Mostrando las entradas con la etiqueta Pablo Temes. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Pablo Temes. Mostrar todas las entradas

domingo, 3 de marzo de 2024

Se abrió una puerta… @dealgunamaneraok...

Se abrió una puerta…

Una sesión ordinaria, bien ordinaria. Javier Milei. Dibujo: Pablo Temes.

Un presidente hasta ahora intransigente se mostró dispuesto al diálogo. Descolocó a más de un político.     

©
Escrito por Nelson Castro el sábado 02/03/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.



El discurso de Javier Milei tuvo tres ejes esenciales: el primero consistió en una reseña de la situación que heredó, que incluyó en la enumeración algunos de los casos de corrupción y malversación de fondos públicos que se descubrieron y se corrigieron; en el segundo se explayó sobre las medidas económicas adoptadas en los primeros 80 días de gobierno; y el tercero, la propuesta del Pacto de Mayo con los gobernadores y legisladores. 

Fue un discurso que pudo ser entendido por todos y que llegó a la gente. Claramente, la primera parte fue la más fuerte desde el punto de vista de lo que representa. Hay en desarrollo un nuevo escenario social –que el Presidente comprende muy bien– y que tiene que ver con los privilegios de la dirigencia política, sindical y social. En eso, da en el blanco porque describe un sistema que les ha permitido a prácticamente todos –alguna excepción siempre hay– beneficiarse a través del uso de los dineros públicos. El uso de los pasajes de Aerolíneas Argentinas asignados a legisladores, gobernadores y otros funcionarios para sumar millas y lograr tickets gratis para viajar por el país y el mundo ejemplifica muy bien esta situación escandalosa propia de lo que el Presidente llama la casta. Los nombres concretos que dio potenciaron su discurso. 

No se quedó solo en el peronismo y sus aliados –Cristina Fernández de Kirchner, Sergio Massa, Pablo Moyano, 
Juan Grabois, Máximo Kirchner y Roberto Baradel–, sino que se extendió hasta Gerardo Morales por el repudiable caso de persecución judicial abusiva a quienes osaron retuitear un mensaje que lo molestó. El silencio de la UCR en cualquiera de sus variantes es vergonzoso.

Sin margen de error


Se había fogoneado la idea de un discurso cargado de insultos y furia incontenible. Afortunadamente, nada de eso ocurrió. La exposición fue fuerte y directa. El tono, en cambio, fue agresivo. Es el tono de Milei. Es curioso escuchar la queja de muchos peronistas acerca de esto. 

Olvidan que 
CFK era –es– igual. Si revieran varios de los discursos de inauguración de las sesiones del Congreso que pronunció “la condenada”, observarían que ella hacía lo mismo y le agregaba un tono de maestra ciruela con el que pretendía erigirse en dueña de la verdad. 

Lo más débil del discurso tuvo que ver con las medidas destinadas a paliar la dificilísima situación por la que están atravesando vastos sectores de la sociedad. 

Lo único que hizo el Presidente al respecto fue reconocer esa dificultad y augurar que aún faltan más penurias por venir antes de llegar a la prometida mejoría con la cual se ilusionan él y sus seguidores. Pidió paciencia y se jactó –una vez más– de su legitimidad de origen. Ese caudal de votos en el cual se apoya para hacer equilibrio ante la falta de tropa propia en la arena política. En verdad, nadie debería haberse sorprendido por esa falta de anuncios. No hubo anuncios porque el Gobierno no tiene un menú diferente del que está ofreciendo. La sinceridad es algo que hay que reconocerle. Hasta aquí, la mentira no ha sido parte de la esencia de su gestión. Milei asoma como un hombre honesto, y eso es parte de su capital. 

El así llamado Pacto de Mayo, que en su texto escrito con caligrafía reminiscente de 1810 exhibía una falta de ortografía –en la propuesta 5 se lee “la rediscución” en vez de “rediscusión”, que es lo correcto–, Milei busca reflotar la ley ómnibus que, entre sus puntos, incluye los superpoderes del Presidente. El anuncio de esta iniciativa permitió entender el mensaje críptico que por la mañana el jefe de Estado había lanzado a las redes con la alusión al pasaje del Éxodo 34:1 – 25, “Y Dios dijo a Moisés: alisate dos tablas de piedras como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste”. La elección de la ciudad de Córdoba para la firma del pacto no es casual ni se debe a que Connan, el mítico can del Presidente es de Córdoba, sino a que allí es donde obtuvo el mayor porcentaje de votos de su aplastante victoria electoral de noviembre pasado. La iniciativa pone como condición la aprobación de la ley ómnibus, pero, en simultáneo, abre una negociación en busca de acuerdos que encabezarán el jefe de Gabinete, Nicolás Posse; el ministro del Interior, Guillermo Francos; y el ministro de Economía, Luis Caputo.  

El club de la pelea


Esto marca una diferencia de lo que vino ocurriendo hasta ahora en donde nadie sabía a ciencia cierta quiénes eran los negociadores oficiales del Gobierno. Esto permitirá darle a la negociación otrovolumen político. Está claro también que esta apertura a la negociación es producto de una estrategia. Milei tensó la cuerda hasta el máximo con el caso Chubut para abrir esta instancia que comunicó el viernes. Como ya se ha dicho en esta columna, el primer mandatario suele pisar el freno centímetros antes de estrellarse contra la pared. 


La situación actual ha cambiado drásticamente. Ya no se trata de un presidente inflexible, sino de un hombre que, con habilidad, abrió una puerta al diálogo y colocó y descolocó a más de un gobernador. Será difícil para los mandatarios provinciales rechazar esa oferta. Una actitud semejante tendría un costo político muy alto. 

La jugada del 
Gobierno tiene sustento para llegar a buen puerto. Hubo alivio en gran parte del arco político de las provincias y también en los empresarios, que veían con preocupación la intransigencia inicial. “Milei abrió la única puerta que le permitirá avanzar con un plan de gobierno sostenible. Y comprometió a toda la clase política para la realización de esa tarea en este país donde la economía depende siempre de los vaivenes políticos, este nuevo escenario podría traer algo de tranquilidad”, reflexionó un hombre de negocios.

La duda sigue siendo el cuadro que pintará la realidad social. La paciencia de la gente no depende de su buena voluntad. Se trata directamente de las penurias que la clase media y media baja y los más necesitados pueden soportar. Alguien en el Gobierno debería advertirle al Presidente la necesidad de sostener y promover medidas paliativas que le permitan llegar con algo de aire a la tierra prometida. De lo contrario, el camino se tornará peligroso y utópico.
Las cosas no están como para poner al país a caminar por la cornisa.



domingo, 25 de febrero de 2024

Sin margen de error... @dealgunamaneraok...

Sin margen de error...

¡Tic, Tac, Tic, Tac! Javier Milei. Dibujo: Pablo Temes

El Presidente está acostumbrado a frenar antes del precipicio. Pero hoy no hay espacio para equivocarse. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 23/02/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.   


La presencia en Buenos Aires de la 
subgerenta del Fondo Monetario Internacional, Gita Gopinath, y del secretario de Estado de los Estados Unidos, Anthony Blinkenes una demostración del creciente interés internacional que genera Javier Milei. Para consolidar esa tendencia, hay que agregar la visita de un grupo de importantes inversores de primer nivel mundial ansiosos por ver en el terreno cómo funciona esta experiencia nunca vista en la historia de la Argentina y el tratamiento que recibe el Presidente cada vez que se desplaza al exterior. En algunos casos, como si fuera un rockstar, a lo que coadyuva su exuberante personalidad.

Gita Gopinath quedó efectivamente sorprendida y, a la vez, preocupada con lo que vio y escuchó. También habló haciendo hincapié en la necesidad de ampliar la base política del Gobierno para darle una sustentabilidad que hoy no tiene. Pidió prestar especial atención a la situación social, sobre la que se expresaron los diversos interlocutores con los cuales conversó en su breve estadía porteña entre los que se destacan algunos hombres fuertes del sindicalismo como Gerardo Martínez, líder de la Uocra. No fue el único que le hizo saber que los modales del Presidente no lo llevarían a buen puerto y que están siendo muy pacientes con el primer mandatario. La funcionaria del Fondo –por las dudas– también resaltó la inquietud creciente en Washington con la 
cercanía entre Milei y Donald Trump. Al paso que van las cosas, la elección presidencial de los Estados Unidos se va a dirimir entre Joe Biden y Trump. Algo similar le sucedió a Anthony Blinken. El secretario de Estado apoyó en un todo los postulados de La Libertad Avanza. Todos concuerdan con los objetivos del Gobierno. La duda se las genera cuán tolerable será el brutal ajuste que está en ejecución cuyos efectos recaen directamente sobre la población. El ajuste más grande está recayendo sobre la clase media y la clase baja. Por eso los índices de pobreza han experimentado un notable aumento. Las cifras que dio a conocer el estudio de la UCA –al que el Presidente tildó de “dibujo”– lo muestran con sobrada elocuencia. Para el Observatorio de la Deuda Social de esa casa de estudios, en enero la pobreza habría alcanzado su mayor valor en 20 años: 57%.
Por supuesto que no hace falta recurrir a ese estudio para comprobarlo: con caminar por la calle se lo ve.   

La número dos del FMI quedó sorprendida y preocupada con lo que vio y escuchó.

Milei es absolutamente consciente de que la gobernabilidad se la va a dar la marcha de la economía. Lo asiste la razón. Se equivoca cuando piensa que, mientras la economía no encuentre el camino de la prosperidad, hay que hacer show. El paro de trenes que afectó a los trabajadores que más necesitan el servicio pudo haber sido evitado fácilmente. Con haber dictado la conciliación obligatoria hubiese sido suficiente para frenar la medida de La Fraternidad y evitarle a más de un millón de personas la penuria de ir y volver de sus trabajos en condiciones desfavorables. Ello no hubiese implicado ninguna convalidación de la dirigencia sindical cuya mala imagen ya es contundente. 

Otra muestra de la impostada batalla que libra el mandatario es la pelea sin cuartel con los gobernadores por los fondos coparticipables. Los mandatarios de la Patagonia apoyaron el anuncio del gobernador de Chubut, Ignacio Torres, quien amenazó con cortar el envío de petróleo y gas desde su provincia si la Nación no le envía $ 13.500 millones de coparticipación. Ante semejante situación en lugar de apostar al diálogo y generar consensos, el Gobierno se ocupó de apagar el fuego con un bidón de 20 litros de nafta. La cuenta de la red social X  “Oficina del Presidente” mencionó que los $ 13.500 millones descontados que Chubut reclama “corresponden a una deuda que mantiene la provincia con el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial” y que “por normas de emisión de dicha deuda, su cobro se realiza por descuento directo de la Coparticipación”. Hasta ahí la justificación técnica; pero el tono sobrador, canchero y patotero del resto del comunicado no hace más que dinamitar cualquier opción posible de diálogo. Este fulbito para la tribuna tiene su explicación en dos direcciones. Por un lado, busca marcar una senda de “escarmiento” que sea visible para el resto de los jefes provinciales. Por el otro, envía un mensaje a los mercados haciendo alarde de su política de cuidado y custodia de los fondos. Cualquiera sea su intención, el Gobierno se embarcó en un camino de ida cuyo efecto es de muy corto plazo. Se puede presionar a algunos por algún tiempo. Pero no se puede asfixiar a todos todo el tiempo.

La dinámica de la realidad jaquea  al nuevo organigrama de reducción de ministerios.

El día a día tampoco le está resultando fácil al oficialismo. La propia dinámica de la realidad, casi pone en jaque al nuevo organigrama de reducción de ministerios. La ministra de Capital Humano Sandra Pettovello no la está pasando bien. En una misma semana su megacartera debió afrontar conflictos muy complejos, entre reclamos docentes al borde del inicio de clases y marchas piqueteras en diversos puntos del país. Existieron fuertes roces con el Ministro de Economía, Luis Caputo. El propio Javier Milei había dicho públicamente que la única autorizada para usar la billetera era su amiga y titular del área de Capital Humano. Pero el hombre fuerte de las finanzas se ha convertido en el custodio de los números oficiales y ha empezado a cosechar críticas por lo bajo: “Toto hace su juego. Está ordenando el descalabro general, pero también aprovecha para sacar algunas ventajas en la consideración política. Molesta un poco, pero es natural”.

El otro receptor de críticas feroces a poco más de dos meses de gobierno es “el arquitecto de LLA”, Santiago Caputo. El ala moderada empieza a preocuparse por la ascendencia que tiene en el Presidente. “Lo potencia en el mal sentido, Javier necesita serenarse y pensar en frío y este chico no ayuda” –se quejan entre dientes.

El Presidente es el único responsable de sus ideas, sus formas y su temperamento. Es un hombre acostumbrado a levantar el pie del acelerador a pocos metros del precipicio, pero debe saber que la Argentina no está en condiciones de resistir nuevos errores de cálculo.




   

domingo, 18 de febrero de 2024

El club de la pelea… @dealgunamaneraok...

 El club de la pelea…


Nuevas caras viejas, Federico Sturzenegger. Dibujo: Pablo Temes..

El pensamiento único, típico del kirchnerismo, es ejercido hoy por el presidente Javier Milei.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 17/02/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.



La dirigencia política de la Argentina atraviesa un particular momento en donde todo es pelea.

El gran impulsor de este presente en el que reina la agresividad entre quienes expresan pensamientos distintos es Javier Milei, para quien todo aquel que piensa distinto es lisa y llanamente un enemigo. Esto representa un verdadero problema porque socava el mismísimo concepto de democracia. La idea del pensamiento único representa la antítesis. Este concepto, que fue instalado por el kirchnerismo cuando llegó al poder, ha echado raíces en el Presidente. Y es notable ver cómo los enemigos se realimentan entre sí. Esto es tan viejo como tan vieja es la historia de la humanidad.

En el Instituto Patria, Cristina Fernández de Kirchner cree que el actual gobierno la revive. Y en el Gobierno celebran las apariciones de la expresidenta y ex vicepresidenta, porque perciben que eso los favorece fuertemente. Veamos.

La carta de 33 hojas de CFK demuestra varias cosas. La primera es que le sobra el tiempo libre. La segunda es que su necesidad de centralidad es afanosa. La tercera, que su voluntad de hacer daño permanece intacta. La cuarta, que su falta de autocrítica también permanece intacta. La quinta, la presencia –que no pasa desapercibida– de sus habituales confusiones y errores conceptuales. La sexta, sus contradicciones permanentes. A todas estas hay que agregar una séptima que sorprendió: su falta de timing. Haber publicado la epístola el mismo día en que se difundió el índice de inflación fue un error. “¡Qué favor nos hizo!”, señalaba una voz del oficialismo con euforia.

La carta de CFK demuestra que le sobra el tiempo libre y que necesita centralidad

Claro que los problemas que enfrenta el Gobierno son muchísimo más complejos que la carta de CFK. La persistencia del Presidente en querer romper cualquier puente de negociación, con casi todo el espectro político demuestra que no ha terminado de comprender que ya no está en el medio del fragor de la campaña electoral. Hoy el Gobierno no tiene la posibilidad de hacer aprobar por parte del Congreso ningún proyecto de ley. Ni aunque se aliara finalmente con Macri tendría los números para alcanzar las mayorías que se necesitan para sancionar leyes. Sobrevuela en el círculo áulico de La Libertad Avanza el siguiente razonamiento: “enviaremos al Parlamento proyectos de ley más cortos y cuando la oposición los rechace, nos encargaremos de dejarlos expuestos ante la sociedad”. Creen que haciendo esto –tal como hicieron con los diputados que no votaron el proyecto de ley “Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos” será suficiente para quedar exonerados de cualquier responsabilidad por los eventuales fracasos de la presidencia de Milei. Se equivoca el Presidente si cree que con esto solo se puede gobernar. También se equivoca si cree que los integrantes de “la casta” se van a rasgar las vestiduras ante supuestas revelaciones que ya son conocidas por todos. ¿Qué le hace una mancha más al tigre?

El papa Francisco le dejó a Milei dos enseñanzas muy claras: la importancia del perdón y el valor de escuchar al otro. El afecto que el Sumo Pontífice le dispensó a Milei fue un mensaje muy potente que representó un mensaje no sólo para el Presidente sino para la sociedad argentina. No hubo reproches, no hubo malas caras, no hubo tensiones sino sonrisas, bromas y abrazos que Francisco promovió y aceptó. “Gracias por venir”, le dijo a quién lo había tratado de representante del “Maligno” en la tierra.

En la reunión del lunes –de duración inusual–, el Papa, que tiene una visión económica distinta a la del Presidente, lo escuchó con máxima atención. Por lo que se vio después, Milei no parece haber aprendido la enseñanza que dejaron los gestos de Francisco. Encerrarse en el pensamiento propio es como refugiarse en una caja de cristal. No sólo por su fragilidad, sino por la posibilidad de quedar a la intemperie a la vista de todo el mundo. Al expresidente Mauricio Macri le ocurrió algo similar en distintos tramos de su mandato. Se dejó acaparar –en su atención y hasta en su voluntad– por Marcos Peña y se alejó de quienes querían ayudarlo a ejercer el cargo con una visión más acertada de la realidad. El expresidente debería advertirle a Javier Milei que esa actitud no conduce a buen puerto.

Con una oposición tan fragmentada es difícil para el Gobierno encontrar aliados

Sin embargo, la actualidad política rica en discusiones estériles de una oposición dialoguista y no dialoguista totalmente fragmentadas hacen difícil la tarea de encontrar verdaderos aliados. Juntos por el Cambio ya no existe más. En el PRO las cosas ya no son como solían ser y la búsqueda de nuevos líderes agita las peleas internas. En el radicalismo no hay nada que sorprenda. Un partido con dirigentes que añoran poder enquistados en una estructura que no se renueva y que arrastra todos los vicios de la vieja política. Su límite es la institucionalidad. En eso se diferencian claramente de una gran parte del peronismo que hace y hará cualquier cosa para recuperar el poder. Dentro de Unión por la Patria las cosas no están mucho mejor. La expresidenta se sigue mirando el ombligo y se cuida las espaldas, temerosa de las causas judiciales que la acechan. Su hijo Máximo ha vuelto a ser una caricatura huérfana de poder, sin horizonte ni capacidad de conducción. Axel Kicillof, soporta a duras penas la realidad de la provincia de Buenos Aires.

No le está resultando fácil gobernar el distrito más complejo del país. Quienes veían en él una posibilidad de reagrupamiento serio, lo están pensando dos veces. En este caldo de cultivo para disputas y conspiraciones Sergio Massa espera su momento como un espectador de lujo. Por eso es tan importante que al Gobierno le vaya bien. La Argentina no puede permitirse retornar a lo viejo conocido. Un pasado que atormenta y del cual sería muy difícil volver a salir.





   

lunes, 12 de febrero de 2024

Ni casta, ni autoritarismo… @dealgunamaneraok...

 Ni casta, ni autoritarismo…

Thumbs up, Javier Milei. Dibujo: Pablo Temes

Ya hemos sufrido mucho bajo líderes casi mesiánicos que abrieron una grieta profunda con su lógica amigo/enemigo.


© Escrito por Nelson Castro el sábado 10/02/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.



No hubo sorpresas. Era lo esperado. La ruidosa caída del proyecto de ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos. El levantamiento de la sesión tras la media sanción en general de la así llamada “ley ómnibus” –devenida en ley minibús– había sido una señal de alerta. Era evidente que el Gobierno no tenía los votos para avanzar con la aprobación en particular de su extenso articulado. Había necesidad de una negociación que no prosperó cuando el Presidente bajó la orden de mantener una posición intransigente con la coparticipación del impuesto PAIS. 

Hubo furia en la noche del miércoles en la suite que ocupaba Javier Milei en el histórico hotel King David de Jerusalén. Salía fuego de la boca del mandatario argentino. “Traidores”, “delincuentes”, “ladrones”, “hijos de puta”. Estos fueron los términos que se escucharon repetidamente en esas horas de desenfrenado enojo. 

El momento dispuesto por el Presidente para realizar su viaje a Israel estuvo mal elegido. Fue un error ausentarse del país en medio de una instancia tan crucial. Eso le dio a la situación política local una centralidad tal que lo obligó a referirse permanentemente a ello. Es una regla del sentido común de la lógica política que ningún presidente se expone a hacer una gira internacional al mismo tiempo en que se debaten cuestiones centrales de su gestión, y mucho menos cuando está expuesto a perder una votación en el Congreso de la dimensión de la que sufrió esta semana. Muestra del enojo presidencial fue la publicación en su cuenta de Instagram de una imagen con los fragmentos bíblicos que corresponden a los versículos 19, 20, 21 y 26 del Capítulo 32 del Éxodo, el segundo libro del Antiguo Testamento. Este pasaje describe el momento en que Moisés, tras bajar del Monte Sinaí luego de haber escrito los Diez Mandamientos dictados por Dios, se encuentra con el pueblo israelí danzando en adoración a un becerro de oro construido por su hermano Aarón. Furioso, Moisés rompe las tablas y decide castigar al pueblo.


Es importante en este punto hacer una distinción fundamental entre lo que narra el capítulo bíblico mencionado por Milei y lo que pasó en la noche del miércoles en la Cámara de Diputados. Quienes allí protagonizaron esto que el Presidente  calificó de “traición” fueron los diputados, no el ciudadano de a pie. 

Como se ha dicho ya en esta columna, la ira es uno de los siete pecados capitales. La ira es el origen de muchos males en la historia de la humanidad. Ante estas manifestaciones de Milei, imposible no asociar la decisión de retirar los subsidios al transportes de manera brusca a una reacción de venganza, una “vendetta” que tiene como perjudicados a los ciudadanos. No es la casta política la que diariamente toma más de un colectivo para ir y venir hacia y desde sus trabajos, sino la del común y, fundamentalmente, los que menos tienen. 

Vale la pena volver sobre los días de furia que dejó la semana más complicada de los primeros meses de su mandato. En materia política, la oposición dialoguista, encarnada principalmente en el PRO, puso el grito en el cielo. “Nos arriesgamos tanto o más que los diputados oficialistas. Nosotros no somos gobierno y aun así nos comprometimos a votar –como lo hicimos– varios artículos complicados de la ley ómnibus. Pagamos el costo político y el Presidente la terminó retirando. Nos tragamos un lindo sapo”, se quejó un diputado aliado del Gobierno. A decir verdad, nadie es santo ni mucho menos inocente en este entramado de poder. Más allá de las quejas y los lamentos para la tribuna, en el PRO son perfectamente conscientes de que el Presidente terminará acordando con ellos para desarrollar músculo parlamentario. No le quedan muchas más opciones. 

El otro gran perdedor de la semana es el ministro del Interior, 
Guillermo Francos. En él recayó la responsabilidad del diálogo con diputados y gobernadores –junto con Martín Menem– para negociar apoyos y votos que resultarían claves. Nada de eso ocurrió, en gran medida por la intransigencia del propio Milei. Por otra parte, no son pocos los legisladores que señalaron que Francos no conoce cómo debería las cuestiones reglamentarias del recinto. Un senador dijo con ironía: “Francos ya estaba pasado de moda en los años 90, imaginate cómo lo vemos ahora”. 


Otras dos víctimas de la ira presidencial han quedado en el camino. El viernes por la tarde, el primer mandatario les solicitó la renuncia a los titulares de Anses y Minería, Osvaldo Giordano y Flavia Royón, respectivamente. Desde el miércoles, en el Gobierno daban por hecha la salida de los funcionarios que responden a los gobernadores: Giordano al peronismo cordobés y Royón al salteño Gustavo Sáenz. En la cuerda floja quedaron Franco Mogetta (Transporte), Daniel Tillard (Banco Nación) y Luis Giovine (Obras Públicas). Ante este comportamiento irascible, al menos dos preguntas se caen de maduras. ¿Acaso no importa la solvencia en sus puestos y las puertas que podrían haberle abierto al oficialismo? Y, en cualquier caso, ¿todos esos nombramientos fueron fruto de un toma y daca de una negociación a todas luces intrincada y de patas cortas?. 

En el caso de Osvaldo Giordano, no son pocos los empresarios que defendieron su probidad técnica y visión de futuro en un puesto clave. Giordano había comenzado un ambicioso plan para alcanzar la tan mentada desintermediación de la ayuda social. Un mecanismo para sacar del medio a los punteros políticos en el reparto de asignaciones. Con su salida, se abre un paréntesis que deja muchas buenas iniciativas en stand by. 

Más allá de los nombres propios, una luz amarilla se enciende en el corto plazo de la política doméstica. El Presidente debe comprender que la campaña terminó. Lo que pudo haber sido marketinero y hasta simpático ya no lo es. Gobernar exige acuerdos, flexibilidad y templanza. Los argentinos ya hemos sufrido bastante bajo la dirección de líderes casi mesiánicos que abrieron una grieta interminable sirviéndose de la lógica amigo/enemigo. 

Casta no, autoritarismo tampoco.



   

domingo, 4 de febrero de 2024

De ómnibus a minibús… @dealgunamaneraok...

 De ómnibus a minibús…  

Meter balas en el protocolo, Patricia Bullrich Pueyrredón. Dibujo: Pablo Temes.

Todo lo que ocurrió en los tres días de sesiones en Diputados era previsible. Habrá que seguir negociando. 


© Escrito por Nelson Castro el sábado 03/02/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


“Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos” pasó de ser un proyecto de ley ómnibus a ser un proyecto de ley minibus. La sanción en general, por parte de la 
Cámara de Diputados augura nuevos cambios y /o recortes en la votación en particular. Lo evidencia la decisión de postergar el tratamiento de cada uno de sus artículos hasta el próximo martes. 
 
Habrá que seguir negociando. Todo lo que ocurrió a lo largo de los tres días de sesiones en los que se discutió el proyecto era previsible. A decir verdad, lo que hubo en el plenario de la Cámara baja no fue un debate sino una serie de peroratas interminables en la que, en medio de chicanas e invectivas, muchos decían cualquier cosa. Algunos dieron vergüenza. Lo marcó muy bien Miguel Ángel Pichetto que, de lejos, fue el mejor en cuanto a su conocimiento de la mecánica de funcionamiento de la Cámara y de la legislación. 

Fue malo lo del kirchnerismo que, fingiendo demencia, se expresó como si nada tuviera que ver en la catástrofe por la cual atraviesa la Argentina. ¿Podía esperarse otra cosa? Lo primero que deberían haber hecho es pedir disculpas por la horrorosa gestión de Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa.    

Milei presidente es la evidencia categórica del fracaso del kirchnerismo.

La pauta de esa realidad por ellos ignorada la tuvo Máximo Kirchner durante la pantomima que protagonizó en la noche del jueves cuando, durante los incidentes entre el grupúsculo de manifestantes que intentaban cortar las calles que enmarcan a la Plaza del Congreso, salió a la calle para hacer no se sabe qué y recibió críticas encendidas por el desastroso gobierno del que fue parte. Milei presidente es la evidencia categórica de ese rotundo fracaso. Por otra parte, los legisladores de Unión por la Patria tanto en Diputados como en la reunión de Comisión del miércoles en el Senado, donde el ahora oficialismo no pudo obtener dictamen para la modificación de la ley de Prevención de Lavado de Activos, se mofaban de lo difícil que le resulta a sus pares de La Libertad Avanza y Unión PRO, alcanzar sus objetivos. Chicanas propias de un grupo de alumnos del colegio secundario.  

Fue –como siempre– malo lo de los partidos de izquierda y los movimientos piqueteros, una mixtura para la cual el gran triunfo era poder cortar la calle. A medida que fueron pasando los días, la cantidad de gente que participó fue disminuyendo de manera apreciable. Ello permitió identificar muy bien a los violentos que se dedicaron a romper baldosas y cordones para agredir a las fuerzas de seguridad. Eran verdaderos provocadores cuyo objetivo era generar un accionar descontrolado de la Policía, la Prefectura, la Gendarmería y la Policía de Seguridad Aeroportuaria. La medida de la falta de apoyo a esta metodología, la dio la actitud de los automovilistas de transitar por la zona no bien se despejaba. Como se ha repetido una y mil veces en esta columna, el derecho a protestar y manifestarse contra un gobierno es absolutamente legal y legítimo, y forma parte de la esencia de la vida en democracia. Ese derecho debe ser ejercido con métodos legales. Cortar una calle, una ruta, una vía, no lo es; el vandalismo tampoco. 

Fue malo lo del Gobierno. Creyó que se podía llevar por delante todo y a todos

Fue malo lo del Gobierno. Creyó que se podía llevar por delante todo y a todos. El 56% de los votos no le da derecho a hacer cualquier cosa. Ese pensamiento es el mismo que tuvo CFK cuando fue reelegida en 2011 con el 54%. 

Hay errores conceptuales profundos en 
Javier Milei y el círculo áulico que lo rodea: uno es considerar que ser fuerte significa que a los que no piensan como ellos hay que agredirlos y tratarlos como enemigos y corruptos; el otro, creer que las únicas ideas buenas son las suyas. Sin embargo, nada de esto los preocupa. Están convencidos de que la magnitud del desprestigio de la dirigencia política es tal que, que es mejor estar lo más lejos posible de ellos.  

El Gobierno ganó el primer tiempo de un partido largo y complejo que aún no está terminado. En gran medida se aprovechó de una oposición absolutamente dividida y fragmentada. Aún así, para lograrlo tuvo que ceder y negociar. Lo que cedió no fue poca cosa: ni más ni menos que el paquete fiscal, que es el corazón del programa económico que lleva adelante 
Luis Caputo. Al día de hoy,  nadie sabe cuándo esto podrá ser tratado.  

En las cercanías del ministro tienen la convicción de que, tarde o temprano, serán los gobernadores los que pidan algunas de las medidas propuestas en el capítulo impositivo eliminado de la ley. Por eso en el Ministerio de Economía se trasunta un clima de optimismo. Hay dos datos positivos que les dan aliento: el aumento de las reservas del Banco Central y una caída del índice de inflación de enero que las consultoras están ubicando alrededor del 20%. La contracara de esto es la recesión que no durará poco tiempo. La caída en la actividad económica arrastra como consecuencia directa la falta de generación de nuevos puestos de trabajo.

La gente está aguantando como puede. Sin embargo, en el Gobierno permanecen inmutables. Aquellos a quienes les toca negociar, tienen algo más de autocrítica. Lo dicen en voz baja porque temen la ira de sus pares de paladar negro, dentro de la Libertad Avanza. Un empresario dio la alerta al describir lo que percibe como contraproducente para la gestión: “Una cosa es mostrar firmeza ejemplificadora y otra muy distinta es echar un ministro a los 60 días de iniciado el Gobierno. Si continúa esa inestabilidad terminará generando dudas respecto a la presencia de interlocutores válidos. Si hablás con alguien pensando que su gestión puede durar lo que canta un gallo, entonces la confianza se rompe”.

Argentina intenta ponerse de pie; pero deberá recorrer un largo camino a prueba y error con un gobierno que transita los vaivenes del aprendizaje constante.