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domingo, 5 de mayo de 2024

El Gobierno. Vieja casta, viejos vicios… @dealgunamanera...

El Gobierno. Vieja casta, viejos vicios…

La ‘voz’ de los libertarios, Nicolás Posse. Dibujo: Pablo Temes.

Los primeros meses de gestión tuvieron elementos en común: falta de operatividad y destrato a los profesionales que se incorporaron.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 04/05/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Hubo aplausos en la reunión de gabinete del jueves pasado que formalmente encabezó el jefe de Gabinete, Nicolás Posse –más conocido como “el Mudo”, según el apelativo de amplia circulación por los pasillos del poder– pero que, en los hechos, fue manejada por “el Jefe”, es decir Karina Milei. Las internas en el seno del Gobierno se incrementan día a día.

Las críticas al jefe de Gabinete son continuas. Habrá que prestarle atención a la exposición que hará en los próximos días en la presentación del informe que debe hacer ante los senadores. Su figura se ve opacada por la intensidad de Santiago Caputo, que ha conformado un tándem con el ministro del Interior, Guillermo Francos. Ambos tuvieron un rol destacado en las conversaciones con los sectores dialoguistas de la Cámara baja. Las internas no solo se viven en el seno del Poder Ejecutivo. En el Congreso, el oficialismo muestra pujas por doquier. Por eso el bloque está tan deshilachado como producto de relaciones humanas muy complejas. “Todo se hace más difícil cuando la cúpula del poder parece estar blindada por dos o tres personas y las órdenes se bajan verticalmente, como si fuésemos soldados. Está claro que alguien debe tener la última palabra pero el ejercicio de la cohesión y la camaradería sigue estando ausente”, graficaron en el despacho de un legislador. Esto no será un problema mayor mientras los resultados sigan siendo positivos pero puede resultar un boomerang en época de vacas flacas.

Algo más que discursos

El motivo de la euforia actual fue la media sanción que la Cámara de Diputados le dio al proyecto de ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos. La así llamada “ley ómnibus”, devenida en “ley minibús”, constituye el instrumento esencial que necesita el Gobierno para avanzar con su gestión. “Lo que se aprobó es lo posible”, reconoció un conspicuo miembro del Poder Ejecutivo. Ese es un dato de la realidad política que refleja los límites que tiene Javier Milei. La expresión más brutal de ese hecho la reflejó Federico Sturzenegger –el padre del mamotreto hecho proyecto de ley–, que puso blanco sobre negro lo que representa lo aprobado en la maratónica sesión legislativa del martes: sindicatos 1-Milei 0.

Efectivamente, el corazón de la reforma laboral se fue a la basura. Los sindicatos festejaron en silencio la continuidad de los aportes solidarios que cada trabajador debe hacer a su gremio aunque no esté afiliado. Lo mismo ocurrió con la ausencia de sanciones a los bloqueos empresariales. Entre otras cosas, la llamada caja sindical ha quedado intacta. “Ese era el límite para garantizar la paz en la calle. Más allá del paro agitado por Pablo Moyano, los muchachos se quedaron más tranquilos”, atinó a decir una fuente cercana a la CGT sin ponerse colorada. Para que se vea con mayor claridad. El último borrador incluía un capítulo laboral muy parecido al DNU 70, por eso los sindicalistas exigieron encontrarse con Santiago Caputo y con el diputado Miguel Ángel Pichetto, y acordaron la marcha atrás del oficialismo. Los artículos de modernización laboral eran 58 y quedaron solo 16, sin la presencia de los puntos objetados por la CGT. No significa que lo que quedó no sea importante. Lo que sobrevivió fue el intento de quitarles a esos dirigentes sindicales el privilegio y el poder que les da el manejo de las multimillonarias cajas de las cuales viven y con la cuales mantienen su poder. Ese era un objetivo importante de la reforma que, una vez más, quedó archivado. Es lo mismo que les pasó a los expresidentes Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa.

La media sanción del proyecto de ley fue producto de la negociación. Es otra de las moralejas que dejó el trámite parlamentario. El agradecimiento del presidente a Miguel Ángel Pichetto, a Cristian Ritondo y a Rodrigo De Loredo es una muestra inequívoca de ello. Pichetto está llamado a tener un creciente protagonismo a lo largo del mandato de Milei. Por las dudas, ya se ocupó de quitarle dramatismo a la posible vuelta a Diputados del proyecto de ley si es que en el Senado se aprueba con modificaciones.

Disonancia cognitiva

La negociación en la Cámara alta será ardua. El kirchnerismo se juega una carta clave: si alguno de sus integrantes no cumple con la orden de cerrar filas que ha bajado Cristina Fernández de Kirchner, la mengua de su poder se acentuará. Su reaparición en Quilmes mostró esa decadencia y una necesidad, cuya consecuencia es la interna que crece con Axel Kicillof, a quien se encargaron de ningunear, impidiéndole estar en el escenario para que no pueda ganar protagonismo. El kirchnerismo duro está malherido y sus movimientos internos apuntan a la cristalización de una nueva figura que, por ahora, se parece bastante al gobernador de la provincia de Buenos Aires. No está dicha la última palabra pero la puja con Máximo Kirchner sigue abierta y las desprolijidades en el seno de núcleo K continúan a la orden del día.

Tampoco en el oficialismo son demasiado puntillosos. Los primeros meses de mandato han dejado un denominador común en distintos ministerios: falta de operatividad y destrato por los profesionales que se han incorporado. En algunos casos las mañas de la política sucia propia de la casta que se dice combatir recayeron en gente calificada a quien se utilizó deliberadamente para ajustar personal, ordenar secretarías y direcciones, y luego fue dejada en la calle para que sus puestos sean ocupados por los amigos del poder. Más casta no se consigue.

Cuando la política se humanice, los viejos vicios podrán empezar a cambiar de verdad.



    


domingo, 10 de marzo de 2024

Un fiscal implacable… @dealgunamaneraok...

 Un fiscal implacable


Javier Milei. Dibujo: Pablo Temes.

Así actúa la sociedad, atenta a que se cumpla todo lo prometido. La paciencia no da para mucho más.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 09/03/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 


Nicolás Posse le estrechó la mano a cada uno de los gobernadores y vicegobernadores que asistieron a la reunión del último viernes convocada por el Gobierno. Para todos ellos fue la primera vez en que tuvieron la oportunidad de conocer y escuchar la voz del jefe de Gabinete, que se sentó en la cabecera de la larga mesa por la que se distribuyeron los asistentes. 
El ministro del Interior, Guillermo Francos, se sentó a la derecha de Posse. Y a la derecha de Francos se sentó Axel Kicillof. Uno y otro habían cruzado chicanas mutuas a lo largo de la semana. Durante las cuatro horas que duró la reunión en cuestión, todo eso pareció quedar olvidado. De todas formas, no viene mal señalar la incontinencia verbal del preferido de la ex vicepresidenta Cristina Kirchner.

Hace algunos días había acusado al Gobierno de montar encuentros marketineros y soltó una frase socarrona: “Si no llegamos, arranquen nomás”. Algo similar ocurrió a lo largo de su corta historia política como ministro y gobernador. Profirió largas peroratas en contra del capitalismo, el Fondo Monetario Internacional, la deuda externa y la privatización de las empresas del Estado, y terminó siendo un gran pagador, contrariamente a lo que suponía toda su puesta en escena. El caso emblemático fue la estatización de YPF: un error suyo y de su jefa política que le costó una suma multimillonaria a la Argentina.

La número dos del FMI quedó sorprendida y preocupada con lo que vio y escuchó

A la reunión con los gobernadores la precedieron dos encuentros igualmente importantes que tuvo a Francos en la Casa Rosada. El primero fue el jueves con Cristian Ritondo y Rodrigo De Loredo. Ritondo es el jefe del bloque del PRO y De Loredo, el de la UCR. El viernes por la mañana, el invitado fue Miguel Ángel Pichetto, jefe del bloque de Hacemos Coalición Federal. Con todos ellos, Francos testeó las reales posibilidades de aprobación del proyecto de ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos. De los tres obtuvo respuestas similares: una delegación de poderes podría ser aceptada y aprobada con los votos de los sectores dialoguistas. En cambio, la restitución del impuesto a las ganancias y la nueva fórmula del cálculo de las jubilaciones, no.

El comienzo fue bueno. En la reunión con los gobernadores el clima fue cordial, aun cuando no faltaron momentos de intensidad en la discusión entre las partes. Uno de los mandatarios provinciales dijo una frase que resonó fuerte en ese ámbito austero en el que lo único que se sirvió fue agua: “Hay que salir de las redes sociales y buscar dialogar”. Hasta aquí, es una recomendación que el Presidente no ha aceptado. ¿Cambiará?

El Gobierno necesita que se apruebe la ley ómnibus cuanto antes. Si no lo logra, las cosas se le van a hacer muy cuesta arriba. Y para obtener los apoyos suficientes en el Congreso necesita negociar. Es algo que surge de la realidad y sobre lo que se le insiste al ministro de Economía, Luis Caputo, cuando participa de foros económicos internacionales o cuando se encuentra con Gita Gopinath, la subdirectora gerenta del Fondo Monetario Internacional, de estrecha cercanía y máxima confianza del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. Una ley basada en el consenso es mucho más fuerte que una normativa arrancada entre gallos y medianoches.

Se abrió una puerta

Hubo alguna expectativa acerca de la posible presencia de Milei en la reunión de los gobernadores. Era la foto que los grupos empresariales hubieran deseado. Cuando hablan con potenciales inversores extranjeros que muestran interés por desarrollar negocios en nuestro país, el tema de la ausencia del diálogo surge de inmediato. Es un asunto que los inquieta. Nadie quiere invertir dinero en un país que siempre has estado lejos de ser normal. Otra preocupación, tanto de los hombres de negocios como del oficialismo, es obtener el visto bueno del GAFI.

El Grupo de Acción Financiera Internacional ya se encuentra en nuestro país capacitando al Estado para la evaluación de los estándares de calidad en la lucha contra el lavado de activos y el financiamiento del terrorismo. Un resultado negativo dejaría nuevamente al país en la lista gris del organismo, lo que impactaría de manera negativa a la hora de hacer negocios con el resto del mundo y, si fuera necesario, obtener financiamiento externo.

Sin embargo, los problemas domésticos vuelven a colocarse por encima de los intereses soberanos. Argentina necesita imperiosamente modificar la Ley de Prevención de Lavado de Activos. Es una exigencia del propio GAFI. Aunque parezca mentira, el proyecto de ley, que ya tiene media sanción de la Cámara baja y un dictamen de comisión favorable en el Senado, aún no ha podido ser tratado en la Cámara alta. ¿Los motivos? Peleas internas en la distribución y reparto de comisiones y la mano de algunos gobernadores para que sus senadores no voten el proyecto como forma de presionar al Ejecutivo en la pelea por la coparticipación, entre otras cuestiones insólitas. El plazo máximo para renovar la ley de Plaft es el 26 de marzo, sin esa ley el Gobierno deberá recurrir a un DNU para satisfacer las exigencias del organismo internacional. El problema es que gran parte del contenido de la ley –como por ejemplo la modificación de los tipos penales– no puede salir por decreto. El país vuelve a quedar preso de los dirigentes que no saben ordenar sus prioridades o, peor aún, lo saben y optan por no soltar sus privilegios.

Hablando de privilegios y de falta de visión de la realidad, ha resultado inentendible el aumento que fue otorgado a diputados y senadores a partir del acuerdo paritario firmado con los gremios de los empleados legislativos y que significó un aumento del 30% en sus dietas. Más “casta” no se consigue. Martín Menem en la Cámara baja y Victoria Villarruel en la alta no tuvieron el sentido común necesario para frenarlo y obligaron al Presidente a pedírselo públicamente. Javier Milei estaba furioso.

No se pueden cometer errores de tamaño semejante mientras el ajuste devora los bolsillos de trabajadores que no llegan a fin de mes. Por la naturaleza del ajuste que se ha autoimpuesto para ordenar el desastre fiscal –en buena hora– el Gobierno está obligado a no volver a cometer este tipo de errores no forzados. Hay demasiada sensibilidad en la sociedad toda, que actúa como un fiscal implacable, verificando que se cumpla con lo que le han prometido. La paciencia no da para mucho más.



   

sábado, 3 de febrero de 2024

Ley Ómnibus: uno por uno, cómo votó cada diputado y cada bloque el proyecto de Milei... @dealgunamaneraok...

Ley Ómnibus: uno por uno, cómo votó cada diputado y cada bloque el proyecto de Milei. 

La Cámara Baja aprobó en general el proyecto de "Ley Bases" enviado por Milei. Imagen: Prensa Diputados. 

El oficialismo consiguió la aprobación con el apoyo de la oposición dialoguista. El trámite parlamentario tendrá una segunda etapa el martes desde las 14.30,  con el tratamiento en particular de cada artículo.   

© Publicado el viernes 02/02/2024 por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.    

En una sesión que quedará marcada en la historia legislativa de Argentina, la Cámara de Diputados aprobó por mayoría (144-109) la Ley Ómnibus, una legislación integral que aborda una amplia gama de temas cruciales para el país. La votación fue respaldada por los referentes de Hacemos Coalición Federal, encabezados por Miguel Ángel Pichetto y Ricardo López Murphy. También lo acompañó el sector de la UCR liderado por el cordobés Rodrigo De Loredo, y el bloque del PRO, representando por Cristian Ritondo. El debate parlamentario tendrá una segunda etapa el martes desde las 14.30, en el tratamiento de los puntos particulares de la norma

Ley Ómnibus: se aprobó el proyecto en general en Diputados

La Cámara de Diputados aprobó en general el proyecto de Ley Ómnibus enviado por Javier Milei. En este contexto el PRO, la UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación acompañaron con su voto al oficialismo. 

Por otra parte, la oposición, liderada por el jefe de bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez, manifestó la falta de claridad en una votación atípica por la falta de  dictamen que dé cuenta de la letra final del proyecto de la Ley Ómnibus y afirmó que "el 95 por ciento de lo que estamos acá sentados nos sabemos lo que se va a poner en consideración a la hora de votar". 

Así votó cada bloque de diputados la Ley Ómnibus:

La votación afirmativa fue liderada por diputados de Hacemos Coalición Federal, La Libertad Avanza, UCR - Unión Cívica Radical, Pro, Innovación Federal, y Avanza Libertad.


Por otro lado, diversos bloques y diputados expresaron su
rechazo a la Ley Ómnibus del gobierno. Entre los partidos que votaron en contra se encuentran Unión Por La Patria, Frente de Izquierda y de Trabajadores y Hacemos Coalición Federal.

El resultado de la votación reflejó la diversidad de opiniones y enfoques dentro del ámbito legislativo respecto de una ley que da amplias libertades al presidente para definir políticas en áreas clave.

Las bancadas que facilitaron el trámite parlamentario confiaron en que en el tratamiento de los aspectos particulares haya acuerdos. Sectores del PRO y del radicalismo destacaron la necesidad de hacer cambios en algunos puntos, como las privatizaciones, el impuesto PAIS y el endeudamiento.

La discusión en torno a la "Ley Bases" continuará el martes próximo, mientras se esperan más reacciones de diversos sectores de la sociedad.



   

domingo, 6 de agosto de 2023

Rumbo a las Paso. Gestos que no dicen nada… @dealgunamaneraok...

 Rumbo a las Paso. Gestos que no dicen nada…


En ropa de combate. Patricia Bullrich. Dibujo: Pablo Temes.

Llega a su fin una campaña devaluada, en la que ya nada sorprende. Unos ignoran la realidad, otros privilegian la pelea fratricida.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 05/06/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

“No puedo pagar la luz”. El testimonio de un habitante del Conurbano Bonaerense que muestra ante las cámaras de televisión la factura que lo ha dejado estremecido se reproduce por miles. También entre los comerciantes de distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires. 

Algunos de ellos piensan en cerrar. En contraposición a esta realidad indiscutible y dura las mismas pantallas traen la palabra de la inefable portavoz presidencial Gabriela Cerruti, negando que ello sea así. Una vez más, kirchnerismo puro. Aquí no pasa ni ha pasado nada.

En esa misma dimensión cabalga la campaña de Sergio Massa. El candidato habla como si el ministro de Economía y el Gobierno fueran de otro. Por eso, evita al máximo posible su contacto con periodistas que no le responden. Cuando eso ocurre, la insustancialidad de sus respuestas queda expuesta sin tapujos y su malhumor se hace indisimulable. Se enoja y, entonces, a quien le formula preguntas y repregunta con agudez y fundamentos, lo único que atina a decirle es que le está faltando respeto. Es lo que pasó en Córdoba el jueves pasado. Vale la pena recordarle al ministro-candidato que el enojo, es algo propio de los necios. 

Es cada vez más difícil hacer encajar la realidad en el relato. No hay peor ciego que el que no quiere ver.   

Mientras tanto, el deterioro de la situación económica no se detiene. La euforia del anuncio del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional tuvo la duración y el efecto de un leve suspiro. No cambió nada. En el Gobierno viven día a día o, mejor dicho, hora a hora. Nada se puede planificar en este torbellino de impericia. Nada se puede prever. El dólar blue sigue imparable. Ya nadie tiene dudas de que seguirá en ascenso hasta las elecciones. El cepo a las importaciones y la falta de reservas del Banco Central dan testimonio en ese sentido. No hay “¡Ah, pero Macri!” que alcance a parar esta debacle. Lo único a lo que recurre el Gobierno es a estrangular aún más el cepo con el consecuente aumento de las dificultades para la importación de insumos que son esenciales para el aparato productivo. Aún así, el Presidente y el gobernador de la provincia de Buenos Aires se solazan hablando de cifras de un crecimiento económico que nadie ve. Otra vez, ¡kirchnerismo puro!  

Un condimento extra alimenta la incertidumbre política. La cantidad de encuestas que pululan entre los diferentes candidatos no sorprende por la polarización entre los competidores, sino por arrojar resultados muy dispares entre sí con diferencias que, en algunos casos, llegan a los 10 puntos. Otro dato que abona la falta de certezas: en las elecciones provinciales que ya se han celebrado con un cronograma diferente del nacional hubo hasta el momento, más de un millón de votos en blanco y un aumento exponencial del ausentismo. La gente no está yendo a votar.   

En el oficialismo temen que un resultado que lo deje relegado al tercer puesto o una derrota contundente, dispare una incontenible inestabilidad política, económica y social derivada de la falta de poder real hasta las elecciones generales. Sergio Massa ya ha tomado nota de esta posibilidad y se prepara para cubrir cualquier escenario. Puertas adentro se sigue quejando por el fogoneo a la candidatura de Juan Grabois, que distintos sectores estimulan a modo de fuego amigo. El tigrense está convencido de que Máximo Kirchner y su madre, la vicepresidenta en funciones, están a la cabeza de ese movimiento. La explicación es sencilla: el relato no puede claudicar y la figura del actual ministro de Economía no puede crecer lo suficiente como para acumular un poder tal que le permita borrar de un plumazo lo que queda de kirchnerismo duro. CFK es experta en los juegos de poder y sabe que Sergio Massa no es confiable para su futuro inmediato. En este contexto, todo puede suceder. Incluso lo impensado: parece una burla del destino, pero el principal candidato presidencial de Unión por la Patria aún no pudo hacer pie con un acto en La Matanza, bastión histórico del peronismo en general y del kirchnerismo en particular. Sucede allí algo muy particular.

Una campaña sin sorpresas


En el Movimiento Evita perciben cierta inclinación del ministro por el intendente Fernando Espinoza, quien deberá competir en la interna municipal con Patricia Cubría, esposa de Emilio Pérsico, líder del movimiento. Massa prefiere no correr riesgos y dejar que Axel Kicillof siga negociando para llegar a buen puerto. La otra razón por la cual el candidato oficialista no hace pie en lo más profundo del Conurbano es la propia realidad: con base en datos oficiales se estimó que la pobreza fue en el primer trimestre de este año de 38,7%. Prácticamente 4 puntos porcentuales más arriba con relación al mismo período de 2022 (34,3%). Peor aún, cerca de 100 mil chicos cayeron en la indigencia en un año. 

“En la Argentina no hay hambre”, había dicho sin inmutarse unos días atrás la vocera presidencial quien, además minimizó el impacto  de la pobreza en los niños. Más de lo mismo. Es cada vez más difícil hacer encajar la realidad en el relato. No hay peor ciego que el que no quiere ver. 

Dentro de No tan Juntos por el Cambio no existe la paz. La ex orgullosamente bonaerense María Eugenia Vidal lo sabe muy bien. Apenas se pronunció públicamente a favor de Horacio Rodríguez Larreta, una catarata de críticas de sus correligionarios le cayó encima. Uno de los más vehementes fue el diputado nacional 
Cristian Ritondo, quien aseguró que la exgobernadora le había dicho que se mantendría neutral. Ritondo fue ministro de Seguridad en el gobierno de Vidal, pero parece que la ferocidad de la interna está por sobre los vínculos y las lealtades. Es tiempo de pronunciamientos. Al menos eso creen en la coalición opositora. Jorge Macri le venía pidiendo un gesto inequívoco a HRL, y ahora Patricia Bullrich hace lo propio con Mauricio Macri. ¿Es acaso más importante forzar una declaración de un “compañero de equipo” que salir a buscar con propuestas y sentido común el apoyo de los votantes? 

Ya nada sorprende en una campaña devaluada y llena de gestos que no dicen nada.
 



   

domingo, 4 de diciembre de 2022

Sufrir y soñar… @dealgunamaneraok...

 Sufrir y soñar… 

Barrabravas, Cristian Ritondo. Dibujo: Pablo Temes.

Mientras el Gobierno aumenta sus desmanejos, la gente padece. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 03/12/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

En la Argentina pasan cosas dentro del ámbito de la política durante el Mundial de Fútbol. Son hechos lamentables y peligrosos como, por ejemplo, lo sucedido el jueves pasado en la bochornosa sesión de la Cámara de Diputados en la que el oficialismo intentó extender por otro año la designación de Cecilia Moreau como presidenta del cuerpo. 

El escándalo al que contribuyeron tanto el oficialismo cuanto la oposición, fue causado por la negativa del Frente de Todos contra Todos de frenar el ingreso de la diputada Reyes, de No tan Juntos por Cambio, al Consejo de la Magistratura. El objetivo tanto de esta maniobra como la del Senado de desobedecer la decisión es claro: paralizar el funcionamiento del Poder Judicial. Los ataques no cesan. 

Salvo una sorpresa, el fallo que le aguarda a Cristina Fernández de Kirchner debería serle adverso. El cúmulo de pruebas es de tal magnitud que sería un escándalo que se le absolviera. La debilidad de sus argumentos obligó a que toda la estrategia defensiva de su abogado, Carlos Beraldi, tuviera un enfoque exclusivamente político. 

Las últimas palabras que pronunció la vicepresidenta el martes pasado fueron del mismo tenor. Habló de un “pelotón de fusilamiento”, una definición absolutamente falaz. Quienes la están juzgando son jueces de la Constitución a los que ella misma nombró.

El fallo que le aguarda a CFK debería serle adverso por el cúmulo de pruebas. 

Lo que en verdad se esconde en este Niágara de descalificaciones que enunció la expresidenta en funciones es el temor a la condena. Ella sabe que nunca irá presa. La afectan dos cosas: pasar a ser una persona con prontuario y los títulos de los medios. Para alguien que ha hecho del relato uno de los elementos clave de su accionar en la política, “Cristina condenada”, sin dudas el título que más se replicará si el fallo así lo determina, la perturba profundamente. No sólo la perturba; también la desequilibra emocionalmente. 

Al fin de cuentas, ingresará al club que ya integran su ex vicepresidente de la nación Amado Boudou, el ex Ministro de Planificación Julio De Vido, el ex secretario de Obras Públicas que fue sorprendido revoleando bolsos con dinero, José López, y el ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime. 

Los llamados a resistir el posible fallo condenatorio a la vicepresidenta por parte de sus acólitos representa un desafío para la institucionalidad de nuestro país. Sin institucionalidad no hay democracia. Hasta que la sentencia quede firme, le resta a CFK un largo camino por recorrer en el ámbito de la Justicia a través de las apelaciones. 

Nada de esto parece serle suficiente. Las puebladas que se estimulan desde el kirchnerismo son un arma de doble filo. Tienen como objetivo desobedecer un fallo judicial. Tienen, además, el riesgo de derivar en actos de violencia. Son como una caja de pandora: una vez que se abre, nadie sabe en qué puede terminar. 

En el Gobierno algunos se jactan de que, quienes agitan la calle, son personajes secundarios. Entre ellos está Luis D’Elía, un hombre profundamente violento y antidemocrático. Pero también hay sindicalistas y líderes sociales como Juan Grabois que hace pocos meses increpó directamente al presidente de la nación Alberto Fernández enrostrándole la inflación y el hambre de la gente.   

Medidas retrógradas 

En el Frente de Todos contra Todos deberían reflexionar sobre ello. Al jurar como Vicepresidenta de la Nación, CFK prometió observar y hacer observar de cuanto ella dependa la Constitución Nacional que, entre otras cosas, contempla la división de poderes. Sus ataques al Poder Judicial son exactamente lo contrario de lo que prometió. La mentira está en la esencia del kirchnerismo. Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago. 

En tanto, en un clima social y económico cargado de tensión, donde los dólares escasean y las empresas no pueden importar productos terminados y, en muchos casos, tampoco insumos para la producción, el Presidente de la Nación decidió que era un buen momento para comprar un avión presidencial. El Gobierno desembolsará más de 22 millones de dólares. La operación se llevará a cabo mediante una ampliación presupuestaria que se financiará, además, con un crédito de la Corporación Andina de Fomento, con un plazo de 10 años. 

Mientras tanto la gente sufre el ajuste donde manda el tarifazo. Las boletas de AySa que dejaron atrás los subsidios en los barrios de la Capital Federal y vastas zonas de la provincia de Buenos Aires, llegaron con aumentos que superan el 200 por ciento. 

El avión presidencial es un capricho desmedido, una actitud que debería avergonzar al oficialismo todo y que terminaremos pagando el resto de los argentinos. En los momentos más difíciles el kirchnerismo siempre redobló la apuesta llevando el disparate al extremo. 

La gente sufre. 

Los poderosos sueñan.