sábado, 19 de agosto de 2017

Encuentran restos de ketamina en el cadáver de Nisman... @dealgunamanera...

Encuentran restos de ketamina en el cadáver de Nisman...

Alberto Nisman, ex fiscal.

El informe pericial de Gendarmería encontró esa droga, junto con Clonazepam. Esa combinación es un potente anestésico.

© Escrito por Alejandro Alfie el sábado 19/08/2017 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La pericia toxicológica que está realizando la Gendarmería encontró ketamina y clonazepam en el cadáver del ex fiscal Alberto Nisman, según adelantaron fuentes de la investigación a la cadena de noticias TN -del Grupo Clarín-.

Los peritos consideran que hay dos hipótesis en torno al hallazgo del clonazepam y la ketamina: una posibilidad es que Nisman se haya drogado, para tener un efecto alucinógeno; mientras que si otras personas le hubieran suministrado esas drogas, para anestesiarlo, "estaríamos en presencia de algo mucho más grave, ya que eso justificaría que no haya opuesto resistencia si es que lo mataron", dijo una fuente judicial.

La causa Nisman ingresó hace un año en la órbita del juez federal Julián Ercolini y el fiscal federal Eduardo Taiano. Pero las pericias fueron encargadas a la Gendarmería por la anterior jueza, c.

De hecho, el estudio toxicológico hecho anteriormente, cuando la causa estaba en manos de la jueza Palmaghini y la fiscal Viviana Fein, ya había detectado el clonazepam, que es un medicamento de uso muy frecuente, que se utiliza como ansiolítico para inducir el sueño.

Pero ahora es la primera vez que surge de un informe pericial que el cuerpo de Nisman tenía ketamina. Esa droga se puede usar con fines recreativos en niveles sociales medio-altos, aspirándola como cocaína, por ejemplo en fiestas de música electrónica; aunque también tiene fines anestésicos, de uso médico y veterinario, para dormir a perros, caballos y seres humanos para forzar el sueño.

Los especialistas en toxicología, aseguran que la ketamina usada como droga recreativa genera estados pseudo-alucinógenos. Pero si hubiera sido usada para dormir a Nisman tendría un efecto muy fuerte y "debería haber un sitio de inyección" en el cuerpo del ex fiscal, ya que ese tipo de anestesia se suministra en forma intravenosa.

El clonazepam es un medicamento de uso muy frecuente, que se usa corrientemente como ansiolítico para inducir el sueño. Pero combinado con la ketamina podría no sólo potenciar el efecto alucinógeno de la ketamina, sino generar cierta pérdida de memoria. "A mí no se me ocurriría suministrarle la suma de esas dos drogas a nadie para dormirlo, porque hay sustancias mucho más efectivas para eso", dijo un especialista en toxicología.

Fuentes de la Gendarmería confirmaron a diario Clarín que el informe final, con la pericia toxicológica y otras pericias que está realizando esa fuerza sería entregado en las próximas dos semanas a la Justicia. Se trata de un peritaje interdisciplinario de Gendarmería, sobre el que trabajan 23 especialistas de distintas áreas, donde también participan los peritos de parte (de la defensa de Diego Lagomarsino y de la familia del fiscal). Una anécdota que contaron en Gendarmería, es que para la realización de ese informe interdisciplinario se construyó en el edificio Centinela un baño idéntico al que había en el departamento de Nisman, a escala real, para realizar algunas pericias.

Un adelanto de ese informe, publicado por el diario Página/12, afirma también que la hora en que murió Nisman fue en la madrugada del domingo 15 de enero de 2015, varias horas después que el anterior informe pericial.

Según los peritos que están trabajando en el informe de Gendarmería, Nisman falleció a las tres de la madrugada del domingo, varias horas después de que Diego Lagomarsino abandonara el departamento del ex fiscal. Todavía no hay una explicación clara respecto al uso que tuvo la computadora de Nisman, a las 7 de la mañana del domingo, aunque lo más probable, según fuentes judiciales, es que haya sido una "intrusión informática en forma remota".

Cuando se conectó la computadora del fiscal, en la mañana del domingo, ingresó en el buscador de Google la palabra "psicodelia", en sintonía con el efecto de la ketamina y el clonazepam. También consultó su correo electrónico en Yahoo; e ingresó en los portales de noticias de Clarín, Pagina/12, Perfil y La Nación.


La derecha popular… @dealgunamanera...

La derecha popular… 
Matriz de medios y política desde los 90. Clarín no se dibuja por estar en todos los cuadrantes.

Hasta las PASO, se repitió como verosímil la versión de que Macri terminaría como De la Rúa. Equivocación que no tuvo en cuenta algunas diferencias.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 19/08/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Para un trabajo académico sobre cómo la subjetividad en periodismo afecta a la política y se ve afectada por ella, estoy entrevistando a las cincuenta principales estrellas y a los conductores de redacciones de la Argentina de los últimos treinta años. Uno de los actores principales del éxito de Radio 10 a fines de los años 90 sostuvo: “Macri está llevando a la práctica la ideología de derecha popular que hizo a Radio 10 líder al final del menemismo. Nosotros les decíamos a los sindicalistas ‘vagos, vayan a trabajar’, y Macri, junto con Vidal, mandan a trabajar a los maestros. Nosotros pedíamos mano dura y Patricia Bullrich más Vidal combaten el delito con determinación. Nosotros promovíamos penalización para los pibes chorros y Esteban Bullrich declara ‘todos los días un metro más de asfalto, una sala más, un pibe más que está preso’. Incluso la música, porque hasta que Radio 10 instaló pasar música en español, todas las demás radios pasaban música en inglés, y Macri terminó bailando música de Gilda con la banda presidencial”.

Qué pasó con las PASO. Hasta los resultados del domingo pasado, se repitió como verosímil la versión de que Macri terminaría como De la Rúa, yéndose en helicóptero. Equivocación que no tuvo en cuenta las diferencias entre la derecha (o centroderecha) popular y la tradicional que De la Rúa simbolizó. Para hacer más fácilmente visible esa representación, el gráfico que acompaña esta columna se divide en cuadrantes: dos de ellos representan la clásica división entre derecha e izquierda, y también, desplazándose horizontalmente, los otros dos de abajo, la división entre popular (y/o mítico) por un lado e intelectual (y/o epistémico) por el otro. En cada cuadrante, un presidente del pasado: Alfonsín en izquierda intelectual, De la Rúa en derecha intelectual, Kirchner en izquierda popular y Menem en derecha popular.

Las audiencias de los medios son gigantes encuestas o focus group que reflejan cambios de tendencia electoral.


El error del helicóptero surge de colocar a Macri en el cuadrante de derecha intelectual (el de De la Rúa) cuando está en el de derecha popular (el de Menem), lo que se clarifica al sumar al gráfico la relación que hay entre subjetividad en los medios de comunicación y su relación con las preferencias políticas, haciendo más visible el verdadero posicionamiento del PRO y explicando por qué Macri se lleva mal con el círculo rojo y es subestimado por las elites clásicas, como lo fue en su época de estudiante en el colegio Cardenal Newman porque era hijo de inmigrantes.

Los deportes son otro ejemplo: el diario La Nación tiene la mejor cobertura de los llamados en su redacción “deportes blancos”, el rugby entre ellos, igual que en el Cardenal Newman, mientras que Macri es futbolero y como dijo un destacado empresario del círculo rojo: “Como es futbolero, le gusta que lo aplauda la tribuna”.

La alianza del PRO con el radicalismo y su tácito antiperonismo, por lo menos funcional, pudo confundir a quienes veían a Macri más cerca de los ideales republicanos de Alfonsín o De la Rúa, e inhibir a los analistas de colocar a Macri en una zona común con Néstor Kirchner y Menem, pero con el paso de los meses esto se hará cada vez más evidente. La primera señal fue nombrar dos jueces de la Corte Suprema por decreto. La más reciente: la votación, el jueves en el Consejo de la Magistratura, enviando a juicio político al juez Eduardo Freiler, calificada como picardía o trampa legal por los medios que simpatizan con el Gobierno pero que si hubiese sido hecha por los kirchneristas se hubiera explicado como un escándalo antidemocrático, demostrando que nos encaminábamos a Venezuela. Festejar el triunfo de Esteban Bullrich en las PASO el domingo a la noche permitiendo que se difundiera internacionalmente que Cristina Kirchner había perdido es otro ejemplo de lo que exageradamente llaman “dictadura de ojos azules”: maneras educadas para el mismo tipo de acciones.

Macri se endeudó como Menem y aumentó el déficit fiscal como Cristina. Lo opuesto a De la Rúa y L. Murphy.


Macri no es idealista, muestra ser decisionista y resultadista, como Néstor Kirchner (no así Cristina) y como Menem. Otra señal se percibió en la inconsistencia técnica de su plan económico: Macri fue ortodoxo en materia cambiara pero heterodoxo con el déficit fiscal, el que hasta agrandó, mientras que el disciplinado De la Rúa frente al mismo problema de déficit fiscal, en su caso heredado de Menem y no de Cristina, hizo un ajuste fiscal clásico y perdió las elecciones legislativas. Macri, en cmabio, se endeuda igual que Menem.

Mediopolis. En este gráfico que cruza votantes de distintos presidentes y las audiencias de diferentes medios, no se incluye al Grupo Clarín porque su política editorial, al buscar satisfacer a todos los públicos en todas las plataformas, puede ocupar todos los cuadrantes, priorizando proporcionalmente más unos que otros en función del humor social de cada momento. Paralelamente, los medios más representativos de la derecha: la Radio 10 de fines de los 90, y de la izquierda: el diario Página/12, fueron lobotomizados en distintas proporciones durante el kirchnerismo. En el caso de Radio 10, mientras continuó siendo de Hadad tuvo que atemperar su posición de derecha para sobrevivir con publicidad oficial durante el kirchnerismo y pasar a abandonar directamente ese posicionamiento al ser comprada por Cristóbal López.

Para Menem hacía falta una dosis de malicia para gobernar, que De la Rúa carecía y Macri mostró con Freiler y el escrutinio.


En el caso de Página/12, mientras la dirigía Lanata, la primera mitad de los años 90, se superponía más con la posición de la revista Noticias, continuada años después por el diario Perfil, para ir abandonando ideas liberales y aumentando su actual sesgo mítico-popular, profundizado con la llegada del kirchnerismo. El propio Lanata tampoco se mantiene en el cuadrante de cuando dirigía Página/12, subsumido hoy en el gran continente que representan los medios del Grupo Clarín.

El público menos especializado en temas políticos puede registrar más rápido señales analógicas del tipo Boca = popular y quedar menos enredado en definiciones ideológicas que pueden confundir a algunos analistas y al círculo rojo. Los distintos estudios de opinión pública muestran una relación directa entre la mayor proporción de votantes de Macri y los sectores menos politizados.

Pero que los cuadrantes de medios y política resulten últiles para generar otra perspectiva de los corrimientos electorales no debe hacer confundir rating con votos, y siempre hay que tener en cuenta que Ibope mide el rating en el Gran Buenos Aires, donde se concentra un tercio de los habitantes, que no siempre representan a todo el país.


miércoles, 16 de agosto de 2017

Primera venta en 25 años de los PA-25-Puelche... @dealgunamanera

Primera venta en 25 años…

El Puelche es un avión civil, aeroaplicador, que se usa principalmente en el sector agrícola.

La Fábrica Argentina de Aviones exportó por primera vez desde su reestatización

© Escrito por Ignacio Ortelli el miércoles 16/08/2017 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La compañía que funciona en Córdoba logró colocar dos modelos "PA-25-Puelche" a una empresa privada de Colombia, en una operación cercana a los 500 mil dólares.

Luego de 25 años y por primera vez desde que fue reestatizada, la Fabrica Argentina de Aviones volvió a exportar aeronaves. Se trata de la venta a una empresa privada de Colombia de dos "PA-25-Puelche", modelo utilizado para la aplicación de fertilizantes y siembra área.

El Puelche es un avión civil, aeroaplicador, que se usa principalmente en el sector agrícola.

Se trata de la empresa reestatizada por el kirchnerismo pero que, paradójicamente, no centró sus fondos en su razón de ser: la fabricación de aviones para tener participación en el mercado local e internacional. Todavía está latente el pago de $42 mil a la actriz Florencia Peña para que diera una charla con motivo del Día Internacional de la Mujer, en 2013. O la lujosa fiesta que, como reveló este diario, se realizó en 2014, bajo gestión camporista, con motivo del 87º aniversario de la compañía y le costó al Estado unos $ 646 mil. 

La operación, que le dejará a la compañía estatal unos 500 mil dólares, tiene un condimento especial: es la primera vez en 90 años de historia que FAdeA exporta aviones civiles. Hasta el momento sólo había registro de ventas de aviones militares.

No obstante, se trata de un cambio radical en la forma en la que operó la compañía durante la gestión kirchnerista. E incluso antes de ser reestatizada: la última exportación fue en 1992, cuando vendió aviones Pucará a Sri Lanka.

En FAdeA califican la venta como un hito para la historia de la compañía. “Esta exportación es un claro ejemplo de la visión dual que hoy posee la empresa, donde ponemos énfasis en satisfacer las necesidades aeronáuticas de nuestro país y también en desarrollar negocios con terceros que generen ingresos genuinos", dijo Ercole Felippa, presidente de la firma que depende del Ministerio de Defensa que conduce Oscar Aguad.

El Puelche es un avión aeroaplicador, fabricado bajo licencia por FAdeA. Y además de usarse para la aplicación de fitosanitarios, fertilizantes y siembra aérea, se lo utiliza para la siembra de alevinos en ríos, lagos y diques y como remolcador de planeadores. Posee un motor Lycoming de 230 y 260 hp. en versiones de hélices de paso fijo o variable.

El Puelche es un avión civil, aeroaplicador, que se usa principalmente en el sector agrícola.

El plan de negocios de la compañía contempla al mercado local: se concretó también otra venta a un empresario argentino y hay negociaciones abiertas para cerrar otra operación, según confiaron fuentes calificadas.

De concretarse la operación, FAdeA embolsaría -en forma global- un millón de dólares. Mucho si se tiene en cuenta que no generaba ingresos genuinos desde hace más de dos décadas, pero poco si se lo compara con el enorme déficit operativo que dejó el kirchnerismo.

Los últimos años de la gestión K fueron dramáticos para FAdeA: es que en 2013 tomó el control La Cámpora, a través del joven Matías Savoca, impuesto por el referente camporista Santiago "Bombita" Rodríguez. Y el déficit pasó de 150 millones de pesos a $1.401. Pese a este desembolso, un informe que se le encargó a la consultora internacional Deloitte determinó que "no se fabricó nada que pueda volar"

Sólo en 2012 y 2013, ya bajo la influencia de La Cámpora ingresaron 750 de los 1.600 empleados que dejó el kirchnerismo. En esa plantilla se advertía un fuerte contraste: por un lado, mano de obra muy calificada pero desaprovechada; y por otra parte, exceso de personal al que las autoridades macristas dijeron que tuvieron que salir a buscarle tareas. La apertura de un programa de retiro voluntarios posibilitó que la nómina se redujera en 500 empleados.

El Puelche es un avión civil, aeroaplicador, que se usa principalmente en el sector agrícola.

Pero además, bajo la actual administración, FAdeA se propuso cambiar el paradigma y salir a buscar clientes en el sector privado. Es que, para este año, el objetivo es reducir el déficit a $260 millones.


domingo, 13 de agosto de 2017

Ganan todos, pierden todos… @dealgunamanera...

Ganan todos, pierden todos…

Ganan todos, pierden todos. Foto: Cedoc

Quedarán diez semanas hasta las elecciones de octubre, y allí sí comenzará otro ciclo de la política argentina.

Hoy a la noche, lo más probable, será escuchar que todos ganaron: Cambiemos en el país, Cristina en la Provincia. Que con sólo repetirse estos resultados en octubre (y podrían mejorarlos) Cambiemos aumentará la cantidad de legisladores y será el partido con más votos a nivel nacional. Y el kirchnerismo, que con su líder convertida en senadora desde diciembre comenzará a bombardear a Macri proponiendo medidas como retrotraer el aumento de tarifas y transformarse en la candidata natural de la oposición para 2019.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 13/08/2017 y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Pero en realidad, es muy probable que todos hayan perdido. Porque en estas elecciones se plebiscitan esencialmente las primeras consecuencias del cambio de modelo económico y la actitud frente a la corrupción. Y habrá votado contra la corrupción que encarna el kirchnerismo más del 80% de la población del país y descontento con los resultados económicos de los primeros dos años de Macri el 65% de los argentinos.

También pierde Massa, que ya sin De la Sota no tendrá la misma cantidad de votos nacionales que en 2015 (dicen que De la Sota piensa regresar con todo en 2018 para ser el conductor nacional del panperonismo). 

La derrota suele enseñar más que el triunfo. Vale tanto para Cristina como para Macri.

Lo mismo Randazzo, que se había imaginado otro resultado sin Cristina candidata o compitiendo con ella en las PASO dentro del mismo partido. Y los gobernadores del PJ, a quienes con Cristina en el Senado se les dificultarán las negociaciones con Macri. 

Las encuestas con las que se llega a la elección reflejan un contexto de interregno político donde Cambiemos aún no terminó de consolidarse pero tampoco ninguna otra fuerza emerge con claridad. Pero otro sería el escenario si Cambiemos sorprendiera ganando en la provincia de Buenos Aires por dos puntos, como indicaría la última encuesta de una importantísima empresa que trabaja para el Gobierno y no quiere jugarse a hacer públicos sus pronósticos para las PASO, aunque sí los hará para las de octubre. Después de los errores en los pronósticos del Brexit, el triunfo de Trump y la derrota de la “paz” en Colombia, las encuestas son instrumentos cada vez más frágiles. La decena de encuestadoras que dieron ganadora a Cristina Kirchner en la provincia de Buenos Aires mantenían un porcentaje de indecisos mayor que la diferencia a favor de la ex presidenta sobre Cambiemos. 

Pero empatando o aun si le ganara a Cristina, en cualquier caso Macri deberá replantear sus próximos dos años si no quiere vivir con el corazón en la boca todo el tiempo. En la columna de ayer se mostraba el grado de relación entre consenso político y bonanza económica, reflejado en los dos picos de mayor crecimiento económico de nuestra historia contemporánea durante los cuatro años entre 1991 y 1994, cuando crecimos el 36%, y en los cinco años entre 2003 y 2008, cuando crecimos el 44%. Antes y después de esos dos períodos, nunca se había logrado crecer más de dos años seguidos, repitiendo el stop and go de nuestro clásico frenar y andar.

Lo mismo el panperonismo: aun ganando la provincia a Cristina Kirchner, no le alcanzará para aspirar a ganar un ballottage en 2019; si Massa no llegara al 20% en las PASO, correría el riesgo de quedar jibarizado en octubre por efecto de la polarización, y por lo mismo Randazzo, de caer en la insignificancia.

Transversalidad 2018. La alianza natural que se podría producir es la de Cambiemos con los gobernadores del PJ, quienes no tienen una visión de la economía incompatible con la de Macri.

Si en los próximos meses se confirmaran los pronósticos de crecimiento económico que tiene el Gobierno en un hipotético plebiscito, ya no votaría en contra de la economía el 65% de la población y a la natural coincidencia de intereses entre los poderes ejecutivos provinciales y el nacional por la necesidad de ambos de gobernabilidad se sumaría la conveniencia política de acompañar un modelo económico que rinda frutos y sea, progresivamente, más apoyado por la mayoría de la población.

La transversalidad peronista-radical que llevó adelante Néstor Kirchner en 2007 podría ser recreada una década después desde Cambiemos, invirtiendo la ecuación con el peronismo como acompañante. Pero para que sea posible, tendría que haber un éxito económico palpable por una gran mayoría que recreara una de las condiciones de posibilidad de un pacto político.

"Cambiemos gana en Argentina y Cristina en Buenos Aires", triunfo compartido, derrota compartida.


Que pierdan todos no necesariamente tendría que ser malo para todos. El triunfo no pocas veces estanca a las personas y el fracaso, al interpelarlas, las empuja a mejorar. Macri, comprendiendo que “riqueza es diversidad en armonía”, precisa sumar más espesura política en su gobierno. Por su parte, Cristina Kirchner, comprobando qué lejos quedó su 54% a nivel nacional y necesita orientarse a buscar una negociación con el peronismo para pasar su vejez más tranquila, viéndose en el espejo que le devuelve la situación actual de Menem.

Probablemente estas elecciones sean también el comienzo del paso a retiro de figuras, partidos o aspiraciones. Por ejemplo, Stolbizer podría quedar sin una banca.

Lousteau, con su aspiración a suceder a Rodríguez Larreta en 2019 muy herida. Otros comienzos de retiro serían los de Rodríguez Saá y Pino Solanas mientras que el caso opuesto será su ex aliada Elisa Carrió, quien podrá obtener en la Ciudad de Buenos Aires la mayor victoria porcentual de toda su carrera política. Quizá sea ella la única ganadora que todos descuentan antes de abrir las urnas a las 18.

Quedarán diez semanas hasta las elecciones de octubre, y allí sí comenzará otro ciclo de la política argentina. Por entonces, a Macri le será más útil contar con los consejos de Emilio Monzó que con los de Duran Barba.


Gobierno vs. CFK... @dealgunamanera...

A quién le alcanza…


Los votos de hoy pueden ser reveladores de cuál será el futuro político de Macri, Vidal y Cristina.

Las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) tienen dos consecuencias: definen a través del voto los candidatos de cada de uno de los partidos para la elección de octubre venidero y se transforman en una verdadera encuesta abierta de alcance nacional que, a la manera de una foto, le permite a cada agrupación política conocer cuál es la verdad de su presente electoral. De esas dos consecuencias, la de mayor significación es la segunda ya que –salvo en algunos casos– en nuestro país la primera se torna abstracta debido a la falta de competencia interna que exhiben las alianzas partidarias. Por eso, los tres interrogantes que se plantean en la jornada cívica de hoy – ¿Ganará Cristina Fernández de Kirchner o ganará Esteban Bullrich? En caso de que CFK ganara, ¿con qué guarismos y con qué diferencia sobre Bullrich? ¿Cómo le irá al oficialismo a nivel nacional?– van más allá de la interna partidaria. Es algo que Mauricio Macri siempre supo y que, increíblemente, algunos conspicuos miembros de Cambiemos, no. En ese marco, la batalla electoral por la senaduría de la provincia de Buenos Aires es su desvelo.  

La campaña electoral, que ha sido en general mala, ha dejado sin embargo mucho para el análisis. Ante la escasez de propuestas, las formas han sido casi todo.

Lo que se vio. Hemos asistido a una campaña que pareció hecha a partir de las sugerencias e ideas de Jaime Duran Barba: actos en los que candidatos aparecen en medio de un escenario rodeados por la gente; candidatos que pronuncian discursos cortos que apelan a lo emotivo; spots publicitarios en los que habla la gente. Donde más se notó el cambio fue en CFK. Nada hubo de las largas peroratas de sus Aló presidenta. “Hemos decidido que había que escuchar a la gente” –parece que antes no–, dijo la ex presidenta en su discurso de cierre en La Matanza. Habló poco y se mostró poco. Su objetivo fue mantener el caudal de sus votantes, ese núcleo duro del kirchnerismo que le es absolutamente fiel y que, según exhiben la mayoría de las encuestas, le augura buenas posibilidades.

El precandidato a senador Esteban Bullrich representó, hasta aquí, un verdadero dolor de cabeza para el oficialismo. Su nominación fue producto del dedo del Presidente y, hasta aquí, en sus cercanías muchos consideran que cometió un error. “Perdimos un muy buen ministro que como candidato resultó malo”, se confesaba en la mañana del jueves último un operador del Gobierno que, aun cuando se esperanzaba con los guarismos de alguna encuesta de último momento, no paraba de lamentarse por la mala performance que tuvo Bullrich durante toda la campaña. La verdad es que un triunfo suyo sería un batacazo.

“De no haber sido por sus disputas de protagonismo con María Eugenia, la candidata debió haber sido Lilita”, reconoció otro funcionario de cercanía con el Presidente. Por todas estas circunstancias, tanto la gobernadora como la diputada debieron ponerse la campaña sobre sus espaldas. La fuerte imagen positiva de Vidal –incluso superior a la del Presidente– llevó a Macri a dejarle el rol central en la parte final. De hecho, si hoy se diera el resultado positivo que sólo una o dos encuestas le dan al oficialismo, deberán levantarles un monumento de gratitud tanto a la gobernadora como a Carrió.

Más allá de Buenos Aires

El panorama luce diferente para el Gobierno en el resto del país. Ahí, los pronósticos hablan de buenos resultados que buscará capitalizar mostrando un crecimiento que lo consolida como primera fuerza a nivel nacional. En ese marco, la aspiración es, además, ganar alguna provincia más. En la mira están Santa Cruz, San Luis y Santa Fe. Sergio Massa está lejos de la disputa central, y Florencio Randazzo, lejísimos.

Cada elección plantea un escenario propio y, por lo tanto, hacer comparaciones con las anteriores es casi siempre un error. Vale esto para los que intentan hacer algún paralelismo entre esta elección y las de 2013 y 2015. En 2013, el triunfo de Massa estuvo apuntalado por la decisión del macrismo de apoyarlo en aquella cruzada que tenía como objetivo impedir la reforma de la Constitución Nacional que buscaba darle vuelo al proyecto de reelección indefinida con el que soñaba CFK. En 2015 se trató de una elección presidencial, cuya dinámica es distinta a la de una legislativa.

Las encuestas muestran que el tema central de las preocupaciones de la mayoría de la gente pasa por la situación económica.

A la hora de votar, la inseguridad pesa menos y la corrupción, mucho menos. En el vasto territorio de la provincia de Buenos Aires, esto no solamente emerge como dato en las zonas más carecientes del Conurbano profundo sino también en ciudades de su interior como, por ejemplo, La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca. En 2015, María Eugenia Vidal tuvo en esas tres ciudades un caudal de votos notable, lo que le permitió compensar los que no tuvo en La Matanza. Fue una performance extraordinaria que incluso superó a la de Macri.

Hoy eso parece difícil de repetir. El impacto de la inflación y el ajuste de las tarifas de los servicios públicos ha llevado a muchas pymes a bajar sus persianas o a reducir su personal.

En ese universo anidan muchos de los desencantados a los que apeló en sus últimos discursos Vidal. Veremos si con eso alcanza para mantenerlos en el redil.

Más allá de las encuestas, la volatilidad del dólar le ha mostrado en estas semanas al Gobierno lo que la calle presiente: que CFK gana. Por eso, no alcanzó con los millones de dólares que el Banco Central lanzó al mercado para frenarlo. Es un adelanto de lo que pasará si el Gobierno no hace una buena elección. Nada que sorprenda. Al Presidente se lo han dicho en la cara muchos potenciales inversores extranjeros: no vendrá un dólar a la Argentina mientras exista la posibilidad de que el proyecto presidencial de CFK se mantenga vivo. Esto es lo que está en juego en estas elecciones que se definirán en octubre y de las que en la noche de hoy tendremos un adelanto.

Producción periodística: Santiago Serra.


El Viento Nos Llevará… (Bod Mara Jahad Bord) Irán, 1999... @dealgunamanera...

El Viento Nos Llevará… (Bod Mara Jahad Bord) Irán, 1999


Dirigida por Abbas Kiarostami, con Behzad Dourani y los habitantes de la villa de Siah Dareh.

© Escrito por Josefina Sartora y publicado por https://www.cineismo.com

Ya es habitual que desde estas páginas yo exprese mi admiración por el cine iraní, por su peculiar manera de explorar sus propias limitaciones, extrayendo de ellas un cine totalmente renovado, fresco y original. No es una postura a priori, sino confirmada cada vez que asisto a una nueva proyección. En el panorama del cine iraní, la figura de Abbas Kiarostami es la más brillante, y ha iluminado a todos los demás realizadores. Por fin llega el demorado estreno de esta hermosa película, la más compleja y personal, que se inscribe en la línea de El sabor de la cereza (film que se evoca repetidamente) y en la que el director utiliza una vez más el cine para tratar sobre la vida, la muerte, la moral, la humanidad en suma.


Un grupo de la televisión acude a un pueblo distante 700 kilómetros de Teherán a filmar un acontecimiento popular: una ceremonia fúnebre, misión que mantendrán encubierta. El film trata sobre la espera, ese tiempo muerto que transcurre mientras la muerte de una anciana que "tiene 100 o 150 años" –según su nieto– demora en llegar. Las primeras imágenes anticipan todo el film: el camino pedregoso tan caro al director, sinuoso entre colinas, el que todos hacemos y deshacemos, y que no lleva a ninguna parte, o a todas.

La narración se centra en la figura de Behzad, el director del equipo, y en su vínculo con la gente del lugar: con cada uno comparte una experiencia, y lo que sucede está narrado a través de su punto de vista. Su grupo de trabajo, de tres colaboradores, nunca está en escena, se mantiene fuera de campo, o directamente desaparece cuando lo necesita. La gente de la ciudad nunca hace explícito el motivo de su visita al pueblo, se habla vagamente de un tesoro, y los residentes le adjudican al director el honroso título de ingeniero.

Durante la espera, Behzad recibe, desde la capital, llamadas apremiantes de su productora. La señal sonora no llega a su teléfono celular, por lo cual corre por todo el pueblo y debe manejar hasta una colina cercana, donde está el cementerio, para poder sostener una comunicación. Los días se suceden rutinariamente y sin novedad, las llamadas se vuelven más apremiantes, y una y otra vez Behzad debe repetir su viaje al cementerio. La cámara filma el recorrido de su camioneta por otro camino circular, permaneciendo fija en el mismo lugar, con la misma luz, captando los mismos movimientos, una y otra vez, hasta volverse un ritual. Pero la cuarta vez que sucede no resulta igual a la primera: para entonces, la impaciencia del director y su equipo ha ido en aumento, y se evidencia el extremo de incomprensión de la gente de la ciudad, que le exige la seguridad de que algo sucederá próximamente. La exasperación del director estalla y su enojo se vuelca contra los más débiles: el muchachito que lo asiste en la aldea y una tortuga, obvio símbolo, que se cruza en su camino.

El título proviene de la popular poetisa feminista Farough Farrukhzad: es el último verso de un poema citado en la escena más enigmática e inolvidable del film. Behzad acude a la casa de la novia del excavador que ha conocido en el cementerio, y con la excusa de conseguir leche, conversa con su novia, en un mágico momento de seducción. La escena tiene lugar en una caverna apenas iluminada por una lámpara a ras del piso, y sólo vemos las manos y la falda de la joven, quien conserva todo su pudor frente al extraño. En un país donde una mujer soltera no debe estar sola con un hombre, estos planos motivaron la prohibición del film, por su alto contenido erótico.

Si bien esta es una película de hombres, Kiarostami encara por primera vez la figura de la mujer –asombrosamente, una de ellas atiende el café del lugar– dejando el tema abierto a posteriores abordajes.



Aunque por momentos resulte morosa, los motivos de la película la hacen absolutamente inquietante: las repeticiones cíclicas, la situación ambigua, las llamadas crípticas que recibe desde la ciudad que también hablan de muerte, sus charlas con el enterrador, a quien nunca vemos, la conversación en la cueva a oscuras con su novia, quien tampoco se muestra, el poema que propone ser llevados por el viento, llenan el vacío creado por la espera.

Kiarostami intensifica en este film su crítica social: durante toda la historia subyace una mirada irónica hacia el hombre de ciudad, en absurdo contraste con la gente del pueblo, que tiene otros tiempos y sabe observar la naturaleza, vive el presente y respeta los ritmos naturales. El chiste del celular acentúa esa ironía: a la cuarta vez que sube la colina, la situación ha pasado a ser ridícula. El director, que está deseando hacer una filmación, no tiene los elementos ni la gente para cubrir la noticia cuando algo altera la paz del pueblo.

La importancia del fuera de campo adquiere mayor significación cuando nos enteramos de que a veces es el mismo Kiarostami quien está en lugar del protagonista: él es quien interroga al chico, al maestro, al joven que le confirma la importancia ritual del esa ceremonia fúnebre que están esperando. De esta manera, la identificación del director real con su personaje en la ficción es absoluta, y la ironía se transforma en autocrítica ácida hacia el vínculo entre los cineastas y la gente común, como hemos visto ya en Detrás de los olivos y La vida continúa.

Algunos objetarán que el más grande realizador iraní nos ofrece más de lo mismo. Kiarostami ya ha llegado a la categoría de clásico: como tal, volverá una y otra vez sobre sus temas y motivos, se cita a sí mismo recurrentemente, pero –y ésta es la clave– en una vuelta más de espiral. En esta obra maestra radicaliza aspectos elaborados en otros films: hay muy poca información, mayor ambigüedad, y un uso permanente del fuera de campo. La película puede verse en clave de Borges, quien decía escribir siempre el mismo poema.

En su conocida articulación entre ficción y documental, Kiarostami hace un film escamoteando casi la mitad de la realidad. Evita cuidadosamente el contraplano, y así el espectador debe completar los diálogos en su imaginación: nunca vemos a los colaboradores con los que habla Behzad, no vemos lo que él ve, nunca accedemos a la anciana enferma, ni vemos el rostro del excavador del cementerio con quien dialoga el ingeniero, ni el de su novia. Kiarostami hace un arte de la ocultación, y el espectador pasa a tener un rol activo en la obra. Si la primera toma es un camino zigzagueante, como los de El sabor de la cereza o La vida continúa, la sinuosidad se repite en el ascenso al cementerio, en el viaje en moto de un anciano que da lecciones de vida, en el increíble recorrido que hace una manzanita al caer en tierra, y por fin, en las curvas del arroyo de la toma final. La maravillosa arquitectura laberíntica del pueblo lleva a los habitantes a moverse entre casas superpuestas, arracimadas, pasando de una escalera a una terraza, y de ésta a una calle, en un itinerario que se hermana con los otros recorridos. Kiarostami fue también pintor, y como los clásicos, repite el rasgo en zigzag, como Cézanne reitera la diagonal.

Antes que sobrevenga la muerte, deberán cumplirse los infinitos gestos que la preceden, inexorablemente. Mientras tanto, ¿qué es lo que muere? Acaso un modo de esperar la muerte, una forma de vida que ya no será la misma después de esta invasión de operadores y teléfonos celulares. 

Película completa:


El Viento nos llevara (The Wind Will Carry Us Bad ma ra khahad bord - 1999). Premio Mejor Película en el Festival de Venecia de 1999.

El rodaje de una película en la pequeña localidad kurdo-iraní de Siah Dareh provocará una pequeña revolución entre los habitantes del pueblo, convencidos de que los miembros del rodaje son en realidad buscadores de un tesoro que se halla en el cementerio local.