¿Se lanza o no se lanza?
Bienvenidos al tren… Florencio Randazzo. Foto: Pablo Temes |
Varios
sectores del PJ bonaerense esperan que el ex ministro Randazzo lidere la
disputa contra el cristinismo.
© Escrito por Nelson Castro el domingo 02/04/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
"El peronismo no se ordena en la oposición”, afirmó,
con rotundez, un intendente peronista del GBA, preocupado por el futuro del
país y la renovación del partido de cara a las elecciones de octubre. “El clima
todavía está raro. Por una parte hay cierta resignación ante el sostenimiento
de la imagen de Cristina en el Segundo y Tercer Cordón del Conurbano; por la
otra, está
la necesidad de comprender que ése no puede ser el pilar para una construcción
de un país mejor a mediano y largo plazo”, reflexionó el alcalde que
milita en pos de la postulación de Florencio Randazzo.
El ex ministro del Interior y Transporte es la figura que
mejor imagen conserva desde el final de la era K. Ha logrado salvar la ropa y es
en la actualidad visto por muchos líderes del PJ como la puerta para sanear al
peronismo. El tiempo apremia y una cosa es segura: después del paro
de la CGT del próximo jueves, Randazzo dará señales claras acerca de su futuro.
¿Por qué tanto suspenso? Respuesta: la pelea que deberá dar no será fácil.
Lo
espera una tarea titánica si es que quiere polarizar con el cristinismo o un
eventual delfín puesto por la ex presidenta. En la trastienda de esa
construcción lo que se comenta es que CFK arranca con ventaja, tiene la
estructura más o menos armada entre fanáticos, organizaciones sociales y gente
de a pie. Cada vez que tira un tuit o mueve el tablero con alguna declaración,
el alineamiento que logra de sus acólitos es inmediato. Pero Randazzo sabe que
muchos de esos 25 a treinta puntos de imagen positiva que supo conservar la ex
mandataria puede disputárselos al traducirlos a intención de voto.
“Una gran parte
de PJ y hasta algún votante descontento del PRO podría apoyarlo en las urnas”,
aseguran en su entorno.
Para el ex ministro, ordenar la tropa
significa salir a buscar adhesiones que su rival ya tiene. No debe convencer a
todos porque muchos lo están esperando, pero para una elección debe dotar ese
caudal de organicidad. Por eso en los últimos días ha salido a la reconquista
del apoyo de gremios como UPCN, taxistas, mecánicos y otros de menor
envergadura. Cuando queden sellados los acuerdos más gruesos, la señal de
lanzamiento será inmediata. Randazzo no le teme a Cristina. Ya lo demostró
cuando le torció la muñeca al negarse a ser candidato a gobernador bonaerense.
Pero, además de la posible polarización y del apoyo de líderes sociales y
gremiales, en el entorno del ex ministro cuentan con un fenómeno que ha crecido
desde la última elección: la independencia de criterio del votante. En zonas
profundas de la Provincia se produjeron cosas que no se pueden explicar de
manera lineal. Cortes de boleta específicos a favor de algún intendente en lo
territorial combinados con un voto diametralmente opuesto para el ejecutivo
provincial.
Una verdadera ingeniería de corte a favor de Cambiemos por parte de
votantes que no respondían a su estereotipo. “Si esa gente hoy está
desilusionada o la está pasando mal a causa del Gobierno, es una oportunidad
que no se puede desaprovechar”, señala un intendente deseoso de trabajar para
la candidatura de Randazzo.
En la Provincia hay realidades muy diferentes. Un
dirigente que camina a diario los rincones del Conurbano reconoce la buena
voluntad del oficialismo, pero agrega: “El hecho de transparentar cifras y
reconocer problemas no está siendo suficiente. La educación es un ejemplo: el diagnóstico es claro, pero la solución al conflicto
docente no llega. Con el empleo ocurre algo similar.
Y mucho más preocupante es
lo que pasa con la inseguridad y el narcotráfico. En los municipios más
poblados de la Provincia, la presencia de la Policía Bonaerense, la Gendarmería
y los guardianes locales no tiene coordinación. Las incautaciones de droga no
terminan con el negocio y la falta de trabajo estratégico entre Seguridad de la
Nación y de Provincia preocupa a muchos intendentes. No sé qué es lo que le
dice el ministro Ritondo a la gobernadora Vidal, pero muchas cajas de la Bonaerense
siguen activas y por momentos sentimos que hay más show que resultados
concretos”.
Cambiemos.
De cara a las elecciones, en el oficialismo las cosas
tampoco se presentan claras. Descartado el nombre de Jorge Macri, a causa
de las tensiones que su postulación generaba con Elisa Carrió, y las
que a su vez ella tiene con la propia Vidal, vuelve a tomar fuerza la idea de Jaime
Duran Barba de echar
mano al semillero amarillo; jóvenes militantes del PRO que, sin un gran
renombre, podrían ocupar cargos o lugares en las listas más allá de las
primeras líneas.
En este marco de ingenierías electorales, las frases
pronunciadas por los líderes de las CTA en la marcha del jueves merecen una
reflexión. Si malo fue el término “caer” utilizado por Macri cuando se refirió a la educación pública, peor fue cuando
en su discurso, Pablo Micheli (un dirigente coherente que le reclama al
Gobierno las mismas cosas que le reclamaba a CFK) empleó la palabra “caer” para manifestar su rechazo al modelo neoliberal.
Un dirigente debe ser muy cuidadoso cuando, frente a
una multitud como la que había en la Plaza de Mayo, se expresa así. En
la historia política argentina, “caer” remite a hechos institucionales
traumáticos. Los modelos y los planes económicos se modifican o se dejan de
lado. Los que caen son
los gobiernos. Y cada vez que un gobierno cae, quien paga las consecuencias
adversas es el ciudadano que menos tiene.
En la base de todo este sinfín de protestas
que hubo está una conflictividad social que no cede. Su raíz es la falta de una
reactivación económica sostenida que llegue a los de menores recursos. “Nos equivocamos al pensar que la lluvia de
inversiones llegaría tan pronto como se levantara el cepo cambiario y se
solucionara el problema con los holdouts”, reconoció el jueves el
presidente provisional del Senado, Federico Pinedo.
Los números de febrero referidos a la actividad
industrial no fueron buenos. Estos datos negativos generan dentro del Gobierno
un debate fuerte entre los responsables del área económica y el presidente del
Banco Central, Federico Sturzenegger. Los ministros lo critican por las altas
tasas de interés y éste se queja por el creciente déficit fiscal que complica la
posibilidad de erradicar la inflación. En el medio de esa disputa –la misma que
ya protagonizó Prat-Gay– el consumo sigue deprimido. Por eso el Gobierno busca
reflotar los planes de pagos en cuotas que fueron heridos de muerte por el
rimbombante programa de Precios Transparentes.
Mientras tanto, el conflicto docente continúa. Más allá
de la controversia habitual acerca del nivel de acatamiento de la medida de
fuerza, hay un dato que marca el deterioro que esta disputa le está acarreando
a la educación pública: 200 mil alumnos migraron desde sus aulas hacia las de
las escuelas privadas. “La única verdad es la realidad” (Aristóteles).
Producción periodística: Santiago Serra.