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domingo, 26 de septiembre de 2021

Kirchnerismo en acción… Gobiernos intervenidos… @dealgunamaneraok...

 Kirchnerismo en acción… Gobiernos intervenidos… 


El discurso del odio. Dibujo: Pablo Temes. 

El nacional como el bonaerense están ahora bajo control de Cristina y de Máximo, respectivamente.

 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 25/09/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 


Hay heridos, ofendidos y humillados en los dos lados. “El caradura de Kicillof no puede hacer como que no pasó nada y que está bajo el paraguas de los ganadores, porque le coparon el gabinete.” La llegada de Insaurralde fue un mensaje bien claro a favor de los que creen en la territorialidad que el gobernador despreció.

 

Además, su trato con los intendentes siempre fue frío. Máximo e Insaurralde venían tejiendo juntos hace tiempo, ahí está el mensaje para el que se creía intocable. Otro de “los padres de la derrota” –asegura una voz que recorre con frecuencia la Rosada. Como se ve, no solo hay críticas internas; también hay descalificaciones. La de “caradura” es de las más suaves y educadas.

 

Los dos gobiernos –el nacional y el bonaerense– han sido intervenidos. Y éste no es un eufemismo o una cita figurativa sino literal. A la administración de Alberto Fernández la intervino directamente Cristina Fernández de Kirchner. A la de Axel Kicillof, Máximo Kirchner. 

 

El desplazamiento de Carlos Bianco de su cargo como jefe de Gabinete ha sido un duro golpe para el gobernador que viene sosteniendo una puja subterránea y creciente con el primogénito de la ex presidenta en funciones. Kicillof es una persona tremendamente desconfiada que, por ende, se apoya en un núcleo muy pequeño y cerrado de personas. A Bianco lo conoce desde 1998, cuando fue su alumno en un curso que el hoy gobernador dio en la Universidad de Quilmes sobre “Corrientes Económicas Contemporáneas”.   

 

El desembarco en  la Jefatura de Gabinete provincial del ahora ex intendente de Lomas Zamora no fue solitario. Lo hizo acompañado de gente suya, entre los que se cuentan Juan de Jesús, del Partido de la Costa, y Hernán Y Zurieta de Punta Indio.

 

“Lo que está pasando con el despilfarro de guita es lo que vas a ver en mayor o menor medida en todo el Conurbano de acá hasta las elecciones.” 

 

“Es lo que saben hacer los pragmáticos de la vieja escuela. ¿Qué otra cosa se puede esperar de Manzur y Aníbal? Ya lo reconoció Gollan. En el caso de Aníbal también optaron por reciclar un tipo hábil en el barro que nunca se prende fuego. Pero no creo que alcance. La gente la está pasando muy mal”–continúa el funcionario con despacho en Balcarce 50 que no deja de acumular un enojo que no disimula.

 

El oficialismo ha decidido emular lo hecho por el gobierno de los Rodríguez Sáa en San Luis en 2017. En ese entonces, luego de perder las PASO contra Claudio Poggi, hubo un aluvión de fondos públicos en planes sociales, inodoros, chapas, colchones, juegos de dormitorio y comedor, prótesis, sillas de ruedas, electrodomésticos y ayuda para pequeños comerciantes que le permitieron dar vuelta el resultado. Habían perdido por 19 puntos y ganaron por 12.  

 

Las expresiones del ex ministro de Salud bonaerense y segundo en la lista de candidatos a diputados nacionales, Daniel Gollan, fueron un sincericidio que desnuda el pensamiento de la mayor parte del kirchnerismo y el peronismo que lo acompaña. La dignidad de la persona vale un electrodoméstico o un poco de plata en su bolsillo. 

Es la radiografía del pensamiento del populismo que necesita que haya mucha gente pobre como sustento para sus ambiciones de permanencia indefinida en el poder. 

 

“Un poco de platita en el bolsillo” habla de una vida de subsistencia.  

 

“Un poco de platita en el bolsillo” habla de personas cuya dignidad no tiene ningún valor para los que gobiernan.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla de un desprecio por la educación.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla de un menosprecio hacia la salud pública.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla de una desestima hacia el sufrimiento de gente que durante la pandemia lloró la pérdida de sus seres queridos.


“Un poco más de platita en el bolsillo” habla de no asumir los garrafales errores cometidos por el Gobierno durante la pandemia.


“Un poco más de platita en el bolsillo” habla de no hacerse cargo del escándalo del “Vacunatorio vip”.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla del desdén hacia quienes se quedaron sin el fruto de una vida de trabajo.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla de la convalidación del vale todo.


“Un poco de platita en el bolsillo”  habla de la apología de la inmoralidad.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla del vilipendio hacia la capacidad de pensamiento de quien se ve sometido a las adversidades de la pobreza.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla del ideario de quienes hoy están al frente del Gobierno.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla del tiempo por venir que le aguarda a nuestro país si esto no se modifica.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla de gente a la que dejan sin la posibilidad de soñar con un futuro mejor para ellos y/o para sus hijos.

 

La elección no está terminada.

 

El oficialismo ha salido a la caza de los ciudadanos y ciudadanas que no fueron a votar el 12 de septiembre pasado. Si todos ellos lo hicieran por el “Frente de todos contra Todos”, el oficialismo podría dar vuelta la elección en la provincia de Buenos Aires y otros distritos.   

 

La oposición por estas horas enfrenta dos grandes problemas: “El control y fiscalización de la elección y la retención del que nos votó en las PASO, pero que siempre estuvo más cerca del oficialismo. El voto bronca es muy fuerte, pero muy volátil, ahí tenemos que trabajar”. Aseguran en Juntos.

 

Así planteada, la elección del 14 de noviembre será no solo una contienda electoral sino también una radiografía de una parte de la sociedad argentina, fundamentalmente de aquélla sumergida en la pobreza.

 

Si con “un poco más de platita en el bolsillo”, una licuadora, un lavarropa, una heladera, una cocina y un largo etcétera de electrodomésticos, el Gobierno consiguiese su objetivo, el populismo habrá obtenido un triunfo que le permitirá dar alas a su proyecto de permanencia en el poder para siempre. 





jueves, 16 de septiembre de 2021

Crisis en el Gobierno… @dealgunamaneraok…

Cristina Kirchner: "¿En serio creen que no es necesario presentar renuncias después de semejante derrota?"… 

Cristina Fernández de Kirchner, en el acto de Avellaneda. Fotografía: Presidencia de la Nación. 

En un extenso posteo en su blog, la vicepresidenta detalló los pormenores de la grieta en el gobierno. 

© Escrito el jueves 16/09/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner se refirió por primera vez a la crisis desatada dentro del gobierno nacional para denunciar que no va a "seguir tolerando las operaciones de prensa que desde el propio entorno presidencial a través de su vocero se hacen sobre mí y sobre nuestro espacio político".

 

En una extensa publicación en su sitio web, la vicepresidenta relató que se reunió con Alberto Fernández el martes 14 después de "48 horas sin que se comunicara conmigo y me pareció prudente llamarlo y decirle que tenía que hablar con él".

 

"Deje pasar 48hs deliberadamente, para ver si llamaba", relató Cristina. En la reunión Cristina dijo al presidente "que era necesario relanzar su Gobierno y le propuse nombres como el del Gobernador Juan Manzur para la Jefatura de Gabinete". 

"Sé que sorprenderá mi propuesta, es de público y notorio las diferencias ya superadas que he tenido con quien fuera mi Ministro de Salud desde el año 2009, cuando debí remover a quien entonces era mi Ministra de Salud por el fracaso en el abordaje de la pandemia de la gripe A (H1N1), recordó.  

Cristina Kirchner dijo que esa propuesta no debería sorprender porque "el 18 de mayo de 2019 le propuse a todos los argentinos y argentinas como candidato a Presidente de la Nación a Alberto Fernández".  

"¿Por qué cuento esto?", prosigue Cristina. "Porque no voy a seguir tolerando las operaciones de prensa que desde el propio entorno presidencial a través de su vocero se hacen sobre mí y sobre nuestro espacio político: Alberto Fernández quería que el Dr. Eduardo De Pedro fuera su Jefe de Gabinete y fui yo la que no estuvo de acuerdo. Mal podría ahora promoverlo para ese cargo". 

Cristina reprochó al gobierno la actitud que tomaron después de las PASO: "Al día siguiente de semejante catástrofe política, uno escuchaba a algunos funcionarios y parecía que en este país no había pasado nada, fingiendo normalidad y, sobre todo, atornillándose a los sillones". 

"¿En serio creen que no es necesario, después de semejante derrota, presentar públicamente las renuncias y que se separan la actitud de los funcionarios y funcionarias de facilitarle al Presidente la reorganización de su gobierno?", reclamó la jefa del Frente de Todos. 

El mensaje completo de Cristina Kirchner.

"Una vez más me dirijo a mis compatriotas como lo he hecho en otras oportunidades. No es la primera vez. Hace ya casi un año, el 26 de octubre de 2020, me dirigía a los argentinos y las argentinas con el documento “27 de octubre. A diez años sin él ya uno del triunfo electoral: sentimientos y certezas”.  

Allí desgranaba reflexiones acerca del funcionamiento institucional, y de lo que considero el problema central de la economía argentina y la necesidad de abordarlo desde un acuerdo amplio de las distintas fuerzas políticas.  

Hoy, releo aquellas líneas de inusitada actualidad en las que también mencionaba que las decisiones en el Poder Ejecutivo argentino siempre las toma el Presidente de la Nación y en las que decía sin eufemismos ni operaciones de prensa en off, que había funcionarios y funcionarias que no funcionaban. 

También recuerdo el acto que se llevó a cabo en el Estadio Único de La Plata el 18 de diciembre de 2020, del cual participamos muchos compañeros y compañeras del Frente de Todos junto al Presidente de la Nación, cuando expresé textualmente: “… pero ojo, yo no quiero que ese crecimiento -el crecimiento económico del año 2021 que acertadamente pronosticara el compañero que me había precedido en el uso de la palabra- se lo queden tres o cuatro vivos nada más. Para esto, me parece que hay que alinear salarios y jubilaciones, obviamente, precios, sobre todo los alimentos y tarifas. ”. 

En esa oportunidad también señalé: “por eso le digo a todos aquellos que tienen miedo o que no se animan, por favor… hay otras ocupaciones además de ser ministro, ministra, legislador o legisladora. Vayan a buscar otro laburo. 

Como no soy mentirosa y mucho menos hipócrita (nunca digo en público lo que no sostengo en privado y viceversa), debo mencionar que durante el año 2021 tuve 19 reuniones de trabajo en Olivos con el Presidente de la Nación. Nos vemos allí y no en la Casa Rosada a propuesta mía y con la intención de evitar cualquier tipo de especulación y operación mediática de desgaste institucional. 

En las primeras 18 reuniones, la última de ellas el 07/09/2021, siempre le plantee al Presidente lo que para mí constituía una delicada situación social y que se traducía, entre otras cosas, en atraso salarial, descontrol de precios -especialmente en alimentos y remedios- y falta de trabajo, sin desconocer, obviamente, el impacto de las dos pandemias: la macrista primero y la sanitaria a los 99 días de haber asumido el gobierno. Igualmente siempre remarqué la falta de efectividad en distintas áreas de gobierno. 

También que creía que se estaba llevando a cabo una política de ajuste fiscal equivocada que estaba impactando negativamente en la actividad económica y, por lo tanto, en el conjunto de la sociedad y que, indudablemente, esto iba a tener consecuencias electorales. No lo dije una vez… me cansé de decirlo… y no sólo al Presidente de la Nación. La respuesta siempre fue que no era así, que estaba equivocada y que, de acuerdo a las encuestas, íbamos a ganar “muy bien” las elecciones. Mi respuesta, invariablemente, era “no leo encuestas… leo economía y política y trato de ver la realidad”. Una realidad que me indicaba que en el año 2015 perdimos las elecciones presidenciales en segunda vuelta y por escasa diferencia, con el mayor salario en dólares de Latinoamérica -que representaba más del doble del salario actual-. 

Fui, soy y seré peronista. Por eso pensaba que no podíamos ganar. Y se lo decía no sólo al presidente. Muchos compañeros y muchas compañeras escucharon mis temores. 

El domingo 12 de septiembre de este año el peronismo sufrió una derrota electoral en elecciones legislativas sin precedentes. Mientras escribo estas líneas tengo el televisor encendido pero muteado y leo un graph: “Alberto jaqueado por Cristina”. No... no soy yo. Por más que intenten ocultarlo, es el resultado de la elección y la realidad. 

Es más grave aún: en la Provincia de Buenos Aires, termómetro inexcusable de la temperatura social y económica de nuestro país, el domingo pasado nos abandonaron 440.172 votos de aquellos que obtuvieron Unidad Ciudadana en el año 2017 con nuestra candidatura al Senado de la Nación… con el peronismo dividido, sin gobierno nacional ni provincial que apoyara y con el gobierno de Mauricio Macri y su mesa judicial persiguiendo y encarcelando a ex funcionarios y dueños de medios opositores a diestra y siniestra. 

Recuerdo que, cuando perdimos las elecciones legislativas en la Provincia de Buenos Aires del año 2009, con Néstor como candidato a Diputado Nacional -después de la 125 y de la crisis global del 2008-, quien Alberto considera con justicia el mejor presidente de la democracia , el día lunes siguiente a las elecciones no sólo renunció a la titularidad del Partido Justicialista, sino que yo como Presidenta de la Nación pedí la renuncia de quien fuera mi Jefe de Gabinete, entre otros. Y ¡ojo!… Habíamos perdido en la Provincia de Buenos Aires pero habíamos ganado a nivel nacional. A Néstor Kirchner hay que recordarlo en versión completa y no editada. 

Sin embargo ahora, al día siguiente de semejante catástrofe política, uno escuchaba a algunos funcionarios y parecía que en este país no había pasado nada, fingiendo normalidad y, sobre todo, atornillándose a los sillones. ¿En serio creen que no es necesario, después de semejante derrota, presentar públicamente las renuncias y que se separan la actitud de los funcionarios y funcionarias de facilitarle al Presidente la reorganización de su gobierno?

El martes 14 tuvo lugar, otra vez en Olivos, mi última reunión con el Presidente de la Nación. Habían transcurrido 48hs sin que se comunicara conmigo y me pareció prudente llamarlo y decirle que tenía que hablar con él. Deje pasar 48hs deliberadamente, para ver si llamaba (debo decir que de las 19 reuniones, la mayoría fueron una iniciativa mía). Allí le manifesté que era necesario relanzar su Gobierno y le propuse nombres como el del Gobernador Juan Manzur para la Jefatura de Gabinete. Sé que sorprenderá mi propuesta, es de público y notorio las diferencias ya superadas que he tenido con quien fuera mi Ministro de Salud desde el año 2009, cuando debí remover a quien entonces era mi Ministra de Salud por el fracaso en el abordaje de la pandemia de la gripe A (H1N1). 

Aunque en realidad, nadie debería sorprenderse por mi propuesta: el 18 de mayo de 2019 le propuse a todos los argentinos y argentinas como candidato a Presidente de la Nación a Alberto Fernández.  

¿Por qué cuento esto? Porque no voy a seguir tolerando las operaciones de prensa que desde el propio entorno presidencial a través de su vocero se hacen sobre mí y sobre nuestro espacio político: Alberto Fernández quería que el Dr. Eduardo De Pedro fuera su Jefe de Gabinete y fui yo la que no estuvo de acuerdo. Mal podría ahora promoverlo para ese cargo. 

A propósito de la categoría de funcionarios que no funcionan… el vocero presidencial escaparía a esa clasificación. Es un raro caso: un vocero presidencial al que nadie le conoce la voz. ¿O tiene alguna otra función que desconocemos? ¿La de hacer operaciones en off por ejemplo? Verdadero misterio. 

Por la misma razón me comuniqué con el Ministro de Economía cuando se difundió falsamente que en la reunión que mantuve con el Presidente de la Nación, había pedido su renuncia. Las operaciones son permanentes y, finalmente, sólo terminan desgastando al gobierno. Es increíble que no lo adviertan. Es una pena tanto daño autoinfligido. 

Confío, sinceramente, que con la misma fuerza y   convicción que enfrentó la pandemia, el Presidente no solamente va a relanzar su gobierno, sino que se va a sentar con su Ministro de Economía para mirar los números del presupuesto. El año pasado, con ocasión de presentarse el mismo, se estableció que el déficit fiscal iba a ser del 4,5% del PBI sin pandemia a partir de marzo del 2021 -situación que no se verificó como es de público y notorio-. 

Cada punto del PBI en la actualidad es alrededor de $ 420.000 millones. A agosto de este año, a cuatro meses de terminar el año y faltando apenas unos días para las elecciones, el déficit acumulado ejecutado en este año era del 2,1% del PBI. Faltan ejecutar, según la previsión presupuestaria, 2, 4% del PBI… más del doble de lo ejecutado y restando sólo cuatro meses para terminar el año… con pandemia y delicadísima situación social. No estoy proponiendo nada alocado ni radicalizado. Al contrario, simplemente estoy recogiendo lo que en este contexto global de pandemia está sucediendo a lo largo ya lo ancho del mundo, desde Estados Unidos, pasando por Europa y en nuestra región también: el Estado atemperando las consecuencias trágicas de la pandemia.  

Ha sido presidente durante dos períodos consecutivos. En el 2008 nos tocó atravesar la crisis global más grande después de la Gran Depresión del año '30. Soportamos corridas cambiarias permanentes -con muchas menos reservas en el Banco Central que en la actualidad- y el asedio de los Fondos Buitre. Sé que gobernar no es fácil, y la Argentina menos todavía. Hasta que sufrió un vicepresidente declaradamente opositor a nuestro gobierno. Duerman tranquilos los argentinos y las argentinas… eso nunca va a suceder conmigo. 

También estoy convencida que será imposible solucionar los problemas que dejó el macrismo de bajos salarios, altísima inflación, endeudamiento vertiginoso con acreedores privados y la vuelta del FMI con un préstamo de 44 mil millones de dólares, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc… votando al macrismo o votando sus ideas. 

Cuando tomé la decisión, y lo hago en la primera persona del singular porque fue realmente así, de proponer a Alberto Fernández como candidato a Presidente de todos los argentinos y las argentinas, lo hice con la convicción de que era lo mejor para mi Patria. Sólo le pido al Presidente que honre aquella decisión… pero por sobre todas las cosas, tomando sus palabras y convicciones también, lo que es más importante que nada: que honre la voluntad del pueblo argentino". 


  

miércoles, 1 de enero de 2020

La pasión de Alberto… @dealgunamanera...

La pasión de Alberto…


Para Alberto la nuestra es una democracia con “cuentas pendientes”, in progress, incompleta.  Pero en esa incompletud yace precisamente su fortaleza, porque la política democrática se funda más en preguntas que en respuestas.

© Escrito por Sol Montero el viernes 10/12/2019 y publicado por el Periódico La Vanguardia Digital de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

El anuncio de Cristina Kirchner del 18 de mayo abrió, como por arte de magia, un proceso de transmutación del carisma: del aura de Cristina al cuerpo de Alberto, progresivamente investido de legitimidad, capacidad y virtud.

En el Frente de Todos el desafío fue hacer visible un liderazgo donde no había ninguno, y esa visibilidad, puesta en escena en más de un dispositivo comunicacional durante la campaña y la transición, posibilitó su ascenso como candidato y futuro presidente. Hay muchas estaciones en la pasión de Alberto, que hoy culminó en su asunción presidencial.

Después de la elección de octubre se desplegaron dispositivos de concordia y de discordia: la designación de un equipo de transición, el encuentro entre el presidente saliente y el electo en la Casa Rosada, una misa compartida, una conferencia de prensa con el anuncio del gabinete de ministros, los intercambios entre funcionarios entrantes y salientes, la presencia pública del Alberto-estadista en eventos internacionales, la aparición del Alberto-twittero respondiendo mensajes. Así se fue configurando el cuerpo y la voz presidencial en los últimos meses.

La democracia no es solo un régimen de procedimientos, también es un régimen de liturgias y conmemoraciones. El 10 de diciembre, día histórico para la democracia argentina, se produjo la unción definitiva, la asunción presidencial, ese ritual milimétricamente reglado, y sujeto a múltiples arreglos institucionales y conmemorativos. Todo es signo en un acto de este tipo.

Están los compromisos institucionales: el trayecto desde el domicilio particular hasta el Congreso, el juramento, el traspaso de los atributos presidenciales, el discurso del nuevo presidente, el traslado a la Casa Rosada (Alberto llegó sin chofer, conduciendo su propio auto desde su casa hasta el Congreso), la jura de los ministros, el saludo a las delegaciones extranjeras. El pasaje de la condición de civil a la de primer magistrado.

Y luego están los rituales populares: la plaza, la multitud, los carteles, el festival, la música, el sudor, la marcha peronista, la alegría, las pasiones. No hay asunción sin pasión, porque el poder, cuando es representativo, está ungido por ese engrudo místico que es la identificación afectiva.  

No hay asunción sin pasión, porque el poder, cuando es representativo, está ungido por ese engrudo místico que es la identificación afectiva.

“¿Vas a ver la asunción de Cristina el martes 10?”, escuché decir por ahí en referencia al acto de asunción del 10 de diciembre.

Porque hoy también asumió Cristina. Invocadas explícitamente durante el proceso de selección de ministros, la palabra y la autoridad de Cristina funcionan, aún en silencio y en ausencia, como una garantía, como el soporte en el que descansa la legitimidad de Alberto.

Sentada a su lado, como presidenta de la Cámara de Senadores, como compañera y como líder político-espiritual, en la ceremonia de asunción miraba su discurso de reojo, ahora también aprendiendo de Alberto. El cuerpo de Alberto y el aura de Cristina, encarnación de una nueva comunidad política.

En su discurso de asunción Alberto habló de recomponer ese cuerpo político con más y mejor democracia: pero ¿a qué fundamento apelar para llevar adelante este proyecto democrático?

En última instancia, algo tan material como una comunidad política, integrada por cuerpos (sufrientes, necesitados, emocionados), se funda en valores, en gestos intangibles: la “solidaridad en la emergencia”, la “ética de la urgencia”, las “verdades relativas”.

La recomposición comunitaria de la Argentina requerirá solidaridad y de humildad, exigirá renunciar a (parte de) los privilegios, ceder (parte de) las verdades absolutas para confluir en un pacto social que es irrealizable sin cierta disposición ética de los actores.

Esa es la paradoja de la democracia: para construir la unidad es precisa la división, la escisión entre los intereses particulares y los colectivos, la confrontación de verdades parciales en pos de una verdad superadora y contingente.


Esa sociedad democrática en construcción desde aquel 10 de diciembre de 1983 es una que todavía “nos debemos”. Para Alberto la nuestra es una democracia con “cuentas pendientes”, in progress, incompleta. Pero en esa incompletud yace precisamente su fortaleza, porque la política democrática se funda más en preguntas que en respuestas.

Las preguntas abren un campo de posibilidades, hacen estallar las certezas uniformes y permiten imaginar un futuro. La liturgia de la asunción de Alberto cerró con una pregunta, la pregunta del millón: ¿seremos capaces, como Argentina unida, de atrevernos a construir esta posible y serena utopía a la cual nos llama hoy la historia?





lunes, 28 de octubre de 2019

Mauricio Macri y Alberto Fernández se reunieron por una hora… @dealgunamanera...

Mauricio Macri y Alberto Fernández se reunieron por una hora…

Mauricio Macri recibió a Alberto Fernández en la Casa Rosada. Fografía: CEDOC


El mandatario saliente y el presidente electo compartieron un desayuno para hablar de la transición.


El presidente Mauricio Macri recibió en la Casa Rosada a su sucesor electo Alberto Fernández, para empezar a delinear la transición. El foco del encuentro habría abordado también la cuestión del dólar, eje de los cruces entre ambos candidatos tras las PASO, luego de que en las últimas horas el Gobierno nacional anunciara un endurecimiento del cepo cambiario.


El mandatario saliente arribó pasadas las 9.30 a Balcarce 50 y saludó a los medios y vecinos que se acercaron a ver su llegada. Por su parte, Fernández llegó en medio de un amplio grupo de periodistas que lo aguardaban en la puerta del edificio de su domicilio en Puerto Madero, de donde salió pasadas las 10:20 rumbo a la Casa de Gobierno.


El encuentro con el líder del Frente de Todos estaba previsto para las 10:30  horas y fue el punto de inicio de la transición, que culminará el próximo 10 de diciembre con el traspaso formal del mando. Ambos informaron anoche en sus discursos tras conocerse los resultados del escrutinio provisorio que iban a reunirse para empezar a llegar a consensos.  Alberto se retiró de la Casa de Gobierno una hora después de haber llegado. Según trascendió, Macri y Fernández estuvieron todo ese tiempo reunidos en solitario.

El análisis de Jaime Duran Barba: Vidal perdía igual y Macri sigue como líder 

El desayuno entre el ex jefe de Gabinete y el actual mandatario se da luego de la conferencia de prensa que realizó el titular del Banco Central, Guido Sandleris, en la que brindó precisiones sobre el endurecimiento del cepo cambiario que se restableció tras la derrota de Juntos por el Cambio en las PASO para frenar la corrida cambiara y la pérdida de reservas. Según consignó el director de la entidad monetaria, el límite para la adquisición de divisas alcanza a 200 dólares para aquellas personas que hagan la operación vía homebanking, pero para las compras en efectivo, sólo se podrán adquirir 100 dólares.


Uno de los reclamos que realizó el entonces candidato del Frente de Todos al Presidente cuando se produjo la corrida cambiara fue que la Casa Rosada trabajara para cuidar las reservas del país. Las medidas que se implementaron apuntan en esa dirección.

Fernández avaló el "dólar Alberto" de $60: "Ya tiene un valor razonable"

La reunión entre Macri y Fernández era algo que desde el oficialismo ya tenían planeado en caso de que se repitiera el escenario de las PASO y el Frente de Todos ganara en primera vuelta. Lo reconoció el asesor presidencial Jaime Durán Barba durante la edición especial del ciclo Periodismo Puro que conduce el CEO de Perfil Network, Jorge Fontevecchia, que se emitió anoche por Net Tv


“La idea fue ganar, pero si no se ganaba había que ver cómo hacemos para dar un paso para que la Argentina tenga una democracia institucionalizada, formal, en la que los adversarios aprendan a respetarse y construir un lindo país. Si bien no estaba planificado en detalle, estaba dentro de ese horizonte. Qué hacemos para que el país cambie porque eso también es cambiar el país, tener actitudes democráticas, republicanas que si se siguen dando en el tiempo van a dar una mejor democracia”, expresó el experto.