domingo, 23 de abril de 2023

Gesto sin efecto. Antes de que lo echen… @dealgunamaneraok...

 Gesto sin efecto. Antes de que lo echen… 

“Lo que más duele es la pluma...’” Dibujo: Pablo Temes.

El Presidente quiere erigirse en garante de la competencia interna en el FdT. Nadie lo cree.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 22/04/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

La decisión de Alberto Fernández de bajar su precandidatura a la Presidencia se pareció más a una renuncia a su cargo, que a un renunciamiento a competir por su reelección. En los hechos, el Presidente terminó de licuar el poco poder que le quedaba. Sergio Massa ha quedado definitivamente empoderado luego de una semana en la que se encargó de aniquilar la figura de AF. El episodio que terminó con la eyección de Antonio Aracre de las esferas del poder representó uno de los momentos de mayor tensión que se vivieron dentro del Gobierno desde la llegada del tigrense al Ministerio de Economía. Pensar que Aracre, un ignoto asesor presidencial, podía llegar a desestabilizar a Massa habla del tembladeral que se vive en las arenas del poder.

En el entorno del 
Presidente hay quienes creen que el ministro aprovechó la filtración de lo conversado en ese almuerzo de dos –AF y el asesor– con aires de leyenda en el que Aracre planteó la posibilidad de una devaluación y otras medidas, para montar una operación para hacer que AF lo echara. Más allá de la veracidad o no de la versión, lo cierto es que Massa hizo una verdadera carambola y se sacó de encima no sólo al molesto asesor sino también al Presidente. Hasta en lo gestual las cosas han sido determinantes. Un Presidente desolado que va al despacho de uno de sus ministros, quien lo recibe como si fuera un asesor más, a dar explicaciones y buscar una foto para intentar pacificar los mercados, representa una claudicación total en términos del ejercicio del poder.

El renunciamiento de AF no fue un acto de generosidad. Y no tuvo efecto alguno sobre el mercado cambiario. Los mensajes de los dirigentes del PJ en los que elogian su actitud y la enmarcan como un acto de desprendimiento son un canto a la hipocresía. El mensaje de 
Eduardo “Wado” de Pedro en el que afirma que el renunciamiento del Presidente permitirá reordenar el Frente de Todos contra Todos es una muestra de la evaluación absolutamente crítica que Cristina Fernández de Kirchner
 y La Cámpora hacen de la gestión gubernamental.

Es poco probable que el tembladeral que hoy representa la situación socioeconómica de la Argentina cambie. Llegar a diciembre será una penuria. Pero gobierna el peronismo. Y eso hace la diferencia. Si esta misma situación –alta inflación, dólar descontrolado, inseguridad, peleas internas–, sucediera con un gobierno de otro signo político, las cosas serían absolutamente diferentes. El país estaría incendiado.

La CGT decretaría paros cada semana. Algunos de los intendentes peronistas del Conurbano fomentarían los saqueos, los gobernadores peronistas se estarían reuniendo en Buenos Aires para apurar al Gobierno o al cambio de gobierno. Todo –absolutamente todo– sería un infierno. Esta es una circunstancia que deberá tener muy en cuenta la oposición si llegare a ser gobierno porque la situación con la que se encontrará será claramente peor que la que enfrentó Mauricio Macri en 2015. 

El jueves por la tarde una fuente del mercado financiero describía una realidad muy compleja que pone en riesgo cualquier intento de estabilidad: “Está pasando lo obvio. Se está dolarizando todo el mundo desde las empresas hasta la gente de a pie. Están sacando los plazos fijos y comprando el billete. La poca confianza que había se terminó de quebrar”. Los que tienen la suerte de contar con algo de poder adquisitivo corrieron a los supermercados y mayoristas. Listas en mano y comparación de precios. 

“Los que peinamos canas ya sabemos lo que hay que hacer. Si no podés comprar dólares hay que llenar las alacenas, mañana será más caro” –describió un vecino en un hipermayorista cercano al Abasto.

Una lectura política más amplia, obliga a toda la dirigencia a poner las barbas en remojo. El Frente de Todos Contra Todos le dio bandera de largada a su interna con diferentes nombres y apellidos. No son más de cinco. Bastante bien para lo que viene siendo una bolsa de gatos enardecidos. Es cierto que no es por deseo propio, sino más bien por la falta de figuras atractivas para el electorado. Pero es lo que es. ¿Podrá la oposición nucleada en No tan Juntos por el Cambio, ordenar sus peleas de cartel? El encuentro del PJ en la sede de Matheu 130, se convirtió en una formalidad de poco más de media hora.



   

Lo que oculta el voto a Milei… @dealgunamaneraok...

Lo que oculta el voto a Milei…

El crecimiento de Milei que anuncian las encuestas afecta al Frente de Todos y a Juntos por el Cambio.

El peligro que enfrenta una democracia tras la aparición de advenedizos de proclama antisistema, que fomentan su carrera en base a la crítica de lo establecido, ha sido profusamente investigado por destacados autores de la teoría política moderna. Juan José Linz es quizá uno de los mayores exponentes de esta escuela. Doctorado en Sociología en la Universidad de Columbia y profesor emérito de Ciencia Política en la Universidad de Yale, Linz se especializó en estudios sobre la transición de los regímenes totalitarios y pocos años antes de morir en 2013 publicó un breve pero interesante ensayo titulado Los partidos políticos en las democracias contemporáneas: problemas y paradojas, en el que alertó sobre la compleja dificultad que relaciona la estabilidad de los regímenes políticos con la legitimidad que detentan sus dirigentes y sus partidos.

© Escrito por Rodrigo Lloret (*), el sábado 22/04/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argetinos. (*) Politólogo. Doctor en Ciencias Sociales. Director de Perfil Educación.

El agudo cientista social español sostuvo en ese paper que tanto en las democracias consolidadas como en las democracias inestables existe un acuerdo considerable en que los partidos políticos y, por ende sus dirigentes, son fundamentales para consolidar el funcionamiento de un sistema republicano basado en el orden constitucional. Sin embargo, aunque puede reconocerlos como indispensables para sostener un régimen republicano que permita evitar la aparición de una dictadura, la opinión pública también suele caracterizarse, especialmente en tiempos de profundas crisis, por manifestar una amplia insatisfacción y una rotunda desconfianza hacia esos mismos políticos y partidos.

Es interesante advertir que el pensamiento de Linz aplica para la Argentina actual de manera asombrosa. Sobre todo, desde que el incesante crecimiento de la intención de voto que ostenta Javier Milei, un proceso que no se detiene sino que se acelera, según reflejan en forma monolítica casi todas las encuestas publicadas en las últimas horas, obliga a repensar seriamente de qué se trata este particular fenómeno social que ha llegado para revolucionar la política local. Es hora de reconocer que, si algo ha logrado el líder de La Libertad Avanza, fue 
desbaratar el escenario electoral de una campaña presidencial que se presentaba opaca, monocorde e insípida y con resultado aún incierto.

Las irresponsables y disparatadas apariciones de Milei, hay que decirlo, permitieron alterar a una dirigencia adormecida que frente a la descomunal crisis que atraviesa el país solo se muestra empecinada en seguir cavando dentro del pozo. Los principales referentes de la política argentina, que en un principio menospreciaron el dilema que planteaba Milei, actualmente se muestran aterrorizados y únicamente atinan a preguntarse sobre a quién favorece o sobre a quién perjudica la marcha del libertario. Sólo ofrecen cálculos mezquinos frente al desafío que se avecina.

Con cada vez mayor contundencia en los análisis electorales que se diseñan dentro de las dos principales coaliciones de gobierno, la posibilidad de que Milei trepe hasta el balotaje ya no parece ser tan lejana. De hecho, se trata de una
 hipótesis que se ha vuelto ahora tan concreta como lo era impensada hace tan solo algunos meses atrás, cuando la aparición del candidato libertario era entonces bienvenida para elaborar escenarios políticos que presuntamente beneficiaban a uno o a otro sector, según la procedencia de cada interlocutor.

Es que solamente algunas semanas atrás el Frente de Todos se entusiasmaba con la proyección de Milei porque imaginaba que ese progreso era 
útil para erosionar el voto opositor, entendiendo que el respaldo que ganaban los libertarios era inversamente proporcional a los apoyos que perdían los candidatos de Juntos por el Cambio. Sin embargo, en los últimos días esa carta se ha vuelto en contra del oficialismo desde que los críticos al Gobierno comenzaron a ilusionarse con una tesis antagónica a la anterior: la oposición sostiene en este momento que Milei contribuye a generar una sostenida pérdida de votos del peronismo en el Conurbano bonaerense más profundo, donde el oficialismo siempre supo cosechar adhesiones masivas gracias a un electorado inquebrantablemente fiel.

La política analiza a quién favorece y a quién perjudica el avance de Milei.

Dando cuenta del debate que más ocupa y más preocupa por estas horas tanto al oficialismo como a la oposición, Horacio Vertbisky acaba de difundir un estudio que arroja luz sobre tan incierto panorama. Lo novedoso de este trabajo es que muestra, por primera vez, cuál sería el origen del sustento electoral de Milei. Según el informe publicado en El Cohete a la Luna el domingo pasado, el libertario cuenta con una intención de voto del 19,44%, un volumen construido principalmente por un 5,96% que proviene de un votante que en 2021 apoyó a Juntos por el Cambio, y un 5,29% que procede de un votante que en la elección anterior había respaldado al Frente de Todos. De confirmarse este vaticinio, en las PASO se comprobaría que más de la mitad de los sufragios a Milei tendría origen en las dos principales coaliciones políticas del país. Curioso caudal mileiano que se nutre del profundo desencanto de los votantes que supieron comulgar con el Gobierno y con el mayor espacio opositor hasta hace muy poco tiempo atrás.Un consultor que analiza encuestas procesadas luego de entrevistas presenciales realizadas en el territorio de La Matanza lo escenificó en términos más explícitos:

-Es muy potente el voto de Milei en los barrios más populares que 
antes votaban al peronismo y en los que la oposición nunca había podido ingresar desde el regreso de la democracia.

-Se trata de un público que se ubica en los deciles más bajos en términos de estrato social, que vive en los sectores más postergados y de menor presencia estatal.

-Es un votante que presenta bajo o nulo nivel de educación e instrucción formal.

-Por otra parte, en los sectores de clase media y clase media alta también se evidencia un crecimiento del voto a Milei.

-Se trata de un público que supo apoyar al antiperonismo en elecciones anteriores y que vive en zonas acomodadas en las que el Frente de Todos alcanzó un magro resultado en la última campaña electoral.

-Es un votante que comparte el discurso ideológico contra el oficialismo pero que representa un núcleo duro del PRO, más cercano a Patricia Bullrich que a Horacio Rodríguez Larreta.


¿Cómo se explica el avance de Milei en espacios tan disímiles? ¿Cómo es posible entender que allí conviven votantes que antes respaldaron a Juntos por el Cambio o al Frente de Todos pero ahora migran unidos hacia La Libertad Avanza? ¿Cómo se conforma ese suceso libertario tan intrincado en términos políticos, sociales e ideológicos? La respuesta es simple, pero a la vez, contundente: Milei no tiene pasado político, no debe rendir cuentas de fracasos de gestión y es el que mejor puede capitalizar el hastío, el rechazo y el cuestionamiento hacia la clase política, a la que se responsabiliza (la casta) por el descalabro en el que se encuentra la Argentina.

No obstante, y a pesar del estupor, es importante señalar que la irrupción de Milei se inscribe en el marco de un paradigma que ya se ha evidenciado previamente. La repentina aparición de un outsider, que denosta a la dirigencia tradicional prometiendo soluciones mágicas e inmediatas para resolver problemas crónicos y complejos, representa un patrón que se viene repitiendo en las democracias occidentales desde la aparición de una nueva derecha que se aggiornó para discutir lo que interpreta como un status quo progresista y un aburguesamiento conservador. Los ejemplos sobran: de Donald Trump en Estados Unidos, a Jair Bolsonaro en Brasil; del Brexit en Gran Bretaña, a Vox en España; de Giorgia Meloni en Italia, a Nayib Bukele en El Salvador.


¿Cuál sería, entonces, la novedad que representa la manifestación tan rutilante de La Libertad Avanza en la coyuntura argentina? ¿Qué tendría de singular el análisis del crecimiento que protagonizan los libertarios, si se trata de propuestas ya exploradas anteriormente en otras elecciones? Y, lo que sería aún más interesante dilucidar: ¿qué oculta el voto a Milei? La respuesta también es simple y, a la vez, también contundente: Milei es producto de la debacle argentina. Su imagen positiva se agiganta con cada porcentual de aumento en el índice inflacionario, se multiplica con cada peso que se adiciona en el precio de la cotización cambiara del dólar paralelo y se amplifica con cada punto que crece en el intolerable e inmoral nivel de pobreza y de indigencia. A diferencia de lo que ocurrió en otros ejemplos recientes producidos en gran parte del mundo, Milei desembarcó en la escena local para advertir el fracaso de una dirigencia política que ha hecho de la Argentina un país en constante involución desde hace décadas.


En términos de Linz, la política argentina debe reaccionar urgentemente frente al shock en el que se encuentra. Queda poco tiempo para evitar el colapso.




  

miércoles, 19 de abril de 2023

Copa Sudamericana. Emelec 1 (EC) vs. Huracán 0 (AR)... @dealgunamaneraok...

Huracán perdió contra Emelec en Ecuador y sigue en caída libre…

 


El Globo no levanta cabeza: perdió este jueves ante el elenco ecuatoriano por 1-0 como visitante, en el marco de la segunda fecha del Grupo B. El defensor argentino Caín Fara marcó el gol de la victoria del equipo local a los 16 minutos del primer tiempo.


© Publicado el viernes 21/04/2023 por el Diario Jornada de la Ciudad de Trelew, Provincia del Chubut, República Argentina.


 

Pese a la derrota, el "globo" quedó en lo más alto del parejo grupo B, donde todos tienen 3 puntos, por diferencia de gol ya que en el debut había goleado a Guaraní por 4-1 en Parque de los Patricios.

 

Bajo una intensa lluvia en Guayaquil, Huracán sumó su cuarto partido sin ganar y sin marcar goles entre la Liga Profesional y Copa Sudamericana.

 

El "globo" solo ganó uno de los últimos once partidos, con siete derrotas y tres empates, y cayó en un pozo luego de un arranque prometedor de 2023 que lo tuvo hasta en la puerta de ingreso a la fase de grupos de la Copa Libertadores.

 

En un flojo partido marcado por la incesante lluvia y el mal estado del campo de juego del estadio George Capwell, Emelec aprovechó la primera y más clara ocasión clara de gol para ponerse en ventaja y quedarse con la victoria.

 

A los 16 minutos, el rosarino Fara conectó un buen cabezazo en el área chica tras un tiro de esquina desde la izquierda.

 

El defensor, de 29 años, llegó a Emelec en enero de este año luego de ser campeón ecuatoriano con Aucas, club al que había arribado después de ascender a Primera División con Tigre.

 

En los minutos restantes, Huracán fue en busca del empate sin ideas y chocó constantemente con la defensa de Emelec que se aferró a la ventaja para cortar una racha negativa de cuatro derrotas en fila, que había puesto en duda la continuidad del entrenador argentino Miguel Rondelli.

 

En el segundo tiempo, el juego resultó casi imposible por los charcos de agua que se formaron por lluvia que azotó a Guayquil durante toda la noche.

 

Huracán no levanta cabeza y el próximo lunes visitará a Tigre por la fecha 13 del torneo 2023 de la Liga Profesional.

 

Luego, recibirá a Arsenal, el viernes 28, y recién volverá a jugar por Copa Sudamericana el martes 2 de mayo contra Danubio, de Uruguay, en Parque de los Patricios.


 

Síntesis:

 

Emelec: 1

 

Pedro Ortíz; Romario Caicedo, Aníbal Leguizamón, Luis Fernando León, Caín Fara y Christian Cruz; Diego García, José Alberti, Cristhian Valencia, José Cevallos; y Alejandro Cabeza. DT: Miguel Rondelli.


Huracán: 0

 

Lucas Chaves; Guillermo Soto, Fernando Tobio, Joaquín Novillo y Guillermo Benítez; Santiago Hezze y Federico Fattori; Valentín Burgoa, Lucas Castro, Juan Gauto; y Nicolás Cordero. DT: Diego Dabove.

 

Gol en el primer tiempo: 16m. Cain Fara (E).

 

Cambio en el primer tiempo: 40m. Bryan Carabali por Cruz.

 

Cambios en el segundo tiempo: 14m. Joseph Espinoza por Cevallos (E) y Jhon Sánchez por D. García (E); 15m. Juan Garro por Burgoa (H) y Matías Cóccaro por Cordero (H); 27m. Bryan Angulo por Cabeza (E) y Breiner Agron por Leguizamón (E); 33m. Gabriel Gudiño por Castro (H) y 37m. Juan Manuel García por Fattori (H).

 

Amonestados: Cabeza, Valencia, Angulo, Caicedo (E); Gauto, Benítez, Cóccaro, Hezze (H).

 

Árbitro: Bruno Arleu (Brasil).

 

Estadio: George Capwell (Guayaquil).


 








   

 

lunes, 17 de abril de 2023

Enrique Vázquez y un tilingo ejemplar… @dealgunamaneraok...

 Enrique Vázquez y un tilingo ejemplar…

 

Enrique Vázquez, si, el mismo. El que nos hacía ir corriendo al Kiosco el día que salía Humor. El académico del periodismo de investigación. El tipo que se formó en Córdoba y Londres. El hombre de confianza de Raúl Alfonsín. El que en plena dictadura publicaba lo que casi nadie se animaba a publicar. El que en soledad, brava soledad, siguió escribiendo desde el exilio interno durante el Menemismo que se prolongó durante el Kirchnerismo, porque siguió investigando y publicando libros.

 

© Escrito por Luis "Coni" Cherep el sábado 01/08/2020 y publicado en conichrep.com de la Ciudad de Santa Fe, Provincia de Santa Fe, República Argentina

 

Ese Vázquez. El que se negó a callarse y se ganó el desprecio de los grandes grupos de medios. El coherente, el decente. El que nos enseñaba radio en las noches de la Belgrano en la primavera democrática. Ese Vázquez, ese mismo Vázquez, publica en su facebook:

Autoestima por el piso.
Llamo al dueño de una radio. Me presento y le pregunto cuánto cuesta una tira de lunes a viernes. Antes de soltar una cifra, el tipo tantea:
– ¿Pero vos ya hiciste radio antes?


Y se ríe, pero a mí me da bronca. Me angustia y me enoja. ¿Qué pedazo de ignorante se atreve a preguntarle a Enrique Vázquez si alguna vez hizo radio?

¿A qué clase de tilingos le dan la responsabilidad de recibir los proyectos periodísticos, en las radios periodísticas?

Si no conoce a Enrique, es probable que no conozca a decenas de periodistas centrales de la historia argentina. Y yo me niego a aceptar que eso sea posible. Ese tipo que ignora a Vázquez, ignora a Neustand, a Grondona, a Abrevaya, a Grondona White, a la Mona Moncalvillo, y a todos los que sobreviviendo, se fueron quedando afuera del «Mainstream», por cuestiones políticas o decisiones editoriales.

 

Es probable que no sepa de sus libros. Esos que publicaba con los represores vivos y jóvenes. Esos a los que denunciaba cuando todavía ocupaban la Casa Rosada, la Policía Federal y los peores servicios de inteligencia.

Ignorar la carrera y el prestigio de Enrique Vázquez no es ignorarlo a él, sino a una generación de periodistas trascendentes. Y nadie que ignore lo estructural de su trabajo puede hacerlo bien.

 

Cuando veo a chicos de veinte insultando a Lanata por sus esperpénticos productos de TV, me dan ganas de gritarles que guarden respeto. Que nadie que haya fundado Página/12 o inventado productos memorables en los medios que ellos mismos creen estar inventando, merece esa burla.

 

Me da igual la ideología de los periodistas que ignoran o prefieren ignorar, pero me resulta insultante que se vanaglorien de ignorar sus historias, y el peso que tuvieron en su propia historia. Lanata, Vázquez, Aliverti, Caparrós, Ulanovsky, Héctor Ruiz Nuñez y un montón de tipos se encargaban de decir las cosas que Cascioli se ocupaba de convertir en dibujos extraordinarios, que serán por siempre las caricaturas que cuentan la historia del país de los últimos 4 años de la dictadura y los primeros de la democracia.


¿Cómo es posible que ignoremos a cualquiera de esos nombres, si estamos a cargo de seleccionar proyectos periodísticos?


No le importa a nadie, lo sé. Ahora están los fundadores del neo-periodismo, de la Post-Verdad. El periodismo ligero, los militantes del riesgo cero, los guapos con sobres de asesores de los gobiernos de turno. Los rebeldes de Prime Time. Y todos ellos, o la inmensa mayoría de ellos, ignoran a los padres que nos permitieron hacer, decir y pensar, antes de que naciéramos. Antes de que soñáramos con hacer lo que hacemos. Y yo no lo quiero dejar pasar.

 

Me da mucha tristeza que un tal Enrique Vázquez, esté buscando espacio en una radio. Sobre todo cuando se repasa los diales de las radios porteñas y nos encontramos con un 70% de analfabetos políticos. Con repetidores de consignas, con mediocres descriptores del presente que convierten en leyenda a figuras que no pueden explicar sus cuentas.

 

Y más bronca aún, que se tope con gente que lo desconoce. Que no se toma el trabajo siquiera de googlearlo para tratarlo con el mínimo respeto que se merece: el reconocimiento a las bases de tu propio piso.

No. No vale ignorar lo que nos permitió ser. Vázquez es, sin ninguna duda, uno de los tipos que me ilusionó – y para ser sincero, uno de los pocos que no me defraudaron en 40 años- para hacer este oficio que amo.

 

Vázquez es y será siempre un periodista definido desde la identidad de su pensamiento. Radical alfonsinista, sí, pero sobre todo un socialdemócrata que no soporta las levedades del Macrismo y el Kirchnerismo, y pelea desde los pocos lugares que le quedan, para decir que la verdad no es esa verdad moldeada desde las usinas de los bunkers que miden clics y shares.

 

Que lo maltraten, que lo ignoren, que lo desconozcan, me parece un síntoma del triunfo de la vulgaridad. Ese escenario de tilingos que gobierna los espacios centrales de los medios, donde funcionan como repetidoras de pensamientos ajenos. Dónde no hay lugar para el pensamiento diferente a los polos. Dónde no caben los que piensan, los que estudian, los que investigan y los que trabajan al periodismo desde un lugar profundo.