Mostrando las entradas con la etiqueta Patricia Bullrich. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Patricia Bullrich. Mostrar todas las entradas

domingo, 23 de julio de 2023

Vamos viendo. El ritmo lo marca el Fondo… @dealgunamaneraok...

 El ritmo lo marca el Fondo…


“Rebencazo cósmico... de qué planeta viniste” Kristalina Georgieva. Dibujo: Pablo Temes.

La suerte del Gobierno dependerá en gran parte de cómo marchen las negociaciones en Washington. En Juntos, todo es disputa.


© Escrito por Nelson Castro el sábado 23/07/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

El Gobierno raspa el fondo de la olla en búsqueda de los dólares que no tiene. La dura negociación con el Fondo Monetario Internacional lo complica todos los días. Sergio Massa creyó que, a la manera de un encantador de serpientes, iba a poder convencer a los duros del board del directorio del organismo internacional de las maravillas de su plan “vamos viendo”. Creyó que con el despliegue de sonrisas para las varias fotos que ya se sacó con Kristalina Georgieva sería suficiente para destrabar cualquier negociación. Evidentemente, no hizo una buena lectura de la situación interna del FMI.  El Gobierno raspa el fondo de la olla en búsqueda de los dólares que no tiene. La dura negociación con el Fondo Monetario Internacional lo complica todos los días. Sergio Massa creyó que, a la manera de un encantador de serpientes, iba a poder convencer a los duros del board del directorio del organismo internacional de las maravillas de su plan “vamos viendo”. Creyó que con el despliegue de sonrisas para las varias fotos que ya se sacó con Kristalina Georgieva sería suficiente para destrabar cualquier negociación. Evidentemente, no hizo una buena lectura de la situación interna del FMI.

La directora gerenta no puede hacer nada por sí sola. Debe contar con el apoyo de los directores que pertenecen a los países claves. Ese apoyo, hasta hoy, no está. No significa que no pueda aparecer en la semana que comienza ante el vencimiento que tiene que afrontar el Gobierno. Lo que expresa este complejo momento es que la “magia” del ministro candidato está en declive. Es lo que refleja el aumento incesante del dólar blue, cuya consecuencia, como siempre, sufre la ciudadanía. Cuando el dólar paralelo sube, suben también los precios. Es inevitable.

Otro de los efectos de mayor impacto es el de la reducción de las importaciones. Subyace en muchos la equivocada idea de que la caída de las importaciones afecta a productos terminados o bienes suntuarios. Es la cantinela que quedó de las épocas de Guillermo Moreno como secretario de Comercio Interior y su fracaso absoluto. Se trata de un grueso error. En estos días se conoció el reclamo de las principales cámaras y entidades que proveen equipamiento, insumos, reactivos y elementos críticos para el diagnóstico. Denunciaron que “por las actuales restricciones normativas y cambiarias se les impide el normal abastecimiento del sistema sanitario”.


Un espectáculo decadente


De persistir esta situación se complicará aún más la realización de procedimientos médicos, intervenciones quirúrgicas de distintas especialidades, trasplantes, análisis de laboratorio y tratamientos odontológicos. Esto no solo afecta al sistema de salud privado, sino también al público. Uno de los empresarios del sector habló estos días con Sergio Massa para alertarlo sobre la situación. La respuesta que recibió lo dejó ensimismado: “No hay más dólares para nadie”, le dijo en tono cortante el ministro. La falta de previsión otra vez mostró su cara más dramática. Hace al menos seis meses, un empresario que pidió reserva de su nombre ya había levantado la voz para denunciar la falta de medicamentos para la epilepsia en menores de edad y la lentitud del trámite para su ingreso. En la misma línea y para tener una pintura exacta de lo que venía sucediendo, bancos, empresas de pagos y crédito carecían de los plásticos y chips para abastecer de tarjetas de débito y crédito a sus clientes. Esta es la realidad de un país que navega por aguas turbulentas. 

En materia de política electoral el oficialismo tampoco la pasa bien. A mediados de junio último, los intendentes habían recibido la indicación directa de potenciar a Wado de Pedro –el candidato que no fue–. Esa bajada de línea había llegado de parte de Máximo Kirchner y llegó a cada uno de los intendentes bonaerenses que responden a CFK. Al día de hoy la realidad es otra. Esos mismos jefes comunales deben tragarse el sapo de Massa, a quien infinidad de veces habían tildado de traidor. Tampoco se sienten cómodos cruzando de vereda para apoyar a Juan Grabois, rival interno del tigrense que los llevaría a una derrota segura. La tentación de ir con una boleta corta sobrevoló diferentes territorios pero 
Axel Kicillof está trabajando a destajo para que eso no sea posible justo en el distrito donde el oficialismo tiene chances reales de ganar. Es imperioso contener la tropa sea como sea. Sin embargo, el gobernador no tiene grandes ofertas para seducirlos. El contexto económico dominado por la crisis lo obligó a reunirse con los jefes comunales en la gobernación bonaerense y comunicarles que no tendrán la posibilidad de hacer inauguraciones con cortes de cinta y ampulosas recorridas en territorio.

Un Massa para cada gusto 

Más aún, les pidió un detalle de las obras en marcha en sus distritos para delimitar una hoja de ruta acotada que les permita mostrar gestión. “Esta será una campaña que traccione de abajo hacia arriba. Hay intendentes que en sus distritos miden mucho mejor que los candidatos nacionales. Con el respaldo del gobernador y la fuerza de los caciques territoriales estamos en condiciones de salir a dar pelea” –aseguró un peronista que conoce el armado interno de varios municipios–.  

Aun así, en algunas localidades persisten los problemas de cartel y los enfrentamientos clásicos entre peronistas y camporistas. Un claro ejemplo se vive en la localidad de Hurlingham, donde Juanchi Zabaleta intentará recuperar su tierra y deberá enfrentar en unas PASO dentro de Unión por la Patria a Damián Selci, fogoneado por Máximo Kirchner, que sigue haciendo de las suyas. 

Así y todo, hay entre los intendentes peronistas un sentimiento de reivindicación y revancha. Saben que Axel Kicillof los necesita y se frotan las manos cada vez que “el chiquito” les pide que trabajen en pos de la participación del electorado en las primarias. Reunir masa crítica será clave en esta elección.

Camino largo y tedioso


Es, en definitiva, un reconocimiento al poder territorial. Sin embargo, más allá de los armados internos, la suerte del Gobierno dependerá en gran medida del ritmo en el que se desarrollen las negociaciones con el Fondo. 

La oposición acarrea los mismos problemas de siempre. No logra salir de su pelea furibunda que genera vergüenza, cansancio y enojo entre los votantes. Nadie está dispuesto a ceder un ápice y todos creen alzarse con la razón. En el espacio comandado por 
Horacio Rodríguez Larreta se lamentan por el golpazo que significa la caída en la intención de voto en su propio distrito a manos de Patricia Bullrich. Los porteños parecen darle vuelta la cara a su jefe de Gobierno, y las encuestas –muchas de las cuales no se publican– le dan una ventaja a la exministra de Seguridad de más de 10 puntos en CABA.

Entre tanto, el alcalde porteño se regocija con una leve ventaja en el Conurbano y el reciente triunfo en la provincia de Santa Fe. En el búnker de los bullrichistas aseguran que arrasan en el interior bonaerense y en las provincias más tradicionales. Pero una preocupación los aqueja por estas horas: saben muy bien que el aparato fiscalizador de HRL de la mano de una parte importante del radicalismo es marcadamente superior y esta será una elección que deberá ganarse en todos los frentes. Lamentablemente las disputas de poder continúan por encima de los problemas de la gente.




   



domingo, 16 de julio de 2023

Chicanas y Agresiones. Un espectáculo decadente... @dealgunamaneraok...

 Un espectáculo decadente…


Sin lugar a dudas estamos ante la campaña más pobre, desordenada y carente de contenido de los últimos 30 años. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 15/07/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

En el círculo áulico que rodea al ministro de Economía había caras de alegría y un sentimiento de euforia el jueves tras la difusión del índice de inflación de junio. El 6% clavado sorprendió a propios y extraños. Por lo bajo, no fueron pocos los que en el Gobierno le bajaron el tono inmediatamente a la algazara. 

“En los bolsillos de la gente esto no hace ninguna diferencia”, se sinceraba un funcionario con contacto diario con la calle. Le asistía la razón. El índice de Precios al Consumidor toma como precios de referencia aquellos que el Gobierno congeló. El problema es que la disponibilidad de los productos que entran en ese acuerdo es siempre limitada. A muchísima gente se le hace literalmente imposible acceder a esa mercadería. Debe conformarse a comprar lo que encuentra a un valor que supera el de los precios acordados. Pero no sólo el bolsillo de la gente no guarda relación con la euforia gubernamental. Tampoco el dólar parece haber tomado nota de lo que el oficialismo presenta como una baja de la inflación. Los 27 pesos que aumentó el dólar blue en esta última semana, expresa no sólo las idas y vueltas para cerrar un acuerdo con el Fondo Monetario, sino también la vulnerabilidad de la economía argentina. Por más que el relato intenta mostrar lo contrario, todo está atado con alambres.

De nada de esto habla Sergio Massa en sus apariciones públicas. Es evidente que, aunque lo niegue, ya tiene puesto el traje de candidato y eso se deja ver en todo lo que hace. Piensa que con un sobreactuado despliegue de actos e inauguraciones todo se tapa. Esto es propio de los que se sienten en una posición de debilidad. Es la que hoy en día exhibe el ministro. Una de las consecuencias de tal debilidad es el sesgo que ha adquirido su campaña, basada principalmente en el ataque a sus adversarios. En el Gobierno han vuelto a echar mano al recurso del miedo para cooptar votos bajo pretexto de que si ellos no son gobierno, sobrevendrá la debacle.

Un Massa para cada gusto


¿Se puede estar aún peor? Todo lo que hay son afirmaciones negativas y acusaciones contra sus adversarios. Una campaña electoral pivota sobre esas premisas cuando no hay nada positivo que mostrarle a la sociedad. Es lo que le está pasando al oficialismo: no hay logros económicos; la inseguridad reina por doquier, la salud pública está colapsada, la educación pública con un deterioro imparable y el narcotráfico enseñoreado en extensas zonas del país. El nivel de desorden y decadencia que azota al país es fácilmente palpable en cada uno de los ámbitos de la vida diaria. La gente ya no puede más.

Massa está convencido de que, si en la interna de No tan 
Juntos por el Cambio se impusiera Patricia Bullrich, sus chances de ganar la elección en octubre aumentarán. Hacia ella apunta. Es la rival perfecta para polarizar en un eventual ballottage. La ideología siempre manda. En su entorno se esfuerzan por recordar las condiciones en las que asumió: “Sergio se hizo cargo de la Argentina cuando nadie más quería tomar el mando. Logró darle estabilidad a un gobierno que estaba terminado. Como dijo la vicepresidenta no arrugó y va para adelante, eso nadie lo puede negar”. La kirchnerización del tigrense tampoco es algo que se pueda negar. El ministro y candidato necesita impregnarse de kirchnerismo duro para evitar que esos votos terminen en manos de su competidor en la interna, Juan Grabois. Años atrás juró que no volvería a calzarse el traje K y que iba a “barrer con los ñoquis de La Cámpora”; ahora necesita convencer a todo su espacio que, nuevamente, es uno de ellos. La vice en funciones sabe que, por el momento, es la mejor carta que tiene en el mazo y no duda en elogiarlo públicamente aunque para ello deba taparse la nariz.

Camino largo y tedioso

La inauguración del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner es un episodio de esta campaña pobre en ideas que merece un capítulo aparte. La obra debió haber estado terminada mucho tiempo atrás. Pasaron al menos dos años de gastos innecesarios en materia energética que se traducen en más de 5 mil millones de dólares despilfarrados por la inoperancia. Hay además, una investigación muy bien documentada del colega de CNN Ignacio Grimaldi quien sacó a la luz reuniones secretas entre el Gobierno y empresarios de Techint meses antes de la licitación para la construcción del tramo final del gasoducto que terminó en manos de esa empresa. Las licitaciones en obra pública siempre fueron el talón de Aquiles del kirchnerismo y la puerta de entrada a los negocios propios y la corrupción. La Justicia deberá investigar estos últimos episodios.

En el acto inaugural se los vio “unidos y organizados”. Allí compartieron escena CFK, Alberto Fernández y el propio Sergio Massa para una simulación de puesta en marcha que fue sencillamente vergonzosa. Al día siguiente, comenzaron a circular los videos tomados por los verdaderos operarios y trabajadores del lugar que mostraban cómo se desmontaron los caños que luego fueron llevados en camiones con destino incierto. Todo fue una farsa para alimentar la campaña. Las explicaciones posteriores del Gobierno pasaron a formar parte del relato al que nos tienen acostumbrados.

Un tembladeral


La oposición tampoco fue capaz de dar una imagen superadora. Allí nadie tiene siquiera la intención de bajarle el tono a las disputas internas. Mucho menos la conciencia del daño que le están haciendo al proceso democrático lavando constantemente los trapitos al sol sin discutir ideas o proyectos de país que puedan poner a disposición de los votantes.


La ausencia de debate propiamente dicho, le quita a la campaña su razón de ser. El ciudadano deberá acudir a las urnas con muy poca información de calidad acerca de lo que realmente harán los candidatos que se disputan el poder. Sin más, lo que domina la escena es la agenda política –de los políticos– basada en la chicana, los personalismos y las agresiones que poco aportan a la esencia del proceso electoral.


La brecha que separa las preocupaciones de los ciudadanos de a pie con el espectáculo decadente que venden quienes aspiran a ocupar un cargo es abismal. Sin lugar a dudas estamos ante la campaña más pobre, desordenada y carente de contenido de los últimos 30 años. La dirigencia política toda, está en deuda con los argentinos –una vez más–.




   

domingo, 9 de julio de 2023

Un Massa para cada gusto… @dealgunamaneraok...

 Un Massa para cada gusto…


Ser o no ser, esa es la cuestión. Sergio Massa. Dibujo: Pablo Temes

La “kirchnerización” del ministro de Economía es una alerta para los empresarios que ven con buenos ojos su postulación.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 08/07/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Fue una puesta en escena como las que le gustan armar a Sergio Massa. Él ocupando la cabecera de la mesa, flanqueado a ambos lados por el ministro de Transporte, Alexis Guerrera, la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, un grupo de empresarios, que dócilmente aceptan ser tratados de extorsionadores, y sindicalistas del sector.

El que toma la palabra es el ministro de Economía –con breves intervenciones de los otros dos–, que desgrana una larga perorata con cara de circunstancia –es decir, enojo–, transmitida por cámaras propias instaladas en el despacho en donde se celebró esa reunión. Esa puesta en escena en la que aprovechó para, de paso, tirarle un palo al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se completó con algunos títulos publicados en algunos medios en los que se decía que era Massa quien había levantado el paro. Nadie explicó por qué esa decisión del candidato presidencial del oficialismo de intervenir en el conflicto buscando una solución no se produjo en la tarde-noche del jueves, lo cual les hubiera evitado a cientos de miles de personas las penurias que tuvieron que padecer para poder llegar a sus trabajos, objetivo que muchos no alcanzaron.

Esta sobreactuación oportunista del exintendente de Tigre es una de las razones por las que muchos integrantes de la cúpula de La Cámpora, así como también militantes hacen escuchar su disgusto. Esa muchedumbre que navega por la orfandad que crea la ausencia de dirigentes con volumen político es un verdadero eufemismo, para denominar a la falta de liderazgo que existe en ese universo de la anacronía en el cual todo remite al pasado. La épica de lo que fue bueno, no puede faltar.

Camino largo y tedioso

Allí Massa genera desconfianza. Es la misma desconfianza que le tiene Cristina Fernández de Kirchner que, por las dudas, intentó blindarse y se aseguró el dominio de las listas a diputados y senadores en la provincia de Buenos Aires. Sergio Massa es una claudicación de CFK impuesta por la imposibilidad de sostener su candidatura, no por causa de la inexistente “proscripción” sino por la cruda realidad de saber que, si hubiese competido por la Presidencia, le habría aguardado como resultado una inexorable derrota. La jefa aún no puede digerirlo. La “kirchnerización” de Massa debería ser una alerta para aquellos sectores empresariales que pretenden ver con buenos ojos su postulación. No deberían olvidar que, en esencia, es un mentiroso, lo cual encaja perfectamente en la tipología K. Sin embargo, existe un Massa para cada paladar. Hay un modelo progresista que quiere, pero no logra coquetear con La Cámpora y el kirchnerismo duro. Hasta accedió a incluir como asesor al exvicepresidente condenado Amado Boudou, como una muestra de su “flexibilidad”.

Hay también un Massa más políticamente correcto que busca seducir a los empresarios y al círculo rojo y hay un Massa que quiere impregnarse de peronismo clásico, para tentar a los gobernadores. Cada uno puede identificarse con el que más le convenga, pero la pregunta que sobrevuela tanta puesta en escena es lógica: ¿cuál de todos los modelos será el real si llegara a quedarse con el sillón de Rivadavia? Probablemente uno para cada ocasión, como nos tiene acostumbrados a lo largo de su sinuosa trayectoria política.

Mientras tanto, la preocupación principal en el oficialismo pasa por llegar al proceso electoral de la forma más ordenada posible y sin grandes sobresaltos. Tarea difícil o, más bien, imposible. De ahí que haya surgido la posibilidad de generar vía FMI un acuerdo de transición con desembolso de dinero incluido para apaciguar cualquier frente de tormenta. Un detalle no menor: el ministro de Economía que es –además– el candidato del oficialismo, es el principal interlocutor con el Fondo Monetario y, como se cae de maduro, será uno de los beneficiarios directos de las políticas que puedan diseñarse. La ética y la incompatibilidad de funciones es algo que nunca le preocupó al Frente de Todos contra Todos, hoy rebautizado Unión por la Patria. El kirchnerismo sigue siendo experto en escribir relatos teñidos de camuflaje.

Un tembladeral

En la oposición la guerra de guerrillas sigue a la orden del día. Hay en el fondo un problema de base que comparten los postulantes de ambos lados de la grieta. Ninguno de los modelos que se disputan el poder supo canalizar su continuidad política generando uno o más herederos, para suplir a los ya desgastados dinosaurios que custodian la polarización. No hay figuras nuevas que hayan decantado naturalmente como cuadros políticos que aseguren el futuro. Lo de Massa fue un parto por cesárea –más traumático que consensuado– y la brutal pelea a cielo abierto entre la exministra de Seguridad Patricia Bullrich y el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta es una muestra de que No tan Juntos por el Cambio tampoco supo preparar un sucesor. Tanto Mauricio Macri como Cristina Fernández tienen su enorme cuota de responsabilidad por no haber sabido soltar a tiempo.

El extremo que describe esta parte de la realidad es el caso de los candidatos que saltan de la Provincia a la Ciudad para ocupar cargos ejecutivos haciendo interpretaciones bastante remanidas de la Constitución. Con un abanico de opciones representativo, esto no hubiera sido necesario.

En los últimos días la campaña ha mostrado la peor cara de la política. El ataque directo a las personas, la descalificación y discriminación por orientación sexual, condición física, color de piel y una larga lista de etcéteras, se ha intentado naturalizar y ocultar bajo pretextos pueriles y faltos de empatía. Esto pone de manifiesto la poca calidad personal y profesional de algunos dirigentes que aspiran a ocupar cargos en el país.

No podemos bajar la vara y justificar lo injustificable. Un buen dirigente político debe ser, ante todo, una buena persona.

Sin la más mínima calidez humana y sin nociones básicas de respeto, ningún país tiene destino. La Argentina no es la excepción.



   

domingo, 2 de julio de 2023

Camino largo y tedioso... @dealgunamaneraok...

Camino largo y tedioso


CKF Oficial. Dibujo: Pablo Temes

La campaña es un monólogo de la política rosquera, que no tiene en cuenta los problemas de la gente.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 01/07/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

Por si alguien lo dudaba, Cristina Fernández de Kirchner se encargó de aclararlo. Lo dijo con todas las letras: su candidato no era Sergio Tomás Massa sino Eduardo “Wado” de Pedro. No se dibujó en su rostro ninguna alegría a lo largo de su extenso discurso en el Aeroparque Jorge Newbery el lunes pasado. Lo que sucedió allí fue una muestra –otra más– de la hipocresía y carencia de límites del kirchnerismo. Se utilizó con fines electoralistas un acto vinculado a la memoria de las víctimas de los vuelos de la muerte ocurridos durante la brutal última dictadura. La risa de Estela de Carlotto y del resto de los allí presentes frente al avión que se utilizó para tirar a personas vivas al Río de la Plata en el medio de la noche fue una aberración.

Quedó claro que la vicepresidenta debió ceder ante la presión de los gobernadores peronistas que desesperaban ante la evidencia de que la fórmula De Pedro-Manzur llevaba a Unidos por la Patria a una derrota catastrófica. Ninguno de ellos estaba dispuesto a cambiar territorio por obediencia militante. CFK tampoco se privó de hacer público esto, que la molestó mucho. A lo largo de sus años en la cima del poder nunca había experimentado una situación similar. Ella ya no decide en soledad.

Ningún gobernador estuvo dispuesto a cambiar territorio por obediencia militante a Cristina

La tiranía del dedito levantado y las largas peroratas de maestra ciruela se están apagando. Fue una muestra cruel de su real pérdida de poder, hecho del que culpa absolutamente a Alberto Fernández.

En su retroceso, sin embargo, la expresidenta está dispuesta a dar batalla e intentar llevarse puesto a quien se interponga en su camino. Massa ya la traicionó una vez. Aníbal Fernández se esmeró en hacer público que podría haber una segunda vez si el exintendente de Tigre llegara a la presidencia de la Nación. CFK piensa lo mismo.

Vive en un estado de alerta permanente. Por eso estuvo activa en el armado de las listas y se preocupó de que Juan Grabois no bajara su precandidatura a la presidencia.

El objetivo es claro: canalizar a través de él la disconformidad del kirchnerismo duro, al que la figura de Massa se le hace totalmente indigerible. No es esa la única jugada destinada a esmerilarlo que realizó la vice durante la semana.

La caída de Javier Milei ha provocado una radicalización de las ideas y posturas de Patricia Bullrich

Ahí hizo su entrada en escena el diputado Leopoldo Moreau, quien, con aire vindicativo, afirmó que el condenado exvicepresidente Amado Boudou estaba participando de las negociaciones del equipo económico con el Fondo Monetario Internacional. Hubo furia en los despachos del Ministerio de Economía, en donde se desesperaban enviando mensajes a los medios y periodistas amigos con la desmentida de esta información. “Nos quisieron colgar un salvavidas de plomo”, aseguraron fuentes cercanas al ministro. Pero todavía hay más. Los massistas creen que la vicepresidenta en funciones se regocija con la posibilidad de que les vaya mal en una probable gestión. “Ni ella ni los suyos forman parte de la fórmula. Está claro que fantasea con un escarmiento en la gestión. Agarrar esta papa caliente no es para cualquiera y el fuego amigo es más peligroso que toda la oposición”, remataron.

Por estas horas esa afirmación se corresponde bastante con la realidad. Han pasado las principales fechas del calendario electoral y ni siquiera la presentación de alianzas, el cierre de listas o los actos de presentación de propuestas sirven para aplacar tanto desorden interno. Los enfrentamientos y las peleas siguen a la orden del día en No tan Juntos por el Cambio.

Un tembladeral

Ni siquiera el anuncio de la fórmula Massa-Rossi, mucho más competitiva que la que había decretado CFK para ir a morir con los suyos, los saca de la riña constante. Patricia Bullrich volvió a cruzar a Horacio Rodríguez Larreta por sus intentos de ampliar la coalición acercándose al peronismo y le recordó que, aunque intente pactar con ellos, “te van a voltear igual”. Para el alcalde porteño ampliar Juntos por el Cambio aun incluyendo sectores del peronismo no kirchnerista es un camino no negociable. “¿Cuál es la idea de Bullrich, sostener y alimentar la grieta para llevarnos a un país dividido e invivible?”, se preguntaron en el espacio larretista. Y acusaron a la exministra de Seguridad de sobreactuar sus posturas halconizadas: “Patricia encontró un nicho que le rinde y está impostando un personaje. Llevándolo al extremo. Vamos a ver en las urnas qué tanto cala en el votante ese discurso”, desafiaron.

La caída de Javier Milei en las encuestas también ha traído como consecuencia una radicalización –aún más– de sus ideas y posturas.

Así las cosas, el camino hacia las elecciones se está haciendo largo y tedioso. Se ha convertido en un monólogo de la política rosquera, que no tiene en cuenta los problemas reales de la gente. Los candidatos son los protagonistas de una serie por entregas con capítulos trillados y carentes de propuestas. Qué difícil es construir un porvenir para una Argentina cuya dirigencia todavía no ha dado muestras de madurez.

 



   

domingo, 18 de junio de 2023

Rejuntes electorales… @dealgunamaneraok...

 Rejuntes electorales…


‘‘Cambio, cambio, juntos por el verde”. Dibujo: Pablo Temes

El armado de las listas tensará al máximo cada una de las coaliciones.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 17/06/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.   

Hay que reconocerlo: pocos, han hecho tanto para destruir al kirchnerismo como Alberto Fernández. El fracaso de su gestión, que lo coloca al peronismo al borde de la peor elección de la historia, sus gustos y actitudes personales, su decisión de mantener las PASO y el acuerdo con el FMI, y un largo etcétera que incluye a los funcionarios que no funcionan, terminaron por dinamitar los pocos puentes sólidos que unieron al Presidente con la vicepresidenta. Hoy ya se sabe –porque lo contó la misma Cristina Fernández de Kirchner– que las desavenencias entre los dos comenzaron durante la campaña electoral de 2019.El cierre de las alianzas electorales acaecido en la noche del miércoles dejó a la vista de todos, el nivel de enojo supino del kirchnerismo con el Dr. Fernández, por lo expresado por la Dra. Fernández de Kirchner y su hijo Máximo. Hasta antes de este episodio, CFK le temía a una derrota en la elección de octubre. A partir del miércoles pasado, a ese temor se le agregó otro: el de perder el dominio absoluto del peronismo. Por eso, en la desesperación afloró un intento de ultimísimo momento: la alteración de los pisos porcentuales a partir de los cuales los opositores internos podrían colocar sus candidatos en las listas definitivas. Esta trampa la descubrieron los acólitos de Daniel Scioli en las primeras horas de la tarde del viernes y afecta a las listas en la provincia de Buenos Aires, el bastión clave a defender a capa y espada por CFK y sus secuaces.

Personalismo y descontrol

Es francamente paradojal lo que está sucediendo con el embajador argentino en Brasil. En 2015 fue él, quien se benefició de la determinación adoptada por CFK de nombrarlo a dedo como el candidato presidencial, dejando en el camino al entonces ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo al que, a cambio, le ofreció la candidatura a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Hay que recordar que, en un gesto de dignidad poco común, Randazzo rechazó esa propuesta indecente. Hoy le toca a Scioli beber esa amarga medicina.

La posibilidad de que Axel Kicillof sea conminado a aceptar la candidatura presidencial está latente. El gobernador de la provincia de Buenos Aires ya avisó a sus laderos que hará lo que la jefa le pida.

Sin embargo, el daño colateral de una jugada de estas características podría ser demasiado alto: perder la provincia donde mejor mide que, a su vez, sería el refugio para la tropa propia.

Prioridades invertidas

Tiempo de sirenas. Faltan casi dos meses para la celebración de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y pasaron apenas cuatro días luego de la presentación definitiva de las alianzas que competirán en el proceso electoral. El cierre de listas y la presentación de todos los candidatos será el 24 de junio, según el calendario electoral. El problema no son las fechas. Las fricciones y los personalismos están a la orden del día, tanto en el oficialismo, tal cual lo hemos narrado, como en la oposición.

La interna en el PRO continúa al rojo vivo a pesar del acercamiento forzoso y las conversaciones que mantuvieron la exministra Patricia Bullrich y el alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Ambos pujan por convertirse en la opción definitiva y arrastran en su pelea a todo Juntos por el Cambio. “Horacio siempre conservará su vocación de sumar aliados a la coalición, es el camino que eligió y es su forma de encarar este desafío. Además, hay en él una concepción política de trascender las divisiones y superar la grieta. Un país dividido es una bomba de tiempo para todos” –aseguran cerca del jefe de Gobierno. Su alianza con Martín Lousteau para la Ciudad le asegura la adhesión de otro sector del radicalismo (además del identificado con el gobernador de Jujuy Gerardo Morales) y es un factor de presión hacia Jorge Macri que quiere cruzar la General Paz para sucederlo, apadrinado por el expresidente Mauricio Macri y la propia Bullrich.

Todos a la intemperie

Asimismo, en el campamento de la exministra de Seguridad sostienen que “hay sumas que restan” y mantienen la idea de limitar las alianzas a los perfiles que acrediten coincidencias pragmáticas, pero fundamentalmente ideológicas. El bullrichismo avanza en un acuerdo con la UCR bonaerense. En términos de cargos, su titular, Maximiliano Abad, podría transformarse en el compañero de fórmula de la presidenta del PRO. En rigor de verdad –aseguran fuentes al tanto de las negociaciones– existe la necesidad de generar un buen acuerdo para que HRL no se quede con la mayor parte del radicalismo jugando a su favor.

El problema principal, es que la contienda escaló tanto, que los conflictos terminaron dirimiéndose públicamente en la tapa de los diarios y aún falta un tramo tan desgastante como la conformación de las listas. Es en esta etapa donde la pulseada se tensará al máximo en cada una de las coaliciones. Si no prima la cordura, será muy difícil el día después. Si el 25 de junio nos devolviera la imagen de una ambulancia asistiendo a los heridos, nada bueno podría esperarse de un futuro gobierno de unidad.

La experiencia nos enseñó que los rejuntes electorales, son un padecimiento que, inexorablemente, termina perjudicando a todos.