domingo, 29 de enero de 2017

La lógica de la ilógica… @dealgunamanera...

La lógica de la ilógica…

Incomprensible. A veces el Presidente crea conflictos inútiles donde no los había. Foto: Cedoc

Una de las principales distorsiones que a menudo se manifiestan en el ejercicio del poder –en todas sus formas– es la aplicación de lo que podríamos llamar la lógica de la ilógica. Una de las principales distorsiones que a menudo se manifiestan en el ejercicio del poder –en todas sus formas– es la aplicación de lo que podríamos llamar la lógica de la ilógica. Cuando ello sucede, se adoptan decisiones que generan tanto desconcierto y controversia que al final terminan siendo inaplicables o contraproducentes.

De ese tipo de situaciones hubo abundancia en las dos administraciones de Cristina Fernández de Kirchner. Una de las promesas de Mauricio Macri fue alejarse de esas conductas. Sin embargo, algunas decisiones tomadas en lo que va del año y casi dos meses de su gestión han defraudado esa expectativa. Ejemplo de ello fue el entuerto judicial desatado alrededor del aumento de las tarifas del gas. Lo ocurrido con tres decisiones adoptadas entre diciembre y enero ha ido en el mismo sentido.

La primera: el envío del proyecto de modificación al mal llamado mínimo no imponible a los sueldos sin ningún tipo de acuerdo previo con la oposición, hecho que estuvo a punto de significarle al Presidente una derrota que lo hubiese dañado políticamente. La segunda y la tercera son de estos días: el anuncio de modificación del sistema de las Aseguradoras de Riesgo de Trabajo a través de un decreto de necesidad y urgencia (DNU) y la transformación –de fijo a movible– del feriado del 24 de marzo.

Respecto al tema de las ART hay coincidencia –incluso en muchos sectores del gremialismo– en que se debe introducir en ese régimen modificaciones que restablezcan un equilibrio que en la Argentina ha sido siempre difícil de alcanzar. Así como está concebido hoy, termina siendo palanca de apoyo para la industria del juicio, hecho que finalmente afecta al mercado laboral. 

Debido a esto, muchas empresas (sobre todo pequeñas y medianas, motor fundamental en la creación de empleo) se muestran reacias a contratar más personal. En los 90, la balanza estaba inclinada hacia el extremo opuesto, alternativa de la que muchas empresas se aprovecharon en desmedro de sus trabajadores.

Es pues un asunto extremadamente delicado en sus consecuencias como para que el Gobierno pretenda saltearse el imprescindible debate que debe darse en el ámbito del Poder Legislativo. El DNU es una muy controvertida herramienta institucional que sólo debe usarse excepcionalmente.Esto, que ha sido repetido hasta el cansancio, no ha sido óbice para que el Presidente recurra a esta herramienta con excesiva frecuencia. Esto, a su vez, contradice el discurso republicano de Cambiemos. Lo que también inquieta es una falta de aprendizaje por parte del Gobierno de lo acontecido a lo largo de su primer año de mandato, en el que resulta claro que cada vez que buscó atajos para evitar el consenso con las otras fuerzas políticas, las cosas no le salieron bien.


Acordar. 

El mapa político que quedó después de las elecciones de 2015 le dio a Cambiemos una cuota de poder limitada, a diferencia de la suma del poder que obtuvo CFK en 2011 como consecuencia de su resonante victoria con el 54% de los votos, que le permitió dominar –literalmente– el Congreso y manejarlo a su antojo. Hay quienes creen que actuando de esta manera –es decir, por medio de la imposición y no del consenso– se dan señales de autoridad que pesan a la hora de crear las condiciones para atraer las inversiones de las que tanta necesidad tiene la Argentina. No saben cuán equivocados están.

Una medida de tanta endeblez –que podría ser revocada a su vez a través de otro DNU– de ninguna manera puede ser imán para alguna nueva inversión significativa. A esta altura, el jefe de Estado debería tener plena conciencia de que la barrera para atraer nuevas inversiones productivas la representa la conducta a futuro del peronismo. En la medida en que lo tenga de opositor cerril y sin posibilidad de consensuar políticas de Estado, ningún inversor potente se sentirá demasiado entusiasmado de instalarse en nuestra geografía.

Otra medida incomprensible es la modificación –de fijo a movible– del feriado del 24 de marzoPocas veces se ha visto una decisión tan falta de tino en su forma y en su fondo. No se entiende la falta de consulta no sólo a los diferentes organismos y referentes de los derechos humanos, sino también a los de la política. Por qué causar un nuevo foco de conflicto donde no lo había. 

El Gobierno ha cometido una fenomenal torpeza que ha encolumnado en las críticas no sólo a la oposición sino también a muchos dentro del oficialismo, como la opinión contraria de Santiago Cantón, secretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires.

Es la economía... En el medio de estas idas y vueltas está la realidad económica, en donde las dificultades siguen siendo muchasEn lo macro, las cosas están un poco mejor. El problema es que, en lo micro, esas mejoras aún están lejos de llegar a la gente, no sólo de los sectores más desfavorecidos sino también de la clase media. No se percibe bien cuán claro tienen esto quienes toman decisiones en el entorno presidencial. Hay tensiones que irán creciendo. Ahí está en punta la CGT, anunciando un plan de lucha cuya escalada culminará en un paro nacional. La advertencia ha sido lanzada sin eufemismos.

Miguel Bein –economista serio que supo ser hombre de consulta de Daniel Scioli en la campaña presidencial de 2015– acaba de señalar que hay una reactivación que viene sucediendo desde noviembre, que la inflación estará en el orden del 23% y que hay recuperación del empleo. Pero todo es paulatino y, por lo tanto, no alcanza para solucionar el ahora de mucha gente que la está pasando mal. La insatisfacción no sólo proviene desde el ámbito laboral, también en los empresarios hay críticas.

Febrero arranca con el aumento tarifario de la electricidad. Eso irá a precios. Se calcula que en el primer cuatrimestre tendrá una incidencia de 3%. Jorge Todesca, titular del Indec, ha dicho que el índice de inflación ideal para el primer cuatrimestre de este año no debería superar el 5%, lo cual parece de dudoso logro si se toman los cálculos de enero y febrero.

El presente socioeconómico es preocupante para el Gobierno no sólo por la conflictividad social que alimenta sino también por la elección legislativa de octubre. Superadas las vacaciones, se ve que en las cabezas del oficialismo se ha comenzado a trabajar en este objetivo. Ganar va a ser muy difícil. Las encuestas en la provincia de Buenos Aires no son buenas para el oficialismo. Lo único positivo para Cambiemos es que la tiene a María Eugenia Vidalcuya buena imagen está consolidada. El problema es que no puede ser candidata, salvo que alguien con afán suicida quisiera repetir la experiencia de las listas testimoniales que tan mala fue para el kirchnerismo en 2009.


Los candidatos de Cambiemos marchan terceros cómodos.

La realidad le marca al Gobierno la necesidad de ampliar su base de sustentación. Ante esa evidencia, los resquemores entre la gobernadora y el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, parecen haber quedado en el pasado luego de la comida que compartieron hace unos días. Ambos reconocen la necesidad de incorporar a hombres del peronismo no sólo como alternativa electoral sino también de gobernabilidad.

La incógnita electoral la representa Cristina Fernández de Kirchner, quien a pesar de todas las denuncias en su contra mantiene un caudal de votos importante que no tiene nadie más en el peronismo. Es notable lo que está sucediendo en el PJ: salvo la dirigencia de La Cámpora y algunos intendentes ultra K, son muy pocos los dirigentes de peso que se encolumnan tras ella. Sin embargo, ningún otro dirigente –ni siquiera Scioli– la supera en intención de voto. A su vez, en el rompecabezas electoral que se presenta hoy, CFK sabe que sin la presencia dentro del peronismo de Sergio Massa las cosas también serán difíciles para ella.

A escuchar. 

Lo sucedido con las escuchas judiciales que la comprometen es grave por donde se lo mire. En la distorsionada visión del kirchnerismo y sus acólitos de Justicia Legítima, se escandalizan por la filtración de esas escuchas. Lo que ocurre en verdad es que cada uno se escandaliza con estas cosas según en qué vereda de la geografía política se encuentre. Si estas escuchas hubieran sido comprometedoras para Macri, la misma CFK, que hoy dice sentirse perseguida, estaría convalidándolas. En verdad, lo grave es el contenido, así como también el hecho de que el titular de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) de ese entonces, Oscar Parrilli, se haya llevado a su casa 88 CD con escuchas que de ninguna manera debió haber sustraído de su lugar.

Hay que recordar que esas escuchas habían sido dispuestas por un juez federal, Ariel Lijo. La conversación entre CFK y Parrilli refleja tanto el abuso de poder de CFK como su trato con los miembros de su gobierno. Utilizar la palabra “pelotudo” no es ningún delito. Es una vulgaridad, y ése es un atributo –su repertorio es vasto– harto conocido de la ex presidenta.

El asunto clave radica en el propósito de armarle una causa a Jaime Stiuso. Ese “armado” es la demostración del abuso de poder que fue tan patente durante toda la gestión K. Pasaba lo mismo cuando ordenaba a la AFIP apretar a quienes criticaban a su gobierno. El kirchnerismo se creyó no administrador sino dueño del Estado. El “vamos por todo” no fue un eslogan de campaña, sino un proyecto de poder.

Producción periodística:  Santiago Serra.


Hablemos de Soberanía... @dealgunamanera...

Se efectuó un vuelo de control de los espacios marítimos…


El avión P-3B Orion de la Armada sobrevoló anoche 880 millas náuticas en las que se visualizaron cerca de 200 barcos pesqueros.

© Publicado por el viernes 27/01/2017 por el Periódico Gaceta Marinera de la Armada Argentina desde la Ciudad de Trelew, Provincia del Chubut, República Argentina.


Un avión P-3B Orion, perteneciente a la Escuadrilla Aeronaval de Exploración, llevó a cabo anoche un Vuelo de Control de los Espacios Marítimos (VCEM) en el límite exterior de la Zona Económica Exclusiva Argentina (ZEEA) y su zona adyacente donde se encuentra uno de los caladeros más importantes del océano atlántico sudoccidental.
En cumplimiento de directivas del Comando de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada, la aeronave exploró un amplio sector recorriendo 880 millas náuticas, ubicadas en las aguas de la ZEEA de nuestro litoral marítimo donde se concentran buques pesqueros de terceras banderas que realizan una actividad pesquera en especies transzonales como la merluza hubbsi y el calamar illex. En esta oportunidad visualizaron cerca de 200 barcos.

La aeronave despegó de la Base Aeronaval Almirante Zar de Trelew bajo el comando operativo del Capitán de Fragata Marcos Jonas. La tripulación estuvo compuesta por pilotos, ingenieros de vuelo, técnicos de vuelo y operadores que trabajaron con los sensores de la aeronave, como el sistema AIS (Automatic Information System), el SAI-ORION (dispositivos de cámaras visuales) y el radar, que permiten obtener información precisa de los buques que se encuentran en las zonas patrulladas. Estos datos fueron compartidos, en tiempo real, a la autoridad de control del vuelo, en este caso el Área Naval Atlántica (ANAT).
Una vez analizada la información se dispondrá, si es necesario, la patrulla de una unidad de superficie, para actuar en caso de buques que se presuman infractores a fin de confirmar la actividad que realizan.

Cabe recordar que en ejercicio de sus derechos soberanos como Estado ribereño, la República Argentina ejerce, a través de la Armada, el control de los recursos naturales en su zona de jurisdicción.



sábado, 28 de enero de 2017

Esconder la memoria… @dealgunamanera...

Esconder la memoria…


Las huellas de la memoria no se pueden borrar. Hay fechas que marcan un camino, instantes que imprimen nuestra historia y que recordamos como gestas, otras como tragedias. Momentos de esa historia que construimos como país nos llenan de orgullo, nos conmueven, otras nos generan contradicciones, dolor y no se pueden olvidar.


© Escrito por Edgardo Esteban, Periodista y ex combatiente de Malvinas, el sábado 28/01/2017 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La construcción de esos relatos es un ejercicio colectivo que se hace desde el presente evocando a ese pasado común que nos une como nación. Una sociedad que intenta proyectarse hacia el futuro de manera democrática tiene que rememorar y reflexionar sobre su historia. Pero estos no son actos de nostalgia y pérdida, sino compromisos hacia adelante: es posible e indispensable construir identidad a partir de la memoria. Subrayar las fechas, acontecimientos, lugares y personas que conforman nuestra relato colectivo, de aquellos hechos siniestros y atroces que deseamos nunca más se vuelvan a repetir, constituye un aporte a la convivencia democrática.

Lamentablemente el gobierno de Mauricio Macri toma el camino inverso. Invita por decreto a olvidar lo que no le conviene y recordar del relato lo que se ajusta a su presente y su entorno. Este nuevo acto de arrogancia política se vio reflejado en el decreto presidencial que modifica el carácter inamovible de dos feriados nacionales: el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, el 24 de marzo, que recuerda el día del golpe militar de 1976; y el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, el 2 de abril. Este último fue declarado por el Congreso de la Nación en noviembre del 2000, y a partir del año 2006 es inamovible. La decisión de cambiar las fechas es un atropello y una injusticia dolorosa. Hay derechos adquiridos en estos años de lucha que no se pueden desvanecer sin un costo para quienes prefieren la liviandad del olvido. ¿Por qué estas fechas son movibles y el 8 de diciembre no? ¿Qué memoria quiere construir este gobierno?

El 2 de abril es una fecha que marca nuestra identidad como pueblo y mantiene encendida la llama de los momentos vividos por los ex combatientes que participamos en el conflicto bélico de 1982 y que tanto nos costó hacerla respetar por una sociedad que no quería recordar esa derrota y por los gobiernos de turno que la querían esconder o tapar esa parte de la dictadura militar. Había que ocultar a los fuimos a la guerra, algo tendrán. No fue y, por lo visto, aun no es fácil el camino para hacernos respetar como parte viva de ese instante tan particular de la historia Argentina. Esa fecha simbólica nos interpela y permite recordar lo que hicimos en ese tiempo de guerra y dictadura, que nos pasó y como atravesamos esos intensos días, que aún perduran en nuestros recuerdos. Por eso el 2 de abril es una jornada de reflexión, es un día de homenaje y reconocimiento a quienes allí perdieron la vida, de los que estuvimos, además de afirmación de nuestro inclaudicable reclamo de soberanía.

La causa Malvinas, trasciende a un gobierno que ejerce su mandato democrático por cuatro años sea del pasado, presente o de los gobiernos futuros. Es una cuestión de Estado, de derecho soberano y de identidad, más allá de cualquier grieta o signo político. ¿Estamos todos de acuerdo que las Malvinas son argentinas? Hay voces en el actual gobierno que imparten dudas que responden caprichosamente o ven a las Islas Malvinas solo como un buen negocio. De alguna forma hasta desprecian a los ex combatientes, molestan, pero aún estamos vivos para defender la soberanía de nuestras islas y repudiar el colonialismo británico, sus intereses sobre nuestro mar austral y la militarización que hay por parte del Reino Unido en la región.

La lucha por los derechos humanos o la defensa de nuestro territorio austral son parte de un ejercicio de ciudadanía que venimos construyendo desde la última dictadura militar. Son las banderas que asumimos junto a los organismos de Derechos Humanos en este largo camino por la memoria, la verdad, la justicia y la soberanía. Hemos vivido 34 años en democracia y a 35 años de la Guerra de Malvinas, uno apuesta a una mejor sociedad, a la emancipación, al conocimiento y a la memoria para el bien y el futuro de las nuevas generaciones que esperan de nosotros el respeto y la posibilidad de contarnos con dignidad quienes somos como argentinos.

En el recuerdo permanente de nuestros muertos en Malvinas que no se olvidan y mucho menos se negocian. Como el 24 de marzo y el 2 de abril son efemérides que nos hacen parte de una experiencia colectiva y que no podemos olvidar, tienen que ser feriados inamovibles.



miércoles, 25 de enero de 2017

Estados Unidos se Argentiniza... @dealgunamanera...

Lo nunca visto…

Not Welcome, Donald Trump. Foto: Pablo Temes.

Relato de horas afiebradas en el principal país de la Tierra. Semejanzas peligrosas.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 22/01/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La presidencia de Donald Trump coloca a los Estados Unidos y al mundo ante una experiencia nunca vista. Nunca se vivió en la historia de este país la impactante circunstancia de un hombre que, sin ninguna experiencia en las arenas de la vida política, llegara a la Casa Blanca. Nunca se vivió una experiencia de un hombre que, estando absolutamente fuera del sistema del así llamado establishment político, llegara a la cumbre del poder de la nación más poderosa de la Tierra y de la democracia de mayor antigüedad y solidez en el mundo entero.

De tal enunciado dan muestra las numerosas anécdotas que jalonan la vida cotidiana en distintas partes de los Estados Unidos. En Nueva York, desde donde se origina esta nota, late el corazón de la resistencia contra Trump. Y la palabra es esa: resistencia y no oposición. Hillary Clinton, en la increíble elección que ganó por más de 3 millones de votos y perdió en el Colegio Electoral, obtuvo aquí una mayoría aplastante.

Al llegar el sábado pasado, en el vuelo que compartimos con Jorge Fontevecchia, nos sorprendió una noticia que causó gran revuelo: el congresista John Lewis expresaba sin cortapisa que Donald Trump no era un presidente legítimo. No fue lo único. Ambos tuvimos reminiscencias de tiempos duros para la prensa cuando vimos la volanta en la edición online de The New York Times, en la que se instaba a la gente a suscribirse al diario para apoyarlo. 

Esa reminiscencia nos llevó a los tiempos del fideicomiso de Perfil en los difíciles momentos en que el entonces presidente Néstor Kirchner buscó ahogar la sustentabilidad de Perfil con el objetivo de llevarlo a la quiebra y al cierre. En estos días aquí, hablando con algunos colegas, no son pocos los que por ser críticos del flamante mandatario temen represalias que busquen ahogarlos financieramente, a través de las presiones sobre los anunciantes.

Por primera vez en la historia de EE.UU. no surge sólo una fuerza opositora en la sociedad. Directamente se trata de una resistencia.

Todopoderoso.

Las designaciones del flamante presidente no han hecho más que confirmar las sospechas de que estamos en presencia de un hombre que siente que su posición lo coloca por arriba de la ley. Veamos.

Nombró a su yerno, Jared Kusher, como asesor en la Casa Blanca. Luego de que John Fitzgerald Kennedy hubiera nombrado a su hermano Robert como attorney general, se dictó una ley por la que se prohíbe la designación de familiares del presidente en cargos federales. Más allá de una modificación sancionada en 1978, que podría dar algún sustento a esta designación, los expertos en ética son contundentes: la designación de Kussher transgrede las normas vigentes.

Como secretario de Trabajo designó a Andy Puzder. Puzder es empresario, dueño de una cadena de restaurantes de comidas rápidas en California que se opone a las leyes laborales vigentes en el país. En realidad, no sólo se opone a conceptos como el del salario mínimo o los descansos en medio de la jornada laboral, sino que también violó leyes laborales. En 2013 fue denunciado porque la firma de su propiedad  no les pagó a sus gerentes las horas extras aun cuando les exigía estar de guardia las 24 horas del día.

Para la comisión de evaluación de las vacunas nombró a Robert Kennedy hijo, sobrino del ex presidente Kennedy, quien es un severo crítico de las vacunas e increíblemente pertenece a un grupo de desacreditados científicos que asocian las vacunas con el autismo, uno de los mayores disparates científicos de los últimos tiempos. Por estos días surgió a la consideración pública un para muchos olvidado tuit de Trump del año 2012 que decía: “Estudios dicen que el autismo está fuera de control; creció 78% en los últimos diez años. Paren de dar las monstruosas combinaciones de vacunas” (sic).

Como titular de la Agencia Protectora del Ambiente (EPA, Environmental Protection Agency) seleccionó a Scott Pruitt, un hombre proveniente de Oklahoma que niega el cambio climático y sus efectos. Pruitt será el ejecutor de la política de Trump para desmantelar todas las acciones realizadas durante las dos presidencias de Barack Obama tendientes a morigerar los efectos del calentamiento global.

La designación de Rex Tillerson como secretario de Estado –equivalente al ministro de Relaciones Exteriores– tampoco escapa a la controversia. Tillerson, ex CEO de Mobil Exxon, es conocido por sus relaciones de cercanía con Vladimir Putin, hecho altamente controversial en medio de las sospechas crecientes de injerencia del gobierno de Rusia en los comicios que ganó Trump.

El secretario del Tesoro tampoco les fue en saga a estas objeciones. Steven Mnuchin es un multimillonario que desarrolló una extensa carrera en Goldman Sachs. En el medio de su audiencia de confirmación ante el Senado, se vio en apuros cuando se reveló que le había ocultado a la Cámara alta 100 millones de dólares en patrimonio y cuando se supo que, además, es director de una cuenta bancaria en las Islas Caimán, un paraíso fiscal, hecho que no dejó de sorprender, encima teniendo en cuenta que una de las críticas del flamante  presidente apuntó contra los paraísos fiscales.

Y está también el caso de Betsy DeVos, la secretaria de Educación, que sostuvo que debía haber armas en los colegios debido a la presencia de osos.

La resistencia.

La asunción de Trump dio pie a un hecho absolutamente inusual en la historia política de los Estados Unidos: las manifestaciones de sectores opuestos al nuevo mandatario llamando a la resistencia. Esto es algo novedoso. Hasta aquí todos habían aceptado las normas de la convivencia política. La legitimidad de quien había sido electo no se discutía. Esto es lo nuevo que ha emergido en este momento involutivo en la vida política de este país.

En vista de esto, uno de los títulos más destacados del viernes lo tuvo el USA Today: “El país necesita un discurso de unidad”. Hacía alusión a las expectativas que había generado el discurso inaugural de Trump.

Desafortunadamente, como conté en la contratapa de Perfil de ayer, el presidente estuvo lejos de acercarse a ese objetivo. Fue un discurso disruptivo con la totalidad de la comunidad política constitutiva del así llamado establishment político de Washington.  

No es que no le asista la razón en cuanto al ambiente de intriga, transa y lobby que se vive alrededor de la dinámica política en la capital de los Estados Unidos. Lo paradójico es que Trump ya ha edificado su propio establishment. En su última conferencia de prensa, el ahora ex presidente Barack Obama señaló que el consejo más importante que le había dado a su sucesor era la necesidad de que completara buenos equipos de trabajo. La labor del presidente es de una magnitud y de una complejidad que no puede ser desempeñada por una sola persona. Habrá qué ver si su sucesor ha tomado su consejo.

El mensaje de Trump tuvo destinatarios muy precisos: sus votantes. Nada habló a aquellos que no lo votaron y que durante todo el día protestaron el viernes y ayer sábado en Washington, en Nueva York y en muchas otras ciudades de Estados Unidos y del mundo. El mensaje de Trump hacia sus votantes llegó en forma clara y directa. “Habla como yo” es una expresión que repitieron muchos de los que asistieron a la ceremonia de asunción cuando fueron consultados por los medios. 

Son ciudadanos pertenecientes a la clase media, con mayoría de trabajadores de los sectores industriales. A todos ellos, la transa de la dirigencia política los ha hartado. Todos aspiran a tener un mejor trabajo. Son víctimas del desastroso final de la presidencia de George Bush hijo, una crisis que remontó el gobierno de Obama pero que dejó muchos heridos.

Tanto las designaciones en su gabinete como las primeras medidas marcan que Trump se siente hasta por encima de la ley.

En el discurso estuvo presente fuertemente el concepto de que la mayoría de los problemas que enfrentan los Estados Unidos son culpas de otros. “Vamos a traer de nuevo los empleos que nos robaron”, fue una de sus frases que generó el entusiasmo de sus acólitos. En su discurso, Trump dibujó una nación  devastada, cosa que no se compatibiliza con la realidad. Los problemas existen, pero no en ese nivel ni en esa dimensión. Una estadística oficial muestra, por ejemplo, que la cantidad de personas que reciben el plan federal del llamado Temporary Assistance for Needy Families (Asistencia Temporaria para Familias Necesitadas) se redujo en más del 70% entre 1996 y 2016. En relación con la pérdida de puestos de trabajo, las cifras lo desmienten.

El desempleo en los Estados Unidos cayó del 10% en 2009 a menos del 5% en 2016. En relación con la producción, el Instituto de Estadísticas Laborales (Bureau of Labor Statitics) señala que la producción aumentó un 86% en los últimos cinco años. Aquí surge un tema que no está presente en el plan de acción del flamante presidente: el efecto de los avances tecnológicos sobre el mercado laboral.

Sinrazón.

Otro de los puntos increíbles del discurso de asunción fue la mención a la política de subsidios para fuerzas armadas de otros países. Las cifras son categóricas en cuanto a que Estados Unidos está a la cabeza de los gastos militares en relación con cualquier otra nación, incluyendo China y Rusia.

Finalmente, otra alusión que no refleja la realidad tiene que ver con el nivel de delito. Trump habló de un país asolado por el delito. Más allá de las variaciones entre distintas ciudades, la tasa de delito  bajó aquí.

Trump describió una nación en guerra. Y tal retrato genera inquietud en el mundo entero. Trump habló de una “America First”, que no se sabe muy bien qué quiere decir en el mundo de hoy. Ese era el discurso de Ronald Reagan en la década del 80, en el medio de la Guerra Fría. En un mundo globalizado, la idea de una nación cerrada sobre sí misma y a la vez líder mundial es antagónica.

El llamado a la unidad, que ocupó muy poco espacio en su corto discurso, se vio contradicho con las designaciones de su gabinete. Su concepto de un gobierno de la gente también.

Al momento de cerrar esta columna culminan las marchas de las mujeres. Me tocó cubrir la que se realizó en Nueva York. La multitud fue impresionante. La dureza de su mensaje, impactante. He aquí el surgimiento no de una oposición, sino de una resistencia que promete ser intensa. El mensaje es brutal: “Trump has to get to go” (Trump debe irse) y lo que en castellano sería “el pueblo unido, jamás será vencido”. Todo incompatible con los parámetros institucionales de este país.

El tiempo y las conductas de la ciudadanía darán cuenta del curso de esta instancia nunca vista en la historia de esta nación.



sábado, 21 de enero de 2017

Asunción de Donald Trump... La era de la pospromesa… @dealgunamanera...

La era de la pospromesa…

Saludo. Trump, su vice y sus esposas, tras jurar en el Capitolio.

La asunción de Donald Trump está generando un amplio impacto en Estados Unidos en relación con dos cosas.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 21/01/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La asunción de Donald Trump está generando un amplio impacto en Estados Unidos en relación con dos cosas. Primero, en la confirmación de una división profunda de la sociedad norteamericana, una división que se ha ahondado a partir de la elección y que efectivamente en sus comportamientos el presidente no se ha cuidado en solucionar o mitigar, y éste es un punto importante para que tengamos en cuenta como punto de partida. Hoy en día, una expectativa en Washington importante en relación con el discurso de Donald Trump está conectada a este tema de la división de la sociedad. Trump había prometido en su discurso, o en alguna de sus declaraciones previas a estos días, hablar de la unidad, y sin embargo esto no estuvo presente. Es importante tener en cuenta lo que sucedió el día de la asunción del nuevo presidente de los Estados Unidos.

Por un lado, el nuevo presidente no hizo ninguna referencia a la unidad de una sociedad partida.

Se dio un hecho inédito en la vida política de este país, que estuvo marcado por la ausencia de una gran cantidad de electores demócratas. Este boicot se dio principalmente en los representantes, es decir, en diputados. Esto marca una actitud que va a estar presente, una actitud de compulsión política que va a estar presente a lo largo de toda la administración Trump.

Pero otro de los temas que claramente sorprendieron en su discurso fue el desprecio de la clase política. Esto genera un enorme análisis en cuanto a lo que pudiera significar para el futuro del gobierno de Trump en referencia a su gobernabilidad. Trump habló desde Washington, que abarca tanto a demócratas como a republicanos, es decir, al partido que él supuestamente representa, y habló de ese establishment en forma despreciativa y depreciativa. Dijo que se termina la era en la que en Washington se respiraba un aire de bienestar y de riqueza mientras que en el resto del país la gente vivía en la pobreza.

Eso va a cambiar, dijo Trump. “Y vamos a gobernar para la gente que nos votó”, señaló. Esto también es realmente novedoso en cuanto a lo que han sido los últimos discursos de los presidentes de los Estados Unidos, porque en general en ellos se han dirigido no a sus votantes sino a la ciudadanía. Esto es lo que no ocurrió en el discurso de Trump y realmente fue notable ver las caras de muchos de los legisladores que allí estaban, legisladores republicanos, es decir de su partido, que obviamente estaban igualmente abarcados por este mensaje crítico, despreciativo y depreciativo del establishment de Washington, que por supuesto es uno de los temas que han estado en la raíz del voto a favor de Trump.

Es decir, Trump desde este punto de vista se ha mostrado coherente. Ha dicho en principio: “No voy a dar un mensaje que contradiga ninguna de las cosas que mencioné en la campaña”. Desde ese punto de vista, cumplió. Lo que habrá que ver ahora es qué significa esto para la gobernabilidad de su administración.

Rebeldías. 

El otro tema que claramente impactó en esta asunción es la presencia de las protestas, algo que tampoco se había visto en décadas aquí. He estado en Estados Unidos en la asunción de cuatro presidentes y realmente es la primera vez que veo algo tan categórico, tan contundente, tan manifiesto, tan persistente y tan duro en cuanto a su crítica al nuevo presidente. Porque lo que aquí se ha manifestado no es una oposición al nuevo presidente, sino una actitud de resistencia a lo que representa Trump, y esto se va a ver reflejado en la marcha de las mujeres que se va a desarrollar hoy, sábado, no solamente en Washington sino en muchas ciudades importantes de los Estados Unidos.

La resistencia a Trump tiene un contenido muy fuerte y es una actitud de no aceptación del presidente como tal. Es un rechazo a lo que él significa; para los que están en la resistencia a Trump significa absolutamente algo opuesto a lo que es la forma de vida de los Estados Unidos. Por lo tanto, representa una amenaza a la libertad de expresión, a la diversidad de género, a la diversidad religiosa, a la diversidad racial y por supuesto a la historia de un Estados Unidos integrado con las distintas vertientes de poblaciones de pertenencia que hay a lo largo del país.

Obviamente, en el centro de esta problemática está la inmigración, y entre los inmigrantes el temor es realmente muy fuerte, no sólo entre los ilegales, también entre los legales, sobre todo los inmigrantes legales que provienen de Centroamérica, y allí hay, dentro de la comunidad mexicana, un enorme enojo y un enorme temor.

Por otro, en décadas no se habían visto las protestas que se registraron también ayer aquí en EE.UU.

Así que las primeras horas de Donald Trump han ahondado dos cosas: primero, la división del país, y segundo, la inquietud que su forma de entender su desarrollo y ejercicio del gobierno plantea de cara a lo que es primero la necesidad de encontrar soluciones a los problemas de los Estados Unidos, y segundo, obviamente, la satisfacción de las expectativas de la gente, que son muchas.

El mensaje de Trump tiene una mezcla de todo. Por momentos tiene partes de un mensaje de Ronald Reagan, por momentos tiene partes de lo que fueron algunos de los mensajes de Franklin Roosevelt.

Por lo tanto, en medio de tanta mezcla, la pregunta surge naturalmente: cómo hará Trump para cumplir con sus promesas, que están en la base de las ilusiones que tienen quienes lo votaron, que por supuesto están hartos de la transa que se vive en Washington y, obviamente, aspiran a una vida mejor que la que hoy tienen.