sábado, 5 de enero de 2013

CFK y Siete Pecados Sociales de Gandhi... De Alguna Manera...


El agotamiento…

Regalo irónico. CFK exhibe los Siete pecados sociales de Gandhi, de contradictorio cumplimiento.

“Los grandes hombres son útiles a la ciencia en la primera mitad de su vida, nocivos en la segunda mitad (...) Pero al final el instinto formativo acaba por ceder frente al instinto conservativo. Llega un momento en que el espíritu prefiere lo que confirma su saber a lo que lo contradice, en el que prefiere las respuestas a las preguntas. Entonces el espíritu conservativo domina, y el crecimiento espiritual se detiene.” Esto fue escrito en 1948 por el epistemólogo francés Gaston Bachelard, quien también dijo: “Se conoce en contra de un conocimiento anterior”.

¿Se podría decir lo mismo de los presidentes? ¿Alfonsín dio lo que tenía para dar en los primeros años de su gobierno con los juicios a la dictadura y la institucionalización de la democracia? ¿Menem lo mismo en su primera presidencia con la resolución del problema inflacionario y el regreso de la inversión? ¿Y también el kirchnerismo con la recuperación del crecimiento y del Estado? El problema de todos los presidentes es que, una vez alcanzado el éxito rutilante en un campo primordial, no pueden cambiar de técnica cuando se agotó o los problemas son otros.

Por el contrario, cuando aparecen las primeras señales de agotamiento, cada uno en su estilo profundiza el modelo, siendo no sólo ya neutro y dejando de ser útil a la sociedad, sino que pasa directamente a ser nocivo y a consumir parte del capital que acumuló en el campo en el que obtuvo logros.

Esto no sucede sólo en la política. Thomas Kuhn, en su célebre La estructura de las revoluciones científicas, escribió que “los científicos, cuando se enfrentan a anomalías incluso graves y prolongadas, por más que empiecen a perder la fe y a tomar en cuenta las alternativas, no renuncian al paradigma que los ha llevado a la crisis”. Y agregó, citando a Harvey Lehman en Age and Achievement: “Las personas que han logrado inventos fundamentales de un paradigma nuevo, o bien han sido muy jóvenes o bien han llegado muy recientemente al campo cuyo paradigma transforman”.

Se puede ser muy joven en el campo a los 60 años cuando por primera vez se es presidente después de haber estado alejado del gran poder, por ser gobernador de una pequeña y distante provincia (Menem y Kirchner) o sólo legislador (Alfonsín o Cristina). También se puede ser viejo a la misma edad, como De la Rúa, después de llevar varias décadas compitiendo como precandidato a presidente.

No es casual que las sociedades que más se han desarrollado hayan evolucionado hacia sistemas políticos que ponen un límite a sus líderes en el gobierno. Hasta el Partido Comunista Chino, después de las experiencias de genios como Mao o Deng Xiaoping, colocó un límite de diez años en cargos máximos.

El problema no es sólo de los líderes que quedan cristalizados en su momento de mayor éxito e inevitablemente el paso del tiempo los vuelve obsoletos, sino que estos grandes líderes –con su enorme influencia– seducen a sus simpatizantes, quienes los siguen como a las viejas estrellas de rock, envejeciendo a la sociedad con ellos. Y también dividiéndola como consecuencia de esa elevación de lo pagano a lo mítico y de lo político a lo religioso.

En la foto que ilustra esta columna, Cristina Kirchner recibe de regalo un pergamino con los Siete pecados sociales de Gandhi, que son:

1) Política sin principios;
2) Riqueza sin trabajo;
3) Placer sin conciencia;
4) Educación sin carácter;
5) Comercio sin moral;
6) Ciencia sin humanidad;
7) Religión sin sacrificio.


Para sus críticos, ella lo exhibe sonriente sólo porque no sabe bien inglés, e imaginan que por eso Prensa de la Presidencia nunca difundió esta foto. Para sus simpatizantes, ella es el mejor ejemplo de quien no comete esos pecados.

En la columna de mañana continuaré con el tema a partir del programa de radio Mitre de balance político del año que me tocó compartir con Lanata, Fernández Díaz, Nelson Castro, Leuco, Van der Kooy e Ismael Bermúdez, en el que se reflejó cómo estos sentimientos y su influencia sobre los pensamientos producen diálogos de sordos.

Thomas Kuhn decía que “Cuando los paradigmas entran en debate acerca de la elección del paradigma, su función es necesariamente circular. Cada grupo utiliza su propio paradigma para argumentar en defensa de dicho paradigma”.

Hay que reconocer que ciertas técnicas periodísticas están tan agotadas como el modelo económico kirchnerista, y precisan modernizarse.

© Escrito por Jorge Fontevecchia, el viernes 04/01/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




Pobreza y desigualdad... De Alguna Manera...


El dilema de las prioridades...   
  
Igualdad, no significa justica...

Libertad e igualdad son los dos pilares sobre los que se asienta el edificio de la filosofía social de los tiempos modernos. Hoy constituyen valores prácticamente indiscutibles en toda sociedad. Las discusiones giran en torno a la prioridad asignada a cada uno de ellos y a los medios para asegurarlos. En el capítulo de la igualdad aparecen problemas complejos, nunca del todo resueltos. Para mucha gente –y no pocos filósofos sociales–, el aspecto más importante es la pobreza; para otros, la igualdad distributiva. El problema puede plantearse así: ¿qué es más valioso: que la dispersión alrededor del promedio en la distribución de los bienes disponibles sea lo más baja posible, o que la cantidad de personas en la cola “baja” de la distribución (la de los que tienen menos) sea más reducida? ¿Importa más cuántas personas tienen muy poco, o cuántas personas tienen menos que los que tienen más?

El debate mantiene vigencia. En la opinión pública a veces aparece de manera definida y a veces se diluye casi por completo. Generalmente reaparece cuando la economía se enfría y el crecimiento se desacelera. A veces el énfasis mayor está del lado de los que no tienen; por ejemplo, los saqueos en la Argentina. Otras, el énfasis está en la comparación entre los que tienen y los que no: los ocupas de Wall Street, los indignados en países europeos.

Con el desarrollo económico, los niveles de pobreza y de desigualdad se movieron en forma desacompasada. El economista inglés Samuel Brittan analizó la situación de Inglaterra en las últimas décadas. Desde el final del gobierno de Margaret Thatcher hasta la crisis de 2009, la tendencia es clara: disminuyó la pobreza, aumentó la desigualdad. La pobreza –definida con criterios ingleses– cayó 25 por ciento. Pero la mejoría en los ingresos de quienes ganan más superó con creces la mejoría de los ingresos del resto.

Diversas conjeturas intentan explicar eso. Y, desde luego, hay mucha confusión en el debate público, porque no siempre se sabe bien de qué se está hablando. En los últimos dos siglos, la movilidad social ha sido la vía para la superación de la pobreza al alcance de mucha gente; por eso, las sociedades más abiertas lograron mejores resultados. Pero la movilidad social no es un antídoto a la “mala distribución”. En el camino hacia las posiciones de clase media y más altas no hay escalafones; cada uno gana lo que puede y aprovecha las oportunidades. Cuanto más alta la posición social y económica, menos pesan las negociaciones colectivas. Los sindicatos han hecho mucho para mejorar los ingresos de los trabajadores, pero son irrelevantes para los ingresos de los ricos.

Otro factor es la educación, o la oportunidad de adquirir calificaciones. Las personas con más calificaciones tienden a ganar más, con o sin sindicatos. Y, a iguales calificaciones, los sindicatos mejoran los ingresos. La incidencia de esos factores se atenúa cuando la economía se enfría; su efectividad disminuye con la escasez.

Las respuestas al problema de la pobreza se proponen desde dos enfoques alternativos: el mercado o el Estado. Cuando el mercado “falla”, las expectativas desde el Estado tienden a aumentar. El Estado ha hecho tres cosas a través de los tiempos: interviene cobrando impuestos, en algunos lugares ha creado las bases de un “bienestar social” y, a veces, distribuye bienes y dinero. El estado de bienestar logró un piso de igualdad distributiva –hasta que su financiamiento colapsó, recientemente y a veces también antes–. La distribución de dinero y de bienes es un paliativo a la pobreza, sin incidencia en la igualdad distributiva. La desigualdad atacada con la política impositiva tiene límites: desincentiva la inversión, y eventualmente incentiva la evasión fiscal a la Argentina o la “salida” del sistema a la Dépardieu.

Un debate no menor suele reiterarse a través del tiempo: qué prefieren las personas involucradas, que no siempre es lo mismo que qué prefieren los pensadores y los responsables de las políticas públicas. En general, está demostrado que a quienes sufren la pobreza en carne propia la desigualdad les importa muy poco. Todo lo que los ayude a tener más es bueno; cuánto menos tienen que quienes tienen más no es importante.

La prosperidad, hasta ahora, ha sido medida a través del promedio –el producto per capita, por ejemplo–. Sin duda, una medida bastante limitada. En cuanto a la pobreza absoluta, es tema central en la agenda de algunos países, como los escandinavos, algunos otros europeos, algunos socialistas; y parece un tema irrelevante en muchos otros países, como la India o nuestra Argentina. ¿Por qué?

© Escrito por Manuel Mora y Araujo, Profesor de la Universidad Torcuato Di Tella, el viernes 04/01/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




viernes, 4 de enero de 2013

¿Quién le explica a Ricardo Darín?... De Alguna Manera

Ricardo Darín: "Quisiera que alguien me explicara el crecimiento patrimonial de los Kirchner"...


El actor reflexiona sobre el momento político y social actual y sostiene: "A mí me preocupa esto de que tenés que ser de uno o de otro. No tener derecho a tener una posición diferente".

Es considerado uno de los actores más taquilleros del cine argentino y en pocos días, a sus 55 años, regresa de lleno a la pantalla grande con un nuevo thriller: Tesis sobre un homicidio. Ricardo Darín es carismático, tiene chispa y sobre todo talento. En una entrevista con la revista Brando el actor de El secreto de sus ojos habló sobre la realidad política y social del país y, con críticas al Gobierno, opinó que "estamos viviendo un momento bisagra".

"Somos un país niño: necesitamos un papá. Necesitamos a alguien que nos diga cómo se tienen que hacer las cosas", señaló el actor en diálogo con la revista. Y en un tono crítico aseveró: "Parece que no aprendimos un sorete, porque es tan loco plantear como planteaban algunas minorías ciertas actitudes intempestivas y anacrónicas como del otro lado creer porque te votó el 54%, te la mandé a guardar, bancátela, y te la tenés que fumar".

En esa misma línea y con el mismo tono, el actor manifestó: "Te dicen lo que tenés que pensar y en qué dirección, y si no estás de acuerdo sos un hijo de puta". "El comienzo del camino al fanatismo es este. Creer que todo lo que no se alinea o no está en armonía con su pensamiento se construye casi como el enemigo. No para vencerlo, para eliminarlo. Y eso me asusta", completó.


A mí me preocupa esto de que tenés que ser de uno o de otro. No tener derecho a tener una posición diferente. ¿Pero quién sos? ¿Qué te pasa?

 "La historia de nuestro país está dividida entre Boca y River", señaló con cierto desencanto. Poco después, se preguntó para sí lo siguiente: " ¿Cómo puede ser que nosotros no nos pongamos de acuerdo para administrar con corrección?". Y señaló: "A mí me preocupa esto de que tenés que ser de uno o de otro. No tener derecho a tener una posición diferente. ¿Pero quién sos? ¿Qué te pasa?".

El actor se mostró crítico en varias partes de la entrevista y señal: "Yo quisiera que alguien me explicara el crecimiento patrimonial de los Kirchner".

En tanto, al hacer alusión al mandato de Cristina Kirchner, aseveró: "Estamos viviendo un momento bisagra. Creo que este Gobierno tiene la oportunidad histórica de decir: Bueno, muchachos, tenemos este país, terminemos con los prejuicios heredados, saquémonos la careta y vamos para adelante".

Y más tarde, sobre la jefa del Estado expresó: "Todos hablan de Cristina, pero yo no sé si el tema es Cristina. Yo creo que ella tiene un grupo de asesores que están todo el día laburando, o haciendo que, y son los que le llevan la comida predigerida; me parece que a esos hay que hablarles, pero no estoy seguro de que ellos quieran escuchar a nadie". Y agregó: "Yo quiero que le vaya como los dioses. Yo quiero que timonee, que convoque, que baje la adrenalina, que llame a una reconciliación".

Por último, entre otras cuestiones, Darín opinó sobre la ley de medios y expresó: "Esta es una guerra entre poderes. Yo creo que está bien que haya una ley de medios, yo creo que está bien que no haya un pulpo que se quede con todo". "No comparto que esté todo direccionado a combatir un aspecto nada más y no se considere el resto del panorama. O que se esté beneficiando a otro sector para convertirlo en el sustituto del monopolio que vos querés combatir", señaló. Y completó: "Lo que no me gusta es la demonización, la caza de brujas".

© Publicado por la Revista Brando el viernes 4 de Enero de 2013.


miércoles, 2 de enero de 2013

Peronismo, la memoria silenciada... De Alguna Manera...


¿Kunkel sigue temiéndole a Firmenich?...

La “macana” que fue masacre...

Hace unos días, el diputado Kunkel apoyó el proyecto de ley del  diputado ruralista formoseño Buryaile que pedía el resarcimiento a los defensores del cuartel de esa provincia, contra el ataque terrorista de Montoneros (por haberse producido contra un gobierno peronista llegado al poder con el 62% de los votos) al Regimiento de Infantería de Monte 29, de Formosa en 1975, hablando de ¡Macanas!

En el hecho cayeron víctimas de esa guerrilla  (que ya entonces convertida en una fuerza armada totalmente vanguardista y elitista)  principalmente conscriptos humildes, hijos de la tierra y de  nuestras etnias indígenas originarias, que no habían podido salir de franco por sus escasos recursos; y que defendieron el cuartel con una inmensa bravura; hecho que hizo que hasta el mismo Insfrán, gobernador eterno de Formosa y 1º lugarteniente kirchnerista, haya tenido que ponerle un alto a la presión presidencial para sacar la fecha de recordación del ataque, del calendario provincial.

Kunkel habla hoy, eufemísticamente de macanas, para esconder lo que fue una masacre y un horror, en el que sin embargo los Bravos Hijos de la Tierra, repelieron la inaudita agresión. Cuando uno ve documentales de Firmenich en canal 7 y este tipo de respuestas, no puede dejar de preguntarse: ¿Por qué Kunkel y muchos más, le siguen temiendo al ex líder montonero y su “extorsión moral”? ¿Es por eso que jamás hicieron autocrítica? ¿O es que ya se ha acostumbrado a la vida de un burgués que levanta la bandera roja con la mano izquierda mientras cuenta los billetes con la derecha? ¡¡¡Macana es la del pibe que rompe un vidrio de un pelotazo, Sr. Kunkel!!!

¿Quiere mostrar agallas y reparar algo? Usted sabe que la conducción montonera traicionó / entregó, al Padre Carlos Mugica, Roberto Quieto, Paco Urondo, Rodolfo Walsh, José Luis Nell, Lucia Cullen, los que hicieron la “Contraofensiva”, etc. Basta de eufemismos y servilismos; y cárcel para esa conducción. 

Ahí, se estaría “reparando” algo. ¡Hágase cargo, Kunkel!

Juan Manuel Duarte

© Publicado el Tribuna de Periodistas,en la sección Carta de Lectores, el martes 4 de Diciembre de 2012.

Peronismo, La memoria silenciada...