lunes, 12 de agosto de 2019

Era la economía, estúpido… @dealgunamanera...

Era la economía, estúpido…

Marcos Peña y Mauricio Macri

Las lecciones que el núcleo duro PRO no supo ni quiso aprender durante el mandato.

© Escrito por Silvio Santamarina el lunes 12/08/2019 y publicado por la Revista Noticia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Aquella frase -“the economy, stupid”-, que acuñó el estratega de campaña de Bill Clinton para ganarle a Bush padre aprovechando los golpes que la recesión le daba a la imagen del presidente republicano, se incorporó a la sabiduría política argentina como pocas. Sin embargo, una lección tan obvia como aquella fue soslayada sistemáticamente por los gurúes electorales del macrismo, desde que empezó a picar la alergia de la inflación recesiva, por motivos que vale la pena repasar.

Uno de ellos es estrictamente de doctrina económica: aunque el Gobierno cambió de funcionarios ante cada crisis financiera que le tocó enfrentar, nunca tuvo la vocación o la ductilidad como para al menos considerar un Plan B. Su teoría y su acción se limitaron a prometer y a esperar la llegada de los “brotes verdes”. Incluso en la conferencia de prensa del Presidente tras la paliza de las PASO, su postura se mantuvo inamovible, acrítica, con la mirada puesta en la demorada “lluvia de inversiones”.


Otro motivo por el que el macrismo olvidó la famosa máxima que el gurú James Carville le bajó a los militantes clintonianos en 1992 es la soberbia tecnocrática del núcleo duro PRO. Las planillas Excel, el proselitismo microsegmentado, la militancia de trolls y bots en redes sociales, la alquimia del Big Data… todo ese humo se desvaneció en el aire de la noche del 11 de agosto, empañando la mirada de un Macri tan sorprendido por el contraste entre las encuestas previas y el escrutinio como cualquier ciudadano superficialmente informado por el noticiero de la hora de cenar. Esa soberbia, a la que hizo referencia la siempre apocalíptica Elisa Carrió sobre el escenario de la derrota, tiene nombre y apellido: Peña y Durán Barba.

Pero de nada sirve –salvo para la mesa chica de la derrota- identificar a los más y los menos responsables de esta catástrofe estratégica. Casi desde el comienzo del mandato, en la opinión pública –incluso la más amigable con el macrismo- se advirtió el riesgo que implicaba la estrategia de polarizar obsesivamente con la figura de Cristina Kirchner, como escudo permanente contra todos los tropiezos económicos en los que incurría el Gobierno.

La grieta funcionaba, es cierto, pero con el mismo potencial explosivo de las Lebacs, las Leliqs y demás artilugios de contención financiera. Tarde o temprano, el monstruo recreado diariamente por el relato PRO resurgiría de sus cenizas para cobrarse venganza. El momento parece haber llegado, con la patética sorpresa de las muertes anunciadas.


Para decirlo en un lenguaje que volverá rápidamente a ponerse de moda en la intelectualidad del futuro oficialismo K: la mirada clasista le impidió ver al macrismo lo evidente. Sin economía, la política no es nada, especialmente en la Argentina de hoy. Y la economía no es solo la voz de los mercados, sino también su otra cara: el barro profundo, la heladera vacía y la persiana baja. Eso que el peronismo todavía sigue percibiendo –y manipulando- con picardía. Aquella lección es la que no terminó de aprender el ala tecno del PRO, desoyendo incluso las advertencias desesperadas de su ala política. Era la economía, estúpido.




domingo, 11 de agosto de 2019

Gane quien Gane… Un país dividido… @dealgunamanera...

Gane quien Gane… Un país dividido…

Electores. Dibujo: Pablo Temes

El escenario de la votación 2019 tiene dudas electorales y certezas sociopolíticas.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 11/08/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



Hoy hablarán las urnas. Y eso es lo muy bueno que tiene la democracia. Por eso es importante subrayar la importancia del voto.

Es un derecho que la ciudadanía debe cuidar. Lamentablemente, muchas de las conductas de la dirigencia política en general contribuyen poco –o nada– a estimular la participación del ciudadano.

Veamos algunas razones que explican este fenómeno:

* La primera observación contundente que surge de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias en las que se va a votar hoy es que han quedado absolutamente desvirtuadas. Es que a nivel de las fórmulas que compiten por la presidencia de la Nación no hay ninguna disputa interna. Por lo tanto, así como están, las PASO carecen de sentido, ya que han quedado transformadas en una encuesta cara, que es engorrosa e inentendible para una parte importante de la ciudadanía.

* La segunda observación es que este proceso electoral ha sido una oportunidad perdida para la construcción de una fuerza poderosa que representara la bisectriz de la cual tienen una necesidad impostergable la política y la sociedad argentina a fin de neutralizar y superar el estado de profunda división que las atraviesa dese hace un tiempo demasiado largo.

* La tercera observación es que, como consecuencia de la ausencia de esa tercera alternativa poderosa, la polarización electoral se acentuó y, con ella, la división política se ahondó. Esa división profunda genera una situación antinómica. La antinomia es la antítesis de la democracia porque se opone a un concepto que le es esencial: la pluralidad. En la antinomia, el otro es el enemigo; en la democracia, no. En la antinomia se experimenta una situación de exclusión: es el uno contra el otro; es él o yo. En la democracia se vive en un ambiente de inclusión: es el uno con el otro; es el uno y el otro.

* La cuarta observación es la absoluta ausencia que hubo de un debate de ideas y propuestas constructivas, razonables y razonadas, discutidas y analizadas con firmeza y respeto.

* La quinta observación es la apelación que se hizo del miedo al otro y su presencia efectiva en la motivación de muchos de los ciudadanos y ciudadanas que hoy van a ir a sufragar. Por ello, hay un predominio muy marcado de un voto anti: hoy, muchos no van a ir a las urnas motivados por una convicción real en la capacidad y voluntad de aquel a quien elegirán sino con el objetivo de impedir que gane el otro.

* La sexta observación es que los principales candidatos hablaron durante toda la campaña de la necesidad de recuperar los niveles de convivencia y respeto entre las distintas agrupaciones políticas como condición sine qua non para hacer de la Argentina un país previsible, requisito fundamental para estimular las inversiones, sin las que jamás podrá salir del estado de postración que hoy padece. Sin embargo, en los hechos, lo que hicieron fue todo lo contrario.

* La séptima observación tiene que ver con la disociación entre las leyes y los hechos. La ley dice que durante las 48 horas anteriores al comienzo de los comicios la propaganda política debe cesar. Esto, que se respeta en los medios de comunicación, se viola flagrantemente en las redes sociales. Lo mismo vale para las encuestas, cuya difusión está prohibida desde los diez días anteriores a la fecha de la elección.

Sin embargo, las redes sociales están atestadas de encuestas que circulan abiertamente y que se han seguido realizando hasta el día de hoy.

Según la mayoría de esas encuestas, lo que hoy le espera al oficialismo es una derrota tanto a nivel nacional como a nivel de la provincia de Buenos Aires. El kirchnerismo aguarda una victoria en esos dos ámbitos.

La decisión de Macri de impedirle a Vidal desdoblar las elecciones  provinciales la privó de una victoria segura.

Algún día se sabrá la totalidad de esa historia, cuya trama conocen varios protagonistas que hasta el momento han callado.

Las incógnitas que se develarán hoy son varias: ¿Cuáles serán los porcentajes de votos que alcanzará la fórmula Macri-Pichetto y cuáles la de Fernández-Fernández?

¿Si gana Fernández-Fernández, superará el 41% y quedará a tiro de ganar en primera vuelta?

¿Cuál será el porcentaje de corte de boleta en la provincia de Buenos Aires?

El oficialismo aspira a llegar a la segunda vuelta. En esa instancia, sus chances crecen. Por eso el kirchnerismo necesita ganar en primera vuelta. Un resultado distinto –es decir, un triunfo del Gobierno– sería un verdadero batacazo. 

Eso es lo que mostró una encuesta que entusiasmó en las horas de la tarde del viernes a los mercados, que mostraron un repunte que sorprendió. En esta eventualidad, la incógnita es saber qué pasa si gana Macri y pierde Vidal. La gobernadora habría ganado con absoluta comodidad en la provincia de Buenos Aires si la elección se hubiese desdoblado.  

Por eso, el resultado de hoy tendrá un fuerte impacto en la economía. Y esto se verá a partir de mañana mismo. Si el Gobierno queda lejos de poder revertir un resultado adverso, la inestabilidad económica se acentuará y eso se reflejará en tres variables: el incremento del valor del dólar, la baja de la cotización de las acciones de las empresas que operan en la Bolsa y la suba del riesgo país.

Las consecuencias serán el recalentamiento de la inflación y la caída de la actividad económica. Esto lo sufrirá la gente, lo que dejará al Gobierno sin ninguna posibilidad de triunfo en la elección del 27 de octubre.

Por eso, el oficialismo necesita obtener un resultado que lo deje con chances de dar vuelta una elección que se presenta, prima facie, perdida.

El kirchnerismo necesita no solo ganar sino también hacerlo con una amplitud que lo acerque a la probabilidad de un triunfo en primera vuelta. La segunda vuelta se le haría muy difícil.

Algo sí se puede decir con certeza en esta hora de incertidumbre: quedará un país dividido. Dijo Churchill: “La democracia es saber darle, aunque sea por única vez, la razón al otro”.

Si quien finalmente gane la elección en octubre y/o en noviembre no lo tiene en cuenta, conducirá a su gobierno y al país a otro fracaso.

Producción periodística: Lucía Di Carlo.




sábado, 10 de agosto de 2019

Sobre la absolución del represor Milani. Lugares de los que no se vuelven... @dealgunamanera...

Lugares de los que no se vuelven...


Alfredo Astiz apenas si era un muchachito de 23 años cuando se infiltró en las madres y acompañó a los integrantes de derechos humanos a los que luego señalaría para su posterior desaparición. Y a nadie sorprendió que el bien apodado “ángel de la muerte” fuera joven para ser un miembro más del aparato represivo del estado de la última dictadura militar y genocida. Se dieron por válidos los testimonios de los sobrevivientes. La edad del genocida no fue un argumento para invalidarlos.

© Escrito por Estelita Pe el sábado 10/08/2019 y publicado en Facebook Revista Libertá de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En todas las causas de lesa humanidad han sido cruciales los testimonios de los sobrevivientes. Décadas llevó que fueran escuchados, décadas de lucha y denuncias no sólo de las Madres de Plaza de Mayo, sino de cientos de ex presos políticos, familiares y compañeros que VIERON y PADECIERON in situ las torturas y ajusticiamientos, las apropiaciones de los hijos y las desapariciones de personas.

Cada megacausa contó con esos valiosos testimonios con los cuales pudimos reconstruir la barbarie de los centros clandestinos de detención y exterminio, como la ESMA y La Perla, sólo por nombrar algunas de las causas más resonantes.

Cientos de esos testigos fueron y son peronistas -como miles de los 30.000 también lo eran- y cuya memoria y perseverancia en las denuncias fueron imprescindibles para las condenas a los genocidas. Reconocerlo es un acto de grandeza, como reconocer los testimonios de aquéllos que no eran peronistas. Todos sumaron a mantener viva no sólo la memoria, sino vivos a cada compañero y compañera que vieron en las cárceles clandestinas, en las mesas de tortura, en los partos de los niños que serían apropiados, en los centros de detención ocultos a una sociedad primero anestesiada y negadora y luego espantada cuando “descubrió” la barbarie. Gracias a todos ellos hoy hay condenas a los torturadores, desaparecedores, asesinos de lesa humanidad.

Graciela Calvo de Laborde dedicó su vida entera, hasta su último suspiro, a llevar a cabo su promesa de denunciar, señalar y luchar en pos de revelar cada detalle de lo que padeció y vivió, de que cada desaparecido cobrara vida con nombre y apellido y se supiera, a través de su boca, el triste destino de cada uno. Julio López conservó durante años sus apuntes para denunciar a Etchecolaz y su banda de asesinos y le costó la vida, una segunda desaparición que todavía no ha sido esclarecida, sucedida en plena “democracia”. Como ellos, aún hay sobrevivientes que caminan los pasillos de diferentes tribunales, aportando datos y testimonios, haciendo gala de una memoria inclaudicable que ha servido para condenar a unos cuántos genocidas. También los ex presos políticos testimoniaron en causas contra los responsables de tortura y desapariciones en las cárceles federales, como la de la U9 de La Plata, donde asesinaron a Dardo Cabo, Rufino Pirles, Angel Giorgadis y Horacio Rapaport, y también desaparecieron a Gonzalo Carranza, Jorge Petiggiani, Guillermo Segali y decenas de familiares que los visitaban en las cárceles. Todo ha sido reconstruido gracias a esos testimonios de los sobrevivientes de las prisiones de la dictadura.

Aducir que Milani era joven para ser parte de la maquinaria de muerte es, como mínimo, una falacia, y como máximo, una canallada sin nombre, indigna de quienes reproducen tamaña mentira. Decir que un tenientito de INTELIGENCIA “no sabía nada” de lo que sucedía en cada lugar donde estuvo es otra falacia basada en la ignorancia de cuál era el papel que cada integrante cumplía en “inteligencia”, cocina donde se hervían a fuego lento las listas de los señalados para asesinar y cuyos cadáveres pueblan decenas de fosas comunes y tumbas desconocidas donde yacen sus restos esperando que alguna vez llegue la “justicia”.

Como resultado de la absolución del genocida Milani decenas de sátrapas pretenden tapar el sol con un dedo. Son los que piensan que la proximidad del domingo electoral hace imprescindible continuar con el mismo ocultamiento que llevó a cabo la dictadura. Eso los iguala con los genocidas. Ya no existe la anestesia de los años de plomo, ya nadie puede aducir que no sabía. Ninguno puede sostener de manera creíble que un asesino es un “compañero” para salvar las papas de las elecciones. Y, lo más sorprendente es que, lejos de salvarlas, las queman a fuego fuerte, tan sólo en unas horas en que sin el menor empacho pueden señalar a una mujer impecable como es Nora Cortiña, la madre que está, como el sol, en cada lucha popular, la que no confunde amigos con enemigos, la que no se saca fotos con genocidas ni se presta para ningún ocultamiento posible, la que nunca entró en la corrupción con el dinero del estado, la que no se dejó cooptar por ningún gobierno.

Es otra barbaridad justificar un fallo canalla dejando en soledad a la familia Olivera, darle la espalda, prácticamente decir que se joda porque no tiene pruebas e inaugurar que, por primera vez, los testimonios de los sobrevivientes se transformen en NADA. Romper con la práctica de validar los testimonios de las víctimas es uno de los pasos imprescindibles para una “reconciliación” arrancada con fórceps a una sociedad que no perdona ni perdonará jamás el genocidio. Sostener la invalidez de su testimonio no sólo deja sola a esa familia y abre la puerta para la reconciliación, sino que deja abierta la posibilidad de que todos los futuros testimonios de causas en curso sean invalidados con el mismo argumento.

Pretender que ocultando la responsabilidad de Milani detrás de un fallo amañado y parcial lo redime y lava la sangre de nuestros compañeros con las que empapó sus manos es otra estupidez que espanta, inclusive, a muchos que este domingo pensaban votarlos. Vivar la absolución como un logro político en manos de jueces “compañeros” los deja desnudos y quemados al rojo vivo. Los que apañaron a Milani solitos se metieron en un callejón sin salida: si lo condenaban, perderían votos; si lo absolvían, también, porque siembran la desconfianza y el desencanto en una sociedad ya desconfiada y desencantada, aplastada por la crisis económica y por cada medida de este gobierno avalada en las cámaras por muchos miembros de la oposición que hoy se postulan como supuesta alternativa. Varios de los que levantaron las manos y votaron a favor cada pisotón oficial sobre nuestras vidas hoy se postulan como una opción diferente, creyendo que todos adquirimos una amnesia repentina.

Mala opción vivar la absolución de Milani. Mala opción, poco inteligente y oportunista si se piensa en los votos del domingo electoral.

Afortunadamente no son todos los que optan por posiciones tan reñidas con la búsqueda de verdadera justicia que condene a mentores, torturadores y asesinos de nuestros compañeros. Vaya mi respeto profundo y agradecido hacia ellos.

Los nuestros, todos y sin excepciones, los 30.000 ya no están para dar sus testimonios, no pueden decir “a mí me torturó Fulano, a mí me asesinó Mengano, a mí me señaló Perengano”. No pueden señalar a Milani para que se haga justicia en su nombre. Pero nosotros sí podemos hacerlo, mantener la tradición de creerles a nuestros sobrevivientes, recordar a mujeres como Adriana y hombres como Julio con su coherencia hasta el final, cueste lo que cueste.

Hay otra grieta en esta sociedad: entre los que jamás dejaremos pasar a ningún genocida y los que optan o por el silencio cómplice o por el apoyo expreso a los genocidas. 

Y, de pretender embarrar a una Madre de Plaza de Mayo como Nora Cortiñas, NO SE VUELVE. Ella es una COMPAÑERA. MILANI NO. MILANI ES UN GENOCIDA.

¡Livertá!

Un "acto intimidatorio" ante una obra de humor sobre Nisman... @dealgunamanera...

Un "acto intimidatorio" ante una obra de humor sobre Nisman...


Cinco policías fueron al teatro a pedir el guión de "La noche en que Pepe Arias veló al fiscal". Un "acto intimidatorio" ante una obra de humor sobre Nisman Agentes de la Policía Federal se presentaron en el teatro La Máscara e “intimaron” al dramaturgo Carlos Balmaceda. “¿Cuál puede ser el sentido de exigirle a un autor que entregue su obra como si se tratara de la prueba de un delito?", preguntó Balmaceda. La denuncia fue por discriminación.

© Publicado el sábado 10/08/2019 por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En un operativo que roza la censura previa contra una obra artística, la Justicia contravencional porteña y la Unidad Antiterrorista de la Policía Federal “intimaron” al dramaturgo Carlos Balmaceda a entregar el guion de su obra “La noche en que Pepe Arias veló al fiscal”, y que refiere de manera humorística al fallecido Alberto Nisman.

Como él se negó, los miembros de la fuerza que depende del Ministerio de Seguridad le advirtieron que lo convocarían a sede judicial y “deslizaron que me podrían allanar la casa buscando el guión”. “Me pareció un acto absolutamente intimidatorio”, definió el artista durante una entrevista radial.

El requerimiento judicial indica que la orden fue dada por la Fiscalía Penal y Contravencional de Faltas 22 –Discriminación- por una posible violación del artículo 3 de la ley 23.592, que penaliza la propaganda que tenga “por objeto la justificación o promoción de la discriminación racial o religiosa”.

Balmaceda no fue informado de quién le hizo la denuncia pero aclara que el espectáculo que refiere a Nisman –y que fue estrenado el 18 de julio pasado, fecha del 25º aniversario del atentado contra la AMIA- no tiene nada que ver con la discriminación ni el antisemitismo.

Según describió, la obra habla sobre “el fiscal, la invención sobre su muerte y las versiones que insisten en el comando iraní venezolano”. Tiene “una parte musical” y “está sostenida sobre el humor negro, el sarcasmo y la ironía”. Desde esa perspectiva, “yo salí a dar una respuesta teatral sobre e ese hecho y sobre la voladura de la AMIA”, explicó.

Como si fuera poco, “La noche en que...” se presenta con una dedicatoria previa a los hermanos Salomón, que habían sido detenidos tras ser acusados por el Ministerio de Seguridad como presuntos “terroristas de Hezbollah. También “a la memoria del ex canciller Héctor Timerman y a la lucha del heroico pueblo palestino”, enumeró el director. “Es más –añadió-, los policías vieron la obra, les gustó, y deslizaron que no les pareció discriminatoria.”

Balmaceda sostuvo que uno de los motivos por los que no entregó el guion es porque “se trata de un material que es de público acceso” que está en la sede de la Sociedad Argentina de Autores (Argentores), donde fue registrado.

Pero, además, “¿cuál puede ser el sentido de exigirle a un autor que entregue su obra como si se tratara de la prueba de un delito? ¿En qué estado de derecho es admisible un atropello de esta naturaleza?”, se preguntó a través de un comunicado en el que también consideró que “el gobierno cambiemista, con Patricia Bullrich a la cabeza, ha ido muy lejos en su afán persecutorio”.

Para él, “lo realmente grave” es que “teniendo o no el guion, ¿quién determina si una obra de arte tiene componente discriminador, racista o que es peligroso?”.

Balmaceda aclaró que, a pesar de las amenazas, asistirá a la fiscalía el próximo lunes y sospecha que allí le “dirán que se trata de una denuncia anónima, privada, de alguien que creyó advertir” un acto discriminatorio “y luego alegarán que la fiscalía solo es un eslabón técnico judicial que solo procede con un trámite legal”. Pero “no es así, ustedes han instalado este clima de persecución y muerte”.

“A la obra la voy a seguir haciendo”, dijo y estimó que la denuncia tendría origen en una serie de publicaciones on line sobre ella. “Aparentemente ellos, y no sabemos quiénes más, hicieron un seguimiento de videos que yo hice de la obra”, estimó.

“Lo que ocurrió también indica que cuando uno toca determinados temas sobre un escenario” y sufre “una intimidación” por ello, “toma un buen camino”, porque le permite detectar cuáles son los asuntos más sensibles para determinados sectores.

En este sentido agregó: “’La noche que Pepe Arias veló al fiscal’ seguirá representándose con toda su carga de sarcasmos, ironía y humor negro, haciendo lo que el teatro político tiene que hacer. Hacer que duela, que se sepa, que al menos desde esa misa que es el teatro, la verdad se cuele por los intersticios del poder”.



domingo, 4 de agosto de 2019

Memoria e historia. A 53 años de la noche más oscura… @dealgunamanera…

A 53 años de la noche más oscura…

Fotografía: Archivo Diario Perfil

La universidad argentina tuvo en La Noche de los Bastones Largos uno de los acontecimientos que más repercutió negativamente en el desarrollo de la investigación y la ciencia. El 29 de julio pasado se cumplieron 53 años de aquel funesto episodio que irrumpió brutalmente en nuestras aulas.

© Publicado el domingo 03/08/2019 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Tras intervenir todas las universidades del país, la dictadura liderada por Juan Carlos Onganía ordenó durante la noche del 29 de julio de 1966 el desalojo por la fuerza de cinco facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Los palos con los que la policía reprimió brutalmente a estudiantes, profesores y autoridades permanecen aún hoy en nuestra memoria como uno de los hechos más tristes y oscuros que vivió la universidad argentina.

Más conocido como La Noche de los Bastones Largos, el funesto episodio marcó uno de los retrocesos más importante de la educación pública, dado que anuló violentamente la aplicación del conocimiento científico a los problemas del desarrollo nacional.

El hecho fue parte del plan represivo ideado desde el golpe de Estado del 28 de junio de ese mismo año, que derrocó al entonces presidente Arturo Illía. El mismo día del golpe, las autoridades de la UBA realizaron una declaración y un “llamado a los claustros universitarios en el sentido de que se siga defendiendo como hasta ahora la autonomía universitaria (…) y que se comprometan a mantener vivo el espíritu que haga posible el restablecimiento de la democracia”.

Docentes de la Facultad de Ciencias Exactas firmaron, además, una declaración manifestando su “irrevocable decisión de no reconocer otras autoridades de la Facultad y de la Universidad de Buenos Aires, que las que legítimamente emanan del cumplimiento del Estatuto Universitario, así como de las leyes y de la Constitución Nacional”.

Pero Onganía tenía otros planes. A un mes del golpe de Estado sancionó el decreto-Ley Nº 16.912 que establecía la intervención de las universidades y ponía fin a la autonomía, con el propósito de “eliminar las causas de acción subversiva”.

Por primera vez, las ocho universidades nacionales que existían en aquel entonces se subordinaban al Ministerio de Educación de la Nación, al tiempo que se prohibía toda actividad política en las instituciones de educación superior.

Ante este hecho, las autoridades universitarias de Buenos Aires, Córdoba, La Plata, Tucumán y Litoral decidieron renunciar, y nueve decanos de la UBA dimitieron junto con el Rector Hilario Fernández Long, entre ellos, Rolando García, decano de la Facultad de Ciencias Exactas, quien además decidió resistir la intervención junto a cientos de estudiantes, profesores y graduados.

La respuesta no tardó en llegar y a las diez de la noche del viernes 29 de julio de 1966 las tropas de Infantería comandadas por el comisario Alberto Villar reprimieron violentamente. El ataque a la Facultad de Ciencias Exactas no fue azaroso, dado que la institución se erigía como emblema de las ideas progresistas que se impulsaron en esos años.

La brutal represión, que culminó con más de 400 detenidos, cortó abruptamente la llamada “década de oro” de la universidad argentina, iniciada con la gestión del rector Risieri Frondizi durante la presidencia de su hermano Arturo. Aquel proyecto interrumpido en la feroz noche del 29 de julio se destacaba, entre otras características, por impulsar una universidad crítica y reflexiva, donde la investigación era parte fundamental de la actividad de los docentes.

Como consecuencia del ataque de Onganía a la universidad, se inició un vaciamiento de los mejores exponentes del pensamiento argentino. Durante los meses siguientes a la represión, unos 1500 docentes e investigadores fueron despedidos o renunciaron a sus cátedras, y una importante cantidad de ellos se exiliaron y fueron contratados por otras universidades del mundo.

Así, la Noche de los Bastones Largos inició una política de persecución, violencia e intolerancia al pensamiento y a la reflexión, que traería enormes consecuencias negativas al desarrollo científico y a las instituciones universitarias.

A 53 años de ese acontecimiento aciago, es fundamental reafirmar los pilares indiscutibles de nuestro sistema universitario: los principios de autonomía y cogobierno, la convivencia democrática, el respeto por la diversidad, el espíritu crítico y la rebeldía reformista.





Máxima electoral. Puteame pero votame… @dealgunamanera...

Puteame pero votame…

“¡Urna más, y no jodemos más...!” María E. Vidal. Dibujo: Pablo Temes

Lo admiten en el Gobierno y lo necesita Vidal en Buenos Aires. Kicillof hace campaña invisible.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 03/08/2019 y publicado por el Diario Perfil dela Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El Conurbano es hoy nuestro problema. Tenemos ahí un desafío gigante”. Así se expresaba en la mañana del viernes una voz del entorno de María Eugenia Vidal con tono de preocupación. No es para menos: quien se juega todo en ese territorio con aires de Far West es ella. En muchos de los distritos que conforman esa geografía intrincada y abundante en contrastes hay un enojo rabioso contra Mauricio Macri que la perjudica absolutamente.

Por eso el Presidente ya no pisa esos lugares. Sus paseos electorales los da por Vicente López, redil de su primo, Jorge Macri, donde sabe que será bien recibido y bien tratado. El resto queda para Vidal, que la tiene muy difícil. Ella lo sabe. Macri, también. El sueño de ganar en los bastiones del peronismo en el Gran Buenos Aires se esfumó. Ahora hay que procurar no perder lo que se tiene. Por eso Quilmes y Pilar representan dos dolores de cabeza fuertes para el oficialismo. Los números le siguen siendo adversos a pesar de la creciente cantidad de recursos que se están redireccionando hacia esos municipios. Domina allí la realidad de mucha gente de clase media baja que durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner estaba medianamente bien y para la que hoy las cosas están mal.

Muchos de ellos eran pequeños  comerciantes que debieron bajar las persianas de sus negocios. Su enojo con Macri es mayúsculo. Por eso allí se ha comenzado a desplegar con intensidad la estrategia “puteame pero votame” pergeñada desde la usina de campaña que encabeza el jefe de Gabinete, Marcos Peña.

Cálculos. Vidal tiene que sacar 25 puntos en el Conurbano para que, sumado a lo que obtenga en el resto de la Provincia, pueda superar a Axel Kicillof. Por eso se le está prestando especial atención a lo que vaya a suceder en las grandes ciudades del interior del primer estado argentino. En Mar del Plata –de cuyo intendente, Carlos Fernando Arroyo, es muy crítica– la mayor intención de votos es para la candidata del Frente de Todos, Fernanda Raverta. Según las encuestas, alcanzaría aproximadamente el 32% pero, la suma de los sufragios de los candidatos de Juntos por el Cambio –la concejal radical Vilma Baragiola y el ex ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Guillermo Montenegro–, superaría por unos 6 puntos los guarismos de Raverta. El posible triunfo del oficialismo se daría, además, por un detalle no menor: Mar del Plata tiene una larga trayectoria en el apoyo a partidos vecinalistas. Esa fuerza –cuyo exponente fue el ex intendente  Gustavo Pulti– le quitaría a Raverta los puntos que necesita para ganar.

En Bahía Blanca –fuerte bastión del oficialismo– Héctor Gay, actual intendente, se impondría por un margen de 7 puntos ante el candidato del kirchnerismo, el senador Federico Susbielles. No todas las encuestas coinciden en esa diferencia; en lo que sí concuerdan es en la reelección de Gay.

En La Plata, se observa una situación similar a la de Bahía Blanca. El precandidato que  mide más es el actual intendente Julio Garro, hombre de Juntos por el Cambio,  pero la interna del Frente de Todos es más amplia. Compiten allí  cinco candidatos: Victoria Tolosa Paz, Florencia Saintout, Federico Martelli, Guillermo Escudero y Luis Arias.

Cada uno tiene un perfil propio con lo cual, según quién sea el triunfador, puede haber tracción de votos de indecisos o desilusionados para un lado o para el otro.

Desde el oficialismo asumen que los números no van a ser como los de 2015, ni mucho menos como los de 2017. Y eso genera ansiedad.

En los municipios inciertos, los sondeos muestran que el resultado va a estar atado a la extrema polarización a nivel nacional que seguramente se va a ahondar tras la PASO.

Un dato novedoso es que la boleta que más tracciona es la del medio.

Y la boleta del medio es la que lleva como candidata a María Eugenia Vidal. La duda es cuál será la real capacidad de la gobernadora de mover la boleta de Macri hacia arriba. Y eso es algo que ni los oficialistas, ni los opositores, ni los encuestadores saben. Si esto se corroborase el día de la elección, se estaría además, ante un hecho inédito.  
   
A escondidas. En las últimas semanas, Axel Kicillof ha optado por una campaña más bien subterránea. Es producto de una estrategia basada en una cruda y estricta apreciación de la realidad: cada vez que habla, baja en las mediciones. Los intendentes peronistas del Gran Buenos Aires no están felices con la candidatura del ex ministro de Economía de CFK. Se sienten incómodos. Prefieren a Sergio Massa. Sin embargo, su futuro en ese universo va a ser complicado. Su objetivo es llegar en algún momento a la presidencia de la Nación. Y eso no es lo que está en los planes de La Cámpora.

Por el momento, Massa es absolutamente funcional al kirchnerismo ya que le suma a la fórmula Kicillof-Magario los votos que hoy le permiten estar a la cabeza de todas las encuestas.

El voto kirchnerista está consolidado. Y es el que le está augurando el triunfo en las PASO. Pero con lo que tiene, a la fórmula Fernández-Fernández aún no le alcanza para ganar la elección presidencial, sea que se defina en octubre o en noviembre.

Debe ir a buscar el voto independiente. Y esa es su principal dificultad. Alberto Fernández no parece haber podido hasta aquí vencer ese obstáculo. Su perfil moderado, que sin duda fue el objetivo de su elección por parte de Cristina Fernández de Kirchner, se ha desdibujado en alguna de sus apariciones públicas. La última, en la Facultad de Ciencias Exactas en donde se refirió a la científica Sandra Pitta, ahondó esa percepción. Quiso conjurar sus miedos y logró exactamente lo contrario.  

Es menester detenerse un momento en este tema del miedo al otro en el medio de la vorágine de esta campaña de la nada. Lo hay en los dos lados de esta maldita grieta que divide y embrutece a una gran parte de la sociedad argentina. Este convicción de que si gana uno al otro le va a ir mal, es fatal. Y lo peor, es que ese pensamiento tiene bases de realidad. Fueron muchos los que la pasaron mal durante los años del kirchnerato. Y son muchos los que la están pasando mal durante este gobierno.

La polarización extrema que impulsan tanto Juntos por el Cambio como el Frente de Todos, es letal. Lo hacen, además, con un mensaje disociado de los hechos: ambos aseguran que van a gobernar para todos, pero lo que hacen es hablarle y congraciarse con los adeptos y descalificar al que piensa diferente. Se asiste a un verdadero oxímoron político carente de contenido que llena de incertidumbre el destino de la Argentina.

Producción periodística: Lucía Di Carlo.