domingo, 3 de febrero de 2019

Candidatos en danza… @dealgunamanera...

Candidatos en danza…

 

Carga con ese peso, Vidal-Macri. Dibujo: Pablo Temes

 

Sin desdoblamiento, vienen otras decisiones. Quién acompaña a Macri y Vidal. ¿CFK va con Kicillof?


María Eugenia Vidal quemó las naves. Es lo que hizo al decirle “No” al desdoblamiento de las elecciones a gobernador en la provincia de Buenos Aires y atar su suerte a la de Mauricio Macri. Fue una decisión que Vidal tomó contra su voluntad. Ella quería discutirlo con el argumento que le dan los números. Ella mide más que Macri. No hubo posibilidad. El Presidente y Marcos Peña –y Jaime Duran Barba también– se oponían firmemente a considerar esta opción.

Esa es la verdad. Por eso el argumento del ministro de Gobierno bonaerense, Federico Salvai, de decir que el motivo para bajar la idea del desdoblamiento de la elección a gobernador había sido el “costo” es falaz. Desde el vamos se sabía que una iniciativa como ésa conlleva una erogación importante por parte de quien la organiza. El motivo real lo reflejó el título de esta columna del domingo pasado: “No hay Macri sin Vidal”. Es obvio que la gobernadora no quedó feliz ni con las formas ni con la resolución de esta delicada cuestión. Y no lo está porque, como tema de fondo, esto complica sus chances electorales. Y no lo está, además, por lo que significan las formas que, muchas veces, son tan importantes como el fondo.

La gobernadora ha experimentado lo desagradable que es –aún para los oficialistas– tener que “discutir” con Marcos Peña. Vidal tiene un contacto con la realidad del que carece Peña y, por consecuencia, dista de compartir un optimismo proselitista nacido al calor de encuestas de las que muchos oficialistas descreen. La realidad es que el jefe de Gabinete ha recuperado la centralidad del poder. No ha sido por mérito propio –su gestión es de escaso mérito– sino producto de las circunstancias. Como ya se ha dicho aquí, el fuerte suyo no es la gestión sino la elección.

Terminado ya el debate del desdoblamiento, lo que viene ahora es la definición de los candidatos. Por las dudas –y para que nadie se confunda–el candidato a la Presidencia será Macri. Cuando hablamos de candidaturas nos estamos refiriendo a los que acompañarán en la fórmula al Presidente y a la gobernadora. Ahí el panorama es variopinto.

Barajando. El ticket Macri-Michetti todavía tiene aire aún porque, a decir verdad, nadie va a modificar su voto a causa del postulante a la vicepresidencia. Se votará a favor de Macri o en contra de Macri y no de Michetti, Stanley o quien fuere.


La situación es diferente en la provincia de Buenos Aires. Ahí la discusión es tensa e intensa. Veamos: en 2015, Vidal había elegido a Cristian Ritondo para que la acompañara en la fórmula como candidato a vicegobernador. Eso significaba que los cuatro cargos más importantes a los que aspiraba Cambiemos –Presidencia y vicepresidencia de la Nación y gobernación y vicegobernación bonaerense– eran del PRO y de la Capital Federal. 

Ahí fue que Ernesto Sanz –¿dónde estará?– hizo oír su voz de queja, por lo que, en menos de 48 horas se lo bajó a Ritondo y lo pusieron a Daniel Salvador. No está clara la causa por la que Vidal no lo quiere más como compañero de fórmula a su actual vice, que ha sido un hombre leal y con muñeca política para manejar los avatares de la compleja Legislatura provincial. Lo que sí está claro, es que no lo quiere. De ahí la danza de nombres que gira alrededor de ese lugar, hecho que lo ha puesto nuevamente en órbita a Ritondo.

Sin embargo, en esta retahíla de noes, síes y peros, apareció un pero. Sucede que Emilio Monzó ya ha dicho que no competirá por su reelección como diputado. Por lo tanto la presidencia de la Cámara Baja habrá de quedar vacante. El Gobierno –es decir, Macri– quiere que el reemplazante de Monzó sea Diego Santilli o, en su defecto, Ritondo. Quiere que los dos vayan al Congreso. Hay que recordar que, mientras gobernaba Macri en la Ciudad, la Legislatura porteña era manejada por Ritondo y Santilli. Por lo tanto el Presidente aspira a tener a ese dúo –Santilli por la Ciudad y Ritondo por la Provincia– en el Congreso. “Macri quiere a gente con linaje peronista”, afirma un profundo conocedor de la “rosca” interna de Cambiemos. 

Conclusión: Vidal se quedó sin su predilecto para la candidatura a vice.


Pero, a fin de hacer la cosa más maquiavélica y para que Salvador no sienta que el puesto es suyo, ha surgido el nombre de Carolina Stanley. Y si finalmente no fuera la actual ministra de Desarrollo Social, la idea es testear el nombre de alguna persona del riñón vidalista como vice. Si después de tanto vaivén la candidatura recayera otra vez en Salvador, será un logro del radicalismo que seguramente tendrá un costo: la pérdida de legisladores.

Zona K. Del otro lado, está la muy activa Cristina Fernández de Kirchner quien, en uno de sus diálogos con un icónico intendente K de la segunda sección electoral, dijo: “Si yo soy presidenta tengo dos problemas: primero los vencimientos de la deuda externa, que son monstruosos para el 2020 y a mí nadie me va a prestar plata; segundo, es que a principios del último año de mi mandato voy a cumplir 70 años, por lo que lo voy a pensar varias veces antes de ser candidata; tercero, no tengo el equipo que tenía en su momento: el que no está preso, está jubilado.” (N. de la R: a eso llama la ex presidenta un gran equipo). Las tres cosas son ciertas. Sin embargo, al leer bien la entrelínea hay algo que surge en forma nítida: lo que CFK no dijo es que haya tomado la decisión de no ser candidata.

Las encuestas muestran que la ex presidenta mide muy bien en el Conurbano y, que con la diferencia que saca en ese bastión del peronismo, hoy podría ganar la provincia de Buenos Aires. En el resto del país, sin embargo, su imagen cae.

En el GBA despunta otra disputa interna del PJ: la de los intendentes contra Axel Kicillof.

Ninguno de esos alcaldes profesa la menor simpatía por el ex ministro de Economía, a quien CFK sigue tratando con el mimo de los preferidos. En realidad, en el peronismo nadie lo quiere. El problema que tienen es que Kicillof mide bien en las encuestas. Su discurso tiene el mismo sesgo del de la ex presidenta: habla como si no hubiera gobernado nunca; como si no hubiera dejado un 25% de inflación anual que, además, ocultaba; como si no hubiera dejado más de un 25% de pobreza, de la cual no hablaba porque era “estigmatizante”; como si no hubiera tenido nada que ver con el cepo cambiario que contribuyó al aislamiento del país y como si no hubiera tenido nada que ver con la pesada herencia de los “holdouts”.

La vigencia de Fernández de Kirchner y Kicillof da la exacta medida de la dramática dimensión de los groseros errores del gobierno de Macri.

Es una ecuación política tan clara como el agua clara.

Producción periodística: Lucía Di Carlo.


(Fuente: www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a: perfilcom@perfil.com

Aguantadero… @dealgunamanera...

Aguantadero… 

Ejemplo riojano. El gobernador Sergio Casas, uno de los que hacen cualquier cosa para quedarse. Fotografía: Redes Sociales 

¿Por qué 16 gobernadores quieren seguir al frente de sus provincias? ¿Nunca les alcanza el tiempo?

© Escrito por Beatriz Sarlo el domingo 03/02/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Para esto no se pelearon centralistas y provincianos en el siglo XIX. Sus enfrentamientos no significaron solamente ambiciones personales; invocaban cuestiones institucionales, que no siempre eran pretextos para conservar el poder o alcanzarlo. Al reconocer los derechos de las provincias, los constituyentes de 1853 quisieron debilitar el localismo autoritario y feudal, que no ha perdido fuerza en el siglo XXI. En ocasiones, parece que esta larga historia hubiera transcurrido en vano. Las peleas políticas siguen impulsadas por una avidez revestida con “principios” y causas nobles. La semana pasada, 16 gobernadores vieron coronados sus esfuerzos reeleccionistas. Entre ellos, el fabuloso Gildo Insfrán, que va por el noveno período en Formosa.

En un acto escolar, una alumna de su provincia obsequió al gobernador con un poema que halagó su personalismo. No es para menos, porque Insfrán se vanagloria de que Formosa es la provincia que más habría invertido en educación. Los implacables controles de Chequeado.com muestran que, pese al poema recitado por la nenita de guardapolvo blanco, Formosa ocupa el lugar doce en inversión por alumno. Como curiosidad, el Cippec agrupa a Formosa, Buenos Aires y La Rioja en el medio de su cuadro de inversiones educativas, con datos del 2009.

Pero mejor no mirar mucho ese cuadro, porque Urtubey, que ahora tiene aspiraciones presidenciales (¿quién no las tiene?), fue tres veces gobernador de Salta y colocó a su provincia en el peor puesto de la tabla, allí donde menos inversiones se hicieron. Solo superan a Urtubey los Rodríguez Saá que, en amable o conflictiva alternancia, gobernaron décadas San Luis; y Alberto quiere seguir por cuarta vez.

Son 16. Vuelvo a Insfrán porque su caso es llamativo. Sin parar, es gobernador de Formosa desde 1995. En 2003, una Constituyente habilitó la reelección indefinida, un “permiso” que afecta el principio democrático de alternancia. También le sobró tiempo para otros menesteres: es socio de Boudou en Old Fund, que le facturó millones a Formosa por una asesoría; y, al parecer, la sociedad fue más activa que la recaudación de ese dinero, porque sobre ella planea la sombra del affaire Ciccone Calcográfica. En las elecciones de 2019, Insfrán corre de nuevo para batir su propio récord.

El domingo 27, el gobernador Sergio Casas de La Rioja celebró un plebiscito aprovechando el calor de enero. Se votaba para habilitar una reforma de la Constitución que permitiera al gobernador Casas un tercer mandato (poca cosa si se lo compara con el linaje Rodríguez Saá en San Luis o el amigo Insfrán).

Leo el diario y, aunque estoy acostumbrada a las noticias argentinas, me cuesta creerlo. ¿Por qué toda esta gente quiere seguir gobernando su provincia? ¿Por qué no ha habido la alternancia que cualquiera puede comprobar en la lista de los gobernadores norteamericanos del último siglo, para nombrar una nación profundamente federal? Hacer memoria: Dorrego y otros federalistas argentinos admiraron las instituciones norteamericanas. Eran unos soñadores que nunca entendieron el país que les había tocado.

Imagino respuestas a la pasión de los 16 gobernadores que van por la reelección: están orgullosos de lo que han hecho y no quieren dejar su obra a mitad de camino, una obra a la que, como a las catedrales y las pirámides, no le alcanzan quince años, ni veinte; o tal vez han delinquido demasiado y temen un sucesor adverso; quizá no alcanzaron a fortalecer su equipo, o se sienten irreemplazables y temen a sus sucesores no solo porque vayan a cortarles las piernas o mandarlos a la Justicia, sino porque se consideran a sí mismos los únicos capaces. ¿Y si son simplemente personalistas que no se conciben fuera del poder, al que necesitan como aguantadero?

¿Cambiemos? Los gobernadores de Cambiemos conversan hace meses con la Jefatura de Gabinete si conviene o no desdoblar las elecciones nacionales de las provinciales. Vidal quería desdoblarlas, persuadida de que ella podría salvar su ropa más fácilmente si no tenía que ayudar a salvar la de Macri. El Presidente, con toda la razón del mundo, la presionó para que las elecciones nacional y provincial sucedieran el mismo día. En primer lugar, él puso a Vidal en la provincia; y, en segundo, fue generoso con ella, como no lo había sido Cristina con Scioli: “Si Cristina me hubiera tratado como este ejecutivo nacional trató a su gobernadora, no estaría donde estoy ahora, de relleno en las revistas de chismes”, debe fantasear retrospectivamente Scioli.

Por su parte, Vidal quiere ser gobernadora y luego presidenta. Finalmente, el PRO acordó una sensata simultaneidad de ambas elecciones. Nadie pensó si los ciudadanos votarían más libremente si no se vieran obligados a elegir los dos cargos en el mismo día. Nadie creyó en este discurso que circuló por allí. Se discutió hasta que se convencieron de que, sin desdoblamiento, los dos resultaban favorecidos. Que se hayan equivocado o no, es otra cuestión que sabremos en las elecciones. Está claro que a nadie le importó cuál era la forma más libre y racional de plantear una elección. Todo lo que se haya dicho sobre la yuxtaposición o la separación de las fechas es doble discurso y retórica.

La “mesa chica” de Cambiemos quería prolongar hasta marzo el suspenso sobre elecciones conjuntas o desdobladas. Pero los consejeros de Vidal creyeron inconveniente que las vacilaciones se leyeran “como una especulación”. Es decir, no querían que se las interpretara como lo que eran: un cálculo político al que le faltó tiempo y apoyo. Pero, en vez de callarse la boca, siguieron hablando: “Hay que darles previsibilidad a los bonaerenses y decirles cuándo van a votar”. Esto es sencillamente una mentira, porque no se trata de la razón por la cual las elecciones finalmente no se desdoblaron. La razón es que Macri y su entorno creen que todo debe subordinarse a la elección de presidente y que, en consecuencia, no hay que perder los votos que podrían ir a Vidal y no a la reelección de Macri si cada uno jugara su destino por separado.

Juro que creo en mi mentira. El que miente a los otros necesita, por razones políticas, llegar a creer en lo que ha mentido. Gildo Insfrán no piensa que es una transgresión tan disparatada como descomunal ser gobernador de Formosa durante 25 años. Por un lado, conoce la profundidad de su afrenta a la democracia liberal. Por el otro, piensa que no es una simple transgresión, sino algo que está en la necesidad de las cosas, no solo en sus intereses mezquinos.

Por eso, hombres como Insfrán o como el riojano Casas, que será recordado por su plebiscito en plena canícula, no son simples mentirosos, sino algo mucho más dañino. Creen en lo que dicen, como si fuera verdad. Lo cual es mucho peor que la mentira. No son cínicos, como lo era Menem. María Eugenia Vidal y Macri repiten sus razones como si fueran las que más convienen a la gente. Hábiles gestores de una doble moral, creen en lo que dicen, aunque también sepan que son mentiras.

Los gobernadores que van por su reelección son responsables de la falta de sentido de la política argentina. Unen su suerte a su territorio. Son hombres de paja que no están en condiciones de enunciar claramente cuáles son sus motivos. En consecuencia, cualquier objeción y cualquier crítica cae desautorizada, porque no admite respuesta verdadera. Disfrazan la verdad de lo que saben y se justifican: no tengo ningún sucesor en quien confiar; necesito mantener el aguantadero de la casa de gobierno; los que vienen detrás de mí quieren destruirme; esta provincia no puede pasar a la oposición y soy yo el único en condiciones de impedirlo.

Las razones de Macri son diferentes. No puede decir: fracasé cuatro años y por eso necesito otros cuatro para demostrar que soy capaz de superar el fracaso. Tampoco  admite el razonamiento inverso: si fracasó cuatro años, no conviene darle otra oportunidad. La historia, además, muestra que los segundos períodos fueron siempre peores que los primeros. La reelección trae mala suerte.


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sábado, 2 de febrero de 2019

¿Por qué mataron al fiscal Alberto Nisman? @dealgunamanera...

¿Por qué mataron al fiscal Alberto Nisman?


Una pericia tecnológica que analiza las comunicaciones cruzadas entre Cristina Kirchner y ciertos miembros de su gabinete vinculados a la seguridad y la comunidad de espías, y una investigación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) sobre un fallido intento de venta ilegal de uranio desde Argentina a Irán, son dos instrumentos claves que se están usando para encontrar a los responsables ideológicos y materiales del asesinato de Alberto Nisman.



© Escrito por Román Lejtman el domingo 23/09/2018 y publicado por el Sitio de Noticias Infobae de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El fiscal especial del caso AMIA fue ejecutado tras alegar que la ex presidente había decidido firmar el Memorándum de Entendimiento con Irán para encubrir a los terroristas. Sin embargo, ella replicó con una operación mediática y judicial destinada a demoler la imagen pública de Nisman y a trabar en Comodoro Py su última denuncia antes de caer por el tiro de un sicario.

Irán necesitaba el uranio para equilibrar sus capacidades bélicas frente a Israel y CFK arguyó que el Memorándum serviría para hacer justicia con las víctimas del ataque a la AMIA. Fueron dos hechos esenciales que anticiparon la muerte del fiscal federal, aún impune y sin resolver.

Nisman nunca creyó en los argumentos de Cristina y su asesinato implica una trama con base local y conexión internacional. Para el fiscal muerto, el pacto con Irán encubría un negociado vinculado a los granos y al petróleo, que ahora empieza a ceder frente a los indicios que aparecen vinculados al tráfico ilegal de uranio. Nisman no pudo ratificar o enmendar su hipótesis de trabajo: fue asesinado antes de tiempo.

CFK, su gabinete, sus legisladores, sus operadores judiciales y la corporación de medios que repetía su discurso, intentaron establecer que el fiscal se había suicidado cuando tomó conciencia del error cometido al presentar la denuncia de encubrimiento y traición a la patria.

Cristina y sus aliados no solo insistieron con la hipótesis del suicidio, sino que además iniciaron una tarea de demolición de la figura pública del fiscal para condicionar el peso institucional de su último acto jurídico.

La ex mandataria desplegó todo su poder para banalizar al fiscal y logró que un juez federal de primera instancia y dos camaristas federales bloquearan la investigación formal que costó la vida a Nisman. La denuncia por encubrimiento y traición a la patria recién avanzó tras un tortuoso proceso que terminó en la Cámara de Casación Federal. Hasta ese momento, la denuncia era una pila de papeles con destino incierto.

El cruce de llamadas que ordenó la Justicia argentina puede aportar evidencia sobre la eventual responsabilidad penal de Cristina Kirchner, y esa evidencia puede consolidarse con una investigación que se está ejecutando en los cuarteles de la CIA en Washington, adonde se intenta encontrar a los responsables de un fallido negocio de tráfico ilegal de uranio desde Buenos Aires a Teherán.

La inteligencia americana tiene la copia de un expediente abierto en Brescia (norte de Italia) vinculado a un caso de corrupción local. En esa causa se ordenaron una serie de escuchas a políticos y empresarios locales que empezaron a hacer referencia a ciertos dirigentes, empresarios y militares que operan en el Cono Sur. En las escuchas se pudo interpretar que se estaba preparando una venta ilegal de uranio argentino para luego ser transportado a Venezuela con destino final a Irán.

Una copia de ese expediente fue solicitado por la embajada de Estados Unidos en Roma, que luego remitió a la CIA. La operación ilegal fracasó, pero hay muchos rastros que unen esa maniobra delictiva con ciertos miembros de la administración de CFK. Y lo más llamativo es que la negociación por el uranio ilegal sucedió cuando Cristina negociaba con Irán el Memorandum de Entendimiento que garantizaba la impunidad para los terroristas de la AMIA.

Nisman nunca llegó a leer el expediente Brescia. Lo mataron antes.

En el documental realizado por Infobae, el diputado nacional de Cambiemos Waldo Wolff avaló la teoría del asesinato con intenciones políticas: "Había mucha gente interesada en que el fiscal no tuviera la posibilidad de hacer interrogatorios, allanamientos, indagatorias, detenciones. Nisman iba a sentar en el banquillo de los acusados a toda la cúpula de los servicios de inteligencia argentino".

En sintonía con esto, el abogado de las hijas del fiscal, Manuel Romero Victorica, sostuvo: "A Nisman lo matan como consecuencia de su actuación funcional y por la denuncia que hizo contra los imputados en ese dictamen del 14 de enero del 2015, donde imputa a la entonces presidente de la nación Cristina Kirchner, al canciller Timerman y a otros adláteres del gobierno como D' Elía, Esteche, Khalil y otra serie de personajes".

Y sentenció: "Estoy absolutamente seguro de que lo mataron. Pero no porque lo diga yo. Lo dice el expediente". 

Por su parte, Daniel Salcedo, perito de la causa, fue terminante sobre sus conclusiones: "A Nisman lo mataron. Pudimos demostrar desde el punto de vista criminalístico, científico y forense que fue un homicidio y no una muerte violenta de otras características como un accidente o suicidio".

Asimismo, criticó arduamente cómo se trató la escena del departamento donde fue hallado el investigador: "Las contaminaciones en la escena del crimen esencialmente uno puede pensar que responden a impericia, imprudencia, ignorancia. Lo que es seguro es que no se respetó ningún protocolo de actuación vigente en el mundo. El hecho de que esté tan contaminado y la actuación haya sido tan mala en realidad puede responder a dos aspectos: que sean absolutamente personas amateurs y el segundo es que hayan contaminado a propósito".
  
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miércoles, 30 de enero de 2019

Maduro y Allende… @dealgunamanera...

Maduro y Allende…

Presidente de Venezuela Nicolás Maduro y Presidente de Chile Salvador Allende.

No podemos callar y aceptar que Maduro pretenda guarecerse en la imagen del Presidente Allende, desprestigiándolo y distorsionando la realidad. Allende es un símbolo de integridad moral, de compromiso social y de vocación democrática incuestionable. La experiencia de Maduro, en cambio, ha traído persecución política, miseria, crisis humanitaria, hambre, emigración masiva y el sufrimiento del pueblo venezolano.

© Escrito por Sergio Bitar el viernes 25/01/2019 y publicado por el Diario Digital El Mostrador de la Ciudad de Santiago de Chile, República de Chile.

En repetidas ocasiones Maduro ha intentado refugiarse en la imagen de Allende. No podemos dejar pasar esta grave distorsión de la realidad histórica. Ni Chávez ni Maduro tienen nada en común con Allende.

Allende fue un hombre de una trayectoria democrática impecable. Diputado, senador, ministro, Presidente de la República, ejemplo de vida dedicada al fortalecimiento de las instituciones democráticas, la ampliación de las libertades y de los derechos de los trabajadores y de la gente más pobre. Chávez fue un coronel que intentó un golpe de Estado en 1992 y luego triunfó en las elecciones de 1999, sin tradición democrática. Inició un proceso de regresión democrática y de deterioro económico, que solo se pudo ocultar por el alza cuantiosa del precio del petróleo.

Allende respetó la Constitución y las leyes, las libertades personales, el Parlamento actuó sin restricción alguna, la Corte Suprema ejerció sus funciones con plena independencia, la libertad de expresión alcanzó su más amplia extensión, todos los partidos políticos se desplegaron y fortalecieron. Jamás se violaron los Derechos Humanos, ni hubo presos políticos. El caso venezolano con Chávez y Maduro es completamente distinto. La elección de la Asamblea Nacional legítima fue atacada y se intentó sustituirla por un órgano ilegal, existen presos políticos desde hace muchos años, las libertades de expresión han sido cercenadas con el control de los distintos medios de comunicación, ha habido persecución y exclusión de partidos políticos, matonaje y represión.

En el ámbito económico la diferencia es enorme. Allende luchó por recuperar las riquezas básicas que se encontraban en manos extranjeras, organizar a los sectores trabajadores modestos y reducir la miseria. En el caso de Venezuela, el petróleo ya estaba en manos del gobierno, no había nada que nacionalizar. Y a pesar de ello, el gobierno venezolano, sin oposición de país ni empresa alguna, provocó una caída sin precedente de la producción, de cerca de 3 millones de barriles diarios a menos de 1 millón ahora.

Venezuela exporta sin problema a Estados Unidos, donde además posee una empresa distribuidora de gasolina (CITGO). Pero su fracaso es tal, que de exportador de gasolina a EE.UU., ahora la importa desde ese país. No solo han tenido todo el mundo abierto al comercio, sino además contaron con un enorme financiamiento de China, inexistente antes. Este desastre nada tiene que ver entonces con el “imperialismo y la burguesía”, es solo incapacidad e ineficacia. En el caso chileno, la nacionalización del cobre fue respondida por el gobierno de Nixon y de las compañías del cobre con bloqueos, cortando el financiamiento internacional, de repuestos, promoviendo el embargo de los embarques de cobre cuando llegaban a los puertos de destino en Europa.

Las condiciones internacionales de 1970 eran completamente distintas a las del año 2000. Chile debió enfrentar un período de Guerra Fría en que la actitud norteamericana del gobierno de Nixon hacia Chile fue implacable desde un comienzo, tratando de impedir la asunción de Allende y complotando para socavar el gobierno, mediante ahogo financiero y la presencia activa de la CIA, como quedó en evidencia en las propias investigaciones del Senado de EE.UU. Nada de eso ha ocurrido en Venezuela.

Tampoco es similar la situación de las Fuerzas Armadas. En el caso chileno, ellas formaban a sus oficiales en la llamada doctrina de la seguridad nacional, con cursos impartidos en Panamá, mostrando que el enemigo era interno y, por lo tanto, su tarea era aplastar cualquier movimiento social que quisiera impulsar cambios. Nada de ello ha existido durante los gobiernos de Chávez y Maduro. Ellos han contado con el respaldo total de las Fuerzas Armadas, sin lo cual no podrían haber sobrevivido al desastre humanitario, la indignación popular y el quiebre de las instituciones democráticas.

En Chile, ni creció la violencia criminal ni mucho menos la corrupción. La dictadura chilena, que intentó difundir falsedades como el llamado Plan Z y luego de reiteradas investigaciones a las cuentas personales y de los familiares de los principales dirigentes de la Unidad Popular, nunca pudo realizar acusación alguna. Nada de eso se compara entre el Chile de Allende y la Venezuela de Chávez y Maduro, donde se presenta una de las más altas tasas de homicidio del mundo.

Mucho daño ha hecho ya la experiencia de Maduro, la persecución política, la miseria de un pueblo, la crisis humanitaria, el hambre, la emigración masiva, el sufrimiento del pueblo venezolano.

Esta terrible experiencia ha provocado temor a las experiencias progresistas de América Latina, y hoy es un arma que utiliza la derecha para atacar a quienes intentan cambios económicos y sociales. La campaña de “Chilezuela” es un ejemplo, y similares campañas se han articulado en otros países.

No podemos callar y aceptar que Maduro pretenda guarecerse en la imagen del Presidente Allende, desprestigiándolo y distorsionando la realidad. Allende es un símbolo de integridad moral, de compromiso social y de vocación democrática incuestionable.



domingo, 27 de enero de 2019

Superliga. Huracán 2 vs. Rosario Central 1... @dealgunamanera...


El Globo derrotó a Rosario Central en el Ducó…


El equipo que conduce Antonio Mohamed venció esta tarde al Club Atlético Rosario Central por 2 a 1 con goles de Andrés Roa y Lucas Barrios. Germán Herrera marcó el tanto de la visita.

© Escrito por Nicolás Roncoroni el sábado 26/01/2019 y publicado por el Departamento de Prensa del Club Atlético Huracán de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fotografías: Daniel Méndez. 

El conjunto de Parque Patricios abrió la jornada de sábado de la Superliga Argentina de Fútbol esta tarde con el encuentro frente al Club Atlético Rosario Central en el Estadio Tomás Adolfo Ducó.

El Globo fue claro protagonista de la primera etapa del partido. Desde el minuto inicial, los quemeros tomaron el control de la pelota y crearon las mejores situaciones de gol. Después de una gran combinación entre Lucas Barrios y Andrés Roa, Lucas Gamba tuvo el primero, pero Oscar Cabezas sacó el balón en la línea.

Al instante, Barrios remató de media distancia y la pelota se fue apenas por al lado del palo. Los rosarinos tuvieron una chance con Alfonso Parot, que Iván Rossi quitó en el área chica. Gamba respondió con un derechazo, el cual sacó Jeremías Ledesma de gran forma.

A los 40 minutos, el colombiano Roa robó una pelota en la salida visitante y, tras eludir al arquero, puso el 1 a 0 para Huracán. Poco tiempo después, a los 43, Gamba desbordó por la derecha y le dio el pase a Barrios para el 2 a 0 del Globo.

Los Canallas descontaron a los 3 del segundo tiempo por medio de Germán Herrera, quien aprovechó un rebote de Antony Silva y con el taco puso 1 a 2. Claudio Riaño y Agustín Allione contaron con dos oportunidades para el empate, pero ambas ejecuciones no fueron precisas.

Si esto no es ser un HDRP... ¿Qué será ser un HDRP, no Ortigoza?

A los 37, el árbitro Jorge Baliño expulsó a Néstor Ortigoza y a Federico Mancinelli por una discusión que tuvieron en el centro del campo. En el cierre del cotejo, los dirigidos por Antonio Mohamed lograron mantener el resultado sin problemas y concretaron la victoria por 2 a 1 en el partido correspondiente a la 16ta. fecha de la Superliga.

Los quemeros volverán a jugar el domingo a las 19:20 contra Racing Club en Avellaneda.

Síntesis:

Huracán 2

Antony Silva; Cristian Chimino, Federico Mancinelli, Saúl Salcedo, Carlos Araujo; Carlos Auzqui, Israel Damonte, Iván Rossi, Andrés Roa; Lucas Barrios y Lucas Gamba. DT: Antonio Mohamed.

Rosario Central 1

Jeremías Ledesma; Gonzalo Bettini, Matías Caruzzo, Oscar Cabezas y Alfonso Parot; Diego Becker, Fabián Rinaudo, Néstor Ortigoza y Jonás Aguirre; Jarlan Barrera y Claudio Riaño. DT: Edgardo Bauza.

Gol en el primer tiempo: 39m Andrés Roa y 45m Lucas Barrios (H)

Goles en el segundo tiempo: 3m Germán Herrera (RC)

Cambio en el primer tiempo: 43m Norberto Briasco por Roa (H).

Cambios en el segundo tiempo: al inicio entró Germán Herrera por Barrera (RC), 13m Agustín Allione por Becker (RC), 19m Walter Pérez por Auzqui (H), 31m Andrés Chávez por Barrios (H) y 45m Washington Camacho por Riaño (RC).

Amonestados: Alfonso Parot, Germán Herrera y Óscar Cabezas (RC), Norberto Briasco (H).

Incidencias en el segundo tiempo: 37m expulsados Nestor Ortigoza (RC) y Federico Mancinelli (H)

Árbitro: Jorge Baliño.

Cancha: Estadio Tomás Adolfo Ducó.