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domingo, 8 de diciembre de 2019

Mauricio, el cuco de Alberto Fernández… @dealgunamanra...

Mauricio, el cuco de Alberto Fernández…

Por la vuelta. Gustavo Beliz. Dibujo: Pablo Temes

El presidente electo les pidió prudencia y trabajo en equipo a quienes serán sus ministros y les recordó qué pasa si fracasan: “Viene Macri”.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 08/09/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


"Habemus gabinete”. Los rumores dieron paso a los hechos y desde el martes le tocará a cada uno de los ministros acompañar a Alberto Fernández en la difícil y titánica tarea de gobernar la Argentina.

El presidente electo decidió tener un gabinete numeroso. Mauricio Macri hizo lo mismo al comienzo de su gestión. No le sirvió de nada. El éxito de un gobierno no depende de la cantidad de ministerios.

El elenco ministerial es heterogéneo, en su mayoría moderado e integrado por personas que no tienen prontuario.  

Economía. El área económica quedó –una vez más– dividida: el ministro de Hacienda, Martín Guzmán, se encargará principalmente del tema de la deuda; y el de Producción, Matías Kulfas, de la economía de todos los días.

El tema de la deuda es, sin duda, un asunto capital. Si no se resuelve de una manera inteligente y realista, será imposible la implementación de cualquier plan económico con aspiraciones de éxito. Es una verdad de Perogrullo.

Alberto Fernández se inclinó por un ministro de Economía de un muy buen nivel académico, pero sin peso político propio.

He ahí un desafío, porque siempre ha resultado ser un problema la presencia en ese cargo de alguien sin poder propio. A Guzmán le pertenece la idea que cautivó a Alberto Fernández de no pedirle más plata prestada al Fondo Monetario Internacional. El poder político en el área económica lo tiene Kulfas, amigo de Guzmán. El Ministerio de la Producción va a manejar las áreas de Producción, Minería y Comercio, es decir, del corazón de la economía del país.

Relegado quedó Guillermo Nielsen. Sus críticas a Axel Kicillof fueron letales para sus posibilidades ministeriales. Es verdad que a él le interesaba el área de energía, pero su proyección –hasta hace tres semanas– era otra.

A mediados de noviembre, en ocasión de una conferencia que dio en Miami, Nielsen se encontró con Alejandro Werner –uno de los hombres del FMI que tiene a su cargo el caso argentino–, quien bajó desde Washington, para conocer sus ideas para la renegociación de la deuda. Relegados fueron también Emanuel Álvarez Agis y Martín Redrado.  

Bien y mal. La inclusión de Gustavo Beliz es elogiable. La de Carlos Zannini, no. El argumento que dio AF para explicar su designación fue decididamente malo: “No me lo impuso nadie”, dijo, y agregó que era  una reivindicación por los 107 días que estuvo injustamente preso.

Más allá de lo criticable de la prisión preventiva que padeció, Zannini está procesado en la sensible causa por la firma del memorándum de acuerdo entre la Argentina e Irán que Alberto Fernández supo criticar severamente.

Massa. En el reparto de cargos y cuotas de poder, a Sergio Massa le tocó el Ministerio de Transporte y AySA. A Transporte va el ex intendente de Junín Mario Meoni, amigo personal de Massa. Meoni es un hombre honesto proveniente del radicalismo, que se fue con Julio Cobos para luego recalar en el Frente Renovador. Persona de buen diálogo con todos y muy crítico del matrimonio Kirchner. No le será fácil lidiar con Moyano y otros.

A AySA va Malena Galmarini. Su designación causó sorpresa. AySA es una empresa estatal que, a través de los planes de construcción de la red de agua corriente y de cloacas, tiene una profunda penetración en el conurbano bonaerense. Galmarini aspira a repetir ahí la experiencia de su esposo en la Anses, el trampolín que le permitió salir del anonimato.

Kirchnerismo. La Anses y el PAMI han quedado bajo el ala del kirchnerismo. En la jerga del poder se los conoce como “la caja”. Manejan plata –mucha– y territorio. Tienen un valor estratégico.

Al PAMI va la hasta ahora diputada Laura Volnovich, especialista en temas de seguridad social que pertenece a La Cámpora. A la ANSES va Alejandro Vanoli, ex presidente del Banco Central, que durante su gestión representó exactamente lo contrario de la actitud de diálogo que pregona Alberto Fernández.  

Prudencia. El presidente electo les pidió a sus funcionarios prudencia y un trabajo en equipo y sin cortocircuitos “porque si no, ya saben lo que viene: Macri”.

Esa afirmación refleja con exactitud la ecuación política de los últimos años de la Argentina. Macri fue producto  del autoritarismo y de la intolerancia del matrimonio Kirchner, que dividió al peronismo y al país.

Viceversa, la vuelta al poder del peronismo y del kirchnerismo es producto de los graves errores cometidos por el actual gobierno y del efecto paradojal que produjo su actitud de fomentar la grieta que desembocó en la reunificación del peronismo disperso.

Mal discurso. El discurso de fin de mandato de Mauricio Macri fue en líneas generales, malo. Le faltó una autocrítica verdadera –decir que no se está satisfecho por los resultados económicos no es una autocrítica– y se ató al nuevo eslogan –“dejamos una vara alta”– con el que pretende darle a su gobierno un vuelo que no tuvo.

Eso no significa desconocerle el mérito de haber normalizado el Indec y restituido su credibilidad o la obra pública de calidad y sin sobreprecios. Pero decir que se “deja una vara alta”, que las bases de la economía están mejores con el 40% de pobreza, con récord  de inflación, con empresas suspendiendo personal, cerrando y/o entrando en default es no tener idea de la gravedad de la situación económica y social del país.

La alocución cayó mal, incluso, en muchos sectores de Cambiemos. “¿De qué país está hablando?; ¿dónde vive?”, se preguntaban muchos de sus dirigentes al escucharlo.

Macri termina su mandato con más del 60% de imagen negativa. Tan alto es el rechazo que genera que hasta puede perder hoy la elección en Boca, en la que equivocadamente se involucró, como reveló Juan Román Riquelme en la entrevista con Jorge Rial.    

En su discurso, Macri apeló al remanido recurso de repartir las culpas de la catástrofe económica que generó su gobierno entre la herencia recibida, la sequía, el escenario internacional y el resultado de las PASO. Es lo mismo que hacía –y hace– Cristina Fernández de Kirchner.





sábado, 7 de diciembre de 2019

Cristina no ha cambiado… @dealgunamanera…

Nelson Castro: “Alberto tiene personalidad pero está cristinizado”...

María O”Donnell y Ernesto Tenembaum recibieron a Nelson Castro.

© Publicado el viernes 06/06/2019 por www.canalnet.tv de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

María O”Donnell y Ernesto Tenembaum recibieron a Nelson Castro en Corea del Centro para hacer un análisis del gobierno que viene. El periodista enfatizó que el presidente electo, Alberto Fernández, “tiene personalidad, no es un títere, pero está cristinizado en referencia a Cristina Fernández de Kirchner) y Cristina no ha cambiado, es una persona enferma.

Además, Nelson Castro expresó que “si lo que viene es la división, van a fracasar”. También destacó que tanto en la gestión de Mauricio Macri como en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner el mayor peso fue la grieta y señaló que unir al país será más importante que la economía.

Video de la entrevista:

María O”Donnell y Ernesto Tenembaum recibieron a Nelson Castro.


lunes, 18 de enero de 2016

Nelson Castro sobre Víctor Hugo Morales... @dealgunamanera...

Nelson Castro se solidarizó con Víctor Hugo Morales...

Nelson se solidarizó con Víctor Hugo Morales...

Nelson Castro cuestionó el despido de Víctor Hugo: "Es una mancha negra para la democracia". El periodista, que compartía emisora con el uruguayo, lamentó su abrupta salida.

© Publicado el martes 12/01/2016 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El periodista Nelson Castro se solidarizó con su colega de Radio Continental, Víctor Hugo Morales tras el despido que hizo la emisora del relator uruguayo.

"Con Víctor Hugo Morales no compartimos nada en temas de visión política, nos separa un abismo de diferencia. Pero esto es lo importante porque la fuerza de la democracia es la pluralidad y la presencia de distintas voces", señaló el columnista de Perfil.

"Su ausencia representa una mancha negra para la democracia argentina, como la puede representar la de cualquier otro que piense diferente", afirmó el autor de Enfermos de Poder.

Además, Castro advirtió que le causa "dolor" ver que hay gente que se alegra con el hecho. "Me produce un impacto y una profunda pena que Víctor Hugo no esté más en Continental", remarcó en su programa de esa emisora.

"Me ha producido mucha pena ver que hay gente contenta con la salida de Víctor Hugo del micrófono de Continental. Me da pena porque está marcando lo que ocurre en Argentina que es la dificultad para aceptar el pensamiento del otro", agregó el conductor.

Pasó en Del Plata. En 2009, la radio de Electroingenería no le renovó el contrato a Nelson Castro y ni siquiera lo dejaron despedirse de los oyentes. En ese entonces, Víctor Hugo se solidarizó con su colega: "Creo que para Nelson debe ser también un alivio no tener que trabajar para una radio comprada por gente del gobierno”.

Yo vivo rezando para que esto no siga avanzando, porque sé que esta gente va por todo y sobre todo por los medios", dijo por ese entonces. "Es una desgracia, hasta yo me siento amenazado. Estoy muy triste con el negocio que se está haciendo con el mundo de los medios de comunicación", remarcó.

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miércoles, 19 de noviembre de 2014

Hybris, la enfermedad del poder... De Alguna Manera...

Hybris, la enfermedad del poder (I)...


Los griegos no tenían la noción monoteísta de “pecado”. Creían que el ser humano era mortal, que estaba determinado a vivir un destino contra el que no debía rebelarse. La peor falta que podía cometer era la hybris, la desmesura, que llevaba a los poderosos a competir con los dioses, que, enfurecidos, enviaban a Némesis para conducir al prepotente a la tragedia. En Grecia nació la democracia para evitar la tiranía, dividiendo los poderes, limitando a un año el período de sus gobernantes, prohibiendo toda reelección y escogiéndolos por sorteo para evitar la demagogia de los oradores y los sobornos de los ricos. Herodoto decía que los dioses atacan a los que presumen de su grandeza, destruyen con rayos a los árboles más altos y a las construcciones más ostentosas, humillan a los poderosos y nunca atacan a los más pequeños. La hybris es un concepto que cruza toda la cultura griega, explicando la derrota de Jerjes en Los persas de Esquilo, la tragedia de Icaro y la Guerra de Troya.

El tema de los desequilibrios psicológicos y la personalidad de los líderes se ha estudiado en muchos libros, como el de Freud sobre el presidente Wilson, el clásico Psychopathology and Politics de Harold Lasswell, algunos trabajos de Eysenck y dos libros publicados hace poco, El síndrome de la Moncloa, de Pilar Cernuda, y La salud mental de los políticos, de José Cabrera Forneiro. En el campo de la historia, Toynbee mencionó la hybris como una de las causas del colapso de las civilizaciones. Ian Kershaw, el mayor estudioso del nazismo, usó el concepto en la biografía en dos tomos Hitler, 1889-1936: Hubris y Hitler, 1936-1945: Némesis, que completa su monumental obra, estudiando fuentes abiertas recientemente por Rusia, como los diarios de Goebbels. En el primer volumen Kershaw recrea el mundo del joven Hitler, artista frustrado, poco atractivo intelectualmente, lector obsesivo, antisemita fanático, que se sintió llamado a cumplir una misión divina. Kershaw se pregunta cómo fue posible que alguien como él ganara las elecciones de 1933, consiguiera el apoyo fanático de la mayoría de los alemanes y llevara adelante un proyecto político tan brutal y sanguinario. El tomo termina en 1936, cuando la hybris que lo impulsó inicialmente cede su lugar a Némesis. En el segundo volumen, el extravío de la realidad y la prepotencia conducen a Hitler a la tragedia y Némesis castiga a quien desafió al destino. 

El libro de Riccardo Orizio Hablando con el demonio trae apasionantes entrevistas con encarnaciones de hybris que soñaron con modelos totalitarios: el mariscal de campo y vencedor del Imperio Británico Idi Amin Dada, el emperador de Africa Central Jean Bedel Bokkasa; la viuda de Enver Hoxha; Mengistu Haile Mariam y otros. No llegó a entrevistar a Muamar Kadafi, héroe admirado por los jóvenes revolucionarios de los 70 que creyeron en su compromiso revolucionario, que lo había llevado a vivir en una carpa, renunciando a todo cargo y a disolver el Estado para que nadie pudiera concentrar poder ni riquezas. Murió humillado, blandiendo un revólver de oro macizo, torturado brutalmente por un grupo de salvajes que lo sodomizó con una botella, mientras sus parientes huían de fastuosos palacios llenos de joyas y lujos extravagantes. Némesis fue con él tan cruel como había sido la enormidad de su hybris.

© Escrito por Jaime Durán Barba, profesor en George Washington University el domingo 08/09/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Todo el contenido publicado es de exclusiva propiedad de la persona que firma, así como las responsabilidades derivadas.


Hybris, la enfermedad del poder (II)...


En 2009, David Owen y Jonathan Davidson publicaron en la revista Journal of Neurology el artículo “Síndrome de hybris: ¿un desorden de personalidad adquirido?”, iniciando una polémica que creció con la edición de En el poder y en la enfermedad y The Hubris Syndrome: Bush, Blair and the Intoxication of Power. Owen es neurólogo, diplomático, militante socialista, ex canciller del Reino Unido; Davidson psiquiatra, profesor de la Universidad de Duke. Los libros fueron acogidos por intelectuales progresistas, y rechazados por cortesanos que dijeron que los autores acusaban a Bush y Blair de “locos”. 

Los incondicionales de los presidentes son con frecuencia bastante ignorantes, no están para pensar sino para adular y fueron incapaces de distinguir entre “síndrome” y la categoría “loco”, que desapareció hace años del lenguaje de los psicólogos. En el poder y en la enfermedad explica la política mundial desde una perspectiva holística, tomando en cuenta las enfermedades y el síndrome de hybris del Sha Reza Palevi, Kennedy, Hitler, Stalin y otros. Termina con una reflexión acerca de los problemas que padecen las sociedades como consecuencia de las dolencias físicas y psicológicas de sus líderes y las medidas que pueden tomar para protegerse. El libro sobre la intoxicación del poder es más completo, describe con detalle el síndrome de hybris de Bush y Blair, al que atribuye las graves equivocaciones que cometieron a propósito de la invasión a Irak. 

Las frases entre comillas están traducidas directamente del texto de Owen. “Los políticos víctimas del hybris tienen una propensión narcisista a ver la realidad como una arena en la que pueden ejercer el poder y buscar la gloria”. Se comportan de manera impulsiva, creen ser infalibles, hablan de sí mismos usando el plural mayestático “nosotros” o en tercera persona, como si fuesen voceros de un “presidente” a quien admiran. Se sienten responsables de un modelo o de una misión histórica, que los pone por sobre la ética que rige para la gente común, pero no para ellos, que encarnan la historia. Cuando Bush y Blair manipularon la información y mintieron acerca de las armas químicas, no creyeron que cometían una falta, por la trascendencia de los fines que perseguían. “Creían que no debían rendir cuentas a la opinión pública, sino solamente ante el tribunal de la historia y de Dios que les glorificarán”.

Los afectados por el hybris creen que son el centro del universo y que todos conspiran en su contra. Cuando el 11S Bush declaró “seguiremos defendiendo la libertad y todo lo bueno que existe en este mundo... Este enemigo ha atacado a todos los pueblos amantes de la libertad... ”. Para ellos todo lo que existe participa de la lucha entre ellos, que son el bien, y sus enemigos imaginarios o reales, que son el mal. Tratan de concentrar el poder que pueden, pero al mismo tiempo se presentan como víctimas potenciales de personas u organizaciones misteriosas. 

La categoría hybris es útil para estudiar el comportamiento de líderes de países democráticos como Bush y Blair, ayuda a entender a dictadores como Hitler y Stalin y también la psicología de algunos caudillos pintorescos del tercer mundo como Pol Pot, que asesinó a millones de camboyanos, o Abimael Guzmán, que produjo una masacre en Perú, ambos ciegos de vanidad, suponiendo que eran los líderes más esclarecidos de la historia de la humanidad. En esta época de la insoportable levedad del ser, unos pocos dictadores tropicales protagonizan la versión cantinflesca del hybris hablando con pajaritos y resucitando una caricatura grotesca de los 70. Los síntomas del hybris se agudizan cuando los líderes permanecen en el poder mucho tiempo y se rodean por incondicionales que nunca los contradicen, aplauden sus errores, les extravían de la realidad. Son los mensajeros de Némesis que les conducen a la tragedia.

© Escrito por Jaime Durán Barba, profesor en George Washington University el domingo 22/09/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Todo el contenido publicado es de exclusiva propiedad de la persona que firma, así como las responsabilidades derivadas.
 

domingo, 14 de septiembre de 2014

Errónea estrategia del Gobierno Nacional... De Alguna Manera...

No sirve de nada…

Solo le pido... Cistina Fernández de Kirchner. Foto: Pablo Temes

Errónea estrategia K. El relato en torno a la ley de pago soberano. Viaje al Vaticano y reto a las automotrices.

La mayoría de los bonistas no va a aceptar la propuesta del cambio de sede para el cobro de sus acreencias”. Esta fue la frase con la que Axel Kicillof se sinceró frente a los legisladores de las distintas comisiones ante las que defendió las “bondades” del proyecto gubernamental aprobado por el Congreso y rápidamente promulgado por la Presidenta. A la luz de tamaña confesión, es poco más lo que se puede agregar. La medida no servirá de nada. La estrategia del Gobierno es ganar tiempo y llegar al 1° de enero de 2014 –momento en el que la RUFO habrá vencido– para iniciar una negociación con los holdouts en busca de un arreglo que ponga fin al litigio. En ese sentido, las últimas decisiones del juez Thomas Griesa vienen ayudando: no sólo no declaró a la Argentina en desacato sino que, además, el miércoles pasado rechazó el pedido del fondo NML para que el Citibank informara sobre cuentas en la Argentina.

La última reunión del sector automotor con la Presidenta efectivamente no fue un lecho de rosas. Participaron las principales empresas del sector, representantes de las concesionarias y gremialistas del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata). Fuentes que conocen al detalle los diálogos –picantes y en tono elevado– que tuvieron lugar en ese cónclave aseguran que el reto presidencial tuvo como destinatarios principales a los representantes de Fiat, Volkswagen y del sector gremial, que no estuvo representado por el secretario general, Ricardo Pignanelli, sino por su adjunto, Mario Manrique.

A los primeros, Cristina Fernández de Kirchner les recriminó en durísimos términos el hecho de haber enviado a todas las concesionarias Fiat un cuestionario preguntándoles qué opinaban del plan Pro.Cre.Auto. Según su criterio, ese formulario inducía a respuestas negativas respecto del plan lanzado por el Gobierno. No hubo derecho a réplica; la primera mandataria puso sobre la mesa una copia de dicha encuesta y la leyó en voz alta, llena de furia.

A los representantes de Volkswagen les echó en cara no haber endurecido su postura ante los reclamos de la central de Brasil referidos al atraso en el pago de importaciones y la amenaza de cortar el envío de productos desde allí a la Argentina. Como ya se dijo en esta columna, es cada vez mayor el número de empresarios que, a nivel mundial, no quieren tener otra Venezuela entre su cartera de clientes.

Con todo, la nota más fuerte llegó con la lista de reproches a la dirigencia del Smata. Manrique tuvo que soportar que la Presidenta le enrostrara la falta de acción del gremio ante los despidos y suspensiones dispuestos por las automotrices: “Ustedes no defendieron a los trabajadores ante las medidas tomadas por los empresarios y yo tuve que bancarme a toda la ‘zurda’ cortando rutas y calles”, gritó desencajada Fernández de Kirchner.

Sin dudas esto explica el show montado por un reducido grupo de gremialistas del sector en uno de los balcones de la Cámara de Diputados, insultando y protestando ante cada una de las intervenciones de los legisladores de la izquierda y del resto de la oposición durante la sesión en la que se aprobó la ley de cambio de sede de pago a los bonistas de la deuda.

En Economía, confirmaron todas estas versiones. El ala técnica de funcionarios que no responde directamente a los camporistas asegura que  la situación volverá a tensarse como consecuencia de la falta de dólares y de la inflación. La presión que sobre la divisa estadounidense ejerce el aumento de los precios licúa los efectos de las correcciones realizadas en el tipo de cambio. “El componente ideológico del así llamado ‘modelo’ continuará acentuando las intervenciones estatales en cada sector donde la urgencia lo requiera. El barco se mantendrá a flote con el monitoreo diario, pero las urgencias harán imposible pensar a mediano plazo y generar previsibilidad. Eso es algo que, a esta altura del mandato, en el Gobierno no le importa a casi nadie”, aseguran las voces técnicas del Ministerio de Economía.

A la luz de estas alternativas, el aumento de la conflictividad social es una de las circunstancias que pueblan el horizonte de la vida política argentina de aquí hasta el final del mandato de Fernández de Kirchner. Se sabe que la preocupación del Sumo Pontífice por esta situación es permanente. Todos los que con él han hablado le han escuchado –a modo de prédica– la misma frase: “Hay que cuidar a Cristina”. Esto es producto, además, de una relación de amistad personal que nació entre ellos luego de aquel primer encuentro que mantuvieron un día antes de la asunción formal de Francisco, el 18 de marzo de 2013. En ese marco, pues, debe analizarse su próximo encuentro con la Presidenta.

La anécdota que llevó a su concreción fue la siguiente.Dos o tres días después del accidente en el que fallecieron la esposa y los dos pequeños hijos del sobrino del Papa, Emanuel Horacio Bergoglio, un secretario de la Presidencia llamó a la periodista Alicia Barrios, a quien le manifestó que la jefa de Estado quería comunicarse con Francisco sin pasar por los canales formales del protocolo diplomático. Barrios, amiga desde los tiempos en que el entonces cardenal Jorge Bergoglio padecía con estoicismo los embates y el ninguneo a los que lo sometía el kirchnerismo, telefoneó al Vaticano y tuvo una respuesta inmediata. La comunicación entre el Santo Padre y la Presidenta quedó fijada para la tarde de ese mismo día. En esa conversación, Francisco –afectado por la imposibilidad de estar cerca de su familia en esa instancia trágica– le manifestó a la jefa de Estado que le gustaría verla durante el transcurso de algún viaje que la llevara cerca de Roma. Esa “cercanía” la dio Nueva York, en donde Fernández de Kirchner deberá participar de la apertura de las sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Tras consultar su agenda, el Santo Padre fijó la fecha del encuentro –un almuerzo– para el próximo sábado al mediodía.

Los memoriosos recuerdan que, durante el cónclave que culminó con la elección del papa Benedicto XVI, Néstor Kirchner hizo todo lo posible para boicotear la postulación del entonces cardenal Bergoglio. “Si lo eligen papa, nos va a manejar el gobierno desde Roma”, repetía sin tapujos por esos días el ex presidente. La Argentina, una paradoja permanente.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro el Sábado 13/09/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.