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sábado, 6 de enero de 2024

El fascismo libertario… @dealgunamaneraok...

El fascismo libertario… 

Entender las razones profundas que posibilitaron la irrupción de Javier Milei como opción de “salvación” de nuestra sociedad en crisis, es una tarea compleja pero imprescindible. Igualmente necesario es preguntarse cómo un personaje de esas características, que anunciaba tragedias, sufrimiento, y sobre todo, violencia, pudo llegar a ganar una elección presidencial. Finalmente hay que interrogarse acerca de los espacios en los que pudo insertarse el grupo de inadaptados que hoy ocupan la casa rosada y que abrevaron en los principios más estereotipados del racismo y la discriminación.

© Escrito por Carlos Alberto Rozanski el 06/01/2024 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Se trata de un nuevo y peligroso escenario político-social que intentan instalar en el corazón mismo de la comunidad. Es aquel en el cual los hoy gobernantes diferencian dos sectores muy marcados: “la gente de bien” (los libertarios) y “el resto”. 

Es bueno recordar que el grupo negacionista libertario comenzó su actividad pública hace poco más de dos años con apariciones esporádicas durante la pandemia. Desde la apología de la dictadura genocida, la negación de la existencia del virus covid 19 y la denostación de la vacuna hasta la quema de barbijos en alguna vereda, el grupo inició el camino hacia el actual discurso único de los “unos” y “los otros”. En esa primera etapa, los actos aparentaron desvinculación entre sí, asemejándose más a un producto del azar o la casualidad que a un plan organizado. 

Bolsas mortuorias en el frente de la Casa de Gobierno con nombre de personalidades y guillotinas en la Plaza de Mayo, eran noticias en algunos medios, las que, aún dispersas, comenzaban a impregnarse en la mente de los telespectadores. Se trataba aún de una primera etapa en la cual las agresiones aparecen fragmentadas simulando agotarse en cada acto. 

En esos momentos -2021-, irrumpió en esa escena el personaje de Javier Milei que terminaría canalizando esos impulsos aparentemente dispersos, hacia un verdadero movimiento político. En ese contexto el 1 de septiembre de 2022, se produjo el intento de magnicidio a Cristina Fernández de Kirchner. Así, las manifestaciones esporádicas y en apariencia desconectadas pasaron a la etapa siguiente de la secuencia, lo cual se materializó en un partido político (La Libertad Avanza) cuyo fundador luego ganaría las elecciones presidenciales en el Balotaje de 2023. 

Se trataba de un personaje extraño, de cabellos revueltos y labia agresiva que desde su particular desaliño personal anunciaba la superioridad “moral, productiva y estética” de su agrupación libertaria. A partir de allí, la demonización de un sector variado y creciente de la comunidad monopolizó la mayor parte de su discurso político. 

Una vez instalado en las redes sociales y mediáticas, Milei comenzó de ese modo una brutal agresión expresiva hacia objetivos específicos. Calificó de “imbécil” y de “representante del maligno en la tierra” al Papa Francisco y de “zurdos de mierda” a los militantes y dirigentes de la izquierda política de quienes dijo reiteradamente que había que destruir. Sin embargo, el objetivo central y obsesivo de Javier Milei fue el movimiento nacional justicialista. Comenzando por su figura más representativa, la primera etapa de estigmatización se centró en Cristina Fernández de Kirchner, en ese momento vicepresidenta de la nación y en el “Kirchnerismo” a quienes tanto Milei como sus socios atribuyeron la mayor parte de los males del universo. Ese espectro demonizante se fue ampliando al resto del partido político mayoritario en nuestro país y al mismo tiempo el que mayores conquistas sociales logró a través de leyes que ahora el presidente se propone derogar. 

Es útil recordar que el peronismo ha basado su doctrina y lucha política en el concepto de “justicia social”. La mejor síntesis de ese principio trascendente es la idea de equidad, solidaridad, bien común, igualdad de oportunidades, en suma, el respeto por la dignidad humana. 

En sentido opuesto y como parte de su estrategia destructiva, Milei ha definido reiteradamente la justicia social como una “aberración”. Con ese sustantivo, el presidente intenta demoler aquello que durante muchas décadas ha encabezado las luchas no sólo del peronismo, sino de toda la clase política progresista argentina. De hecho que la extensa lista de víctimas del genocidio de la última dictadura se ha nutrido de un colectivo políticamente heterogéneo en un abanico que va desde el radicalismo hasta la izquierda trotskista pasando, por supuesto, por el peronismo. 

Actualmente, a escasas semanas de haber asumido el nuevo presidente, estamos entrando en una tercera etapa de avance de la extrema derecha que excede la actividad específica partidaria. Milei está tratando de instalar los conceptos centrales de su discurso reaccionario y violento, en el corazón mismo de gestión comunitaria que es el propio Estado. Ese Estado que cínicamente demonizó en cada discurso, anunciando su desaparición al igual que la de la mayoría de las dependencias ministeriales desde las que en los gobiernos anteriores -exceptuando el de Macri-, se impulsaban las políticas de contención y ayuda social. Su real intención al respecto nunca fue la de extinción del Estado. El objetivo real de Javier Milei y de quienes están detrás, es el reemplazo de un Estado presente y solidario por uno prebendario y orientado a una entrega de recursos humanos y naturales como nunca se vio en la historia de nuestro país. 

Esta tercera etapa en marcha prevé un estado organizado en base a la exclusión absoluta del sector social que los libertarios consideren que no son “argentinos de bien”. 

Al respecto, con la claridad que lo caracteriza Rocco Carbone señaló que “…cuando se nos dice que se gobernará para “los argentinos de bien” se está trazando un límite que va a separar a millones de seres del reconocimiento de su condición humana. En ese gesto segregatorio yace un núcleo del pensamiento fascista”. Agrega sobre el poder que ganó las elecciones que “… Está animado por lógicas mafiosas y por un catalizador fascista”. (1) 

Esa vinculación estrecha que Carbone plantea entre la mafia -representada por Mauricio Macri- y el fascismo en la lógica de los discursos y actos de Javier Milei, resulta esencial para comprender el momento actual. 

Es bueno recordar también que Milei afirmó públicamente por televisión: “Entre el Estado y la Mafia me quedo con la Mafia. Porque la mafia tiene códigos, la mafia cumple” (SIC). (2) 

Y en esa disyuntiva planteada, Milei optó por la construcción de un Estado mafioso. Se convirtió así en el primer presidente electo en un país luego de afirmar su devoción por una organización criminal como es la mafia. 

Macri, a su vez, fue denunciado por citas textuales de “mi Lucha” de Adolfo Hitler. El ex presidente definió públicamente a los alemanes como “raza superior” (SIC). Como señala un reconocido autor, Mauricio Macri es el primer político en el mundo fuertemente sospechado de pertenecer de manera orgánica a una organización mafiosa (la ‘Ndrangheta calabresa) que llega a la presidencia de un país. (3) 

En el actual escenario, hay cuestiones que por su aparente extravagancia deben llamar nuestra atención y sobre todo la de nuestros dirigentes responsables de dar respuesta. Así, en el programa de la televisión chilena antes citado, Milei propuso privatizar las calles de nuestras ciudades para que quienes viven en cada cuadra puedan tener ingresos cobrando peaje. Igualmente, sus pintorescos diputados se han manifestado públicamente impulsando por ejemplo alambrar y privatizar los océanos o asegurando que los hombres que tuvieron relaciones sexuales con una mujer, deberían tener 15 dias de tiempo después de notificados del embarazo de sus parejas, para decidir si se harán cargo o no de las obligaciones parentales respecto del futuro hijo recien concebido. Por su parte, la actual canciller propuso la creación de un “mercado de órganos” (sic). 

Baste para completar la idea recordar que el presidente eligió como Procurador del Tesoro (abogado del país) a un ex Nazi que participó del ataque a una sinagoga. 

Como se sintetizó, la estrategia libertaria tanto para llegar al gobierno como para intentar sostenerse en él se erige sobre una sucesión de propuestas tan violentas como inverosímiles. La alianza mafioso-fascisita que describe Carbone es inédita en el país y eso explica algunas de las situaciones extrañas que se están viviendo. La magnitud del absurdo y lo bizarro de los personajes, permiten pensar que estamos ante la posibilidad de un saqueo sin precedentes con final abierto. 

El actual escenario representa un desafío tan grave como la alianza que lo nutre. En él, es muy difícil determinar si la Argentina está presidida por un perverso, un desequilibrado o simplemente un megalómano. Lo que sí es posible afirmar es que los riesgos a los que el personaje en cuestión está sometiendo a una nación de 47 millones de habitantes, son superlativos. 

La esperanza está hoy depositada en aquel sector de la política que supo luchar contra la dictadura genocida hasta recuperar la democracia. En aquellos jueces y fiscales decentes que no se doblegan ante la corrupción más reaccionaria de la corporación. En ese maravilloso pueblo que en las calles y sin vacilar, va a seguir poniendo el cuerpo para apoyar a sus dirigentes e impedir nuevos y brutales atropellos. 

(1) La Tecl@ Eñe, 30/11/2023. 
(2) Programa Vía Pública Santiago de Chile 18/12/2019. 
(3) “El lado oculto de la Famiglia Macri”. Edit. Ciccus. Jorge Beinstein, Daniel Cieza, 2019.



   

domingo, 10 de diciembre de 2023

Nueva Etapa. Comienza un camino incierto...

Comienza un camino incierto...

Gótico vernáculo. Dibujo: Pablo Temes.

Será muy difícil 2024. Pero después de veinte años de kirchnerismo, el país merece una nueva oportunidad.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 10/12/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Finalmente –y por fortuna– el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner terminó. Esa es una muy buena noticia. El daño que la dupla de los Fernández le ha hecho al país es inconmensurable. Sus efectos y consecuencias se sentirán por años. 


El discurso de despedida del Presidente fue, sencillamente, patético. El mensaje subyacente a lo largo de los interminables minutos que duró su insoportable perorata fue el de presentarse como víctima. En lo que ha sido una cantilena repetida durante todo su mandato, su fracaso fue producto de causas ajenas, comenzando por el gobierno de 
Mauricio Macri
, siguiendo por el Fondo Monetario Internacional, la pandemia de coronavirus, la guerra en Ucrania y la sequía. La asunción de responsabilidades por el fiasco rotundo de su gobierno fue tenue. AF pretendió presentarse como un hombre bueno y lleno de intenciones nobles a quien el destino y la suerte no lo acompañaron. Por supuesto que nada de eso es verdad. He ahí el caso de los países de la región, que también sufrieron sequías severas y no padecen la crisis económica de la Argentina, y ninguno de ellos ha padecido ningún efecto colateral causado por la guerra en Ucrania.

El discurso de despedida de Alberto Fernández fue sencillamente patético.

En los cuatro años de este gobierno aumentaron los índices de inflación y de pobreza, la educación empeoró, la inseguridad creció, la corrupción continuó y a todo esto hay que sumarle la situación desesperante vinculada a la subocupación. El presidente  que se va habló de la creación de puestos de trabajo, lo que no dijo fue que, en muchísimos casos, los salarios para la gente que tiene un trabajo formal –en blanco– los condena a vivir bajo la línea de pobreza. Vale decir que un trabajo ya no alcanza para vivir dignamente, y eso se ha transformado en uno de los grandes problemas que dejó el gobierno saliente. 

La lista no se agota allí. La Cámpora copó las cajas del poder –Anses, PAMI, Aerolíneas Argentinas, YPF–, las reservas del banco Central se esfumaron, la salud pública continuó su imparable deterioro, se reabrieron ramales ferroviarios con trenes que cubren trayectos a velocidades del siglo XIX, los jubilados siguieron cobrando haberes miserables, mientras que a 
CFK le convalidaron el cobro de una jubilación privilegiada varias veces millonaria. 

A esta serie de hechos escandalosos hay que agregarle el de la decisión de no comprar las vacunas contra el Covid 19 de Pfizer –que fueron las primeras que autorizó el Anmat– por razones que resultaron ser falaces que –hay que recordar– fueron desde la pretensión por parte del laboratorio de quedarse con prácticamente medio país, hecho que significó la muerte de decenas de miles de personas. 

La inmoralidad de Alberto Fernández no tiene límites. La vergüenza la perdió hace rato. 

Así las cosas, a 
Javier Milei le tocará asumir en medio de una crisis sin precedentes. La forma en que logre explicar de manera clara para la mayoría la herencia recibida determinará en gran medida la suerte del inicio de su mandato. Milei es un hombre inteligente que ha demostrado saber plantarse ante los excesos de quienes quisieron abusar de su debilidad territorial y legislativa. Hubo puertas adentro de La Libertad Avanza discusiones acaloradas por los nombramientos y las presiones para ceder cargos a supuestos aliados. Un hombre que conoce la génesis de esas internas lo describió así: “Están todos operando de una manera asquerosa. Interna y externamente. Cada vez que Javier hizo público un nombre para tal o cual cargo, tenías a la gente de Marra –por Ramiro– levantando el teléfono para bajar o subir al candidato. Lo mismo ocurrió con el PRO y, especialmente, con Mauricio Macri. El nivel de presión para colocar gente dentro del Gobierno fue y es insoportable”, cerró la fuente que integra los equipos técnicos del gobierno electo. 

El presidente libertario construyó su propia fortaleza. Supo desde el comienzo que no le sería tan rentable cerrar filas con el ala dura del PRO, porque, en última instancia, contaría con su apoyo natural por cercanía ideológica y pragmática. De ahí que se concentró en tender puentes sólidos con figuras del peronismo como Florencio Randazzo y el cordobés Juan Schiaretti. El límite es el kirchnerismo que, por otra parte, se ha esforzado en hacerle la vida imposible desde los pequeños gestos como bloquearle las autoridades del Senado hasta las amenazas de sectores marginales del gremialismo K y las organizaciones sociales. Es inaceptable que alguien crea que tiene el poder de salir a disputar en “la calle” la legitimidad de un gobierno elegido por el pueblo. La concepción fuertemente antidemocrática del kirchnerismo es un lastre que tendrá consecuencias en la vida institucional del país que viene.  


La reconfiguración del poder en la oposición es una discusión que apenas comienza.

La reconfiguración del poder dentro de la oposición es también una discusión que apenas comienza. La implosión de No tan Juntos por el Cambio ha dejado heridos en todas sus filas. Los 92 diputados con los que cuenta en la Cámara baja y los 24 senadores de la Cámara alta son a todas luces testimoniales. Miguel Ángel Pichetto, Emilio Monzó y Ricardo López Murphy ya avisaron que conformarán un bloque propio en Diputados. Tampoco es seguro que los radicales de Evolución o la línea que responde al gobernador Gerardo Morales voten acompañando la bancada. La reconfiguración es total y obligará a los alfiles de La Libertad Avanza a negociar punto por punto de cada ley con un bloque fragmentado. De ahí que cobra aún más valor el acercamiento de Milei a los sectores más potables del peronismo. 

La Argentina inicia un camino incierto; 2024 será un año muy difícil. Queda en el sentir de los ciudadanos sostener con un voto de confianza los tiempos que vendrán. Luego de veinte años de kirchnerismo, el país merece una nueva oportunidad.



   

sábado, 9 de diciembre de 2023

Los dos modelos... @dealgunamaneraok...

Los dos modelos...


El presidente electo, Javier Milei, adelantó que en el futuro inmediato convivirán en la Argentina una economía estancada y altos índices de inflación. En sus palabras, “va a haber una estanflación, porque cuando hagamos el reordenamiento fiscal, impactará negativamente en la actividad económica”. Inmediatamente atribuyó esa situación a las políticas monetarias aplicadas por el gobierno saliente. Luego agregó: “por eso yo digo que la única billetera que va a estar abierta es la de Capital Humano, para darle contención a los caídos”.

© Escrito por Carlos Heller (*) el domingo 03/12/2023 y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

Milei dice, y tiene razón, que es el primer presidente votado por un porcentaje significativo de la ciudadanía que, durante la campaña electoral, anticipó que si ganaba iba a llevar adelante un fuerte ajuste.  

Otros gobiernos que impulsaron planes similares no los anticiparon o, incluso, plantearon lo contrario. Fue el caso del de Carlos Menem, quien prometió “salariazo y revolución productiva” y a quien luego se le atribuyó la frase “si decía lo que iba a hacer no me votaban”. Mauricio Macri en 2015 transitó una senda parecida: en la campaña electoral aseguró que iba a respetar todo lo que estaba bien del gobierno anterior y que impulsaría una “revolución de la alegría”. 

Milei, como ya dijimos, viene sosteniendo que en la Argentina es indispensable un gran ajuste y que su implementación debe hacerse a través de una política de shock: resolver el déficit cuasifiscal generado por las Leliq, interrumpir la obra pública, eliminar ministerios, acelerar privatizaciones y despidos, entre otras iniciativas. Por supuesto: es imposible desarrollar un proceso de recortes de gran magnitud sin que haya “caídos”. 

Desde su perspectiva, el camino hacia el bienestar exige atravesar el malestar: si se toman esas medidas drásticas de ajuste, dice el presidente electo, se podrá derrotar a la inflación en un plazo que va desde los 18 a los 24 meses. La Argentina sin inflación es posible. Pero, según ellos, hay que pasarla mal un tiempo. En ese mismo sentido, Diana Mondino, futura canciller del nuevo gobierno, afirmó en una reunión con la UIA: “Aguanten seis meses que la Argentina va a ser el mejor país del mundo”. 

Hay, en estos planteos, cuestiones ideológicas de fondo. Milei no considera, por ejemplo, que en los procesos inflacionarios haya un componente importante de puja distributiva. Por eso en su diagnóstico sobresale la idea del atraso de ciertos precios relativos. Cuando se habla de ello hay que preguntarse, ¿relativos con relación a qué? La respuesta es respecto a los salarios, las jubilaciones y el resto de los ingresos fijos. Por lo tanto, actualizar los precios relativos supuestamente atrasados significa que todos los ingresos mencionados caigan en términos reales.  

En el corto plazo, es presumible que los que votaron al presidente electo le den un crédito. De lo contrario no lo hubieran votado. Ellos creen que el problema es “el costo de la política y  la casta” y que, si eso “se resuelve”, van a vivir mejor. Nadie vota conscientemente para empeorar. 

Seguramente el nuevo gobierno tratará de utilizar el tiempo inicial de mayor legitimidad para intentar hacer todo lo que quiere hacer. Allí también estará Macri aconsejando al nuevo presidente acerca de que tiene que desplegar sus políticas de modo veloz y que el gradualismo no es una opción. 

Hay dos modelos de país y Milei expresa de un modo nítido uno de ellos. En él todo está sujeto a la rentabilidad económica, la libertad de mercado y las desregulaciones. 

Pero así como el presidente electo expresa uno de los modelos, es importante identificar a quiénes expresamos el otro. Nuestro Bloque de Diputados va a ser el más grande de la Cámara y tendremos una enorme responsabilidad en el proceso político que se abre. 

Milei prometió que el 10 de diciembre, recién asumido, anunciará en la Asamblea Legislativa los proyectos de ley que enviará al Parlamento. Allí volverá a darse el debate estructural sobre los dos modelos de país, pero en torno a iniciativas concretas. Todo resultado electoral establece que quien gana gobierna y quien pierde expresa la oposición. Dentro de la estricta lógica institucional, ejerceremos con plena legitimidad y responsabilidad el rol asignado para esta nueva etapa. 

(*) Diputado nacional por el Frente de Todos y presidente del Partido Solidario.



   

domingo, 29 de octubre de 2023

Frankenstein vs. Drácula… @dealgunamaneraok...

Frankenstein vs. Drácula…

El joven Frankenstein. Dibujo: Pablo Temes

La humorada que circuló en las redes resume el destino de fracaso que parece esperar al país.    


© Escrito el sábado 28/10/2023 por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.   

El viernes y el sábado, la escasez de nafta complicó la vida cotidiana de millones de ciudadanos. Fue producto de la falta de pago de las importaciones de combustibles que llegan a través de barcos. El jueves y el viernes varios colegios privados hicieron saber que cerrarán sus puertas dejando colgados a miles de alumnos que no saben dónde continuarán sus estudios el año próximo. 

El viernes, seis sociedades cardiológicas hicieron saber, por medio de una carta pública, que no tienen los insumos necesarios para la realización de procedimientos diagnósticos y terapéuticos de los cuales depende la vida de cientos de miles de enfermos. En un tenor similar, los otorrinolaringólogos comunicaron la falta de miles de insumos utilizados en trasplantes auditivos. 

La harina y, por ende, el pan aumentaron. Algunas plantas automotrices debieron suspender sus actividades por falta de autopartes necesarias para la fabricación de vehículos. 

Lo notable es que la dirigencia política vernácula no se ocupó de ninguno de estos temas. 


Los resultados de las elecciones confirman que este es un país fuera de norma.

En No Tan Juntos por el Cambio se dedicaron a pelearse a rabiar, tal como vienen haciendo desde un hace un tiempo demasiado largo y fatigoso. Y en Unión por la Patria –que, en verdad, debería llamarse Unión por los Cargos– desde Sergio Massa para abajo se dedicaron a ver cómo podían destruir a la oposición. Ante tal panorama, nadie puede sorprenderse por esta proliferación de problemas que afectan al ciudadano y a la ciudadana de a pie. Como reza la Epístola Moral a Fabio, de Andrés Fernández de Andrada: “Esta invasión terrible e importuna de contrarios sucesos nos aguarda desde el primer sollozo de la cuna”.  

Los resultados de las elecciones del domingo pasado confirman que la Argentina es un país fuera de norma. La lógica política ha demostrado a lo largo de los siglos que un gobierno desastroso como el de Alberto Fernández, Cristina Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof no tendría ninguna chance de alzarse con la victoria. Sin embargo, el domingo pasado esa lógica no se verificó: el ministro candidato, cuya gestión llevó el índice de inflación a los niveles más altos de los últimos treinta años, ganó. En Lomas de Zamora, el candidato a intendente Federico Otermín, un delfín de Martín Insaurralde complicado en el caso de los empleados ñoquis de la Legislatura bonaerense a los que les cobraba sus sueldos Julio “Chocolate” Rigau, arrasó. Lo mismo ocurrió con Kicillof, de penosa gestión al frente de la gobernación de la provincia de Buenos Aires. 

Ante este escenario se impone, pues, una reflexión: existe en gran parte de la sociedad argentina una cultura peronista arraigada e inamovible. Números más, números menos, representa alrededor del 40% del total de la población. Eso explica muchas cosas del perfil de la dirigencia política y del fracaso de la Argentina, un fracaso que se proyecta al futuro. Esa cultura populista no solo abarca a los sectores más pobres, sino que se extiende a sectores de la clase media. El ejemplo más claro de esa cultura populista lo representa el plan platita que aplicó el Gobierno a partir de su derrota en las PASO en forma obscena. La eliminación del impuesto a las ganancias a la cuarta categoría, el festival de bonos y la distribución de heladeras, cocinas, licuadoras, colchones y otros bienes, todos pagados con fondos públicos sin ningún tipo de pudor ni reparo, fueron parte de un folclore ya conocido y, sin dudas, exitoso.


Las sociedades que convalidan el populismo exhiben un alto grado de corrupción. Una de las consecuencias más nefastas de la corrupción es la pobreza. Por supuesto que, para alcanzar la victoria, el Gobierno contó con una gran ayuda: la división de la oposición. La matemática da una idea cabal de la irresponsabilidad absoluta de sus dirigencias: la suma de los votos de Juntos por el Cambio más los de La Libertad Avanza supera el 50%. Unidos hubieran ganado en primera vuelta. Separados, perdieron y le permitieron al peronismo ganar haciendo, en cuanto a cantidad de votos, la peor elección de su historia. 

Verlos ahora juntos –a los abrazos– a Javier Milei y a Patricia Bullrich impacta. ¿Cómo no advirtieron que divididos perdían? El ejemplo más previsible es el de la provincia de Buenos Aires, en donde Néstor Grindetti y Carolina Píparo le regalaron la elección a Kicillof. El caso de Grindetti merece un párrafo aparte: pidió licencia al frente de la intendencia de Lanús para asumir la presidencia de Independiente. O sea, privilegió el club del cual es hincha por sobre los problemas de la gente de su ciudad. Conclusión: no solo no ganó la gobernación, sino que su candidato a intendente perdió. ¿Se podía esperar otra cosa? 

A la oposición la aniquiló la soberbia. Empezando por Mauricio Macri, que sigue creyendo que hizo un buen gobierno y que no fue comprendido por la gente. A eso le agregó su comportamiento en esta semana buscando despegarse de la derrota. Ante la estrategia de Massa de dividir a la oposición, Macri debió haber sido un factor de aglutinación. En vez de echar culpas ajenas, debió haber procurado ser un factor de unión.   

Un nuevo tablero político.


También el radicalismo hizo un enorme aporte al zafarrancho de JxC. Los cegó la bronca que todavía guardan del ninguneo al que fueron sometidos por los popes del PRO. La pantomima que desplegaron luego del acuerdo de Patricia Bullrich con el líder libertario estuvo teñida de hipocresía. ¿Alguien podía esperar que el sector más duro del PRO se mantuviese “neutral” ante el avance de Sergio Massa? Por otra parte, los vasos comunicantes entre varios dirigentes de la UCR y el tigrense, que enojaron al expresidente, efectivamente existieron. Pero también Milei fue funcional a Massa. ¿O es que en el PRO olvidaron que el libertario le votó al ministro-candidato la ley de quita del impuesto a la cuarta categoría? 


Javier Milei pasó de “la casta tiene miedo” a negociar con ella. No es algo nuevo. Ya lo había hecho con Luis Barrionuevo. Increíblemente, le creyó al dirigente gastronómico, que le prometió que le iba a asegurar la fiscalización de los comicios, cosa que, en los hechos, no se verificó. Hubo mesas en las que La Libertad Avanza sacó cero votos, cosa que también le ocurrió a JxC. Milei necesita ahora arreglar con la casta. Su abrazo con Bullrich terminó de transformar su eslogan en un blef.   


Uno de los memes más difundidos en las redes expresa que el 19 de noviembre la sociedad deberá elegir entre Frankenstein y Drácula. La humorada refleja a la perfección el destino de fracaso al que parece estar condenada la Argentina.




   

viernes, 15 de septiembre de 2023

Llegar al ballottage como sea… @dealgunamaneraok...

Llegar al ballottage como sea…

La parte del león. Dibujo: Pablo Temes

El oficialismo improvisa medidas, JxC busca despejar la sombra de Macri y Milei sigue sembrando dudas.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 09/09/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

El fallo adverso a la Argentina por la expropiación de YPF de la jueza de Nueva York Loretta Preska no representa ninguna sorpresa. Es la consecuencia lógica de un verdadero disparate. Ese es el calificativo que mejor describe aquella precipitada y temeraria decisión, tomada por Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof en abril del 2012 y acompañada en el Congreso por gran parte del peronismo. 

El caso YPF representa, además, un claro ejemplo –uno más– de la mentira y contradicción del kirchnerismo. En la década de los 90, el matrimonio Kirchner fue un propulsor entusiasta de la privatización de la empresa de la cual se benefició ampliamente. Las regalías que recibió el entonces gobernador de Santa Cruz fueron un oxígeno muy importante para su gestión y fuente de controversias y sospechas nunca aclaradas sobre el destino que se les dio. Tal fue la importancia de esos fondos que fueron la moneda de canje que llevó a Néstor Kirchner y a su esposa a apoyar fervorosamente esa privatización que no estuvo exenta de escándalos. Para completar este breve ejercicio de memoria, recuérdese que el miembro informante del proyecto fue el diputado por Neuquén, Oscar Parrilli, y que la vicepresidenta, que en aquel momento era diputada, presionó a los legisladores provinciales de Santa Cruz para que aprobaran a nivel local la privatización propuesta por el expresidente Carlos Menem. Queda claro, entonces, que la falsa épica kirchnerista y la defensa de las empresas del Estado son un compendio de mentiras y vanidades que forman parte del relato fundacional que quisieron hacernos creer. Sólo falta recordar la soberbia de Axel Kicillof en sus largas peroratas vacías de contenido en tiempos de la expropiación. Las consecuencias están a la vista.

Massa, en plan “vamos viendo”

Para Sergio Massa, este fallo ha sido un golpe fuerte. “Un verdadero mazazo”, como lo definió alguien del kirchnerismo que no profesa mucho cariño por el ministro-candidato. Los números de la economía son una catástrofe. El índice de inflación de agosto pinta mal. Por eso, con una cara de circunstancia poco creíble, Massa salió a hablar en la TV Pública después del partido que la Argentina le ganó a Ecuador por 1 a 0. Creyó que colgándose de la Selección obtendría algún rédito. Todo lo del oficialismo es burdo e impostado. Por supuesto que le salió mal. Para la mayoría de los que lo vieron, lo del ministro fue malo. Hasta se pareció a CFK cuando habló de funcionarios que no estuvieron a la altura. ¿Se incluyó él? ¿Lo incluyó al Presidente?

En el oficialismo todo es improvisación. Una muestra de ello es el anuncio que hizo el exintendente de Tigre sobre la eliminación del impuesto a las ganancias de los asalariados, un reclamo a todas luces justo. Massa dijo que, de ser electo presidente, lo eliminará. Ante esta aseveración, tuvo que salir el titular de la AFIP, Carlos Castagneto, a corregirlo, recordándole que la modificación del pago del tributo debe ser aprobada por el Congreso: “Hay que modificar una ley y hoy no tenemos el quórum para que esa ley salga”. Sin comentarios.

Los esfuerzos crecientes del oficialismo por rivalizar con Javier Milei no cesan. Hay que conseguir un lugar en el ballottage como sea. De ahí que la batería de promesas electorales incluyan propuestas que, de ser viables, bien podrían comenzar a implementarse en tiempo presente. Nada de eso. Todo está condicionado al resultado electoral. Hay que mantener el anzuelo a flote.

Para colmo de males no hay ideas nuevas para contener los precios y los desbordes de la economía. Massa sigue chocando con las viejas recetas que se utilizaban en tiempos de Guillermo Moreno. Los controles de precios y las amenazas a los empresarios con cucos que no existen para contener la inflación ya no surten ningún efecto. El secretario de Comercio Matías Tombolini, no tiene la impronta de su antecesor y los aprietes para contener las remarcaciones sólo funcionan con acatamiento dispar en la Capital Federal con las grandes cadenas de supermercados. En los comercios de cercanía del Conurbano Bonaerense la realidad es otra. La inflación castiga con fuerza a los más débiles. 

Hablando de debilidad, Patricia Bullrich no quiere quedar bajo el ala de Mauricio Macri. Considera que es un salvavidas de plomo tierra adentro del Gran Buenos Aires. Es por eso que durante la semana salió varias veces a pedir independizarse del líder del PRO. Lo que en verdad saca de las casillas a la exministra de Seguridad es el coqueteo del expresidente con Javier Milei. “Ahora sí estamos en la recta final, y no hay lugar para ambigüedades” –aseguran en el campamento bullrichista.

El porqué de los elogios a Milei

La apuesta por Carlos Melconian para ocupar el Ministerio de Economía, en un eventual gobierno suyo no fue gratuita. Apenas un mes atrás, el diputado nacional y economista Luciano Laspina, encabezaba reuniones de trabajo con empresarios de diferentes sectores como el futuro hombre de la cartera económica. En algunos de esos encuentros lo acompañaba Federico Pinedo como la pata política del binomio. Hay heridas que tardarán en sanar aunque Melconian se está encargando personalmente de contener a los desencantados, con ofrecimientos en distintos espacios de poder. El Banco Central de la República Argentina es uno de ellos.

Mientras tanto el libertario Javier Milei, sigue sembrando dudas. A los riesgos concretos en materia de gobernabilidad, se suman las observaciones de propios y ajenos sobre sus desequilibrios y falta de templanza a la hora de enfrentar adversarios, periodistas y a todo aquel que se atreva a pensar distinto.

La Argentina ya ha sufrido varias decepciones. La grieta es la consecuencia palpable de la división social provocada por líderes mesiánicos y caudillismos disfuncionales. El libertario debería aprender un poco más de la historia reciente para no cometer los mismos errores. La sociedad está quebrada y con una alta dosis de resignación. Ningún candidato puede darse el lujo de sumar otro fracaso.



   

domingo, 6 de agosto de 2023

Rumbo a las Paso. Gestos que no dicen nada… @dealgunamaneraok...

 Rumbo a las Paso. Gestos que no dicen nada…


En ropa de combate. Patricia Bullrich. Dibujo: Pablo Temes.

Llega a su fin una campaña devaluada, en la que ya nada sorprende. Unos ignoran la realidad, otros privilegian la pelea fratricida.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 05/06/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

“No puedo pagar la luz”. El testimonio de un habitante del Conurbano Bonaerense que muestra ante las cámaras de televisión la factura que lo ha dejado estremecido se reproduce por miles. También entre los comerciantes de distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires. 

Algunos de ellos piensan en cerrar. En contraposición a esta realidad indiscutible y dura las mismas pantallas traen la palabra de la inefable portavoz presidencial Gabriela Cerruti, negando que ello sea así. Una vez más, kirchnerismo puro. Aquí no pasa ni ha pasado nada.

En esa misma dimensión cabalga la campaña de Sergio Massa. El candidato habla como si el ministro de Economía y el Gobierno fueran de otro. Por eso, evita al máximo posible su contacto con periodistas que no le responden. Cuando eso ocurre, la insustancialidad de sus respuestas queda expuesta sin tapujos y su malhumor se hace indisimulable. Se enoja y, entonces, a quien le formula preguntas y repregunta con agudez y fundamentos, lo único que atina a decirle es que le está faltando respeto. Es lo que pasó en Córdoba el jueves pasado. Vale la pena recordarle al ministro-candidato que el enojo, es algo propio de los necios. 

Es cada vez más difícil hacer encajar la realidad en el relato. No hay peor ciego que el que no quiere ver.   

Mientras tanto, el deterioro de la situación económica no se detiene. La euforia del anuncio del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional tuvo la duración y el efecto de un leve suspiro. No cambió nada. En el Gobierno viven día a día o, mejor dicho, hora a hora. Nada se puede planificar en este torbellino de impericia. Nada se puede prever. El dólar blue sigue imparable. Ya nadie tiene dudas de que seguirá en ascenso hasta las elecciones. El cepo a las importaciones y la falta de reservas del Banco Central dan testimonio en ese sentido. No hay “¡Ah, pero Macri!” que alcance a parar esta debacle. Lo único a lo que recurre el Gobierno es a estrangular aún más el cepo con el consecuente aumento de las dificultades para la importación de insumos que son esenciales para el aparato productivo. Aún así, el Presidente y el gobernador de la provincia de Buenos Aires se solazan hablando de cifras de un crecimiento económico que nadie ve. Otra vez, ¡kirchnerismo puro!  

Un condimento extra alimenta la incertidumbre política. La cantidad de encuestas que pululan entre los diferentes candidatos no sorprende por la polarización entre los competidores, sino por arrojar resultados muy dispares entre sí con diferencias que, en algunos casos, llegan a los 10 puntos. Otro dato que abona la falta de certezas: en las elecciones provinciales que ya se han celebrado con un cronograma diferente del nacional hubo hasta el momento, más de un millón de votos en blanco y un aumento exponencial del ausentismo. La gente no está yendo a votar.   

En el oficialismo temen que un resultado que lo deje relegado al tercer puesto o una derrota contundente, dispare una incontenible inestabilidad política, económica y social derivada de la falta de poder real hasta las elecciones generales. Sergio Massa ya ha tomado nota de esta posibilidad y se prepara para cubrir cualquier escenario. Puertas adentro se sigue quejando por el fogoneo a la candidatura de Juan Grabois, que distintos sectores estimulan a modo de fuego amigo. El tigrense está convencido de que Máximo Kirchner y su madre, la vicepresidenta en funciones, están a la cabeza de ese movimiento. La explicación es sencilla: el relato no puede claudicar y la figura del actual ministro de Economía no puede crecer lo suficiente como para acumular un poder tal que le permita borrar de un plumazo lo que queda de kirchnerismo duro. CFK es experta en los juegos de poder y sabe que Sergio Massa no es confiable para su futuro inmediato. En este contexto, todo puede suceder. Incluso lo impensado: parece una burla del destino, pero el principal candidato presidencial de Unión por la Patria aún no pudo hacer pie con un acto en La Matanza, bastión histórico del peronismo en general y del kirchnerismo en particular. Sucede allí algo muy particular.

Una campaña sin sorpresas


En el Movimiento Evita perciben cierta inclinación del ministro por el intendente Fernando Espinoza, quien deberá competir en la interna municipal con Patricia Cubría, esposa de Emilio Pérsico, líder del movimiento. Massa prefiere no correr riesgos y dejar que Axel Kicillof siga negociando para llegar a buen puerto. La otra razón por la cual el candidato oficialista no hace pie en lo más profundo del Conurbano es la propia realidad: con base en datos oficiales se estimó que la pobreza fue en el primer trimestre de este año de 38,7%. Prácticamente 4 puntos porcentuales más arriba con relación al mismo período de 2022 (34,3%). Peor aún, cerca de 100 mil chicos cayeron en la indigencia en un año. 

“En la Argentina no hay hambre”, había dicho sin inmutarse unos días atrás la vocera presidencial quien, además minimizó el impacto  de la pobreza en los niños. Más de lo mismo. Es cada vez más difícil hacer encajar la realidad en el relato. No hay peor ciego que el que no quiere ver. 

Dentro de No tan Juntos por el Cambio no existe la paz. La ex orgullosamente bonaerense María Eugenia Vidal lo sabe muy bien. Apenas se pronunció públicamente a favor de Horacio Rodríguez Larreta, una catarata de críticas de sus correligionarios le cayó encima. Uno de los más vehementes fue el diputado nacional 
Cristian Ritondo, quien aseguró que la exgobernadora le había dicho que se mantendría neutral. Ritondo fue ministro de Seguridad en el gobierno de Vidal, pero parece que la ferocidad de la interna está por sobre los vínculos y las lealtades. Es tiempo de pronunciamientos. Al menos eso creen en la coalición opositora. Jorge Macri le venía pidiendo un gesto inequívoco a HRL, y ahora Patricia Bullrich hace lo propio con Mauricio Macri. ¿Es acaso más importante forzar una declaración de un “compañero de equipo” que salir a buscar con propuestas y sentido común el apoyo de los votantes? 

Ya nada sorprende en una campaña devaluada y llena de gestos que no dicen nada.