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domingo, 1 de mayo de 2022

Río Revuelto... @dealgunamaneraok...

 Río revuelto...

Agus turbulentas. Mauricio Macri. Dibujo: Pablo Temes.

Macri divide a la oposición y Guzmán resiste en el oficialismo.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 30/04/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


En la oposición las aguas están agitadas. Han pasado siete días de turbulencias, pero eso no significa que la semana haya quedado sepultada en el olvido. Vale la pena ir un poco más atrás en el tiempo. 

Desde hace unos veinte días, cuando Mauricio Macri retomó su agenda política, las espadas del PRO no descansan tranquilas. Halcones y palomas ven sus nidos agitados, y no son pocos los que observan en el ex presidente una potencial amenaza. 

“Había ciertos consensos generales sobre diversos temas, como ampliar la coalición, las figuras más o menos evidentes para competir en unas PASO, los principales jugadores para disputar la provincia y otras definiciones que ahora parecen volver a foja cero. Todavía es muy temprano para aventurar cualquier resultado, pero lo cierto es que la llegada del jefe no trajo tranquilidad. No solo porque se guarda la carta de una eventual candidatura propia sino porque volvió sobre el rol de armador con ínfulas desmedidas”, dice una voz del ala dura del equipo amarillo. Lo que no termina de reconocer es que el ex presidente ha renovado con creces su cuota de poder dentro del espacio. 

En ese marco de tensión dos elementos hicieron erupción para complicar las cosas dentro de la coalición opositora. Primero, la noticia de que la fractura del bloque del Frente de Todos contra Todos en el senado para sacar ventaja numérica en la conformación del Consejo de la Magistratura partió de un supuesto acuerdo entre CFK con Alberto Fernández, Massa y el jujeño Gerardo Morales para que el presidente de la Cámara baja designara a la radical santacruceña Roxana Reyes como consejera y que Cristina sacara del camino a Luis Juez para poner al camporista Martín Doñate en su lugar. Lo cierto es que a todos en la coalición opositora les conviene creer que el gobernador y presidente de la UCR no tuvo nada que ver en la jugada, de lo contrario estarían obligados a romper. El senador nacional Luis Juez no está del todo seguro, pero tampoco tuvo más remedio que tragarse el sapo.

El clima en la Cámara alta estará más tenso de lo normal por un buen tiempo, y no son pocos los que venían señalando la buena sintonía entre Gerardo Morales y Sergio Massa.

El comunicado de la mesa nacional de JxC donde se excluyó expresamente la posibilidad de que el diputado ultraliberal Javier Milei se sumara a la coalición fue el otro eje de la discordia. 

Los radicales y algunas de las palomas del PRO no lo toleran, pero fue el propio Mauricio Macri quien se aseguró de dejarlo afuera, al menos por ahora. Patricia Bullrich –presidenta del partido– aseguró en declaraciones radiales:

“Tenemos que ser más conscientes y pensar más en la construcción antes de cerrar las puertas”. Aunque también quedó claro que la forma en que se tomaron las decisiones fue lo que más le disgustó, ya que el debate en torno a Milei no figuraba en el temario de la reunión, y encima se discutió sin su presencia. 

Parece que parte de la oposición no termina de comprender que sin unidad y sin ideas claras se renuevan las chances electorales del kirchnerismo.

En el oficialismo no hay nada nuevo bajo el sol. Sigue sorprendiendo a propios y ajenos la resistencia del ministro de Economía, Martín Guzmán, apuntado por CFK y La Cámpora.

Parte de la oposición parece no entender que sin unidad y sin ideas claras el kirchnerismo puede ganar otra vez.

En el foro de empresarios que se realizó en el hotel Llao Llao, los hombres de negocios le reconocieron su valentía, pero todos esperan que la marca inflacionaria del mes de abril –que llegaría al 6%– abra la puerta para nuevos embates contra su figura. “Que quede claro, nadie lo defiende, pero es de los pocos que absorbe la presión y tiene el peso del rumbo sobre sus hombros bajo fuego amigo”, dijo uno de los participantes que, pese al elogio, no ocultó su malestar por iniciativas que implican la creación de nuevos impuestos.

En Economía saben que el trámite parlamentario para este tipo de propuestas será complicado, por eso continúan analizando si avanzan con la “renta inesperada” o algún tipo de adicional al impuesto a las ganancias.

En el medio está la gente, que ve cada vez más lejos la resolución de sus problemas. El presidente Alberto Fernández había prometido en campaña sostener la lucha contra el narcotráfico. Parece que “ser progre” impide retomar consensos básicos que mejoran la calidad de vida de los habitantes de cualquier punto del país.

En un festival recreativo organizado por el municipio de Morón, que conduce el kirchnerista Lucas Ghi, se repartieron folletos con consejos para el consumo responsable de estupefacientes. “Con la cocaína, tomá poquito”, decía una de las consignas.

Cuando todo está al revés y la ideología de la “no estigmatización” pone en riesgo la vida de las personas, es muy difícil encontrar los caminos para formar ciudadanía.



domingo, 13 de marzo de 2022

Acuerdo con el FMI. Divide y no soluciona nada... @dealgunamaneraok...

Acuerdo con el FMI. Divide y no soluciona nada...

Presidiendo la cámara, Sergio Massa. Dibujo: Pablo Temes.

Panorama desolador: tarifazos, aumento de impuestos, inflación desmedida y falta de empatía de la clase dirigente.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 12/03/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

Parece un loop que la historia se empecina en repetir. Argentina siempre puede estar peor. Precisamente eso es lo que el acuerdo para la refinanciación de la deuda con el FMI refrendado por la Cámara de Diputados evitará en el corto y mediano plazo. El default hubiera significado para nuestro país la caída al abismo.

Más allá de lo que pueda ocurrir en la siempre impredecible Cámara alta, el consenso alcanzado en Diputados dejó más heridos de lo esperado y expuso de manera brutal las ya evidentes divisiones dentro del Frente de Todos contra Todos y de No Tan Juntos por el Cambio. Vamos por partes.

Argentina está en carne viva. La gente no soporta más vivir con una inflación galopante, abrumada por impuestos y por la falta de trabajo. Nada de esto mejorará luego del acuerdo para el que el Gobierno tuvo que ceder como nunca antes lo había hecho al quitar del proyecto de ley los dos anexos que le reclamaba la oposición: el Memorando de Políticas Económicas y Financieras y el Memorando Técnico. El primero era una suerte de plan económico de emergencia que contenía un fuerte ajuste que, como siempre, debería afrontar la gente sin ningún esfuerzo por parte del sector público. 

La oposición no estaba dispuesta a pagar el costo político del ajuste avalando con su voto las medidas que allí se detallaban; menos aún cuando ya se sabía que la mitad del oficialismo no votaría el proyecto de su propio partido. En rigor de verdad, Máximo Kirchner, su madre y La Cámpora nunca vieron a Alberto Fernández y sus funcionarios como propios. El Presidente fue para ellos solo un trago amargo que debían tragar para recuperar el poder y mantener los fueros que le permitirían mantenerse a resguardo del avance de la Justicia. AF y su ministro de Economía Martín Guzmán fueron los grandes perdedores de la semana. El joven ministro se expuso más de la cuenta en la Comisión de Presupuesto y Hacienda al defender con vehemencia la necesidad de incluir su plan económico como contraparte del acuerdo. 

La política es ingrata y, como los votos escaseaban, nadie dudó en pulverizar los esfuerzos de Guzmán y borrar de un plumazo su trabajo, su esfuerzo y su reputación –ya bastante vapuleada–. Es justo decir que, en la situación que se encuentra la Argentina, una nueva línea rectora ordenadora de la economía doméstica es más que necesaria. El planteo de Guzmán tenía cierta lógica, pero carecía por completo de timing político. Eso le recriminaron varios diputados opositores en el patio externo de la sala de comisión del ala “C” del anexo del Congreso: “Estamos para aprobar la refinanciación de la deuda, no un plan económico de emergencia. El ministro tuvo dos años de gobierno para ordenar las cuentas, intentar bajar el gasto público y armar una hoja de ruta consistente y no lo hizo o no lo dejaron.

La bronca con Gerardo Morales volvió a estar a la orden del día. Muchos le achacan haberse cortado solo.

Justo ahora quiere presentar todo de golpe por exigencia del Fondo aplastando a la mayoría de la gente” –exclamó un diputado que formó parte de las negociaciones para pulir el proyecto. Guzmán sabe que quedó muy debilitado. Su viaje a Houston no fue casualidad. Sergio Massa tomó las riendas de la negociación y el ministro no estuvo en la puntada final del acuerdo que él mismo diseñó.

Lo que ocurrió dentro y fuera del recinto ya es historia conocida, pero dejó mucha tela para cortar. El jefe de La Cámpora no bajó para dar quórum y ningún diputado de la agrupación se anotó en la lista de oradores tal vez, para evitar un mal mayor. Entrada la madrugada y a último minuto el hijo de la vice en funciones ingresó al recinto. Su voto fue no positivo, pero la ley fue aprobada por amplia mayoría. Los legisladores del FdT que permanecieron en sus bancas masticaban bronca y le advertían a la oposición que “no se les ocurra probarse el traje de héroes porque ellos no habían salvado al país del default, sino que eran los responsables primarios de la situación”.

Chicanas y chiquitaje de quienes –por cola de paja– se sentían parias de su propio espacio político que no los acompañó. Una vergüenza cuya única explicación es la fractura absoluta como sello final de un gobierno bifronte. En No Tan Juntos por el Cambio, las cosas no salieron mucho mejor. A pesar de la victoria política que significó imponer los cambios al proyecto original, corrió mucha agua debajo del puente.

“Sabés lo que pasa, al final del día y con el paso de los años, la historia va a señalar que votamos a favor del acuerdo, nadie va a recordar las negociaciones de último momento para evitar un proyecto que era un desastre para la gente. La épica que hoy festejamos, quedará en el olvido” –dijo con razón un referente opositor. La bronca con Gerardo Morales volvió a estar a la orden del día. Muchos le achacan haberse cortado solo y cultivar su cercanía con Sergio Massa, uno de los pocos que salvó la ropa. Para colmo de males el jujeño se despachó con un tuit donde felicitaba especialmente a todos los miembros de la coalición, menos a sus compañeros del PRO. Una estudiantina innecesaria. Habrá que esperar qué ocurre durante el comienzo de la semana y cómo se asienta el nuevo escenario.

En el medio está la gente abrumada por un horizonte poco alentador: tarifazos, aumento de impuestos, inflación desmedida y la falta de empatía de una clase dirigente que prefiere cortarse las venas, antes de achicar de una vez por todas el gasto público. 

(Esta columna fue escrita en viaje hacia Ucrania. Nuestro próximo encuentro del domingo seguirá las alternativas del conflicto bélico desatado por la invasión rusa a su vecino país).




domingo, 9 de enero de 2022

Idas y vueltas. Acuerdos que no llegan… @dealgunamaneraok...

 Idas y vueltas. Acuerdos que no llegan… 

“Vidala para mi sombra” María E. Vidal. Dibujo: Pablo Temes.

El Gobierno aleja al país del mundo y la oposición mantiene viva su división entre halcones y palomas.

Escrito por Nelson Castro el sábado 08/01/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

 

Se habló y discutió durante más de diez días. La idea inicial del Gobierno era que el ministro de Economía, Martín Guzmán expusiera ante los gobernadores y jefes de bloque de la oposición sobre lo actuado en la negociación con el Fondo Monetario.


Una forma de evacuar dudas, pero sobre todo, de comprometerlos de algún modo en los pasos a seguir para alcanzar un acuerdo que cada vez se torna más lejano. La invitación dividió las aguas de No Tan Juntos Por el Cambio. En el PRO halcones y palomas definieron que participarían en una reunión virtual antes del encuentro de la mesa nacional de la coalición que tuvo lugar el jueves. El tema también se discutió con vehemencia en la cumbre opositora y hasta ameritó el envío de un comunicado oficial en el que confirmaron su asistencia, pero reclamaron al Gobierno que “traiga información concreta sobre cuáles son los pasos a seguir para que la Argentina retome el camino de crecimiento”. Sin embargo, el convite con el ministro entró en una nebulosa sin fecha y lugar definidos al menos hasta la tarde del viernes.


La cumbre de los líderes de la oposición estuvo lejos de ser amable. Germina allí un empeño inentendible por transitar el camino de la borrasca. Otra vez, el blanco de las críticas fue el gobernador de Jujuy Gerardo Morales, quien había dicho días atrás y públicamente que: “la deuda la contrajimos nosotros, lo menos que podemos hacer es ir a escuchar a Martín Guzmán”. Sus palabras sonaron como un tiro por elevación a Mauricio Macri y su gestión ya que los radicales cercanos a Morales siempre se sintieron –y con justa razón– al margen.


“Los desplantes y pases de factura a esta altura no conducen a nada. Parece que las heridas de algunos no cierran. Nosotros aprendimos de nuestros errores ya es momento de mirar para adelante”–dijo un dirigente del PRO apuntando directamente contra el jujeño. También es cierto que Morales se ha venido mostrando intransigente en casi todas las negociaciones que le ha tocado encarar y eso empieza a ser un problema señalado por todos en el equipo amarillo.


“Siempre habrá temas por discutir y acordar, pero empieza a preocupar ese resentimiento que termina siendo disfuncional para todos. La unidad no está en discusión, pero necesita de cierta armonía. No se puede vivir en un terremoto constante” –dijo otro referente de la oposición más cercano al radicalismo disconforme con los últimos vaivenes del partido.


Finalmente –y a destiempo– María Eugenia Vidal habló. Dijo que en su gobierno no se armaban causas y condenó los dichos de su ex ministro de Trabajo Marcelo Villegas: “La expresión no constituye delito, pero es absolutamente repudiable e injustificable”. Aclaró además, que ya se pidieron las disculpas del caso y que se inicia el “camino de la reparación”.


Insuficiente. 


Todos estamos de acuerdo en que gremialistas de la talla del Pata Medina hicieron mérito propio para tener que dar explicaciones a la Justicia. Pero también es cierto que episodios que involucran espías, funcionarios e intendentes, terminan sin una explicación lógica y corren el riesgo de convertir en víctimas a los victimarios. Vidal solo se limitó a decir que la AFI deberá dar explicaciones por lo ocurrido. Una condena muy tibia para una agrupación oscura que estaba espiando a su propio gobierno.


En el Frente de Todos contra Todos las aguas parecen calmas. Es tan solo una apariencia. No solo por las evidentes dificultades para cerrar un acuerdo con el FMI sino porque parecen haber vuelto los cruces y declaraciones públicas entre los dos bandos del oficialismo. Alberto Fernández había dicho que “no se puede hacer política con la pandemia”. Debería recordárselo a Nicolás Kreplak, el impulsivo ministro de Salud bonaerense que responde al Instituto Patria.


En medio del pico de casos de Covid-19 y del colapso de los centros de testeo el gobierno nacional habilitó –con buen tino– el uso de autotest hogareños para descomprimir esa situación. En este marco, el Dr. Kreplak no perdió la oportunidad para salir a decir públicamente que los test rápidos de antígeno “son peligrosos porque se hacen sin capacitación y tienen muchas dificultades”.


Más allá que la discusión sobre las dificultades y falta de certezas sobre los autotest existe, hubo en la declaración del ministro una intencionalidad política evidente. “Olvidate, ya sabemos que nos van a venir a marcar la cancha cada vez que puedan. Sobre todo Kreplak y Daniel Gollán en todo lo referido al virus y Kicillof y sus amigos en todo lo referente a la economía” –asumió una fuente parlamentaria cercana al Presidente.


Hacia el abismo. 


Alberto Fernández dio otro paso en dirección al precipicio al asumir la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). La convalidación de los regímenes antidemocráticos y totalitarios de Cuba, Venezuela y Nicaragua que se hace desde esa organización, habla de por sí, de su inconsistencia e intrascendencia. ¿Aceptaría AF vivir en un país donde a los opositores se los persigue y se los encarcela? Seguramente no.


Entonces, ¿por qué calla ante semejante flagrancia? En la visión del pseudoprogresismo que encarna el kirchnerismo los abusos y violaciones de los derechos que se cometen en regímenes dictatoriales de izquierda son tolerables. Los de derecha, en cambio, no. He aquí una demostración clara del relativismo moral. Por lo demás, es poco probable que el gobierno de Joe Biden se sienta particularmente atraído por ayudar al gobierno de la Argentina.


“El presidente Fernández parece no comprender cómo funcionan las cosas aquí” –comentaba en la fría mañana de Washington un importante funcionario de carrera del Departamento de Estado.


Si lo que el Gobierno pretende es alejar a la Argentina del mundo, hay que reconocer que lo viene logrando con creces.

 





lunes, 1 de noviembre de 2021

Francisco dijo No… @dealgunamaneraok...

 Francisco dijo No…

 


Res, non verba. Papa Francisco. Dibujo: Pablo Temes


Trastienda del intento de cumbre de Alberto F con el Papa. La imagen argentina, muy afectada.

 

El Papa fue terminante: “No voy a recibir al presidente Alberto Fernández por la sencilla razón de que ningún papa recibe a un presidente cuando su país está en medio de un proceso electoral”.

 

© Escrito por Nelson Castro desde la Ciudad de Roma, República de los Italianos.


 

Una fuente inobjetable del Vaticano contó en detalle lo que sucedió. Hubo funcionarios del gobierno argentino –cinco– que llamaron a la Santa Sede para gestionar la entrevista con el Sumo Pontífice. Para el Gobierno, una foto del Presidente con Francisco era una carta electoral importante. Lo rudimentario de este pensamiento no deja de asombrar. En 2013, Cristina Fernández de Kirchner buscó denodadamente la foto de Francisco durante la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro.

 

Alberto Fernández llegó a Roma con el objetivo de obtener apoyos concretos para la compleja negociación que el gobierno argentino está llevando adelante con el Fondo Monetario Internacional para acordar mejores condiciones de pago para la pesada deuda contraída durante la gestión de Mauricio Macri. Curiosamente, el marco de la pandemia ha hecho que el tema de las ayudas a los países más pobres esté sobre la mesa de las discusiones de los líderes del mundo, categoría a la que no pertenece el actual jefe de Estado ni ningún otro de la Argentina. Nuestro país carece de centralidad desde hace décadas y nada parece augurar que esto vaya a cambiar en el presente ni en el futuro inmediato.

 

En este ámbito de mayor comprensión hacia los países con problemas graves de deuda, el Presidente choca con tres problemas puntuales: el primero es el endurecimiento del discurso de campaña contra el FMI y la actividad empresarial; el segundo, la falta de un plan económico concreto; y el tercero, las dudas que hay en cuanto a quién tiene el poder real.

 

Dos fuentes del entorno de Olaf Scholz, el actual ministro de Finanzas y casi seguro futuro canciller de Alemania, señalaban la sorpresa que produjo en Merkel y Scholz el conocimiento de algunas de las últimas expresiones del ministro de Economía, Martín Guzmán. Su virulencia sorprendió. Lo mismo se aplica al Presidente.

Lo mismo se aplica para la debilitada Kristalina Georgieva. La directora gerente del FMI tiene hoy poco margen de poder para maniobrar acuerdos por fuera de las estrictas normas que le impone el board del organismo internacional.    

 

La imagen internacional del gobierno argentino es mala. Esto no es ninguna novedad, más allá de los aspectos formales de lo que suceda con las reuniones que mantenga AF en este fin de semana como el lunes y el martes en Glasgow durante la cumbre del Cambio Climático.

A la hora en que escribimos esta columna desde Roma, el gobierno argentino sigue bregando por una reunión bilateral con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden.

 

Esa foto con “el compañero Biden”, como lo llaman algunos funcionarios de los que forman parte de la comitiva presidencial, sería un logro para AF. Fernández y Biden se habrán de conocer durante esta reunión y habrá entre ellos algún intercambio de palabras circunstanciales.

 

De acá. Volviendo al ámbito local, en la UCR sienten que tienen la fuerza para poner un presidente en la Casa Rosada. En realidad, el impulso de luchar dentro de Juntos por el Cambio y de “dejar de ser el furgón de cola de la coalición”.

 

El acto en Ferro dejó su mensaje. Se trata de una intención manifiesta de señalar que van a disputar el poder de cara a 2023 pero siempre dentro de la coalición como marco político necesario.

El que avisa no traiciona.

 

Sin embargo, hay quienes prefieren dejar los manifiestos de lado y volver al pragmatismo del trabajo en el terreno.


Por eso, el día del acto en Ferro Martin Lousteau, uno de los hombres fuertes de la UCR, estuvo en Catamarca para apoyar a los candidatos a senadores y a diputados siguiendo con su estrategia de recorrer el país, en especial las provincias que eligen senadores. Lousteau cree que ahí se juega la clave del futuro: primero poder sacarle el quórum a Cristina Kirchner en la Cámara alta y recién después de las elecciones encarar todas las discusiones puertas adentro que deben darse para definir roles y protagonismos. “El posicionamiento interno debe estar en un segundo plano frente al debate sobre la construcción de un verdadero plan de salida para el país en 2023”, aseguran en su entorno.

 

Dentro del ala amarilla de JxC aceptan la discusión de sus socios, aunque la consideran “prematura y teñida de cierto tufillo de revancha”. El principal apuntado fue Gerardo Morales por su ímpetu y sus formas. De todos los que se expresaron en contra de la decisión del ex presidente Mauricio Macri de no presentarse a declarar y luego de mostrarse rodeado de partidarios el jueves en el juzgado de Dolores, fue el más duro al compararlo con el kirchnerismo.

 

No cayó nada bien.


“No fue una movilización armada al estilo K acarreando gente en colectivos bajo amenaza de no cobrar los planes sociales. Fue un acompañamiento espontáneo de dirigentes que quisieron estar ahí”.

 

El escenario actual de cara a las elecciones del 14 de noviembre es fluctuante. “La foto al día de hoy muestra un resultado ajustado en la Provincia. Pero atención: las boletas recién están saliendo a la calle y en sectores del Conurbano como La Matanza hay gente que aún no termina de asociar a Santilli y Manes dentro del mismo equipo. La semana que viene esto se debería revertir y ocasionar un despegue con un escenario más preciso”, admitió una fuente inobjetable de Juntos que conoce la PBA.

 

Respecto a la interna y la lucha de poder que se produce entre la Unión Cívica Radical y los referentes del macrismo, la misma fuente aseguró: “Me consta que todos hicieron el esfuerzo que debían para que haya paz. La unidad es el camino. Después lógicamente hay diferentes temperamentos y apetencias personales. Pero no debería haber sobresaltos”.

 

La realidad convierte el potencial en un imperativo que debe cuidarse a toda costa: no puede haber sobresaltos si se quiere construir una alternativa real, capaz de enfrentar al kirchnerismo y cambiar el rumbo de nuestra alicaída república.




 


domingo, 12 de mayo de 2019

Puntos de inflexión… @dealgunamanera...

Puntos de inflexión…

¿Vuelve? Dibujo: Pablo Temes.

Resulta una votación clave para el armado nacional del Gobierno y la oposición. Cristina al descubierto.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 12/05/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

No va a ser Donald Trump el que lo salve a Macri. Tampoco lo salvará la obra pública. Si los indicadores socioeconómicos no mejoran, el Presidente será derrotado en la elección de octubre próximo. Al día de hoy, todas las encuestas muestran que no hay destino de reelección para él. Su figura es, hoy en día, un salvavidas de plomo que hunde a todos. Y en ese universo de “todos” está incluida María Eugenia Vidal. Por eso, las voces que claman por un “Plan V”, en especial el círculo rojo, no cesan en sus pedidos para que Macri dé un paso al costado.

De lejos se ve venir... Hoy el oficialismo va a experimentar una nueva derrota en la elección a gobernador de la provincia de Córdoba. Si las encuestas no se equivocan, lo que auguran es que la caída sea por una diferencia amplia. Córdoba fue la llave que le abrió el camino del triunfo a Macri en noviembre de 2015. Eso es historia. La ilusión de conquistar la Gobernación de la provincia que floreció tras las elecciones de octubre de 2017 se ha marchitado. Lo que hoy en día capea por allí es un aire de derrota que se extiende al ámbito nacional. Es curioso lo que ha venido sucediendo en cada una de las cinco provincias –Neuquén, Río Negro, Entre Ríos, San Juan y la de hoy en Córdoba– en las que hubo elecciones hasta aquí: tanto los candidatos a los que apoyó el Presidente como a los que apoyó Cristina Fernández de Kirchner, perdieron. En el caso de La Docta, para evitar esa circunstancia, el kirchnerismo decidió bajar a su candidato y unirse a las filas del gobernador que está a punto de ser reelecto. Juan Scharetti será a partir de hoy una figura clave en todo el armado electoral del peronismo. Si bien su alineamiento dentro de Alternativa Federal es claro, desde el kirchnerismo buscarán tender puentes con él. Lo mismo intentará hacer Macri.

En el radicalismo las aguas están revueltas. La Convención Nacional que se reúne el 27 de este mes será agitada. El nivel de crítica existente hacia el núcleo duro del PRO, que empieza en Marcos Peña y termina en el Presidente, se multiplica. Quienes lo han escuchado a Federico Storani luego de su reunión con el jefe de Gabinete dan cuenta de la paupérrima impresión que se llevó de él. Storani es el actual vicepresidente de la UCR. No son pocos los que vienen expresando su voluntad de apoyar a Roberto Lavagna. De entre ellos sobresale el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, quien expresó su deseo de que Cambiemos se amplíe para dar pie a una interna que incluya al ex ministro de Economía. En ese marco, el resultado de la elección en Córdoba tendrá importancia. Si Mario Negri supera  a Ramón Mestre con cierta holgura, se impondrá su postura afín al mantenimiento del status quo dentro de Cambiemos. Si el que gana, en cambio, es Mestre las cosas serán diferentes. El actual intendente de Córdoba lo dijo con todas las letras hace pocos días: “hace falta un nuevo Cambiemos”.

Campaña. Como se preveía, la presentación de su libro Sinceramente, fue el puntapié inicial de la campaña electoral de Cristina Fernández de Kirchner. Lo que viene pasando con su candidatura es la repetición de lo sucedido en 2011, cuando jugó con la incógnita hasta el último minuto, con la idea de generar un “movimiento clamor”. En lo subterráneo hay un punto muy importante de conversación que se está dando entre el kirchnerismo y el massismo. En el entorno de CFK tienen clara conciencia de que, para ganar, es imprescindible un acuerdo con el ex intendente de Tigre.

Córdoba le abrió el camino del triunfo a Mauricio Macri en 2015. Eso es historia.

Si ello no ocurre, lo que se puede dar es que la ex presidenta gane la provincia de Buenos Aires –y que por arrastre imponga al gobernador porque en la Provincia no hay segunda vuelta– y que en el ballottage a nivel nacional pierda. Un eventual acuerdo con Massa para que sea candidato a gobernador, le evitaría a CFK la presión que está recibiendo de los intendentes del Conurbano que no lo quieren a Axel Kicillof. Así como ocurrió en 2011, se vio en CFK una postura de “abuenada” que, hay que reconocerlo, en aquel momento le dio buenos resultados. Claro que, después, están sus dichos y el de muchos de los que la acompañan y los hechos.

De los hechos, el más inquietante fue el que sufrió nuestra colega María Eugenia Duffard, una muestra de intolerancia que está en las entrañas de muchos de los que apoyan a la ex presidenta. El episodio fue inquietante, por el nivel de agresividad que se vio y se escuchó, y porque representa un estado de situación que se proyecta hacia el futuro si es que CFK gana, circunstancia que hoy en día es indiscutiblemente posible.

Proyectos. El otro tema que produjo escozor fue la idea que lanzó la ex mandataria sobre la necesidad de ir a un nuevo “contrato social”. Lo primero que se impone preguntarse es a qué “contrato social” se refiere: al de John Locke, al de Thomas Hobbes o al Jean Jacques Rousseau. Locke sostiene que con el objetivo de vivir en libertad y en paz, el ser humano debe renunciar a alguno de sus derechos naturales en pos de alcanzar el pleno derecho a la vida, la libertad y la protección de su propiedad y que, si esto no es respetado puede rebelarse contra el poder de turno.

Hobbes, en cambio, propugna que las personas ceden sus derechos al Estado, que el único derecho que mantiene es el derecho a la vida y que no les está permitido rebelarse porque el Estado siempre es justo.

Rousseau descarta que el vínculo se halle en la fuerza o la sumisión, sino que por el contrario, los hombres voluntariamente renuncian a un estado de natural inocencia para someterse a las reglas de la sociedad, a cambio de beneficios mayores inherentes al intercambio social. Este consentimiento voluntario se materializa a través de un contrato, “el contrato social” en este caso.

Lo inquietante de toda esta discusión de filosofía política es que nos lleva a un estado preconstitucional. Y ahí resuenan los ecos de las voces de quienes como Mempo Giardinelli o Eugenio Zaffaroni se han expresado abiertamente a favor de una nueva reforma de la Constitución Nacional en la cual anida una idea de anulación del concepto de un Poder Judicial independiente sin el cual no hay república posible. Cada vez que en nuestro país se reformó la Constitución se lo hizo con un solo objetivo: asegurar la permanencia en el poder del oficialismo de turno y con mayores poderes. La idea de la suma del poder público es lo que intentó CFK con su proyecto frustrado de democratización de la Justicia. Y la idea de la permanencia en el poder, es lo que habría buscado a través de una reforma constitucional que se hubiese llevado a cabo de no haber ganado Sergio Massa la elección legislativa de 2013. Esa es la verdad.

Producción periodística: Lucía Di Carlo.