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domingo, 10 de diciembre de 2023

Milei toma el mando en Argentina. "Será duro, pero es el último mal trago"... @dealgunamaneraok...

 "Será duro, pero es el último mal trago"...  


El presidente argentino Javier Milei, durante su discurso en las escalinatas del Congreso en Buenos Aires. Imagen: Marcelo Endelli/Getty.   

El nuevo presidente argentino le dice a sus conciudadanos que la herencia recibida no tiene otra "alternativa posible que el ajuste". 

Será duro”. Esa es la advertencia que el nuevo presidente argentino, Javier Gregorio Milei, le ha a sus conciudadanos desde las escaleras del Congreso, en un acto que ha tenido cierta reminiscencias escenográficas norteamericanas. El león, como se le conoció durante la campaña, ha sido muy claro y crudo: “No hay alternativa posible al ajuste. Va a haber un shock”.   

© Escrito Enrique Figueredo el domingo 10/12/2023 y publicado por el Diario DIgital La Vanguardia de la Ciudad de Barcelona, Reino de España. 

Sus palabras no han sido pronunciadas en el interior de la Cámara legislativa ante diputados y senadores, como es habitual en la tradición de esta república rioplatense, sino frente al numeroso público concentrado ante el edificio del Congreso, donde la marea albiceleste de la omnipresente bandera argentina copa la vía. 

Milei ha dirigido muy duras palabras a lo que define como la herencia del kischnerismo. “Han logrado dejarnos en la ruina”, ha dicho. Es el resultado, ha matizado, “de las ideas empobrecedoras del colectivismo”. “Han tomado el Estado como un botín de guerra”.


Resulta paradójico que en cada ocasión en que el nuevo presidente ha dicho que ante “la peor herencia que haya recibido jamás” un gobierno argentino, el suyo tendrá que tomar medidas muy duras que inaugurarán un periodo transitorio de entre 18 y 24 meses de más estanflación e impacto en los sueldos, el público lo vitoreaba con fuerza. 


El presidente entrante de Argentina, Javier Milei, recibe el bastón presidencial del presidente saliente, Alberto Fernández, en el Congreso en Buenos Aires. Imagen:  AP/Natacha Pisarenko.

“Es el último mal trago”, les ha gritado a quienes le aclamaban. “A corto plazo, la cosa emperorará”.


Su discurso ha sido principalmente económico, mucho más, por supuesto, que el que hizo en la noche electoral, tras su victoria sobre el peronista Sergio Massa, el pasado 20 de noviembre.

“Es el último mal trago”, les ha gritado a quienes le aclamaban. “A corto plazo, la cosa emperorará”.

Su discurso ha sido principalmente económico, mucho más, por supuesto, que el que hizo en la noche electoral, tras su victoria sobre el peronista Sergio Massa, el pasado 20 de noviembre.

 


Los partidarios del presidente electo de Argentina, Javier Milei, se reúnen frente al Congreso Nacional, el día de su ceremonia de juramento. Imagen: Reuters. 

También ha hablado de nuevas medidas en el ámbito de la seguridad ciudadana, subrayando especialmente el acuciante problema de narcotráfico y ciertas provincias y las medidas de choque que van a tener que tomarse, fortaleciendo el sistema policial.

Ha dedicado algo de espacio en sus palabras a la educación (malos resultados de los estudiantes argentinos en los test de Pisa) y al sistema de salud, del que dijo que estaba a punto del colapso.

Sus palabras, además de por el público, han sido escuchadas por todas las delegaciones extranjeras presentes en el acto, entre las que se encontraba la española encabezada por el Rey Felipe VI. La presencia de Volodomir Zelenski ha sido una de las notas sobresalientes dentro del protocolo ceremonial de la toma de posesión, que en Argentina llaman asunción.


Delegaciones extranjeras, entre cuyos miembros está el presidente ucraniano Volodomir Zelenski. Imagen: EFE/ Demian Alday Estévez.

Buena parte del recorrido de Milei, desde su salida del Hotel Libertador, donde ha pasado la noche, y hasta el Congreso y después hacia la Casa Rosada, ha estado jalonada de gran cantidad de público, a excepción de algunos tramos puntuales. El público había llegado no solo de la provincia de 
Buenos Aires sino de diferentes puntos del país. 

Solo 12 horas antes de los festejos y durante toda la noche, operarios de sonido y de engalane de las calles, así como policías de diferentes cuerpos, estaban trabajando en que el operativo que ha permitido el desarrollo de los festejos presidenciales. 

Mientras en el Teatro Astor Piazzolla, de la porteña calle de Florida, resonaban los compases del tango 
Por una cabeza, en una plaza de Mayo nocturna y casi desierta, el personal de producción del magno evento lo ponía todo listo para iniciar “una nueva era”: la era Milei y la esperanza colectiva de que sea una nueva era para la Argentina. 



   

viernes, 8 de diciembre de 2023

Massa publicó sus números finales... @dealgunamaneraok...

 Massa publicó sus números finales: asegura que Milei recibirá fondos para pagar sueldos, jubilaciones, aguinaldos y deuda... 

Sergio Massa (REUTERS/Adriano Machado)

 

El informe detalló que con el “roll-over de los vencimientos en pesos programados para el mes de diciembre, el Tesoro Nacional cuenta con los fondos necesarios para financiar el programa de pagos de dicho mes”. Así, dejaría para gastos inmediatos casi $2,5 billones.

© Escrito por Sebastián Catalano el viernes 08/12/2023 y publicado por el Diario Digital Infobae de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

No hay plata”, dice Javier Milei, el presidente electo que asumirá el domingo los destinos de la Argentina. Lo repiten sus futuros ministros y referentes de La Libertad Avanza, cada vez que pueden. Seguramente ese será parte del eje central de su discurso de asunción.

En el que quizás sea su último acto formal como ministro de Economía, Sergio Massa, quien perdió el balotaje con el libertario, intenta desmentir esa idea de “caja vacía”. Esta mañana, en medio del feriado, Economía emitió un informe, al que accedió Infobae, titulado “Estado de Situación Financiera al cierre del año 2023 Diciembre, 2023″.

El breve paper, que realizó la secretaría de Hacienda, hasta estas horas en manos de Raúl Rigo –hay algunas versiones de que podría quedarse en el cargo, aunque él lo desmintió– detalló que “es menester mencionar por parte de las autoridades de este Ministerio que, bajo el supuesto de roll-over de los vencimientos en pesos programados para el mes de diciembre, el Tesoro Nacional cuenta con los fondos necesarios para financiar el programa de pagos de dicho mes, teniendo en consideración que el 80% del gasto total está representado por gastos prioritarios, tales como sueldos y salarios, pasividades, programas sociales y subsidios económicos”.

 

Los números de Massa 

Además, el documento, que firman Rigo y el propio Massa, destacó que la tesorería cuenta con los fondos suficientes para encarar la compra de divisas y atender las obligaciones por vencimientos del Estado argentino.

“Asimismo, la deuda flotante como porcentaje del PBI cumple con el monto establecido en el programa con el FMI, estando en línea con el promedio histórico. Finalmente, y siguiendo los principios de eficiencia, prudencia y programación presupuestarios que nos han regido a lo largo de la gestión; se ha constituido una reserva para financiar los gastos de los primeros días del año 2024, de manera tal de garantizar el normal funcionamiento de la Administración Pública Nacional”, dijeron Massa y su equipo. 

El ministro saliente con su gabinete

 

El documento, de dos páginas, incluye un cuadro en el que se mencionan “Partidas prioritarias cubiertas al cierre del año en curso”. Así, Massa asegura que le deja a la administración que llega para sus primeros días de gestión, y con una previsión a fin del mes de diciembre:

– $250.000 millones para sueldo de la administración nacional;

– $235.000 millones para aguinaldos;

– $1,48 billones para prestaciones sociales, pago asociados a jubilaciones, pensiones, Potenciar Trabajo, Tarjeta Alimentaria, etc.;

– $328.000 millones para “comprar divisas y atender la deuda pública”; y

– $200.000 millones para “otros pagos”, entre ellos subsidios energéticos y de transporte.

Como informó este medio días atrás, el último dato disponible de pagos atrasados del gobierno nacional sumaba 1,9 billones de pesos, según cifras de la Tesorería General de la Nación, con información hasta fines de octubre. Implica una estabilidad respecto a lo que registraba en septiembre, tras varios meses de marcado incremento. De ese total, lo que correspondía a deudas de 2023 es la enorme mayoría, con 1,8 billones.

 

Luis Caputo será ministro de Economía desde el domingo (Erica Canepa/Bloomberg)

Para algunos analistas, ese recurso es interpretado como una manera de “financiamiento indirecto”: el ritmo de pagos que realiza efectivamente el Estado le da margen para que su balance de “base caja”, el método contable que toma en consideración el FMI, le dé con números suficientes.

El informe llega dos días entes del comienzo de la nueva gestión. Hay dudas aún sobre cuál será el equipo de Caputo. Si bien no es estrictamente del equipo ministerial, aunque sí del llamado “gabinete económico”, por ahora solo están confirmados el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, ex funcionario de Cambiemos y socio de Caputo en la consultora Anker y otros negocios; y Joaquín Cottani, quien ya fue anunciado por el futuro ministro, pero sin detalles sobre qué cargo ocupará.

Resta por definir quién será viceministro de Caputo, en la Secretaría de Programación Económica. El cargo debería estar en manos de un macroeconomista en medio de tantos “financieros”. El puesto sería para Cotanni. También sonó otro de los hombres de confianza del futuro ministro, Pablo Quirno, otro trader, que podría terminar en Finanzas.

Y en Agricultura está confirmado Fernando Vilella, aunque también hubo dudas y bastante run run sobre su nombramiento en los últimos días. Como se dijo, si bien él menciona que no seguirá, para Hacienda podría haber continuidad con Rigo, un experto en Presupuesto de origen peronista que ocupó el cargo con Macri y también con Alberto Fernández, más allá de quien fuera el ministro de Economía. Sería difícil para Rigo, en este caso, buena parte del “lápiz rojo” de los recortes estaría técnicamente a su cargo.

También quedan por definir secretarías no tan conocidas, pero no por eso menos importantes, como Administración y Legal y Técnica, o similares. En esta última está el funcionario que “cuida la firma” del ministro.




   

domingo, 3 de diciembre de 2023

Elogios desde Washington... @dealgunamaneraok...

Elogios desde Washington...

NYC Statue. Dibujo: Pablo Temes.


Días Agitados... Milei dejó una buena impresión en su visita a la Casa Blanca, mientras que la saga de sus nombramientos muestra amateurismo.

El punto más alto de la agenda presidencial de la agitada semana que pasó, fue la 
reunión que Javier Milei tuvo con el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan. Esta reunión representó un hecho excepcional en la historia de la relación de los Estados Unidos y la Argentina, ya que fue la primera vez que un presidente electo fue recibido en la Casa Blanca y nada menos que por un funcionario de primerísimo rango. El encuentro, que se desarrolló en el Edificio de Oficinas Ejecutivas Eisenhower, ubicado en el ala oeste de la residencia, se concretó por una decisión del mismísimo Joe Biden, quien ese día no se encontraba en Washington porque había viajado al estado de Georgia para asistir a los funerales de Rosalyn Carter. Quien también tuvo un rol muy importante en la concreción del viaje fue el embajador estadounidense, Marc Stanley. Stanley es un hombre muy activo que tiene una muy buena relación con toda la dirigencia política vernácula y una cabal comprensión de su funcionamiento. Su desprecio hacia Donald Trump es conocido por quienes lo frecuentan y gozan de su confianza. 


Los objetivos principales de la administración 
Biden
 para recibir a Milei en Washington –en donde su cercanía con Trump preocupa–, fueron, en esencia, tres: el primero, conocerlo en persona y ver si el presidente electo seguía siendo el personaje irascible y rocambolesco que se vio en la campaña; el segundo, escuchar de su propia voz sus planes de gobierno y la forma en que piensa llevarlos a cabo; y el tercero, hacerle saber que el respeto de los derechos humanos, de las instituciones y de la pluralidad junto con el cuidado del medio ambiente son temas prioritarios en la agenda del presidente Biden. 


“La impresión que dejó Milei fue muy buena. Se vio a alguien desempeñándose no como candidato sino como el presidente electo de la Argentina” señalaba en el frío atardecer del martes una voz de la Casa Blanca que sabe toda la trama de ese encuentro histórico desde su génesis hasta el después. La duda que persiste está referida a cuán factible será la implementación de varias de las medidas sobre las que se explayó Milei. Causó impacto escucharlo hablar de su inamovible decisión de llevar adelante el ajuste del que habló a lo largo de toda la campaña. El plan inicial implica un recorte en los gastos, aún mayor al que piden EE.UU. y el FMI. 

Un punto que también es importante para el gobierno norteamericano es el nuevo tipo de relación que el presidente electo pretende mantener con China. Aclarado ya que no va a haber ruptura con el régimen de XI Jinping, la visión compartida acerca de la necesidad de poner un freno a la expansión de China en la región es algo muy apreciado en Washington. 

Así como la administración Biden ayudó al gobierno saliente, así lo hará también con el gobierno entrante. Por eso, el designado ministro de Economía, Luis Caputo, permaneció un día en la capital estadounidense con el fin de avanzar con las tratativas para un 
nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Hay que recordar que los Estados Unidos ocupa el segundo cargo directivo del organismo internacional y, por otra parte, la presidencia del Banco Mundial. Por supuesto que no todo es una fiesta con alfombra roja. En Washington necesitan ver concretados los primeros pasos del plan de ajuste de Milei antes de aprobar cualquier desembolso de dinero para nuestro país. El paquete inicial apunta a moderar el gasto público eliminando subsidios a las tarifas, desenchufando la obra pública y recortando las jubilaciones de privilegio. 

Por supuesto, acompañado de una devaluación programada y una fuerte desregulación de diferentes sectores de la economía. “Si el Estado no interviene, se abren las puertas a la competencia” –sostienen. A mediados de semana, volvió a aparecer con fuerza el nombre de Federico Sturzenegger. El Presidente electo lo elogió en público y en privado. Lo quiere en su staff desde que le hizo llegar un sólido y kilométrico plan para eliminar de un plumazo más de 3 mil regulaciones entre leyes que se superponen y comunicaciones redundantes.



La forma en la que Luis Caputo se mueve, ha puesto en alerta a algunos dirigentes de La Libertad Avanza. Desde su llegada, se anotó la salida de Emilio Ocampo como hombre fuerte del Central –postergación de la dolarización incluida–, al tiempo que digita con asertividad la arquitectura para rodearse de sus amigos. Toda la saga de nombramientos ha sido el talón de Aquiles de los primeros pasos del gobierno electo. El caso de Carolina Píparo en Anses sirvió apenas como una muestra. El mismo destrato lo sufrieron otros dirigentes como el diputado Omar De Marchi, a quien le aseguraron que sería secretario de Educación bajo la estructura de Sandra Pettovello y al cabo de unos días no le atendieron más el teléfono. Falta de cintura política y de buenos modales. Algo similar ocurrió con el tridente de asesores económicos, encabezado por Carlos Rodríguez quien optó por tomar una prudente distancia ante tantos movimientos teñidos de amateurismo. 

En los últimos días reapareció la figura de Pancho Cabrera, exministro de Producción de Cambiemos. Luis Caputo quiere contar con hombres allegados a él en el área de Industria. 

La novedad le pega de lleno a Federico Ovejero, exvicepresidente de General Motors, quien trabajaba con su equipo dentro de ese ámbito del armado libertario. Es difícil de creer que todo este movimiento no tan subterráneo no cuenta con el visto bueno de Mauricio Macri. Sea como fuere, el futuro titular de la cartera económica continúa concentrando poder. 

Mientras tanto, se conoció una decisión vergonzosa del todavía presidente 
Alberto Fernández. A pesar de su intrascendencia todavía le queda capacidad de daño. Mediante el DNU 647 del 30 de noviembre, a sólo diez días del cambio de mandato, el Gobierno aumentó el Presupuesto 2023 en $ 1,87 billones. 

La justificación que aparece en los considerandos es irrisoria y muy poco creíble: “corresponde adecuar el Presupuesto vigente de diversas Jurisdicciones y Entidades del Sector Público Nacional, con el objeto de afrontar gastos impostergables para su normal funcionamiento”. La Navidad se adelantó y Fernández se calzó el gorro de Papá Noel antes de volver al llano. Esta actitud, contraria a la necesidad de ahorro y financiamiento que el Estado necesita, no peca sólo de carencia de lógica, es una ofensa directa a la voluntad popular que mediante su voto eligió terminar con el despilfarro en las cuentas públicas apostando por un modelo de conducción diametralmente opuesto al actual. 

La democracia ejercida con responsabilidad es un concepto que el kirchnerismo nunca quiso asimilar.



   

viernes, 1 de diciembre de 2023

Prueba de Fuego. Ni pizza ni champagne… @dealgunamaneraok...

Prueba de Fuego. Ni pizza ni champagne…


Mentiras, ¿verdaderas?, Javier Milei. Dibujo: Pablo Temes

Las reales intenciones de Milei estarán en el paquete de leyes que enviará al Congreso.


© Escrito por Carlos Fara, Consultor Político, el viernes 01/12/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Todo es nuevo. Los protagonistas, su rutina laboral, la fuerza política en sí, el equipo de gobierno, la coalición social electoral, la profundidad de la crisis, el shock sobre el statu quo político, la fragmentación del sistema. Por lo tanto, no se podía esperar otra cosa que muchas idas y venidas que suenen a improvisación. Todos están en el aula aprendiendo un idioma nuevo. Van a tardar en aprenderlo, porque además no hay docentes que conozcan esa lengua. Paciencia. Esto recién empieza. 


Carlos Salvador Milei pasó de ser una persona con ciertas rutinas personales y aislamiento a no poder dar un paso sin la cápsula de seguridad de un presidente en funciones, sumado al vendaval de intereses que se desataron por influir en sus decisiones. Lógicamente, recién se está acostumbrando. También lo está su entorno preelectoral y muchos de los convocados al proyecto. Recién ahora vamos a ver de qué madera está hecho el Rey León.  

No es la primera vez que sucede, ni será la última. Alfonsín tenía un círculo íntimo y un partido centenario, pero era nuevo en las lides ejecutivas y además heredaba a la dictadura. Menem tuvo que improvisar mucho por el tamaño de la crisis. Macri porque estaban aprendiendo y eran un partido siglo XXI con aliados. Alberto porque se tenía que cuidar de Cristina. Milei tampoco tiene manual de instrucciones y la transición es muy corta. Pues, muchas de las cosas que hemos visto en estas dos semanas posbalotaje se explican por la dinámica de lo incógnito. Eso no debería llamar tanto la atención, sino el maravilloso laboratorio de ansiedades, torpezas y miserias que se está exponiendo en el marco de un show inédito, cuando la conducción política está en proceso de aprendizaje. 

Para entender cabalmente un proceso político hay que saber leer la matriz de origen. Alberto –que no era líder– fue ungido por Cristina, y ella debía ser la comisaria política. Él no fue hábil política y gerencialmente, y ella tampoco lo pudo conducir. El resultado es conocido. Acá se da un proyecto muy personalizado, sin una construcción partidaria acorde y con reglas de juego que se van escribiendo por el camino. Así, la contención y el ordenamiento se dificultan. 

Un líder no tiene por qué saber hacer todo: nadie hace todo bien. Los más lúcidos se especializan en un aspecto y delegan el resto. Menem era carisma, conducción y contención, la economía fue de sus sucesivos ministros. Néstor no tenía carisma, pero sin duda conducía, y era un auditor cotidiano y obsesivo de las cuentas. En ambos casos, el ordenamiento político estaba garantizado. Lo que no tenían de antemano lo construyeron y/o lo consiguieron. El Turco, la falta de equipos acordes; Lupín, los apoyos que tuvo el día de la elección. En este caso, se están constituyendo al mismo tiempo los equipos, el poder y la conducción política. Estamos viendo en tiempo real la génesis del proceso.  

Pero Milei no es el único que tiene problemas en esta obra de teatro. Un tanto inesperadamente, el Emir de Cumelén tiene más bronca con su propia interna que con algunas desatenciones por parte del nuevo presidente. Dicen que no hay peor astilla que la del propio palo, y esa astilla es Patricia (que ya no reina). ¿Por qué? Porque todos los actores se toman revancha cuando pueden. Ella debe estar pensando en las zancadillas que le hizo Macri a Horacio. Quizá tarde comprende que quien hace travesuras con otro también las puede sufrir en carne propia. Ahora tenemos tres PRO distintos: el macrista, el bullrichista y el horacista/vidalista. Por si el Rey León tenía pocos problemas, ahora además se dividen los aliados.  

Como todo es muy nuevo, como dijimos al principio, también es un interrogante la lealtad de los personajes. ¿En qué circunstancias alguien deja de ser leal?, ¿la culpa la tiene el desleal o el que no supo contenerlo/a? El Emir a veces se tienta con demasiadas travesuras. ¿Acaso habló con alguien muy cercano al flamante electo y esa persona no solo “se olvidó” de avisar sino que además esa conversación fue previa al encuentro de los líderes máximos? ¿Por qué esa premura? Milei será loco, pero no come vidrio. Un famoso tema de Litto Nebbia reza: “Siempre hay alguien que se olvida de avisar, cuando el tiempo del cariño terminó…”.  


El mandatario electo, aun con todas sus desprolijidades de procedimiento, parece más astuto de lo que lo imaginó el exalumno del Newman. No quiere depender de un solo socio, porque ¿qué pasa si el socio se manca y se manda a mudar? Y además, ¿el socio le garantiza el cielo? No, solo una escalera alta, pero que no alcanza: hoy lograr el quórum en Diputados es una quimera. Por eso, Schiaretti y compañía surgen como una minoría estratégica… aunque tampoco alcance.  

Milei está jugando a: 1) ganar tiempo, y 2) sacarse la presión de encima prometiendo desierto por cuarenta años (recuerden su admiración por Moisés). Por eso se arriesga a los peores pronósticos de corto plazo: estanflación. Tiene razón Cristina cuando dice que eso es una catástrofe social, pero la pregunta que se hizo la mayoría social es cómo llegamos a esta situación. El nuevo presidente acierta al bajar las expectativas casi a cero, abriendo el paraguas. Si las cosas salen muy mal, habrá sido “yo les avisé que la mano venía complicada”. Si mejoran antes de lo previsto, será “gracias a las medidas que implementamos, nos estamos recuperando antes”.   

Más allá del discurso que dé el 10 de diciembre y de algunos nombramientos que faltan, la verdadera prueba de fuego va a ser el paquete de leyes que envíe al Congreso. Un avezado hombre del medio calculaba que, si mañana asumen los nuevos diputados, habría 25 bloques. Un verdadero dolor de cabeza para cualquier futuro presidente de esa cámara. Por eso el nombre de Pichetto suena cada vez más fuerte. Varios de LLA quieren ungir a Martín Menem. ¿Vuelven los 90? Da la impresión de que la motosierra esta vez no dejará lugar para la pizza, ni para el champagne.



   

domingo, 26 de noviembre de 2023

Algo más que el voto bronca… okdealgunamanera...

 Algo más que el voto bronca…


El Gabinete del Dr. Caligari (After Robert Weine). Dibujo: Pablo Temes.

El gabinete del doctor Caligari. Robert Wiene, 1920.

El presidente electo sabe que debe responder también a una gran expectativa de cambio que se expresó en las urnas.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 25/11/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Se vive un clima particular tras el resultado electoral que consagró como nuevo presidente de la Nación a Javier Milei. Por un lado, hay en gran parte de la sociedad un sentimiento de alivio generado por haber dejado atrás al kirchnerismo. Es como haberse liberado de una pesada carga que producía agobio y daño. El kirchnerismo ha sido una desgracia, no porque todas sus medidas de gobierno hayan sido malas –aun cuando las malas fueron mayoría– sino por su concepción antirrepublicana del poder, de sus prácticas corruptas y de su visión antinómica de la política con su lógica ilógica amigo-enemigo. 


El objetivo permanente de Cristina Fernández de Kirchner y sus secuaces fue la búsqueda de la suma del poder público para consagrar la impunidad de los muchos delitos de corrupción cometidos por numerosos funcionarios, comenzando por la misma vicepresidenta. A ese menú se le agregó un ingrediente que fue letal para las aspiraciones de Sergio Massa: su desastrosa gestión, que llevó el índice de inflación a niveles altísimos que no se registraban en el país desde hace treinta años. Así fue que se sirvió de su rol como ministro de Economía para hacer uso y abuso de los recursos del Estado al servicio de su campaña. Por primera vez desde la recuperación de la democracia, al peronismo en el ejercicio del poder le explotó la bomba que fabricó como producto de su mala gestión. El “¡Ah!, pero Macri” no le funcionó. Como tampoco le funcionó la descomunal campaña del miedo que se desplegó contra el líder de La Libertad Avanza.    

Por una renovada esperanza


Convive con ese sentimiento de alivio generado por la caída del kirchnerismo otro motivado por el nuevo gobierno: la esperanza de un cambio. Eso representa un crédito fundamental para Javier Milei, que tiene el desafío de no defraudar. Es decir, no solo hubo voto bronca. El presidente electo alcanzó el poder apoyado por una avalancha de votos que muestran una transversalidad pocas veces vista. Lo votaron personas de todos los estamentos socioeconómicos. Muchos que habían votado al peronismo depositaron en la urna la boleta del binomio Milei-Villarruel. Hay un hartazgo en muchos sectores muy castigados por la pobreza con la condición de sumisión a la que los expone tener que vivir dependiendo de un subsidio, hecho que significa depender de los caprichos de un puntero y de la corruptela que lo circunda. Habrá que ver si esa expectativa de cambio se concreta. Sería algo fenomenal porque representaría un cambio de cultura de enorme impacto político en la necesidad que tiene la Argentina de dejar de lado el populismo al que la llevó el peronismo kirchnerista. Otra prueba de esa sensación de hartazgo es la impactante elección que La Libertad Avanza obtuvo en la provincia de Buenos Aires toda y en vastos sectores del Conurbano. Dejó en claro que esos fueron votos ganados al peronismo y en eso no hay discusión. 


La primera semana del presidente electo lo puso en el camino de la realidad. En una de las varias entrevistas que concedió habló de pragmatismo. Fue un reconocimiento a algo de lo que se habló en esta y otras columnas de opinión: una cosa es la campaña electoral y otra, gobernar. La gobernabilidad de la nueva administración exige acuerdos políticos. La Libertad Avanza por sí sola carece del poder suficiente en el Congreso que necesita para aprobar muchas de sus propuestas. Deberá negociar –como ya se ha visto en estos días– con la casta a la que, por otra parte, ya pertenece. El acuerdo con Mauricio Macri y Patricia Bullrich es evidente. El expresidente tuvo la lucidez de jugar un pleno al ganador. Lo más importante será pues que todo eso se explicite ante la sociedad. Milei es una persona honesta. Y esa es una condición fundamental. Es un punto de partida clave luego de la oleada de corrupción que representó el kirchnerismo. 


Las idas y vueltas en los nombramientos de los funcionarios que lo acompañarán durante su gestión tuvieron un toque de amateurismo. Que se entienda bien, esa misma ingenuidad fue la que lo mostró bien intencionado ante el común de la gente frente a la soberbia infinita de Sergio Massa. Ahora bien, la presidencia nunca es un buen lugar como sala de ensayo. El presidente electo deberá afinar la puntería y volver a ordenar la tropa interna. La salida de Emilio Ocampo, motivada por la elección del ex secretario de Finanzas Luis Caputo, y expresidente del BCRA, fue un golpe duro para los planes de dolarización y “desconexión” del Banco Central. Caputo no es una persona querida en el ambiente; sus ínfulas y su soberbia aún resuenan en lo más alto del Fondo Monetario. Un economista que recuerda los años del macrismo a la perfección señaló que “la renuncia de Toto al Central fue irresponsable porque se fue en el medio de una crisis y con las negociaciones con el FMI sin encaminarse. No fue en buenos términos”.

Frankenstein vs. Drácula


Sin mirar hacia atrás, el futuro titular de la cartera económica ya adelantó ante empresarios y banqueros que “no habrá sorpresas para desarmar la maraña de Leliqs”. Milei ya le había dejado claro que no quería nada similar a un plan Bonex. Aseguró también que “la totalidad de su programa está basada en el equilibrio fiscal y que la prioridad es establecer un ancla fiscal fuerte. El equilibrio fiscal debe empezar recortando 2 puntos del gasto público del PBI”, aseguró. 


Que el árbol no tape el bosque. Milei es el primer presidente economista. Es sabido que tendrá la pericia suficiente para intervenir en las decisiones en materia de economía. Sin embargo, este doble rol encarna algunos peligros encubiertos. En primer lugar, los choques temperamentales con su ministro estarán a la vuelta de la esquina. En segundo lugar, sería esperable que, como presidente, esté por encima de las decisiones de política económica aportando una visión mucho más general y estratégica tanto a nivel local como internacional. En ese plano, la elección de Diana Mondino para conducir el Ministerio de Relaciones Exteriores parece acertada. A pesar de algunos “disparates de campaña”, Mondino es una mujer formada. El presidente electo aguantó los embates del macrismo para colocar en ese lugar a Federico Pinedo. También sostuvo a Mariano Cúneo Libarona en lugar de ceder a la propuesta –casi una exigencia– de sentar en la cartera de Justicia a Germán Garavano. En el entorno de Macri se escuchan quejas por lo que consideran una baja consideración por los votos aportados. “No nos pueden pintar la cara”, bramaron. 


Milei sabe que no puede ceder un ápice si quiere ser un presidente con poder pero también es consciente de su estructura carente de volumen político. En ese delgado equilibrio se juega las primeras fichas para estabilizar su futuro gobierno.