sábado, 1 de diciembre de 2018

Alfredo Bravo, un político de los que ya no quedan… @dealgunamanera...

Biografía sobre el socialista Alfredo Bravo, un político de los que ya no quedan…

¿Porteño o entrerriano? Alfredo Bravo gustaba decir que había nacido en Concepción del Uruguay, localidad a la que su padre había sido trasladado por trabajo; pero al mismo tiempo era un porteño de ley, asiduo visitante de la noche y la cultura de Buenos Aires.

El periodista y escritor Jaime Rosemberg presentó su libro "Alfredo Bravo, un maestro socialista", en el que recorre la vida del referente del PS que falleció en 2003. Entre sus mayores logros políticos, Bravo participó de la fundación de CTERA y de la reunificación del Partido Socialista. 

Alfredo Bravo


© Publicado el sábado 16/06/2018 por el portal periodístico El Ciudadano Web de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Evocar al dirigente socialista Alfredo Bravo es hablar de una persona de convicciones, austera y consecuente en pensamiento y acción, como ya no quedan. Se lo suele recordar como un cascarrabias o un testarudo pero a pesar de las diferencias que lo separarán de sus pares, recurría permanentemente al diálogo político en la búsqueda de consensos. Ejemplo de ello fueron la fundación de CTERA y la reunificación del Partido Socialista, tal vez sus mayores logros de su vida política. 


A 15 años de su muerte, el periodista Jaime Rosemberg publicó Alfredo Bravo, un maestro socialista, un trabajo detallado sobre la vida del maestro de grado, gremialista y referente político socialista que falleció de un ataque al corazón el 26 de mayo de 2003, apenas un día después de que Néstor Kirchner asumiera la presidencia.

Crédito de fotografía: Facebook

“Quienes dicen que era un testarudo, un cascarrabias, obvian esa otra faceta de él, que a pesar de las diferencias le gustaba lograr consensos por el diálogo político. La unificación de la CTERA y del socialismo son sus dos grandes logros políticos y gremiales. El gremialismo docente estaba muy dividido, los que como él venían de sindicatos socialistas decían que el docente no tiene que hacer paro, el docente es un apóstol, alguien que se tiene que brindar a sus alumnos. Los peronistas decían todo lo contrario: huelga, el educador es un trabajador como cualquier otro. Confluir en esas dos corrientes fue muy difícil y Bravo fue uno de los articuladores”, indicó el escritor.

A Bravo le tocó comenzar su militancia, con Juan B. Justo y Alfredo Palacios como referencias ineludibles, durante la irrupción del peronismo, un fenómeno que el socialismo nunca terminó de asimilar. “Hace el servicio militar cuando Perón desarrolla su mayor poder y él es de los jóvenes del partido que empieza a plantearle a los viejos líderes como Américo Ghioldi, que algo hay que hacer porque el socialismo, que había nacido como partido obrero, se había quedado sin las masas, sin su principal objetivo que era atender las necesidades de los trabajadores, de los proletarios y de los inmigrantes”, explicó Rosemberg a El Ciudadano.

Bravo era maestro de grado, y se involucró en el gremialismo, a través de CAMyP, con una visión muy particular: “Él era muy sarmientino. Entendía que quien es docente es porque tiene esa vocación de enseñar, de ofrendar, de dar y que no debería estar mezclado con el interés político”.

Tuvo una comprometida acción por los derechos humanos, participando de la APDH, lo que le valió ser “chupado” por la dictadura, estar 13 días desaparecido y recién después ser blanqueado y encarcelado en La Plata. 

“Al otro día que lo chupan, (Jorge Rafael) Videla se encuentra con (el entonces presidente norteamericano Jimmy Carter, quien le plantea por el paradero de dos personas, de Jacobo Timerman y de Alfredo Bravo. Luego de eso lo blanquean. Pero le cuesta 13 días donde sufrió lo peor de las torturas que le dejarían secuelas para el resto de su vida”, explicó Rosemberg.

Luego de muchos meses detenido, la dictadura le otorgó una libertad vigilada y en enero de 1979, antes de que finalizara el gobierno de facto, volvió a la actividad gremial y a la APDH.

Con el regreso de la democracia, tuvo un cargo en el gobierno de su amigo Raúl Alfonsín, situación que lo incomodó hasta que se fue de la gestión: “Estaba en el medio entre el gobierno, que lo quería como un ex titular de la CTERA para darse chapa y sus compañeros del gremialismo que le decían que los tenía que ayudar a aumentar los salarios, a conseguir beneficios. Él hizo equilibrio durante varios años hasta que se le empezó a complicar, anunció un aumento y su superior Adolfo Stubrin lo desautoriza. Bravo le ofrece la renuncia a Alfonsín varias veces. Hasta que sobreviene el tema de (la aprobación de las leyes de) Punto Final y Obediencia Debida que lo deciden a irse”.

Los 90 lo encuentran en el rol de diputado nacional, oponiéndose al neoliberalismo de Menem e intentando armar coaliciones políticas como el FREPASO, donde luego de que se sumara la UCR y la Alianza llegara al poder, fue perdiendo peso de decisión.

Su trabajo legislativo, sin embargo, fue de avanzada, sobre temas que lograron aprobarse mucho tiempo después o algunos incluso ni siquiera eso. “Planteó la nulidad de Obediencia Debida y Punto Final, la despenalización del aborto, también más derechos para transexuales y travestis. Siempre legisló en un mismo sentido.

(Fernando) De la Rúa le caía muy mal pero se lo bancó porque era la alianza que habían conformado. Después, con la reforma laboral, la primera ley con la que no estuvo de acuerdo, se fue (de la Alianza)”, describió Rosemberg.

Luego llegó el estallido de 2001 y el reclamo de “que se vayan todos”, que Bravo no consideraba que se aplicara a él: “Estaba muy enojado. A él lo paraban por la calle pero no lo puteaban. Sentía que estaba aparte de la clase política, que él no se había llevado plata, ni era responsable de la implosión. De hecho él pierde sus ahorros en el 2001, tampoco usó su influencia como diputado para sacar la plata. Un político de los que ya no existen”.

En 2003, luego de pelearse con Elisa Carrió, emprendió junto a Rubén Giustiniani una campaña presidencial que encontró resistencia dentro del propio socialismo y que no le fue bien en las urnas. Sus últimos días, lo encontraron muy decepcionado con la política. 

“Fue un político austero, honesto, simple, demasiado calentón para lo que es el estándar de la política, donde a veces hay que demostrar un poco más de muñeca, tal vez podría haber llegado a más lejos. Pero el carácter y las convicciones eran más fuertes que el qué dirán o el consejo de un asesor”, relató Rosemberg.

“Con el correr del tiempo las pequeñas diferencias quedan de lado y queda el ejemplo de la persona. Los gremialistas peronistas dicen que estuvieron juntos en todas las luchas, los socialistas lo consideran un ejemplo. Qué mejor que sacar lo positivo y dejar las peleas propias de la condición humana y realzar el ejemplo de rectitud, de honestidad, de coherencia. Fue un político de los que casi no quedan y que estaría bueno recrear porque no está bueno que la política la hagan los consultores de opinión”, finalizó. 

El mito del lugar de nacimiento 

¿Porteño o entrerriano? Alfredo Bravo gustaba decir que había nacido en Concepción del Uruguay, localidad a la que su padre había sido trasladado por trabajo; pero al mismo tiempo era un porteño de ley, asiduo visitante de la noche y la cultura de Buenos Aires.

“El mito tiene que ver, un poco en broma y un poco en serio, con una picardía de don Alfredo que él decía que había nacido en Concepción del Uruguay el 30 de abril de 1925. En el registro civil de allá no encontré nada y en su libreta de enrolamiento era nacido en la ciudad de Buenos Aires. Mi tesis es que nació allá pero lo anotaron en la ciudad de Buenos Aires. Haya nacido donde haya nacido era un porteño de cabo a rabo”, explicó Rosemberg. 
Presos por Pelotudos

Luego de ser “blanqueado” como preso por la dictadura, Bravo pasó varios meses detenido en la Unidad 9 de La Plata, donde conoció a Adolfo Pérez Esquivel y a varios de los que luego serían sus colaboradores en el Congreso. “Conoce a un jujeño, Jorge Ríos, que fue su compañero de habitación. Que cuando Bravo llegó al penal, le explicó: «En este módulo están los montoneros, en este otro los del ERP, y en este otro estamos los PPP, los Presos Por Pelotudos que somos nosotros». Trataban de ponerle humor dentro de esa situación espantosa que vivieron”, contó el escritor.


viernes, 30 de noviembre de 2018

Cuestión Islas Malvinas... @dealgunamanera...

 “Lo único que tiene que hacer Londres en la cuestión Malvinas es iniciar el proceso de una retirada ordenada del territorio argentino”... 


Alejandro Betts, peticionante argentino ante la ONU nacido en Puerto Argentino, Provincia de Tierra del Fuego AIAS, expresó su opinión ante la decisión del Gobierno Nacional de intentar dar pasos de aproximación con Londres en búsqueda de vías de soluciones a la disputa con Gran Bretaña por la soberanía sobre el archipiélago Malvinero y sus espacios marítimos jurisdiccionales. “Mantener el status quo en la cuestión Malvinas significa consolidar la presencia ilegítima británica en las islas”.


© Publicada por el martes 20/09/2016 por: https://www.notitdf.com de la Ciudad de Ushuaia, Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

Ante el interés que ha despertado la decisión del Gobierno Nacional de intentar dar pasos de aproximación con Londres en búsqueda de vías de soluciones a la disputa con Gran Bretaña por la soberanía sobre el archipiélago Malvinero y sus espacios marítimos jurisdiccionales, en posesión de facto de esa potencia administradora desde el atropello cometida por parte de ella el 3 de enero de 1833.

Esa decisión de intentar una vez más a entablar “conversaciones constructivas” para con la contraparte de este centenaria disputa bilateral trascendió a través de los medios de comunicación y luego confirmada por la Canciller quien divulgó que dicho intercambio viene realizándose desde el pasado mes de mayo. Sumado a ello los anuncios que realizó junto al ministro británico Duncan y que deberá explicar ante el Congreso de la Nación.

Si bien, 
uno no debe oponerse a toda iniciativa que tenga el objetivo de zanjar definitivamente el diferendo de la ilegítima colonización británica de las Malvinas, éste no es un tema nuevo y la variada suerte que ha corrido los infructuosos intentos anteriores con el mismo fin, y que deben servirnos de guía para no caer en las mismas trampas tendidas por el gobierno inglés en las anteriores oportunidades.

Es decir:

a) en 1968 la propuesta consensuada entre ambas partes se frustró en el último tramo debido a su filtración a los medios de comunicación masivos británicos con el único fin de proteger los intereses económicos monopólicos en las islas de la empresa “Falkland Islands Company (FIC)”;

b) el “non paper” (una propuesta no oficial) británica de 1974 de soberanía conjunta; dos banderas, idioma oficial bilingüe, gobernador designado alternativamente por Buenos Aires y Londres, entre otras cosas,  fue encajonada por Londres luego del fallecimiento de Gral. Perón y la desconfianza del gobierno británico de que su viuda, Isabel Martínez de Perón, pudiera acumular suficiente poder política para continuar impulsándolo a su ejecución;

c) el tercer intento de encausar una solución mediante el retroarriendo fue promovido por el Canciller inglés, Nicolás Ridley, en los años 1980/81 y colisionó contra la exaltada oposición de camarilla activista de la FIC, los Consejos Legislativo y Ejecutivo de Malvinas, apoyados por el mismo Gobernador en ejercicio, Richard Masterson Hunt;

d) por último, tenemos 
la experiencia negativa que arrojó las relaciones diplomáticas “de seducción”, iniciadas en 1989 y que perduraron hasta 2003 aproximadamente.

A ellas las repasemos a continuación:

En 1989 se reanudaron las relaciones diplomáticas con el gobierno británico a cambio de encapsular la divergencia territorial bilateral bajo un “paraguas” de soberanía como reaseguro del reclamo para las partes. Fue entonces que Londres aceleró su política de los hechos consumados en todo cuanto a pesca, petróleo y “protección del medio ambiente”; este último como justificativo de ampliar su “jurisdicción marítima” circundante a las Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur. Todo ello, facilitado con la firma de un conjunto de acuerdos bilaterales relacionados a estos temas. Sin lugar a dudas, 
el balance bilateral de la política (unilateral) encarada durante esta época (1989-2003) fue absolutamente favorable al Reino Unido.   

Mantener el status quo en la cuestión Malvinas significa eso precisamente: Hace al beneplácito de la consolidación de la presencia ilegítima británica en la colonia de Su Majestad, enquistado en el territorio nacional fueguino de nuestras Islas Malvinas. En prueba de ello está el hecho de que durante este período Londres ejercía jurisdicción “de facto” con exclusividad, impidiendo a empresas pesqueras de nuestra bandera participar en las capturas de las especies ictícolas en los mares argentinos circundantes a Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, e imposibilitó que la empresa petrolera nacional, YPF,  participe en las licitaciones de la exploración de áreas hidrocarburíferos en 1995 y todos los posteriores, como así también, efectuar patrullajes aéreos u navales de dichos espacios marítimos.

Otro aspecto negativo de ese proceso para la posición nacional, fue la condición netamente reclamante a lo que quedó reducida nuestra reivindicación de la recuperación efectiva de la soberanía sobre el territorio. Peor aún, hasta había interpretaciones de una aprobación tácita por parte de Buenos Aires de las medidas unilaterales introducidas por el Reino Unido que impidieron progresos constructivos en la cuestión de fondo: la soberanía. Indudablemente, los Acuerdos de Madrid 1989 y 1990 fueron extremadamente preponderantes para la ejecución plena de la incontestada política unilateral británica durante estos 14 años del diferendo en que nuestro país concedió enormes beneficios el Reino Unido y los habitantes británicos de las islas en cuanto a recursos dentro de la jurisdicción marítima del Mar Argentino circundante al archipiélago, como así también, la emisión unilateral de licencias pesqueras a 25 años y el inicio de la emisión de permisos a empresas petroleras extranjeras para efectuar tareas de exploración de  las cuencas sedimentarias de hidrocarburos por parte de la autoridad colonial. Como contrapartida de los Acuerdos, el gobierno nacional fue relegado a la condición de un mero espectador a todo lo que sucedía en la zona de Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur

A pesar del fracaso de cada uno de las tentativas por parte del gobierno nacional de obrar en buena fe para resolver definitivamente la controversia de la soberanía, su perseverancia es muy meritoria en consideración de premeditada mala fe con que ha obrada la contraparte: el Reino Unido y desde varias décadas ya, por parte de los habitantes británicos del territorio malvinero.

¿De qué sirve repasar lo anterior? Pone en evidencia que hemos tenido una experiencia retrógrada en relación de una política de estado que quita prioridad de la cuestión de la soberanía en las “conversaciones” bilaterales anglo-argentinas, para dar lugar a “otros temas principales”. En negociaciones que se rigen por el pacto 20/80, el resultado que se produce en el 80% depende exclusivamente a la importancia y empeño que se dedica al segmento del 20%.

Cuando menor énfasis se pone al porcentaje menor, menos resultados se dan en el segmento mayor. Además, no se debe perder de vista de que lo que pide las Naciones Unidas a partir de la resolución 2065 de 1965, no es de dar comienzo ni a negociaciones ni a “conversaciones”, sino lisa y llanamente abrir el proceso de descolonización de Malvinas en cumplimiento de las normas del derecho internacional.

Es decir, lo único que tiene que hacer Londres en la cuestión Malvinas es planificar e iniciar el proceso de una retirada ordenada del territorio argentino malvinero, a los efectos de que nuestro país recupere efectivamente su legítima soberanía sobre el mismo, reparándose de esta manera su integridad territorial nacional restableciendo los límites jurisdiccionales declarados por el Virreinato del Río de la Plata en 1776, y conservados con el nacimiento de las Provincias Unidas de Sud América (luego del Río de la Plata) aquella lejana 25 de mayo de 1810.

Con la última novedad de “asociarnos” con la potencia ocupante con el único fin de explotar los recursos petrolíferos de la plataforma continental alrededor de Malvinas, temo que estamos yendo para una situación igual o peor a lo que se dio entre  1989/2003, dando visos de legalidad a la sujeción colonial extranjera en las Islas, dando las espaldas al apoyo del bloque regional y la multilateralidad que han adherido a la causa Malvinas, en favor de los intereses argentinos. 


domingo, 25 de noviembre de 2018

Campo de batalla… @dealgunamanera...

Campo de batalla…


El G-20 en Buenos Aires. Diez años de cumbres y el papel pasivo de Argentina con Macri. Debilitada la cooperación internacional y el multilateralismo, con un escenario estructural de disputa entre Estados Unidos y China, el rol del G-20 se ha desdibujado. El gobierno de Macri no comprendió antes ni comprende ahora esos cambios de la situación mundial.

© Escrito por Alfredo Zaiat el domingo 25/11/2018 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En 2008, el mundo capitalista occidental estaba al borde del abismo por la peor crisis económica desde el crac del ‘30 del siglo pasado; diez años después, el riesgo a otra gran debacle financiera global está latente, pero el escenario económico mundial es otro. Avanzan el proteccionismo, el nacionalismo y el rechazo a los inmigrantes en los países centrales, está debilitado el multilateralismo, se ha reposicionamiento el FMI como auditor de economías periféricas y es abierta e incierta la disputa entre las potencias Estados Unidos y China. 

En ese contexto se desarrollará el viernes y el sábado próximos la cumbre del G-20 en Buenos Aires. Ni antes, cuando desembarcó en la Casa Rosada, ni ahora, con casi tres años de gobierno, el macrismo pudo entender que el mundo económico y político ha cambiado y que ya no es el de los noventa, cuando la caída del Muro de Berlín prometía el progreso constante con el libre comercio y la expansión de las finanzas globales. Con esa desorientación, Mauricio Macri será anfitrión de un G-20 devaluado, con varios líderes mundiales que se recelan mutuamente y que descreen de la utilidad de este tipo de cumbres.

El saldo para Macri de la millonaria inversión para organizar la cumbre que reúne a la Unión Europea y a 19 países, además de a los principales organismos internacionales (FMI, BM, OMC, OIT), será la acumulación de fotos con esos líderes en encuentros bilaterales y, fundamentalmente, tendrá la oportunidad de hacer gala de sus sosos comentarios futboleros.

Una x una

El G-20 comenzó como un foro de ministros de Finanzas y presidentes de bancas centrales. Fue creado el 25 de septiembre de 1999 en una reunión de ministros de Finanzas del G-7. En 2008, la crisis financiera obligó a que sea una cumbre de presidentes. Está compuesto por la Unión Europea y 19 países: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía.

El recorrido de los documentos finales de las cumbres de presidentes del G-20 sirve para comprender cómo ha cambiado el tablero mundial en diez años, el giro en el foco de interés de las potencias, las modificaciones de las preocupaciones económicas y el crecimiento de China como gran potencia que ha provocado la reacción de Estados Unidos.

2008, noviembre, Washington: El documento final convoca a “restablecer el crecimiento global y alcanzar las reformas necesarias en los sistemas financieros mundiales”. Dice que la crisis fue provocada porque los actores del mercado buscaron rentabilidades más altas sin una evaluación adecuada de los riesgos. Para señalar que “hace falta una respuesta más amplia de las autoridades basada en una mayor cooperación macroeconómica para restaurar el crecimiento, evitar contagios negativos y apoyar a las economías de los mercados emergentes y en vías de desarrollo”. Indica que “aplicaremos reformas que fortalecerán los mercados financieros y los regímenes regulatorios para evitar futuras crisis”.

2009, abril, Londres: Establece que los acuerdos alcanzados constituyen “un programa adicional de 1,1 billones de dólares de apoyo para restaurar el crédito, el crecimiento y el empleo en la economía mundial. Vamos a emprender una ampliación fiscal concertada y sin precedentes, que salvará o creará millones de empleos que de otro modo se habrían destruido y que, para finales de año, representará 5 billones de dólares”.

2009, septiembre, Pittsburgh: Observa la necesidad de avanzar en una transición desde la crisis a la recuperación, para pasar la página de una era de irresponsabilidad y adoptar un conjunto de políticas, regulaciones y reformas para satisfacer las necesidades de la economía mundial del siglo XXI. Indica que “en abril (de 2009) nos enfrentábamos al mayor reto de la economía mundial en nuestra generación. La producción mundial se estaba reduciendo a un ritmo no visto desde la década de 1930. El comercio caía en picada. Los puestos de trabajo estaban desapareciendo rápidamente. A nuestra gente le preocupaba que el mundo estuviera al borde de la depresión. Nuestra respuesta contundente ha servido para frenar el peligroso desplome de la actividad mundial y para estabilizar los mercados financieros”.

2010, junio, Toronto: Fue la primera cumbre del G-20 en su nueva función de foro principal de cooperación económica internacional. Se empezaba a alejar el miedo de una catástrofe económica global, aunque con prevenciones por el impacto de la crisis. Por eso dice que “nuestros esfuerzos realizados hasta hoy han dado buenos resultados. El estímulo fiscal y monetario otorgado, sin precedentes y coordinado globalmente, está jugando un papel notable contribuyendo a restaurar la demanda privada y el crédito. Estamos adoptando acciones decididas para incrementar la estabilidad y fortalecer nuestros sistemas financieros”.

2010, noviembre, Seúl: El peor momento de la crisis ya había pasado, entonces las potencias intentan retomar la agenda tradicional. El documento final promueve “políticas macroeconómicas, incluyendo de consolidación fiscal, donde sea preciso, para asegurar una recuperación sostenida y sostenible e incrementar la estabilidad de los mercados financieros, en particular avanzando hacia tipos de cambios más determinados por el mercado, incrementando su flexibilidad para reflejar los fundamentos económicos subyacentes y absteniéndonos de adoptar devaluaciones competitivas”.

2011, noviembre, Cannes: Las potencias abandonaron el cronograma de dos cumbres, para limitarla a una por año. El optimismo relativo del año anterior se abandona para concentrarse en la situación económica de la Zona Euro. El FMI vuelve a ocupar un papel central en la supervisión e intervención en la crisis. El documento final señala que, “desde nuestra última reunión, la recuperación mundial se ha debilitado, particularmente en los países avanzados, dejando el desempleo en niveles inaceptables. Las tensiones en los mercados financieros se han incrementado debido principalmente a los riesgos soberanos en Europa. Persisten los desequilibrios globales”. Se seguía planteando la necesidad de la regulación y control del sistema financiero, en especial del mercado de derivados, y se afirma que “estamos comprometidos a proteger nuestras finanzas públicas y el sistema financiero global de los riesgos planteados por los paraísos fiscales y jurisdicciones no cooperativas”.

2012, junio, Los Cabos: Se desarrolló en el contexto de un nuevo deterioro de los indicadores económicos a nivel mundial. A la profundización de la crisis con epicentro en la Unión Europea, se sumó la desaceleración de las economías emergentes. La Declaración de Los Cabos establece como objetivo central la promoción del crecimiento fuerte, inclusivo, sostenido y balanceado, y la creación de empleo.  Estados Unidos empieza a argumentar que los desbalances globales están ligados a la desleal intervención de China a través de sus políticas cambiarias (por la subvaloración de su moneda).

2013, septiembre, San Petersburgo: A pesar de que el G-20 se dedica a la discusión de asuntos vinculados con el crecimiento económico y la promoción del desarrollo, esta cumbre estuvo marcada por el debate acerca de una posible acción militar internacional, liderada por Estados Unidos, contra el gobierno sirio de Bashar al-Assad. En el documento final de los jóvenes del G-20 se instaba a sus líderes políticos a incluir el tema de los fondos buitre. Propusieron condenarlos por ser un potencial peligro para futuras reestructuraciones de deudas. Estados Unidos vetó esa parte de la declaración.

2014, noviembre, Brisbane: Por primera vez en la historia del G-20 la cuestión de la reestructuración de deudas soberanas fue planteada en el comunicado final. A la vez, seguía predominando el discurso anti proteccionismo, cuando afirma que “el comercio y la competencia son potentes motores de crecimiento, de un mejor nivel de vida y de la creación de empleo”. Empieza a ganar terreno la idea de la austeridad como solución a los profundos desequilibrios económicos.

2015, noviembre, Antalya: En esta cumbre se empieza a consolidar la tendencia de declaraciones de buenas intenciones, generales y de reiteración de objetivos para impulsar la inversión, el comercio y el empleo. Afirma que “la OMC es la columna vertebral del sistema multilateral de comercio y debe seguir desempeñando un papel central en la promoción del crecimiento económico y el desarrollo”. En línea con la cumbre anterior, se reafirma “el progreso alcanzado en la implementación de cláusulas de acción colectiva y pari passu fortalecidas en los contratos internacionales de bonos soberanos, los cuales contribuirán al orden y la predictibilidad de los procesos de reestructuración de deuda soberana”. Esta idea fue presentada por Argentina e incorporada en el documento final.

2016, septiembre, Hangzhou: Empiezan a prevalecer criterios generales en el tono de los documentos. Se insiste en la necesidad de reforzar programas para el crecimiento y defender la globalización, además de promover una economía mundial abierta. También aborda la crisis migratoria y de refugiados, la lucha contra el terrorismo y el cambio climático.

2017, julio, Hamburgo: Fue la primera cumbre con la participación de Donald Trump en el marco donde Estados Unidos decide abandonar el Acuerdo de París contra el calentamiento global, mientras el resto de los líderes se comprometieron a aplicarlo. Comienza a ocupar más espacio en la agenda el tema de la migración, promoviendo que sea “ordenada, regulada y segura”, y reconociendo el derecho de cada país a defender sus fronteras. El giro en materia económica queda reflejado en el rechazo al proteccionismo, pero convalidando “instrumentos legítimos de defensa comercial” ante “prácticas injustas”, que es la posición de Estados Unidos frente a China.

Buenos Aires

En este recorrido de contenidos de los documentos finales del G-20 se observa cómo ha ido cambiando el foco de interés de las potencias. Cuando estalla la crisis internacional en 2008 se realiza la primera cumbre de presidentes, con las potencias desesperadas por el riesgo de una debacle global. En Buenos Aires, diez años después, habrá una cumbre que no tiene un objetivo medular, sino tratar de brindar un marco para acomodar disputas bilaterales y contener las presiones proteccionistas.

El temario propuesto por la Argentina (el país anfitrión es el responsables de los ejes de la convocatoria) es poco sustancial (el futuro del trabajo, infraestructura para el desarrollo, un futuro alimentario sostenible y perspectiva de género). Es la manifestación de la visión internacional del macrismo, que no pretende transitar el desafío de pensar la problemática internacional, sino ser simplemente un actor subordinado a las potencias, en especial a Estados Unidos.

Una interesante charla que tuve hace varios meses con el profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Di Tella Juan Gabriel Tokatlian sirve para reflexionar acerca de la política exterior de Argentina y de su relación con Estados Unidos. Le pregunté cuál es el beneficio para el país de que el gobierno de Macri tenga un alineamiento subordinado a Estados Unidos. Su respuesta fue la siguiente:

–El Gobierno se compone de una elite que cree que algunas de las recetas del menemismo funcionaron. Pero desconoce el nivel de financierización que ha habido en el mundo y que no es posible volver a los ‘90. Ese mundo no existe. No son sofisticados intelectualmente. Tienen una lógica de interrelación entre el mundo político y el mundo económico más propia de los ‘90, que tampoco existe hoy en la dinámica interna doméstica dentro de los Estados Unidos. Entonces optan por la tercera vía, que es la de creer que los temas de seguridad van a ser la carta que abrirá esas otras puertas económicas. Entonces buscan el sendero para ver cómo llegar al Comando Sur, a la DEA, al FBI. Esto muestra ignorancia”.

–¿Sólo ignorancia? –le mencioné.

–Además de ignorancia, tuvieron una visión muy optimista del mundo, de la globalización, del libre mercado, del flujo de inversiones, de la atracción que significaba la llegada de un gobierno distinto a la Argentina, del fin de eso que llaman populismo. Cuando el optimismo se junta con la ignorancia, el saldo es un cóctel catastrófico. Lo que les queda es sobreactuar. Entonces, pasamos de la ignorancia y el optimismo a la ingenuidad y el voluntarismo. Eso es leer muy mal a los Estados Unidos”.

Agregaría, no solamente a Estados Unidos.



Entre el G20 y el PJ9… @dealgunamanera...

Entre el G20 y el PJ9…

House Of ‘Kas’… Miguel Ángel Pichetto. Dibujo: Pablo Temes

Los tiempos electorales se aceleran. Pases de facturas oficiales y reacciones por Cristina.
© Escrito por Nelson Castro el domingo 25/11/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
(Fuente: 
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Todavía resuenan en el universo de Cambiemos las secuelas del zafarrancho que lo llevó a la pérdida de asientos clave en el Consejo de MagistraturaEn el radicalismo, el malhumor continúa. "No es malhumor; es bronca" –corrige una voz de peso dentro de la UCR. Es una bronca mascullada que, sin embargo, no pasará a mayores. Pasar a mayores significaría, lisa y llanamente, la ruptura. Todos los integrantes de la coalición gubernamental saben que no tienen más remedio que tolerarse y/o soportarse. Y todos saben también que si se produjese esa ruptura –hecho que equivaldría a repetir la traumática experiencia que llevó a la destrucción de la Alianza–  sería algo que sus votantes no les perdonarían por largo tiempo.

Las disputas internas dentro del oficialismo no son solo entre el PRO, la UCR y la Coalición Cívica; las hay, además, al interior del PRO. Una de los asuntos que por estas horas  aviva la interna es el posible desdoblamiento de las elecciones en la provincia de Buenos Aires. Las encuestas que circulan en abundancia por los despachos del poder, muestran que, si la Provincia separase sus elecciones de los comicios de la Nación, las chances de Cambiemos –es decir de María Eugenia Vidal– aumentarían significativamente. El adverbio significativamente tiene en este caso una traducción muy contundente, ya que se habla de la posibilidad de que el oficialismo se quedase con diez a 15 municipios más de los que hoy gobierna.

Internas entre el PRO y la UCR por un lado y del peronismo por otro. Lilita borrada.

Sondeos. 

Las encuestas muestran que la imagen negativa de Mauricio Macri es fuerte y que la diferencia con Vidal, a pesar de la caída que su imagen también ha experimentado a causa de la crisis económica, se ha acentuado. Es sabido que la gobernadora no comparte muchas de las medidas implementadas desde el gobierno nacional. Por eso, y dentro de los límites que le impone su necesaria subordinación al Presidente, cada vez que puede produce hechos que hacen evidente sus desacuerdos. Es lo que se vio con el bono de fin de año a los jubilados de la Provinciaalgo que Macri decidió no otorgarle a los que perciben sus haberes por parte de la Anses.  

Una muestra más de esa interna –florida en buenas maneras y crueldad– la dio Federico Sturzenegger"Tenés que contar la verdad de lo que te pasó"fue el consejo que recibió de varios de sus amigos el ex presidente del Banco Central a los que decidió hacerles caso. Lo hizo en una charla en la Universidad de Harvard, nada menos. Narró allí cómo era obligado a concurrir a la Casa Rosada y someterse a la crítica y el ninguneo del jefe de GabineteMarcos Peña. “Yo no entiendo nada de economía, pero el resto de las personas que están en esta sala me dicen que no hay que hacer lo que vos decís”–era lo que afirmaba Peña. Una de las personas que estaba en esa sala era Mario Quintana, el ex vicejefe de Gabinete. El episodio es una muestra del grueso error que cometió Macri al delegar la gestión de gobierno en Peña y compañía. Recuérdese que, para no verse expuesto a esa lapidación, el entonces ministro de Hacienda, Alfonso de Prat-Gay, tomó la determinación de asistir a las reuniones de gabinete solo cuando eran encabezadas por el Presidente y no por Peña.     

Otra de las figuras con diferencias cada vez más marcadas con Macri es Elisa Carrió quien, no por casualidad, permanece desde hace un mes en un cono de sombras. "Está borrada desde hace varias semanas de la política y del Congreso, pero articula todo el tiempo con su mano derecha, el diputado Juan Manuel López" –cuenta un conspicuo hombre de Cambiemos. Más allá de que habla con el diputado Mario Negri, Carrió decidió el silencio después de haber confrontado tan fuertemente con el Presidente a quien condenó a elegir entre ella y Angelici y un largo etcétera.  "Yo se los avisé que el peronismo iba por todo"–fue lo que mandó a decir a los suyos, en referencia a la jugada del panperonismo que, en la elección de los nuevos miembros del Consejo de la Magistratura, dejó descolocado al oficialismo.

Internismo. 

En el justicialismo el voltaje de los enfrentamientos sigue subiendo. Sobre todo porque el Peronismo Federal demostró esta semana una voluntad firme de construir una alternativa política distinta a la de Cristina Fernández de Kirchner.  

La reunión de Sergio Massa y Miguel Ángel Pichetto con los gobernadores produjo impacto interno y externo. En principio habían comprometido su asistencia siete. "No pensábamos que iba a ser tan exitosa y que vinieran los nueve que habíamos invitado; pero vinieron los nueve y faltó Verna porque está enfermo"–cuenta con cara de satisfacción un organizador del encuentro. En ese ámbito de renacido optimismo, se cree que en las próximas dos o tres semanas se van a agregar dos –con posibilidad de un tercero–, mandatarios provinciales.  

En la reunión se hizo un balance muy crítico de la situación económica nacional. Por eso se decidió convocar para el lunes que viene a un grupo de treinta economistas de todo el país que tienen otra idea de cómo está la Argentina, quienes elaborarán un documento con un análisis crudo sobre la situación socioeconómica del presente.

Se habló también de la separación de la elección en la provincia de Buenos Aires y de abrir ese espacio al no peronismo. De hecho se verifica allí un diálogo fluido con socialistas, radicales y dirigentes que responden a Margarita Stolbizer. Entre los radicales hay varios intendentes muy disconformes y crecientemente críticos del gobierno nacional.   

En vísperas de la cumbre del G20 en Buenos Aires, la desvaída contracumbre que organizó el kirchnerismo el lunes pasado dejó un alerta. Fue la frase de Cristina Fernández de Kirchner en la que criticó el sistema de división de poderes establecido por la Constitución Nacional. Es de lo que se habla en las reuniones de La Cámpora de cara a la vuelta al poder, algo que en el ámbito del kirchnerismo duro se da cono un hecho. Sería el fin de la República.  

Se define al despotismo como al gobierno absoluto, no limitado por las leyes. Es el "vamos por todo" con el que sueña la ex presidenta en su proyecto desesperado por volver al poder.

Producción periodística: Lucía Di Carlo      




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