La premeditada estrategia del odio y la crueldad…
En el judaísmo es obligación moral de ayudar a los necesitados,
promoviendo equidad y dignidad. Pero si a lo del Presidente le queremos sumar
lo mágico alcanza con saber que el pastor del templo ¡¡¡logró el milagro de que
los pesos se conviertan en dolares!!!
Nada
es casualidad en el discurso del Gobierno, que tiene mucho de religioso.
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Nada es casualidad en todo esto, el discurso del Gobierno tiene mucho de
religioso. El ajuste económico se justifica en que Argentina ha venido
“pecando” a través de una fiesta interminable de dispendio de recursos del
Estado. Y entonces, ha llegado la hora de pagar la fiesta –el pecado– a través
del sacrificio del ajuste bajo el manto de buena vibra de las fuerzas del
cielo.
Es un discurso cerrado que genera en los creyentes que el sacrificio
vale la pena. Los libertarios expresan la crueldad sin complejos, donde la
bondad ha sido totalmente borrada. Aunque digan que circunscriben su crueldad a
los estatistas y los k es obvio que incluye, entre otros, a jubilados, médicos,
discapacitados.
El discurso de la crueldad y el del odio se tocan. Dice Sigmund Ginzberg
que lo que importa de una mentira no es su veracidad ni su verosimilitud sino
las emociones que despierta. Y el Presidente aún despierta emociones positivas
en un segmento del electorado que justifica el ajuste económico. Mientras tanto
la realidad comienza a penetrar en las provincias a través del gambito que hace
el gobierno nacional tener superávit fiscal generando problemas de
gobernabilidad a los gobernadores.
Hay que pagar sueldos, hay que evitar que las empresas cierren como
Topper, o que haya suspensión de tareas en Scania y en General Motors. No es
casualidad que 24 gobernadores de diferentes orientaciones políticas coincidan
en decirle al Ejecutivo nacional: “Tu superávit es a costa nuestra, danos
nuestro dinero”. Los Ejecutivos provinciales no están pensando en que el
Gobierno se caiga, están obligados a defenderse. En el juego perverso que ha
desarrollado el Ejecutivo la idea es que las virtudes sean propias y los
problemas, de otros.
Finalmente, la recesión económica, el que los sueldos no alcancen, el
cierre de empresas, los despidos, los problemas para sostener la salud, la
educación, la seguridad, los caminos en mal estado, el alto costo de las tarifas
en el interior generan un mal clima social. Todo ello recae en cabeza de los
gobernadores y terminará siendo su responsabilidad, si ellos no reaccionan, ya
está sucediendo que un sector de sus sociedades les echa la culpa por los
problemas derivados de la política económica nacional.
En paralelo, LLA les arma listas electorales propias desafiando al poder
local. Claro que la reacción de las provincias a través de sus brazos
legislativos preocupa al Gobierno. Ya no es el peronismo, ya no es el kirchnerismo,
ahora son todos.
Las fuerzas del cielo dicen que darán pelea y anuncian que obtendrán un
40% de votos en octubre. Como si estuviéramos hablando de números
extraordinarios para una elección de medio término o si ello significara algo
para 2027.
La historia muestra que Juntos por el Cambio obtuvo en 2017 42% de los votos y no reeligió, al tiempo que en 2005 y 2009 el peronismo apenas pasó los 30 puntos de votos y posteriormente ganó las presidenciales. Tampoco con 40% de votos habrá cambios sustantivos en el Parlamento, y el oficialismo continuará dependiendo de una política de alianzas para sacar leyes.