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domingo, 23 de abril de 2023

Lo que oculta el voto a Milei… @dealgunamaneraok...

Lo que oculta el voto a Milei…

El crecimiento de Milei que anuncian las encuestas afecta al Frente de Todos y a Juntos por el Cambio.

El peligro que enfrenta una democracia tras la aparición de advenedizos de proclama antisistema, que fomentan su carrera en base a la crítica de lo establecido, ha sido profusamente investigado por destacados autores de la teoría política moderna. Juan José Linz es quizá uno de los mayores exponentes de esta escuela. Doctorado en Sociología en la Universidad de Columbia y profesor emérito de Ciencia Política en la Universidad de Yale, Linz se especializó en estudios sobre la transición de los regímenes totalitarios y pocos años antes de morir en 2013 publicó un breve pero interesante ensayo titulado Los partidos políticos en las democracias contemporáneas: problemas y paradojas, en el que alertó sobre la compleja dificultad que relaciona la estabilidad de los regímenes políticos con la legitimidad que detentan sus dirigentes y sus partidos.

© Escrito por Rodrigo Lloret (*), el sábado 22/04/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argetinos. (*) Politólogo. Doctor en Ciencias Sociales. Director de Perfil Educación.

El agudo cientista social español sostuvo en ese paper que tanto en las democracias consolidadas como en las democracias inestables existe un acuerdo considerable en que los partidos políticos y, por ende sus dirigentes, son fundamentales para consolidar el funcionamiento de un sistema republicano basado en el orden constitucional. Sin embargo, aunque puede reconocerlos como indispensables para sostener un régimen republicano que permita evitar la aparición de una dictadura, la opinión pública también suele caracterizarse, especialmente en tiempos de profundas crisis, por manifestar una amplia insatisfacción y una rotunda desconfianza hacia esos mismos políticos y partidos.

Es interesante advertir que el pensamiento de Linz aplica para la Argentina actual de manera asombrosa. Sobre todo, desde que el incesante crecimiento de la intención de voto que ostenta Javier Milei, un proceso que no se detiene sino que se acelera, según reflejan en forma monolítica casi todas las encuestas publicadas en las últimas horas, obliga a repensar seriamente de qué se trata este particular fenómeno social que ha llegado para revolucionar la política local. Es hora de reconocer que, si algo ha logrado el líder de La Libertad Avanza, fue 
desbaratar el escenario electoral de una campaña presidencial que se presentaba opaca, monocorde e insípida y con resultado aún incierto.

Las irresponsables y disparatadas apariciones de Milei, hay que decirlo, permitieron alterar a una dirigencia adormecida que frente a la descomunal crisis que atraviesa el país solo se muestra empecinada en seguir cavando dentro del pozo. Los principales referentes de la política argentina, que en un principio menospreciaron el dilema que planteaba Milei, actualmente se muestran aterrorizados y únicamente atinan a preguntarse sobre a quién favorece o sobre a quién perjudica la marcha del libertario. Sólo ofrecen cálculos mezquinos frente al desafío que se avecina.

Con cada vez mayor contundencia en los análisis electorales que se diseñan dentro de las dos principales coaliciones de gobierno, la posibilidad de que Milei trepe hasta el balotaje ya no parece ser tan lejana. De hecho, se trata de una
 hipótesis que se ha vuelto ahora tan concreta como lo era impensada hace tan solo algunos meses atrás, cuando la aparición del candidato libertario era entonces bienvenida para elaborar escenarios políticos que presuntamente beneficiaban a uno o a otro sector, según la procedencia de cada interlocutor.

Es que solamente algunas semanas atrás el Frente de Todos se entusiasmaba con la proyección de Milei porque imaginaba que ese progreso era 
útil para erosionar el voto opositor, entendiendo que el respaldo que ganaban los libertarios era inversamente proporcional a los apoyos que perdían los candidatos de Juntos por el Cambio. Sin embargo, en los últimos días esa carta se ha vuelto en contra del oficialismo desde que los críticos al Gobierno comenzaron a ilusionarse con una tesis antagónica a la anterior: la oposición sostiene en este momento que Milei contribuye a generar una sostenida pérdida de votos del peronismo en el Conurbano bonaerense más profundo, donde el oficialismo siempre supo cosechar adhesiones masivas gracias a un electorado inquebrantablemente fiel.

La política analiza a quién favorece y a quién perjudica el avance de Milei.

Dando cuenta del debate que más ocupa y más preocupa por estas horas tanto al oficialismo como a la oposición, Horacio Vertbisky acaba de difundir un estudio que arroja luz sobre tan incierto panorama. Lo novedoso de este trabajo es que muestra, por primera vez, cuál sería el origen del sustento electoral de Milei. Según el informe publicado en El Cohete a la Luna el domingo pasado, el libertario cuenta con una intención de voto del 19,44%, un volumen construido principalmente por un 5,96% que proviene de un votante que en 2021 apoyó a Juntos por el Cambio, y un 5,29% que procede de un votante que en la elección anterior había respaldado al Frente de Todos. De confirmarse este vaticinio, en las PASO se comprobaría que más de la mitad de los sufragios a Milei tendría origen en las dos principales coaliciones políticas del país. Curioso caudal mileiano que se nutre del profundo desencanto de los votantes que supieron comulgar con el Gobierno y con el mayor espacio opositor hasta hace muy poco tiempo atrás.Un consultor que analiza encuestas procesadas luego de entrevistas presenciales realizadas en el territorio de La Matanza lo escenificó en términos más explícitos:

-Es muy potente el voto de Milei en los barrios más populares que 
antes votaban al peronismo y en los que la oposición nunca había podido ingresar desde el regreso de la democracia.

-Se trata de un público que se ubica en los deciles más bajos en términos de estrato social, que vive en los sectores más postergados y de menor presencia estatal.

-Es un votante que presenta bajo o nulo nivel de educación e instrucción formal.

-Por otra parte, en los sectores de clase media y clase media alta también se evidencia un crecimiento del voto a Milei.

-Se trata de un público que supo apoyar al antiperonismo en elecciones anteriores y que vive en zonas acomodadas en las que el Frente de Todos alcanzó un magro resultado en la última campaña electoral.

-Es un votante que comparte el discurso ideológico contra el oficialismo pero que representa un núcleo duro del PRO, más cercano a Patricia Bullrich que a Horacio Rodríguez Larreta.


¿Cómo se explica el avance de Milei en espacios tan disímiles? ¿Cómo es posible entender que allí conviven votantes que antes respaldaron a Juntos por el Cambio o al Frente de Todos pero ahora migran unidos hacia La Libertad Avanza? ¿Cómo se conforma ese suceso libertario tan intrincado en términos políticos, sociales e ideológicos? La respuesta es simple, pero a la vez, contundente: Milei no tiene pasado político, no debe rendir cuentas de fracasos de gestión y es el que mejor puede capitalizar el hastío, el rechazo y el cuestionamiento hacia la clase política, a la que se responsabiliza (la casta) por el descalabro en el que se encuentra la Argentina.

No obstante, y a pesar del estupor, es importante señalar que la irrupción de Milei se inscribe en el marco de un paradigma que ya se ha evidenciado previamente. La repentina aparición de un outsider, que denosta a la dirigencia tradicional prometiendo soluciones mágicas e inmediatas para resolver problemas crónicos y complejos, representa un patrón que se viene repitiendo en las democracias occidentales desde la aparición de una nueva derecha que se aggiornó para discutir lo que interpreta como un status quo progresista y un aburguesamiento conservador. Los ejemplos sobran: de Donald Trump en Estados Unidos, a Jair Bolsonaro en Brasil; del Brexit en Gran Bretaña, a Vox en España; de Giorgia Meloni en Italia, a Nayib Bukele en El Salvador.


¿Cuál sería, entonces, la novedad que representa la manifestación tan rutilante de La Libertad Avanza en la coyuntura argentina? ¿Qué tendría de singular el análisis del crecimiento que protagonizan los libertarios, si se trata de propuestas ya exploradas anteriormente en otras elecciones? Y, lo que sería aún más interesante dilucidar: ¿qué oculta el voto a Milei? La respuesta también es simple y, a la vez, también contundente: Milei es producto de la debacle argentina. Su imagen positiva se agiganta con cada porcentual de aumento en el índice inflacionario, se multiplica con cada peso que se adiciona en el precio de la cotización cambiara del dólar paralelo y se amplifica con cada punto que crece en el intolerable e inmoral nivel de pobreza y de indigencia. A diferencia de lo que ocurrió en otros ejemplos recientes producidos en gran parte del mundo, Milei desembarcó en la escena local para advertir el fracaso de una dirigencia política que ha hecho de la Argentina un país en constante involución desde hace décadas.


En términos de Linz, la política argentina debe reaccionar urgentemente frente al shock en el que se encuentra. Queda poco tiempo para evitar el colapso.




  

domingo, 16 de abril de 2023

Mala Dirigencia. Vivir de espaldas… @dealgunamaneraok...

 Mala Dirigencia. Vivir de espaldas… 


Migraña Larretiana. Dibujo: Pablo Temes.


Quienes deben sacar al país del estancamiento no reaccionan. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 15/04/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.   

Desde la recuperación de la democracia, la Argentina vivió la mayor parte del tiempo bajo el azote de la inflación. Este mal que complica y deteriora la vida de la gente se ha instalado a la manera de una enfermedad crónica que desnuda los males del país. Males que tienen en la dirigencia política una causa fundamental. Desde 1983 a la fecha se han sucedido en el poder diferentes enfoques ideológicos.

El denominador común es que todos fracasaron. Fracasó el Plan Austral. Fracasó el Plan Primavera que desembocó en la hiperinflación que acabó con el gobierno de Raúl Alfonsín. La Convertibilidad engendró una bomba de tiempo que le explotó al gobierno de Fernando de la Rúa dando paso a la brutal crisis de 2001/2002.

La compleja matriz económica de la Argentina representa un desafío al que la dirigencia vernácula no le ha encontrado la solución. El 7,7% de inflación de marzo es una muestra más de ello que sorprendió incluso al propio gobierno que no esperaba semejante escalada. Cuando se escucha la banalidad de los argumentos que esgrime el oficialismo para explicar las causas de tamaño descalabro, se entiende perfectamente el porqué de esta dramática realidad, que hace cada día más cuesta arriba la vida de la ciudadanía.

En caso de ser gobierno, la oposición no tiene margen para repetir errores.

A través de la inefable portavoz presidencial, Gabriela Cerruti se la atribuyó a la guerra en Ucrania y a la sequía. Basta recordar que, a pesar del impacto mundial de esa guerra, la inmensa mayoría de países tienen niveles bajísimos de inflación que, por otra parte, han comenzado a descender. Lo mismo vale para la sequía.

Esta inflación que a lo largo de los últimos cuarenta años ha afectado a la economía tiene una consecuencia palpable y dolorosa: el aumento de la pobreza. La Argentina de hoy muestra niveles de pobreza y de miseria muy superiores a los que tenía hace 40 años. Y lo notable es que la dirigencia no se hace cargo de ello. Y el problema es que esto va socavando los parámetros de la vida en democracia. No es lo mismo gobernar un país en el que la pobreza es mínima, a hacerlo en otro en que los niveles de pobreza se acercan al 50% con un fuerte componente estructural.

Estamos asistiendo al fiasco más estrepitoso que ha experimentado el peronismo desde 1983 a la fecha. El humo de Sergio Massa se va adelgazando a medida que la improvisación va haciendo sentir sus consecuencias. Las medidas que va ensayando tienen cada vez menos efectos. El dólar soja 3, precios justos, recompra de deuda, dispensas del Fondo Monetario Internacional, ayuda del gobierno de los Estados Unidos, ayuda del mundo árabe, ayuda de China y un largo etcétera han terminado en un chasco. Vale decir que nos vendió el cuento del salvador utilizando las mismas recetas perimidas del pasado.

Nada da resultados. Y esto no debería sorprender a nadie. Un gobierno dividido y lleno de contradicciones internas no puede generar sino incertidumbre y desconfianza. Un gobierno con exponentes de la talla de Aníbal Fernández o el secretario de Comercio Interior Matías Tombolini, no tiene posibilidades ni capacidad de evitar el colapso. El primero, no tuvo mejor idea que apelar a la extorsión para dar su veredicto en materia de inseguridad.


Claudicación kirchnerista


“Si gana Juntos por el Cambio, las calles estarán regadas de sangre y muertos”. ¿Y cómo están ahora? El segundo, al igual que la portavoz, le echó la culpa de la inflación a la sequía y agregó a los formadores de precios. Otra vez sopa, con funcionarios de una intrascendencia e incapacidad alarmante.

Atención: esto debería también ser tenido muy en cuenta por los líderes de No Tan Juntos por el Cambio, atrapados hoy en una pelea anacrónica por candidaturas que, como consecuencia, los aleja de la agenda de la sociedad. En el hoy de la oposición escasea la certidumbre y abunda la duda, algo que, con todas las letras, expresó el mundo empresarial que se dio cita para escuchar a Mauricio Macri el jueves pasado, durante el almuerzo organizado por el Consejo Interamericano del Comercio y la Producción (CICyP).

Un hombre de negocios que prefirió mantener en reserva su nombre expresó su desconcierto: “Salvo muy pocas excepciones, no veo las herramientas necesarias para atacar los problemas que tienen al país contra las cuerdas. Hay discursos políticos y decisión de los líderes opositores, pero cuando te juntás con quienes suenan para desempeñar cargos en Economía, o el Banco Central, notás que no pueden disimular el temor, la preocupación y hasta te diría, el espanto. Yo los entiendo, pero eso no nos da ninguna seguridad”.

En caso de ser gobierno la oposición no tiene margen para repetir errores. El diagnóstico inicial debe ser certero, realista y crudo. Claro que para eso deben dejar atrás de una vez por todas las luchas de poder interno. Aunque se cansen de repetir que son contrapuntos normales dentro de una coalición, lo que ocurrió esta semana fue lisa y llanamente una brutal pelea por el poder.

Horacio Rodríguez Larreta comprendió que no puede esperar nada de Mauricio Macri y, de una vez por todas, decidió destetarse de su líder político para sostener su alianza con una parte del radicalismo. Aún queda mucho camino por recorrer y, si siguen viviendo de espaldas a la gente, nada bueno podremos esperar de los encargados de sacarnos de este estancamiento.



  

domingo, 2 de abril de 2023

Maremoto... @dealgunamaneraok...

 Maremoto...

El reposo del guerrero. Pablo Temes

Al Gobierno le pega la pobreza y la defección de su rival favorito.

 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 01/04/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

El 39,2% de pobreza es una cachetada no solo para este gobierno y el peronismo, sino también para el resto de la dirigencia política de la Argentina. Representa el fracaso de todos los que han tenido protagonismo y poder político desde la recuperación de la democracia hasta aquí. Y, por si hiciera falta aclararlo, nada tiene que ver la democracia con esto que se ha convertido en una verdadera tragedia. Es una tragedia que refleja el presente, pero que se proyecta al futuro de nuestro país.

El 54% de los menores son pobres. Eso significa que la mayoría de ellos no tendrá posibilidades de salir de esa situación, porque hay componentes estructurales que condenan a esos pobres a seguir siéndolo. Muchos de esos chicos no podrán completar, en el mejor de los casos, la escuela primaria. Habrá otros que ni siquiera terminarán la primaria. Pero aun en el caso de aquellos que terminen la secundaria, habrá que ver qué nivel de instrucción y educación logran. En donde hay más pobreza, la educación es más pobre, porque la escuela acaba transformándose en un lugar en el que el principal objetivo es la alimentación y la contención y no la educación. Sin embargo, vale la pena hacer aquí un pequeño paréntesis: incluso en sectores de clase media, los chicos egresan sin alcanzar un nivel aceptable en matemática y no pueden comprender textos básicos.  

La alimentación, además, es otro factor clave en el desarrollo madurativo del cerebro de las personas en sus primeros años de vida. Una alimentación deficiente en proteínas e incompleta en aportes vitamínicos altera esa maduración neurológica fundamental para el desarrollo de las capacidades intelectuales de un individuo.

La Argentina de hoy se ha convertido en una verdadera fábrica de pobres.


Así las cosas, la Argentina de hoy en día se ha transformado en una verdadera fábrica de pobres. Para emitir tal aseveración no hace falta recurrir a las cifras del Indec: Se lo aprecia con solo caminar las calles de cada una de las ciudades y pueblos del país. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires no es la excepción. La cantidad de gente que vive y/o duerme en la calle ha aumentado. El viernes por la madrugada murió una beba de 3 meses en las puertas de la Casa Rosada. Vivía con su familia en situación de calle. La tragedia social, el dolor propio y ajeno están hoy a la vista de todos. El número de concurrentes que asisten a comedores comunitarios crece a diario, así como la cifra de personas que supieron pertenecer a la clase media y que han perdido todo y hoy han tenido que ir a vivir a villas de emergencia. Al recorrer las calles de la ciudad, es notable la cantidad de gente que habla sola y deambula sin un lugar cierto a donde ir.


Las consecuencias de esta dinámica son letales. Nadie se puede extrañar, pues, de que jóvenes y adultos sean cooptados por el narcotráfico para ser agentes del narcomenudeo, actividad que les permite ganar el dinero que no tienen y que, en muchos casos, tampoco podrían obtener en una actividad decente.  


Le toca hacerse cargo de esta catástrofe a este gobierno del peronismo porque, hay que ser claros, hoy el peronismo es el kirchnerismo. El análisis de las cifras permite observar datos puntuales de alta significación política. En un marco de generalizada pobreza, las zonas con mayor incidencia del país fueron Concordia en Entre Ríos con el 55,2% y el área del Gran Resistencia en Chaco con 54% y luego Santiago del Estero-La Banda con el 46,5% y los partidos del Gran Buenos Aires en cuarto lugar con el 45% de pobres. Para los que no lo saben, en Concordia, Gran Resistencia, Santiago del Estero y en la mayoría de los distritos del Gran Buenos Aires, gobierna el peronismo desde hace décadas. ¿Hace falta algo más para explicar que el peronismo es, hoy en día, un generador de pobreza?

Tampoco fue la oposición una fuente de creación de prosperidad y movilidad social ascendente. ¿Y entonces? Esa es la pregunta que deberían hacerse hoy en día todos los que aspiran a ser gobierno en el futuro. Y, de lo que se ve, se lee y se escucha, esa pregunta está ausente del debate público de todos los que aspiran al sillón de Rivadavia a partir del 10 de diciembre de este año.   

Crece la cifra de quienes pertenecieron a la clase media y hoy han perdido todo. 

El renunciamiento del expresidente Mauricio Macri no tuvo –hasta el momento– el efecto ordenador que se esperaba en la interna del PRO y de todo Juntos por el Cambio. Lo que sucede en CABA es un ejemplo gráfico de ello. El senador Martín Lousteau, que se cansó de repetir que competiría por la Ciudad, es uno de los grandes perdedores de la interna en ese distrito. Supo coquetear con Horacio Rodríguez Larreta esperando de él no se sabe qué. El alcalde porteño enfrenta demasiadas presiones y todo indica que tuvo que ceder –una vez más– a los deseos del omnipresente Mauricio Macri, que postula para el distrito a su primo Jorge. El apellido funciona muy bien de este lado de la General Paz. Atrás quedaron los experimentos electorales encarnados en los ministros porteños Fernán Quirós (Salud) y Soledad Acuña (Educación).

Donde sí ha tenido un efecto desconcertante el alejamiento del expresidente de la carrera electoral ha sido en el seno del kirchnerismo donde la pregunta que se reiteró en la semana fue: ¿y ahora qué? Sin polarización con el eterno rival, todo se torna más difícil para un gobierno que se hunde en su propio maremoto interno y arrastra consigo a toda la Argentina.



    

domingo, 5 de febrero de 2023

Nada nuevo bajo el sol… @dealgunamaneraok...

 Nada nuevo bajo el sol…

Detonado. Alberto Fernández. Dibujo: Pablo Temes. 

Mientras el Presidente y la vice juegan su guerra, la oposición no ceja en sus internas.

© Escrito por Nelson Castro y publicado el sábado 06/02/2023 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentinas.  

Nada de lo que sucede dentro del Frente de Todos contra Todos sorprende. Los mandobles verbales que Máximo Kirchner, Eduardo ¨Wado¨ de Pedro o Andrés “Cuervo” Larroque le asestaron en los últimos días al Presidente forman parte ya de la rutina de un gobierno que tiene al fracaso como único rumbo. 

Un fracaso que Alberto Fernández se empeña en presentar como un éxito. “Ahora la gente se queja porque tiene que hacer dos horas de cola para ir a comer”, dijo sin inmutarse el viernes último en Entre Ríos. Se ve que tiene un oído selectivo. Hay otra mucha gente que se queja por muchas otras cosas más urgentes: la inflación, los tarifazos, la falta de trabajo, la inseguridad, la imposibilidad de alimentarse bien, la miserabilidad de las jubilaciones y un largo etcétera. 

El año electoral ha hecho que las apariencias caigan. A Alberto F le interesa sólo la elección y mantener viva su posibilidad de buscar la reelección. Esto lo enfrenta directamente a Cristina Fernández de Kirchner. Recuérdese que la expresidenta en funciones le repite a su entorno más cercano que Alberto Fernández representa el peor error político cometido en su vida. 

CFK creyó que el Presidente llegaría a ser su mascarón de proa para liberarla de todas sus penurias judiciales y le aseguraría la tan ansiada impunidad. El hecho de que la vicepresidenta esté hoy condenada por el delito de corrupción es un puñal clavado en lo más profundo de su alma que la enfurece y la perturba. Por eso no lo quiere de candidato a nada. 

El primer papa emérito

He ahí un problema, porque Alberto F no termina de arriar sus banderas. Es lo que muestra su decisión de convocar a una “mesa electoral” del Partido Justicialista para dirimir las cuestiones atinentes a las próximas elecciones y no la gestión. Lo ha hecho con un grado de notable cinismo: de la convocatoria forman parte los gobernadores peronistas, la CGT y los movimientos sociales. Es decir que CFK y su entorno son uno más de ese universo variopinto.

Si algo que la vicepresidenta detesta –entre las muchas cosas que detesta– es ser tratada como alguien del montón. Además, lo que ella y sus secuaces quieren es discutir sólo la gestión, cosa que condenaría a su criatura política y dejaría a los propios como meros espectadores de un gobierno del que en realidad forman parte. 

Lo único que los une a AF y a CFK es su vocación por hacer daño a sus opositores y críticos. Un buen ejemplo es lo que está sucediendo con el caso de los delincuentes que invocan ser mapuches para cometer delitos. A Facundo Jones Huala, que se escapó de Chile hacia la Argentina para no cumplir una condena, no lo buscaba nadie. Lo encontró la policía porque una vecina se quejó por los ruidos molestos que producía el pseudomapuche en medio de una fiesta. Estaba borracho. Esto ocurrió en Río Negro. En Mendoza, le acaban de otorgar un total de casi 25.000 hectáreas a personas que, sin ninguna documentación respaldatoria, ocupaban esas tierras argumentando ser mapuches. Curiosamente, nunca se vio ninguna acción de reclamo de tierras para los mapuches en la provincia de Santa Cruz.      

Toma de distancia provincial. La mencionada “mesa electoral” impulsada por el Presidente. Tiene –además– otro problema en su génesis. Los gobernadores del PJ ya han dado pruebas suficientes de que no van a sacrificarse ni poner en juego su poder territorial para convertirse en los bomberos del gobierno nacional. 

Hasta ahora ya son quince provincias las que tienen pensado desacoplar las elecciones provinciales de la puja nacional. Ninguno de ellos quiere atar su suerte a la de Alberto Fernández, CFK y Sergio Massa por mencionar a los principales dirigentes del Frente de Todos Contra Todos. 

Reculando en chancletas

La posibilidad de caer en la volteada y ser víctimas del voto castigo los espanta. “Ya no se trata sólo del control de la inflación o la contención del dólar blue, que podríamos caratular como problemas de gestión, se trata también de la pelea de dos facciones de poder a quienes no les importa arrastrarnos al abismo. No vamos a chocar con ellos”, aseguraron en el entorno de un gobernador del norte argentino.

Escenas de guerra opositora. Dentro de Juntos por el Cambio la foto parece la misma que vienen exhibiendo hace meses. Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta se disputan el visto bueno de Mauricio Macri con fotos y pijamadas en el Sur. El resultado es siempre el mismo.

El expresidente conserva la centralidad y su cuota de poder como armador político, con la opción de quitarle lo que le dé la gana a cada postulante en una eventual negociación final. Como buen ingeniero, sabe de cálculos, estrategia y se maneja con frialdad.

Conscientes de la ausencia de una figura con peso propio, en la UCR se preparan para negociar cuotas de poder y cargos específicos.

Bastante poco en relación a los momentos de euforia de las últimas elecciones de medio término, donde había surgido la figura de Facundo Manes, hoy muy lejos del círculo de poder real. Restará ver que fichas mueve el jujeño 
Gerardo Morales y cómo se establece un nuevo equilibrio con sus socios del PRO dentro de la alianza opositora.

Como reza el Eclesiastés: “¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y no hay nada nuevo bajo el sol”.