Mostrando las entradas con la etiqueta Sergio Massa. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Sergio Massa. Mostrar todas las entradas

lunes, 29 de enero de 2024

El humor presidencial. Enojarse es de necios... @dealgunamaneraok...

Enojarse es de necios...

Simpatía por el demonio, Luis Caputo. Dibujo: Pablo Temes

El malestar de Milei en la reunión de Gabinete, quedó en evidencia, fue resultado del límite que tienen las reformas.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 27/01/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Tal como se preveía, el paro y movilización organizado por la cúpula de la Confederación General del Trabajo el miércoles pasado, terminó haciéndole un enorme favor al Gobierno. La breve duración de la manifestación fue un indicio de la dificultad que hoy encuentra la cúpula sindical para movilizar a la gente. No fue casual que la medida de fuerza comenzara al mediodía. 


Así se aseguraron que la gente estuviera en sus lugares de trabajo y no hiciera falta transportarla en micros, lo cual no significa que no hubo aprietes. Por eso el paro del transporte –que fue dispar–, comenzó recién a las 19. El escaso involucramiento de los intendentes peronistas del Gran Buenos Aires debilitó la capacidad del vetusto aparato de un verdadero rejunte en el que confluyeron estructuras enfrentadas: la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) siempre fue crítica de la CGT y lo mismo ocurrió con las organizaciones piqueteras. 


“Hemos escuchado a los que gritan”, dijo Caputo. ¿Recién el viernes?

Las alrededor de 100 mil personas que llegaron hasta el Congreso fueron parte de un acto desangelado y desprestigiado. Si algo más hacía falta para agregarle más desprestigio a esa dirigencia, fue el discurso de Pablo Moyano –malísimo– amenazando al ministro de Economía, Luis Caputo, con tirarlo al Riachuelo. Nada que sorprenda: es lo único que sabe hacer.  Creen que con el apriete y la prepotencia todo lo pueden. No comprenden que hay cosas que están cambiando. Subestiman a quienes votaron por Milei, sin advertir que mucha gente pobre lo hizo, harta de sentirse condenada a la pobreza perenne por estos dirigentes ricos. La metodología de la amenaza y del apriete tiene que ver con las ambiciones y necesidades de poder de los caudillos sindicales. Es una metodología que usan cuando no gobierna el peronismo. Las pocas explicaciones que dan acerca de por qué no le hicieron ningún paro al kirchnerismo que se fue dejando un 150% de inflación, tiene la endeblez de una hoja al viento. “Teníamos paritarias y había empleo” –dijo Hugo Yasky para justificarse. Es la cantilena que usan ahora estos dirigentes para intentar explicar lo injustificable. La verdad es que las paritarias estuvieron fuertemente condicionadas –recuérdese que Sergio Massa hablaba de un acuerdo paritario que no superara el 60%– y que el empleo que se creó fue mayoritariamente estatal. La cantidad de nombramientos en el Estado que se produjeron en el último tramo del gobierno de Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa fue bochornosa. 

Envalentonado por lo favorecido que salió el Gobierno de esta primera contienda contra el peronismo, Milei decidió apretar aún más el acelerador con el proyecto de ley ómnibus pomposamente llamado “Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos”. Estaba claro que esta actitud no era la más conducente a los fines de evaluar el poderío real con el que cuenta el oficialismo en el Congreso. Pasado el mediodía del viernes, en medio del anticipo que el mismo Milei había hecho respecto de reformas que podían quedar para más adelante en el reportaje con Patricia Janiot, se tomó nota de que el proyecto de ley no tenía ninguna chance de ser aprobado. 

El tema fiscal era un asunto sobre cuyo rechazo la oposición dialoguista se había puesto firme. Los gobernadores representados por esos bloques  –el PRO, la UCR y Hacemos Cambio Federal que encabeza Miguel Ángel Pichetto– se habían puesto absolutamente intransigentes en su rechazo. El capítulo fiscal incluía un blanqueo de capitales, una moratoria impositiva, el adelanto de Bienes Personales, el impuesto a las Ganancias, el cambio de la fórmula de movilidad jubilatoria y las retenciones. 

Estado y señores feudales 


En las febriles horas del viernes, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem –quien venía monitoreando el posible resultado de la votación en la sesión plenaria anunciada para el martes, tuvo la certeza de que al oficialismo le aguardaba una derrota apabullante. Tal circunstancia hubiese significado para el Gobierno un duro golpe de consecuencias políticas y económicas imprevisibles. “Le hubiéramos regalado al kirchnerismo la victoria que no obtuvo en la urnas”, señaló con alivio una voz de La Libertad Avanza luego de la conferencia de prensa de Caputo.     

No queda clara cuál ha sido la estrategia que se planteó para llegar a este punto. Hay quienes piensan que, desde el principio, el oficialismo desplegó esta intransigencia extrema para negociar el apoyo opositor afín. No parece una decisión inteligente. Como tampoco fue una decisión inteligente enviar semejante mamotreto para ser aprobado en su totalidad. El Presidente insistía en hacer saber que ese capítulo de la ley era innegociable. Se podría haber acordado en las conversaciones durante el tratamiento en las comisiones, lo cual le habría evitado al Gobierno el estrépito. “Hemos escuchado a los que gritan”, dijo Caputo. ¿Recién los escuchó el viernes a la tarde?  

El enojo del Presidente en la reunión de Gabinete del jueves, en la que dijo que si no se aprobaba la ley, “a los gobernadores no le voy a mandar un peso”, fue producto de la dificultad que encuentra en el Congreso. Javier Milei debería saber que enojarse es de necios. La necedad obnubila y quita serenidad para el análisis. Es, además, una muestra de debilidad: quien se siente fuerte no necesita enojarse.   

El enojo del Presidente se dirige no sólo a los opositores y a los periodistas que lo critican sino también a los propios. Malquistado con el ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, por haber filtrado la frase antes mencionada, lo echó. El episodio fue la gota que rebalsó el vaso. Las cosas no venían bien con Ferraro a quien consideraban un inoperante, porque no había podido poner en marcha su ministerio: faltaban cubrir cargos y había desavenencias con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y con Caputo.

La salida de Ferraro y la disolución de Infraestructura como ministerio para distribuir sus secretarías en el ámbito de Economía, son la confirmación de la consolidación del poder de Caputo. El Ministerio de Infraestructura derivaba del original Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios que entre 2003 y 2015 comandó Julio De Vido, mano derecha de los Kirchner. Ese ministerio fue la base de la maquinaria de corrupción puesta en marcha durante los años del kirchnerato. 

Al superintendente de Salud y Servicios Sociales, Enrique Rodríguez Chiantore, lo echaron sin darle ningún motivo con un mensaje enviado por WhatsApp, una muestra de maltrato innecesario. El maltrato y el enojo son parte de la ira, que es uno de los siete pecados capitales. Resulta contradictorio que Milei, tan imbuido de conceptos religiosos, reincida en un comportamiento que, hasta aquí, le ha traído más problemas que soluciones. “La ira es una locura de corta duración.” (Horacio).


   

domingo, 14 de enero de 2024

Cuando el éxito es un drama… @dealgunamaneraok...

 Cuando el éxito es un drama…   

Voraz, Javier Milei. Dibujo: Pablo Temes.

La inflación de diciembre es un disparate y no debería celebrarse. Un gobierno que es un experimento.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 13/01/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


La cifra dio la vuelta al mundo: 25,2%. El índice de inflación de diciembre es mucho más que un número: es la consagración del disparate. Es algo irracional que está sucediendo acá y ahora. Acá es la Argentina. Esto es de lo que habla la gente cada hora de cada día. Llamar esto un éxito es otro disparate.  

El Presidente debería ser cuidadoso con el vocabulario. Ese “éxito” significa para gran parte de la población un drama. Una cosa es que el índice de inflación haya sido menor al 30% que esperaba el Gobierno y otra cosa es llamar a ese guarismo un éxito. Para que se tenga dimensión de lo que enfrenta la gente en el día a día, conviene recordar algunos precios.  

Una docena de huevos, dependiendo de su clase, puede alcanzar los 3 mil pesos en un almacén de barrio; 200 gramos de jamón cocido oscilan entre los  mil y 3 mil pesos dependiendo de su calidad; el litro de nafta premium está cada vez más cerca de los 900 pesos. Llenar el tanque de un auto mediano, que tiene una capacidad de 55 litros, sale aproximadamente 40 mil pesos, dependiendo de la estación y barrio de la Capital. Es cierto que Javier Milei lo predijo, así como predijo que estos primeros meses serán duros. Es cierto que, a la luz de tanta mentira y promesa falsa del desastroso gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, Sergio Massa y Alberto Fernández, la decisión de no ocultar la realidad es un valor. Pero con eso solo no alcanza. Con eso solo, la gente no llega a fin de mes.  

Nunca se vivió algo así en los 40 años de la reganada democracia       

El gobierno de Milei es un experimento en toda la acepción de la palabra. Nunca se vivió algo así en los cuarenta años de la reganada democracia argentina. Es decir, un gobierno en minoría absoluta en ambas cámaras del Congreso y sin ningún gobernador que le responda queriendo imponer un megadecreto de necesidad y urgencia y un megaproyecto de ley sin ningún acuerdo con el resto de las fuerzas políticas. Hay que recordar que, en el apogeo de su poder, el menemismo tejió un acuerdo con el radicalismo para lograr la aprobación de la Ley de Reforma del Estado.  

Las cosas se hacen aún más complicadas cuando La Libertad Avanza (LLA) busca aplicar un criterio de todo o nada en su discusión parlamentaria. 

Otra vez aparece aquí el tema del fondo y de las formas. Muchas de las reformas que quiere instrumentar Milei son loables. Otras, decididamente no lo son. Es francamente curioso ver cómo algunas de las personas con experiencia en la función pública en anteriores gestiones que forman parte de la actual administración no se dan cuenta de lo vulnerable que, desde el punto de vista del derecho constitucional, es el DNU. Las sucesivas cautelares que se vienen dictando lo demuestran. A esta altura ya son más de 60 los amparos presentados. El Gobierno apuesta a que, una vez terminada la feria judicial, sea la Corte Suprema la que se aboque al tema y le dé luz verde. Hay que recordar a su vez que, antes de iniciarse la feria judicial, la Corte aceptó la presentación que hizo el gobernador de la Rioja, 
Ricardo Quintela –el mismo que dijo que si Milei ganaba renunciaría, promesa que no cumplió, algo habitual en muchos dirigentes del peronismo que hacen de la mentira un dogma– pidiendo la declaración de inconstitucionalidad del DNU. 

A pesar de su reticencia, el Gobierno en general y Javier Milei en particular chocaron de frente con la política y no tuvieron más opción que negociar en el Parlamento. Haber enviado a cada ministro a defender la ley ómnibus no fue una mala jugada, pero se notó la diferencia de experiencia y solvencia de cada uno. Lo que sigue generando roces con los otros bloques legislativos –y lo seguirá haciendo– es que el Presidente no oculta su desprecio por todo este ejercicio que se vio obligado a hacer para poder avanzar. Es en el fondo, desprecio por la política. Debería reflexionar y darse cuenta de que una cosa es “la casta” y otra muy distinta el ejercicio democrático. En JxC –sobre todo en el PRO– salieron de urgencia a reclutar gente de la sociedad civil (empresarios, cámaras y académicos) para ir a defender la ley ómnibus en el plenario de comisiones del Congreso que continuará mañana. Algunos expondrán en forma presencial y otros de manera virtual. En el equipo amarillo, con algunos matices, están trabajando a destajo para darle soporte parlamentario al oficialismo. 

Muchas de las reformas que se quieren implementar son loables. Otras, no.   

En la UCR la división es bastante más elocuente. Allí continúan las negociaciones para definir cómo pararse ante las reformas que plantea el Ejecutivo y ya se observa cierta tensión entre los duros y los dialoguistas. La Unión Cívica Radical es dueña de 34 bancas y se ha convertido en el principal bloque al que el Gobierno deberá convencer para poder avanzar con la ley ómnibus y el resto de sus proyectos. Facundo Manes, el jujeño Gerardo Morales y hasta Julio Cobos sostienen que la bancada debe adoptar una posición intransigente frente a los deseos del Gobierno.  

Del otro lado, 
Rodrigo de Loredo y Karina Banfi, entre otros, se anotan como una oposición constructiva y dialoguista. Aunque la ley ómnibus –con modificaciones– tiene grandes chances de ser aprobada, todo está por verse.  

El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional se alcanzó tras un trámite rápido. Nada que sorprendiera: el programa ultraortodoxo que intenta instrumentar el Gobierno no puede cosechar más que apoyo por parte del organismo. Atrás quedaron las tortuosas negociaciones que fueron moneda corriente durante los cuatro años de la administración kirchnerista.  

La pregunta que –más allá de ese apoyo– se hacen desde Kristalina Georgieva hasta el último de los funcionarios involucrados en las tratativas con 
Luis Caputo y su equipo es si lo que propone LLA se podrá implementar o no. Y más allá de los planes en materia económica que figuran en el Excel, el termómetro de viabilidad lo seguirá marcando la gente.




    

El paper de Massa y las fuerzas de la tierra que operan para auxiliar a Milei… @de...algunamaneraok

 El paper de Massa y las fuerzas de la tierra que operan para auxiliar a Milei…

Patricia Bulrich y Javier Milei

El Presidente depende de la voluntad de un puñado de dirigentes, casta pura, para que su ley ómnibus sea aprobada. El trámite está encaminado pero eso implicará el desguace del proyecto escrito por Sturzenegger y que tiene rechazo en funcionarios del propio Gobierno. La demanda a Caputo y el reclamo para que la motosierra sea equitativa. El ránking que muestra Milei y la caída que tuyo su imagen tras el primer mes de gobierno.   

© Escrito por Pablo Ibáñez el domingo 14/01/2024 y publicado por el Periódico Digital elDiarioAR de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Las fuerzas del cielo que invoca Javier Milei son, fuera de TikTok, muy terrenales, responden al nombre de casta y operan desde una oficina del sexto piso de avenida Rivadavia. Con su lógica extrema, Milei presume que la maquinaria de poder que se activó para que su ley ómnibus avance en el Congreso es la prueba de que impuso su legado celestial, pero la verdad es bastante diferente: hay un esfuerzo descomunal del ecosistema político para darle una herramienta sin la cual su gobierno podría, muy pronto, naufragar. Esas son las fuerzas de la tierra.

Milei quizá no lo dimensione hasta que la Cámara de Diputados, probablemente el sábado 27, vote un texto que descuartizará la Biblia desreguladora que redactó Federico Sturzenegger“Mandó una ley ómnibus, le vamos a devolver una ley remise pero eso le va a alcanzar para andar”, ironiza un legislador que da por hecho que varios capítulos serán borrados, enteros, de un plumazo. “Que los otros temas los mande como leyes comunes y para tratar en ordinarias durante el año”, dicen en el despacho, fuera del Palacio, que es un vórtice de negociaciones contra reloj.

En Casa Rosada, como regla general, se afirma que Milei aceptará cambios que alteren el espíritu refundacional de la ley. Pero es un espíritu errante porque dentro del Gobierno hay posiciones antagónicas. Horacio Marín, el ex Tecpetrol que quedó al frente de YPF, hizo llegar el mensaje de que no está en su hoja de ruta privatizar la petrolera estatal. Al ANSeS, donde manda el cordobés Osvaldo Giordano, llegaron borradores de una nueva fórmula de actualización para ofrecer como variante a la propuesta original de eliminar esa pauta y darle discrecionalidad absoluta a Milei para la suba de jubilaciones. El dato intrigante es que esas propuestas circulan a través de Alejandra Torres, diputada por Córdoba y pareja de Giordano. 

Esa anarquía es casi una regla. En su visita a diputados, Patricia Bullrich anuló, in voce, el artículo 331 del proyecto oficial que proponía considerar como manifestación toda reunión de más de 3 personas en la vía pública. Lo hizo sin avisarles a los diputados de La Libertad Avanza (LLA) sobre esa decisión, lo que dejó en offside al bloque que preside Oscar Zago donde habían avanzado con una redacción aclaratoria que mantenía el artículo en pie. El rasgo común es que dentro del propio Gobierno hay objeciones y rechazos a la ley enviada por Milei. 

Equilibrio

El dato más extravagante es otro: el atajo para que Milei tenga una ley para bajar el déficit fiscal se nutre de un paper que confeccionó Sergio Massa cuando era ministro-candidato, la famosa separata del Presupuesto que proponía revisar un puñado de exenciones impositivas. Ese punteo es la llave para que el conglomerado opositor, sin Unión por la Patria (UXP), junte las manos para que Milei tenga una ley que no será, en gran medida, la ley que mandó pero le respetará un renglón esencial: la búsqueda del equilibrio fiscal.  

La suerte de la ley ómnibus depende de que LLA sostenga su pacto con el PRO y logre el apoyo de otros dos espacios, la UCR y Hacemos, que preside Miguel Pichetto y arma interbloque con los provinciales. Si se cae alguno de esos pilares, Milei se queda sin músculo. El único criterio en el que todos están de acuerdo es en darle a Milei una herramienta para bajar el déficit, pero no aceptan que eso se logre mediante la suba de retenciones a 15%, lo que consideran un impuestazo. La contrapropuesta es bajar retenciones a 7 u 8 puntos, pero incorporar, para compensar la diferencia, modificaciones que figuran en la separata massista. 

“Proponen eliminar la fórmula de actualización jubilatoria, pero no tocan los 90 millones de dólares que le subsidiarán a Mercado Libre este año. Es decir: quiere recortar las jubilaciones, pero le mantenemos los subsidios a Galperin”, explican en la trinchera opositora, y no del peronismo K, en referencia a la Ley de Economía del Conocimiento (LEC) que tiene una pauta para el 2024 de 137 mil millones de pesos que en un alto porcentaje beneficiarán a la empresa de Marcos Galperin. Son, claro, volúmenes distintos, pero se trata de una cuestión simbólica sobre por dónde pasa, y por dónde no, la motosierra. Figuran, también, la exención a depósitos bancarios y la dispensa sobre inmuebles rurales.
Separata  

El pedido para que Luis “Toto” Caputo vaya a Diputados tiene que ver con esto: que alguna autoridad de Economía valide, sea notificada y consultada, sobre un cambio en el renglón ingresos para no desarmar la hoja de ruta de reducción del déficit que el ministro ratificó en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La suba de retenciones es un reclamo de los gobernadores que, además, anticiparon el rechazo a la reforma de la ley de Pesca, al que modifica la normativa sobre hidrocarburos -los patagónicos se reunirán, el miércoles, en el CFI- y avanza, además, una propuesta para impulsar una reforma para que coparticipar parte del impuesto PAIS. En 2023, la recaudación de IVA -que se coparticipa- aumentó un 214% y en el mismo período lo recaudado por impuesto PAIS rondó el 800%. “Nación rica, provincias pobres”, dice un gobernador que anticipa que la recaudación en las provincias estuvo por debajo de la inflación. “Más que la eliminación de Ganancias, vamos a sufrir la baja de recaudación por la caída de la actividad”, dice un mandatario a elDiarioAR. 

La foto de esta semana es que los bloques opositores, menos UxP y la izquierda, votarán en general la ley ómnibus pero en el tratamiento en particular el trámite será una carnicería y muchos capítulos quedarán en la nada. Un ejemplo: la reforma del Código Civil, un texto que la Corte Suprema trabajó durante diez años, ¿se va a reformar a sola firma, sin consulta con otros actores involucrados?

Milei tiene otro registro. La semana que pasó difundió, eufórico, un informe de la Fundación Libertad y Progreso, que dirige el ultra liberal Agustín Etchebarne, y que pronostica que Argentina escalará 90 puestos en el ranking de la libertad económica si entran en vigencia las reformas que incluyen el DNU y la ley ómnibus. Es el parámetro que guio la redacción de Sturzenegger y que generó reacciones múltiples de sectores que no descubrieron el porqué de algunas reformas, por caso La ley de Pesca, cuyas concesiones terminan a fin de año y donde todos los actores de la cadena se oponen, además de producir daños en otros aspectos: la potencial pérdida de más de 50 mil empleos y resignar exportaciones por USD 1.800 millones.

Informe de la Fundación Libertad y Progreso que elogió Mile
i.

El lado B de esas libertades se mide en la estampida de precios que pegó, todavía parcialmente, en diciembre y derivó en una inflación del 25,5%. Entre el arrastre y los aumentos que se vienen, enero estará en esos niveles o más alta, mientras que en febrero, dicen en Gobierno habría una primera baja del índice. Así y todo, Milei le confía a su entorno que el escenario de precios será muy duro hasta abril o mayo y que después esperará a “aliviar”, tras lo cual avanzará con una segunda etapa de medidas que incluirán la flexibilización del cepo y una baja de impuestos.

En medio vendrá una avalancha de aumentos. En Transporte trabajan para una suba del boleto de transporte automotor en el AMBA que lo llevará de los 77 actuales a 250 pesos, a la vez que revisan si se modifica la tarifa social que usa el 50% de los pasajeros. Esto produce una paradoja: al subir el boleto se dispara, en paralelo, un aumento de los subsidios porque uno de cada dos pasajeros tiene algún tipo de subvención. Algo similar ocurre con los subsidios a la energía: por la devaluación, se duplicó el costo de la generación y eso no se trasladó, todavía, a las facturas. A datos de enero, lo que paga el usuario cubre solo el 17% del valor de la energía. El próximo paso sería reducir de 400 a 200 el piso de kilowatts subsidiados. La invocación de subsidiar la demanda se topa, siempre, con una dificultad instrumental. 

La brecha entre inflación y salarios es la cuadratura del círculo libertario. En noviembre, antes de la devaluación dispuesta por Caputo, los salarios tuvieron un retroceso brusco que se agudizará en diciembre, tal cual refleja el último informe de Suramericana, la consultora del exministro Martín Guzmán. El interrogante es cómo será el proceso de reapertura de paritarias para tratar de compensar. Más que el paro y la movilización del 24 de enero, la gran batalla de los gremios será la renegociación salarial.

Salario vs. Inflación en noviembre. Fuente
Suramericana

El clima callejero empieza a migrar. La consultora Synopsis de Lucas Romero encontró que la inflación tocó el punto más alto en la preocupación social en los últimos ocho años. El dato debe cruzarse con otras percepciones: el 51% cree que Milei no logrará bajar la inflación y el 40% está dispuesto a darle un plazo máximo de tres meses para que dé señales de mejora en ese aspecto. Synopsis registró, además, un deterioro en la imagen del presidente: en 30 días, la negativa subió 10 puntos entre diciembre y enero -de 33,2 a 43,6- y la positiva cayó 3 puntos. 

El estudio aporta otros datos interesantes: Mauricio Macri es la figura del ecosistema no peronista que tiene peores niveles de imagen -57,2 de negativa-, lo que parece limitar la posibilidad de un protagonismo futuro y que puede explicar que el expresidente haya elegido a dos laderos, María Eugenia Vidal Diego Santilli, como las figuras que expresan el apoyo a Milei y que podrían, eventualmente, ser actores para un potencial “segundo tiempo” si el libertario debe hacerle un refresh a su gabinete. 

El otro dato tiene que ver con UxP y es que Axel Kicillof se despega, por su buena imagen, del resto de los actores del pan peronismo. El gobernador mide 10 puntos más que Cristina Kirchner y casi 15 puntos más que Massa. Shila Vinker encontró, en noviembre, que Kicillof empezó a tener mejores indicadores que Cristina lo que sugería que la jefatura y representación de ese sector parece migrar pero, además, que el gobernador logra interpelar a sectores donde Cristina no tiene adhesión.  

La galaxia del PJ tiene su propia frecuencia, entre la imposibilidad de bloquear leyes y un ruido interno a partir de silencios o movimientos autónomos como los del gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, que además de empatizar con la Casa Rosada tendrá a una funcionaria suya, Yanina Martínez, en el equipo de Guillermo Francos, el ministro del Interior. “Tenemos que saber cuántos somos y quienes somos: si somos 6 gobernadores, vamos con eso pero es momento de empezar a discutir una estrategia que nadie tiene. Peor aún: nadie plantea la discusión sobre la necesidad de tener una estrategia”, apunta un dirigente bonaerense.

PI.



   

domingo, 31 de diciembre de 2023

Las formas importan.... @dealgunamaneraok...

 Las formas importan…

Javier, la ira de Dios. Dibujo: Pablo Temes.

Ante tanta fragilidad política, el gobierno debe cuidar no solo el contenido de sus medidas.    

© Escrito por Nelson Castro el domingo 31/12/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.  


Todo transcurre en medio de una vorágine pocas veces transitada. Desde ese punto de vista no hay sorpresas. Es lo que Javier Milei había prometido. Eso no significa que sea lo ideal. Acierta el gobierno cuando exhibe acción. Eso indica que, efectivamente, tiene un plan. Se equivoca cuando pretende imponer una noción de que la cosa es a todo o nada, lo que en el ámbito de la política es decididamente malo.

Tanto el Decreto de Necesidad y Urgencia como el proyecto de Ley para las “Bases y punto de partida para la Libertad de los Argentinos”, demuestran que el equipo que encabeza Federico Sturzenegger trabajó durante muchos meses con todo detalle sobre una impresionante diversidad de temas. Más allá de lo que marca la Constitución Nacional. Pretender evitar la participación del Congreso en alguno de los puntos del DNU, es afectar su vigencia en el tiempo. Lo que se pretende imponer de un plumazo, se puede también derogar de un plumazo. Sería aconsejable que en el entorno de Milei esto se entendiera bien.  

El envío del proyecto de ley al Congreso sorprendió a varios funcionarios del gabinete nacional. Entre ellos, los que estaban dialogando con el secretariado general de la CGT. Por eso, el Presidente hizo una mala lectura de la realidad ya que había un diálogo subterráneo con el sindicalismo, con cierto grado de acuerdo con varios de ellos. Ese puente se rompió aun cuando, la fecha del 24 de enero, fijada por la central obrera para el paro general, deja abierta la ventana a una eventual negociación. En este punto, es menester hacer una reflexión sobre la foto que dejó la presencia de Héctor Daer, Pablo Moyano y compañía en el escenario del salón Felipe Vallese en la que anunciaron la medida de fuerza. Es una foto sepia que atrasa y, el hecho de que durante los cuatro años del desastroso gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, Sergio Massa y Alberto Fernández –el orden no es un error, sino que se corresponde con el nivel de poder que tuvieron– no hayan llevado adelante ningún paro expone su pusilanimidad. 

“Cuando tuvimos inflación, que fue un flagelo, y siguió y aumentó, tuvimos las paritarias para recomponer el salario” –argumentó Daer– olvidando que Massa los había presionado para que las paritarias no superaran el 60%. Luego agregó que “jamás se apuntó en contra del sistema jubilatorio y la igualdad de todos los que habitamos esta tierra”. Sobre esto, es necesario recordar dos cosas: primero, los dichos de la diputada por el Frente de Todos contra Todos, Fernanda Vallejo, quien calificó de “fórmula de mierda” al sistema de ajuste votado por ella misma y el resto del oficialismo K; y sobre la igualdad, hay que recordarle a Daer que Cristina Fernández cobró hasta ahora, el haber de la jubilación como presidenta y una pensión también de presidente correspondiente a su esposo Néstor, algo absolutamente contrario a las disposiciones legales. Es decir, un privilegio bochornoso por su inmoralidad que está en vías de ser revocado. La legisladora Graciela Ocaña sigue sosteniendo la causa en la Justicia. Al respecto, llama la atención que entre la quita de privilegios a “la casta” el Presidente Javier Milei no haya puesto la lupa sobre estos privilegios, algo que –a todas luces– no tiene razón de ser. Es más, vale la pena recordar que el exvicepresidente condenado Amado Boudou está entre los que perciben este beneficio extraordinario.   
Una constante con la que se han encontrado los nuevos funcionarios en los principales ministerios es la cantidad de gente empleada que no realiza tareas específicas. El propio ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona denunció públicamente que tuvo que poner cámaras en el edificio porque habían roto en siete oportunidades el sistema de validación de ingresos y egresos con la intención de sortear los controles. En el Ministerio de Economía y en la Secretaría de Comercio sucede algo similar y es puesto de manifiesto en el off the récord por los propios empleados de carrera de la cartera: “No te podés distraer porque apareció gente que no había venido nunca a buscar desesperadamente un escritorio libre donde recaer. Son los ñoquis, que no quieren perder sus beneficios y no tienen ningún empacho en discutir con quienes hemos estado trabajando día y noche cumpliendo con nuestras obligaciones”. Una foto cabal de lo que dejó el kirchnerismo. 

El período de Sesiones Extraordinarias en el Congreso no será un paso fácil para el gobierno. El Decreto de Necesidad y Urgencia desencadenó una oposición férrea en todos los sectores del peronismo y, como ya se dijo, en la CGT, sobre todo por la reforma laboral impulsada y las limitaciones para las protestas callejeras. El propio Miguel Ángel Pichetto, presidente del nuevo bloque Hacemos Coalición Federal pidió “no dramatizar” el debate legislativo de la ley Ómnibus del Ejecutivo y sostuvo que hay contenidos necesarios para darle al gobierno herramientas que faciliten la gobernabilidad. Si bien, en un principio se mostró crítico del DNU, aseguró que “lo que no se pueda discutir en el decreto se discutirá en la ley”.  

A pesar de todo, hay en el gobierno cierto aire de optimismo. Saben que para la oposición y, sobre todo para el sindicalismo, no será gratis oponerse a un gobierno que lleva apenas un par de semanas en el poder. De hecho, las marchas que han intentado ganar la calle en los últimos días, nacieron con ese mismo vicio de debilidad. Habrá que ver qué sucede si el paro general anunciado por la CGT a realizarse a sólo 44 días de gestión del nuevo gobierno se traduce en una demostración de poder en la calle. Una cosa es segura: a ambos extremos de la cuerda les conviene negociar. Es muy pronto para todo.  

El gobierno tiene la oportunidad de dejar atrás años de decadencia, pero no debe olvidar que, en un contexto de fragilidad política, las formas son tan importantes como el fondo de las medidas. La Argentina y todos sus habitantes están en sus manos y no hay lugar para otro fracaso.



   

domingo, 24 de diciembre de 2023

En el medio está la gente... @dealgunamaneraok...

En el medio está la gente...


Patricia está con nosotros, nada malo podrá ocurrirnos. Pablo Temes.

La sociedad sabe que hay crisis y que nada se logra sin sacrificio. El Gobierno precisa lucidez.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 24/12/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


El megadecreto anunciado por el presidente 
Javier Milei el miércoles a la noche debe ser analizado en su fondo, en su forma y en sus eventuales resultados. Respecto de la cuestión de fondo  hay que señalar que su contenido le ha permitido a la sociedad argentina tener la noción clara y la dimensión exacta de la maraña de disposiciones regulatorias que afectan su vida cotidiana. Desde la muy mala ley de alquileres hasta la ley de góndolas y un largo etcétera que, además, han servido para crear una burocracia que alimentó la letal corrupción que se extiende por todo el país. Ejemplo de ello –entre tantos– es el registro automotor, muchos de cuyos titulares son personas vinculadas al poder de los diferentes turnos. Los gobernadores no están exentos de esta crítica. Esto no significa que el Estado no deba tener a su cargo un rol de regulación en situaciones bien puntuales en las cuales grupos dominantes quieran imponer sus condiciones para eliminar todo tipo de competencia. Eso no es lo que ha ocurrido con el Estado elefantiásico que el megadecreto expone. Ese Estado elefantiásico ha, paradojalmente, consolidado la fortaleza de esas posiciones dominantes y favorecido la corrupción.      

En un sistema republicano las cuestiones de forma hacen a su esencia. La división de poderes es un pilar fundamental sobre el que se asienta la estructura institucional de la Argentina. El objetivo de tal condición es claro: evitar que alguien tenga la suma del poder total. En el transcurso de la historia, esa fue una aspiración que tuvieron varios líderes políticos: Juan Manuel de Rosas, Julio Argentino Roca, Juan Domingo Perón, Carlos Menem y, últimamente, Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. En el caso de los Kirchner fue esa división de poderes la que evitó que el proyecto chavista que encarnaban se concretara.

Algunos puntos del decreto deben pasar por el Congreso inevitablemente

Los decretos de necesidad y urgencia (DNU) nacieron como un instrumento que, bajo la justificación de una necesidad extrema y excepcional dieron pie a una aberración que permitió al presidente de turno eludir la participación del Congreso en la elaboración de instrumentos legislativos. Menem abusó de los DNU, lo que llevó a que, con un intento de limitarlos, se reglamentara su uso en la reformada Constitución de 1994.  

Imaginemos por un momento que, en vez de Javier Milei, esto lo hubiese hecho la expresidenta. Desde esta columna se estarían exponiendo las mismas críticas. De hecho, destacados abogados profesores de Derecho Constitucional de afinidad ideológica declarada con el actual gobierno no dudaron en calificar a alguno de los puntos del megadecreto como inconstitucional. Por lo tanto, hay algunos puntos del decreto que deben pasar por el Congreso inevitablemente. Si así no fuera, se exponen a que en el futuro un gobierno de signo contrario elimine también de un plumazo lo que hoy se quiere imponer del mismo modo.

Los resultados de todas medidas serán los que terminarán de darles su vigencia. Si los prometidos beneficios se hacen realidad, las ideas de Milei tendrán terreno fértil y cambiarán la cultura política de la sociedad. Si no, retornará lo mismo que se acaba de ir, pero mucho peor. Es un riesgo demasiado grande como para cometer errores de forma que condicionan todo el armado.   

El Gobierno sabe que el momento de acelerar con medidas antipáticas es ahora

“Si el Presidente hubiese enviado una parte del decreto como proyecto de ley al Congreso de la Nación, no tengo dudas de que hubiese tenido mejor recepción general y que habría tenido el apoyo de la mayoría en ambas Cámaras. Estoy de acuerdo con el Fondo de las medidas, pero no puedo aceptar el camino elegido para imponerlas”. La reflexión pertenece a una diputada nacional del ala dialoguista de Juntos por el Cambio y demuestra claramente que las cosas podrían haberse hecho mejor. Al fin y al cabo, parte del peronismo no kirchnerista también habría apoyado las medidas en el Parlamento dejando en soledad al kirchnerismo duro y los sectores más radicalizados de la izquierda. Sin embargo, para el Presidente este DNU es algo más que una batería de medidas políticas. Forma parte de su concepción del poder, y de su batalla contra la burocracia de “la casta”. Victoria Villarruel, desde el Senado, y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, ya están tejiendo alianzas para intentar tomar el control de la comisión bicameral permanente que controla los DNU. En el Gobierno son optimistas y alegan que “en los 40 años desde el regreso de la democracia nunca se rechazó un DNU”. El problema es que esto no termina aquí. Apenas una parte de lo que viene es la ley de reforma tributaria. Son, al menos, 10 capítulos con decenas de artículos que versan sobre el blanqueo, retenciones, posibles moratorias, impuestos internos y la polémica vuelta de ganancias. Quienes conocen el derrotero de leyes, decretos y normas para desregular la economía y todos los aspectos que hacen a la vida en sociedad que eran controlados por el Estado aseguran que el camino será áspero por lo menos hasta fines del mes de mayo. En el Gobierno saben que el momento de acelerar con medidas controvertidas o antipáticos es ahora. La pregunta sigue siendo la misma: ¿podrá la gente de a pie soportar algunas de las consecuencias de estas medidas de apertura? Es cierto que la liberación de precios es consecuencia directa de los desastres del gobierno anterior. La inflación –que recrudecerá al menos hasta marzo– es responsabilidad del gobierno de los Fernández y, en especial, de la irresponsabilidad del exministro candidato Sergio Massa, pero las consecuencias actuales las sufre la gente, y es una incógnita el tiempo que podrán sostenerse en pie ante la llegada del sinceramiento de precios percibido como un ajuste descomunal.

Argentina pelea por volver a ser un país normal. Los 20 años de kirchnerismo hicieron estragos. Se libra una batalla cultural que tendrá en pie de guerra a los Belliboni de la vida, los D’Elía y los Grabois. Lo peor que puede pasar es quedarse a mitad de camino. El Gobierno deberá tener la lucidez suficiente para administrar dos años de tragos amargos. Nada se logra sin sacrificios, pero en el medio está la gente.