lunes, 20 de noviembre de 2023

Darcy Ribeiro. La llama de la utopía… @dealgunamaneraok...

La llama de la utopía…

Darcy Ribeiro.

La conmemoración del centenario de Darcy Ribeiro realza la contribución del antropólogo a la sociología y a la educación.

© Escrito por Diego Viana en la Edición Nº 320 del mes de Octubre de 2022 y publicado en la Revista Pesquisa FAPESP, en la Ciudad de San Pablo, República Federativa del Brasil.

Darcy Ribeiro en su casa de Río de Janeiro, en una fotografía tomada en 1995. Luciana Whitaker / Folhapress.

En una de sus últimas entrevistas, el antropólogo Darcy Ribeiro (1922-1997) relató que había huido del hospital donde se sometía a un tratamiento contra el cáncer para terminar el libro que consideraba el punto culminante de su obra: O povo brasileiro, El pueblo brasileño (Companhia das Letras, Fondo de Cultura Económica), publicado en 1995. En la misma entrevista, reconocía que era un hombre de “múltiples facetas”: fue etnólogo indigenista, antropólogo, educador, gestor público, político militante y novelista. Pero decía haber fracasado en su misión de hacer de Brasil todo lo que “podría ser”.

En el centenario de su nacimiento, que viene conmemorándose en todo el país, se ha celebrado su legado. La Universidad del Estado de Río de Janeiro (Uerj) declaró a 2022 como “Año Conmemorativo de Darcy Ribeiro” y ha programado diversos eventos. En marzo, el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de São Paulo (IEA-USP) realizó un seminario sobre su influencia en la educación brasileña. La Universidad de Brasilia (UnB), de la cual el antropólogo fue uno de sus fundadores, vinculó las celebraciones por su 60º aniversario con el centenario de su primer rector. En el campo editorial, el libro autobiográfico Testimonio, publicado originalmente en 1990, está siendo reeditado en portugués por la editorial Record, con un prólogo del periodista Eric Nepomuceno. Por su parte, la editorial Elefante publica Os futuros de Darcy Ribeiro [Los futuros de Darcy Ribeiro], organizado por el sociólogo argentino Andrés Kozel, de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), y por el politólogo Fabricio Pereira da Silva, de la Universidad Federal del Estado de Río de Janeiro (Unirio).

En el auditorio Dois Candangos, Ribeiro participa en la inauguración de la UnB, en abril de 1962. Archivo Central de la Universidad de Brasilia.

“Darcy Ribeiro, es una figura fascinante y uno de los autores latinoamericanos que más futuros ha proyectado. En algunos de sus textos, él parece hacer comentarios en voz alta sobre las alternativas, utópicas y distópicas, para Brasil y América Latina”, dice Pereira da Silva. “Este es un momento excelente para revisar sus ideas, sus utopías y sus proyectos”.

Oriundo de Montes Claros (Minas Gerais), Darcy Ribeiro se graduó en ciencias sociales en la Escuela de Sociología y Política de São Paulo, en 1946, bajo la dirección del etnólogo alemán Herbert Baldus (1899-1970). Baldus lo envió a trabajar con el mariscal Cândido Rondon (1865-1958) en el Servicio de Protección al Indígena (SPI), donde permaneció desde 1947 hasta 1955. En ese lapso, se dedicó a la etnografía de los pueblos indígenas, entre ellos los kadiwéus, los káingangs y los bororos. Junto a los hermanos Cláudio (1916-1998) y Orlando Villas-Bôas (1914-2002), participó en la creación del Parque Indígena de Xingú, en 1952. A partir de esa experiencia, publicó sus primeros libros, intitulados Línguas e culturas indígenas no Brasil [Lenguas y culturas indígenas en Brasil] y Arte plumária dos índios Kaapor [Arte plumario del pueblo Ka’apor], ambos en 1957.

El antropólogo antes de la mesa redonda “Educación: ¿Territorio libre u ocupado?”, realizada en la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia, en São Paulo (1988). Niels Andreas / Folhapress

“Fue durante su labor de campo, como profesional del SPI, que desarrolló sus conceptos sobre la cuestión indígena y el pueblo brasileño. Las bases teóricas de su obra, en gran parte, se formaron durante ese período”, dice la historiadora Carolina Arouca Gomes de Brito, de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz). En un informe presentado a la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (Unesco), en 1952, Ribeiro criticaba la noción de que hubo una asimilación pacífica de los indígenas a la población brasileña, demostrando que la conformación de Brasil se produjo a través del exterminio de los pueblos originarios.

Su carrera como educador comenzó en la Escuela Brasileña de Administración Pública, de la Fundación Getulio Vargas, en Río de Janeiro, donde durante dos años enseñó etnología brasileña. Por la misma época, participó en la fundación del Museo del Indio, en 1953 y, dos años más tarde, en la creación de la primera carrera de posgrado en antropología cultural en Brasil. Tras dejar el SPI, fue docente en la Universidad de Brasil, la actual Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ). En ese período, desarrolló trabajos con el pedagogo Anísio Teixeira (1900-1971), uno de los referentes principales de la educación en Brasil y defensor de la educación básica integral (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 303). Su influencia perduraría durante toda la trayectoria de Darcy Ribeiro y se concretaría en el proyecto de los Centros Integrados de Educación Pública (Ciep), escuelas de tiempo completo creadas en Río de Janeiro en la década de 1980. Por entonces, el gobernador era Leonel Brizola (1922-2004) y Ribeiro, su vicegobernador.

En el exilio, Darcy Ribeiro se dedicó al ambicioso proyecto de una “antropología de las civilizaciones”

El acercamiento entre Ribeiro y Brizola ocurrió en la década de 1960, cuando el antropólogo mineiro ingresó a la política nacional. Fue ministro de Educación durante el período parlamentario del gobierno de João Goulart (1919-1976). Cando se reinstauró el sistema presidencial, fue Jefe de Gabinete de la Presidencia de la República. Tras el golpe de Estado de 1964, sus derechos políticos le fueron revocados. Durante la dictadura militar (1964-1985), el antropólogo vivió 12 años fuera de Brasil. Fue un período determinante para la consolidación de su pensamiento, según el propio Ribeiro, quien se refirió al exilio como el momento en el que se descubrió a sí mismo como latinoamericano. En los países por los que pasó –Uruguay, Venezuela, Chile, Perú, Costa Rica y México–, participó en proyectos de creación y reforma de universidades, además de ejercer la docencia en diversas instituciones.

En Uruguay, Ribeiro conoció la obra del sociólogo e historiador Manoel Bomfim (1868-1932). El autor de A América Latina: Males de origem [Latinoamérica. Males de origen] (editorial Garnier, 1905) se convirtió en uno de sus referentes principales, por oponerse a las teorías sociales y raciales de su época al afirmar que la causa de los problemas de Brasil no era su diversidad étnica, sino la propia lógica de la colonización. “Bomfim escribió durante la época de la eugenesia, pero ya rebatía los supuestos basados en la inferioridad de razas”, apunta la socióloga Adélia Miglievich-Ribeiro, de la Universidad Federal de Espírito Santo (Ufes). “También hacía hincapié en que el camino para superar cualquier atraso residía en la capacidad de emanciparnos del colonialismo y afirmarnos como nación soberana. En definitiva, proponía un amplio proyecto de educación nacional”.


En lo que actualmente es territorio de Mato Grosso do Sul, el antropólogo pintado a la usanza kadiwéu, en 1947. Fundación Darcy Ribeiro.

En el exilio, Ribeiro se dedicó al ambicioso proyecto intelectual de una “antropología de las civilizaciones”. En 1968, publicó El proceso civilizatorio (original de editorial Civilização Brasileira). En 1970, Las Américas y la civilización (en portugués por editorial Civilização Brasileira) y Los indígenas y la civilização (en portugués por editorial Vozes). También como parte del mismo afán teórico, publicó Los brasileiros: teoría de Brasil (en portugués por editorial Vozes, 1972) y El dilema de América Latina (en portugués por editorial Paz e Terra, 1978). En Las Américas y la civilización, el antropólogo propone una clasificación de las poblaciones del continente de acuerdo con el vínculo que tuvieron con la colonización. A los grupos humanos que simplemente pudieron reproducir su modo de vida europeo del otro lado del Atlántico, como ocurrió en el norte de Estados Unidos, en Canadá y en algunos lugares de Argentina, los denomina “pueblos trasplantados”. A los descendientes de los imperios precolombinos, que principalmente se encontraban en México y en Perú, los llama “pueblos testigos”.

Por último, están los “pueblos nuevos”, en países tales como Cuba, Venezuela, Colombia y Brasil. Estos se formaron a través de un proceso de transmutación de las identidades antiguas. Esta idea reaparecerá en El pueblo brasileño, bajo la forma de lo que llamó “nadiedad”, un concepto que describe la formación de la población brasileña a partir del encuentro violento entre los europeos y los pueblos originarios. Estos últimos buscaban convertir a los recién llegados en parientes promoviendo los casamientos entre colonizadores y mujeres indígenas, el denominado “cuñadismo”. Sin embargo, los hijos de esas relaciones renegaban de la cultura de sus madres y aspiraban a la de los padres, que no era accesible para ellos, según el antropólogo. La misma violencia iba a producirse más tarde entre los africanos traídos a la fuerza, a los que se les impedía continuar con sus linajes en la nueva tierra.

“El pueblo brasileño presenta una historia de horribles padecimientos: colonialismo, aniquilación de los negros y los indígenas, violencia contra la mujer, usurpación de tierras, destrucción de patrimonios culturales”, dice Miglievich-Ribeiro. “En Darcy Ribeiro ardía la llama de la utopía y creía que de esa “nadiedad” surgiría algo nuevo. Pero esto no sucede naturalmente. Desde su punto de vista, solo a través de la lucha política podemos superar esta condición subalterna”.


Entre los urubu-kaápor, en Maranhão. Fundación Darcy Ribeiro

La crítica al colonialismo, el análisis de los pueblos latinoamericanos y la valoración del punto de vista indígena hacen de la obra de Darcy Ribeiro una fuente de inspiración para los investigadores del campo de los estudios poscoloniales y decoloniales, según Pereira da Silva, quien cita como ejemplos al semiólogo argentino Walter Mignolo y a la teórica cultural estadounidense Gloria Anzaldúa (1942-2004). “Se trata de relecturas y apropiaciones, porque cuando él publicó estos términos no se utilizaban. La tendencia al evolucionismo y al eurocentrismo de sus primeros años dio lugar, en el exilio, a un enfoque más diversificado, en el que América Latina aparece como un polo civilizatorio”, dice.

Pereira da Silva también identifica la influencia de Darcy Ribeiro en las concepciones de América Latina que hacen hincapié en el carácter plurinacional del continente y el derecho de los pueblos originarios a la autodeterminación. En las obras de su juventud, el antropólogo sostenía que el avance de la colonización y el mestizaje condenarían a los aborígenes a la desaparición. Sin embargo, a partir de la década de 1970, comenzó a identificar el surgimiento de movimientos de resistencia y afirmación de la identidad de los indígenas en varios países, entre ellos Brasil.

“Nota que los pueblos indígenas desarrollan identidades nacionales. No van a desaparecer. Entonces empieza a pensar en términos de países con varias nacionalidades, como federaciones. Esto anticipa el debate sobre la plurinacionalidad que se desarrollará en Bolivia y en Ecuador, desembocando en procesos constitucionales, como el que está teniendo lugar en Chile”, dice.


El 15 de marzo de 1995, cuando recibió el título de doctor honoris causa de la institución, el campus de la UnB pasó a llamarse Darcy Ribeiro. Archivo Central de la Universidad de Brasilia.

Para Miglievich-Ribeiro, aunque Darcy Ribeiro adoptó formas de pensamiento que lo diferenciaban de las corrientes principales del poscolonialismo, como la pretensión de explicar fenómenos universales, el eje de su proyecto es similar al de otros precursores de esta vertiente, como los martiniqueses Frantz Fanon (1925-1961) y Aimé Césaire (1913-2008). “Todos ellos intentaron crear una narrativa basada en los que vivieron la experiencia de la explotación colonial”, resume. “Lo que los une es la comprensión de que los pueblos latinoamericanos fueron moldeados por el colonialismo. Son estudiosos que no aceptan el universalismo europeo como explicación del mundo”. En 1976, Darcy Ribeiro regresó a Brasil y añadió una nueva faceta a su obra: la de novelista. Publicó Maíra (en portugués por editorial Brasiliense, 1976), una novela profundamente basada en su experiencia como etnólogo. A ella le siguieron El mulo (en portugués por Nova Fronteira, 1981), Utopía salvaje (en portugués por Nova Fronteira, 1982) y Migo (en portugués por Guanabara, 1988).

Pese a haber sido rector, fundador y reformador de universidades, Ribeiro desarrolló la mayor parte de su carrera fuera de las instituciones universitarias brasileñas. Empero, jamás dejó de reflexionar sobre su proyecto de educación superior. Publicó libros tales como La universidad necessária (en portugués por Paz e Terra, 1969) y La universidad latinoamericana (Biblioteca, 1971), donde expuso su proyecto basado en la interdisciplinariedad, la inversión en la investigación científica avanzada, el compromiso social y la participación del alumnado en la toma de decisiones.

Brito, de la Fiocruz, describe al proyecto de la UnB como un “centro multidisciplinario de formación académica, un precepto que aún hoy se considera vanguardista en el escenario de las universidades brasileñas”. Según Pereira da Silva, el proyecto de Darcy Ribeiro para las universidades no prosperó. De todas maneras, algunas instituciones como la Universidad federal del ABC (UFABC) y la Universidad Federal de la Integración Latinoamericana (Unila), en Foz de Iguazú (Paraná), incorporaron parte de sus ideas. “Estas instituciones se inspiraron en el proyecto de la UnB, abortado por el golpe de Estado de 1964”, dice. Entre las innovaciones figuran el ciclo básico al comienzo de la carrera y el formato de institutos interdisciplinarios, en lugar de los departamentos dedicados a una disciplina clásica.

Como vicegobernador de Río de Janeiro, entre 1983 y 1987, además de los Ciep, proyectó la Universidad Estadual del Norte Fluminense (Uenf) con sede en Campos dos Goytacazes, que sería fundada en 1991. Este mismo año, resultó electo senador por el PDT [Partido Democrático Laborista], cargo que ocupó hasta su muerte. Darcy Ribeiro estuvo casado con la antropóloga Berta Gleizer Ribeiro (1924-1997) entre 1948 y 1975 y con la diseñadora Claudia Zarvos, de 1978 a 1990.

Artículos científicos

BRITO, C. A. G. de. Integração não significa assimilação. O estudo de Darcy Ribeiro para a Unesco na década de 1950. Acervo. v. 34, n. 2. 2021.

MARTINAZZO, C. J. et al. A atualidade do diagnóstico e da crítica de Darcy Ribeiro (1922-1997) à educação brasileira. Cadernos de História da Educação. v. 19, n. 2. 2020.

MIGLIEVICH-RIBEIRO, A. y ROMERA JR., E. Revista Interinstitucional Artes de Educar. v. 3, n. 2. 2017.

MÜLLER, H. D. C. M. A universidade necessária: Desenvolvimento nacional e produção científica. Rebela. v. 10, n. 1. 2020.

OLIVEIRA, J. P. Proteger os índios e descolonizar a pesquisa: Darcy Ribeiro como antropólogo. Revista Mundaú. n. 8. 2020.​

Libro

KOZEL, A. y PEREIRA DA SILVA, F. (org.). Os futuros de Darcy Ribeiro. São Paulo: Elefante, 2022. 

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