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domingo, 24 de noviembre de 2013

CFK... Tampoco resurgió... De Alguna Manera...

Tampoco resurgió...

Era 2007. Siendo Néstor Kirchner presidente, Capitanich se ufanó de venir a PERFIL porque –dijo– “soy el primer oficialista que se presta a esta extensa entrevista”. Me quedó la idea de alguien con mucha energía, ambición y un alto concepto de sí mismo, que de alguna manera venía a poner a prueba. Imparable recitador, pero no sé si cuenta con la dimensión necesaria para dar vuelta la tendencia decadente del Gobierno. Le pregunté: “Usted es contador, preside la Comisión de Presupuesto y ha dicho: ‘Yo soy un experto con los números’.

"¿Qué representa la matemática en su vida?”. Y Capitanich respondió: “Pasión. Voy a contarle una anécdota: como apasionado de la matemática, me gusta modelizar, y un día estuve en un partido en el que ganaba Argentina 3 a 0 en el primer tiempo y después hizo un gol Brasil en el segundo tiempo. Modelicé lo que llamé ‘modelo de optimización del uso del espacio físico en el rectángulo de juego’. Y se lo llevé a Pekerman, Salorio y Tocalli, quienes me miraron azorados durante tres horas. Hice un análisis estático y dinámico del fútbol tomando a cada jugador como un vector en un espacio de tiempo de 1 a 90 minutos analizando la Teoría de los Juegos, la Teoría del Control, y determinando con una multiplicidad de ecuaciones diferenciales la optimalidad del rendimiento del jugador. Porque el jugador tiene un rendimiento marginal decreciente con el transcurso de los minutos (sic)”.

Los obsesivos pueden ser grandes gerentes, pero los atributos que les sirven para ser perfectos detallistas a veces pueden hacerles perder la perspectiva estratégica.

Hace un mes y medio, por una contratapa que llevaba de título “Cristina no está vencida”, los militantes digitales anti K acusaron a PERFIL de haberse vuelto kirchnerista. Comenzaba así: “Como tantas otras veces, los deseos de muchos por comenzar cuanto antes otro ciclo pueden hacerlos dar por terminado prematuramente al kirchnerismo cuando todavía goza de alguna salud. Decir que el 70% de la gente vota en contra del kirchnerismo es como decir que el 60% de la gente vota en contra de Macri en la Ciudad de Buenos Aires”.

Ahora corresponde hacer notar lo contrario enfatizando que tampoco hay que pensar que Cristina Kirchner resurgió renovada, y muchos menos infalible. El aire puro que le aporta Capitanich en la Jefatura de Gabinete puede terminar desinflándose dentro de un año, o antes, como sucedió con Massa cuando ocupó el mismo cargo, también en una situación de post crisis donde otra vez fue necesario rejuvenecer el elenco gubernamental tras el fracaso de la 125.

Ayer, PERFIL informó que también Sergio Urribarri podría sumarse al Gabinete como ministro del Interior, controlando Florencio Randazzo sólo el Ministerio de Transporte.

Probablemente Cristina esté tratando de encontrar el antídoto al síndrome del pato rengo, que ataca a todos los presidentes en sus últimos dos años cuando no pueden ser reelectos, promoviendo la creación de tantos posibles  candidatos presidenciales 2015 para que finalmente ninguno tenga poder ni protagonismo. Quizás logre que nadie haga pie, pero al precio de que su gobierno tampoco pueda hacer pie. Y es más grave no tener un apoyo sólido en el ejercicio del poder que sólo cuando se aspira a él.

Un buen ejemplo es la fobia al plan. Tanto Capitanich como Kicillof se preocuparon por remarcar que no habrá un plan sino doscientas medidas y el uso de múltiples herramientas para que nadie se haga la idea de que se vendrá un cambio. ¿Serán como el tero, que pone el huevo en un lado y grita en otro? ¿O realmente no habrá cambios significativos porque ellos producirían una herida narcisista en la Presidenta? En su reaparición, donde mostró el perrito de Chávez y las flores de Hebe de Bonafini, ¿lo hizo para remarcar “acá no cambiará nada” o para encubrir que acá cambiarán muchas cosas pero trataremos de sobreactuar lo opuesto para disimularlo?

La cuestión de fondo es si con gradualismo el kirchnerismo logra llegar a 2015 sin que la economía le explote. Y aun si esa hipótesis fuera probable, ¿el kirchnerismo se conformará con llegar a 2015 y pasarle los desajustes a quien lo suceda para esperar su fracaso y soñar con regresar en 2019? ¿O pretende irse con gloria e imponer a su sucesor como pudo hacer Lula en Brasil? En este último caso, el gradualismo no es receta.

La receta, si la hubiera, sería un plan antiinflacionario que no sólo no fuera contractivo sino que lograra ser expansivo, promoviendo el crecimiento como el Plan Austral de Alfonsín en 1985, la Convertibilidad de Cavallo en 1991 y el Real de Fernando Henrique Cardoso en Brasil en 1995. Un plan así podría ser vendido como nacional y popular y de matriz diversificada con inclusión.

Pero ese tipo de planes requiere que quienes gobiernan tomen el riesgo de jugar su futuro al acierto de esa apuesta sin retorno, y esos riesgos normalmente se toman cuando ya no queda casi nada que perder. Esa no es aún la situación del kirchnerismo.

También la sociedad adopta aliviada este tipo de planes cuando la crisis ya puso en tal riesgo su economía personal que tampoco tiene mucho que perder. Y ésa tampoco es la situación actual de la gran mayoría de la población.

Más fácil es imaginar que se elegirá el dificilísimo camino de ir reparando el avión en vuelo, lo que limita el grado de corrección que se le pueda aplicar.

Pero con gradualismo tampoco a Capitanich le alcanzaría para posicionarse como futuro candidato a presidente. Vale tomar nota de que la Constitución del Chaco le impide volver a ser reelecto como gobernador en 2015, así que tampoco tiene mucho que perder, y ser un eventual vicepresidente en la fórmula de Scioli tampoco sería una mala salida para él.

La ida de Moreno para fortalecer a Kicillof (su equipo, todos sin corbata, lucía como del PRO) es otra forma de dividir reduciendo el poder de Capitanich.

“Divide y reinarás” será el lema de Cristina 2013-2015, y hasta Massa le resultará funcional para mantener a todos los presidenciables tan frágiles que, por contraposición, ella, hasta con el 20% de los votos, pueda seguir siendo la gran electora.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el  domingo 24/11/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


lunes, 4 de marzo de 2013

Los alumnos de Domingo Cavallo... De Alguna Manera...


Cuando Néstor era el mejor alumno de Cavallo...

Una recorrida por los archivos cuando no existía el megabuscador que domina el paradigma de Internet. Es uno de los punching balls preferidos de la Presidenta. También lo era de su esposo en los últimos años. Si la construcción de antagonistas es parte esencial del relato oficial, la década del 90 es la elegida como síntesis de todo lo malo hasta la llegada emancipadora del kirchnerismo. Pero no es cuestión de disparar a lo loco. Hay que moverse con tacto. Cuando fustiga a los 90, Cristina se cuida de mencionar a Carlos Menem. Se entiende: el riojano es hoy un aliado importante en el Senado. Mucho más fácil, en cambio, es pegarle a Domingo Cavallo, defenestrado del olimpo público desde el final catastrófico del gobierno de De la Rúa.

Hace unos meses lo comparó con el ministro de Economía español, Luis de Guindos, “el pelado ese” lo llamó Cristina, que le traía los peores recuerdos. El viernes pasado, en su discurso ante la Asamblea Legislativa, la Presidenta volvió a hacer blanco en Cavallo cuando recordó su actuación al frente del Banco Central durante la dictadura. “Yo puedo dar testimonio de que la Presidenta delira”, respondió el ex ministro de Economía desde su blog. Lo que es cierto es que nunca se le escuchó a Néstor ni a Cristina una autocrítica por haber acompañado al discípulo de la escuela de Chicago durante sus años de gloria menemista.

Acompañar quizá quede corto. Kirchner se esforzó en un comienzo por ser su mejor alumno. Así lo muestran las notas que a comienzos de los 90 publicaba Ámbito Financiero, en aquel tiempo entusiasta defensor de la convertibilidad y las privatizaciones y hoy, en otro giro curioso, cercano al gobierno.

El 11 de diciembre de 1991, Ambito saluda la llegada de Kirchner a la gobernación de Santa Cruz con un título contundente: “Juró otro seguidor de Cavallo”.La crónica cita a José Luis Manzano como “padrino” de Kirchner y afirma que el programa del flamante gobernador “se basará en el ajuste económico que Domingo Cavallo reclama a todas las provincias” en el que “la racionalización de la administración pública es crucial”.
Luego menciona a algunos de los colaboradores que asumían en el gabinete santacruceño de Kirchner: Carlos Zannini como ministro de Gobierno; Julio de Vido en Economía y Obras Públicas; Alicia Kirchner en Asuntos Sociales. Como secretario general de la Gobernación: Ricardo Jaime.

Cinco días después, el 16 de diciembre, Ambito publica otra columna celebrando las primeras medidas del gobernador: “Kirchner sí cumple”. Tan desconocido era por entonces el santacruceño que en el título, el epigrafe de la ilustración y la nota se lo llama “Ricardo Kichner” (sic). Tras enumerar las primeras medidas de ajuste en su administración, el artículo concluye informando que Kirchner “mañana tiene previsto reunirse con el presidente Carlos Menem y el ministro Domingo Cavallo para presentarle sus deberes. Espera recibir un visto bueno”.

"Ricardo Kichner". Así escribió Ámbito Financiero el nombre del hombre "que se dice admirador" de Cavallo.

© Escrito por Leonardo Mindez el lunes 04/03/2013 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.





jueves, 20 de diciembre de 2012

Los muertos del 19/20 de diciembre de 2001... De Alguna Manera...


Los muertos del 19/20 de diciembre de 2001...

 Argentina, Diciembre 2001.

- ACOSTA, Graciela, 35 años. Militante de DDHH. Estaba con una amiga buscando a sus hijos. Se acercó a un supermercado frente al que unas mil personas reclamaban comida. Recibió dos impactos de bala, disparados rodilla en tierra por un policía al que su amiga vio perfectamente. Provincia: Santa Fe

- ALMIRÓN, Carlos “Petete”, 24 años Petete era militante de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) y de la Coord. de Desocupados 29 de Mayo. Recibió un disparo de la policía en el pecho en Av. 9 de Julio y Av. de Mayo cuando encabezaba una columna de manifestantes que intentaba volver a la Plaza de Mayo.

- ALVAREZ Villalba, Ricardo, 23 años Asesinado en Rosario, Santa Fe.

- ARAPI, Ramón Alberto, 22 años Estaba con amigos tomando tereré en el Barrio Nuevo de Corrientes. Entró al barrio una camioneta Ford F-100 bordó sin leyendas identificatorias y sin patente, con cinco hombres, cuatro con el uniforme de combate azul-celeste de la policía de Corrientes. Arapi trató de esconderse, pero dos de los policías lo corrieron y alcanzaron. Uno lo golpeó y le pegó un tiro que entró por el pecho y salió por la espalda.

- AREDES, Rubén, 24 años Fue asesinado por la Policía federal mientras participaba en un corte de calles en Ciudad Oculta, Ciudad de Buenos Aires. Recibió cuatro balas de plomo por la espalda.

- AVACA, Elvira, 46 años Recibió un escopetazo frente a un supermercado frente al que pasaba con su hija en Cipolletti, Río Negro. Recibió el disparo en la zona lumbar. El calibre de la bala es policial.

- AVILA, Diego, 24 años Asesinado en Villa Fiorito, Buenos Aires.

- BENEDETTO, Gustavo Ariel, 30 años Se encontraba en la esquina entre la Avenida de Mayo y Chacabuco, Ciudad de Bs. As., donde se estaba llevando a cabo una manifestación. Recibió un balazo en la cabeza que le provocó la muerte, disparado desde el interior del Banco HSBC, donde prestaba servicios como custodio privado el ex militar Varando, represor de La Tablada.

- CAMPOS, Walter, 17 años Estaba esperando cajas de comida junto a cientos de personas frente a un supermercado en Rosario (Sta Fe), cuando un tirador de elite de las TOE (Tropas de Operaciones Especiales) le disparó a la cabeza.

- CÁRDENAS, Jorge, 52 años Fue herido la noche del 19 en las escalinatas del Congreso de la Nación, y falleció varios meses después.

- DELGADO, Juan, 28 años Estaba con otras personas reclamando alimentos frente a un supermercado en Rosario, Santa Fe. Llegó un camión que aparentaba traer comida. Cuando los manifestantes se agolparon alrededor, de atrás aparecieron seis móviles policiales que dispararon contra la gente. Delgado fue herido con balas de goma cuando huía de la represión. Un policía lo tumbó de un cachiporrazo en las piernas, lo apuntó con su itaka, pero se había quedado sin carga, por lo que sacó la pistola y le disparó a menos de un metro de distancia.

- ENRIQUEZ, Víctor Ariel, 21 años Asesinado en Almirante Brown, Buenos Aires.

- FERNÁNDEZ, Luis Alberto, 27 años Vendía sandías frente a un supermercado en la provincia de Tucumán. Durante la represión a manifestantes, un gendarme le disparó a poca distancia en la cabeza. Murió dos días después.

- FERREIRA, Sergio Miguel, 20 años Baleado durante la pueblada del 19 y 20 de diciembre de 2001. Murió un año después a raíz de una complicación hepática desencadenada por el balazo en el hígado recibido cuando la policía cordobesa reprimió duramente un saqueo a un supermercado del barrio Villa El Libertador.

- FLORES, Julio Hernán, 15 años Asesinado en Merlo, Buenos Aires.

- GARCÍA, Yanina, 18 años Recibió un disparo en el abdomen cuando, desesperada por los ruidos de las balas, salió a la vereda a buscar a su pequeña hija. En Rosario, Santa Fe

- GRAMAJO, Roberto Agustín, 19 años Un grupo de jóvenes estaba siendo perseguido por la Policía, que les disparaba balas de goma, en Alte. Brown, Buenos Aires. A la corrida se tuvieron que sumar todos los que estaban en la calle, ya que la Policía disparaba a mansalva. Un vecino pudo observar que en una obra en construcción que está ubicada en diagonal a su ventana había dos policías escondidos en las columnas. Uno de los policías disparó con balas de goma para lograr la retirada de los jóvenes, mientras que el otro policía se quedó escondido en la tercera columna de la obra en construcción y sacó el arma reglamentaria y efectuó tres o cuatro disparos. Uno de los disparos atravesó la cabeza de Roberto, que iba de su casa a la de su tío.

- GUÍAS, Pablo Marcelo, 23 años Asesinado en San Francisco Solano, Buenos Aires

- ITURAIN, Romina, 15 años Asesinada durante la pueblada del 19 y 20 de diciembre, mientras estaba en su casa, adonde ingresó una bala policial disparada contra quienes protestaban frente a un supermercado en Paraná, Entre Ríos.

- LAMAGNA, Diego, 26 años Murió después de haber sido herido en el pecho con un perdigón de plomo. Según testigos, le dispararon policías de civil desde un auto particular en la Ciudad de Buenos Aires.

- LEGEMBRE, Cristian, 20 años Asesinado en Castelar, Buenos Aires

- LEPRATTI, Claudio “Pocho”, 35 años Militante comunitario. Estaba en la terraza de la escuela en la que colaboraba (era profesor de filosofía, y ayudaba como cocinero) cuando el móvil n° 2270 del Comando de Arroyo Seco se dirigía a reprimir un corte de calles de los vecinos del barrio. Los policías detuvieron el móvil y empezaron a disparar. Pocho gritaba que no lo hicieran porque había muchos chicos. Velásquez, el efectivo condenado a 14 años de prisión, dijo en la reconstrucción que disparó sin apuntar y que no sabía si tenía balas de goma o de plomo. El proyectil que lo mató ingresó por la garganta. Fue en Rosario, Santa Fe.

- MÁRQUEZ, Alberto, 57 años Durante la manifestación en la Ciudad de Buenos Aires, de una camioneta salieron civiles y uniformados que empezaron a disparar indiscriminadamente. Alberto Márquez recibió dos balazos en el tórax a consecuencia de los cuales murió. Uno de los autores es el comisario Oliverio, jefe de asuntos internos de la PFA, quien está detenido.

- MORENO, David Ernesto, 13 años Salió corriendo cuando la policía empezó a disparar contra los vecinos que se agolpaban frente a un supermercado en la provincia de Córdoba. La autopsia determinó que David fue herido con cinco proyectiles, algunos de goma y otros de plomo. De la nuca le extrajeron una posta de plomo que pertenecería a un cartucho disparado por una escopeta calibre 12/70 de la Policía. Los impactos en su cuerpo y en los de los otros heridos fueron por la espalda, por lo que se descarta que hayan sido lesionados por otras armas que las que disparaban los uniformados.

- PACINI, Miguel, 15 años Asesinado durante en la provincia de Sta Fe, recibió varios disparos en el cuello.

- PANIAGUA, Rosa Eloísa, 13 años Había ido con su familia a buscar comida en un supermercado en Paraná, Entre Ríos, porque el comisario del barrio había hecho correr la voz de que entregarían mercadería. Al llegar los esperaban policías y gendarmes. La bala entró por la parte superior de la cabeza y salió por la boca.

- PEDERNERA, Sergio, 16 años Baleado durante la pueblada del 19 y 20 de diciembre en la provincia de Córdoba. El menor se encontraba en la calle buscando comida para su familia en el marco de los reclamos masivos que se realizaron en supermercados, cuando recibió una bala policial en el tórax que le produjo una paraplejia. Un año después falleció en el hospital.

- PEREYRA, Rubén, 20 años Baleado por la policía cuando regresaba a su casilla llevando al hombro una caja con alimentos entregados en un supermercado. En Rosario, Sta Fe

- RAMÍREZ, Damián Vicente, 14 años Asesinado de un balazo en el cuello en la esquina de Maciel y Cristianía, Gregorio de Laferrere, Buenos Aires.

- RIOS, Sandra, Asesinada durante la pueblada del 19 y 20 de diciembre. Sin datos.

- RIVA, Gastón Marcelo, 30 años Circulaba en moto por la Avenida de Mayo en la Ciudad de Buenos Aires, cuando recibió un disparo en el pecho proveniente de alguna de las armas de un grupo de cuatro policías que estaban disparando.

- RODRÍGUEZ, José Daniel, Asesinado en Paraná, Entre Ríos.

- ROSALES, Mariela, 28 años Asesinada en Lomas de Zamora, Buenos Aires.

- SALAS, Ariel Maximiliano, 30 años Asesinado en la esquina de Maciel y Cristianía, Gregorio de Laferrere, Buenos Aires.

- SPINELLI, Carlos Manuel, 25 años Fusilado desde un Gol blanco durante la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre. Sucedió en Pablo Nogués, Buenos Aires.

- TORRES, Juan Alberto, 21 años Sufrió una herida de arma de fuego en la zona abdominal. En Corrientes.

- VEGA, José, 19 años Asesinado en Moreno, Buenos Aires.

- VILLALBA, Ricardo, 16 años En Rosario, Sta Fe, recibió un tiro en un ojo cuando vecinos manifestaban pidiendo alimentos frente a un autoservicio. Murió el 23 de diciembre.

© Fuente: Correpi y publicado por http://lavaca.org el domingo 4 de Septiembre de 2011.



lunes, 19 de noviembre de 2012

La Fidelidad de Débora... De Alguna Manera...


Fidelidad…

 “¡Felicitaciones, José, muy político el acto! Quedate tranquilo..."

Más despechada que sarcástica, su desplante fue exasperado y revelador. Ministra de Industria desde hace cuatro años, Débora Adriana Giorgi es, a sus 53 años, un caso paradigmático: personalidad mercurial en el combate contra sus enemigos, está embelesada en su adoración a la jefa. Con Diana Beatriz Conti, de 62 años, Giorgi comparte un pasado que explica sus furias actuales: ambas trabajaron para Fernando de la Rúa durante la fugaz gestión de la Alianza.

El escandalete de Córdoba, cuando Giorgi se ofuscó ante el gobernador José Manuel de la Sota, muestra mucho más que evidentes desequilibrios temperamentales. Ilumina el profundo desasosiego que prevalece dentro del oficialismo, carente de paz interior y de templanza. Giorgi y Conti cortan la figura perfecta de gladiadoras rugientes, unas mujeres muy enojadas casi todo el tiempo. Creen encarnar una misión y a su cumplimiento se zambullen sin mayores objeciones. Lo que sucedió en Córdoba, cuando Giorgi huyó de un acto en Renault, acusando a De la Sota de hacer política, sería menor si no fuera rico en conclusiones.

Graduada en la UCA (una universidad privada, como las que formaron a Guillermo Moreno y a Amado Boudou), al llegar el menemismo al poder, en 1989, Giorgi fundó la financiera Alpha. Allí escaló durante una década, hasta que en 1999 el radical José Luis Machinea la designó secretaria de Industria, Comercio y Minería del gobierno de De la Rúa, que luego la nombró secretaria de Energía y Minería, para finalmente ser designada secretaria de Industria por el ministro Domingo Cavallo. A la caída de De la Rúa, se refugió en su financiera Alpha y trabajó también para la UIA. 

Entusiasmada con el poder, no fue larga su intemperie; en 2005 fue designada ministra de Asuntos Agrarios y Producción de la provincia de Buenos Aires por el gobernador Felipe Solá, cargo que mantuvo ya con Daniel Scioli. Tras la crisis con el campo en 2008, Giorgi regresó al ámbito nacional como ministra de Industria de Cristina Fernández. Su peripecia es parecida a la de muchos cuadros del Frepaso que trabajaron entusiastamente bajo la jefatura de De la Rúa durante la Alianza, para migrar al más apetecible kirchnerismo desde 2003.

El enojo de Giorgi es sobreactuado y artificial; nada dijo De la Sota que ameritara plantar un acto protocolar tras hiperventilar su furia (“¡Felicitaciones, José, muy político el acto! Quedate tranquilo”). Giorgi pertenece a un gobierno desde el cual se etiqueta como “narcosocialista” al gobierno de la provincia de Santa Fe, pero a su entender esa categorización no es un hecho “político”. El intenso despecho de la eléctrica Giorgi no es sólo un rasgo neurótico personal. Similar furia exhibe en sus merodeos por la vida real, pero se convierte en obsecuencia vidriosa a la hora de empalagar a la Presidenta con una lealtad sin límites. Es el mismo síntoma que mujeres como Conti exhiben desde hace años. Asumen que poco valora más Cristina Fernández que las zalamerías; cuanto más edulcorada sea la actitud genuflexa ante la Presidenta, más protección indeleble tendrá.

No se trata de una complicidad de género, patrimonio de mujeres. Varios varones nacionales pujan en el torneo de la prosternación. ¿Cómo se entiende que Héctor Timerman siga siendo ministro de Relaciones Exteriores de este país, habida cuenta de que su notoria incompetencia es escandalosa? El incidente de Giorgi en Córdoba mostró la misma impronta de complicidad de uno de los caciques sindicales preferidos del Gobierno. Secretario nacional del Smata, el gremio de los trabajadores mecánicos, Ricardo Pignanelli explicó en Córdoba que “los problemas entre peronistas se solucionan puertas adentro y no en público”. 

Silenzio stampa, postulaba Alfio Basile, los quilombos sólo se ventilan en el vestuario. En este caso, la clandestinidad más absoluta se aplica ya no al envenenado y turbio mundo del fútbol argentino, sino a las cuestiones de Estado. Para el jerarca gremial, “problemas entre peronistas” son las cuestiones de Estado que mantienen en guerra a Cristina con De la Sota. Vieja mirada, “problemas entre peronistas”, como los que estallaron en 1974, en 1983 y en 2003. Sin embargo, cuando, como esta semana en Córdoba, se agarran entre ellos, quieren que el país no se meta.

Este paroxismo es característico de un entero sistema de pensar y actuar. La tendencia irrefrenable de los peronismos más variados a concentrar el poder de fuego de la conducción produce un colosal culto a la personalidad. Esa personalización no es marginal ni accesoria. Es parte del disco rígido de todos los peronismos en sus derivados más pintorescos. Con Cristina parece haberse hecho realidad el apotegma fundacional. Más que la idoneidad, importa la fidelidad. 

Los gabinetes de Néstor Kirchner, comparados con los elencos desde 2007, muestran la misma deriva de la competencia a la obsecuencia, y de la integridad a la mediocridad. Esos “mejores” ministros tampoco dejaron de vivir aterrorizados por las exaltaciones intimidatorias de una conducción despiadada.

En muchos casos, estos meteóricos estrellatos que se acunan en el kirchnerismo, sobre todo desde que Cristina Fernández ordena y manda, naufragan melancólicamente. Hace noventa días, por ejemplo, Gabriel Mariotto parecía marchar a la victoria final. Sus innegables limitaciones intelectuales y la escualidez de su accionar político lo sacaron de escena prontamente, más allá de sus vergonzosos gestos de lealtad. Los jóvenes Kirchner de 1974 se habrían encuadrado con los “leales” cuando Montoneros blanqueó su guerra a Perón. ¿A qué eran leales esos leales? Ya en el poder, los Kirchner resolvieron homenajear como “víctimas del terror de Estado” a los Montoneros, que en pleno gobierno constitucional atacaron y murieron en un combate militar contra un regimiento del Ejército en Formosa el 5 de octubre de 1975. 

Los nombres de diez de esas “víctimas” figuran hoy en el Parque de la Memoria de Costanera Norte, junto a miles de secuestrados y desaparecidos. Pero de los diez soldados muertos al defender la unidad, sólo tres son mencionados. Naturalmente, tampoco son considerados víctimas dos militares y un policía formoseño caídos, y si bien se recuerda a dos vecinos muertos, un tercero es obviado. Ese ataque montonero a Formosa dejó un saldo total de 28 muertos, pero sólo hay “memoria” para quince de ellos, casi la mitad. ¿A quiénes son hoy leales los que decían ser leales en aquellos años?

© Escrito por Pepe Eliaschev y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado17  de Noviembre de 2012.


lunes, 1 de octubre de 2012

No quiere escuchar… De Alguna Manera...


No quiere escuchar…


¡Tema 1! ¡Tema 2! Presidenta Cristina Fernández. Dibujo: Pablo Temes.

Intimidades de su llegada a Harvard. Contradicciones y reacciones destempladas. La ausencia de “estadismo”.

Ocurrió una tarde de 2011 en la Universidad de Salamanca. Estaba allí dando clases Alberto Fernández como profesor visitante de Derecho Penal. Se le acercó entonces un estudiante argentino, quien le dijo que su hermana, que estaba haciendo un posgrado en Harvard, quería contactar a la Presidenta para invitarla a disertar en la Facultad de Gobierno. El ex jefe de Gabinete se mostró abierto a colaborar y le indicó cómo llegar al secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, a fin de cursarle la invitación. Conocedor de la mecánica de Harvard, que incluye una sesión abierta de preguntas no acordadas por parte del auditorio, Fernández previno al estudiante sobre las chances nulas de lograr la participación de la Presidenta, siempre renuente a este tipo de circunstancias. La alumna de Harvard no se arredró; mandó la invitación y, para su sorpresa, un día de marzo de este año se encontró con un mail de la oficina de Parrilli que le confirmaba que Cristina aceptaba gustosa la invitación. Esa fue la génesis del electrizante acontecimiento del jueves.

El problema de lo que allí se vio no fueron las preguntas que los alumnos de Harvard le hicieron a la Presidenta, sino sus respuestas y la agresividad con que reaccionó ante el auditorio. El primer aspecto fue que Fernández de Kirchner dejó expuesta su incapacidad para soportar las preguntas que la obligaron a explicar asuntos críticos de su gestión. El segundo aspecto inquietante fue, además de la intolerancia, el creciente descontrol que experimentó la Presidenta a medida que se sucedían las preguntas, lo que la tornó agresiva. Y el tercer elemento que afloró fue la inexactitud de varias de sus respuestas.

La presentación de Fernández de Kirchner ya comenzó mal cuando hizo que su discurso tuviera una duración que pareció hacerlo interminable. Durante su exposición, desplegó otra vez su deporte predilecto: querer mostrar que la historia argentina es una larga cadena de desgracias de la que ha sido redimida por el kirchnerismo. Condenó la convertibilidad y aludió a su creador, Domingo Cavallo. No dijo que en los denostados 90 ella y su esposo apoyaron tanto la convertibilidad como al ex ministro.

En ese discurso llamó la atención que la Presidenta, siempre memoriosa de las cifras, no supiera los valores mínimos del salario ni de la jubilación, dato que tampoco demostraron conocer los funcionarios que la acompañaban.

“Chicos, estamos en Harvard... esas cosas son para La Matanza”, fustigó la Presidenta a algunos que la silbaron cuando le reprochó a un estudiante de 20 años no tener memoria. Curiosa expresión ésta, que, de haber sido pronunciada por algunos de sus adversarios, habría dado pie a una larga cadena de descalificaciones de muchos de los acólitos del Gobierno, que –como no podía ser de otra manera– salieron a defenderla.

“Fui una abogada exitosa”, recibió como respuesta la estudiante estadounidense que dijo haber vivido en la Argentina y que le preguntó qué explicación tenía para justificar el espectacular crecimiento de su patrimonio producido a lo largo de los ocho años de gobierno. Fue una mala respuesta que dejó sin contestar la pregunta. La estudiante se refería al incremento del patrimonio ocurrido en los ocho últimos años y no a aquellos en los que había desarrollado su actividad abogadil.

“Yo hablo con millones de personas en Argentina, no puedo creer que se dejen llevar por lo que digan dos o tres periodistas”, le contestó la Presidenta al estudiante que le señaló que se sentía privilegiado por poder preguntarle. Otra vez, el comentario se desvió de la apreciación puntual que hizo el alumno. Primero porque es imposible que Fernández de Kirchner o cualquiera de nosotros pueda hablar con “millones de personas”, y segundo porque el estudiante no dijo sentirse un privilegiado por el hecho de poder hablarle, sino por el de poder formularle una pregunta.

“Me parece poco académico. Esperaba otro análisis de ustedes”, disparó la Presidenta a modo de “ninguneo” ante otra pregunta que la perturbó, demostrando desconocer el contenido programático de algunas de las carreras que allí se cursan y que incluyen, entre otros temas, los que estaban en los contenidos de las preguntas (corrupción, relaciones entre gobierno y prensa, gestión). A esa altura de la noche, lo único del manual kirchnerista que le faltó decir fue que, a los estudiantes, las preguntas se las había dictado Héctor Magnetto.

Cuesta entender cómo la jefa de Estado dejó al desnudo una notable falta de preparación para enfrentar la situación en Harvard. Algo le ha pasado a Fernández de Kirchner, a quien muchos periodistas recordamos como una muy buena polemista, siempre dispuesta a enfrentar situaciones controversiales con aplomo y un buen nivel de fundamentación, que hoy demuestra haber perdido. Alguno de los muchos integrantes del aparato comunicacional oficial debió acercarle a la Presidenta el video de la presentación que hizo en ese mismo lugar Dilma Rousseff, quien supo enfrentar preguntas incómodas con inteligencia, elegancia y calma.

La Presidenta no comprendió que estaba en un ámbito académico y que, en tales circunstancias, lo que se espera de un estadista es que haga docencia. Saber contestar una pregunta crítica mostrando respeto por quien la formula –lo que ni siquiera significa compartir esa crítica– es hacer docencia. Pero, como se recordará, alguna vez la Presidenta se enorgulleció por el hecho de no ser una estadista ni querer serlo, algo que se nota.

En Georgetown, Fernández de Kirchner había señalado: “Hablo todos los días con la prensa. Lo que pasa es que escuchan lo que ellos quieren escuchar”. Lo que dejó en claro lo sucedido ese día y, sobre todo, el jueves en la Universidad de Harvard, es que las cosas son exactamente al revés: es la Presidenta la que no quiere escuchar preguntas que la incomoden y para las cuales demostró no tener otras respuestas que el enojo y la descalificación, cualidades propias de quienes hacen de la intolerancia un dogma.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 30 de Septiembre de 2012.