domingo, 9 de septiembre de 2012

La Mala Educación... De Alguna Manera...


Welcome back, boys...
 
La Conferencia de Punta del Este. Seguridad y Defensa “con un criterio amplio e integral”.


En el Ministerio de Defensa, Seguridad Nacional se dice en Inglés. Tres especialistas norteamericanos en Seguridad Nacional, Guerra no Convencional y Operaciones de Información darán cursos desde mañana a personal del Ministerio de Defensa. En las clases se postula la intervención de las Fuerzas Armadas en el control de disturbios y operaciones antidrogas y antiterroristas, lo cual está prohibido por las leyes argentinas.

Desde mañana tres expertos estadounidenses en Seguridad Nacional, Guerra No Convencional y Operaciones de Información capacitarán al personal del Ministerio de Defensa como parte de un programa para países en que el entrenamiento militar provoca mucha susceptibilidad. Los instructores postulan el uso de las Fuerzas Armadas en el control de disturbios, las operaciones antidrogas y antiterroristas. Un nuevo avance sobre la separación entre Seguridad Interior y Defensa Nacional.

La Argentina es uno de ellos porque las leyes de Defensa Nacional, de Seguridad Interior y de Inteligencia Nacional, promulgadas durante las respectivas presidencias de Raúl Alfonsín, Carlos Menem y Fernando de la Rúa con amplio acuerdo multipartidario, separan en forma taxativa ambas áreas y vedan la presencia militar en cuestiones de seguridad interior. Las avanzadas estadounidenses intentan traspasar esa frontera, como ya ocurre en México, Centroamérica y Colombia. Los tres instructores integran el Centro de Relaciones Civiles-Militares de la Escuela Naval de Posgrado, con sede en Monterrey, California. 

Ese organismo fue creado en 1994 para reorientar a las Fuerzas Armadas de las nuevas democracias hacia las misiones que Estados Unidos les asigna en la posguerra fría. Otra escaramuza tendrá lugar entre el 7 y el 10 de octubre durante la Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas que se realizará en el hotel Conrad de Punta del Este, Uruguay. Uno de los ejes temáticos será “el análisis de los conceptos de Seguridad y Defensa con un criterio amplio e integral”. El documento preliminar también declara el propósito de “delimitar los ámbitos”. Lo que está en juego es suprimir o reforzar las diferencias entre ambos conceptos. La Argentina será el país relator sobre este tema, Guatemala y México los correlatores y Ecuador el moderador, lo cual expresa las posiciones opuestas que hasta ahora han dividido a la región. También se discutirá el “futuro de la misión y funciones de los instrumentos y componentes del Sistema Interamericano de Defensa”. Esta es una alusión a la Junta Interamericana de Defensa, el órgano asesor desde el que Estados Unidos trata de influir en los militares latinoamericanos. En la reunión preparatoria que se realizó en abril, la delegación brasileña propuso que esa JID pasara a actuar como secretaría ejecutiva de las conferencias de ministros de Defensa, redactara sus actas y fuera depositaria del registro y clasificación, distribución y almacenamiento seguro de sus documentos.

Defensa y/o Seguridad

Dos de los profesores del curso, el Brigadier Mayor (R) Richard Goetze, un veterano de los bombardeos sobre Vietnam, y el profesor de Asuntos de Seguridad Nacional en la Escuela Naval de Posgrado, Thomas C. Bruneau, postulan en forma insistente la intervención de las Fuerzas Armadas ante las denominadas nuevas amenazas, como el comercio ilegal de narcóticos, la violencia juvenil y el delito. La tercera instructora es la coronela de la Fuerza Aérea Anne McGee. Según el curriculum vitae que distribuyó el Ministerio de Defensa, McGee preparó y coordinó todas las Ordenes de Despliegue puestas a la firma del jefe del Pentágono “en apoyo de operaciones en Afganistán e Irak, así como en acciones de defensa interior”. Entre sus áreas de interés se mencionan la Guerra No Convencional (que es como el terrorismo de Estado se refería a la represión que llevó a cabo en la Argentina) y las Operaciones de Informaciones. La realización del curso sucede en tres semanas a la visita del viceministro del Pentágono para América Latina, el hijo de exiliados cubanos Frank Mora, quien se reunió con el ministro de Defensa Arturo Puricelli. 

En varios encuentros previos, Mora trató de convencer al canciller Héctor Timerman sobre la necesidad del empleo de las Fuerzas Armadas para enfrentar al “narcoterrorismo”, aduciendo que la policía es corrupta. Timerman le respondió que era un error mezclar dos fenómenos distintos y le recordó que dentro de Estados Unidos sigue vigente la ley que prohíbe el uso de fuerzas militares en cuestiones de seguridad interior. En mayo los ministros de Defensa, Interior, Justicia y Relaciones Exteriores de Unasur, se habían encontrado en Cartagena de Indias, Colombia, donde reiteraron la necesidad de “distinguir el tratamiento de los asuntos de Defensa de los de Seguridad, independientemente de los ordenamientos jurídicos de cada Estado, así como contar con un ámbito específico para abordar las problemáticas delictivas comunes en la región suramericana diferenciado de los mecanismos hemisféricos existentes”. Es la única vez que el documento menciona el vocablo hemisférico, y no por casualidad: el canciller brasileño Celso Amorim se encargó de excluir en el resto del texto el empleo de la palabra clave que utiliza Estados Unidos para referirse a los países americanos como una unidad bajo su tutela. En esa reunión, la ministra argentina de Seguridad, Nilda Garré, expuso sobre las diferencias entre Defensa y Seguridad. Mientras la Defensa se vincula con la política exterior, la soberanía y el territorio, la Seguridad remite a “la paz social, la estabilidad institucional del Estado, el control del orden público y las debidas garantías a los derechos” de los ciudadanos, dijo.

El Seminario

El seminario se realizará durante toda la semana, de 14 a 18 en la Sala Roca, en el 8º piso del Edificio Libertador, nombrada así en homenaje al ex ministro de Defensa y ex presidente Julio Argentino Roca. Mañana, la apertura estará a cargo del Grupo Militar de los Estados Unidos. A continuación Bruneau expondrá acerca de “Un nuevo enfoque propuesto sobre las relaciones civiles-militares” y el Brigadier Mayor Goetze sobre “Liderazgo estratégico” y, luego de una pausa para el café, explicará el “Marco para una política de Seguridad Nacional”. El martes, McGee dará las dos primeras conferencias de la tarde. Una sobre Intereses Nacionales y dirección estratégica y la segunda a propósito de un método de evaluación y análisis en red. Cerrará la tarde Bruneau, con su visión acerca del “Rol de la Inteligencia en el proceso de toma de decisiones estratégicas”. 

El miércoles abrirá Goetze con un tema de enorme interés en la Argentina de hoy: “Comunicaciones estratégicas: la prensa y la percepción de la efectividad del gobierno”. Lo seguirá McGee con una conferencia dedicada a los desafíos interinstitucionales del liderazgo estratégico y Bruneau, quien hablará acerca del “Uso de las fuerzas militares en apoyo a las autoridades civiles”, con un análisis específico del caso de México. El programa del jueves girará en torno a la educación de civiles en Defensa y Seguridad Nacional, a cargo de Bruneau, la correlación entre estrategia y presupuesto, por Goetze, y la transición hacia el planeamiento por capacidades, por McGee. El entrenamiento concluirá el viernes con una conferencia de Goetze sobre el desafío de la implementación del liderazgo estratégico, un ejercicio en el que los participantes deberán desarrollar e implementar lineamientos estratégicos y una discusión abierta. En la ceremonia de cierre se entregarán certificados a los asistentes y habrá un brindis.

Educar a los amigos

Según la información oficial estadounidense, el programa E-IMET fue creado para “educar a los amigos y aliados de Estados Unidos en el adecuado manejo de sus recursos de defensa”. El E-IMET también declama los principios del control civil de las Fuerzas Armadas y el respeto por los derechos humanos. Sus objetivos se expandieron y adquirieron nuevas direcciones para ajustarse “a los intereses de la política exterior de Estados Unidos en el ambiente de la posguerra fría” y “modificar los mecanismos civiles-militares utilizados por las democracias para enfrentar las circunstancias únicas de cada país”. También se propone familiarizar a militares y civiles “con el sistema judicial estadounidense, el bipartidismo, el rol de la prensa libre y de otros medios de comunicación, los propósitos y alcances de los sindicatos, el sistema económico estadounidense, sus instituciones educativas y la forma en que todos esos elementos de la democracia americana (sic) reflejan el compromiso de los Estados Unidos con los principios reconocidos internacionalmente de los derechos humanos”. Por último, procura “derribar las barreras que a menudo existen entre las Fuerzas Armadas, los funcionarios civiles y los legisladores”. 

Los planteos de los profesores estadounidenses están contenidos en sus publicaciones académicas. Bruneau y Goetze son coautores de un trabajo titulado “Ministerios de Defensa y Control Democrático”, en el que enumeran un amplio arco de misiones militares en apoyo de las autoridades civiles, desde el auxilio en desastres naturales “al control de disturbios, las operaciones antidrogas y ahora especialmente antiterroristas”. Son conscientes de que esos “ejemplos de actuación policial despiertan extrema susceptibilidad y a veces son vistos como un regreso `a los viejos malos tiempos`” y se proponen “asegurar que los militares ejecuten las tareas sin usurpar el poder”. Ese artículo forma parte de un libro titulado “¿Quién custodia a los custodios?”. En la introducción, firmada por Bruneau como editor de la recopilación, se afirma que en la tercera ola de democratización uno de los mayores desafíos es lograr el equilibrio entre los sectores civil y militar. Si la balanza se inclina en favor de las Fuerzas Armadas, que retienen las prerrogativas del régimen anterior en finanzas, control de los ascensos o manejo de la Inteligencia (como es ostensible nada de eso ocurre en la Argentina de hoy), la democracia aún no está consolidada. Pero si “la conducción civil ha subordinado a las Fuerzas Armadas y las ha politizado a través del ascenso de compinches politicos o las ha mutilado con severos cortes presupuestarios, el país se quedará sin un recurso crítico en áreas como la ayuda humanitaria o en caso de catástrofes, operaciones contra el terrorismo y las drogas”. Bruneau informa en ese prólogo que además de dictar seminarios el programa ha prestado asistencia a los gobiernos de distintos países: a definir los roles y misiones de las Fuerzas Armadas en Guatemala y a reformar el area de inteligencia en la Argentina, por ejemplo.

Corrupción y Seguridad

Otro trabajo de Bruneau y Goetze, publicado en 2006 en la Military Review es ilustrado con varias fotografías muy interesantes, cuyos epígrafes no dejan dudas sobre el rol que proponen para las Fuerzas Armadas. Una dice: “Soldados del ejército mexicano toman control de una oficina de la Fiscalía especializada para la atención de delitos contra la salud, 16 de enero de 2003 en Tapachula. México, como parte de una operación en contra de la corrupción”. Otra informa: “Se detienen pandilleros de la Mara 18 en una operación conjunta realizada por la Policía Nacional Civil y el Ejército de Guatemala en Mixco, al sur de la capital, 21 de septiembre de 2005”. Es decir, aquello que en forma explícita rechazó la Unasur en Cartagena. Para los instructores del ministerio de Defensa argentino “la definición de seguridad está siendo transformada para incluir mucho más que la seguridad ‘nacional’: es un concepto más generalizado que incluye la seguridad ‘pública’ y la de los ‘ciudadanos’”. Entre las denominadas nuevas amenazas, menciona “el crimen organizado”, que afecta “la seguridad pública así como la de los ciudadanos y, en algunos casos, la seguridad nacional” y afirma que las Fuerzas Armadas “deben enfrentar esta amenaza regional”. Entre los ejemplos que siguen figura “el lavado de dinero en la Triple Frontera (Argentina, Brasil y Paraguay), el control por parte de narcotraficantes de los barrios de Río de Janeiro, el crimen organizado y el narcoterrorismo en Colombia, los cargamentos de drogas a través de la región y el nuevo fenómeno de la Mara Salvatrucha o pandillas, en América Central y México”. 

En conclusión, Latinoamérica podrá ser una zona de paz “con respecto a conflictos exteriores, pero no es así internamente, como lo comprueban las maras, los narcotraficantes, el crimen organizado y las insurgencias (en Colombia). Actualmente, los civiles que formulan las políticas en México y América Central han desplegado a sus Fuerzas Armadas como las unidades de vanguardia en la lucha contra las pandillas o en apoyo de los esfuerzos contra el crimen”. Un tercer trabajo conjunto de Goetze y Bruneau sobre “Las Pandillas y las Maras en América Central” fue publicado en 2008 en la revista Air & Space Power Journal. Los huéspedes del Ministerio de Defensa revelan que asesoraron sobre el tema en 2005 al entonces presidente de Guatemala, Oscar Berger. Reconocen que, dado el historial de dictaduras, la intervención militar ha provocado “serias inquietudes”, pero las descartan alegando que “el asunto es menos acerca del uso instrumental –de la policía, los militares y la inteligencia– y más acerca del control establecido y ejercido sobre esos instrumentos”. Además adelantan la intención de extender esa doctrina más allá de México y Centroamérica. “Cuando discutimos el tema de las pandillas en programas en América del Sur hace dos o tres años atrás hubo poco interés. Hoy, hay gran atención y preocupación”, dicen. Al menos ellos trabajan para estimularlas. Colaboradores del ministro Puricelli sugieren que los visitantes también podrían asesorar para la redacción de una nueva Directiva Estratégica Militar que incorpore estos conceptos.

© Escrito por Horacio Verbitsky y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 9 de Septiembre de 2012.

Disidentes y enemigos... De Alguna Manera...


Disidentes y enemigos…

Repegar.com Ricardo Echegaray. Dibujo: Pablo Temes.

Discurso único. Con soberbia setentista pero con otras armas, el poder oficial cada vez castiga más a quienes se atreven a no coincidir.

La soberbia armada es el título de un libro sobre la guerrilla montonera, del periodista Pablo Giussani. Se equivocó: lo de Firmenich –dirigente máximo de aquella guerrilla y hoy autopropuesto candidato a presidente de la Nación– ha sido y sigue siendo soberbia política. La sangre de miles de jóvenes y no tan jóvenes que entraron en la muerte, movidos por el ideal de una Argentina mejor, no ha desmontado a Firmenich de esa soberbia”. El 5 de agosto de 2001, desde la contratapa de Página/12, el gran poeta Juan Gelman utilizaba su mejor arma, la palabra, para separar la paja del trigo. ¿Quién puede acusar a Gelman de derechista o gorila? Autodefinido como “teniente del llamado ejército montonero y miembro de ese mascaron de popa que se llamó Consejo Superior del Movimiento Peronista Montonero”, se preguntó: “¿Nada tuvo que ver con la política suicida y suicidante que él encabezó antes y después del golpe del 24 de marzo de 1976?”.

Integré aquella generación de los que luchamos por el socialismo. Pero como lo hacíamos por la vía pacífica de las urnas, como nuestros admirados Salvador Allende o Agustín Tosco, éramos descalificados en cada asamblea como “reformistas burgueses funcionales al imperialismo norteamericano”. Nos levantaban el dedito para darnos cátedra de Foquismo I, mientras construían ese infierno que tan bien describe Gelman porque lo conoció desde adentro. Los mismos infantilismos irresponsables del extremismo pragmático hoy nos siguen enseñando con la misma altanería blindada. Hoy la materia es Emancipación I y los que queremos una sociedad más igualitaria y libre somos “defensores de las corporaciones monopólicas”.

Algunos actores, son los mismos de aquella época. Dinosaurios reciclados que se agazaparon, detrás de las instituciones republicanas que hoy dinamitan. La soberbia desarmada actual también atropella lo que antes denominaban la partidocracia o la democracia formal y burguesa. No se acatan las decisiones de la Corte Suprema de la Nación en varios casos. Se apela a los aprietes como una manera de eliminar al enemigo, aunque esta vez utilizan los “fierros” del Estado como la AFIP, los servicios de inteligencia y la maquinaria propagandística. Se castiga a los disidentes propios mucho más que a los enemigos externos. Y si no que lo digan Miguel Bonasso o Esteban Righi. Y a los compañeros de ruta que se abren, como Roberto Lavagna, Alberto Fernández, la familia Eskenazi o Daniel Peralta, por nombrar sólo a algunos de una gran diversidad ideológica. Todos cayeron en desgracia. En los 70 se los condenaba a muerte. Ahora, a la muerte política. Los juicios sumarios los hacen quienes antes eran, y ahora son, dueños de la verdad absoluta y de la patria. Por eso no hay rivales ni adversarios. Hay enemigos que deben ser exterminados. Sin tiros, aunque semejante nivel de clima vengativo sea plataforma de lanzamiento de algunos gurkas de izquierda como los que asesinaron a Luis Condorí en Humahuaca. La prueba de parafina confirmó que los detenidos utilizaron pistolas y las fotos de hace diez días muestran al jefe de ellos con Milagro Sala, comandante de la Tupac Amaru. El Perro Santillán, otro al que nadie puede vincular con la derecha, lo atribuyó a “la impunidad de los que van a las movilizaciones en Mercedes-Benz”. 

En una semana cargada de desmesuras que hablan más de sí mismos que de los que critican, Eduardo Fellner, el gobernador de Jujuy, le quitó responsabilidad al intendente local porque aseguró que se trató “de una pelea entre privados”. Esa ideología Skanska debería llenar de indignación y rebeldía a los que defienden sobre todas las cosas la vida y los derechos humanos. La frase privatizadora del crimen compite con lo que dijo el ministro Julio de Vido contra Paolo Rocca. El responsable de los fracasos energéticos y del transporte de la era K, explicó que el capo de Techint  “defiende a las patronales y nosotros a los obreros”. Ese clasismo declarativo debería ser contrastado con las opiniones de Hugo Moyano, Pablo Micheli, Víctor De Gennaro, Jorge Ceballos o Néstor Pitrola. Sobre todo este último, cuya agrupación padeció en carne propia otro asesinato de otro joven, Mariano Ferreyra por parte de la patota de José Pedraza, alineado en aquel momento con Carlos Tomada y ahora con Antonio Caló en la interna cegetista. Pero hubo más definiciones inquietantes. Axel Kicillof le perdonó la vida a Techint. Fue magnánimo en decir que podrían fundir a Rocca pero que “no lo van a hacer, pese a que habla mal del Gobierno”. 

Paolo Rocca, que hasta hace poco fuera caracterizado como ejemplo de la burguesía nacional y orgullo de los argentinos por Cristina, sinceró su pensamiento y pasó a ser “un monopólico que se hizo millonario gracias a la política antidumping y los subsidios de los Kirchner”. Podrían declarar de interés público y sujetas a expropiación todas las empresas y provincias cuyos líderes no elogien a Cristina. Fueron tragicómicas declaraciones en línea con la cercanía a Dios de la Presidenta a la hora de fomentar el miedo entre los mortales. Cristina todavía no escribió ningún libro, aunque virtualmente ya existe una suerte de “Manual de la Destitución de Estado K”. A Peralta se lo aplicaron a rajatabla. Santa Cruz tuvo tres gobernadores en seis años y está a punto de tener cuatro. Todos los pusieron y los derrocaron los Kirchner. Golpes de Estado provinciales que explican por qué le cuesta a Cristina encontrar un heredero político, un jefe de la CGT Balcarce o un gobernador santacruceño que esté a su altura. Nadie da la talla. Peralta probó de su propia medicina. Cometió el pecado de pelearse con la casa matriz de La Cámpora, atendida por su propio dueño: Máximo. Scioli, Macri, De la Sota, Cariglino, entre otros, se pueden mirar en el espejo de Peralta. Asfixia económica, cacería mediática de los paraperiodistas, fogoneo de causas judiciales en su contra; obras y dinero para intendentes conspiradores, son los capítulos principales del manual.

Pablo Giussani, en su libro en 1984, concluye: “Los montoneros, afortunadamente, han quedado atrás en la historia argentina, en la conciencia de los argentinos, y acaso parezca superfluo o anacrónico a esta altura un intento de estimular aversiones contra ellos. Condenar a los montoneros ya es en el país moneda corriente, casi una moda, por cierto más saludable que la moda precedente de ensalzarlos”. Termino con otra cita de Juan Gelman de aquel turbulento 2001: “La soberbia frecuenta impertérrita los territorios del oportunismo”. El capitalismo de amigos y enemigos es así.

© Escrito por Alfredo Leuco y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 8 de Septiembre de 2012.


¿Clase Media ó Clase Mierda?... De Alguna Manera...


Peronismo y población…

La Revista Barcelona satiriza la visión K de la clase media.

En Biopolítica, Foucault sostuvo que los poderes impulsan la vida o terminan con ella. Los políticos gestionan cuerpos, que junto al territorio y sus recursos naturales son las herramientas que administran. Los seres humanos serían stock económico para el mercado, y materia prima de la biopolítica.

No hay economía sin geografía ni política sin demografía. El peronismo es un fenómeno político poblacional, que se nutrió y se nutre de los cambios demográficos (mientras que el radicalismo en los últimos setenta años los padeció). El peronismo siempre vio antes, tuvo la perspicacia de adueñarse del voto femenino en los 50 y con idéntica lógica ahora quiere hacer lo mismo con el de los jóvenes de 16 a 18 años (quienes agregarían 10% al total de votantes en las elecciones de 2013) y con el de los extranjeros.

Cuando el radicalismo nace y llega al gobierno, a principios del siglo pasado, la mayoría del país vivía en áreas rurales y la inmigración interna era de habitantes de Buenos Aires hacia el interior. Cuando el peronismo nace, la mayoría del país vivía en áreas urbanas y el flujo se había invertido: era del interior hacia Buenos Aires.

Cuando Yrigoyen asume su primera presidencia, en 1916, prácticamente no existía el Gran Buenos Aires: ochenta por ciento del poco más de dos millones de habitantes se concentraba dentro de los límites de la Av. General Paz. Pero ya cuando Perón asume su primera presidencia, los casi 5 millones de personas que habitaban el área metropolitana se repartían mitad por mitad dentro de la Capital Federal y el Conurbano. Y cuando Cristina Kirchner asume, el Conurbano ya era  tres veces más poblado que la Capital Federal, con 9 millones de habitantes, mientras que dentro de los límites de la Av. General Paz se mantienen algo menos de 3 millones de personas.

Al llegar Néstor Kirchner al poder, había 2 millones de habitantes menos en el Conurbano; y cuando Menem asumió, había en el Conurbano 5 millones menos de habitantes que hoy. Probablemente Alfonsín haya sido el último presidente radical que pudo ganar una elección sin una “pata peronista”. La hegemonía del PJ, que a veces se compara con la que tuvo el PRI en México durante la mayoría del siglo XX, viene siendo un fenómeno creciente. Y salvo una disrupción histórica, ningún candidato que no sea peronista podría aspirar a ganar una elección salvo que lo apoye el PJ o una parte de él.

El voto del Conurbano se parece mucho al del noroeste argentino, donde el peronismo  consigue  los triunfos más arrolladores. No se podría no relacionar ese hegemonismo del PJ con la mucho menor participación de la población de clase media y media alta en esas zonas.

El radicalismo es un partido representativo de la clase media, lo mismo que el Socialismo, la Coalición Cívica y hasta el PRO. La revista Barcelona, en su última edición, satirizó la mirada que el kirchnerismo tiene de la clase media al dibujar una familia tipo en un sillón frente a un televisor, todos con un bolo fecal con ojos como rostro y un título que dice: “¡Crece la impaciencia en la clase mierda y la mierda alta!”.

Otro fenómeno demográfico de consecuencias electorales es la inmigración a la Argentina desde los países limítrofes. Siempre hubo un flujo constante de paraguayos y bolivianos que engrosaba la población argentina, pero desde la llegada del kirchnerismo ese caudal se incrementó, lo que también es una señal del crecimiento económico de estos años.

Michel Foucault, en su libro Las palabras y las cosas, escribió: “Desde luego, no sería posible evitar estas oscilaciones (demográficas) que agravan sin cesar la miseria de las naciones ya pobres y, por el contrario, aumentan la prosperidad de los Estados ricos. Los movimientos de la población tienen un sentido opuesto al del numerario. Este va de los Estados prósperos a las regiones de precios bajos; los hombres, en cambio, son atraídos por los salarios elevados y van hacia los países que disponen de un numerario abundante. Así, pues, los países pobres tienen la tendencia a despoblarse; la agricultura y la industria se deterioran y la miseria aumenta. Por el contrario, en los países ricos, la afluencia de mano de obra permite explotar riquezas, cuya venta aumenta en la cantidad de metal que circula”.

A Foucault le faltó agregar nuevos móviles inmigratorios, como los subsidios con los cuales la Argentina tentó a muchos vecinos a tener sus hijos y construir su familia de este lado de la frontera donde, además, la salud y la educación pública son mejores que en Paraguay o Bolivia. Realizando el sueño de la Patria grande y, simbólicamente, el Virreinato del Río de la Plata.

Alimentar, educar y sanar a un contingente mayor es un desafío para la actual generación de argentinos pero será una oportunidad para el país en el futuro porque un mercado interno mayor y más joven le dará a nuestra economía fortalezas.

Una de las explicaciones al crecimiento brasileño de la era Cardoso-Lula-Dilma es demográfica: la tasa de natalidad bajó allí hace 25 años y ahora Brasil se encuentra con una mayoría de la población joven pero en edad laboral, que ya atravesó la escuela, aporta a las cajas de jubilación y no consume salud pública porque no envejeció.

¿Qué partido sino el PJ sacará ventajas electorales de la nacionalización de esta potenciada corriente migratoria regional?

Que los jóvenes de 16 a 18 años puedan votar beneficia electoralmente al kirchnerismo porque a menor edad mayor sensibilidad a la publicidad. Esto vale para la publicidad privada pero la publicidad política está ampliamente dominada por el oficialismo. También es más fácil imponerles un relato del pasado sesgado a los jóvenes porque no lo vivieron. Lo mismo a los extranjeros cuando puedan votar.

Desde hace décadas, la Argentina viene cambiando su perfil poblacional y el único partido que lo aprovecha es el peronismo. Desde el punto de vista de los méritos electorales, merecen sus triunfos. Si fueran una empresa privada, serían los que más se esfuerzan y afinan su estrategia.

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 8 de Septiembre de 2012.


Temor vs. Respeto... De Alguna Manera...


La Argentina del miedo...

Los nuevos aires. Sri Sri Ravi Shankar. Dibujo: Pablo Temes.

Amenazas oficiales para casi todos. Peralta se sumó a la lista de gobernadores maltratados por el poder central. Aprietes a Techint. Temor vs. respeto.

Primero le tocó a Daniel Scioli con su periplo mendicante a fin de que el Gobierno le diera los fondos para pagar el medio aguinaldo. Luego le llegó el turno a Mauricio Macri y el problema fueron los subtes. A continuación, el blanco fue José Manuel de la Sota a causa de la disputa con la Anses por los fondos que le debía girar a Córdoba para el pago de las jubilaciones. Ahora le llegó la hora a Daniel Peralta, el gobernador santacruceño. Santa Cruz representa el ejemplo del “modelo” creado y manejado por los Kirchner: una provincia endeudada, con gran injerencia del Estado en la economía, un manejo político feudal y abundancia del capitalismo de amigos. A eso llama el kirchnerismo un modelo “exitoso”. Desde que Néstor Kirchner dejó la comarca para acceder a la presidencia, ningún gobernador pudo hacer allí pie firme. El primero que sufrió eso en carne propia fue Sergio Acevedo, que supo ser titular de la SIDE en los días en que Kirchner hablaba de la transversalidad, quien el 16 de marzo de 2006 debió renunciar cuando se negó a ser un títere del entonces presidente. A Acevedo lo sucedió su vice, Carlos Sancho, que sí aceptó ser un títere  del Gobierno central. Tras Sancho llegó Peralta.

Su actual gestión ya arrancó mal cuando los representantes de La Cámpora en la Legislatura provincial se le pusieron en contra. Los que conocen la política de Santa Cruz lo tomaron como lo que era: un alerta. Ahora todo está claro. La Presidenta ya no lo quiere más. Exige ahí a alguien de La Cámpora. La pregunta entonces es: ¿aguantará Peralta? A diferencia de alguno de sus predecesores, el gobernador parece dispuesto a resistir. Así que deberá prepararse para aguantarse algún aviso propagandístico denostando su gestión producido por orden del Gobierno y emitido en Fútbol para Todos.

El episodio dejó al desnudo la aceitada maquinaria de una operación en la que se utilizó el multimedios oficial y paraoficial, que dio aire a la denuncia acerca de la existencia de una red de espionaje montada desde la Gobernación para efectuar tareas de seguimiento a la Presidenta con fines desconocidos, lo que suena a mucha fantasía. Para su proyecto de permanencia y descendencia política, Fernández de Kirchner necesita que La Cámpora comience a hacerse de alguna gestión provincial a fin de que, con los recursos del Estado, construya poder. Ese es el plan, y Santa Cruz sería ideal como punta de lanza. ¡Qué mejor que un feudo que se maneja desde la Rosada!

En los “Aló Presidenta” de la semana se avanzó un poco más en el camino hacia el chavismo que el Gobierno viene desandando con prisa y sin pausa. Se repitieron conductas que forman parte de una planificación a la que contribuyen las más de cien personas que trabajan en la Secretaría de Medios. Así, las largas actuaciones de Fernández de Kirchner tienen cada vez más de perorata que de anuncios concretos, en la que se mezcla información cierta con información errónea, y en la que se emiten afirmaciones que no son verdaderas. No es verdad la afirmación de la Presidenta de que los medios no reflejan las buenas noticias que ella proporciona en sus apariciones. No es verdad que no utiliza la cadena nacional para ventilar aspectos de su vida personal o familiar. En realidad, para aspectos de su vida personal o familiar, no sólo utiliza la cadena nacional sino también los recursos del Estado. Esto, en realidad, no es de ahora sino que ya ocurría en tiempos en que Kirchner era presidente. Por otra parte, la Presidenta utiliza la cadena nacional para vilipendiar al que piensa distinto, para amedrentarlo y para avisarle que lo ha mandado a investigar por la Gestafip.

Hay que reconocerle a Fernández de Kirchner que en esta tarea tanto de acumulación de poder, así como también de búsqueda del poder “eterno”, viene siendo ayudada eficazmente por sectores de la oposición que todos los días demuestran estar en cualquier cosa. El Gobierno hasta se divierte viendo cómo con cada una de sus iniciativas divide a sus opositores y los mete en un laberinto en el que dejan al desnudo su confusión. El proyecto de habilitar el voto a partir de los 16 años es el último capítulo que ha demostrado la vigencia de esa penosa realidad.

En la semana hubo, además, dos afirmaciones que resumen el concepto de poder con el que la Presidenta lleva adelante su gestión. Por su contundencia y por su significado presente y futuro, es imprescindible no olvidarlas. La primera de esas definiciones la dio el viceministro de Economía en 6,7,8, el esquicio oficialista con aires “goebbelianos”. Dijo allí Kicillof: “Habría que bajar el precio de la chapa y fundir al señor Rocca, pero no lo vamos a hacer, aunque habló mal de nosotros”.  Es claro, pues, que para el Gobierno cualquier crítica es pecado mortal. Esta definición, además de ser imprudente –qué empresario extranjero o local estará atraído a invertir su dinero en un país en donde un funcionario amenaza con fundirlo–, denota un pensamiento propio de un régimen totalitario. Seguramente habrá cosas para objetarle a Techint, pero si Paolo Rocca no hubiera osado criticar aspectos de la política económica no padecería hoy la ira oficial.

El otro concepto lo dio la Presidenta cuando dijo que “hay que temerle a Dios y un poquito a mí”. No está claro si se quiso equiparar a Dios, pero que haya habido funcionarios que aplaudieron jocosamente esta advertencia, es patético. No hay registro de que en un acto en la Casa Rosada funcionarios festejen el estar bajo la dominación del miedo hacia quien desempeña la primera magistratura del país. En la Argentina, miles de personas dieron sus vidas detrás del ideal de un país en donde la libre expresión del pensamiento fuera un derecho absoluto. Por ello es que resulta increíble escuchar a la Presidenta, que se dice un adalid del pensamiento progresista, ufanarse de que le teman “un poquito”. Se les teme a los dictadores; se les teme a los déspotas; se les teme a los tiranos. En cambio, a los verdaderos estadistas se los respeta. La Argentina del miedo a expresar un pensamiento distinto al del Gobierno no es ya un eventual riesgo del futuro, sino una penosa e inquietante constatación del presente.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 8 de Septiembre de 2012.