, José Jorge
AVELÍN, Nancy Barbarita
BAR, Graciela Yolanda
BARRIONUEVO, José Luis
BRIZUELA DEL MORAL, Eduardo Segundo
BUSTI, Jorge Pedro
CAFIERO, Antonio Francisco
CAPARROS, Mabel Luisa
CASTRO, María Elisa
CHIAPPE, Lázaro Alberto
COLAZO, Mario Jorge
COLOMBO, María Teresita
CURLETTI, Miriam Belén
DANIELE, Mario Domingo
ESCUDERO, Sonia Margarita
FALCO, Luis
FERNÁNDEZ, Nicolás Alejandro 
FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, Cristina E.
GALLIA, Sergio Adrián
GIOJA, José Luis
GÓMEZ DE BERTONE, Deolide Carmen
GÓMEZ DIEZ, Ricardo
GUINLE, Marcelo Alejandro Horacio
HALAK, Beatriz Susana
IBARRA, Vilma Lidia
ISIDORI, Amanda Mercedes
JENEFES, Guillermo Raúl
JUAREZ, Carlos Arturo
LAMBERTO, Oscar Santiago
LATORRE, Roxana Itatí
LEZCANO, Marcela Fabiana
LÓPEZ ARIAS, Marcelo Eduardo
LOSADA, Mario Aníbal
MAESTRO, Carlos
MAQUEDA, Juan Carlos
MARTÍN, Floriana Nélida
MAYANS, Miguel Ángel
MAZA, Ada Mercedes
MENEM, Eduardo
MORALES, Gerardo Rubén
MORO, Eduardo Aníbal
MÜLLER, Mabel Hilda
NEGRE DE ALONSO, Liliana Teresita
OCHOA, Raúl Ernesto
OVIEDO, Mercedes Margarita
PARDAL, Jorje Alberto
PASSO, Juan Carlos
PAZ, Elba Azucena
PERCEVAL, María Cristina
PICHETTO, Miguel Ángel
PRADES, Carlos Alfonso
PUERTA, Federico Ramón
RASO, Marta Ethel
SEGUI, Malvina María
TAFFAREL, Ricardo César
TERRAGNO, Rodolfo
USANDIZAGA, Horacio Daniel
VERNA, Carlos Alberto
WALTER, Pablo Héctor
ZAVALÍA, josé

AUSENTES
BAGLINI, Raúl Eduardo
MARTI, Rubén Américo
PARDO, Ángel Francisco
SAPAG, Luz María
YOMA, Jorge Raúl

LICENCIA POR ENFERMEDAD
ARANCIO, Lylia Mónica
SALVATORI, Pedro

LICENCIA
CAPITANICH, Jorge Milton 
 
SUMARIO 
  • Izamiento de la bandera nacional
  • Incorporación de nota y decreto al Diario de Sesiones
  • Modificación de la ley de impuesto a los bienes personales
  • Desapoderamiento de fondos depositados o impuestos en entidades financieras
  • Cuestión de privilegio
  • Desapoderamiento de fondos depositados o impuestos en entidades financieras (continuación)
  • Ejercicio Cruz del Sur 2002
  • Apéndice
  •  

    -- En Buenos Aires, a las 18 y 35 del miércoles 24 de abril de 2002:

    Sr. Presidente (Maqueda). -- La sesión especial queda abierta existiendo el quórum correspondiente.

    A continuación la parte de la sesión donde la Senadora Cristina Fernández de Kirchner alega sobre la intromisión en la Justicia... 


    Sr. Presidente (Maqueda). -- Tiene la palabra la señora senadora Fernández de Kirchner.

    Sra. Fernández de Kirchner. -- Señor presidente: podría fundamentar mi voto negativo al proyecto en consideración sosteniendo su inconstitucionalidad en virtud de que, sin lugar a dudas, restringe uno de los pilares del sistema de garantías y defensas que establece la Constitución Nacional. Me refiero a los recursos de amparo y de hábeas corpus, ya sea que se pretendan proteger dos bienes jurídicos muy importantes como lo son el patrimonio y la libertad.

    Bastaría leer solamente el artículo 43 de la Constitución Nacional para advertir que se está frente a una norma y una restricción decididamente inconstitucional. Pero hablar hoy de inconstitucionalidad en una Argentina donde ya no se respeta ningún derecho me parece casi un anacronismo.

    La norma en consideración, por sobre todas las cosas, además de inconstitucional es inútil. Inútil procesalmente porque le doy 48 ó 72 horas para que un juez la declare inconstitucional y prosiga adelante con las acciones y los embargos. Pero además es inútil a los fines de la medida política que propone que los bancos vuelvan a abrir para que el sistema vuelva a funcionar. Y acá quiero hacer una distinción. Algún senador preopinante sostuvo que tenemos que lograr que el sistema financiero vuelva a funcionar, que tenemos que abrir los bancos. 

    Pero quiero hacer una leve diferencia; no basta con que los bancos estén abiertos para que un sistema financiero funcione. De hecho han estado abiertos estos días y, sin embargo, el sistema financiero no funciona. ¿Por qué? Es muy simple; porque se ha roto la base y el eje fundamental del sistema financiero que es la credibilidad frente a los depositantes, frente a los ahorristas, que es lo que hace que un sistema financiero funcione o no. Pueden estar todos los bancos abiertos pero nadie va a volver a depositar un solo peso en este sistema financiero. Sería casi como --sin que nadie se ofenda-- volver a votar a de la Rúa. Nadie lo volvería a hacer.

    Entonces, frente a esta situación de total desconfianza de la sociedad ante los bancos, las medidas que tenemos que tomar deben ir más a fondo. Si queremos que el sistema financiero funcione, cada banco deberá asumir la responsabilidad frente a sus ahorristas sobre los fondos depositados en él. De hecho muchos sabemos --porque lo han publicitado-- que algunos bancos están devolviendo el dinero a sus ahorristas. Es más, han pactado con muchos de ellos para que presenten el recurso ante la Justicia -- para no quedar mal ante el Banco Central-- y así obtener la devolución de sus depósitos. Inclusive se los devuelven en la moneda pactada en origen. 

    Es cierto que esto puede provocar la caída de bancos, pero es la única manera de salvar al sistema. Lo dije exactamente hace tres meses en este mismo recinto cuando tratamos la ley de emergencia. Y expresé: ojalá me equivoque, pero estoy viendo que por salvar a cuatro o cinco bancos vamos a hundir a la República. Y eso es lo que hoy está pasando. Por eso digo que esta norma no sólo va a ser inútil procesalmente, porque los jueces van a decretar su inaplicabilidad por inconstitucional en pocas horas sino que, además, tampoco va a cumplir el fin para el cual está queriendo ser sancionada. Sé --porque también lo han dicho públicamente--, que muchos de los que hoy votarán afirmativamente tienen buenas intenciones y lo hacen para ganar tiempo. Pero todo depende de cómo uno vea el problema; de cómo uno vea la botella, si medio vacía o medio llena. Los que creemos que lo único que no le podemos regalar a la crisis es tiempo, que hay que actuar ya sobre ella, sostenemos que esto es exactamente lo contrario a lo que tenemos que hacer, porque si esta situación se sigue profundizando en la misma medida en que lo viene haciendo, mucho me temo que va a transformarse en un problema absolutamente insoluble.

    Señor presidente: lo único que vamos a lograr con esta ley es prolongar la agonía, la sangría, la discusión, la no puesta en funcionamiento del sistema financiero, que es indispensable en una economía capitalista. De hecho todos estamos de acuerdo, estamos difiriendo en cómo encaramos la crisis y creemos que el problema radica en mantener abiertos los bancos y no en tener un sistema financiero. Considero que estamos equivocando las soluciones.

    Señor presidente: sería hipócrita hoy aquí, en la República Argentina, en este contexto, no abordar el verdadero problema que tiene la sociedad argentina.

    Esta sesión que se está desarrollando parece casi de ficción, donde estamos discutiendo medidas procesales mientras el país se nos está cayendo a pedazos.

    Además de la crisis del sistema financiero, que se disparó a partir de diciembre, hoy estamos ante la ruptura de la dialéctica del poder político en el país. ¡Hoy no hay poder político en la República Argentina! No nos confundamos. Puede haber un presidente que se reúne con gobernadores en Olivos, puede haber un presidente con su banda presidencial, podemos estar nosotros sentados aquí en las bancas pero, en realidad, se ha roto la dialéctica del poder, porque hay una sociedad que no está dispuesta a acatar lo que ese poder institucional quiere y manda.

    Y esta es la dialéctica del poder; lo otro, son los atributos formales del poder. Alguien tiene poder político y las instituciones lo tienen en la medida en que haya una gran porción de la sociedad --a la que tienen que conducir y administrar-- dispuesta a respetar lo que ese poder institucional establece.

    Hace unas pocas horas un puñado de ahorristas reunidos en las puertas de este Congreso, más las discusiones fuertes que han habido en nuestro propio bloque, hicieron rechazar la iniciativa del Plan Bonos. Y también esto va a ser rechazado Lo que tenemos que abordar es la licuación del poder político en la Argentina, que afecta a todos y del que nadie está exento.

    Si bien esta cuestión puede ser apoyada por los veinticuatro gobernadores del país, quienes pueden reunirse con el presidente en Olivos, cabe destacar que algunos de esos gobernadores ni siquiera pueden controlar sus propias provincias. O sea que no pueden transferir un poder que ni siquiera tienen sus provincias de origen. Y es necesario que abordemos la crisis en toda su magnitud, para que después no sea tarde.

    Recordemos los discursos --no los de la época de la sanción de la ley de convertibilidad, donde algún compañero fundamentó sobre ella, ya que en 10 años pueden pasar muchas cosas-- de hace dos meses apenas, cuando se discutía en este mismo recinto la ley de emergencia, o cuando se discutió la ley de quiebra, que ahora aparentemente piden que se derogue y se diga lo contrario de lo que se dijo.
    Creo que uno puede tener compenetración con quien conduce un Poder Ejecutivo, pero me parece que hay cosas que hacen a la dignidad, a la representación y a la autoestima de cada uno, inclusive de cada legislador, a la hora de formular opinión o de emitir voto.

    Sinceramente, me parece que no podemos asistir más a ceremonias de este tipo. Siento que los legisladores teatralizamos cuando el país, la gente y la crisis demandan otras actitudes. No voy a hablar de elecciones anticipadas; creo que podríamos clasificarlas ya de "elecciones posdatadas", si tenemos en cuenta el nivel de la crisis y de lo que se está demandando.

    Pero quiero que reflexionemos enserio para que esta crisis, que primero fue de representación --por eso tenemos que legislar con parlamentos vallados-- y que ahora ya es directamente de poder de imposición hacia el otro en el ejercicio del poder institucional, sea abordada a la brevedad antes de que los hechos nos superen a todos y en la cual, en todo caso, quedemos como responsables por no haber podido dar siquiera una respuesta institucional que esté a la altura de las circunstancias y de la historia.

    Todos los hombres y mujeres que hoy estamos sentados acá somos militantes de distintos partidos políticos, con distintas historias; pero, en definitiva, cada uno a su manera y con su visión tiene un concepto de cuál es el rol de la política, de los partidos y de cada uno de ellos como militantes en un momento histórico.

    Pero seguramente la crisis es muy superior a la de hace tres meses atrás, y es imprescindible tomar absoluta conciencia de esta circunstancia. No es con medidas procesales --ni siquiera con medidas económicas o anuncios de planes económicos-- que vamos a poder supera esta dificilísima circunstancia histórica.



    Rubén A. Marino        
    Director del Cuerpo de Taquígrafos