Objetivo Global 3:
Asegurar vidas saludables...
Entramos en el mes de
Septiembre y dentro de unos días serán firmados en la Cumbre de Nueva York, los
Objetivos Globales por parte de todos países involucrados. En la misma página (www.globalgoals.org), podéis acompañar las últimas noticias sobre este
tema.
Hoy seguiré adelante con
los análisis sobre estos objetivos, escribiendo sobre la salud. Veremos cómo
está el panorama general de la salud en el mundo y los principales cambios que
deben ser realizados para que todos tengamos una buena calidad de vida.
Las diferencias en los
ingresos y gastos de los países es el factor determinante en sus sistemas de
salud. La manera como son concebidos, gestionados y financiados influye en la
vida y en los medios de subsistencia de la población. El termómetro entre
sistemas de salud eficaces y deficientes son los niveles de mortalidad,
discapacidad, empobrecimiento, humillación y desesperación relacionados.
Asimismo, para poder actuar
sobre la base de mediciones de desempeño, las autoridades correspondientes
deben comprender claramente las principales funciones de los sistemas de salud.
Son ellas: la prestación de servicios; la generación de recursos humanos y
físicos que hagan posible dicha prestación de servicios; la obtención y medios
que generen los recursos necesarios para sostener la atención sanitaria; y la
rectoría, que es la regulación y seguimiento de las normativas sanitarias a los
involucrados.
Todos los días, las
vidas de muchas personas dependen de los sistemas de salud. Estos sistemas
tienen una responsabilidad fundamental y permanente en nuestras vidas y son
indispensables para asegurar el desarrollo saludable de la población.
La mejora de la salud no
es el principal objetivo de los sistemas de salud. Más allá del interés
profesional por el bienestar físico y mental de todos, estos sistemas adoptan
una posición más amplia en la cual intenta reconocer el papel que cada persona
representa como prestador y consumidor de servicios sanitarios, contribuyente
financiero, agente de salud y ciudadano participativo en su gestión
responsable. Asimismo analiza la manera de tratar las desigualdades, responder
a las expectativas de la población, el grado de dignidad, derecho y libertad de
las personas.
Se espera alcanzar la
salud en todos los pueblos, a fin de eliminar las desigualdades dentro y entre
los países con el incremento de los sistemas de salud. En Europa, esta acción
depende, fundamentalmente, de la eficacia de estos mismos sistemas de los
Estados Miembros. Su fortalecimiento se clasifica como una de las cuatro
orientaciones de la Organización Mundial de Salud (OMS). Las otras tres son:
reducción del exceso de la mortalidad en zonas precarias, afrontamiento de los
principales factores de riesgo, posicionamiento de la salud en el programa de
acción a favor del desarrollo.
En todos los sistemas
hay muchas personas altamente capacitadas y comprometidas realizando trabajos a
todos los niveles para mejorar la salud de sus regiones. Entretanto, los
sistemas mal estructurados, mal gestionados, mal organizados y con
financiaciones inadecuadas conllevan al desperdicio del potencial que poseen y
causan perjuicios. Esos fallos se tornan evidentes a través del número de
defunciones y prevenibles, del nivel de sufrimiento injustificado, de las
situaciones injustas, de la inequidad y negación de los derechos básicos de
cada individuo. Sabemos que los más afectados por estas conductas son los más
pobres.
La responsabilidad del
desempeño de la salud de un país es del gobierno y por lo tanto, los
ministerios competentes deben asumir gran parte de la rectoría de los sistemas
sanitarios. Si por un lado, la rectoría define la perspectiva y orientación de
las políticas de salud, ejerce influencia bajo actividades de reglamentación y
promoción, reúne y utiliza las informaciones necesarias; por otro lado, las
políticas y estrategias de salud deben incluir prestaciones y financiaciones
privadas y financiaciones y actividades públicas. De este modo, se hace posible
concretar las metas de interés público que puede extenderse a una movilización
de acción colectiva entre países con la finalidad de producir bienes públicos
de interés mundial. Cabe a la política reconocer los tres retos del sistema de
salud e identificar las estrategias oportunas para lograr cada una de ellas.
No obstante, los
ministerios de salud demuestran que centran su atención en el sector público y
desconsideran la asistencia privada. Y hay que tener en cuenta que la
proporción de financiación privada de la salud es superior en los países menos
desarrollados, en los cuales no hay una política clara respecto al tema.
Para ofrecer un servicio
de mejor calidad es necesario, prioritariamente, supervisar y regular los
proveedores y las aseguradoras del sector privado y a la vez, impulsar el
desempeño por medio de incentivos e información adecuada. En el mismo sentido,
debe haber una organización que determine el contenido de los paquetes de
prestaciones para todos, dando prioridad a las enfermedades locales más
incidentes y los costes. En síntesis, es necesario formular una estrategia que
promueva la autorregulación del sector, informe a los consumidores sobre el
impacto en su salud y vigile los cambios comportamentales asociados a la
descentralización de la autoridad sobre los recursos y servicios ofrecidos.
El punto crítico de todo
lo que ha sido expuesto es la inclusión de los pobres en los sistemas de salud
de países menos desarrollados, en los cuales la atención sanitaria que
prevalece es privada y por lo tanto, depende de ingresos por parte de la
población en un escenario de político débil e ineficiente.
En teoría, sabemos lo
que debe ser hecho y cómo debe ser hecho, pero no sabemos si el objetivo
propuesto es factible en esas regiones.
Pensemos que el
acercamiento entre los países está creando una nueva percepción que afecta a
cada uno de nosotros y las próximas generaciones. Si cada ciudadano asume una
postura íntegra y más consciente, aunque las políticas sean débiles, la
realidad puede transformarse, en algo más de 15 años.
Referencias
Bibliográficas:
ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE
LA SALUD, Informe sobre la salud en el mundo 2000.
© Escrito por Fernanda Madeiros y publicado el domingo
13/09/2015 por MSD Idiomas, de la ciudad de Madrid, España.
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