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domingo, 6 de mayo de 2018

Karl Marx cumpliría 200 años: sus 5 ideas emblemáticas… @dealgunamanera...

Karl Marx cumpliría 200 años: sus 5 ideas emblemáticas…

Karl Marx, celebrado estos días por su bicentenario en Trier, Alemania. Fotografía: AFP

El hombre que habló de "dictadura del proletariado", "lucha de clases" y "democracia obrera" no pudo con el capitalismo, pero marcó el siglo XX.

© Publicado el viernes 04/05/2018 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

"Una de las características de la obra de Marx es que puede ser explicada en cinco minutos, en cinco horas, en cinco años o en medio siglo", decía el experto francés en marxismo Raymond Aron. Este sábado se cumple el bicentenario del nacimiento de Karl Mark (5/5/1818, Treveris, Alemania Resumimos entonces las cinco premisas principales del pensamiento del filósofo y economista prusianos de Karl Marx, con ocasión del bicentenario del nacimiento del filósofo y economista alemán.

- Lucha de clases –

"La historia de todas las sociedades existentes hasta ahora es la historia de la lucha de clases". ("Manifiesto del Partido comunista", con Friedrich Engels, 1848). Para Marx, en todos lados, en todos los momentos de la historia, ha existido una oposición entre los trabajadores y quienes tienen el capital o los medios de producción. Esta desigualdad lleva inevitablemente a un conflicto que él denomina "lucha de clases", que es el motor positivo de la historia. En una sociedad capitalista, los proletarios buscan irremediablemente suprimir esta relación de dominación mediante una revolución para poder fundar una sociedad justa. 

- Dictadura del proletariado –

 

Fue en 1850 cuando Marx selló el destino común de estas tres palabras, que ya se usaban juntas bajo otras fórmulas desde la Revolución Francesa, dando origen a una expresión que marcó más de 150 años de teoría comunista. La dictadura del proletariado es una fase de transición entre la sociedad capitalista y el comunismo. Entre estos dos periodos, se ubica, por defecto, el socialismo, durante el cual el Estado se mantiene de forma provisoria. El proletariado entonces detenta el poder y lo utiliza para acabar con el poder de la burguesía. 

La "dictadura del proletariado" proclamada por los bolcheviques en 1918 está en el corazón del ejercicio del poder en el experimento hecho por Lenin. Este concepto teórico justificó entonces la deriva autoritaria del marxismo-leninismo que apareció después de la Revolución de Octubre. 

- Comunismo -                   

 

El "Manifiesto del Partido Comunista" publicado en 1848, durante la eclosión de la Primavera de los Pueblos, adquiere relevancia a partir de 1872 para imponerse finalmente en el siglo XX como uno de los pilares del bloque del Este. Para Marx, se trataba de oponer el socialismo, juzgado como utópico, burgués o reaccionario, y explicar el advenimiento de una sociedad justa, después de la victoria del proletariado en la lucha de clases. Los pilares del comunismo son la abolición de la propiedad privada y después el alumbramiento, tras la dictadura del proletariado, de una sociedad sin clases y sin Estado. 

"En lugar de la antigua sociedad burguesa, con sus clases y sus antagonistas de clases, surge una asociación donde el libre desarrollo de cada uno es la condición para la desarrollo libre de todos", plantearon Marx y Engels. Pero en la realidad, el fin de la propiedad privada llevó a millones de muertos, especialmente en la colectivización forzada que impuso Stalin en la URSS y el proceso que comandó Mao en China. 

- Internacionalismo –

 

"¡Proletarios de todos los países uníos!", fue la célebre conclusión del Manifiesto que sienta las bases de una primera estructuración política que va más allá de las fronteras de las naciones y de los Estados. Este llamado a una alianza internacionalista se convertirá en el lema de la URSS y va a resonar durante décadas entre los más desfavorecidos que toman consciencia de la similitud de sus reivindicaciones, pese a los diferentes orígenes geográficos. Después esta idea pasa a formar parte de núcleo del internacionalismo soviético, que une los destinos de países tan alejados geográficamente como Vietnam y Cuba y también en la interpretación marxista de grupos como las FARC en Colombia, el Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) y en grupos altermundialistas. 

- Religión, opio del pueblo –

 

Para Marx, la religión es una distracción que permite que los explotados olviden su miseria y que puede ser utilizada por los poderosos. De ahí, la célebre expresión, extraída de la Contribución a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel (1844) donde se compara "la religión es el opio del pueblo". Marx era un defensor del ateísmo, aunque tampoco era dogmático en este punto. Pero esta tesis marxista se radicalizó en la Unión Soviética, y en muchos otros países de inspiración marxista. Como resultado hubo religiosos asesinados, deportaciones de creyentes, lugares de culto destruidos, instituciones religiosas abocadas al servicio del Estado: la competencia ideológica fue arrasada. 

Para Marx, la alienación religiosa es uno más de los elementos que explican el sometimiento del proletariado. Probablemente se habría sorprendido de ver cómo su fórmula fue interpretado en la práctica.



lunes, 20 de agosto de 2012

¿Y la "oposición"?... Bien, gracias... De Alguna Manera...

Los caminos de la oposición…


La debilidad opositora preocupa. A menudo es tema de comentarios negativos, que comprensiblemente fastidian a los dirigentes políticos; muchos de ellos trabajan arduamente y sienten que no se valora lo que hacen, sobre todo en el ámbito del Congreso. Pero no hay duda que la preocupación es justificada y que los comentaristas mediáticos no pueden sino expresarla.

Los grupos opositores tienen ante sí distintas opciones estratégicas. Ante la situación de dispersión y fragmentación imperante, hay intentos de unificar algunos espacios. Desde luego, no es nada simple; a los ojos del público general parece más simple de lo que realmente es. Muchos grupos políticos mantienen un sentido de su propia identidad –para ellos valiosa– que desde la mirada de la calle no parece relevante.

Hay otro problema: la imagen de muchos dirigentes en la opinión pública es más negativa que positiva. En política, para un ciudadano no politizado la suma de un número negativo y otro número negativo no da, aritméticamente, positivo; dos equipos de fútbol débiles no hacen, sumados, uno fuerte. Por eso, en las encuestas, las alianzas y uniones no despiertan entusiasmo.

Un dirigente del peronismo federal expuso hace pocos días un enfoque posible: un acuerdo, tan inclusivo como fuese posible, centrado en unos pocos aspectos programáticos muy básicos y un compromiso firme sobre las reglas que podrían conducir a una candidatura fuerte. Sobre la base de ese acuerdo quienes lo suscriban competirían en una primaria abierta, donde los votantes decidirían quiénes son los candidatos. Es el “modelo Alianza 1999”, o “Capriles” en la Venezuela de hoy.

Otro camino es esperar el surgimiento de un liderazgo atractivo capaz de convocar directamente a los votantes, sin pasar por los dirigentes. Es el “modelo Narváez 2009”. Es un camino que anticipa un intenso grado de competencia entre numerosos candidatos, y conlleva riesgos ciertos: que la competencia los desgaste a todos, o que simplemente no aparezca el liderazgo atractivo.

En todos los casos, a los grupos opositores les está faltando ciudadanía, participación de la gente. El vacío dejado por los partidos es difícil de llenar; pero es imprescindible que sea llenado. Tampoco el oficialismo lo hace. No es la participación de presos, marginales, conchabados por día o la capacidad de llenar un estadio lo que fortalece las raíces cívicas de la democracia; es la gente vinculándose voluntariamente a la política desde las bases.

Es posible que el Gobierno logre reforzar sus filas con grupos aguerridos y a la vez sectarios u oportunistas. No es un camino conducente al fortalecimiento de la representación democrática; entre eso y los números que surgen de las encuestas, por altos que estos puedan ser, no hay casi nada; y ese es precisamente el vacío que hay que llenar. El camino que sigue el Gobierno puede servir a propósitos de política interna, para marcar la cancha dentro del propio espacio oficialista; pero los votos no pasan por ahí. Si la oposición busca votos, debe buscarlos no en las magras filas de sus seguidores ya convencidos sino en esa ciudadanía expectante, enojada y a la vez escéptica, que puede ser convocada para reincorporarse a la política gradualmente. El modelo son los PAC norteamericanos.

La sociedad necesita consensos, pero también necesita ventilar sus disensos, que son muchos y no menores. Un camino para la construcción de opciones políticos es unir lo que hoy está separado, pero hay que pensar también en integrar lo desintegrado sin aspirar a simbiosis programáticas inviables. El modelo de la política de partidos que se desarrolló durante el siglo XX era divisivo por naturaleza; si estás en un partido no podés estar en otro, las camisetas son excluyentes y, en principio, el que no está conmigo está contra mí. Era, efectivamente, un modelo apropiado para sociedades muy homogéneas y establemente divididas, pero por eso mismo contaminado de elementos facciosos, los cuales servían para reforzar la identidad de los que estaban adentro de un grupo. Ese modelo está obsoleto. La gente imagina que puede estar cerca de alguien por un tema y no necesariamente por otros temas; no busca pertenencias estables y compromisos que no pueden ser puestos en discusión. Los partidos se fueron vaciando a medida que su modelo se desactualizaba en un mundo cambiante, y no fueron capaces de proponer otras formas de vinculación con los ciudadanos.

Tal vez los grupos políticos que sean capaces de convocar a la ciudadanía sobre premisas muy básicas y no sobre criterios excluyentes terminen siendo los que dispongan de más ventajas competitivas. En esa perspectiva, los líderes personalistas son menos decisivos que las organizaciones y los dirigentes capaces de gestionarlas.

© Escrito por Manuel Mora y Araujo, Profesor de la Universidad Torcuato Di Tella y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 17 de Agosto de 2012.