martes, 26 de junio de 2012

El límite de la realidad… De Alguna Manera...

El límite de la realidad…

 Hugo “Grizzly”. Dibujo: Pablo Temes.

La Plaza de Mayo del miércoles podría convertirse en el inicio de un tiempo distinto. La soledad de CFK y su crisis personal.

En la histórica Plaza de Mayo suelen parirse los nuevos escenarios políticos. El miércoles, ese territorio de las asambleas populares puede dar a luz el poskirchnerismo. La postal emblemática será una movilización de más de 100 mil personas de carácter pluralista en lo político y policlasista en lo social, encabezada por la CGT y con reclamos en los afiches que hasta La Cámpora comparte: “No a la criminalización de la protesta, no al impuesto al trabajo y asignaciones familiares para todos”. Hugo Moyano desde la calle y Jorge Lanata desde la pantalla con más de dos millones de telemilitantes, abrieron la primera grieta en el blindaje cristinista. Y por ese hueco se filtraron todas las quejas. Con distintas magnitudes y grados de compromiso, van a compartir la masividad de la protesta trabajadores peronistas de tres centrales sindicales distintas, señoras caceroleras y estudiantes de la clase media independiente, grupos de radicales, socialistas y macristas, junto a movimientos de desocupados de la izquierda clasista o pequeños campesinos de la Federación Agraria. Cada uno tendrá su pancarta con su propio reclamo. Pero hay algo que los unifica: están hartos de que les hagan sentir que no existen, que son un mero invento de los medios hegemónicos.

Este es el tamaño del cambio. Ni el más opositor al Gobierno hubiera imaginado hace poco que dos de los tres pilares sobre los que se edificó el modelo oficialista iban a ser empujados a la vereda de enfrente, como hizo Cristina con Daniel Scioli y Moyano. Y lo más incomprensible es que no lo hizo por cuestiones ideológicas o económicas, sino por un capricho de Estado que tiene dos negaciones obsesivas: la inflación y el diálogo. Por eso la Presidenta se debilitó tanto en tan poco tiempo. No se puede administrar un país desde el fanatismo sectario que tiene una única respuesta a todos los problemas: la culpa es de Magnetto.

Mientras el teniente coronel Sergio Berni jugaba a Rambo (Pablo Moyano, dixit) y con discurso castrense hablaba de operativo de pinzas y de distracción, se produjo algo inquietante que no debe quedar afuera de ningún análisis. Por primera vez en forma masiva, la Presidenta fue insultada groseramente. Y los que cruzaron ese límite de la investidura no fueron derechistas destituyentes de Barrio Norte. Fueron morochos y proletarios que, casi en su totalidad, la habían votado.

La ostentación de fragilidad que hizo el Gobierno fue patética. Le ordenaron a Scioli que agrediera verbalmente a Moyano, como una prueba más (y van…) de lealtad. El gobernador apenas hizo un llamado “a la responsabilidad”. Se les exigió a los gobernadores que cruzaran con contundencia y desprecio a Scioli y sólo José Luis Gioja hizo declaraciones pero contra la caza de brujas. Conclusión: el que disciplina con fondos frescos pierde su principal instrumento de conducción cuando esa caja se acaba. Pronto se escucharán las voces críticas de intendentes que tienen paralizadas las obras públicas por falta de pago y suspensiones de trabajadores en varios sectores.
Hay una desproporción muy grande en los niveles de representatividad entre los que Cristina quiere pasar a retiro y los reemplazantes que elige. Las distancias entre Mariotto y Scioli o entre Antonio Caló y Moyano son siderales. Y encima la Presidenta está tan encerrada sobre sí misma que tampoco les da instrumentos ni satisfacciones a aquellos que están dispuestos a poner la cara por ella. Ni el fiel gobernador entrerriano, Sergio Urribarri, recibió ayuda para afrontar el rojo de sus cuentas. El propio Gerardo Martínez, de la Uocra, le confesó a un empresario que no sabían para qué lado disparar porque no tenían interlocutores ni órdenes claras. El Gobierno tiene mucho poder pero ya no puede hacer cualquier cosa. Las abortadas candidaturas de Daniel Reposo y la de un asesino del idioma castellano para dirigir los ex medios de Hadad, muestra la poca eficiencia de sus padrinos: Amado Boudou y Juan Manuel Abal Medina, respectivamente. El kirchnerismo bobo le complica la vida a Cristina cuando más ayuda necesita.

Con respeto institucional y responsabilidad hay que decir las cosas como son para que nadie se haga el distraído. La Presidenta exhibe con frecuencia su inestabilidad emocional. No hay que cargar las tintas sobre ella. Pero ocultar los problemas no sirve para solucionarlos. Es una mujer inteligente que viene sufriendo demasiado. No sólo por la muerte de su mentor, esposo y jefe político. También porque la medicación para afrontar la falta de tiroides la hace pasar de ciclos de alta a baja tensión y por momentos la inflamación de su rostro (como se vio cuando repudió el golpe de Estado en Paraguay) la pone de muy mal humor. Sus hijos son un dolor de cabeza. Ya es vox populi que la internación de Máximo Kirchner fue por motivos más preocupantes que los de una rodilla infectada y que la relación con su madre está sembrada de fuertes discusiones. Florencia, la hija, bajó a cero su perfil. No encuentra su lugar y tuvo que viajar a España, en pleno conflicto con Repsol, para despejarse un poco y quedar al cuidado del embajador Carlos Bettini por pedido de Cristina. Increíblemente, en forma simultánea, Bettini era sometido a una operación de desgaste por los servicios K que lo acusaban de complicidad con los españoles.

Hay una sola jefa, pero por momentos parece que no hay ninguna. Tanto Scioli como Moyano ofrecieron cien pruebas de que estaban dispuestos a conversar todo y de que no querían sacar los pies del plato. Pero fue tanto el bombardeo que se desató sobre ellos que se vieron obligados a tomar más distancia de la que les hubiera gustado. Moyano le confesó a un amigo de la UIA: “Quieren convertirme en Zanola pero yo voy a ser Walesa”. El electricista polaco fundó los sindicatos Solidaridad, ayudado por la Iglesia y contra el bloque soviético, y llegó a ser presidente de su país y hasta Nobel de la Paz. Más allá de la exageración o de la expresión de deseo, Moyano no quiere ir preso y mucho menos si se lo acusa de maniobras en las que Néstor Kirchner estuvo involucrado.

Pregunta final para negadores seriales y “progresimios”, término inventado por el ferozmente intimidado Julio Piumato: ¿los conflictos y reclamos hacia Cristina terminan el miércoles o recién comienzan? El relato encontró el límite de la realidad.

© Escrito por Alfredo Leuco y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 24 de Junio de 2012.


lunes, 25 de junio de 2012

¿Qué es el petting?... De Alguna Manera...

¿Qué es el petting?...

 Ilustración gentileza de Fátima Onofri

Una propuesta ultrahot en la que vale todo menos la penetración. una vuelta al franeleo. Descubrila y opiná.



"¡¿Cómo?! Pero ¡te faltan cinco para el peso!" Así responden muchos ante la propuesta del petting, pero nada más equivocado. Basta con escuchar los testimonios de aquellos que lo practican para darse cuenta de que este juego sacado del cajón de los recuerdos es capaz de encender las sábanas de cualquier pareja hasta niveles insospechados. ¿De qué se trata? Las reglas son simples: vos y tu pareja en una sesión quenchi, intensa y prolongada, en la que vale todo... ¡salvo el coito!

Sí, así como suena. Si la rutina sexual le pone el mismo gusto a cada uno de tus encuentros con él, si ya sabés de memoria sus arranques, sus debilidades, sus puntos altos y bajos, si ya creés que lo conocés todo, el petting puede demostrarte que siempre hay cosas nuevas por descubrir... sólo hay que saber buscarlas.

¿Qué es?

"Petting" proviene del verbo inglés "to pet", que alude a besar, mimar, acariciar, tocar... ¿Te resulta conocido? ¡Y sí! Sin saber que se llamaba así, todas nos toqueteamos en la puerta de casa con nuestro primer novio o franeleamos en la intimidad de nuestro cuarto atentas a que no aparecieran nuestros viejos.

El petting es de lo más usado por aquellos que todavía no se animaron al debut sexual, por las adolescentes temerosas o hasta por aquellas que quieren mantenerse vírgenes hasta el casamiento. Y claro, como no podía ser de otra manera, por muchas que quieren evitar el embarazo (método efectivísimo, si los hay).

Pero además de todo esto, es una práctica que, como todo juego, es ideal para cambiar la vida íntima con tu pareja, conocerse más a fondo y reavivar el placer. Dejar de lado la clásica penetración y concentrarse en otro abanico de sensuales posibilidades puede resultar altamente erótico si se toman el tiempo para probarlo y hacerlo en serio.

Pero ¡¿qué hago?!

En principio, la base del petting es buscar tus zonas erógenas y las de tu chico. Explorar su cuerpo desde los pies hasta la cabeza deteniéndote en cada centímetro y olvidarte por un rato de la idea fija. Además, si aprendemos qué nos gusta, después vamos a tener mejores relaciones sexuales, con y sin penetración, ¡y se amplían las posibilidades de gozar!

El "simple" hecho de prohibir la penetración (por un día, una semana o por un mes) ya los va a disparar hacia otras maneras de excitarse que nunca conocieron (¿o acaso Picasso no pintó sus mejores cuadros cuando se autolimitó a usar solamente tonos de azul?).

Eso sí, ¡tienen que estar convencidos! Buscar otros estímulos y volver a jugar a esta especie de previa interminable puede resultar gracioso y hasta ridículo en un principio, pero ya van a ver que cuando empiecen a probarlo, no se van a arrepentir, y los dos van a alcanzar un orgasmo realmente intenso y muy diferente de aquel al que están acostumbrados.
 
© Escrito por Amanda Delfan y publicado por la Revista Ohlalá de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el martes 3 de Agosto de 2010.



Presidente de la República del Paraguay, Fernando Lugo... De Alguna Manera...

Un golpe a la voluntad popular…

Presidente de la República del Paraguay, Fernando Lugo

A sólo nueve meses de las próximas elecciones presidenciales, el Senado de Paraguay destituyó al presidente Fernando Lugo en el marco de un simulacro de juicio político sumarísimo, sin libelo acusatorio que lo justifique ni respeto por las mínimas garantías de debido proceso y derecho de defensa en juicio.

Se consumaba así un golpe contra la voluntad popular en la hermana República del Paraguay.

El inconmensurable cinismo de quienes fundamentan la destitución del presidente democráticamente electo alegando “que todo fue hecho dentro del marco constitucional”, elude la cuestión fundamental que está en juego: se ha cambiado una legitimidad de origen centrada en la soberanía popular por otra emanada de espurios acuerdos entre la vieja política y el establishment económico.

La elección de Lugo en 2008 representó el final de 61 años de hegemonía del Partido Colorado, que incluyó casi dos décadas de gobierno del dictador Alfredo Stroessner, y que dejó un legado de corrupción, pobreza y desigualdad. La elección de un obispo, decente, progresista, fue demasiado para los intereses de la oligarquía, los grupos de poder económico, y los partidos tradicionales que rigieron por varias décadas los destinos del Paraguay.

El 80% de las tierras fértiles está en manos de sólo el 2% de la población. Esta oligarquía de latifundistas de tierras malhabidas, junto a empresarios que se enriquecieron al calor del poder y a mafias de todo tipo, en connivencia con el oportunismo de la vieja clase política, es lo que está sin dudas tras la ruptura del orden democrático en Paraguay.

Mientras tanto, el 40% de los paraguayos son pobres, y la mitad de ellos indigentes. A esta realidad es la que se quiso enfrentar Lugo durante su gestión; y lo terminó pagando con su cargo.

Lo acontecido abona además la preocupación por la emergencia en América Latina de un nuevo tipo de golpismo del siglo XXI. Este nuevo fenómeno –como señala Juan Carlos Tokatlián- que se inauguró en el año 2000 con la “remoción legal” de Mahuad en Ecuador, y que continuó con el derrocamiento “institucional” de Hugo Chávez en Venezuela (2002), con la “salida forzada” de Aristide en Haití (2004), la “sustitución constitucional” de Zelaya en Honduras (2009) y el “putsch” policial contra Rafael Correa (2010), ha sumado un nuevo y triste capítulo en el Paraguay. Todos acontecimientos que tienen una matriz en común: ante lo que no puede conseguirse por los votos, no se recurre a las “botas” como en los tradicionales golpes militares, sino a mecanismos constitucionales previstos para otros fines.

Es en este marco, es imprescindible que los paises de la región y la comunidad internacional se pronuncien repudiando la destitución del legítimo presidente, Fernando Lugo, solicitando la total restauración de la institucionalidad democrática en la hermana República de Paraguay.

© Escrito y publicado por Rubén Giustiniani el lunes 25 de Junio de 2012.


domingo, 24 de junio de 2012

River Plate... Un ascenso sin brillo, pero merecido... De Alguna Manera...

Un ascenso sin brillo, pero merecido...


Ningún equipo fue mejor que River. Como periodista, como testigo imparcial y hasta como hincha de fútbol, soy un convencido de la necesidad de bajar brutalmente el nivel de angustia con el que se habla de un resultado deportivo. Eso de “partidos de vida o muerte”, “jugarse la vida en cada pelota”, “hoy no se puede perder”, “el drama del descenso” me suenan, de movida, a mediocres recursos de cronistas de cuarta que, si se les propone hablar del “cómo” o del “por qué”, lamentan haber tocado un amigo o presentado un currículum para dedicarse a esto.

Sin embargo, en un fin de semana como éste no me animo a ser tan contundente al respecto. Mejor dicho, me mantengo firme en mi convicción –y en mis sentimientos–, pero no aspiraría que ningún hincha cuyo equipo haya estado, esté o vaya a estar involucrado en este sube y baja ridículo del fútbol argentino preste ni la menor atención a estas líneas. Mucho menos que adhiera. Tal vez dentro de algunos días, cuando ese dique de angustia futbolera que, según el resultado, nos hace desesperar por un choripán o nos impide tomar un cafecito sea cosa del pasado, estén en condiciones de entender que los dramas de la vida pasan por otro lado. Y los del fútbol también. Y los de los clubes de fútbol involucrados, más aún. River y San Lorenzo son la muestra más acabada de que aquello que nos desespera, despedaza o alivia está lejísimos de ser lo realmente importante. Aun teniendo muy en cuenta que las administraciones de ambos clubes tienen perfiles abismalmente opuestos –me quedo con la de Núñez, por lejos– sus presentes impregnados de violencia, falsas promesas y descalabros económicos e institucionales no me dejan mentir. Como ascender o no descender pasan a ser las consignas insustituibles, todo lo demás pasa a segundo plano. Y los responsables de ello lo aprovechan. Tengamos en cuenta que la enorme mayoría, sino la totalidad de los desarreglos tiene que ver exclusivamente con las actividades relacionadas con el fútbol profesional. Por eso pongo en planos distintos al club que tiene como conductor deportivo a Sergio Vigil respecto del que acaba de dejar ir –por desidia, por abandono, por falta de todo apoyo– a Elizabeth Soler, flamante campeona panamericana de patinaje artístico, anuncio que la propia Soler le hizo anteayer a mi compañero Guido Bercovich.

De cualquier manera, como venimos hablando de fútbol, o de algo similar, es bueno no perder demasiado el foco. Cuando se habla del ridículo sube y baja de nuestro fútbol no podemos soslayar que estamos a horas de que pueda demostrarse en los hechos la torpeza de los diseñadores de torneos en nuestro medio. Bastaría que Tigre fuese campeón y quedase en zona de Promoción para que lleguemos al éxtasis de la estupidez deportiva. En realidad, tampoco hace falta tanto para llegar a esa conclusión. El sólo hecho de que un equipo viva al mismo tiempo el mejor y el peor momento de su historia es la sublimación del imprevisto.

Pero ya a comienzos de la semana tuvimos la muestra elocuente de que algunas personas, dentro del fútbol argentino, gastan tanto empeño en armar las valijas para viajar al Mundial que no les queda resto para pensar en aquello que los justifica como dirigentes. Y conste que amanecí generoso y no me pongo a hablar de cargos en la FIFA o en la Conmebol ni de asuntos de corruptela.

Nadie podría sostenerse en su cargo si, a cinco días de la definición más intensa y extravagante de la historia de nuestro fútbol, enviara repartir entre los medios –y supongo que entre los representantes de los clubes– dos hojas explicativas con enmiendas a una reglamentación que, 24 horas antes, exponía un importante puñado de vacíos respecto de las cosas “que nunca van a pasar” y que, de golpe pasaron. Entonces, paso a ser una realidad devastadora la posibilidad de que un mismo equipo jugase un triangular de desempate por el título, otro para evitar la promoción y, quizás, jugar la promoción misma, lo que le equivaldría disputar seis partidos más de los previstos. Ser campeón y descender al mismo tiempo. ¿Y en qué orden se jugaría? ¿Quién esté primero? ¿El huevo, la gallina o los impresentables?

No voy a aburrirlos enumerando las otras variables que sólo se contemplaron cuando el agua les llegó al cuello y no antes de empezar el torneo. Si les digo que, así como los problemas de violencia, programación, logística y capacidad de estadios se soluciona con quitar a las barras del camino, hoy quedó en evidencia que los promedios son la gran deformación del fútbol argentino. Por algo los que deciden no se animan a acomodar los libros en la biblioteca si, para lograrlo, alcanzaría con mandar a la papelera de reciclaje dos cuadernos con hojas en blanco.

Tal es la dimensión del mamarracho que se llega al final de una historia en la que la gran mayoría de los involucrados, en el caso de lograr el objetivo, lograría mucho más una señal de alivio que de euforia. Ayer, la excepción fue Quilmes, con su excepcional ascenso, uno más en la impecable carrera de Omar de Felippe como entrenador. La excepción de hoy podría ser Arsenal. Y Tigre, otra vez, esa extravagancia en la que el mismo que puede vivir la euforia necesita sentir el alivio de zafar del descenso.

Sin dudas, la quintaesencia del alivio por encima de la alegría fue River Plate. Estoy convencido de que el equipo de Almeyda logró un ascenso absolutamente merecido. Aun sin haber hecho brillar a un plantel de excepción que, me animo a decir, no volverá a verse en la categoría, ningún otro equipo de la división puede arrogarse el anuncio de haber sido mejor que el conjunto de Núñez. Pudo haberlo hecho Instituto. Pero su campeonato como mejor de todos terminó hace no menos de seis fechas. Y la caída libre del final no permite imaginarlo superando la Promoción, cosa que sólo logrará si vuelve a ser aquel equipo que, por ejemplo, catapultaba a Dybala a las primeras divisiones europeas.

River está de regreso en Primera y eso es una enorme noticia para el fútbol argentino. Para Passarella es haber encontrado en el fútbol un tanque de oxígeno. Es el mismo Passarella que tiene derecho a levantar banderas de cosas bien hechas en otras disciplinas y áreas del club. Lamentablemente, la sociedad futbolera condena a ser una rareza en vías de extinción cualquier cosa que no sea su plantel profesional (y sus deudas enormes, y sus barras bravas, y sus vaivenes deportivos). Esto no es privativo del flamante campeón del ascenso. Es moneda corriente en demasiados clubes del país. En otros, toda actividad que no sea el fútbol profesional es burdamente despreciada.

Ojalá esta vuelta a las fuentes le dé a River nuevos motivos para hablar de su histórica grandeza futbolera. Ojalá sea la base de sustento para potenciar su condición de club integral “con” fútbol y no “de” fútbol. Y ponga arriba de la mesa lo necesario para que los violentos se queden en la calle.

© Escrito por Gonzalo Bonadeo a y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 24 de junio de 2012. 



Querido ex enemigo… De Alguna Manera...

Querido ex enemigo…

 Ambición. Hugo Moyano aspira a que su influencia política trascienda el sindicalismo.

El desafío de Moyano a la Presidenta tiene un costado positivo. Puso una lente de aumento sobre los mismos defectos de todos los actores políticos que, al estar ampliados, hizo más didáctica su comprensión. ¿Usted se imaginaba, lector, a Moyano anunciando un paro de Camioneros desde los estudios de TN? Peor aun, ¿alguna vez usted hubiera imaginado a Macri y al PRO apoyando un paro general de la CGT y enviando adherentes a una marcha de Moyano a la Plaza de Mayo?

¿O a Scioli pornográficamente desnudado por Moyano? El esmero del gobernador por disimular –haciendo de un Chauncey Gardiner que dice obviedades para ser interpretado como un metafísico folk– fue arrasado por su foto con Moyano tras jugar al fútbol con el equipo de Camioneros, levantando el trofeo que el líder sindical calificó como “Copa de la Lealtad” en honor a Mariotto y justo en los albores del lanzamiento de su conflicto sindical. En el lenguaje analógico de los gestos con los que Scioli “habla”, su foto de ayer jugando al fútbol contra el equipo de Maradona y el Kun Agüero busca minimizar aquella imagen con Moyano.

¿Y quién hubiera imaginado a la Mesa de Enlace apoyando un reclamo de Moyano? ¿O que las opiniones sobre el Gobierno que Moyano expresa públicamente coincidirían con las de quienes cacerolean? León Gieco sentenció: “No hay que ser hipócritas diciendo que este gobierno es una dictadura militar, como dice Moyano”.

Moyano sostiene que él no cambió, que sigue defendiendo lo mismo y que quienes cambiaron son los otros, o sea Clarín, Macri, Scioli, la Mesa de Enlace o quienes cacerolean. Moyano se equivoca, ellos tampoco cambiaron; igual que él, defienden lo mismo de siempre: su propia supervivencia. Igual que el Gobierno. Todos, sin tener en cuenta principios, razones, criterios de verdad o justicia, pretensiones de consistencia ni tampoco adscripción ideológica.

Cuando la Argentina sea un país plenamente desarrollado, tanto económica como política y culturalmente, quizá los historiadores de esa época expliquen las causas de nuestra inferioridad actual basados en el hecho de haber convertido en religión aquello de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo. O lo explicarán como consecuencia de nuestra fragilidad y pobreza, ante la cual cada actor social no podría darse el lujo de la coherencia porque a cada paso estaría en juego el total de su subsistencia.

Moyano representaba todo lo indeseable para la clase media no kirchnerista, pero por el solo hecho de enfrentarse al Gobierno pasó a tener razón y ser valorado por quienes antes lo despreciaban. Tal es el deseo de que le vaya mal al kirchnerismo, que cualquiera con fuerza suficiente para hacerle daño, venga de donde venga, es bienvenido. Pero se equivoca el Gobierno al creer que se trata de un complot. Es desesperación por ver que ningún partido de la oposición es capaz de poner límite al oficialismo y, ante esa orfandad, se ilusionan con cada esperanza que va apareciendo, igual que el familiar de un enfermo terminal que se aferra a un curandero.

Moyano tampoco deja de ser patético con la severa crítica que ahora realiza sobre el Gobierno cuando hace sólo nueve meses llamó a votar por Cristina Kirchner. O al omitir sin descaro que hay una crisis mundial que enfría no sólo la economía de los países centrales sino también la de Brasil y todos los países emergentes. Distinta fue su posición cuando ante un caso similar, en 2009, tuvo una actitud responsable al aceptar aumentos de sueldos inferiores a los del año anterior (bajó de 20% en 2008 a 17% en 2009) y que ese año no hubiera actualización del mínimo no imponible para el cálculo del impuesto a las ganancias. Por lo mismo que hoy llama a un paro nacional.

No menos hipócritas son los muchos ex funcionarios de primera línea del kirchnerismo que critican al Gobierno despiadadamente amparándose en que hubo un cambio en los últimos años, cuando la esencia cultural kirchnerista y sus defectos son los mismos desde el primer día. La única diferencia es que antes ellos se beneficiaban siendo parte del “proyecto”, y ahora no. El mejor ejemplo es la publicidad oficial, columna vertebral del relato oficial, instrumentada los primeros seis años del kirchnerismo por Alberto Fernández, quien ahora critica los abusos del Gobierno como si fuera un representante de una ONG republicanista.

Si todo enemigo del Gobierno es bueno porque sirve para debilitar al Gobierno sin importar nada más, la crítica al Gobierno por hacer lo mismo carece de legitimidad. Y más aun, lo peor del kirchnerismo ganó: porque colonizó culturalmente el comportamiento de quienes lo rechazan.

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 24 de junio de 2012. 



Hugo Moyano, Nuevo jefe opositor… De Alguna Manera...

Nuevo jefe opositor…
El aura. Hugo Moyano. Dibujo: Pablo Temes.

El jefe de la CGT jaquea al Gobierno y desnuda sus contradicciones. El rol de Scioli. Los errores oficiales.

El comienzo de esta historia se remonta al 15 de octubre de 2010. En el estadio de River, y ante una multitud, Hugo Moyano expresó su deseo de, algún día, “tener un trabajador en la Casa de Gobierno”. A su lado estaban Néstor Kirchner y la Presidenta. Rápida y molesta, Cristina Fernández de Kirchner tomó el micrófono y le contestó: “A usted, que pide un presidente que sea trabajador, yo trabajo desde los 18 años”. Esa respuesta marcó una grieta en la relación entre la Presidenta y Moyano que el tiempo y las circunstancias no hicieron más que ahondar. Ninguno de los protagonistas de esta historia pudo imaginar que Kirchner fallecería 12 días después y que el esquema de sucesiones alternativas e indefinidas entre esposo y esposa que el matrimonio había pergeñado se vería tronchado. Así como con Kirchner Moyano tenía buen diálogo, la situación era distinta con la Presidenta.

Un hecho ocurrido en la noche de aquel fatídico 27 de octubre de 2010 aparece como premonitorio. Como se recordará, Moyano fue el último dirigente con quien Kirchner habló telefónicamente en la noche previa a su muerte. Un rumor de aquellas horas atribuía a esa conversación el origen del disgusto que habría precipitado el fallecimiento del ex presidente. Preocupado ante esta versión, Moyano convocó a una reunión en la CGT. “Me quieren echar la culpa a mí de su muerte”, se le escuchó. Hay que recordar que la gestión de Kirchner fue decisiva para lograr que Moyano alcanzara la presidencia del Partido Justicialista bonaerense, hecho que en aquel momento alarmó a varios de los intendentes peronistas del Conurbano. “La muerte de Kirchner cambió todo. Con Néstor otra vez en la Presidencia, Hugo imaginaba un futuro político mejor”, señala una voz del kirchnerismo que supo lo que se cocinaba. Nadie sabe a ciencia cierta por qué Fernández de Kirchner decidió cerrarle todas las puertas a Moyano, quien se involucró activamente en la campaña por la reelección.

El reclamo por el aumento del mínimo no imponible lo viene haciendo Moyano y la dirigencia de la CGT desde hace años. El Gobierno ha hecho siempre oídos sordos a tales exigencias. Sin embargo, nunca la situación llegó a un extremo como el que se vive por estos días. Todo quedaba en el ámbito de las declaraciones. Eso se terminó. Hay una realidad: si en los momentos de bonanza el Gobierno no quiso atender el reclamo de Moyano, que es de estricta justicia, mucho menos podría hacerlo ahora cuando las arcas fiscales necesitan hacerse de fondos de donde sea. A esa imposibilidad se le agrega ahora otro factor: satisfacer la demanda del secretario general de la CGT sería concederle una victoria política que la Presidenta no está dispuesta a tolerar. Se arriba así a un callejón sin salida que sólo podría arreglar el diálogo, para el cual surgen a primera vista dos problemas: uno es quién estaría dispuesto a levantar el teléfono primero; el otro es con qué objetivo.

La innecesaria crisis de estos días tiene cuatro vértices: Moyano, Scioli, la crisis económica y la elección de 2015.

Con Moyano no hay vuelta atrás. La Presidenta ha bajado una orden clara: hay que destruirlo. La orden –que como ocurre en este gobierno nadie que quiera seguir en su cargo puede atreverse a discutir– puede llegar a incluir la cárcel para el líder camionero. El objetivo inmediato es quitarle la conducción de la CGT. Ahí el Gobierno se encuentra con un problema, debido a la falta de figuras del mundo sindical que exhiban un liderazgo fuerte como para opacar la del actual secretario general. El otro problema, al que el Gobierno ha contribuido, es que los acontecimientos de estas horas han transformado a Moyano en el virtual jefe de la oposición. He ahí las increíbles declaraciones de apoyo de Mauricio Macri y de Francisco de Narváez como confirmación de esta novedad, que no requiere de mayores explicaciones ya que deja expuestas sus contradicciones.

Esto vale también para la interna del peronismo, que se encarniza. Moyano es consciente de ello. Por eso, el cuidado lenguaje que empleó para anunciar el paro y movilización del próximo miércoles buscó generar una convocatoria que exceda la del mero aparato sindical. Hay que tener en cuenta que el hecho de que no se aumente el mínimo no imponible termina afectando a la clase media, que seguramente hará su aporte a la manifestación en la Plaza de Mayo.

Muchos se preguntan hacia dónde se encaminará esa cuota de poder que tiene hoy Moyano. La respuesta hoy surge clara: se llama Daniel Scioli. Este es otro de los protagonistas del dramático ajedrez político al que asistimos. Por eso desde el Gobierno ha bajado también la instrucción de destruirlo. Al respecto, lo sucedido en esta semana ha sido categórico y, además, ha venido con un agregado: ya no sólo se le critican a Scioli aspectos de su gestión sino que ahora, directamente, se lo acusa de ser parte de un complot destinado a desestabilizar a la Presidenta. Por lo tanto, a esta altura no se sabe si lo que Gabriel Mariotto –que ha dejado a Julio Cobos hecho un poroto– persigue es que haya cambios en la gestión del gobierno provincial o que Scioli renuncie.

Otro hito de este conflicto lo marcó la denuncia penal contra Moyano y la amenaza de aplicarle la Ley de Abastecimiento. Esta ley refiere a una época nefasta de la Argentina en la que José López Rega, el hombre fuerte del gobierno de Estela Martínez de Perón, se enseñoreaba en el poder. Que un gobierno autodenominado “progresista” haya echado mano a esa norma para limitar una protesta sindical es otra de las paradojas del momento. Es que, como consecuencia de su doble discurso, el kirchnerismo está condenado a beber de su propia medicina. Desde esta columna se ha criticado –y se lo seguirá haciendo– la metodología de los bloqueos y de los cortes de calles y rutas como manera de protestar. Cuando le convino a sus intereses, el Gobierno no dudó en apoyar esa metodología. Es lo que reconoció Pablo Moyano hablando con quien esto escribe por Radio Mitre: “Antes, cuando bloqueábamos las plantas de Techint, de Clarín o de La Nación, desde el Gobierno nos decían que estaba todo bien; ahora, en cambio, nos trata como delincuentes”.

Lo tremendo de todo esto es que esta situación pudo haberse evitado a través del diálogo, herramienta clave de la actividad política. Esta es una verdad de Perogrullo. El problema es que el Gobierno ha hecho una mala lectura del resultado electoral, ya que ha creído y aún cree que el 54% de los votos obtenidos lo transforma en infalible. Y –en lo que constituye otra verdad de Perogrullo– se sabe que la infalibilidad es ajena no sólo a este gobierno sino también a la condición humana.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 24 de Junio de 2012.


Destituyentes... De Alguna Manera...

Destituyentes...

Las razones de Moyano para explicar el desbarajuste que armó eran, y son, endebles, esencialmente insostenibles. Pero la retórica y los métodos del Gobierno fueron abominables. Lo visto esta semana ratifica que la Argentina sigue retrocediendo casilleros, apegada a su proverbial esmero para chapotear en el fracaso. En su versión actual, en su escala, y dado su poder de fuego, los camioneros son, como concentrado político-económico-sindical, hijos dilectos del kirchnerismo. Eran poderosos y dañinos antes de 2003 y lo demostraron con paros salvajes y perfil beligerante desde fines del gobierno de Menem y durante los dos años de la Alianza. Pero ese poder se multiplicó sin límites desde 2003 a hoy. La causa interpuesta como argumento de la huelga y movilizaciones desatadas es un razonamiento insostenible.

El Gobierno decide mantener el actual mínimo no imponible para cobrar el impuesto a las ganancias a quienes viven de su sueldo y no paga asignaciones a millares de asalariados porque se le desfondó la caja. Las explicaciones de este agujero social evidente van desde la ingenuidad hasta la mala fe, pero al margen de sus aprietes de caja (el Gobierno atrapa 5.300 millones de pesos este año por no ajustar el mínimo), el problema es en definitiva la inflación. Cuando le mencionan el deterioro del salario que provoca la inflación, Moyano balbucea y defiende ásperamente la vetusta estrategia de pelear por aumentos que se pulverizan inexorablemente con esa exacción inflacionaria. Lo dijo aquí Jorge Fontevecchia la semana pasada, en lapidario diagnóstico: “La inflación es la madre de la mayoría de los problemas actuales”. Para Fontevecchia, la Argentina es “un país que ama los excesos”. Imposible desmentirlo.

¿Qué excesos? Por ejemplo, poner en la calle una movilización basada en perfectamente legítimos reclamos salariales, pero apelando a acciones directas, revela pasión por la desmesura. Sin embargo, aun cuando los camioneros son gente pesada y ducha, no se puede negar que gozaron de zona liberada durante casi una década. Esa metodología brusca y a menudo plagada de acciones legales fue consentida por un Gobierno que irresponsablemente pensó que jamás debería beber esa medicina. Quienes sostuvimos durante años que era pernicioso avalar las transgresiones con argumentos de solidaridad social fuimos groseramente injuriados y tratados como trogloditas de la derecha “destituyente”, esa mítica palabra acuñada por Nicolás Casullo. Ahora es el Gobierno el que habla de “extorsión”, pero su credibilidad trastabilla. Se hicieron gárgaras con el mantra de no “criminalizar” la protesta y ahora son acusados por Moyano de “gorilas” y “antiperonistas”.

Esta intensa percepción de estar volviendo al pasado ya es inocultable. El entero cuerpo político del justicialismo, de derecha a izquierda, fuga hacia lo pretérito, donde cree encontrar ideas y argumentación para los desafíos espinosos de 2012. El nombre de sus agrupaciones revela devoción por los sarcófagos: La Gelbard, La Perón, La Cámpora, La Solano Lima, el Evita, todos ellos muertos entre 1952 y 1984. Las peleas sin tregua dentro del oficialismo también evocan el pasado más siniestro. Los principales enemigos del Perón de 1974 se decían más peronistas que él. Pero si el anciano general se describía en su ocaso como león herbívoro, es porque fue carnívoro veinte años antes. ¿En qué se diferencia el comunicólogo Gabriel Mariotto, arrojando ahora granadas contra Daniel Scioli, del gánster Victorio Calabró acusando en 1975 al gobernador Oscar Bidegain de terrorista montonero? Etiquetas diferentes, la misma praxis antropófaga. Retoños muy tardíos del stalinismo de hace ochenta años, sólo creen en la conducción férrea, secreta y vertical. Por eso pide una reforma constitucional que habilite la “re-re” de Cristina gente como el fascista Luis D’Elía, el ex dirigente del PC Eduardo Sigal y el profesor de Filosofía Ricardo Forster.

¿Por qué una cuestión que debería haber sido tramitada de manera más inteligente, serena y razonable termina desmadrada, a los gritos y en insalubre hipertensión? No es por falta de mayor poder comunicacional del oficialismo, ni porque “alguien no comunica bien lo que está pasando”. Tampoco se trata de que en el Gobierno haya descoordinación y no se hagan bien las cosas. No son ésas, claro, las razones. Como subraya con ejemplar claridad Rodolfo Rodil, en la Argentina se padece una “democracia débil, sin partidos y sin controles”. Esa pavorosa indigencia institucional determina que, con su teatralidad incontrolable, la Presidenta se apresure a volver al país anticipadamente para encarar el conflicto con los camioneros. Sólo ella, nadie más que ella, el país pendiente de las mágicas manos de ella, que se toma de urgencia el avión para Río de Janeiro para apagar los fuegos. Lo mismo hizo cuando canceló una gira por Alemania para evitar que Julio Cobos ejerciera la primera magistratura unos días. Es la misma Argentina en la que Moyano, furioso, declara un paro nacional de camioneros por TV la noche del miércoles y lo levanta de apuro horas más tarde tras conseguir el 25,5% de aumento para sus bien remunerados seguidores. La famosa “organización sindical” es un juguete de utilería. En pocos países del mundo, con sociedades civiles relativamente articuladas, se ejerce el poder de manera tan despótica y unipersonal como en la Argentina. El mismo Moyano que da la primicia del luego levantado paro nacional por TN agasajaba cálidamente al “compañero” Amado Boudou no hace muchos meses.

Es legítimo preguntarse por qué la extorsión y chantaje que esta semana denunció el Gobierno no eran llamados así años atrás. Lo dice con su habitual claridad Liliana de Riz: la Argentina se hamaca siempre entre “el ciclo de la ilusión y el desencanto”. Crece la certeza de que la deshonestidad administrativa, las mentiras oficiales, las chapucerías administrativas y un sinfín de incongruencias son atributos de un modelo que, si alguna vez existió, es hoy una abstracción despintada y deshilachada.

© Escrito por Pepe Eliaschev y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 24 de Junio de 2012.


Arsenal de Sarandí Campeón del Fútbol Argentino... De Alguna Manera...

Histórica coronación de Arsenal…

 Arsenal se une en un grito tras el gol de López. Fotobaires

Lisandro López decretó el 1-0 a Belgrano en Sarandí que junto con el empate de Tigre le permitió ganar su primer título en Primera.

A sólo 40 años de dejar la cuarta categoría del fútbol argentino, Arsenal, el humilde club que en 1957 fundara el presidente de AFA, Julio Grondona, festeja un logro histórico tras coronarse este domingo por primera vez campeón de la máxima categoría de la AFA, venciendo 1-0 en Sarandí a Belgrano.

De esta forma, la entidad sureña produjo un caso inédito no sólo en su historia sino también en la del campeonato de Primera, al convertirse en la primera institución que lo obtiene habiendo jugado en cinco categorías diferentes.

El gol lo hizo el zaguero santafesino Lisandro López a los 27 minutos del primer tiempo, conectando con un espectacular remate dese el corazón del área un tiro de esquina que Luciano Leguizamón ejecutó desde la derecha. Belgrano terminó en inferioridad numérica porque fueron expulsados Luciano Lollo y Claudio Pérez, a los 11 y a los 46 del complemento.

Con el juego colectivo vertical y directo que lo caracteriza, el conjunto del Viaducto fue superior desde el inicio a un rival especulativo, que llegó a Sarandí sin mayores aspiraciones. Si bien estuvo lejos de su mejor rendimiento y después de obtener la ventaja bajó mucho su nivel, Arsenal apeló a su solidez defensiva para no sufrir preocupaciones y alcanzar el título.

La primera llegada peligrosa del partido se produjo a los tres minutos de juego tras un tiro libre ejecutado por Luciano Leguizamón, al capturar Emilio Zelaya un rebote y disparar cerca del palo izquierdo.

El conjunto cordobés tuvo la suya a los 13 en un contragolpe aislado de Lucas Melano, pero Cristian Campestrini logró desviar el tiro al córner en el último instante posible.

El trámite del encuentro cambió radicalmente después del gol porque Alfaro replegó su formación en el propio campo y le dio la pelota a Belgrano, con la intención de hallar más espacios de contrataque. Sin embargo, esto deparó tan sólo una lucha desprolija en el mediocampo que favoreció al visitante, ya que estaba más cerca de la meta contraria.

Así y todo, a Belgrano le faltó claridad en los últimos metros y Arsenal pudo haber ampliado la diferencia a los 18 del segundo tiempo, cuando el volante colombiano Carlos Carbonero forzó la intervención de Juan Carlos Olave pateando desde fuera del área.

A sabiendas del empate entre Tigre e Independiente, el cuerpo técnico y todos los suplentes aguardaron ansiosos al borde de la cancha el final, y con el sonido del silbato en Victoria se abrazaron la gloria.

© Agencia Diarios y Noticias y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 24 de Junio de 2012.


Las fotos:

 Aguirre grita con todo el gol de Lisandro López. Télam

Turus rechaza ante Carbonero. Télam

 Nervo le gana de alto a Melano. Télam

Leguizamón se cuelga de Lisandro López tras el 1-0. DyN

Arsenal se une en un grito tras el gol de López. Fotobaires

La felicidad de Arsenal por un gol histórico. Fotobaires

 La joven guardia de hinchas de Arsenal, acostumbrada a los éxitos. Télam

 Una hincha de Arsenal y su emoción. Télam

 Lisandro López festeja el gol vital para Arsenal.  Fotobaires


Síntesis del partido:

Arsenal (1): 
Cristian Campestrini; Hugo Nervo, Lisandro López, Guillermo Burdisso y Damián Pérez; Carlos Carbonero, Iván Marcone, Jorge Ortíz y Nicolás Aguirre; Emilio Zelaya y Luciano Leguizamón. Suplentes: Catriel Orcellet, Danilo Gerlo, Adrián González, Gastón Esemrado, Juan Pablo Caffa, Darío Bendetto y Jorge Córdoba DT: Gustavo Alfaro.

Belgrano (0): 
Juan Carlos Olave; Hernán Grana, Luciano Lollo, Claudio Pérez y Gastón Turus; César Mansanelli, Guillermo Farré, Esteban González y Matías Giménez; Lucas Melano y Andrés Silvera. Suplentes: César Rigamonti, Alejandro Lembo, Juan Quiroga, Lucas Parodi, Lucas Zelarrayán, Gastón Álvarez Suárez y Federico Almerares. DT: Ricardo Zielinski.

Goles: 27 PT Lisandro López (A).

Cambios: 13' ST Alejandro Lembo por César Mansanelli (B), 23' ST Lucas Parodi por Guillermo Farré (B), 31' ST Federico Almerares por Hernán Grana (B), 35' ST Juan Pablo Caffa por Nicolás Aguirre (A), Jorge Córdoba por Luciano Leguizamón (A), Adrián González por Carlos Carbonero (A).

Amonestados: 24 PT Hernán Grana (B), 4' ST Gastón Turus (B), 8' ST Luciano Lollo (B), 9' ST Claudio Pérez (B), 37' ST Esteban González (B).

Expulsados: 11' ST Luciano Lollo (B), 46' ST Claudio Pérez (B).

Estadio: Julio Humberto Grondona.

Árbitro: Pablo Lunati.

Asistente 1: Diego Bonfá.

Asistente 2: Diego Romero.

Cuarto árbitro: Pablo Giménez.

Los goles:


¿Golpe a Cristina?... De Alguna Manera...

¿Golpe a Cristina? Los contactos de Moyano con Scioli, Duhalde y Magnetto...

 Dupla de terror…

La teoría de la conspiración permanente. Para entender la película, no hay que verla completa y sin pausa, sino analizar fotograma por fotograma. Allí podrá percibirse cómo es la movida que con envidiable precisión se lleva adelante en estas horas por parte de referentes políticos y sindicales a efectos de ralear el poder de Cristina Kirchner. El primero en mover, ha sido Daniel Scioli, quien:

-Admitió en mayo de este año que quiere ser Presidente de la Nación en 2015.

-Se reunió con Mauricio Macri y luego jugó al fútbol con Hugo Moyano.

-En el momento más convulsionado de la Argentina, escapó a Italia en un misterioso viaje que justificó en supuestas “razones personales”.

-Frente a la impronta moyanista, optó por el silencio y la inoportuna prudencia.

Al mismo tiempo que esto ocurre, Moyano movió sus piezas de manera magistral:

-Bajo el pretexto de reparaciones salariales y legales, hizo una durísima crítica al gobierno de Cristina Kirchner.

-Lo realizó a través del canal que en su momento fue su gran enemigo: TN, del grupo Clarín. No olvidar que el líder de la CGT fue el inventor de la consigna “Clarín miente”.

-Rompió lanzas con su otrora aliado, el ministro de Planificación Julio De Vido, al tiempo que empezó un tibio diálogo con el ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández.

-Comenzó a frecuentar a referentes del peronismo disidente y gobernadores justicialistas no alineados con la Casa Rosada. Hasta Macri aseguró que apoyará su reclamo.

-Se incrementaron repentinamente sus contactos con el ex presidente Eduardo Duhalde y gremialistas de la talla de Luis Barrionuevo, su ex enemigo.

-Amenazó con una fuerte movilización, sin dejar abierta la posibilidad de diálogo. “Pase lo que pase, el paro se hace igual”, advirtió esta semana.

-Logró inusual apoyo a su medida por parte de la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias (CEEA). "Queremos una menor presión tributaria en toda la economía", aseguró esa entidad.

-Consiguió el apoyo parcial del titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), José Ignacio de Mendiguren. “Debe modificarse el ajuste por inflación", aseguró hace horas el representante de esa entidad.

-Comenzó a acercarse al CEO de Clarín Héctor Magnetto. No es que le interese hacer amistad con él, pero ambos se necesitan mutuamente. Moyano necesita apoyo mediático; Magnetto a su vez sabe que juega una carrera contra el tiempo para no perder las más de 200 licencias que hoy ostenta el grupo Clarín.

Al tiempo que todo esto ocurre, Duhalde —cercano también al grupo Clarín— se encargó de mostrarse inusualmente activo en torno a un ciclo de conferencias organizado por el Movimiento Productivo Argentino (MPA) que él mismo lidera. Allí, bien lejos de la polémica, se dejó fotografiar junto al ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso.

Todo lo descripto, podría ser parte de una gran coincidencia en tiempo y espacio —que en realidad vulnera todas las leyes del azar— o la germinación de algo más profundo y preocupante.

Sabrá el lector valorar cuál es el lugar que le cabe a todos los sucesos descriptos, pero es dable que antes conozca algunos otros antecedentes que rodean a sus protagonistas.


Yankees come home

Hace un año y medio aproximadamente, estalló el escándalo de los cables de Wikileaks, donde miles de documentos reservados y confidenciales fueron expuestos públicamente gracias a las gestiones del hoy perseguido Julián Assange.

Uno de esos cables, dejó al descubierto las asiduas visitas del CEO del grupo Clarín, Héctor Magnetto a la sede de la embajada de Estados Unidos. Lo que allí pudo verse fue tan escandaloso como revelador:

“Durante varios años antes, la compañía (el grupo Clarín) se había abstenido de realizar tal cobertura contra el gobierno, ya que estaba en deuda con Kirchner por salvarlo de la amenaza de bancarrota después de una crisis con acreedores extranjeros, y también porque el público estaba desesperado por estabilidad política. Sin embargo, una serie de reveses políticos en varias provincias, junto con la recuperación de la salud financiera de Clarín, han finalizado el período de gracia de Kirchner con el Grupo”.

Para no dejar dudas al respecto, el mismo documento aclara: “Héctor Magnetto y su equipo dejaron la impresión clara que Clarín ya no está satisfecho con la gestión de la actual administración del país”.

En la misma sintonía —y cerca de la misma fecha—, se descubrieron subrepticias reuniones entre el CEO del grupo y algunos de los líderes de la oposición argentina. No es ilícito juntarse, solo se cuestiona el hecho de que esto se haya hecho ultra reservadamente.


Volver a los 17 (de diciembre)

Pocos saben que existe un expediente que lleva adelante el juez Norberto Oyarbide y que investiga la posibilidad de que lo ocurrido a fines del año 2001, cuando Fernando De La Rúa debió dejar el poder, haya sido un “golpe institucional” llevado adelante por ciertos referentes del peronismo y el sindicalismo.


La denuncia fue presentada por el propio ex presidente aliancista y, aunque muchos predijeron que sería desestimada raudamente, la Justicia avanzó al encontrar elementos inquietantes que daban algún fundamento a las sospechas. A saber:

-En un almuerzo informal con financistas y banqueros de Estados Unidos, Eduardo Duhalde pronunció una frase que provocó silencios y miradas entre los comensales: “En diciembre, el presidente de la Argentina soy yo”. La afirmación de Duhalde quedó plasmada en un informe de inteligencia reservado norteamericano que llegó a dos escritorios de Buenos Aires. Ninguno de esos dos escritorios era el de De la Rúa.

-Previo a la caída de De la Rúa hubo reuniones, conspiraciones, saqueos, movilizaciones y declaraciones públicas referidas a la posibilidad de que no terminaría su mandato.

-El diario El Mercurio de Chile, en su edición del 9 de enero de 2002, publicó una nota titulada “Menem acusa a Duhalde de derribar a De la Rúa”. Allí, el ex presidente vinculó al que alguna vez fue su compañero de fórmula, junto a Carlos Ruckauf y Raúl Alfonsín de haber operado para que caiga el entonces mandatario. En su declaración ante la justicia argentina, Menem ratificó todo lo que dijo ante el diario chileno.

-Existe una carta certificada escrita por un agente de Inteligencia llamado Mario Aguilar Rizzi varios meses antes del 19 de diciembre en la que se habla de la posibilidad de que De La Rúa no finalizara su gobierno. Ese documento le fue entregado a quien escribe estas líneas un año antes y este a su vez lo presentó en junio de 2001 a funcionarios de Casa de Gobierno. Es una de las pruebas más concluyentes aportadas por De La Rúa a la Justicia por la precisión de lo descripto en comparación a lo ocurrido meses más tarde.


Allí, se habla de “la existencia de un plan de desestabilización” llevado adelante por Duhalde, Moyano, Ruckauf, Alfonsín y otros importantes referentes a nivel nacional. ¿Casualidad o causalidad?


Concluyendo

A diferencia de lo ocurrido en 2001, los contactos que en estos días llevan adelante Scioli, Moyano y Magnetto no solo son públicos, sino que todos sus protagonistas se esfuerzan en que esto se vea claramente.

Es un dato no menor, sobre todo en el marco de sospecha permanente que vive hoy el oficialismo de turno. ¿Qué dudas tiene Cristina respecto al avance que está ocurriendo en estas horas? Ninguna en realidad. Ella sabe cómo, cuándo y por qué se dan cada uno de los contactos entre los protagonistas de esta nueva-vieja novela.

Francisco “Paco” Larcher, número dos de la ex SIDE —en realidad el número uno— le da todos los detalles al respecto a la mandataria. Lo hace cada mañana.

Ello explica la virulencia con la que esta avanza contra Moyano, apelando a medidas que llegan al extremo de lo judicial. También da razón de ser a su recurrente negativa de encontrarse con el titular de la CGT.  “Se rompió el diálogo para siempre”, aseguran en el entorno de la Presidenta.

¿Cómo sigue el culebrón? Imposible saberlo con precisión, aunque hay un dato que puede orientar la respuesta: Moyano quiere meterse de lleno en la política y dejar el sindicalismo de lado. Se lo confesó a su propio hijo Pablo, a quien quiere heredarle esa lucha.

“Mi sueño es llegar a ser como Lula Da Silva”, admitió hace unos meses en una entrevista que le realizó un medio foráneo. Como puede verse, su horizonte se ve reflejado en el ex presidente de Brasil: un “trabajador” que llegó a ocupar la primera magistratura.

Es por ello que hace unas horas aseguró que estaba dispuesto a abandonar la desgastante jefatura de la CGT. Ello explica todo, incluso el por qué del repentino apoyo recibido por parte de Barrionuevo y otros “gordos” sindicales.

Mientras esto ocurre, Cristina vigila de cerca a Moyano. A diferencia de otros “enemigos”, a él le tiene un reverencial temor. No solo porque tiene un gran poder de convocatoria “de calle” —algo que aterroriza a la mandataria— sino porque el camionero conoce demasiados secretos sobre los orígenes de la fortuna de ella y su marido.

Es un secreto que reposa en el mismo país que lo tiene jaqueado en una investigación judicial por lavado de dinero: Suiza.

© Escrito por Christian Sanz y publicado por Tribuna de Periodistas el domingo 24 de Junio de 2012.


Complejo de Dafne ó Angustia de penetración... De Alguna Manera...

El complejo de Dafne o la angustia de penetración...

 La angustia de la penetración es un problema muy frecuente entre las mujeres pero tiene solución.

Lo padecen muchas mujeres jóvenes. Por qué se genera y cómo tratarlo. Apolo, dios del sol y la música, fue maldecido por Eros después de burlarse de éste por jugar con un arco y flechas. Eros, enojado, tomó dos flechas una de oro y otra de hierro. Con la flecha de oro disparó a la ninfa Dafne provocando rechazo y desinterés y con la de oro disparó a Apolo provocando amor y desesperación por Dafne.

Cuanto más Apolo la perseguía rogándolo que se quedara con él, ella mas huía sintiendo miedo y angustia, ante esta situación ella huyó hacia las montañas para evitarlo, se encomendó al Dios del río Peneo, y fue en ese momento casi alcanzada por Apolo cuando ligeramente todo su cuerpo comenzó con una mágica transformación: su piel se recubrió de corteza, sus delicadas uñas se alargaron multiplicándose en hojas, sus cabellos formaron un denso ramaje, el rostro fue desapareciendo detrás de la corteza y su cuerpo se convirtió en tronco.

Así, quedó transformada en un árbol de laurel con sus raíces hundidas en la tierra, rígida e inmóvil para siempre. Apolo abrazó al árbol y como ya no podía tomarla como esposa prometió amarla eternamente y declaró que ese árbol sería consagrado a su culto.

Apolo y Dafne es un relato de la mitología griega. Este mito simboliza el “complejo de Dafne” que consiste en el miedo de algunas jóvenes hacia la sexualidad, también se llama “angustia a la penetración”. Debido a este miedo, algunas mujeres terminan evitando cualquier tipo de contacto sexual.

En cambio, prefieren perjudicarse ellas mismas aislándose con tal de no enfrentar la situación de miedo. Son mujeres que no saben o no pueden poner en palabras lo que les pasa y es ahí donde el cuerpo expresa lo que uno no puede decir, se cierran cada vez más, tomando una actitud evasiva.

Ante una posible penetración, incluso, se puede provocar un espasmo involuntario de músculos que rodean la entrada de la vagina a tal punto que es imposible el acto sexual, provocando, algunas veces, mucho dolor. A fin de evitar una confrontación con sentimientos dolorosos, estas mujeres intentan evitar todo tipo de contacto sexual. Esta situación provoca ansiedad, tensión y rabia.

Generalmente se da en mujeres jóvenes. Entre las causas principales, figuran la falta de una adecuada educación sexual, una educación religiosa muy estricta, efectos psicológicos producto de un abuso o violación, creencias erróneas con respecto a la sexualidad, crecer con padres que tienen actitudes de rigidez y represión.

Para revertir esta situación, lo principal es tomar conciencia de que tiene solución. Luego hay que eliminar creencias erróneas respecto de la sexualidad y tomar una actitud activa en la resolución del problema. La pareja puede brindar seguridad que no se hará nada que la otra persona no quiera. En síntesis, mostrando amor, comprensión, calidez y protección, la solución es mucho más fácil.

© Escrito por Ofelia Salgueiro (*) y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 22 de Junio de 2012. 

(*) Integrante del equipo profesional INEPA (Instituto de Psicología Argentino).