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sábado, 13 de febrero de 2016

Cinismo simpático… @dealgunamaenra

Cinismo simpático…

Buenas Ondas. Mauricio Macri. Dibujo: Pablo Temes.

La reunión de Macri con el sindicalismo está sobrevaluada. Paritarias al sol del nuevo poder.

Para una gran mayoría de argentinos, lo obvio se vuelve extraordinario. De repente. Convierte episodios comunes, casi rutinarios como dormir o comer, en portentos de la naturaleza,en fenómenos inéditos. Con esa felicidad inesperada hay que interpretar el “diálogo” que propicia el Gobierno, la “búsqueda de consensos”, un “sistema estadístico” o la osadía de Mauricio Macri por incluir en su repertorio la palabra “inflación”. Puede continuar la lista de obviedades sobre las que se habla y consume, aunque escaso sentido tiene enumerar acontecimientos normales, inevitables, a menos que se los compare con las forzadas rarezas de la última década kirchnerista. Con un rezago terco que la memoria no olvida.

Ese estado de ánimo único también rodeó, claro, el último encuentro entre dirigentes sindicales de la CGT & Cía. y el Presidente, uno entusiasmado en testimoniar en una placa su voluntad de conciliación mientras gana tiempo para la situación de crisis, los otros inquietos para no hundirse con la economía en picada y, de paso, recuperar fondos (o bonos) que el Estado retiene de las organizaciones gremiales. De ahí que, al salir del cónclave, cualquiera de los invitados podía utilizar una frase de simpático cinismo que circula en los ambientes políticos: “Quiero que le vaya bien a Macri, porque de ese modo nos irá bien a todos”. Así también pasa el tiempo.

El estandarte de ese pregón le cabe a Hugo Moyano, a quien le cuesta ocultar su espíritu colaboracionista (el mismo de los otros contertulios sindicales), rasgo que habrá de transformarlo en un criticado Augusto Vandor para la escuelita primaria de los cámporas, quienes recuerdan con desdén a ese líder asesinado por las formaciones especiales antes de los 70. Ignorando tal vez que, al revés de Moyano, Vandor vivía en una pieza con otros dos compañeros cuando ya era clave en el gremio metalúrgico, y cuando viajaba a Madrid el equipaje a veces era un paquete de ropa envuelto en papel de diario y atado con piolines. Mucho más manifiesta es la inclinación de Moyano por Macri que la de Vandor por Onganía y Lanusse, hasta lo confesó antes de entrar al decir “ni a Menem le hicimos un paro cuando empezó su gobierno”, como si fuera una actitud histórica de su conducta. Pareció olvidarse en esa reseña de que a su amigo Néstor Kirchner sí le organizó huelgas apenas empezó la administración debido a que el santacruceño no cumplió algunas promesas tangibles que les había comprometido a contribuyentes de su campaña, como Moyano. No le cedió a Moyano la Secretaría de Transporte, y ocupó el cargo con alguien de su confianza (Ricardo Jaime), y hasta empresas cercanas al sindicalista se quedaron sin subsidios. Una traición, empezaron los paros y Kirchner no aguantó un round: le entregó a Moyano el segundo de la Secretaría, y desde entonces se hicieron compinches públicos hasta aquella agitada discusión telefónica –de la cual Cristina y su hijo parecen no olvidarse más–, unas horas antes de la muerte del ex mandatario.

De la media docena de gremialistas convocados a la Casa Rosada, para Macri hoy Moyano es la pieza central. Lo cultivó en la Ciudad con generosidad en los contratos y lo exhibió, apenas elegido, al invitarlo a una reunión. Fue el camionero, como si fuera del Pro, a un festejo sólo con su comité gremial, en abierto desprecio al resto del sindicalismo. Para él, esa preferencia es una sociedad compatible, semejante, a la que tuvo con los Kirchner. Ese idilio –hasta matizado por el disgusto común que exhiben contra Marcelo Tinelli para que éste no vaya a la AFA– tropezó con el desenfado característico de Moyano, quien reiteró la misma pretensión de cargos en Transporte como en tiempos de Kirchner (y con el mismo especialista en el rubro, Guillermo López del Punta), amén de otras prioridades. 

Fracaso en apariencia y con malestar: lo indigna ver a un ciclista como Guillermo Dietrich al frente del Ministerio, un bípedo contra las cuatro ruedas. Tampoco prosperó en impedir que Jorge Triaca llegara a Trabajo, aunque antes bloqueó la designación de un cordobés (Lawson) ahora reciclado en un organismo público. Si hasta amagó con descortesías al defender los discos de vinilo sobre la música digital, la única forma de entender la huelga de su sindicato porque el Banco Central amagó no transportar papeles contables y hacer circular la información por internet. No llegó a mayores su disidencia, ciertas convenciones económicas se mantienen. Triaca lo fue a visitar a uno de los departamentos de Moyano en Barracas –igual que Julio De Vido en otros tiempos– y él mismo se reunió en presunto secreto con Macri en Olivos. No había sorpresas imaginables para la cumbre de anteayer, el guión había sido sellado.

Más o menos convenido, la paritaria a iniciarse será parcial –como ya ocurrió con otros gremios el año pasado–, no durará más de cinco meses, podría bordear menos de 30% de aumento, y se rectificará luego según los índices del costo de vida. Moyano saca ventaja con la modificación de las escalas del impuesto a las ganancias, ya que a sus trabajadores –y a los de otros sindicatos– les proporcionará un adicional de 2 o 3%. Esa corrección poco le vale al gremio de Antonio Caló, el de Cristina, uno de los que curiosamente percibe ingresos más bajos. También obtendrá Moyano satisfacción con el salario familiar, cuestión que lo obsesiona desde la muerte de uno de sus hijos y que repite emocionadamente cada vez que le toca mencionarlo.

Moyano saca ventaja con la modificación de las escalas del Impuesto a las Ganancias

Ahora vendrán debates técnicos sobre este proceso y, especialmente, sobre la devolución a los gremios de fondos pendientes de las obras sociales. Fue Armando Cavalieri quien expuso sobre el tema, quejoso por el dinero que les arrebata el Estado y debido a que deben socorrer cada vez más adherentes a sus sistemas de salud sin el apropiado sustento económico. Hasta Macri parecía enternecido, y –no olvidarlo– parece que evitó convocar a quien le había entregado la responsabilidad de la devolución a las obras sociales: José Luis Lingeri (Aguas y Cloro).


No invitaron a otros, la lista la hizo Moyano. Se olvidó de los decisivos gremios de la Energía, hoy quizás los más afectados por un eventual desempleo y, adrede seguramente, borró a la CTA para darle una golosina a Caló. El resto de los presentes asentía. Ansiosos por las migajas y felices de pertenecer, se hacen cargo de un viejo dicho futbolístico protagonizado por un negro defensor oriental que, desafiando a la multitud que bramaba en el Maracaná por el triunfo de Brasil, en el Mundial del 50 que consagró a Uruguay, les dijo a sus compañeros mientras llevaba tranquilo la pelota bajo su brazo: “Los de afuera son de palo”.


jueves, 24 de julio de 2014

Dos caras de la moneda del periodismo... De Alguna Manera...

Lanata vs Víctor Hugo: las dos caras de la moneda del periodismo...

Alfredo Leuco opina sobre el conflicto Lanata-Víctor Hugo. Foto: Cedoc

La editorial de Alfredo Leuco después de que #MostraElContrato con Telesur fuera trending topic por el programa De Zurda.

El domingo pasado el periodista Jorge Lanata en su programa Periodismo Para Todos de Canal 13 reveló que el periodista oficialista Víctor Hugo Morales habría cobrado un 1 millón de dólares por la conducción del programa “De Zurda”, junto con Diego Armando Maradona, que se emitió durante el mundial por un mes en Telesur. Víctor Hugo respondió a las acusaciones afirmando que era todo mentira y ofreció a Lanata la posibilidad de encontrarse y mostrarle el contrato. Así se produjo un tire y afloje entre ambos periodistas respecto de esta cuestión.

Editorial de Alfredo Leuco

Son las dos caras de la moneda del periodismo en la era del hielo. Son los representantes de las dos posturas éticas frente a nuestro maravilloso oficio. Cada uno encarna un lado de la grieta que se abrió en la sociedad.

Jorge Lanata tuvo el coraje y la independencia de investigar a fondo la matriz corrupta del estado. Con rigurosidad destapó todas las ollas con olor a podrido y dejó en evidencia a varios funcionarios. A Felisa Miceli, condenada porque le descubrieron una inexplicable bolsa de dinero escondida en el baño de su ministerio. A Amado Boudou, procesado por recibir una megacoima. A Lázaro Báez y el lavado de dinero de quien fue amigo, socio, cómplice y testaferro de la familia presidencial y muchos otros casos como los de Ricardo Jaime o el general Cesar Milani. Hizo lo que siempre tiene que hacer un periodista. Tener una mirada crítica. Ser fiscal de ese poder.

Víctor Hugo Morales malversó nuestro trabajo y se convirtió en el abogado defensor de todos los corruptos y en el justificador ideológico de todos los autoritarismos de Néstor y Cristina. Castigó a los dueños de los medios pero fue feroz descalificando a colegas periodistas que se ganan la vida con dignidad y que hacen su trabajo con excelencia y que ganan un uno por ciento de lo que gana el megamillonario relator del relato inmoral.

Hoy Lanata y Víctor Hugo están protagonizando una polémica pública sobre la fortuna que el uruguayo cobró junto a Maradona por hacer el programa “De Zurda” por Telesur. No se trata de un sueldo mínimo o simbólico. Se trata de miles de dólares que los dos amantes del Che Guevara cobraron por derecha a un canal que tiene fondos públicos de Venezuela, Cuba y Argentina. Lanata dice que todos los argentinos hicimos un aporte para pagar esos mega sueldos y que por eso tenemos derecho a saber cuánto nos costó. Muchos pensamos que esas cifras descomunales hubieran sido muy útiles para atender a los más pobres de los pobres de esos países y que tanto Víctor Hugo como Diego podrían haber trabajado gratis para la causa. Pueden hacerlo, ambos están salvados para toda la vida.

Lanata no es el único pero es uno de los responsables de que radio Mitre lidere con mucha amplitud las mediciones de audiencia. Más del 46 % escuchan esta querida emisora en ese horario. Y eso es un beneficio para todos los que trabajamos en estos micrófonos.

Víctor Hugo no es el único, pero es uno de los responsables de que radio Continental se haya caído a pedazos en sus mediciones. Con suerte y viento a favor supera en algo el 9% de share contra el 46 % de Lanata. Y eso perjudica a grandes profesionales como a Nelson Castro y Fernando Bravo. Lo mismo pasa en televisión.

Jorge Lanata conduce uno de los programas más vistos de canal 13. En al comienzo, tuvo niveles impresionantes de audiencia. Todo bancado con el riesgo de la publicidad privada. Víctor Hugo conduce un programa en canal 9 que casi no acusa peso en la balanza y que si no fuera por su carácter de propagandista de las ideas del estado y la publicidad oficial, ya lo hubieran levantado por su fracaso.

Lanata gana casi todos los años la votación del mejor periodista de la revista Noticias, acaba de aparecer en el décimo lugar entre los personajes más honestos junto al Papa Francisco, Favaloro y Belgrano, entre otros. Y en el festival de Nueva York su investigación sobre la ruta del dinero K fue premiada con la medalla de plata en competencia contra producciones de 60 países.

Víctor Hugo fue el elegido en más de una ocasión en Noticias como el peor periodista del año, generó una gran desilusión y frustración entre muchos oyentes que lo apreciaban y se sintieron traicionados por su panquequismo borocotizador y ganó el premio que La Campora otorga a través de la Facultad de Periodismo de La Plata. El mismo que recibió Hugo Chávez rodeado de Hebe de Bonafini y Fernando Esteche quien fue profesor de esa casa de estudios hasta que lo metieron en la cárcel por encabezar junto a Quebracho diversos hechos vandálicos.

Jorge Lanata era un pibe durante la dictadura pero desde Página 12 fue uno de los principales luchadores por los derechos humanos. Instaló en su diario los reclamos con foto y nombres y apellidos y convocó a trabajar a Horacio Verbitsky y Osvaldo Soriano, entre otros. Sin embargo fue atacado ferozmente por el aparato propagandístico del gobierno y comparado con Videla.

Víctor Hugo tuvo que pedir perdón por carta a las Abuelas de Plaza de Mayo por haber elogiado a los genocidas de Videla en 1978. Fue muy amigo de varios militares y jugaba al fútbol y bailaba tangos en un cuartel de la dictadura uruguaya. Sin embargo es endiosado por el cártel de Gvirtz que se enriqueció con los dineros públicos y que tampoco muestra sus contratos con el estado. Ambos ganan muy buenos sueldos con su trabajo.

Pero Víctor Hugo dijo que seguramente fue uno de los que más ganó en la historia de la radio, tiene un departamento que cuesta una montaña de dólares en Nueva York y se la pasa viajando a Paris y Madrid pese a que se llena la boca hablando bien de Fidel Castro y la isla de Cuba a donde también viaja de vez en cuando. El chofer que le maneja su auto llegó a facturar una charla que dio Víctor Hugo, seguramente para evadir impuestos. Converso, tituló su gran libro, Pablo Siven.

Víctor Hugo es la hipocresía, es el doble discurso. Es jugar de zurda pero con nuestro bolsillo. Víctor Hugo es culturalmente kirchnerista. Un fabulador y millonario culposo que de la boca para afuera defiende a los pobres de la Patria Grande pero que le cobra una carretilla de dólares para trabajar en Telesur. Se lo digo en términos futbolísticos: se la pasa amagando por izquierda pero siempre sale por derecha.

© Publicado el Jueves 24/07/2014 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


 

domingo, 30 de marzo de 2014

Pérdida irrecuperable… De Alguna Manera...


Pérdida irrecuperable…

¡Chicos, chicos, a clases! Dibujo: Diego Temes

Vuelta a clases y deudas. Se levantó el paro bonaerense de maestros, pero no hay soluciones estructurales. CFK, Scioli, Massa y Macri.
El ajuste sigue su curso. El ministro de Economía –en honor a la verdad Axel Kicillof debería ser presentado como ministro de Economía, Devaluación e Improvisación– va jalonando su gestión con nuevas medidas de corte ortodoxo que impactan negativamente en el poder adquisitivo del ciudadano. Esta semana ha sido la quita parcial de los subsidios al consumo de agua y gas. Al ser aplicada en el contexto de inflación y estancamiento por el que atraviesa la economía argentina, esta medida, que tiene fundamentos correctos –hay mucha gente de muy buen pasar que nunca debió haber recibido ningún subsidio–, habrá de afectar los ingresos de muchas personas cuyos bolsillos vienen encogiéndose desde hace ya varios meses. Por ello fue irritante apreciar cómo Kicillof, en vez de hablar del impacto de la quita de los subsidios, perdía el tiempo inútilmente enojándose y discutiendo con algunos colegas sobre la semántica del vocabulario a emplear por los medios a la hora de presentar la información.
El mismo juicio vale para el Aló Presidenta de la tarde-noche del jueves pasado, en el que Cristina Fernández de Kirchner se dedicó a intentar convencer a los afectados por esta medida que esto no sería un ajuste. Es evidente que la patológica visión de la realidad que reina en la Babel de Olivos no tiene cura: creer que los ciudadanos están más preocupados por la forma de titular de los diarios que por la penuria económica que experimentan en sus bolsillos es subestimar el coeficiente intelectual de la gente.
Una de las cosas insólitas que señaló Fernández de Kirchner es que entre los objetivos de esta medida está mantener la competitividad de las empresas argentinas hacia las cuales estarán, a partir de ahora, direccionados los dineros que se ahorren. Es decir que, en definitiva, la ciudadanía cargará sobre sí la pesada tarea de subsidiar en parte a las industrias. Es el mundo al revés. Algo anda mal en la economía para que ocurran cosas como estas.
La historia dice que esta quita de subsidios iba a tener lugar en los primeros meses de 2009. Sin embargo, a causa de las reacciones negativas que se produjeron tras el anuncio, hecho además en el marco de la contienda electoral de junio de aquel año, el matrimonio Kirchner decidió dar marcha atrás con la iniciativa. Hubo un segundo intento de imponer esta medida a poco de comenzar el segundo mandato de Fernández de Kirchner. Fue entonces que el 22 de febrero de 2012 ocurrió la tragedia de la estación Once y todo quedó, otra vez, en la nada.
Hablando de este hecho, la declaración judicial de Ricardo Jaime en la que adjudicó un nivel de responsabilidad máxima al ministro de Planificación, Julio De Vido, inquietó a más de uno dentro del Gobierno. Jaime no fue cualquier funcionario. Su cercanía con Néstor Kirchner lo hizo conocer muchos de sus secretos. Y entre esos secretos, muchos tienen que ver con los hechos de corrupción sucedidos durante el tiempo en el que el acusado de hoy supo desempeñarse como secretario de Transporte. Como señala Omar Lavieri en su libro El Rekaudador, en esos tiempos la Secretaría de Transporte era considerada la gran caja del kirchnerismo.
La solución del conflicto docente en la provincia de Buenos Aires ha traído alivio político. Sin embargo, hay que subrayar que los alumnos de las escuelas públicas bonaerenses han perdido un mes entero de clases. Es una pérdida irrecuperable. Hay otras provincias en las que el ciclo lectivo tampoco ha comenzado. Del mismo modo, es claro que en esas comarcas los alumnos no recuperarán el tiempo perdido. Esto demuestra que en la Argentina hay lugares en los que la educación, lejos de ser una herramienta de igualación social, termina reciclando la desigualdad. Este es un problema estructural al que toda la dirigencia política, social y empresarial debería dedicarle una atención mayúscula si es que el objetivo de lograr una sociedad con mayor inclusión y movilidad que haga de la Argentina un lugar más vivible se acerca a un ideal y no a una quimera.
A Daniel Scioli el kirchnerismo lo quiere cada vez menos. A Sergio Massa directamente lo detesta. En el ideario de La Cámpora y compañía –es decir, Cristina y su círculo íntimo– anida un deseo oculto que todos desmentirán: el triunfo de Mauricio Macri en las elecciones presidenciales de 2015. Para el oficialismo, eso sería preferible a una victoria de Scioli o de Massa. El razonamiento que emana de esas mentes atribuladas es simple: si Massa o Scioli ganaran, se quedarían con el peronismo, circunstancia que dejaría al kirchnerismo sin sustento político y, por ende, sin poder, alternativa fatal para sus sueños de supervivencia. No es novedad que son muchos –cada día más– los sectores del peronismo en los que a La Cámpora no se le profesa ningún cariño.
“Me siento un poco la madre de todos los argentinos”, dijo, inefable, Fernández de Kirchner en su Aló Presidenta del jueves. Curiosa frase, porque en los hechos, los ciudadanos y ciudadanas que no comparten el pensamiento presidencial no han recibido hasta aquí de parte de ella un tratamiento siquiera parecido a lo maternal. Una madre quiere a todos sus hijos. A lo largo de sus dos mandatos ha quedado claro que la Presidenta quiere sólo a quienes son sus seguidores y a quienes le rinden sumisión. Para los que no se encuadran en esas categorías, en cambio, lo que ha habido es desprecio y descalificación. En fin, he aquí otra de las irrealidades del relato K.
Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro el Domingo 30/03/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

sábado, 19 de octubre de 2013

Un accidente, cincuenta informes y muchas dudas... De Alguna Manera...


Hay dinero que se quedó en el cajón de Jaime y Schiavi…

Leandro Despouy sobre Once: “Hay dinero que se quedó en el cajón de Jaime y Schiavi”

El titular de la Auditoría General de la Nación, Leandro Despouy, no se privó este sábado de opinar acerca del nuevo accidente ocurrido en el tren Sarmiento, del cual quedó como saldo la friolera de 80 heridos.

El funcionario habló con el programa de radio que Christian Sanz conduce por MDZ Radio, Políticamente Incorrecto. Allí, aseguró que la entidad a su cargo realizó no menos de 50 informes, tanto sobre transporte de pasajeros como ferrocarriles de cargas. Aunque comparó la situación con lo sucedido el 22 de febrero de 2012, Despouy se mostró cauto al asegurar que se van a esperar las auditorias técnicas.

De todos modos, calificó el sistema ferroviario vernáculo como “una cosa tétrica”, al tiempo que recordó que “ha habido una enorme inversión por parte del Estado”. A ese respecto, dijo que los entonces concesionarios de TBA, los hermanos Cirigliano, recibieron más de tres mil millones de pesos en nueve años.

E insistió en trazar un panorama desolador respecto a los trenes, en el cual aparecen diez años de “desmantelamiento ferroviario de Menem”, a los cuales le siguieron diez años donde se vieron “desvíos y fondos que no se aplicaron para mantenimientos”, sino para prebendas.

En tal sentido, Despouy sentenció: “No se entiende cómo el Estado pudo entregar tanto dinero sin controlar”. Y recordó que para otorgar un subsidio hay que controlar qué se hizo con el subsidio previo.

Más adelante, el titular de la AGN reveló que “desde 2004 —y antes— veníamos diciendo, y sin embargo el Estado no tuvo el más mínimo cuidado”. Según el funcionario, los informes elevados al Ejecutivo nacional mostraban que podían suceder tragedias como la sucedida hoy.

No obstante, Despouy advirtió que “también mostramos que había descontrol en los fondos que se entregaban a TBA”.

En ese marco, advirtió que la CNRT también hizo observaciones y multas, las cuales jamás se aplicaron. “Ese dinero se quedó en el cajón de (Ricardo) Jaime y luego de (Juan Pablo) Schiavi”, agregó.

Sin embargo, el titular de AGN dijo que, desde que esta Florencio Randazzo, “se nota que se han llevado a cabo algunos emprendimientos, no hemos evaluado la dimensión”. No obstante, aseguró que no han sido lo suficientemente eficaces.

Luego, aseveró que, en su momento, la entidad que comanda hizo un informe sobre la compra de material ferroviario a España y Portugal. “Es para ir y detener al que lo hizo (…) Se compró material que no era ni chatarra”.

Y recordó que el entonces transportador “dijo que no podía cargar eso: ni como chatarra sirve (…) Es una burla, no es una compra”.

Finalmente, Despouy puso el foco en la sospechosa “actitud de entregar fondos a empresas que nunca dieron una respuesta adecuada”. Y dijo: “Eso solo cabe cuando el funcionario de Estado tiene un interés que no es el de mejorar el subsidio”.

Y culminó: “Se puede suponer, esperar, que hay otro interés. Sobre todo cuando la calidad del servicio es pésima”.

Escuchá la entrevista a continuación:



© Publicado por la Redacción de TDP el sábado 19/10/2013 y publicado por Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

domingo, 25 de agosto de 2013

Trascendencia del ego… De Alguna Manera...


Trascendencia del ego…


Lo que más abunda en el mundo, decía Frank Zappa, son el oxígeno y la estupidez. Mirar la entrega de los Martín Fierro es una prueba contundente de que, con respecto al segundo término de su frase, estaba en lo cierto. Es más, algunos ecologistas vaticinan que en breve habrá menos oxígeno, pero la estupidez sigue siendo un éxito.

© Escrito por Fabián Casas el viernes 23/08/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La entrega de los Martín Fierro parece una alucinación salida de la mente de Derek Zoolander, ese modelo cabeza hueca creado por Ben Stiller. Y, hay que reconocerlo, es muy difícil lograr sobresalir entre tantas caras nuevas y viejas, famosos, glamour y vanidad a granel. Jorge Lanata lo consiguió: su discurso al recibir uno de los muchos gauchos que le dieron alcanzó las cimas de la estupidez: “Agradezco a Lázaro Báez, Cristina Fernández, Ricardo Jaime, Hebe de Bonafini… etc., etc”.

Está claro que a Lanata no lo preocupan la desocupación, el hambre y todos los flagelos que este gobierno no puede o no quiere combatir. Lo único que le preocupa es su vanidad. Es un barrabrava de sí mismo.

Víctor Hugo Morales, a quien podríamos llamar Víctor Ego, también anda por la misma senda. Me acuerdo cuando fue invitado a presentar El dueño, el libro de Luis Majul, y se dedicó a destruirlo.

Muchos periodistas hablaron de la valentía de Morales para decir lo que piensa, como si él hubiese sido Rodolfo Walsh y Majul encarnara a la Junta Militar. Yo creo que hay tantas cosas en la vida para hacer, que ponerle ganas e ir a cagarle la presentación a un tipo que te invitó habla de cierto nivel de vanidad casi insoportable. Lanata y Morales se ponen en veredas opuestas, pero a mí me parece que su enemistad es la de ese tipo que se da en el catch, donde los luchadores no son enemigos, actúan de enemigos.