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domingo, 24 de agosto de 2014

El Relato genial y las incongruencias K…De Alguna Manera...


El Relato genial y las Incongruencias K…

Thomas Grieta. Foto: Pablo Temes

Kicillof se ha transformado en un gran generador de los dislates oficiales. Para desacreditarnos, los buitres nos van a decir negros”, fue la frase que utilizó Axel Kicillof para atacar, una vez más, el fallo favorable a los fondos buitre del juez Thomas Griesa. De haber sido algún dirigente de la oposición quien hubiese pronunciado esa frase, ya habría sido acusado por todo el kirchnerismo de xenófobo y, seguramente, el Inadi lo habría ya amenazado con iniciarle alguna demanda judicial. Así de simple es el doble estándar que existe en el mundo K.

Lo que se vive dentro del Gobierno en relación con Kicillof inquieta y desespera a más de uno de sus funcionarios. El ministro de Economía, Ajuste, Inflación, Devaluación e Improvisación no se detiene ante nada. Los efectos deletéreos de su gestión, tampoco. Cuando asumió su cargo, el 20 de noviembre de 2013, el dólar oficial cotizaba a 6,12 y el blue, a 9,18 pesos. El viernes, el oficial cerró a 8,40 y el blue, a 13,50. Para el Indek, a noviembre pasado la inflación llegaba a 10,8%, en tanto que la inflación Congreso era del 28,3%. En lo que va del año, las cifras de inflación del Indek están en el 16,7% mientras que las del Congreso alcanzan el 39,4%. Lo preocupante es que, tanto la Presidenta como su ministro predilecto consideran que esos números son el reflejo de un éxito. ¡Increíble!

El proyecto de ley para cambiar la sede de pago a los bonistas que tienen acreencias con la Argentina ha terminado por confirmar el cambio definitivo de rumbo en esta tortuosa disputa con los fondos buitre. Recuérdese que, cuando se conoció la resolución de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos por la cual se dejó firme el fallo del juez Griesa a favor de los holdouts, Kicillof expresó su idea de mudar la sede de pago de Nueva York a Buenos Aires. A esta primera reacción le siguió otra diferente en la que la Presidenta expresó que el Gobierno cumpliría con el fallo. Allí fue cuando comenzó la negociación con el mediador Dan Pollack, que culminó en un fiasco en la calurosa tarde del miércoles 30 de julio pasado en Manhattan. Entonces, Kicillof en su conferencia de prensa en el Consulado argentino señaló que nuestro país desconocería el fallo del juez, ofreciéndoles a los fondos buitre las mismas condiciones de pago que al resto de los bonistas.

La decisión adoptada por el Gobierno y comunicada por la Dra. Cristina Fernández de Kirchner a través de la cadena nacional, la noche del miércoles, ha representado una desobediencia del veredicto de Griesa y, como tal, ha sido un paso hacia la nada, que tendrá dos resultados concretos: el primero, que el problema no se solucionará; el segundo, que el gobierno que viene recibirá una pesada herencia que lo complicará.

Una de las consecuencias de la falta de resolución del problema habrá de ser una mayor escasez de dólares, circunstancia que de por sí ya padece la Argentina. Por ende, la actividad económica se deteriorará aún más. Si al día de hoy las importaciones están complicadas, lo estarán mucho más en el tiempo por venir. El financiamiento externo que el Gobierno buscaba con los acuerdos logrados con Repsol y con el Club de París está hoy bloqueado. Para paliar este déficit se pondrá a trabajar a la máquina de imprimir billetes, por lo cual, la inflación no tendrá freno. La historia de la Argentina abunda en la repetición de situaciones como ésta, que Kicillof, un apasionado por la divulgación de la materia Historia de la Economía, parece no haber aprendido. Así de sofisticada, pues, es su gestión.

Por otra parte, su enfrentamiento “a cara de perro” con el presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, no se detiene. Los banqueros que asistieron a la reunión a la que los convocó Fábrega de urgencia en los días previos al 30 de julio pasado no paran de expresar su asombro por lo que vivieron aquel día. Estaban todos los participantes en el despacho de Fábrega, quien, cuando logró que los bancos acordaran desembolsar el dinero que hacía falta para pagarles a los holdouts sus acreencias, se levantó para llamar por teléfono a la Presidenta, quien dio su visto bueno para poner en práctica la operación, pidiendo que se arreglase su implementación con Kicillof. Esto no le gustó al ministro, quien, con su ascendiente, convenció a la “doctora” –así es como se refiere a la jefa de Estado– de dar marcha atrás con la iniciativa.

Según refiere una fuente, que es uno de los engranajes entre el Ministerio de Economía y la Secretaría de Comercio, el titular de esa repartición, Augusto Costa, se limita a llevar y traer información, y acatar las órdenes del ministro Kicillof. En realidad, todos en dicha Secretaría corren al ritmo del joven ministro sin apartarse una coma de sus deseos. “El problema es otra vez la escasez de dólares vinculada a los vencimientos de deuda y al pago de bonos –aclara–. En este caso  el problema es que restan pagar unos US$ 4 mil millones en importaciones que ya llegaron a la Argentina desde las diferentes casas matrices de las empresas y aún no se ha remitido el dinero para saldar el compromiso”.

“El plan que ha bajado de Economía –se sincera la fuente– contempla la cancelación de esa deuda con bonos. Es decir que las casas matrices de las compañías que tienen sede en Argentina no recibirían dólares, sino algún tipo de papel a cobrar en un plazo a determinar. Aún no se sabe de qué manera comunicarlo o, mejor dicho, cómo meter la tierra debajo de la alfombra”.

Un importador que pidió reserva de su nombre razonó: “¿Alguien cree que en el exterior, con el fantasma del default hecho realidad, van a tomar esto con seriedad? Aun cuando tengan que aceptar compulsivamente la oferta, el riesgo es que decidan cortar el envío de insumos y productos terminados a la Argentina. Es que nadie quiere hacer negocios con otra Venezuela”, cerró. Así pues, cabe preguntarse: ¿Cuál será la próxima genialidad de Kicillof que encandilará a la Presidenta?

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro el Sábado 23/08/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


domingo, 2 de marzo de 2014

Discurso de CFK, tono conciliatorio… De Alguna Manera...

Tono conciliatorio…

Según quien vea a la Patria. Dibujo: Pablo Temes.

Cristina lució más componedora, aunque –como siempre– planteó un país idílico, que no existe. El largo discurso de la Presidenta tuvo una característica principal: su tono conciliatorio. Y eso fue muy importante. A la luz de los tiempos que se viven, la actitud de Cristina Fernández de Kirchner fue clave para que la Asamblea Legislativa se desarrollara normalmente, en un ámbito que fue copado totalmente por el oficialismo.

Fue también conciliatoria la breve alocución que le dedicó a la militancia K, movilizada principalmente por los intendentes del conurbano bonaerense, desde la explanada del Congreso. ¿Marcará esto el comienzo de un tiempo mejor para la convivencia política en la Argentina?

Por lo demás, del análisis de los aspectos concretos del discurso presidencial, surge la semblanza de un país idealizado y, por ende, alejado de muchas de las circunstancias que componen su realidad:

No se habló de la inflación, ni de sus causas, ni de qué se va hacer para enfrentarla.
No se habló de la devaluación.
No de habló del cepo cambiario.
No se habló de la caída de la actividad económica que se verifica en estos últimos meses.
No se habló de la crisis energética.
No se habló de la inseguridad.
No se habló del creciente problema del narcotráfico.
Se habló de negociaciones paritarias libres a las que, en los hechos, el Gobierno trata de ponerles un límite, tal como reconocen los dirigentes gremiales que se han reunido con la Presidenta.
Se insistió en que por YPF se pagarán 5 mil millones de dólares, cuando en realidad, sumando los intereses, el pago será el doble.
Se habló mucho del pasado.
Se repitió la estrategia de referir todos los índices socioeconómicos al año 2003, índices con los que cualquier comparación es infinitamente mejor.
Se criticó fuertemente a los empresarios.
No se habló de calidad educativa.
La televisión oficial casi no mostró al vicepresidente, Amado Boudou, signo inequívoco de su ostracismo político.
Se invocó la designación al frente de la presidencia provisional del Senado del radical K Gerardo Zamora como un gesto de convergencia política con la Unión Cívica Radical, de cuyas filas el ex gobernador de Santiago del Estero fue expulsado en 2010.
Se fustigó a los piquetes, a los que, cuando estaban a favor del Gobierno, no sólo se toleró sino que también se alentó.
Se puso en duda el acuerdo con Irán, que tanto se había defendido.
Se defendió la estabilidad institucional de Venezuela –lo cual está muy bien– pero no hubo una sola palabra de condena para la persecución política que, con su secuela de muertes, lleva adelante el presidente Nicolás Maduro.

El discurso de la Presidenta duró dos horas y cuarenta y cinco minutos, a lo largo de las que habló de un país distinto al que la mayoría de la ciudadanía padece día tras día.

En el final, al mencionar la designación de Zamora como presidente provisional del Senado, Cristina Fernández de Kirchner hizo una convocatoria a construir una sociedad más tolerante y plural, ideal que representa todo lo contrario de lo hasta ahora hecho desde su gobierno.

¿Cambiará?

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro el Sábado 01/03/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


martes, 16 de abril de 2013

Poder impune… De Alguna Manera...


Poder impune…
 "LO MANDARON A CORTAR SUPREMAS..." Ricardo Lorenzetti. DIBUJO: PABLO TEMES.

Contra la justicia. El Gobierno va por todo ahora hacia el Poder Judicial. Relativismo moral ilimitado.

La así llamada “democratización de la Justicia” no es más que otro paso en su objetivo hacia el “vamos por todo” que puso en marcha la Presidenta no bien comenzó su segundo mandato. Este proceso –que no es otra cosa que un embate contra los jueces independientes– es emblemático del ADN del kirchnerismo. Estas acciones son siempre la consecuencia de circunstancias en las que el oficialismo se enfrenta a una adversidad que es contraria a sus proyectos de lograr la suma de los poderes públicos. El ejemplo más relevante es el de la Ley de Medios, cuya génesis estuvo en el conflicto entre el Gobierno y el campo por la 125. Este proceso al que asistimos por estos días es el producto de la frustración sufrida por el Gobierno el 7 de diciembre del año pasado, cuando se vio impedido por la Justicia de avanzar en su intención de destruir al Grupo Clarín.

Al igual que hizo con la Ley de Medios, en este caso el kirchnerismo enmascara sus reales intenciones con una hojarasca que, como tal, no es más que letra muerta. En la Ley de Medios, el propósito supuesto que se repetía a modo de eslogan era “más voces y más pluralidad”. Los hechos se encargaron de demostrar que ese eslogan no tenía nada que ver con lo que el Gobierno quería, que era –y es– “más medios oficialistas” para que haya cada vez menos lugar para las voces críticas e independientes.

Con este proyecto de “democratización de la Justicia” pasa lo mismo. Así, el kirchnerismo termina erigiéndose en una réplica del menemismo. Aquí hay que recordar que una de las primeras medidas que tomó Carlos Menem tras haber asumido la Presidencia por primera vez, fue la de aumentar el número de miembros de la Corte Suprema con el objeto de lograr la famosa “mayoría automática”. El proyecto de aumento del número de miembros del Consejo de la Magistratura es asimilable al aumento del número de miembros de la Corte con que Menem aseguró aquella “mayoría automática” que le dio vía libre a todos sus proyectos y que, fundamentalmente, dio cobertura y garantizó la impunidad de todos y cada uno de los hechos de corrupción de su gobierno. 

El fenómeno se repite a la manera de un calco. He ahí los casos del escandaloso enriquecimiento de la familia presidencial y el de la ex Ciccone, que compromete cada vez más seriamente a Amado Boudou. Además, con la modificación del sistema de remoción de los magistrados, para la que será suficiente una mayoría simple y no especial como es hasta ahora, su estabilidad se verá seriamente afectada. La ecuación habrá de ser muy simple: los jueces que osen contradecir la voluntad del Poder Ejecutivo podrán ser removidos de sus cargos de la noche a la mañana. Habrá estabilidad sólo para aquellos que digan amén a todas y cada uno de los abusos del Gobierno. Por si ello fuera poco, el método de elección de los candidatos, que estará ligado a la elección general, cierra cualquier posibilidad a la oposición de actuar en forma mancomunada a los fines de poder equilibrar la situación dominante que le da al oficialismo el uso de todos los recursos del Estado para imponer su voluntad.

El proyecto de “democratización de la Justicia” pone a la ciudadanía, además, en un pie de notable desigualdad y desprotección frente a las arbitrariedades del Estado. Hay un ejemplo que ilustra, el de los jubilados. Si hasta ahora el Gobierno no ha dudado en desobedecer fallos contundentes, confirmados en todas sus instancias, que reconocieron la legitimidad del reclamo por reajuste de haberes hechos por miles de ellos, ¡cuánto peor serán las cosas en el futuro de prosperar con esos y otros reclamos!

La Justicia es un factor de contrapoder. Ser un contrapoder no equivale a ser oposición. Ser un contrapoder significa controlar que en el ejercicio de sus funciones los otros dos poderes del Estado –el Ejecutivo y el Legislativo– lo hagan con observancia absoluta de la Constitución. Es esa tarea de control de constitucionalidad la que ha perturbado profundamente a la Presidenta. Es que la Constitución, que juró observar y hacer observar, representa hoy el principal escollo para la concreción de su anhelado sueño de permanencia eterna en el poder.

En el famoso discurso de junio de 2003, en el que Néstor Kirchner dio el puntapié inicial para la renovación de la Corte Suprema menemista, la crítica fundamental fue a la estructura de “mayoría automática” con que funcionaba el organismo. En aras de una mejor justicia, el entonces presidente abogó por la necesidad de conformar una Corte prestigiada por la calidad de sus integrantes y por su independencia de su gobierno y de los que vinieren. Esa postura gubernamental ya no corre más. Ahora lo que se busca es debilitar a la Corte lo más posible.

En 2006, la entonces senadora Cristina Fernández de Kirchner impulsó e impuso el proyecto de reforma del Consejo de la Magistratura consistente en la reducción del número de sus miembros. La razón para tal modificación era la de hacerlo más independiente de los otros poderes. Eso tampoco va más.

Así es el kirchnerismo: lo que hoy es bueno mañana es malo y viceversa; su relativismo moral no tiene límites. El fin justifica el uso de cualquier medio. Lo único importante es el ejercicio impune del poder.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 14/04/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


domingo, 31 de marzo de 2013

Hugo Chávez: trama secreta de su mal… De Alguna Manera...


Hugo Chávez: trama secreta de su mal…


El difunto líder venezolano ignoró las alertas. Hubo errores y decisiones políticas que aceleraron los tiempos. El factor Fidel.

Todo comenzó con un absceso perianal. Hugo Chávez venía sufriéndolo, junto con un dolor en la rodilla derecha, desde hacía meses. Pretendía ignorarlo, pero día a día lo perturbaba más. El aspecto sonriente y el histrionismo de siempre que exhibía en sus maratónicos Aló Presidente exigían calmantes cada vez más potentes. Su amigo Fidel Castro tuvo el presentimiento de que algo no andaba bien y comenzó a insistirle sobre la necesidad de que prestara mayor atención a su salud. Nada de ello ocurrió. Como todo hombre de poder –con mucho poder–, Chávez se creyó invulnerable.

Esto fue así hasta que apareció el absceso. Ese diagnóstico lo sorprendió y lo incomodó. En general, las afecciones del periné –región que corresponde al piso de la pelvis, donde se hallan una serie de músculos, el ano y la uretra en el hombre, y en la mujer los mismos órganos más la vagina– producen en las personas un efecto psicológico muy negativo. El difunto presidente de Venezuela hizo el primer tratamiento de esta afección en su país. Como es inevitable en estos casos, el mandatario exigió máximo secreto, cosa que la historia muestra que es imposible. La noticia corrió como reguero de pólvora en Caracas y Chávez se alarmó. Eso lo llevó elegir a Cuba como el lugar para tratar su mal. Una equivocación fatal.

Allí llegó de urgencia en medio de la noche, el 10 de junio de 2011, con fuertes dolores que lo obligaron a acortar una gira por Brasil, Ecuador y Cuba que había iniciado cinco días antes. Ocurrió, entonces, un primer error garrafal. Los médicos cubanos detectaron una tumoración pelviana y creyeron que se trataba de un absceso: operaron por primera vez para resecar y removerlo. Algún médico hizo una evaluación más amplia del caso, y puesto a pensar en posibles diagnósticos diferenciales, ordenó un estudio citológico del material proveniente de la tumoración. Entonces aparecieron las células cancerosas, que llevaron a más estudios y a una segunda operación, en la que se extirpó el tejido malignizado. De esos estudios salió el diagnóstico de un cáncer cuyos tipo y grado evolutivo nunca se revelaron. Ya con el diagnóstico confirmado se decidió iniciar, el 16 de julio, quimioterapia. Se planificaron dos sesiones, pero dada la agresividad del tumor se las extendió a cuatro. De esas cuatro sesiones, sólo la tercera se hizo en Caracas; las otras fueron hechas en La Habana.

De la información recogida en La Habana, Caracas y los centros médicos a los que pertenecen los oncólogos de otros países que fueron consultados –del hospital Sirio Libanés de San Pablo, del equipo del doctor García Sabrido del hospital Gregorio Marañón de Madrid, de Boston y de Miami–, surge que la patología tumoral que padeció Chávez oscila entre dos diagnósticos: un rabdomiosarcoma del psoas-ilíaco o un leiomiosarcoma de vejiga. Ambos pueden dar como complicación un absceso pelviano. Un absceso es una colección de pus en un tejido del cuerpo humano. De los dos, el más mencionado es el primero.

El leiomiosarcoma es un tumor maligno que se origina en la musculatura que componen las paredes de la vejiga.

El psoas-ilíaco es un músculo compuesto por porciones: el psoas y el ilíaco. El psoas se inserta en la última vértebra dorsal y en las cinco lumbares; el ilíaco se inserta en la cresta ilíaca, en la espina ilíaca y en el sacro (es lo que se identifica como la cintura). Ambas ramas del músculo se unen para terminar en el fémur, más precisamente en el trocánter menor de ese hueso. La acción principal del músculo es permitir la flexión del tronco hacia adelante y la flexión de la cadera sobre el tronco.

El rabdomiosarcoma es un tumor maligno de los músculos estriados. El músculo estriado es el que está a cargo de los movimientos voluntarios. El rabdomiosarcoma es una neoplasia poco frecuente que afecta predominantemente a niños y adolescentes. En adultos es muy raro, y por ello lo ideal es que se lo trate en centros de alta especialización. Cuba no los tiene.

Para ilustrar sobre lo inusual de esta patología basten dos datos. En el Memorial Sloan-Kettering Center de Nueva York se diagnosticaron y trataron sólo 84 casos de rabdomiosarcoma en pacientes de más de 16 años de edad a lo largo de 17 años. Y en el M.D. Cancer Anderson Center de Houston, el número de enfermos que padecieron ese mal en un período de 28 años fue de 82. Tanto el Sloan como el Anderson son institutos médicos de referencia mundial en oncología.

Los centros médicos de avanzada en oncología exigen recursos económicos casi ilimitados dado lo oneroso del abordaje de esta disciplina. La investigación sobre las causas de las distintas formas del cáncer, su diagnóstico y su tratamiento exigen desarrollos tecnológicos cada vez más sofisticados y costosos. Fundamental en este caso –dada la rareza del tumor– es la participación de médicos con experiencia en el tema.

Ya en octubre de 2010, un médico que lo examinó le había advertido a Chávez sobre la necesidad de someterse a un minucioso examen de vejiga y de próstata, advertencia que ignoró.

Uno de los puntos que se conocerán en el futuro será la influencia que tuvo Fidel Castro en las decisiones, de consecuencia negativa para la evolución de la enfermedad. Es conocida la afición del líder cubano por la medicina, de la que es un ávido lector. El problema que representa Castro al opinar sobre asuntos tan delicados ilustra su propio caso. Cuando tuvo la proctorragia –pérdida de sangre por vía recto-anal– como consecuencia de su diverticulosis de colon (intestino grueso), debió ser operado de urgencia el 26 de julio de 2006. En la sala de cirugía del Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (Cimeq), el cirujano le explicó que, debido a la infección de sus divertículos, se lo operaría en dos tiempos. Esto es: en un primer paso se le haría una colostomía –ano contra natura– transitoria, hasta que la infección estuviera curada y la vitalidad de los tejidos restablecida, condición sine qua non para asegurar una buena cicatrización; una vez logrado ese objetivo, se procedería a cerrar la colostomía, restableciendo así la continuidad del intestino grueso. Castro se negó a ello con una frase que hizo historia: “Yo seguiré cagando por donde caga todo el mundo”. Preso del temor, el cirujano se negó a desobedecer la orden del comandante y no hizo lo que la buena práctica médica indicaba. Las consecuencias negativas de este erróneo proceder no se hicieron esperar. En menos de 24 horas las suturas cedieron, hubo filtración del contenido intestinal al peritoneo y se declaró una peritonitis severa. Ello obligó a reoperar al paciente, a quien se le debió realizar una colectomía –extirpación de parte del colon–, como resultado de la cual quedó con un ano contra natura permanente.

En vano. El 18 de febrero de 2012 Chávez anunció que se le había detectado otra lesión cancerosa, por lo cual debía someterse a una nueva operación, que se llevó a cabo en La Habana diez días después. A su término, Elías Jaua, entonces vicepresidente, dijo que se le había extirpado la totalidad de la lesión pélvica, además de tejido circundante. Para los médicos que seguían el caso, ya era evidente que todo eso sería en vano.

El 4 de marzo Chávez comunicó que debía iniciar sesiones de radioterapia. El 12 de mayo apareció en su habitual Aló Presidente diciendo que había completado el tratamiento exitosamente. El 9 de julio, por igual medio, anunció que estaba curado. Sus médicos sabían que eso no era cierto.

El 27 de noviembre, tras haber sido reelecto, Chávez pidió autorización al Congreso para someterse a un tratamiento de oxigenación con cámara hiperbárica en Cuba, y el 6 de diciembre anunció que debía ser operado nuevamente. La intervención, debido a la presencia de metástasis en la columna, se practicó el 10 de ese mismo mes, y el posoperatorio se complicó con una infección respiratoria de la que el paciente nunca pudo recuperarse.

El primer problema que enfrentó Chávez, debido a los errores de procedimientos arriba indicados, fue un diagnóstico tardío y complicado. El segundo problema fue su tozudez, que lo llevó a cerrarse a la posibilidad de ponerse en manos de especialistas de primer nivel internacional en centros de indiscutible jerarquía. Sobre eso le insistieron Cristina Fernández de Kirchner, Fernando Lugo, Luiz Inácio “Lula” da Silva y su sucesora, Dilma Rousseff. Respecto de la presidenta de Brasil, hay que decir que el sábado 25 de febrero de 2012, hallándose en Caracas, le imploró para que aceptara su sugerencia de tratarse en el Hospital Sirio Libanés de San Pablo, un centro médico de gran reputación mundial en oncología. La misma Rousseff se trató allí exitosamente de su cáncer, un linfoma no Hodgkin.

La insistencia fue en vano. Chávez opuso a estos ofrecimientos condiciones que terminaron siendo obstáculos insalvables. Las condiciones tenían que ver con su obsesión por el secreto. Llegó a pedir tres pisos del hospital sólo para él, lo que fue rechazado. Tamaña obsesión por el secreto carecía de sentido, vista la necesidad de ampliar el número de consultas médicas a causa del inexorable avance de su enfermedad.

Previo a su tercera operación, de fines de febrero de 2012, en una ocasión se realizó un ateneo clínico –discusión de un caso entre varios médicos a fin de confirmar un diagnóstico y/o determinar el curso a seguir en el tratamiento de una enfermedad– vía teleconferencia, del cual participaron nueve expertos: tres cubanos pertenecientes al Cimeq; un venezolano del Hospital de Clínicas Caracas; tres brasileños del Hospital Sirio Libanés, y dos españoles: el doctor José Luis García Sabrido –cirujano que le salvó la vida a Fidel Castro– y un colaborador suyo en el hospital Gregorio Marañón de Madrid. Imposible pensar que, ante tantos ojos, pudiera imponerse un secreto como el que perseguía Chávez con obsesión, sobre todo porque esta mecánica de interconsulta se extendió a lo largo de su penosa enfermedad. Tampoco se entiende tanta obsesión cuando los tacos con las biopsias fueron enviados para su estudio histopatológico a un hospital en Boston, el Tufts Medical Center, y a otro en Miami, el Baptist Hospital.

La trama por escribirse de este caso, que hará historia en los anales de las enfermedades padecidas por los presidentes, es abundante en idas y venidas, en decisiones médicas controvertidas sujetas a los vaivenes de la política.

La sentencia de muerte de Chávez estaba escrita el mismo día en que se le diagnosticó el cáncer; el absceso pelviano era una señal de que, evolutivamente, el tumor ya había dejado atrás su estado primario. Perdida la oportunidad de un diagnóstico precoz, la decisión del enfermo de priorizar su obsesión por el secreto y las razones políticas por sobre los criterios médicos lo dejó expuesto a la comisión de errores que complicaron el curso de su mal y aumentaron sus padecimientos.

Son las consecuencias de la enfermedad de poder que, muchas veces, mata.

© Producción periodística de Guido Baistrocchi. Publicado el domingo 10/03/2013 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




martes, 5 de febrero de 2013

Viaje al pasado… De Alguna Manera...


Viaje al pasado…

El dólar de ya no ser, CFK y GW. Dibujo: Pablo Temes.

Dólar, cortes de luz, aumento del mínimo no imponible y acuerdo con Irán: tarde o mal.

En el viaje al pasado al que día tras día va llevando Cristina Fernández al país, revivió en esta semana, como nunca desde el comienzo de la era de los Kirchner, la fiebre del dólar. En medio del mal humor producido por el calor agobiante y los cortes en el suministro de energía eléctrica, tanto el jueves como el viernes que pasaron, como sucedió otras veces en la historia argentina, el valor que hora tras hora alcanzaba la divisa estadounidense en el mercado paralelo fue marcando el pulso de la actividad económica. No importa si eran grandes inversores o el señor o la señora de barrio. Nadie estuvo, en esas horas, indiferente al destino del blue.

Es curioso este fenómeno generado por la mala praxis económica llevada adelante por funcionarios kirchneristas que, con sus medidas y sus dichos, contradicen uno de los postulados básicos –la estabilidad del dólar– que formaban algo así como el manual de la gobernabilidad que Néstor Kirchner aplicaba como un concepto casi “bíblico”. El ex presidente, que se había preocupado por estudiar economía y por aprender sus principios básicos, sabía también que el superávit fiscal era un pilar fundamental para asegurar una buena administración gubernamental. En fin, cosas de sentido común que Kirchner había tenido el tino de aprender y poner en práctica.

Todo eso se ha tirado por la borda. Y aparece aquí, entonces, un verdadero desafío para el Gobierno: la necesidad de hacer correcciones. Y ésta es una alternativa para la que la Presidenta ha demostrado tener poca aptitud. Y esa poca aptitud se manifiesta, entre otros hechos, en la manera como se reacciona desde el oficialismo cuando alguien se atreve a desnudar la citada mala praxis gubernamental que ha generado un enorme problema cuya solución habrá de ser cada vez más costosa. Es lo que le pasó a Mario Wainfeld a raíz de su última columna dominical en Página/12. Mario, a quien nadie podría tildar de opositor y al que se lo valora por su pluma y por su respeto a la pluralidad, no hizo más que narrar el sinsentido de lo que hoy vive la mayoría de los ciudadanos que quieren o necesitan comprar dólares. Ante la enunciación de esa realidad, el Gobierno actuó como siempre, es decir, la descalificación. Eso fue lo que significó la “respuesta” que le dio la AFIP, en la que lo que faltó fue una contestación al planteo hecho por nuestro colega. Fue un calco del caso de la carta de la Presidenta a Ricardo Darín en la que lo que menos hizo la remitente fue responder al interrogante sobre su fortuna personal que se había planteado el actor.

La desilusión reinante en las filas de la CGT Balcarce luego del anuncio hecho por la Presidenta a través de la cadena nacional de la suba del mal llamado mínimo no imponible ha sido un termómetro de lo insuficiente de la medida. Es más o menos lo mismo que pasa con una enfermedad: cuando un remedio se da a destiempo y en cantidades insuficientes, aun cuando contenga la droga adecuada para el mal en cuestión, terminará siendo ineficaz. Es lo que está sucediendo ahora con la decisión del Gobierno. La suba anunciada del mínimo no imponible –del 20%– llega tarde y es insuficiente. Es más, dependiendo de los aumentos salariales que se acuerden en las negociaciones paritarias, a muchos trabajadores los terminará perjudicando. Al lado de este problema que afectará a muchos asalariados, está el de la inflación, que también los perjudica. “Este dinero irá al consumo”, señaló Fernández de Kirchner el lunes pasado. El problema es que, en el marco dentro del que se desenvuelve la actividad económica, el aumento de la demanda es hoy un factor inflacionario más. Por otra parte, como consecuencia de esa dinámica, en la Argentina de hoy todo es consumo, nada es ahorro. Por eso es que la irrealidad de los índices del Indek ya no sirve más. Y esto va más allá de la censura que acaba de aplicarle al país el Fondo Monetario Internacional. El ministro de Economía acaba de anunciar que se creará un nuevo índice. ¿Quién le creerá?

El azoro de la semana lo produjo la inesperada decisión del Gobierno de disponer que tanto el juez como el fiscal que tienen a su cargo la investigación por el brutal atentado terrorista contra la AMIA deberán trasladarse a Teherán para interrogar a los funcionarios del gobierno iraní incriminados en el hecho. Al respecto, lo que no hay que olvidar es que ese atentado se produjo en territorio argentino, que fue hecho contra una entidad argentina, y que las víctimas fueron en su mayoría ciudadanos argentinos junto con algunos ciudadanos extranjeros residentes en la Argentina. No es, por lo tanto, similar al atentado contra el vuelo 103 de Pan Am que se desintegró, el 21 de diciembre de 1988, en pleno vuelo al estallar una bomba colocada en el Boeing 747 cuando se hallaba sobre la localidad escocesa de Lockerbie, durante la travesía Londres-Nueva York. En ese atentado murieron los 243 pasajeros, los 16 miembros de la tripulación y 11 personas más en tierra. La acusación por el hecho recayó sobre integrantes del gobierno del dictador libio, Muamar Kadafi. A pesar de que la aeronave pertenecía a una empresa estadounidense, el juicio lo llevaron adelante jueces de Escocia en un país neutral –Holanda– al que Kadafi entregó a los dos oficiales de inteligencia acusados.

Que la Presidenta haya hecho este anuncio de tamaña trascendencia por Twitter es una desagradable muestra de banalización de un tema grave y doloroso: una cosa es utilizar el contenido de 140 caracteres para apreciaciones críticas o sarcásticas y otra, hacerlo sobre el caso AMIA. Decir que aceptar que los interrogatorios se hagan en Irán es una reafirmación de la soberanía es como afirmar que lo que es blanco es negro. E imaginar que por esta vía se logrará que el régimen de Mahmud Ahmadinejad entregue a sus funcionarios parece quimérico. ¿Será el próximo paso del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner pedirle disculpas a Irán?

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 02/02/13 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.