domingo, 5 de abril de 2020

Rebotá y andá... Un cuento de fútbol... @dealgunamanera...

Robotá y andá… Un cuento de fútbol de Gustavo Garat...


Rebotá y anda…

Creo que se llamaba Juan, acusaba 83 años y se aparecía todos los miércoles a las nueve de la noche en punto con el botinero bajo el brazo. Ya venía cambiado, generalmente con camisetas de equipos italianos o españoles, originales y relucientes y el pantaloncito de Central Córdoba con el cinco estampado en el muslo derecho.

En el botinero traía las canilleras que se calzaba meticulosamente sobre las medias, un potecito naranja de “Átomo Desinflamante”, que desparramaba sin escatimar en ambas piernas y la cintura, un jabón de tocador, una toallita de esas que se usan para secarse las manos y un desodorante “Old Spice”, el del barquito.

Corría a la par nuestra ojo, que no superábamos los treinta y sabía bastante con la pelota. Era de esos que te las piden todas y te las devuelven redonda.

-Rebotá… Rebotá y andá… te decía. Era una pared humana el guacho,

Esa noche me tocó enfrentarlo, el partido venía parejo pero sin fricciones, en un momento me encaró de frente con la “bocha” al pie y no sé qué hizo pero me obligó a abrir las piernas y me metió un caño hermoso. Y en un córner para nosotros, un ratito después, me pegó un codazo en el ojo, no muy fuerte, pero artero. Nada de “sin querer”…

Cuando nos terminamos de viajar, mientras se secaba las bolas con la toallita chiquita, me preguntó qué me había dolido más… ¿El caño o el codazo?...

-El codazo le respondí…

-Dedicate a otra cosa pibe… me dijo.

Se puso desodorante y se fue.

Norberto "Ruso" Verea...





Malestares. Cuarentena desangelada… @dealgunamanera…

Malestares. Cuarentena desangelada…  

Caños sin costura, Paolo Rocca. Dibujo: Pablo Temes

Críticas a los empresarios, elogios a Moyano y maltrato a los jubilados: una semana que erosionó la figura del Presidente.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 05/04/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma e Buenos Aires, República de los Argentinos.


La segunda semana de la cuarentena bien podría calificarse como la semana del desangelamiento presidencial. Comenzó con la destemplada frase destinada a los empresarios en el discurso con el cual anunció la prórroga del aislamiento social preventivo hasta el 13 de abril, y culminó con el bochornoso y peligroso espectáculo de miles y miles de jubilados soportando el frío de la noche a la mañana en largas colas ante las puertas de los bancos para cobrar haberes de miseria.

El término “miserable” con el que se refirió a los empresarios que despiden gente –en verdad, se estaba refiriendo a Paolo Rocca– y el tono cayeron decididamente mal. No porque el despido de gente no merezca una atención especialísima, sino porque la mayoría de las empresas no saben cómo hacer frente al pago del salario de sus trabajadores.

Y, junto con esto, el tono utilizado por el Presidente reflotó en algunos miembros de los sectores duros del kirchnerismo el sentimiento antiempresarial que dominó durante los 12 años de aquella gestión.

Moyano. Otro eslabón del desangelamiento presidencial lo constituyó el acto de reinauguración –por tercera vez– del sanatorio del Sindicato de Camioneros, en el que Alberto Fernández trató a Hugo Moyano de dirigente ejemplar. Tan insólito y fuera de lugar fue ese calificativo que fueron no pocos los funcionarios que se quedaron boquiabiertos al escucharlo. Y se ve que el mismo AF se debe haber dado cuenta de lo despropositado de su elogio, porque en el almuerzo del viernes con la cúpula de la CGT se sintió obligado a aclararles a sus líderes lo que había querido decir.

Escuchá lo que dijo el Presidente de la república:

Radio con Vos 89.9 Mhz. Programa Pasaron Cosas. © Creado por Skibajuan2169

Como siempre ocurre en estos casos, estas explicaciones, más que aclarar, oscurecen. Moyano forma parte de una casta de dirigentes sindicales que encontraron una veta económica fenomenal haciendo negocios con los sindicatos de los que se han adueñado.

Jubilados. El espectáculo lamentable de la dignidad humana que se vivió el viernes con los miles y miles de jubilados que debieron hacer horas de cola para cobrar sus haberes de miseria fue muy mal manejado por Fernández.

“El Presidente me llamó muy temprano; estaba enojado”, confesó el titular del Banco Central, Miguel Pesce, un hombre puesto allí por AF. Su ineptitud para manejar algo tan previsible bien le debió haber valido la renuncia. Y lo mismo vale para el titular de la Anses, Alejandro Vanoli.

En ámbitos del Gobierno, varios funcionarios coinciden en que la actividad bancaria debió haber sido incluida dentro de las actividades esenciales, con los cuidados del caso como se ha hecho, por ejemplo, en los supermercados.

Haber anunciado la reapertura de los bancos sin tener en cuenta las aglomeraciones que generaría ha sido una decisión de una alta irresponsabilidad sanitaria. “Si acá estamos en una guerra, algún general debería pasar a retiro. En el día más frío del año, que haya pasado esto es inadmisible. Alguna consecuencia tiene que tener”, señaló un integrante del directorio de un banco oficial que alertó sobre esto y a quien se desoyó.

Es evidente, pues, que Alberto Fernández demostró una sorprendente falta de timing para manejar la situación. Las colas contradijeron flagrantemente el “Quedate en casa”, la consigna clave de esta cuarentena.

Por las entrañas del Conurbano. Finalmente, Axel Kicillof se acercó esta semana a los intendentes del Conurbano. Junto a Sergio Berni visitó el lunes los municipios de Almirante Brown, Lomas de Zamora y Esteban Echeverría; y el viernes los de Hurlingham, Tres de Febrero, San Martín, Morón e Ituzaingó. “Se busca coordinar acciones y ver cómo se trabaja en cada municipio y el avance de integración de cada área al COE, que son Seguridad, Salud, Desarrollo Social y Educación”, afirmaron desde el entorno del gobernador.

Evidentemente hubo un cambio en Kicillof, al recibir a la oposición y mostrarse con intendentes, dos cosas que no había hecho desde que se desató la pandemia.

De todas maneras, algunos de los enfrentamientos internos y con sectores de la oposición persisten. De estos últimos, uno de los más significativos se da con el intendente de La Plata, Julio Garro. Ocurre que el secretario de prensa del ministro de Salud, Daniel Gollán, que es su vocero además –en Provincia tienen el mismo rol–, es Cristian "Chicha" Scarpetta, ex vicedecano de la Facultad de Periodismo de la UNLP y muy cercano a la ex decana de esa facultad, Florencia Saintout. En ese ministerio hay mucha gente de Saintout (peleada con Garro) y de La Cámpora, lo que traba no solamente las gestiones con Garro sino también con los intendentes de Juntos por el Cambio. Saintout hizo nombrar a su hermana como directora del Hospital Provincial de Gonnet.

Estas circunstancias refuerzan la decisión de muchos intendentes de puentear a Kicillof y hablar directamente con Alberto Fernández.

La pandemia y su circunstancia. Desde el punto de vista epidemiológico, la situación en la Argentina está por ahora bajo control. Eso no equivale a decir que esté “dominada”, como expresó con tono algo canchero el Presidente en el reportaje que le realizó el cantante puertorriqueño René Pérez.

Todavía hay problemas con la llegada de los kits para la realización de los test diagnósticos a las provincias. Por eso, la cantidad de testeos sigue siendo baja.

Además hubo malestar interno a mitad de semana con el sorpresivo anuncio que hizo el doctor Ginés González García sobre una iniciativa que propiciaba una especie de confiscación de las clínicas y centros de salud privados. Nadie entendió bien qué quiso hacer el ministro.

Hasta aquí, el sector privado ha venido trabajando muy bien en su combinación con el sector público. De hecho, muchos de los casos positivos han sido y están siendo atendidos en instituciones médicas privadas.

La aclaración que sobrevino a la reunión del jueves entre el ministro y los privados, en la que se habla de una coordinación entre el sector público y privado, fue una obviedad destinada a formalizar una salida elegante del innecesario entuerto.

El debate de la semana que se inicia será cómo salir de la cuarentena. Es el gran desafío para el Gobierno.

“Las epidemias han tenido más influencia que los gobiernos en el devenir de nuestra historia”. (George Bernard Shaw)








sábado, 4 de abril de 2020

Muere Luis Eduardo Aute + (1943 - 2020)... @dealgunamanera...

Muere Luis Eduardo Aute, amante del amor y la belleza…

Retrato de Luis Eduardo Aute realizado por su hijo Miguel Aute. / El País

El cantautor, de 76 años, llevaba postrado desde 2016, cuando sufrió un infarto. Fue, entre todos los músicos de su generación, el más vitalista, encantador y desenfadado

© Escrito por Darío Prieto el sábado 04/04/2020 y publicado por el Diario El Mundo de la Ciudad de Madrid, Reino de los Españoles.


Muere el cantautor Luis Eduardo Aute a los 76 años (Video: © Cadena Ser)

Luis Eduardo Aute ha muerto este mediodía a los 76 años en un hospital madrileño, tres años y medio después de sufrir un infarto que lo mantuvo postrado durante los últimos tiempos.

Tras varias estancias en hospitales, entre ellos uno cubano, Aute permanecía en su casa, cuidado por su familia y ayer ingresó en el centro sanitario madrileño en el que ha fallecido, según han informado fuentes familiares a EfE. Las mismas fuentes ignoran cuándo y cómo podrá ser su sepelio debido a las restricciones en toda la comunidad de Madrid para la instalación de capillas ardientes, prohibidas independientemente de la causa del fallecimiento.

Émulo de las vanguardias, fumador empedernido, galán pícaro, cantante protesta primero y confesional después, testigo del 68, cronista de humor woodyalleniano... Toda la cultura de la segunda mitad del siglo XX se podría resumir en la vida de Luis Eduardo Aute, que fue cantautor, escritor, cineasta y pintor.

Al principio, Aute era un aspirante a pintor que entró a estudiar la carrera de aparejadores sin éxito. Estuvo en Francia a partir de 1963 y tuvo la habitual educación intelectual de la burguesía culta de esa generación: cine de la Nouvelle Vague, canción francesa, filosofía post marxista... El clic que cambió su vida llegó un poco después, en un viaje a Brasil como pintor. En América descubrió a Bob Dylan y el hallazgo dirigió a Aute hacia la canción.



¿Qué fue lo que hizo distinto a Aute entre tantos admiradores de Dylan? EL amor y más concretamente, el sexo. Hasta su irrupción, el sexo que cantaban y practicaban los cantautores españoles olía a pana mojada. En España se hacía el amor contra algo: contra la Iglesia, contra el franquismo, contra la generación precedente.

Todo formaba parte de una lucha por algo más importante: la libertad, el cambio, el futuro. Pero, ¿qué hay más importante que el sexo, que la vida, que el arte? Aute lo tuvo claro, y aunque su canción más conocida, Al alba, entra dentro del canon cantautoril (la historia de los últimos fusilados por el aparato franquista), ha pasado a la historia por el resto de su producción, vitalista, hedonista, erótica y admiradora de la belleza. Todo sin grandes aspavientos, despacito, Slowly.

Aute nació en Manila, hijo de un catalán destinado en la compañía de tabacos de Filipinas y de una descendiente de emigrantes españoles. Fue durante la Segunda Guerra Mundial, en pleno horror de la invasión japonesa del archipiélago. Allí, frente al malecón, era un niño que miraba al mar, como recordó en uno de sus últimos discos.

Su familia se instaló en España siendo él niño y entonces se manifestó que el pequeño Luis Eduardo tenía un don para las artes. Y no para uno en concreto: Aute fue músico, escritor, guionista, cineasta, pintor y hasta artífice de una obra que reunía todas las facetas anteriores en forma de película de dibujos animados, Un perro llamado dolor.

Y aunque en todas sus obras fue Aute, las musicales acabaron labrando su reconocimiento, tanto en su faceta de cantautor como en la de compositor para otros (Rosa León, Massiel, Ana Belén, Mari Trini...). Fue también un hombre que buscó y gustó de la compañía de los demás: Serrat, Sabina, Silvio Rodríguez o Pablo Milanés compartieron escenario y proyectos con él, mientras que su placida forma de estar en el mundo atrajo la atención de los músicos más jóvenes, que se reconocían más en él y en su aproximación al pop que en otros de sus contemporáneos. Christina Rosenvinge, Xoel López, Amaral y hasta Mecano (cuya primera aparición televisiva fue con una versión de Al alba) reconocieron su importancia en plena moda del linchamiento de cantautores. 

Hasta, digamos, los 50, no es un tema que te ocupe, porque te queda todo el tiempo. Pero llega un momento en que se convierte en algo presente y preocupante. Me preocupa la falta de tiempo y tengo la angustia de aprovechar al máximo el que me queda. Por eso no tengo móvil ni Facebook ni Twitter. Porque soy muy adictable y si me meto ahí me hago adicto. Me aterra esa posibilidad".

Aute era inquieto y andaba preocupado porque se le acabase el tiempo. En una reciente entrevista, con motivo del concierto de celebración de sus 50 años en la música, este 2016, lo explicaba mientras encadenada un cigarrillo tras otro ante la atenta mirada de su perra. "El tiempo empieza a existir a partir de una edad. 


Con Luis Eduardo en su gira en su presentación en Argentina en 1996.


Por esa época, su carrera ya terminaba. Entre 1968 y 2012, Aute publico 25 discos, además de los singles y las recopilaciones. En 2016 empezó a marcharse y hasta hoy. 

Luis Eduardo Aute, en imágenes…
Repaso de la vida del cantautor madrileño
© Diario El País de Madrid - 11 SEP 2016 -


1. Luis Eduardo Aute, en una imagen de 2003. Fotografía: MIGUEL GENER

2. Luis Eduardo Aute, cantautor y pintor, junto a una de sus obras, en una entrevista en 1985. Fotografía: RAÚL CANCIO

3. Los cantautores participantes en el Concierto contra el miedo. En la fila inferior, en cuclillas, Joaquín Sabina (dcha.) y Luis Eduardo Aute (izda.); en la fila superior, de pie, Rosa León (3ª por la dcha.), en 1989. Fotografía: JESÚS URIARTE

4. Actuación en el Pabellón de Deportes del Real Madrid, donde presentó las canciones de su disco 'Segundos fuera', en 1989. Fotografía: NACHO CASTELLANO

5. El cantautor posa para una entrevista para EL PAÍS, en 1991. Fotografía: MIGUEL GENER

6. Silvio Rodríguez (d) y Luis Eduardo Aute, en 1995. Fotografía: BERNARDO PÉREZ

7. Luis Eduardo Aute posa en la inaguración de la exposición de dibujos y aguafuertes basada en 'Mojándolo todo', una de las canciones incluidas en su disco Alevosia, en 1996. Fotografía: MORGANA VARGAS LLOSA

8. Presentación, en el festival de cine de San Sebastián, de la serie de televisión 'Autor por autor', en la que seis cineastas retratan a seis músicos, en 1997. En la imagen, fila de arriba, los músicos, de izquierda a derecha: Michel Camilo, María del Mar Bonet, Víctor Manuel, Mikel Laboa, Luis Eduardo Aute y Joaquín Sabina. En la fila de abajo, los directores, de izquierda a derecha: Fernando Trueba, Ventura Pons, Pilar Miró, Imanol Uribe, Jaime Chávarri y José Luis García Sánchez. Fotografía: JESÚS URIARTE

9. Luis Eduardo Aute, durante una entrevista, en 1999. Fotografía: RICARDO GUTIÉRREZ

10. Luis Eduardo Aute trabajando en su película de animación 'Un perro llamado dolor', en 2000. Fotografía: CRISTÓBAL MANUEL

11. Luis Eduardo Aute en la Plaza del Rey, Barcelona, leyendo poemas en el Set Dies de Poesia, en 2003. Fotografía: MANOLO S. URBANO

12. Concierto voces solidarias con Africa en el Barcelona Teatre Musical, organizado por la ONG Babel. De pie, Luis Eduardo Aute, Marina Rosell y Paco Ibáñez, sentados Nino Galissa y Georges Moustaki, durante la actuación, en 2007. Fotografía: GIANLUCA BATTISTA

13. Pastora Vega y Luis Eduardo Aute en la grabación de un documental en el Palacio de Viana de Córdoba, en 2007. Fotografía: LUIS COLMENERO

14. Luis Eduardo Aute, en su estudio de Madrid, en 2008. Fotografía: ÁLVARO GARCÍA

15. Recital de poemas de Luis Eduardo Aute (i), con la cantaora flamenca Marina Heredia, en el Olivar de Castillejo de Madrid, en 2008. Fotografía: PACO MANZANO

16. Ensayo de Luis Eduardo Aute, en 2009. Fotografía: SAMUEL SÁNCHEZ

17. El cantautor con su perra Duna, en su estudio en 2011. Fotografía: BERNARDO PÉREZ

18. Luis Eduardo Aute, apoyado en la estatua de Pushkin en el parque de la Fuente del Berro de Madrid, en 2011. Fotografía: BERNARDO PÉREZ

19. El cantautor Luis Eduardo Aute en el homenaje a Vicente Aleixandre en su casa madrileña, en 2014. Fotografía: SANTI BURGOS

20. El cantante y pintor, en su casa de Madrid, en 2016. Fotografía: LUIS SEVILLANO

Luis Eduardo Aute, en canciones…


De Alguna Manera...


El Alba...


La Belleza...



Mano a Mano...


En concierto...


Luis Eduardo Aute. Sus canciones...





jueves, 2 de abril de 2020

"No se puede pensar Malvinas como dos macetas que te robaron"… @dealgunamanera...

Federico Lorenz: "No se puede pensar Malvinas como dos macetas que te robaron"…


El historiador propone un ejercicio simple: pensar qué haríamos si Argentina recupera las Malvinas. La propuesta no parte de una imposibilidad sino de asumir el riesgo de pensar desde una perspectiva integradora, regional y suratlántica. Un historiador llamado a cuestionar los rituales que desde 1982 marcan el discurso sobre las islas. Y en torno a una guerra que todavía buscamos asimilar.

© Escrito por Daniel Giarone el  miércoles 01/04/2020 y publicado por la Agencia Télam de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

El primer recuerdo “en colores” que tiene Federico Lorenz es de 1982. Tenía once años e iba camino a la escuela 24, en el barrio de Balvanera, cuando el 2 de abril la Argentina ocupó las Islas Malvinas. “La novedad para mí fue ver gente en la calle, que en esa época era muy novedoso. Ver gente con banderas en la calle, gente contenta, fue muy impactante. Uno de los pocos recuerdos en color que tengo de entonces”.

Después Federico iría al Nacional Buenos Aires y obtendría la licenciatura en Historia en la Universidad de Lujan. Investigador del Conicet, se especializó en Malvinas, sobre la que escribió numerosos artículos y libros. Entre los que se destacan “Todo lo que necesitás saber sobre Malvinas” (Paidós, 2014), “Las guerras de Malvinas” (Edhesa, 2012) y “Fantasmas de Malvinas. Un libro de viajes” (Eterna Cadencia, 2008).

Lorenz “recibe” a Télam por teléfono, acorde a los tiempos de pandemia y cuarentena. “Con mucho cuidado con la analogía, porque ahora vivimos en democracia, la dictadura militar planteaba la represión ilegal casi como una cuestión biológica y quirúrgica, donde también había que aislar a un sector de la sociedad”, reflexiona al comienzo de la charla.

Y agrega que ahora el asilamiento es para salvar vidas no para sesgarlas, al tiempo que lo vive como una oportunidad: la “pensar” la historia argentina para interpelar lo que somos y el mundo en que vivimos.


Después Federico iría al Nacional Buenos Aires y obtendría la licenciatura en Historia en la Universidad de Lujan. Investigador del Conicet, se especializó en Malvinas, sobre la que escribió numerosos artículos y libros. Entre los que se destacan “Todo lo que necesitás saber sobre Malvinas” (Paidós, 2014), “Las guerras de Malvinas” (Edhesa, 2012) y “Fantasmas de Malvinas. Un libro de viajes” (Eterna Cadencia, 2008).
Lorenz “recibe” a Télam por teléfono, acorde a los tiempos de pandemia y cuarentena. “Con mucho cuidado con la analogía, porque ahora vivimos en democracia, la dictadura militar planteaba la represión ilegal casi como una cuestión biológica y quirúrgica, donde también había que aislar a un sector de la sociedad”, reflexiona al comienzo de la charla.

Y agrega que ahora el asilamiento es para salvar vidas no para sesgarlas, al tiempo que lo vive como una oportunidad: la “pensar” la historia argentina para interpelar lo que somos y el mundo en que vivimos.



- ¿Cuál fue la apuesta de la dictadura al recuperar las Islas Malvinas, cuál era el plan?
- El origen es un acuerdo interno entre (Leopoldo) Galtieri y (Jorge) Anaya, que era Jefe de la Armada, para desbancar a Viola y que Galtieri asuma como presidente. La recuperación de Malvinas fue parte de un acuerdo político en el seno de la dictadura. Esto no implica desconocer que existía un anhelo histórico de recuperar las Islas, del que los militares no estaban exentos. Además, una recuperación exitosa colocaba a la dictadura en otro lugar frente a la sociedad.

- ¿Las convocatorias a Plaza de Mayo que se produjeron durante el conflicto bélico buscaban promover ese nuevo lugar?
- Malvinas fue un hecho público por antonomasia, lo contrario a lo que la dictadura quería. Con eso sacaron a la gente a la calle. Durante la segunda plaza que hizo Galtieri, organizada cuando vino Alexander Haig, el negociador de los E
stados Unidos, Galtieri sale al balcón, levanta la mano para saludar y hace todos los gestos del arco político: la V, levanta el puño, el dedito. No sabía qué hacer en realidad. Entonces se ven dos cosas emblemáticas. En la primera plaza la gente cantaba “hoy le toca a los ingleses / y mañana a los chilenos” y después, cuando Galtieri dice “yo soy el presidente de los argentinos”, la gente chifla. Esto marca que Malvinas abrió la posibilidad de volver a hacer política en la calle.

- Tituló uno de sus libros “Las guerras de Malvinas”. El plural sugiere varias guerras ¿Cuáles fueron?
- Por un lado la interpretación de qué fue la guerra: una maniobra de la dictadura, una gesta, un aspecto más de la lucha antimperialista… Bueno, fue todo eso. Malvinas tuvo un resultado no buscado ni por los militares ni por los combatientes, que es que permitió impugnar a la dictadura. Otro aspecto de lo que llamo “las guerras” es el de los soldados que fueron a las islas. Por un lado los culpables de la derrota, los militares de profesión, y por el otro los conscriptos, los llamados “chicos de la guerra”. Los combatientes en Malvinas pasaron a ser víctimas de la dictadura tanto como los desaparecidos. Y eso también es una guerra por el significado. También fue una guerra por un territorio irredento, donde la cuestión nacionalista atraviesa cualquier interpretación y establece una vara para medir lo que se dice.

- ¿Hablar de “guerras” permite dar cuenta de la complejidad de lo ocurrido?
- Solemos pensar Malvinas desde una visión ‘porteñocéntrica’. Son los grandes medios nacionales los que construyeron los relatos públicos sobre Malvinas, pero la guerra fue muy diferente en distintos lugares del país. No fue lo mismo en la Patagonia que en Buenos Aires, no fue lo mismo para quien combatió que para alguien al que no le tocó hacer el servicio militar, para las mujeres que para los hombres, para una madre con alguien allá que para la madre de un desaparecido, etc. Hay una cantidad de matices que las explicaciones simplistas desconocen.

- ¿Por qué sostiene que “ritualizar” Malvinas es contraproducente para lograr la recuperación de las Islas?
- Desde el punto de vista psicológico no podés quedarte pegado al trauma. La gran cantidad de ex combatientes que se quitaron la vida tiene que ver con la imposibilidad social de procesar la guerra. Alguien que se suicida cuando vuelve de la guerra es alguien que, entre otras cosas, no encontró un lugar social para compartir lo que había vivido, en nombre de todos. Políticamente tampoco sirve quedarse atado al ritual, porque supone imaginar la disputa por Malvinas como una fotografía, como algo fijo, pero a partir de 1982 sucedieron un montón de cosas en Malvinas, y entre Malvinas y el continente.

- ¿En qué se puede observar esto concretamente?
- La semana pasada hubo dos noticias que sirven para pensarlo. Una fue que el gobierno argentino ofreció asistencia al embajador británico ante un posible caso de coronavirus en Malvinas. La otra es que las autoridades de las islas dijeron que iban a mandar las muestras a Gran Bretaña. Esto es un símbolo del retroceso. En la primera mitad de la década del 70 lo automático hubiera sido subir a esa persona a un avión de LADE y hacerle los estudios en Comodoro Rivadavia. Es decir, la guerra para la Argentina fue un retroceso formidable. Y todavía no nos hacemos cargo de eso.

- ¿Qué tipo de política puede romper con la ritualización?
- Desde el final de la guerra para acá hay una constante y varias idas y venidas. La constante es que la Argentina nunca abandonó el reclamo, algo que en realidad se mantiene desde 1833. Pero hay problema grave: el subibajas de las políticas de “acercamiento”. En la primera mitad de la década del 70 las Islas estaban logísticamente atadas al continente, había maestra bilingüe, la pista de aterrizaje la había construido personal argentino, había vuelos a Comodoro, becas en establecimientos educativos argentinos, todo lo que ahora se presenta como novedad ya se había hecho, y lo rompimos. Quienes viven en las Malvinas necesitan de la Argentina cada vez menos.

- ¿Cómo cree entonces que hay pensar Malvinas hoy?
- Más en lógica regional suratlántica que en lógica “nacional-pampeano-oligárquica”. No se puede pensar Malvinas como dos macetas que te robaron sino como parte de un espacio más complejo que es el espacio suratlántico. Argentina es uno de los países con mayor litoral atlántico pero también de menor conciencia marítima. Hay que reconstruir la historia en clave más compleja, no en clave de un hito de despojo. Todo el tiempo hablamos de negociar con el Reino Unido, lo que implica estar dispuesto a ceder. Yo no sé cuán está hecha carne esa idea. En una lógica del todo o nada llevamos las de perder.

- ¿Esto no puede dejar afuera la discusión sobre la soberanía?
- Es que ya lo están haciendo de hecho. Cada vez que se instala el tema lo que responden los británicos es que no van a hacer nada en contra de los deseos de los isleños. Desde el 82 te corrieron la cancha, más allá de las resoluciones de Naciones Unidas. Hasta el 82 vos disputabas por el territorio. Y ese sigue siendo el argumento argentino. Hay que pensar el problema de otra manera para encontrar otro tipo de soluciones. Hay que pensar regionalmente la historia del espacio suratlántico y de los vínculos entre la personas que allí habitan. Quién dice que en la paleta de grises no haya resquicio para avanzar en la posición argentina.


- ¿Qué nuevas herramientas son necesarias para pensar la recuperación de las Islas?
- Estamos denunciando una situación imperialista pero lo hacemos con las herramientas del imperialismo, que es la lógica estatal-regional. Y hoy hay varias cosas que son transnacionales. Dos fundamentalmente: el capitalismo y la pandemia. Uno de los principales factores que condujeron a la expansión del coronavirus es la lógica con que se condujeron los estados para un problema que es transnacional. A esto me refiero con la necesidad de pensar de una manera nueva el problema, que no quiere decir abandonar el reclamo.

- En una nota en Revista Anfibia se preguntaba qué vamos a hacer cuando recuperemos las Malvinas. Lo planteaba casi como un juego pero formulando un interrogante que suena extraño, no por lo cerca o lejos que podamos estar de esa situación sino porque nadie parece hacerse esa pregunta.
- Es que para mí siempre fue una pregunta central. Tantos esfuerzos, tantas vidas por Malvinas merecen un mejor destino a que hagamos siempre lo mismo. Qué pasa si revisamos nuestro vínculo no sólo con Malvinas sino nuestro vínculo federal. Qué pasa que seguimos pensando el Atlántico Sur desde Buenos Aires. Tenemos un problema enorme ahí. Basta con que te alejes un poco de Buenos Aires, vayas a la Patagonia, ni hablar si pisás Malvinas, y el mapa con el que llegaste se te da vuelta, lo tenés que quemar y hacer otro. Y eso no quiere decir tener menos derechos sobre el territorio, quiere decir que lo tenés que pensar diferente.

- Entonces: ¿Qué vamos a hacer cuando recuperemos las Islas Malvinas?
- No lo sé. Sí sé que sería una Argentina completamente diferente. Una Argentina mucho más federal, mucho más marítima, una Argentina que se mire desde el mar hacia la costa y no al revés. Si una forma de entendernos como Nación nos llevó al terrorismo de Estado y a la guerra mal hacemos en sostener esa forma. Nadie piensa hoy qué haríamos con las Malvinas recuperadas. Sí se pensó en los primeros 70, cuando se diseñó toda una política de vinculación, de logística para incorporar a los isleños “a la vida argentina”, ofreciéndoles espacios en las escuelas, en los medios sanitarios, etc. Todo eso por distintos motivos retrocedió. Creo que hay que trabajar más sobre los grises que sobre las posiciones binarias, que son mucho más autosatisfactorias pero inconducentes.




¿Por qué las Islas Malvinas pertenecen a la República Argentina entre otras tantísimas causas? 


Las Malvinas son argentinas porque antes fueron españolas, y nuestro país se liberó del dominio español al declarar su independencia luego de muchos años de lucha armada contra sus ejércitos. Esa independencia le otorga derecho sobre toda posesión que perteneció a España, ya que las islas eran parte del dominio del virreinato cuyo territorio heredaron las provincias unidas.

Las Malvinas forman parte de nuestro territorio y son un fragmento de Tierra del Fuego. La situación es un ejemplo de colonialismo, una política por la cual estados más poderosos se apropiaron de territorios de las naciones más débiles o nuevas.

Porque el reino Unido usurpó las islas cuando ya éramos una Nación independiente y soberana, con dominio sobre ellas. No pueden argumentar que estaban vacías o en un limbo legal.

Porque están dentro de la plataforma submarina del Atlántico Sur, en el Mar Continental Argentino, y son una prolongación natural de la Patagonia.

Porque Inglaterra aceptó la pertenencia de las islas a nuestro país en el Tratado de Paz y Amistad de 1825.

Porque ninguna nación del mundo puede presentar mejores títulos que la Argentina para su posesión y dominio.

Porque Inglaterra no protestó ante los actos de posesión, afirmación nacional y soberanía cumplidos en la isla Nuestra Señora de la Soledad por la fragata Heroína en 1820 y por el bergantín Belgrano en 1825.

Porque Inglaterra no protestó por la promulgación de la ley de Buenos Aires sobre la caza de animales anfibios en las costas patagónicas e islas adyacentes.

Porque tampoco se opuso a los contratos de explotación y pesquería firmados por el gobierno argentino con el comerciante Jorge Pacheco y su socio Luis Vernet. Este último, primer gobernador de las Malvinas. Pacheco firmó en 1823, y Vernet en 1828.

Porque todavía existen allí reliquias toponímicas y folklóricas del antiguo dominio argentino en las islas. Por ejemplo, los nombres criollos de muchos lugares y de todos los pelajes y aperos de los caballos.

Porque lo dice claramente nuestra Constitución: "La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional".

Porque la Argentina las reclamó desde siempre, jamás aceptó la usurpación, y por lo tanto los británicos no están en posesión de ningún documento que acredite su dominio o nuestra renuncia al mismo.

Porque ni el acta de rendición de Puerto Argentino del 14 de junio de 1982, ni los acuerdos debatidos en España a partir del 17 de octubre de 1989, ni la declaración (o tratado) de Madrid del 15 de febrero de 1990, cerraron el debate relativo a la soberanía nacional sobre las islas, ya que el 5 de noviembre de 1982 la ONU declaró que la cuestión de la soberanía debía resolverse mediante negociaciones, e instó a las partes a hacerlo.


Porque fueron usurpadas por la fuerza el 3 de enero de 1833, tomando más de un centenar y medio de prisioneros y enviados a Inglaterra. Un claro acto de guerra que ha cumplido 187 años.