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domingo, 14 de mayo de 2023

Adormecidos y resignados… @dealgunamaneraok...

 Adormecidos y resignados…

Juntos por el escarnio. Dibujo: Pablo Temes

La gente espera que en las elecciones algo pueda cambiar. Pero la crueldad de la dirigencia lo hace improbable. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 13/05/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

"No necesitamos ningún quilombo más”, dijo con sobreactuado énfasis y lenguaje chabacano Sergio Massa en su discurso del jueves pasado. El ministro cree que con ese vocabulario se ganará la simpatía de la gente. La realidad se encargó de mostrarle que, en tanto y en cuanto su gestión siga fracasando, el “quicaos” seguirá en aumento. El 8,4% de inflación del mes de abril es una muestra de ello. Mayo será peor aún.

Toda la gestualidad y la prosa vacua y abundante en lugares comunes de Massa son los propios de un postulante a la Presidencia que se ha encargado de fijar las condiciones bajo las cuales pretende arribar a esa postulación: la de ser candidato único. Esa circunstancia presupone la eliminación de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). En esto ha logrado cerrar filas con la vice. Hablan regularmente y no sólo de economía. El Presidente se encargó el viernes por la mañana de descartar esa posibilidad y también de tratar de “energúmenos” a quienes lo propugnan. La eliminación de las PASO sería, además, una nueva y flagrante contradicción de Cristina Fernández de Kirchner que fue su creadora. Es que no hay dentro de ese espacio desagregado ningún otro nombre de peso para las presidenciales. 
Axel Kicillof sería un fracaso estrepitoso fuera de la provincia de Buenos Aires, lo de Scioli es puro voluntarismo y Wado de Pedro no tiene el peso político suficiente, ni la capacidad para ilusionar a propios y ajenos. El plan Massa se reactiva y la militancia sueña con el acto del 25 de mayo para ensayar el último operativo clamor para convencer a la jefa.

El índice de inflación de abril es un dato demoledor para la gente. Lo que no deja de impactar es la actitud indolente del oficialismo. Todo lo que hablan sobre este azote que castiga a la sociedad, lo hacen con tono de comentaristas. Se percibe una ajenidad propia de un comentarista. Lo peor es que el mes de mayo viene con proyecciones de aumentos aún mayores. Una de las causas del altísimo índice de inflación, que pone a la Argentina en el segundo puesto a la cabeza de los países con mayores índices de aumentos de precios –el primer lugar lo ocupa Líbano y el tercero, Zimbavwe–, fue la corrida cambiaria que hizo disparar el precio del dólar. Por eso es que el Gobierno está mendigando dólares a todo el mundo. Dicho con todas las letras, esta es la razón por la que el ministro de Economía no tiene más remedio que andar por el mundo en actitud mendicante a la espera de que algún país le preste a la Argentina los dólares que su economía no produce. Esto deja descolocado el aporreo con el que el kirchnerismo trata al Fondo Monetario Internacional.

Hablando del Fondo, las discusiones que se están dando en su sede en Washington son para aprobar el desembolso de los 10 mil millones de dólares que el país necesita sí o sí para lograr una cierta paz cambiaria de aquí a las elecciones. El núcleo duro del buró del FMI está enfrascado en una discusión sobre si hay que exigirle al Gobierno que devalúe. En verdad, este es otro eufemismo porque devaluación hay todos los días. Esta es otra de las mentiras del kirchnerismo. Al propio Massa le escucharon decir con gestualidad impostada que si tenía que devaluar renunciaría. Más mentiras. Hará lo que tenga que hacer.

En el camino la lánguida gestión –o nula– de los distintos sectores del Gobierno no deja de sorprender. En materia monetaria el 
Banco Central es un hervidero. La entidad ha quedado fracturada. Massa trabaja codo a codo con Lisandro Cleri –su hombre dentro de la entidad– pasando por encima del presidente Miguel Pesce, uno de los pocos funcionarios que quedan entre los que responden a Alberto Fernández. No hay coordinación de políticas monetarias y cada uno cuida su quintita. Un funcionario de Economía lo describió así: “Todo está reconfigurado.

Massa actúa hoy como Presidente de la Nación y Lisandro Cleri como presidente del Central; Pesce y AF... bien gracias”. A Miguel Pesce lo sostienen los bancos, sus intereses lo mantienen allí. Todavía conserva la lapicera y tiene capacidad para tomar medidas sectoriales. Sin embargo, no participa de posibles ideas o soluciones para enderezar la macro. Un rol triste y casi testimonial.

Jugar con la paciencia   

El otro espectáculo lamentable lo sigue dando la oposición. Desde que No tan Juntos por el Cambio comenzó con sus peleas internas, ha entrado en caída libre como lo muestra la intención de voto de todas las encuestas. No reparan en la realidad de la gente o, al menos, parecen no estar dispuestos a renunciar a sus ansias de poder. Todos allí esperan un gesto de dignidad en sus oponentes, pero nadie evalúa dar el primer paso. En el Frente de Todos contra Todos se ilusionan con el crecimiento de Javier Milei. Anida allí un deseo oscuro, pero probable. En el oficialismo están convencidos de que el líder libertario no podrá gobernar. Son varios los dirigentes políticos que amenazaron en público con hacer todo lo posible para concretar ese sueño antidemocrático.

La otra alternativa que maneja parte de la izquierda y todo el kirchnerismo duro es “dejarlo hacer”. Sostienen que Milei por su propia inestabilidad emocional y su temperamento es una bomba de tiempo con la mecha corta que les garantizaría su regreso mucho antes de lo esperado. La posible dolarización, las privatizaciones de las empresas públicas, la reforma laboral con aires de flexibilización, y la reducción de la planta del Estado, son inaceptables para la vieja política. 

La gente está adormecida, ha perdido la esperanza y espera con resignación el calendario electoral, con la utopía de que algo pueda cambiar en el corto plazo. La crueldad y la irresponsabilidad de la dirigencia toda hacen esto sumamente improbable.



   

domingo, 30 de abril de 2023

 Jugar con la paciencia…

 

Vidalita porteña. Dibujo, Pablo Temes.

Es lo que siguen haciendo tanto el oficialismo como la oposición. No han aprendido la lección.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 29/04/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.
 

“Creíamos que no llegaríamos al viernes”. Esta confesión hecha por Andrés “Cuervo” Larroque ilustra el verdadero aquelarre que se vivió al interior del Gobierno durante la primera mitad de la semana que pasó. Es un clima de desasosiego y falta de autoridad que aún no ha cesado. Sobre el final del viernes, el dólar paralelo cerró en alza.


El problema que representa la corrida cambiaria es su impacto en el nivel de precios de todos los productos, desde el kilo de pan, pasando por una tuerca y llegando hasta los artículos de mayor sofisticación. Las consultoras que se dedican a medir el índice de precios al consumidor están pronosticando un nivel de inflación cuando menos similar al de marzo, con un piso a partir del 7%.

La herramienta que utilizó el Gobierno para poner freno al desenfreno de la divisa estadounidense fue muy simple y tosca: el apriete. El miércoles a primera hora, Cleri, que es el hombre de Sergio Massa en el Banco Central, tenía sobre su mesa de trabajo la lista de todas las “cuevas” en las que se comercializa el “blue”, algunas de las cuales son regenteadas por personajes con afinidad por el kirchnerismo.

A cada una de ellas se le hizo sentir el apriete. Fue entonces que “esos cuatro vivos”, según los dichos de Massa, hicieron aparecer los dólares que hicieron que su cotización bajara de 495 a 474. También es preciso hacer dos reflexiones: la primera, que el dólar no se puede “bajar a las trompadas” por mucho tiempo. La historia argentina es prolífica en ejemplos que fracasaron. Pero las urgencias del Gobierno tienen que ver con ganar semanas y, en algunos casos, se conforman con 24 horas. La segunda, el triste papel al que fue relegado Miguel Pesce, presidente del BCRA, cuando los rumores de que Sergio Massa había intervenido el Banco Central comenzaron a circular. La diferencia fue sutil. El ministro no lo intervino pero operó directamente a través de su hombre de confianza para bajar la divisa. A esta altura, Pesce es un sobreviviente al que poco le importa lo que puedan pensar de él.


Aunque parezca increíble, el tigrense se sintió ganador al terminar la semana.

¿Es acaso un logro para destacar que durante el mes de abril el dólar blue haya incrementado su valor 76 pesos? Es parte del plan “llegar como sea”, total la bomba deberá desactivarla el próximo gobierno.

La falta de los dólares aportados por el campo se hace sentir. La brutal sequía que afecta al país nos privó de exportaciones por más de 15 mil millones de dólares. Nos toca ser testigos de una verdadera paradoja: el kirchnerismo, que desde la Resolución 125 tanto hizo por trabar las exportaciones agrícolas, hoy lamenta la caída que han experimentado. Tanto vilipendio K a los exportadores de granos parecería haberse vuelto en contra del oficialismo.

Los dichos de Cristina Fernández de Kirchner en la inauguración de la Escuela Justicialista Néstor Kirchner aportaron poco de nuevo. Llamar “clase magistral” a esa larga perorata carente de substancia y poder de fuego es una exageración superlativa. Lo más llamativo de la alocución autorreferencial y abundante en contradicciones y falacias de la expresidenta en funciones fueron los dardos que lanzó contra Javier Milei.

Discurso de barricada, gritos y corporalidad exacerbada. Disfruta tanto hacer el papel de mala y maestra ciruela que cada aparición le causa un enorme placer. Subir al ring en el rincón del enemigo al candidato libertario no fue casual, sino parte de una estrategia que busca minar las posibilidades electorales de Juntos por el Cambio.

Milei capta votos desde ambos lados de la grieta pero, en el número final, termina perjudicando las chances de victoria de JxC. Prueba de ello es la decisión tomada por el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, de no desdoblar las elecciones provinciales. La maniobra tiene un motivo netamente electoral de muy simple explicación: hacer que la boleta con la candidatura presidencial de Milei traccione a sus votantes a meter en la urna la boleta completa que incluya a su candidato a gobernador, quitándole así votos al candidato de JxC. Todo esto no haría más que consolidar las chances de Axel Kicillof para lograr la reelección.


La acechanza que representa Milei tuvo mucho que ver en la concreción de la reunión convocada por Mauricio Macri con los principales precandidatos del PRO. Se diría que los unió el espanto. Es un espanto que experimentan también varios intendentes bonaerenses que pertenecen a JxC. Lo que varios de ellos están viendo es que, si se votara hoy, la elección para gobernador la estaría ganando Kicillof.

Entre tanta incertidumbre, María Eugenia Vidal vuelve a bailar el minué de la indecisión.

En PRO evalúan bajar al primo Jorge para competir en la Ciudad y encolumnarse tras la ex orgullosamente bonaerense.

Es una decisión que podría provocar otro tembladeral a las ya agitadas aguas del equipo amarillo. Vidal tampoco descarta ir por la presidencia.

Todo vale en campaña pero hay cosas que rozan el ridículo: aparecer en un programa de televisión –netamente periodístico– junto a su pareja, Quique Sacco, compartiendo su mes de casados es propio de un candidato que recién comienza y necesita apelar a este tipo de artimañas para mostrar su humanidad. 

La etapa de “conociendo al candidato” ya pasó. Alguien debería hacérselo notar. Vidal es una mujer valiosa pero busca desesperadamente volver a cubrirse del manto de cercanía que supo tener con el votante. 

Una cosa es cierta, de un lado y del otro, aún no han aprendido que no se puede jugar con la paciencia de la gente.



  

sábado, 8 de abril de 2023

Claudicación kirchnerista… @dealgunamaneraok...

 Claudicación kirchnerista… 


Teatro de operaciones. Sergio Berni. Dibujo: Pablo Temes.  

El oficialismo se ha declarado incompetente en temas de vital importancia para la ciudadanía. 

© Publicado el sábado 8/04/2023 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

El Estado abandonó sus obligaciones. El oficialismo parece haberse declarado incompetente en los temas que son de vital importancia para la ciudadanía: la seguridad o la lucha contra la inseguridad, el narcotráfico y la inflación. 

El plan vamos viendo y la locura imparable de una coalición quebrada desde su génesis nos trajeron hasta acá.

El lunes pasado en la protesta por el asesinato del chofer de colectivos Daniel Barrientos se cruzó un límite. Sus compañeros, trabajadores que todas los días ponen en juego sus vidas a bordo de alguna de sus unidades, no toleraron el show del ministro de Seguridad de la Provincia. Sergio Berni leyó mal la cancha y, aunque nada justifica la paliza que se llevó, se había dispuesto a actuar como siempre. Llegó hasta Lomas del Mirador, lugar de la protesta de los choferes de la línea 620 y descendió en helicóptero acompañado sólo por su custodio personal, sin avisarle a sus pares de la Ciudad de Buenos Aires. Ya lo había hecho en otras oportunidades disfrazado con uniforme de combate y empuñando armas largas. Nuestro Rambo del subdesarrollo avanzó con gesto adusto y aires altaneros como lo confirmaron los compañeros de Barrientos minutos después de los desmanes: “vino como siempre a prepotear y prometer cosas que nunca se cumplen, estamos hartos” –apuntó uno de los trabajadores. No había lugar para una nueva función del superministro.
 

El titular de la cartera de Transporte, el massista Jorge D’Onofrio, se salvó de las trompadas porque no lo reconocieron. El resto ya es historia conocida. El gobernador de la Provincia Axel Kicillof habló con la vicepresidenta en funciones por la escalada de los sucesos. Inmediatamente acordaron las nuevas líneas del relato; había que instalar que no se trató de un asalto al voleo y que algo raro había ocurrido. El gobernador llegó a decir que le habían cruzado un auto a la unidad conducida por Barrientos, algo que desmintieron los pasajeros en sede judicial.

Al poco tiempo el propio Berni instaló la nueva línea discursiva: “No sé si no nos tiraron un muerto, nada me cierra” –declaró a la prensa. Eso explica el cambio de opinión en su accionar. Primero sostuvo que no denunciaría a sus agresores, luego de la orden de sus superiores tuvo que volver sobre sus pasos y montar el segundo gran papelón de su paupérrima gestión. Envió efectivos policiales en un operativo comando para cazar a los choferes que descansaban junto a sus familias por la noche y que habían participado de la agresión. El tema estuvo a punto de escalar de nuevo si no fuera porque fueron liberados 24 horas después de ser apresados.
 

Alguien que le avise a Alberto Fernández que la única verdad es la realidad.   


Una reconocida fuente del peronismo bonaerense reflexionó sobre el clima que se vivió puertas adentro de la cúpula de los gobiernos nacional y provincial: “Se cruzó un límite. Esta vez el mensaje llegó. Ya no se trata de sortear este conflicto. Hay inquietud en muchos funcionarios por el desmadre en las calles. La mayoría siente que puede ser blanco de algún ataque similar. Por primera vez hubo temor y te diría que la detención de los agresores tuvo parte de relato, pero también tuvo la necesidad de bajar un mensaje a la población: no se puede tolerar que corran a trompadas a un funcionario”. Había que ponerse a salvo. La calle está perdida y la gente no da más. CFK está muy preocupada por la situación en la provincia de su preferido. Eso sí, no hubo autocrítica, ni un llamado de solidaridad para una familia que ha quedado destrozada. La empatía no forma parte de los funcionarios de este gobierno.

Al flagelo de la inseguridad se suma el de la inflación creciente. Los analistas privados calculan el índice de marzo al borde de los 7 puntos y proyectan la anual al 110%. Una tragedia que aviva el fuego sobre todo en el castigado Conurbano. Aunque sea difícil de creer, el Presidente regresó eufórico de los Estados Unidos luego de su reunión con Joe Biden. Sus deseos de presentarse a la reelección están más vivos que nunca. AF y sus colaboradores más cercanos han hecho toda clase de interpretaciones fantásticas de los supuestos gestos positivos del compañero Biden. Sergio Massa se ríe de forma sarcástica y CFK no para de masticar bronca. Wado de Pedro y el propio Máximo K se dieron por vencidos. “Alberto es un payaso, un caso perdido” –aseguraron desde el Patria.


Al superministro de Economía se le está acabando la paciencia. En su entorno dejaron trascender lo que siente: “mientras él labura y paga el costo político por la alta inflación Alberto, y sobre todo su entorno, se esconden y evalúan la realidad nacional como si fueran espectadores de una película de terror. Se olvidan que el de Sergio fue el último teléfono que les quedaba” –espetaron visiblemente molestos. Digan lo que digan, Alberto no se baja. Al menos por ahora.

El FMI no le soltará la mano a nuestro país por responsabilidad propia y el presidente norteamericano sabe que el colapso de Argentina no le conviene a nadie por sus consecuencias a nivel global.
Alguien que le avise a Fernández que la única verdad es la realidad.




   

domingo, 26 de marzo de 2023

Ellos son la Patria... @dealgunamaneraok...

Ellos son la Patria…

El Cámpora. Dibujo: Pablo Temes.

El componente fascista del kirchnerismo sigue en su camino hacia el sueño alocado del poder total.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Si alguien se enoja, vamos a elecciones y es la sociedad la que define” dijo Máximo Kirchner el viernes pasado en medio de la marcha del operativo clamor que, con la excusa de una nueva conmemoración del “Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia” organizó La Cámpora, a la que nada le importó el reclamo de Estela de Carlotto que no se utilizara el 24 con una finalidad electoralista. Nada, absolutamente nada le importó a la agrupación que ahora lidera Lucía Cámpora, sobrina nieta del expresidente Héctor J. Cámpora.

Esta afirmación del diputado Kirchner representa una claudicación respecto de la exigencia de la expresidenta en funciones de desplazar a Alberto Fernández y evitar una interna.

Los voceros de esta campaña son no sólo el hijo de la vicepresidenta, sino también Andrés “Cuervo” Larroque, quien una vez por semana concede reportajes en los medios K y los medios públicos transformados en algo más parecido a una topadora, para demoler la figura del primer mandatario.


De persistir en su actitud, el Presidente le habrá asestado un duro golpe a Cristina Fernández de Kirchner, quien está ejerciendo toda la presión que le es posible para que Alberto Fernández decline su postulación a la Presidencia. Su criatura política lo disfruta en silencio y se ilusiona con dejar sin opciones a su mentora. El enfrentamiento es total.


Todo lo que viene haciendo el Gobierno en materia económica es fallido. “Si tengo que devaluar, renuncio”, se supo que dijo el ministro de Economía en medio de las presiones para que así lo hiciera. Lo curioso es que hay devaluaciones todos los días. Y son devaluaciones que ocurren no solo del dólar blue sino también del dólar oficial. Forma parte del humo que vende Massa en su presumido papel de “salvador” del Gobierno. La realidad lo viene castigando duro.


La medida adoptada esta semana de obligar a los organismos públicos a pesificar sus bonos en dólares es un manotazo de ahogado. Se sabe que el ministro de Economía consultó la medida con CFK quien, obviamente, dio su visto bueno. Es una demostración que a la vicepresidenta –una jubilada vip que con su doble pensión de privilegio se lleva más de $ 9 millones– mide las cosas con doble vara. Nada que sorprenda.


Si esta medida hubiera sido tomada por la oposición, la jubilada vip hubiera castigado a ese eventual gobierno en palabras y acciones.

El país estaría incendiado. Para la colección personal de los vaivenes del ministro de Economía quedan sus declaraciones públicas de archivo: “Soy el único que puede ir a un centro de jubilados y mirarlos a los ojos”. Habría que avisarle que esto ya no sería así.


Haga lo que haga el Gobierno en materia económica dispone de un horizonte que no va más allá del corto plazo. Cortísimo. La palabra clave es confianza. La polémica medida fogoneada por Massa que incluyó la venta de títulos en dólares del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses –nadie escuchó a Fernanda Raverta quejarse al respecto– es un ejemplo claro de que importa más el “quién” que el “qué” o el “cómo”.


Un economista que conoce al dedillo cómo piensan en el mercado lo describe así: “Técnicamente la medida no fue incorrecta si lo que se busca es estabilizar los dólares financieros. El problema es que nadie confía en los actores de este gobierno y todo lo que se haga genera falta de confianza. En este contexto los efectos positivos resultan efímeros. Con suerte se puede ganar un mes de tiempo” –sentenció.


Nada más se puede esperar de un gobierno quebrado desde su génesis y que hoy ya no oculta el descontrol de su mala praxis empujada por el todos contra todos. De arriba hacia abajo y viceversa. No hay gestión. El plan se resume drásticamente a aguantar.


Alberto Fernández está decidido a perturbar a CFK con su candidatura. Ésta vive azuzándolo y tratándolo de “pelotudo” en privado. Aníbal Fernández envió fuerzas federales a la Provincia y le mojó la oreja a su par de Seguridad Sergio Berni y al propio gobernador Axel Kicillof, quien teme que Nación descubra el descalabro y los negocios que pululan entre las fuerzas bonaerenses.


La ministra de Trabajo Kelly Olmos le asestó un duro golpe a Wado de Pedro luego de la discusión por el otorgamiento de una suma fija a los trabajadores. Le dijo a su par de Interior que mejor ponga la mirada sobre los sueldos que cobran los municipales de la Provincia de Buenos Aires: “Es el sector salarial más retrasado”. Teléfono para Kicillof.


Para aportar un nuevo disparate a este verdadero todos contra todos, la vocera presidencial Gabriela Cerruti, habló de “depurar” al periodismo y a la Justicia luego de los hechos sucedidos durante la dictadura militar. Entre los sinónimos más comunes de ese vocablo se encuentran: purificar, limpiar, eliminar. La portavoz con sus comentarios y deseos de “depuración” no hace más que confirmar el enorme componente fascista que anida en el corazón del kirchnerismo.


Son ellos o el enemigo. Ellos son los mejores. Ellos son la Patria. El resto, somos objetos prescindibles en el camino al sueño alocado del poder total. Una idea y una fijación inaceptables para todo país que pretenda vivir en libertad y en democracia.



   


domingo, 19 de marzo de 2023

Un salto de calidad… @dealgunamaneraok...

 Un salto de calidad… 


Mano derecha con fondo amarillo. Pablo Temes.

La Argentina debe ser capaz de salir del ambiente tóxico que generan los personalismos opuestos.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 28/03/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Con una inflación del 6% no se puede pensar en ganar una elección”, dijo el diputado ultra kirchnerista Rodolfo Tailhade en un reportaje que le hicieron en Radio Nacional el miércoles último. En verdad, el drama es otro: con un 6% de inflación mensual no se puede vivir. La pérdida de noción respecto del valor de las cosas se pierde totalmente. Nadie sabe cuál es el precio justo de un producto o un servicio, y ya es cosa de todos los días ver a los repositores de los supermercados y autoservicios haciendo tareas de remarcación de uno u otro producto.

 

En el kirchnerismo, el 6,6% cayó como una bomba. Increíblemente, algunos conspicuos referentes de ese espacio se sorprendieron por el número, lo cual representa una demostración más de lo absolutamente disociados que están de la realidad. Viven en un mundo gaseoso que, de alguna manera, es tóxico. Si se tomaran la molestia de hablar con el verdulero, el carnicero, el panadero del barrio en donde viven cada uno de los integrantes del oficialismo, se enterarían de lo desastroso de este presente incierto y angustiante para la mayoría de la población.

 

Las promesas de Sergio Massa se han hecho añicos, a pesar de lo cual el ministro y sus adláteres siguen expresándose y actuando como si nada pasara y toda su gestión hubiese sido un éxito. El plan K para intentar ocultar la realidad hace a su esencia que, como bien se sabe, es la mentira. Tal como era previsible, todos estos mamarrachos de Precios Cuidados y Precios Justos fracasó. La épica de la militancia K recorriendo supermercados y sancionando a los que no respetaran esos “acuerdos” duró lo que dura la nada misma.

Las culpas por esta inflación imparable vienen recayendo sobre el exministro de Economía, Martín Guzmán, el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, y el secretario de Comercio, Matías Tombolini y, por supuesto, el Fondo Monetario Internacional y Mauricio Macri.

 

Mientras esto ocurre, en los gremios ya se encendió la alarma. El objetivo de Massa de hacer que en las negociaciones paritarias no se supere el 60% de aumento anual va quedando desfasado por las proyecciones inflacionarias para este año. El otrora superministro tuvo que rendirse ante una realidad que es evidente para todos. Sus planes presidenciales deberán esperar.

 

Es cierto que siempre dijo que este no era su momento, pero anidan allí dos especulaciones ocultas: la primera tiene que ver con sus propios deseos de poder y la fantasía de que una buena gestión al frente del Ministerio de Economía lo catapultaría al sillón de Rivadavia apuntalado por un operativo clamor. La segunda, que con un dólar e inflación controlados tendría el peso suficiente para elegir el cuándo y el cómo materializar su llegada a la Rosada. Todo esto quedó pulverizado y archivado al menos por un buen tiempo.

 

Asimismo, asistimos por estos días a una especie de película de ciencia ficción donde los personajes que son parte de los problemas centrales de la Argentina, se desligan de los mismos y critican la gestión buscando responsables. No es casual que el multifacético Aníbal Fernández haya salido a negar la proscripción de CFK –en primer lugar– y luego se haya tomado el tiempo de ocuparse públicamente de su hijo Máximo, alegando que nunca supo de qué trabajaba y poniendo de manifiesto que no tiene la talla ni la experiencia para tomar decisiones electorales. Casi a la par, el ex todopoderoso Guillermo Moreno cuyo fracaso como secretario de Comercio Interior quedará en algún libro de anécdotas del Far West, aseguró que “Cristina Fernández no es más la jefa del peronismo”.

 

Hay un claro intento de dar vuelta la página y despegarse de CFK y y los acólitos de La Cámpora. A no confundirse, ni Moreno ni Aníbal Fernández son aliados o simpatizantes del Presidente. Son la voz del peronismo más clásico encarnado en un nutrido grupo de intendentes y ex barones del Conurbano como Fernando Gray (Esteban Echeverría), Julio Pereyra (actual diputado nacional y ex jefe comunal de Florencio Varela), Juan José Mussi (Berazategui), Julio Zamora (Tigre), Fernando Espinoza (La Matanza) entre otros; y de un puñado de gobernadores con peso territorial como Sergio Uñac (San Juan) y Juan Schiaretti (Córdoba).

 

Algo similar se vive dentro del sindicalismo peronista. Saben que con el cuento de la proscripción no alcanza y no se resignan a tener a Axel Kicillof, Máximo Kirchner y a La Cámpora respirándoles en la nuca. “No hay forma de convencer a Sergio –por Massa– y no nos vamos a resignar a la idea de que no tenemos candidato para competir. Nosotros nos jugamos nuestro distrito y no nos vamos a suicidar con ellos”, sentenció una poderosa voz del Conurbano.

 

El único plan del Gobierno es seguir emitiendo para pagar las cuentas y ganar tiempo a riesgo de caer en una híper. Octubre es todavía una fecha muy lejana. “Alberto no está tranquilo, pero disfruta de los pocos placeres domésticos que le dan las internas políticas. Desde hace un tiempo él agita la idea de un peronismo sin Cristina y que ahora ese boceto esté empezando a tomar forma no es poca cosa. Además, sabe que la señora no tolera pensar que su elegido, a quien siempre destrató y humilló, se esté atribuyendo los planes para  intentar sepultarla políticamente”, dice una voz que conoce el pulso que se vive en ambos lados de la coalición de gobierno.

 

En el equipo amarillo están muy lejos del destete táctico y político del expresidente Mauricio Macri. Su regreso de Europa es esperado por propios y ajenos. Todavía creen que su definición acerca de una posible candidatura servirá para terminar de ordenar la interna. Un mal síntoma si lo que desean demostrar es la templanza y capacidad de mando para conducir un país. Macri hace su juego y condiciona su decisión a la esfera “personal”, el único aspecto lo suficientemente blindado que no permite cálculos ni aproximaciones.

 

La Argentina debe ser capaz de salir de una vez por todas del ambiente tóxico que generan los personalismos opuestos. Para eso, muchos dirigentes deben animarse a dar un salto de calidad, capaz de despertar el interés de una sociedad angustiada y adormecida por su propia incapacidad de mando.