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lunes, 23 de abril de 2012

Teoría de los juegos en las medidas de Moreno… De Alguna Manera...

Teoría de los juegos en las medidas 
de Moreno…

 Ilustración de Pablo Blasberg

Ireversible” es una película francesa de 2002, dirigida por el argentino Gaspar Noé, que cobró celebridad por lo explícito de sus escenas de violencia. El título también le sienta bien a un debate de moda entre los economistas locales, en el que se intenta definir cuán “pasajeras” o “irreversibles” son las medidas de política económica adoptadas por el Gobierno en los últimos cuatro meses, de un mayor control del mercado cambiario y de las importaciones.

Buena parte de los economistas que defienden las decisiones aplicadas desde diciembre por Guillermo Moreno utilizan el siguiente argumento: “Las medidas de proteccionismo y de control cambiario no son aconsejables a priori, pero en un contexto de escasez de dólares pueden estar justificadas. De hecho, se frenó la fuga de capitales”.

Para Lucas Llach, profesor de la Di Tella y autor del blog “La ciencia maldita”, esta idea presenta un error conceptual: la actual dinámica está encerrada en un círculo vicioso que la hace muy difícil de revertir a futuro. “Si a un empresario se le da una señal para que produzca para sustituir importaciones, a futuro esa misma persona va a exigir que se cierre más la economía”, explica, “no es tan fácil volver atrás”.

El esquema que describe Llach se parece -salvando las distancias entre dos macroeconomías muy distintas- al que en su momento plantearon los economistas Daniel Heymann, Mariano Tomassi y Sebastián Galiani con la Convertibilidad y la teoría de los juegos, en una de las más elegantes estilizaciones propuestas para explicar la década del 90. En ese modelo se advertía una dinámica que se auto-profundizaba, y en la que los “costos de salida” son cada vez más elevados. Cada vez que surgían dudas con la caja de conversión y alguien sugería flexibilizarla, la respuesta del sistema era hacerse más rígido, con leyes de intangibilidad de depósitos, una nueva convocatoria a Domingo Cavallo, etc.

Los economistas que están viendo con preocupación este modelo advierten un sesgo anticrecimiento. Juan Llach, ex ministro de la Alianza y padre de Lucas, fue uno de los primeros en remarcar, el año pasado, este “cambio de régimen” con respecto a la economía de la primera etapa kirchnerista. Apreciación cambiaria, inflación elevada, deterioro fiscal, controles y proteccionismo son diferencias en variables centrales con respecto al período 2002-2007.

De otro lado, los optimistas -que son minoría entre los economistas-, subrayan que el actual es el Gobierno con mayor poder político de la historia, y por lo tanto con margen de maniobra para corregir sobre la marcha si se complica mucho el nivel de actividad.

A Lucas Llach, que tiene un doctorado en Historia en EE.UU., esta saga le hace acordar al segundo gobierno de Perón, con una economía más cerrada, menor crecimiento y conflictos distributivos. “El año clave que hay que mirar es 1959”, argumenta. Fue cuando Frondizi decidió liberar las tensiones acumuladas para atraer capitales del exterior, y la inflación, en una primera etapa, superó el 100%. Una película, por entonces, tan cruda como la de Gaspar Noé.

© Escrito por Sebastián Campanario y publicado por iEco de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 26 de Marzo de 2012.

Las viejas costumbres tardan en morir… De Alguna Manera...

Las viejas costumbres tardan en morir…

Ilustración de Pablo Blasberg.

Levantarse, apagar el despertador, lavarse los dientes, tomar le desayuno, llevar a los chicos al colegio, ir a la oficina, leer los diarios, chequear los mails.

Buena parte de nuestra vida -más de la que imaginamos- transcurre en piloto automático, en una suerte de círculo repetitivo que algunos neurocientíficos bautizaron como “el loop de la rutina”. Este estado se coordina desde los “ganglios básicos” del cerebro, y requiere mucha menos energía que el sistema que regula las decisiones a nivel consciente, y que tiene como base a la corteza prefrontal.

“Lo interesante es que lo que conocemos como el ‘loop’ de la rutina tiene en realidad tres componentes, y saber identificarlas puede ser muy útil para aprender a modificar hábitos que, en la práctica, son muy difíciles de cambiar”, explica Charles Duhigg, el periodista de New York Times que publicó hace tres meses el best seller de ‘pop-econ’ del momento: “The power of habits” (“el poder de la rutina”, aún no traducido). El primero de estos tres componentes es el “disparador”, que puede ser una sensación -tener hambre, sueño, etc.-, el segundo es el comportamiento rutinario en sí mismo, y luego viene una “recompensa”: “Algo que al cerebro ‘le satisface’, que parece decir: ‘recuerde este patrón para repetirlo en el futuro”, explica Duhigg.

Una de las principales conclusiones de neurocientíficos y expertos en ciencias cognitivas que investigan el tema de la rutina es que es muy difícil cambiar los tres elementos a la vez.

La clave está en mantener el disparador y la recompensa, pero modificar la conducta rutinaria. Duhigg cita el caso de Alcohólicos Anónimos, una entidad que ha demostrado ser muy exitosa porque sugiere encontrarse a compartir experiencias en reemplazo del hábito de ir al bar a socializar. Los mismos doce pasos aplicados en soledad, con un libro de autoayuda, no dan resultado.

Otra de las idea interesante es que los períodos en los que se da un “tsunami de cambios de hábitos” a la fuerza son muy propicios para cambiar conductas que se consideran nocivas.

Por ejemplo, las empresas de consumo masivo saben que la etapa del embarazo y la de los primeros meses del bebé son un lapso ideal para bombardear a madres y padres con mensajes publicitarios, porque están más propensos a cambiar la marca de café o de dentífrico que consumen. 

Otros momentos de “turbulencia” a nivel de rutinas son un divorcio o una mudanza. O unas vacaciones en un lugar desconocido.

“Por eso un viaje es una ocasión ideal para plantearse dejar de fumar o iniciar un deporte nuevo”, dice el autor de “The power...”, “las iniciativas de este tipo tomadas en tiempo de vacaciones han demostrado ser mucho más duraderas que aquellas que se asumen en momentos de trabajo”. Como dice la canción de Mick Jagger: “Los viejos hábitos tardan en morir”.

© Escrito por Sebastián Campanario y publicado por iEco de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 23 de Abril de 2012.