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domingo, 26 de diciembre de 2021

País de Fantasía... @dealgunamaneraok...

Señales de amateurismo en medio de un río revuelto…

 

Delivery Klauss (Lo pedís, lo tenés). Dibujo: Pablo Temes

Oficialismo y oposición acumularon pasos en falso en los últimos días, y siguen divididos por duras internas. 

Escrito por Nelson Castro el sábado 25/11/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

La Cámara de Diputados de la Nación volvió a dejar vencedores y vencidos esta semana. Juntos por el Cambio había llamado a una sesión especial para avanzar con un proyecto propio que permitía la baja del mínimo no imponible del impuesto a los Bienes Personales. Pero el viento a favor que sopló con fuerza luego de la sesión del presupuesto 2022 no fue suficiente y terminaron perdiendo por un voto ante el Frente de Todos contra Todos que impuso el proyecto oficialista. Se adujo un poco de todo. 

El propio Martín Tetaz enumeró algunas de las falencias opositoras que cabalgaron entre la falta de coordinación y de viveza política. Entre los casos resonantes por las ausencias se contaron tests positivos de coronavirus –única causa atendible– casamientos de familiares en Alemania y, aunque resulte difícil de creer, un viaje relámpago a Disney. 

La protagonista fue la diputada cordobesa Gabriela Brouwer de Koning, del sector radical que se separó de sus pares para formar un nuevo bloque y que se identifica con el senador Martín Lousteau. El blooper desató la furia dentro de la oposición y, muy especialmente, dentro de los liderados por Mario Negri que aprovecharon para darle una mano de cal al también miembro de Evolución Radical Rodrigo De Loredo: “La actividad parlamentaria no es para cualquiera, lo de Brouwer de Koning es de un amateurismo total -en el mejor de los casos- pero también es hora de marcar la falta de profesionalismo de Rodrigo De Loredo en sus intervenciones en la sesión de presupuesto queriendo argumentar cuando no se podía e intentando diferenciarse de nosotros en cada intervención como si fuera un chico” -se le reprochó cerca del radicalismo tradicional. 

La irresponsabilidad de los diputados opositores tendrá consecuencias muy concretas que afectará a la clase media con la que el ensañamiento del kirchnerismo no cesa nunca.  

En el PRO las fiestas tampoco se pasarán en paz. La reelección indefinida de los intendentes y los vericuetos de la ley sancionada en tiempos de María Eugenia Vidal ha generado ya nuevos y vehementes cruces. El martes habrá sesiones extraordinarias en la Legislatura Bonaerense para tratar el proyecto de Presupuesto 2022, la Ley Impositiva y la reforma de la Ley de Ministerios. 

Diferentes fuentes indican que podrían colarse en la agenda las modificaciones en la ley que limita las reelecciones de los jefes comunales para asegurarse que el primer mandato a considerar sea el iniciado en 2019 y, de esta manera, poder aspirar a una nueva reelección. En este aspecto coinciden tanto intendentes que responden a la Rosada como a la oposición. Nada nuevo bajo el sol.

A la hora de conservar privilegios los colores políticos se confunden en una grisura poco saludable para la democracia. 

En su mensaje, un canto a la hipocresía, el Presidente habló de una bonanza que no existe. 

En el oficialismo, reanimado tras la victoria legislativa de la semana, no cesan las peleas internas ni los intentos por destruir a JXC. Son varias las voces calificadas que han alertado sobre la posibilidad de una eventual salida a la luz de una denuncia complicando a uno de los ministros importantes durante la gestión de la ex gobernadora Vidal y, por ende, a ella misma. Los que conocen el tema hablan de escuchas encontradas en las cuevas de la Agencia Federal de Inteligencia, AFI. Habrá que estar atentos. De concretarse, sería una más de las tantas historias producto de la utilización política de los servicios de inteligencia, algo que este gobierno prometió terminar y, que como tantas otras cosas, no cumplió. 

En ese mismo tren de chicana permanente hay que ubicar la ida y vuelta generado por el crítico informe que el Fondo Monetario Internacional emitió sobre el crédito que le otorgó al país durante la gestión de Mauricio Macri. Ese crédito sobrepasó las normas de procedimientos habituales del organismo. La sintonía política entre Macri y Donald Trump fue un elemento clave para su concreción. La necesidad de apelar al FMI fue consecuencia de los errores cometidos en ese gobierno. Pero es también cierto, que el endeudamiento que dejó el kirchnerato fue un salvavidas de plomo que Cristina Fernández de Kirchner le dejó a su sucesor. 

El informe del Fondo no sólo es autocrítico y crítico de la gestión económica del macrismo sino que también lo es del actual gobierno y, en definitiva, de toda la clase política. Queda claro la falta de confianza que la Argentina genera en el mundo y del papel clave que juega esa confianza en la posibilidad de encarar la búsqueda de las soluciones que se requieren para lograr la consolidación de una economía lo suficientemente sólida que permita acabar con los insoportables niveles de pobreza que hoy padecen millones de ciudadanos. 

Donde no hubo mayores divisiones fue en la decisión de los legisladores de otorgar un bono de 22 mil pesos a los empleados del Congreso. La medida irrita no porque no lo necesiten para enfrentar lo que significa vivir en un país con una inflación del 50% sino por el bochornoso privilegio que ello representa frente al miserable bono de 8.000 pesos otorgados a los jubilados que ganan la mínima. 

El mensaje con musicalización que dio el Presidente por cadena nacional en la noche del 24 fue un canto a la hipocresía y a la fantasía. Alberto Fernández habló de una bonanza que no existe y de un llamado a la unidad que, en los hechos, contraría día a día. Nada que sorprenda. Al fin y al cabo es lo que hace habitualmente un mentiroso.




jueves, 25 de noviembre de 2021

Negar la realidad. Humo, nada más que humo... @dealgunamaneraok...

Humo, nada más que humo…


Vamos a dialogar. Dibujo: Pablo Temes.

Nadie con real voluntad de convocar a un diálogo lo hace advirtiendo al otro que es el culpable de todos los males. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 20/11/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.



No hay dudas, pero sí muchas internas. La oposición se llevó un gran triunfo en las elecciones de medio término. Los disparates discursivos de los que intentó valerse el oficialismo para edificar un nuevo relato que le permita exhibir una unidad que, a todas luces, está atada con alambres, forman parte de su esencia. Lo mismo sucedió en 2013 cuando Sergio Massa acabó con los sueños de reelección de Cristina Fernández de Kirchner. “Ellos ganaron perdiendo y nosotros perdimos ganando”, declaró la diputada electa Victoria Tolosa Paz que, a esta altura, compite con el presidente Alberto Fernández por el triste premio a la palabra devaluada. Lo cierto es que, el resultado electoral, puso una lupa y sacó a la luz las internas que atraviesan ambas coaliciones.

 

Juntos por el Cambio enfrenta turbulencias en dos sentidos: dentro del PRO, su presidenta Patricia Bullrich, reconoció que esperaban superar el 50% en la Capital Federal y chicaneó a María Eugenia Vidal y a Horacio Rodríguez Larreta por no haber ampliado el caudal de votos respecto de las PASO en la Ciudad. Es que el alcalde porteño fue el arquitecto de los planes para los dos principales distritos del país, donde ganó con claridad, pero por menos de lo esperado. “Nada de esto hubiera pasado si no se hubieran sobrevalorado las expectativas, habría que haberse plantado con un discurso de escenario incierto y luego salir a edificar el triunfo” –dijeron fuentes que recorren las oficinas de la Jefatura de Gobierno. 


La presidenta del PRO camina con cierta tranquilidad porque se adjudica la cosecha de votos en el interior del país; recordemos que desistió de competir en una interna con Vidal para no ser un obstáculo y dedicarse a esa tarea. Al mismo tiempo, un segundo frente amenaza con incrementar los nubarrones que pueblan el firmamento de JxC: los líderes del radicalismo le disputan a Bullrich los resultados en el interior para quedar mejor posicionados de cara al 2023. Es cierto que la estructura territorial de la UCR tuvo peso específico propio, pero no es menos cierto, que cada uno intenta llevar agua para su molino.

Patricia Bullrich se atribuye la buena cosecha de votos de JxC en el interior. 

“En Juntos están todos peleados” –se le escuchó decir en uno de los actos de cierre a un recién llegado a la política. Más allá del folklore y lo que dejó la trastienda, todos saben que la unidad es la única vía para mantener vivo el proyecto a mediano y largo plazo. 


“Tanto el PRO como la UCR tienen nombres competitivos. Habrá que madurar bastante para alcanzar acuerdos dentro de cada partido que permitan no ir con más de un candidato a las PASO 2023. Ninguna fuerza puede darse el lujo de ir dividida dentro de la propia contienda porque sería una derrota segura para la UCR o para el PRO” –razonan en uno de los equipos de campaña.

 

La patológica negación de la realidad. “No olviden que el triunfo no es vencer sino nunca darse por vencido”. Esas fueron las palabras de Alberto Fernández para, esta vez ante una multitud, negar la derrota electoral. El acto del miércoles en la Plaza de Mayo fue una foto perfecta de lo que sucede dentro del oficialismo. Debilidad, búsqueda de cohesión interna, y un insólito juego de escondidas que dejó a todos en evidencia.

 

El Presidente se propuso relanzar su gestión y apostó a devolverle la vida a su corriente interna de cara a las presidenciales. Eso resultó obvio a la hora de evaluar los alcances de la convocatoria: Piqueteros del Movimiento Evita, organizaciones sociales afines, sindicalistas, albertistas desencantados y de los otros y Fernández como único orador. La Cámpora marcó la diferencia y buscó pasar inadvertida. Lejos del escenario el Cuervo Larroque dijo que “no había podido escuchar el discurso del Presidente porque había tanta gente que no pudieron avanzar hasta los primeros lugares”.

 

Nadie se chupa el dedo. Si La Cámpora quiere decir presente lo hace valiéndose de su poder y su llegada. Además, las cámaras de televisión mostraron la posición de la agrupación y el vasto espacio que tenían para acercarse a la Plaza. No lo hicieron porque no quisieron. CFK y su hijo Máximo se beneficiaron de un circo que los ayudó a mostrar unidad. Pero no se pintaron la cara de payasos para dar un apoyo explícito a un acto con el que no estaban de acuerdo. En el ala más dura del oficialismo nadie piensa en inmolarse por un presidente débil que no cubre las expectativas de su jefa política, la vicepresidenta en funciones. “Salvó la ropa con lo justo. Esperábamos una derrota mayor. Esto nos da aire para replantear la estrategia de cara al futuro” –aseguraron desde el Patria. Ese futuro no incluye al albertismo.                         

Los claros ganadores dentro de la interna del oficialismo son los intendentes del conurbano bonaerense que demostraron que poseen dominio territorial. En ese ámbito transformado en feudo, “la platita” y el aparato funcionaron.

En el ala más dura del oficialismo nadie piensa en inmolarse por un presidente débil. 

En muchas otras partes del país, no. Éste es un dato interesante que surge de los resultados del domingo. El premio que se llevarán los barones del peronismo del Conurbano es la anulación de la cláusula que les impide la reelección indefinida. En esta iniciativa serán acompañados gustosamente por los intendentes de JxC que también se ven afectados por esta ley que propiciaron la entonces gobernadora María Eugenia Vidal y la versión no kirchnerista de Sergio Massa. Como se ve, las ambiciones de poder permanente no son exclusividad del oficialismo.

 

La descripción precedentemente expuesta de la situación dentro de las dos principales coaliciones políticas que se disputan el poder, muestran una notable y preocupante distancia con la realidad. El llamado al diálogo de AF nació muerto. Nadie con real voluntad de convocar a un diálogo lo hace advirtiéndole a su contraparte que es la culpable de todos los males y que nada de lo que proponga será tenido en cuenta. En fin, humo; nada más que humo.

 

Producción periodística: Santiago Serra.






domingo, 5 de septiembre de 2021

Alguien habló de traición… @dealgunamaneraok...

 Alguien habló de traición… 


Paso a Paso… Dibujo. Pablo Temes

Si los ánimos no fueran casi de ruptura, no hubiera sido necesario un mensaje presidencial jurando lealtad. 

© Escrito el sábado 04/09/2021  por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


Fue el presidente Alberto Fernández. Lo dijo al encabezar un acto del Frente Contra Todos en Tecnópolis. “No voy a traicionar a Cristina, no voy a traicionar a Máximo, no voy a traicionar a Massa, ni a ninguno de ustedes, no voy a traicionar al pueblo que me votó”, aseguró. 

 

Es cierto que la frase que soltó tuvo como puntapié un tuit del ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires, Andrés “Cuervo” Larroque, que rezaba: “No nos confundamos, lo que el poder no le perdona a @alferdez es no haber traicionado a @CFKArgentina”. ¿Qué lo llevó al Presidente a decir esto con tono gritón y voz destemplada? La respuesta es simple y unívoca: si los ánimos no estuvieran tomando un tinte casi de ruptura, AF no hubiera reparado en ese mensaje para reafirmar su “lealtad”. Donde hubo ya una traición por parte del jefe de Estado es a los millones de ciudadanos y ciudadanas que lo votaron creyendo que cumpliría con su promesa de acabar con la grieta. Es una traición flagrante que representa una oportunidad perdida –otra más– para la Argentina. 

 

“Es una coalición compleja sí, pero que sabe que tiene que trabajar para mantener la unidad”, señala una voz del oficialismo. En esas aguas se hizo un gran esfuerzo para leer de manera taxativa el tuit de Larroque, atribuyendo las interpretaciones “a la subjetividad de quien opina”. Tras cumplir con ese momento de “sarasa”, no hubo más remedio que reconocer que el Gobierno atravesó el peor momento de su mandato. “Según nuestros sondeos hace seis días se frenó el drenaje que veníamos teniendo y de a poco comenzamos a levantar otra vez”, detalló un funcionario con despacho en la Rosada respecto a la intención de voto para las PASO del próximo domingo.

 

El Presidente ha quedado vaciado de liderazgo político dentro de su propio espacio político.

 

Sin embargo, puertas adentro de la Casa de Gobierno la realidad es otra. En ese ámbito tóxico hubo quienes no fueron tan generosos en la evaluación de lo que está sucediendo al interior del Frente Contra Todos y revelaron que la sangría anímica no para. Es que “el albertismo más laburante, ‘bancador’ y representativo”  dentro y fuera del gabinete está “dolido y desilusionado” con su jefe. “Después de lo del Olivosgate hubo ministros que se chocaron contra una pared a los que se les cortó su carrera política. Hubo otros que salieron a poner la cara sin saber la verdad, a los que el Presidente envió a mentir sin importarle las consecuencias, porque se sentía tan impune que nunca creyó que esas imágenes se filtrarían”, dijo con la voz quebrada un miembro del entorno cercano. 

 

He aquí un punto clave del cual, evidentemente, AF no ha tomado o no ha querido tomar conciencia. El episodio de la Fiesta de Olivos y el Vacunatorio Vip han impactado negativamente dentro mismo del oficialismo porque exhiben situaciones de privilegio en desmedro del ciudadano común que no pudo celebrar cumpleaños, no pudo despedir a sus familiares fallecidos ni pudo acceder a las vacunas en tiempo y forma. 

 

El Presidente ha quedado vaciado de liderazgo político dentro de su propio espacio político. Los comentarios acerca del disgusto de Cristina Fernández de Kirchner son diarios y expresados en alta voz. De los cambios de ministros y de un nuevo gabinete se habla con total naturalidad en más de un despacho oficial. 

 

“La unidad se mantiene porque no nos queda otra. El resultado de las elecciones determinará todo. Sabemos que del otro lado de la coalición – el kirchnerismo– vienen por nosotros y nos van a eyectar por cosas en las que no tuvimos nada que ver. Nosotros creímos”, concluyó la fuente. El destinatario de estas palabras es el Presidente.

 

En ese grupo de desilusionados y quebrados militan, entre otros, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; la vicejefa del Gabinete de Ministros, Cecilia Todesca; el ministro de Educación, Nicolás Trotta; el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis; y el ministro de Turismo, Matías Lammens. Todos estos, más el ministro de Economía, Martín Guzmán, gozan de la antipatía creciente de la ex presidenta en funciones. Por eso, el Dr. Fernández debería estar más preocupado por contener el ánimo de los propios que por jurarles lealtad a CFK, Máximo y Sergio Masa. Acaso, tal vez, ya no le quede otra opción. 

 

En el Instituto Patria afinan la lapicera. “Se mandó todas las cagadas – el preciosismo en el lenguaje es otra de las carencias del kirchnerismo– juntas. Está claro que hay que hacer un cambio o varios. Falta casi medio mandato y ya perdió todas sus fichas”, afirman  con la certeza de que ya nada ni nadie puede señalarlos de duros, halcones o desestabilizadores. 

 

En el transcurrir de esta campaña de la nada, todo lo que hay es estrépito.

 

En el Gobierno había alegría por la alusión al goce sexual hecho por Victoria Tolosa Paz. “Saca del foco el Olivosgate”, afirmaron varias voces del oficialismo envueltas en una nube de irrealidad. A este devenir, la oposición también se ha esmerado en hacer su aporte. María Eugenia Vidal exhibiendo un accionar desangelado que no deja de sorprender. Sus frases sobre el porro fueron tan malas que la obligaron a reconocer que había cometido un error. Horacio Rodríguez Larreta hablando de Diego Santilli como “candidato de la Ciudad”. Diego Santilli que, como propuesta de campaña, invita a “subirse a la Santileta” que el jueves tuvo un desperfecto en el embrague y terminó en el taller mecánico. Facundo Manes, que ha despertado el enojo de más de un dirigente radical de peso, y cuyo principal aporte son sus frases vacías de contenido que le aportan material diario a Ariel Tarico para sus geniales imitaciones.

 

Tampoco escapan a esta regla Javier Milei –la polémica que mantuvo con Leandro Santoro los mostró a los dos tan retumbantes como irrelevantes–, José Luis Espert y el grotesco que protagoniza en su alusión al increíble Hulk, y Florencio Randazzo, cuyo aporte más significativo de la semana –en verdad, el único– fue hacernos conocer a su mamá, Gladys.   

 

Es lo que hay. Es como si todos estos dirigentes hubieran conformado una Sociedad de las Ideas Muertas. 





jueves, 26 de agosto de 2021

La Foto y el Video. Clima de desasosiego…

 La Foto y el Video. Clima de desasosiego… 


“Carga con ese peso...” María Eugenia Vidal y Mauricio Macri.

En el oficialismo nadie sabe muy bien dónde están parados frente a la falta de credibilidad de Alberto Fernández. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 21/08/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

Vamos a dejar esto atrás. Lo importante es que el Frente de Todos no es una sola persona. Es una marca que trasciende a los funcionarios, aunque se trate del propio Presidente”, dicen en el polo más duro del oficialismo.

 

Es la estrategia para que los errores de Alberto Fernández no minen las posibilidades electorales del conjunto. Despegarse del Presidente es también una forma de vaciarlo de poder. Una estrategia controvertida que no tendría lugar si se tratara de Cristina Fernández de Kirchner y no de su delegado en lo más alto del poder.

 

Se vive en el Gobierno un clima de desasosiego. Nadie sabe muy bien dónde están parados. Hay una cuestión esencial que por estas horas representa un escollo insalvable: la falta de credibilidad de Alberto Fernández. Sus mentiras se van acumulando día tras día. Hoy ya son una montaña.


Esto sume en la angustia a los funcionarios que le responden. A los que, por el contrario, responden a Cristina –que son muchos– los embarga un estado de furia.

 

Ese estado la abarca también a ella. Y ese enojo no solo se focaliza en AF; también alcanza a Fabiola Yañez, que es muy poco querida y duramente descalificada en muchos de los mensajes que van y vienen del Instituto Patria.

 

La foto y el video de la fiesta de cumpleaños de la primera dama fueron dinamita. Una foto tiene un valor testimonial; un video, en cambio, refleja una vivencia. La foto impacta; el video, indigna. La foto confirma un hecho.

 

El video le da vida y lo muestra en toda su obscenidad. No es verdad que se trató de un brindis. No es verdad que el Presidente pasó por ahí de casualidad, casi como quien dijera ¨vi luz y entré¨. Y tampoco es verdad que pidió disculpas por su error a las 24 horas de haberlo cometido: lo hizo más de un año después y luego de que las imágenes alcanzaran estado público.

 

Hay en desarrollo una batería de iniciativas destinadas a neutralizar los efectos adversos que todo este affaire tiene no solo sobre AF sino también sobre el Gobierno. En esa retahíla de hechos se ubican las embestidas judiciales contra Mauricio Macri y Elisa Carrió por supuestas violaciones a las mismas normas que violó el jefe de Estado. Ni una ni otra tienen el más mínimo asidero. Y eso lo saben muy bien los mismos funcionarios que impulsan la movida. 

 

Más descabellada aún es la estrategia judicial que plantearán en su defensa quienes pedirán la inconstitucionalidad del DNU –firmado por el Presidente– que estableció la cuarentena estricta. Para Mauricio D’Alessandro, abogado de Stefanía Domínguez, el festejo fue “una barbaridad desde lo ético”, pero “se necesita una ley” para “limitar el derecho de reunión”.

 

Es decir, el Presidente y los que concurrieron a la fiesta quedarían exculpados penalmente por medio de la anulación del DNU que el propio Fernández promulgó. Además de la vergüenza en materia institucional y del daño a la figura presidencial que esto significaría, si la causa se resolviera en ese sentido sería una manera poco ortodoxa de correr el eje de la discusión pública y apuntar hacia la Justicia para poder mostrarle a la sociedad que el primer mandatario terminaría siendo rehén de una decisión de algún juez dispuesto a hacerle un favor.

 

 

A nadie del kirchnerismo explícito le importa el futuro de AF. Solo quieren –como lo mandoneó públicamente la ex presidenta en  funciones–, que ordene lo que tenga que ordenar y no se ponga nervioso. Un deseo enfermizo de control para que las cosas no se desmadren al punto de poner en riesgo las chances electorales

 

“Los que del otro lado de la coalición apuntan con el dedo y se rasgan las vestiduras por la foto tienen otro proyecto político en mente. Ya sabemos que el kirchnerismo no lo incluye a Alberto ni a la mayoría de nosotros”, confiesa una voz del entorno del jefe de Estado.

 

En medio de este escándalo, pasan cosas graves. Una fue la decisión del kirchnerismo de promover la designación en la Justicia Federal de la fiscal de Lomas de Zamora, Cecilia Incardona, que en la lista de postulantes había quedado en el puesto número 20. Por iniciativa de la consejera K Vanesa Siley, fue ascendida al puesto número 3. Incardona es la fiscal que investigó el presunto caso de espionaje ilegal ocurrido durante el gobierno de Mauricio Macri. La otra fue la designación de Federico Diberto, operario especializado en industria farmacéutica –según su propia definición–, conocido militante K y actual pareja de Victoria Donda, como vocal en el Ministerio de Relaciones Exteriores, donde el malestar del personal de carrera es creciente. Se vive un clima irrespirable ya que el Ministerio es un coto de caza del kirchnerismo, en medio de la pasividad del ministro, Felipe Solá, sobre cuya ineptitud también sobran ejemplos.    

 

La vida que queremos. La frase de CFK en el plenario de dirigentes del FDT en La Plata fue muy elocuente en cuanto a su ideal político y su concepción de la democracia. Muy poco democrática por cierto. “La vida que queremos requiere no de uno, sino de muchos períodos de gobierno”. Esta concepción monárquica ya había sido ensayada en tiempos de Néstor Kirchner hasta que su muerte le puso fin. Máximo Kirchner – sin duda el albacea político del matrimonio Kirchner–  junto a Axel Kicillof y otros referentes del Patria, revive los sueños de poder eterno. El problema es que les falta envergadura política.

 

El desafío para CFK es cómo llenar ese vacío. Y eso significa pensar en el 2023. Ni su hijo ni el gobernador dan el piné para ser candidatos a la Presidencia. Si hay algo que la vicepresidenta no quiere es volver a ser candidata. Sabe también que le sería muy difícil ganar. Su figura sigue generando enorme rechazo, tanto fuera como también dentro del peronismo.  

 

 

En la oposición, la reaparición de Mauricio Macri aportó poco y nada. María Eugenia Vidal no repunta en las encuestas y tuvo que soportar que el ex presidente que ancló sus posibilidades en el pasado, ahora la haya acompañado como su salvador en un encuentro en el Museo Fernández Blanco de CABA. “María Eugenia está pagando el precio de su ausencia. Primero intentaron pegarla a Patricia Bullrich, solo basta con mirar sus fotos de Instagram. Ahora con Mauricio. Es como si trataran de inventarle un perfil más de halcón” –reflexionó un destacado miembro de JXC. 


La oposición tiene frente a la sociedad una enorme responsabilidad: frenar el sueño del kirchnerismo de adueñarse del poder y avanzar en pos del sueño de permanencia eterna. El egoísmo de varios de sus líderes demuestra que hay allí quienes parecen no haberlo comprendido.






martes, 3 de agosto de 2021

No tan Juntos ¿Quién tiró la primera piedra?... @dealgunamaneraok...

 No tan Juntos ¿Quién tiró la primera piedra? 

Un chivito santafecino. Agustín Rossi. Dibujo: Pablo Temes.

Para poder cuidar a esos dirigentes nuevos que aportan aire fresco, la oposición debería bajar el nivel de la descalificación. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 31/07/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 


La pregunta parece una justificación infantil para acreditar el alto voltaje que tomó la interna de Juntos por el Cambio –ahora bajo el nuevo lema de Juntos–. En dicha argumentación se escudan varios dirigentes del PRO que se debaten entre bajar los decibeles o arremeter contra sus compañeros de ruta en el frente opositor. Lo cierto es que Facundo Manes hizo referencia al uso de fondos públicos de CABA para financiar la campaña de Diego Santilli en la provincia de Buenos Aires y encendió una mecha que dista mucho de haberse apagado. 

 

“Algunos pensaron que se trató de una chicana que se le fue de las manos a un hombre inexperto en política, pero con el correr de los días parece claro que Manes de ingenuo no tiene nada y que todo el radicalismo está montado en una agresividad discursiva que no lo va a llevar a ningún lado. Se envalentonaron” –lamentaron desde el entorno del jefe de Gobierno porteño. 

 

Lo que llamó la atención de la primera semana de campaña del neurocientífico no fue solo la agresividad contra sus compañeros de ruta sino la falta de propuestas concretas sobre las cuales discutir. Todo giró en torno de las personas y no de las ideas. Hasta aquí, una defraudación en relación a la expectativa en torno de su incursión en las arenas de la política para ir hacia sus fuentes más genuinas, es decir, al debate sobre los graves problemas que enfrenta el país y no los ataques personales.  

 

Algo más cauteloso en sus declaraciones públicas se mostró Martín Tetaz, radical que forma parte de la lista de María Eugenia Vidal, aunque dejó trascender lo que se piensa en las entrañas del radicalismo duro: “La UCR está de pie y disputando espacios dentro de Juntos”. 

 

En el entorno del senador Martín Lousteau tampoco comulgan con la confrontación como herramienta de disputa política. Aseguran que el radicalismo debe continuar atrayendo a figuras novedosas para hacer un mejor y más amplio Juntos por el Cambio. Para cuidar a esos dirigentes nuevos que aportan aire fresco, debería bajarse el nivel de la descalificación y proceder a la búsqueda de un debate sobre la base de propuestas, discutiendo cuáles son las mejores políticas públicas para sacar al país del atraso de las últimas décadas. “Por eso, le cayó muy mal a Lousteau el agravio de Mario Negri a los candidatos que lo enfrentan en Córdoba”. Perdura en la génesis de la disputa fuera de tono de dirigentes como Gerardo Morales, la espina clavada que significó la poca consulta –y la carencia de espacios de poder– que el gobierno de Cambiemos le reservó a sus compañeros de coalición en su primera experiencia como oficialismo. Una crispación desmedida que, a simple vista, tampoco aporta soluciones.

 

Cierres reveladores

 

La puertitas del Dr. Fernández.

 

El Frente Contra Todos se ha transformado también en un conglomerado amorfo de internas y zancadillas en el seno del poder que tiene a maltraer a la Argentina. El cierre de listas, que dejó un tendal de ofendidos y humillados, demostró no solo que lo que los une es el espanto sino también la carencia absoluta de liderazgo por parte del Presidente quien, día tras día, parece esmerado en hacer de su figura una caricatura. El episodio de Sofía Pacchi y sus visitas a la Quinta de Olivos –otro hallazgo periodístico de alto impacto de Carlos Pagni– ha descorrido el telón de muchos de los acontecimientos que acaecen en la intimidad del poder. Vale aquí subrayar un primer punto de relevancia: el Presidente es el Presidente en todo momento y en toda circunstancia, sea ella pública o privada.

 

No hay un doble estándar. El decoro que impone la investidura presidencial abarca todas las esferas de su vida. Ese decoro hace también a la autoridad inmanente al cargo. La lista de invitados a la fiesta de cumpleaños de Alberto Fernández –un hecho de su vida privada– representó no solo una contradicción sino una flagrante inobservancia de las normas de aislamiento y restricción social establecidas por el Gobierno para combatir la pandemia causada por el coronavirus. Con motivo de la reunión para celebrar el cumpleaños número 61 del Presidente, en las últimas horas de ese día 2 de abril hicieron su ingreso al chalet de la Quinta presidencial cuatro personas: la modelo Sofía Pacchi, su novio coreano Chien Chia Hong; Emmanuel López, asesor de la primera dama Fabiola Yañez y su pareja Fernando Consagra.

 

Coincidencia o no, un día después –el 3 de abril– el Presidente comenzó a tener febrícula y dolor de cabeza, por lo que la Unidad Médica Presidencial ordenó su testeo por medio de un PCR que dio resultado positivo. “No tengo la menor idea de cómo me contagié. Soy alguien que se cuida mucho. Si no fuera por la vacuna, la estaría pasando muy mal”, dijo el Dr. Fernández. La realización de esa reunión demuestra que, cuando dijo que se cuidaba, mucho estaba faltando a la verdad. No son estos los únicos deslices del Presidente. La crónica diaria es rica en un anecdotario que habla de largas noches y de un cierto ocio improductivo que abunda, cosas que, como es bien sabido dentro de los pasillos del poder, genera la furia e indignación de Cristina Fernández de Kirchner.

 

Estos hechos, con reminiscencias de una Corte de Babilonia, se contrastan con la dureza de la realidad que padecen millones de ciudadanos y de la cual mucha dirigencia política está absolutamente distante. El triste y dramático episodio que ocurrió con Santiago Moreno Charpentier es un compendio de lo que la política no resuelve. Veamos: una ley de Salud Mental absolutamente mala aprobada por unanimidad por el Congreso; una policía deficientemente preparada e impedida de utilizar armas no letales; ministros de Seguridad que, más allá de echarse culpas mutuamente, no resuelven nada; discusiones teóricas teñidas de ideología que no llegan a ninguna conclusión y/o resolución sobre asuntos concretos, son los ingredientes de este presente del país del mañana mejor que nunca llega.

 

Producción periodística: Santiago Serra.