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domingo, 22 de noviembre de 2015

Épica K vs. "Revolución de la Alegría"... @dealgunamanera...

El primer acto opositor del PJ…

“País Barrio Parque”, metáfora de Scioli del modelo de Macri. Cedoc

Parecería que el discurso que Scioli asumió es porque considera irremediable que el FpV pase a la oposición mañana.

“En qué te has convertido Daniel” tiene múltiples significados. La puesta en palabras de la genuina sorpresa que muchos analistas sienten frente a un Scioli que abandonó su perfil conciliador y se fue transformando –cada vez más– en un agresivo atacante. La de un Macri que usa la frase para sobrarlo durante el debate colocándose en una posición de superioridad como lo haría un hermano mayor frente a un afecto descarriado. La de los paranoicos que piensan que el kirchnerismo –aprovechando que las encuestas perdieron credibilidad al errar en primera vuelta– prepara un sofisticado fraude electoral para que Scioli le gane a Macri por pequeña diferencia justificando lo que no sería previsible por ese cambio violento de estrategia con la campaña negativa. O, y quizás la más plausible de todas las interpretaciones, que Scioli asumió el discurso opositor porque considera irremediable que el Frente para la Victoria pase a la oposición a partir de mañana, y no está tratando de mejorar su performance electoral sino de posicionar mejor el sector que él representa para el día después.

No hay una lucha estética entre un grasa y un cheto: Macri era el hijo de un tano con plata para los ricos

Un Scioli que le hablaría al futuro diciendo de alguna forma: “yo les avisé” para cuando Macri tome medidas antipopulares pueda reaparecer, él mismo o alguien del Frente para la Victoria, con un discurso a lo Lilita Carrió, pero invertido. Como si Scioli se estuviera despidiendo del traje de candidato seductor para colocarse el de representante de la oposición a un gobierno nacional de Macri prácticamente ya electo.

La estrategia esperable de un candidato en el debate previo a las elecciones sería que tratara de seducir a quienes podrían también tener alguna simpatía con su contrincante. En un texto clásico del análisis del discurso titulado La palabra adversativa. Observaciones sobre la enunciación política, Eliseo Verón explicaba que en el campo discursivo de lo político durante un debate  se plantea una lucha entre  enunciadores donde “el desdoblamiento se sitúa en la destinación”: un destinatario positivo y otro negativo. El vínculo con el destinatario positivo reposa en creencia presupuesta de quien “participa de las mismas ideas, adhiere a los mismos valores y persigue los mismos objetivos que el enunciador”, denominado protodestinatario y a quien el enunciador podría llamar “nosotros”. El destinatario negativo sería el contradestinatario y es un inverso del anterior, a quien el enunciador llama “ellos”. Pero la parte más importante de la audiencia de un debate político es aquella que no entra en ninguna de estas dos categorías: el paradestinatario a quien el enunciador debe convencer apelando a un discurso del orden de la persuasión. Polemizar con el contradestinatario reforzará el vínculo con el protodestinatario, pero poco haría por convencer al paradestinatario.

Esa fue la estrategia de Scioli, y las encuestas –independientemente del resultado, donde todas coinciden en dar ganador a Macri, aunque ahora son menos creíbles– muestran que Scioli estaría perdiendo dos puntos en la tercera semana de noviembre  (tras el debate y el progresivo aumento de la virulencia discursiva de Scioli). Las encuestas también muestran  que salvo los votantes de Del Caño, los electores consultados de todos los otros candidatos presidenciales de la primera vuelta se vuelcan en mayor proporción a optar por Macri que por Scioli, incluso los votantes de Adolfo Rodríguez Saá.

Durante el debate la kinestesia de Scioli lució nerviosa, lo que los analistas del discurso llaman “un cuerpo no sincero”. Probablemente se sintiera más cómodo ejerciendo el papel que  representaba más genuinamente su condición, porque es cierto que el padre de Macri fue más rico que el de Scioli, pero sería desproporcionado calificar de pyme a la Casa Scioli de electrodomésticos que alcanzó para ser socia de Romay en  Canal 9, cuando siendo el único privado condensaba el rating que hoy suman El Trece más Telefe. Scioli contó que iba a buscar a su novia Carmen Barbieri al teatro, cuando ambos tenían 18 años, en una coupé Mercedes-Benz.

Es cierto que los gustos de Scioli siempre fueron más populares, pero tampoco se podría decir que estemos frente a una confrontación estética entre un grasa y un cheto porque Macri nunca fue considerado por las familias tradicionales de la Argentina como un representante de su grupo social, sino que siempre fue visto como el hijo de un inmigrante italiano que hizo plata.

Pero más allá de lo que sean de verdad cada uno, es probable que Scioli al calificar a Macri de un “creído de Barrio Parque” haya comenzado a bautizar la época que viene. Y así como el menemismo fue “pizza con champán”, y al ascenso económico de los kirchneristas lo sintetizó Puerto Madero, quizás Barrio Parque pueda terminar siendo el símbolo del macrismo.

Hay una lucha entre lo estoico y lo hedónico, entre la severa épica K y “la revolución de la alegría” de Macri

La confrontación de estilos entre Scioli y Macri pasa más porque Scioli asume el papel estoico del sufriente, el que se esfuerza, supera adversidades y todo le cuesta. Mientras que Macri, al que todo le fue saliendo bien en la vida, es hedónico y le gusta el clima de fiesta.

Exageradamente la confrontación que los antiguos griegos expresaban entre lo apolíneo (la moderación y la armonía) y lo dionisíaco (el exceso, Dioniso es Baco para los romanos) y que Nietzsche interpretó libremente como la lucha de la norma y lo racional (apolíneo) contra la embriaguez creadora (dionisíaco).

Ya hace tres domingos la tapa de Perfil publicó las conclusiones de neurocientíficos sobre la pulsiones reflexivas y emocionales que impulsaban a los votantes de Scioli y de Macri respectivamente (http://e.perfil.com/mente-votante).

Mañana veremos si los argentinos finalmente se cansaron de la severa épica K y prefieren la “revolución de la alegría”.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 21/11/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




domingo, 6 de septiembre de 2015

“Carta abierta al villerito Tevez”... @dealgunamanera...

“Carta abierta al villerito Tevez”...


Esta es la carta a abierta a un ‘villerito’. Estimado Carlitos, tal vez tanto tiempo viviendo en el exterior te haya hecho olvidar que en la Argentina hay cosas que no se perdonan. Yo mismo no te perdono muchas cosas, quizá porque no tengo nada en común con vos. Sos un ‘villerito’ criado en Fuerte Apache, al menos así te tachó semanas atrás un funcionario. Y yo, un ‘concheto’ nacido en Barrio Norte, al menos así nos catalogó alguna vez una presidenta, como a los nativos de Puerto Madero.

Pasaste buena parte de tu vida en un lugar carente de todo lujo, yo en cambio tuve la suerte de nacer en una familia que me permitió darme el ‘lujo’ de comer todos los días. No tuviste la posibilidad de estudiar, mientras que yo pude terminar una carrera universitaria. Naciste con la destreza de correr con habilidad detrás de una pelota, mientras que el máximo halago que tuve fue que alguien me dijera que poseía todas las condiciones para triunfar en el fútbol de alta competencia, si no fuera por dos defectos: la pierna izquierda y la pierna derecha.

Y a pesar de estas diferencias no me siento capacitado para expresar tan claramente como vos lo que es la pobreza. Vos lo dijiste en pocas palabras. Simple, directo, contundente y sin agraviar a nadie. Yo, en cambio, lo pienso una y otra vez y no me sale. Trato de ponerle palabras a lo que pienso y no puedo expresarlo mejor de lo que vos lo hiciste y sin dejar escapar algún insulto.

No tenemos nada en común. Pero de todas las cosas que nos separan, se me ocurre que hay una que compartimos. Los dos nos criamos en una familia que hizo todo lo posible por convertirnos en buenas personas. No soy yo el indicado para decir si mi familia tuvo éxito en lograrlo, pero de lo que sí estoy seguro es que tu familia sí lo tuvo. Y a pesar de semejante cosa en común y de ser tan parecidos, tu viejo y el mío difícilmente podrían haber sido amigos. No porque el tuyo fuera también un ‘villerito’ y el mío otro ‘concheto’, sino porque mis ‘dos defectos’ para el fútbol ya estaban en los genes de mi viejo. Eso que me hace dudar que hubieran podido juntarse en un potrero.

Sólo esto quería decirte, Carlitos. Y además te disculpo por hacerme sentir envidia por esa capacidad que tenés de lograr que, vayas donde vayas, la gente te quiera. Te perdono todo. Bueno, casi todo. Como hincha de River que soy, todavía me acuerdo de la ‘gallinita’ que nos dedicaste después de tu gol de aquella noche de 2004 en el Monumental. No me olvido más. Es así, Carlitos, como ya te dije: hay cosas que no se perdonan. Eso sí, desde que te escuché el otro día, estoy tratando.

José Luis Segade
jolus@arnet.com.ar
Tigre. Provincia de Buenos Aires.

Golazo al ángulo, inatajable

“En Formosa se cagan de hambre, loco”. Días atrás, el certero diagnóstico de Carlos Tevez fue un remate inatajable, al ángulo del arco discursivo oficial. 

Como si aún los lectores gritaran ese metafórico gol, las cartas sobre el tema se atropellan en el correo del diario, un buen termómetro de la sensibilidad popular.

Es fácil ningunear las cifras de la pobreza en discursos farsescos, recurrir a la retórica hueca del ministro Kicillof (“Medir la pobreza es estigmatizar a los pobres”), descargar furias sobreactuadas contra los “medios concentrados” o polemizar con la Iglesia acerca de las reales dimensiones de la pobreza en la Argentina. Todo eso forma parte de la idiosincrasia falaz de un kirchnerismo en retirada, dispuesto a dejar sus desastres a la intemperie, sin hacerse cargo de nada.

Lo estúpido, es haber agraviado a un ídolo como Tevez por su pasado de pobreza: el “villerito europeizado” renunció a millones de euros para sentir en cuerpo y alma el placer barrial de los asados con amigos en su Fuerte Apache originario, bien lejos del nido gourmet de Puerto Madero.



Links

© Escrito por Osvaldo Pepe el domingo 06/09/2015 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

viernes, 6 de febrero de 2015

Instrucciones para Molestar A Un Fiscal… De Alguna Manera…

Paso por paso…


El Fiscal es como un mosquito: zumba, aguijonea, molesta...

El Fiscal hace preguntas incómodas. Se mete donde no lo llaman. Investiga. Vuelve a molestar.

Si Ud. quiere perturbar su labor, a continuación van algunas sugerencias:

•Envíe al Secretario de Seguridad al escenario de un hecho presuntamente delictivo (Por ejemplo, edificio Le Parc de Puerto Madero) y pídale que dicte clases de escena del crimen y su preservación. De madrugada. Por televisión.

•Pídale a la Sra. Presidente de la Nación que escriba algunas "cartas" por Facebook, y que propicie en ellas hipótesis de investigación, calificaciones legales aplicables y posibles responsables del crimen. Si alguien se atreviese a criticar esta actitud de la titular del Poder Ejecutivo y osa hablar de la división de poderes en una república y la no interferencia de un poder al otro, sugiérale que utilice la cadena nacional de radio y televisión para brindar una clase abierta de Derecho Constitucional.

•Exhorte al encargado de prensa de la Procuración General de la Nación que desautorice las expresiones públicas del Fiscal, obligando a éste a hacerse cargo de "errores" en sus declaraciones, para evitar un papelón mayor.

•Solicite al Sr. Jefe de Gabinete de Ministros que, en consonancia con el encargado de prensa de la Procuración, se burle de las publicaciones periodísticas del caso en investigación y que matice su  stand up  diario con la rotura de algunas páginas de matutinos de tirada nacional.

•Requiérale al Sr. Secretario General de la Presidencia que tenga el atrevimiento de dirigirse al Fiscal, pidiéndole que "se saque la malla" y que suspenda sus vacaciones...

Si todas estas medidas fallan y Ud. cambia de opinión,  puede optar por dejar al Fiscal hacer su trabajo en paz, colaborando -simplemente- con el silencio...

(En reconocimiento a la Dra. Viviana Fein, Fiscal de Instrucción de la Nación).

© Escrito por Marcelo Carlos Romero, Fiscal del Ministerio Público, el viernes 06/02/2015 y publicado por Tribuna de Periodista de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

domingo, 18 de mayo de 2014

¿CFK apretó a la Iiglesia?... De Alguna Manera...

Grito en el cielo…

¡Peccatoris! Papa Francisco. Dibujo: Diego Temes 

¿CFK apretó a la Iiglesia?  Tras un duro documento, por qué el Episcopado se dio vuelta. El rol del Papa. Tedéum en riesgo.

Tanto el peronismo como la Iglesia están marcados en su historia por la relación amor-odio. Hay puntos extremos, como la quema de iglesias en junio de 1955 o las tres audiencias que Francisco le concedió a Cristina y su obsesivo reclamo para que cuiden a la Presidenta. El humanismo cristiano, la doctrina social, la disciplina vertical, la lucha por el poder, la opción por los pobres y cierto anticomunismo de subsistencia, constituyen la medianera conceptual que comparten. No sería una herejía entonces subrayar que hoy muchos peronistas de todos los palos peregrinan al Vaticano para sacarse una foto con el Papa como antes lo hacían a Puerta de Hierro a la pesca de un encuentro con Perón. Todos lo han hecho.

Desde la presunta izquierda de Juan Cabandié y Estela Carlotto hasta la derecha pesada y comprometida con la dictadura de Gerardo Martínez. Una selfie con Francisco no se le niega a nadie.

El propio Papa se forjó en la fragua juvenil del peronismo ortodoxo de Guardia de Hierro y, en los últimos días, recordó aquellos años al darle un lugar de gran visibilidad a Juan Grabois, hijo de Pajarito, quien fuera dirigente de aquella organización de cuadros blindados.

En la década fracturada, los Kirchner evidenciaron su doble discurso. Reivindican en el relato a los curas villeros que contienen a los pobres, pero en la realidad, como no reconocen la existencia de pobres en su gobierno, les molesta que los sacerdotes iluminen los lugares de mayor marginalidad y exclusión social que ni Néstor ni Cristina pudieron solucionar. Entonces intentan ocultar lo que la Iglesia está obligada a denunciar.

Cada vez que el cardenal Jorge Bergoglio se refería a su principal preocupación que es la exclusión social, a Néstor le daba un ataque de furia. Combatió a Bergoglio con todas sus armas. Lo castigó sacando el Tedéum de la Catedral y con la excusa de hacerlo más federal lo llevó al interior.

Calificó al cardenal como opositor y en un derrape llegó a decir que el diablo también usaba sotana. Cristina, más cristiana, mantuvo esa lucha contra Bergoglio, incluso hasta un día después de que fuera designado Papa. Pero el pragmatismo y el consejo de Rafael Correa, presidente de Ecuador y fervoroso creyente, le hicieron cambiar de opinión. El Papa puso la otra mejilla y transformó la relación de odio en un amor casi celestial e insólito. Nadie trató tan bien y con tanta deferencia a la Presidenta como Francisco. A los opositores del Gobierno, el Sumo Pontífice les dice que quiere custodiar la paz social y que no haya turbulencias hasta la entrega del poder en el 2015. A los oficialistas les recuerda sus dedos en ve de otrora y retoma conceptos como “la patria grande” o la descalificación del neoliberalismo desalmado y consumista que multiplica la pobreza.

El pastor sabe que su rebaño es multitudinario y a escala planetaria. No quiere perder ninguna oveja y eso le hace brotar sus dotes de conductor político. El gran problema del Papa es que Cristina es millonaria, milita en unidades básicas contradictorias como las de Puerto Madero y Louis Vuitton y que, encima, está salpicada por graves causas de megacorrupción. Y como si esto fuera poco, Bergoglio sabe –lo sufrió en carne propia– que la intolerancia K no permite crítica si se quiere permanecer a su lado y en buenas relaciones.

De hecho, en los dos últimos documentos de los obispos argentinos, cargados de frases textuales del Papa, como que “la corrupción es un cáncer social”, debieron ser explicados y minimizados ante la Presidenta en reuniones posteriores.

Cristina puso el grito en el cielo con el diagnóstico de que “la sociedad está enferma de violencia”. ¿Está ella muy susceptible o el Episcopado demasiado flexible? Es más grave todavía: el Gobierno hace con la Iglesia lo mismo que hizo con todas las instituciones, fracturarlas entre amigos y enemigos. Buscan cuáles son los obispos gorilas para mandarlos al infierno y ponen en un altar a los “compañeros”, como el arzobispo Víctor Manuel Fernández, un intelectual de fuste que participó activamente en la redacción del documento de Aparecida, que es una suerte de hoja de ruta del Papa. Tucho, como le dicen al rector de la UCA, escribió una columna en Página/12 que no se puede dejar de leer para comprender los nuevos posicionamientos. Allí, repite apenas con un poco más de elegancia el discurso K anti Clarín: responsabiliza a los medios de mala praxis. El arzobispo es una figura rutilante, de perfil bajo pero de gran proyección, que reza para que Julián Domínguez sea el candidato bendecido por CFK.

Lo más grave, como siempre es la interpretación de la violencia política. Carlotto reaccionó diciendo que la Iglesia no había hablado cuando se secuestraba gente. Tiene razón la presidenta de Abuelas, la jerarquía calló durante el terrorismo de Estado, igual que los Kirchner. Cuando Cristina les ordenó a los muchachos de La Cámpora que salieran al cruce del documento eclesial, casi como un formulario repitieron que la sociedad estuvo enferma de violencia en el ‘55, ‘76, ‘89 y 2001. Curioso sesgo y olvido de 1974, precisamente el año en el que el peronismo asesinó a dos peronistas íntimos de Perón como Rucci y el cura Mugica. Montoneros y la Triple A dirimieron sus diferencias en plena democracia arrojándose cadáveres.

¿La Presidenta habrá quedado satisfecha con las disculpas que le ofrecieron monseñor Arancedo y compañía, o seguirá con ganas de suspender el Tedéum del 25 y castigar al cardenal Mario Poli por el pecado de criticarla? Voceros obispales quedaron descolocados frente al retroceso del Episcopado. ¿Se puede calificar de apriete lo que hizo el Gobierno con la Iglesia? ¿El “vamos por todo” los incluye? ¿Cuidar a Cristina es autocensurarse?

Dijeron que el principal responsable de la violencia es el Gobierno, pero luego rectificaron porque el texto “era un llamado a toda la dirigencia”. ¿Qué nivel de consultas tuvieron con el Papa? Hay muchas dudas menos una. Por ahora, Cristina sigue firme en su camino: a Dios rogando y con el mazo dando.

© Escrito por Alfredo Leuco el Sábado 17/05/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


miércoles, 4 de septiembre de 2013

I have a dream... De Alguna Manera...


Sueños…


Hay oraciones que condensan enteros ciclos históricos. Martin Luther King Jr. tenía 34 años cuando el 28 de agosto de 1963 deliró en Washington ante una muchedumbre que lo veneraba. Esas 35 palabras en inglés las pronunció cinco años antes de que en abril de 1968 fuera asesinado a balazos en Memphis, Arizona. ¿Había sido tan poderosa esa frase? Era la confesión de un deseo: “Sueño que mis cuatro pequeños hijos vivan algún día en una nación en la que serán juzgados no por el color de su piel sino por el contenido de su carácter”.

Michael (Martin Luther) King Jr. había nacido en plena recesión, el 15 de enero de 1929, en Atlanta, Georgia. Lo mataron a balazos el 4 de abril de 1968. Aquella consigna fue un grito de paz, pero también un santo y seña para siempre: I have a dream. Era bien sencillo, pero tendría torrenciales consecuencias, porque asumía la promesa central del proyecto histórico de los Estados Unidos: “Todos los hombres fueron creados iguales” y tienen derecho a “la vida, a la libertad y la búsqueda de felicidad”. Como bien recordó The Economist, “‘todos’ quiere decir ‘todos’”.

Comparada con la Argentina, ¿cómo eran los Estados Unidos en 1968? ¿Cuánto se parecen a lo que son hoy? En medio siglo, en los Estados Unidos, cuyo presidente es hoy un negro, hubo cambios. En 1968, los negros del Sur podían ser linchados si intentaban votar en las elecciones; debían usar baños públicos y escuelas segregados y de calidad inferior, sólo para negros; y estaban confinados a ocupaciones subalternas. En 1940, el 60% de las mujeres negras con trabajo eran sirvientas en las casas de los blancos.

Medio siglo después, los afroamericanos votan más que cualquier otro grupo racial, al menos si Barack Obama es el candidato. El prejuicio blanco contra candidatos que no sean no blancos ya es difícil de detectar. El gobernador de la primorosamente blanca Massachusetts es negro. Obama tuvo más votos de blancos en 2008 que el también demócrata John Kerry en 2004. En la época de King, las relaciones sexuales entre “razas” diferentes eran ilegales en muchos estados. Hoy, el 15% de los nuevos matrimonios son entre personas de grupos étnicos diferentes, pero el 24% de los hombres negros no se casa con negras. En aquellos años, la segregación racial era legal en el Sur y era la norma en el Norte. Hoy ya no existen barrios exclusivos para blancos. La segregación va desapareciendo en todas las más grandes 85 zonas metropolitanas de los Estados Unidos. No sorprende que alcaldes negros sean los jefes políticos de grandes ciudades (Washington DC, Filadelfia, Denver) o grandes corporaciones (Merck, Xerox, American Express). Un actor negro hace el papel de Dios en el cine, Morgan Freeman. El salario de los negros aumentó de manera exponencial desde la revolución de los de derechos civiles, tanto en términos absolutos como en relación con los blancos, pero el progreso de los negros parece hoy detenido.

Entre 2000 y 2011, el ingreso familiar promedio de los hogares negros cayó del 64% a 58% respecto de los ingresos de las familias blancas. La brecha social es aún más grave. Se agudizó porque los negros se hipotecan más peligrosamente para adquirir vivienda, lo cual agravó su empobrecimiento después del estallido de la burbuja inmobiliaria. En 2005, los bienes promedio de una familia blanca promedio eran unas 11 veces mayores que los de los negros. En 2009, eran veinte veces superiores. El adolescente negro promedio, de 17 años, lee y hace cálculos aritméticos como un chico blanco de 13 años. Cuando llegan a los 30/34 años, uno de cada diez negros está preso, mientras que entre los blancos está en la cárcel a esa edad uno de cada 61. Comparada con los años de militancia de King, la familia negra tradicional se evaporó. En los años 60, casi el 25% de los hijos de los negros nacían de madres sin pareja. Hoy, el 72% del total nace de madres solteras, mientras que entre los blancos la proporción es de sólo el 29%. Muchos de ellos son criados por mujeres solteras y además solas.

El racismo no empeoró en la última década. Es una ofensa condenada por la sociedad, la desigualdad subsiste, pero muchos de los problemas de los negros son responsabilidad de ellos, incluyendo los alcaldes y jueces negros en funciones en todo el país. El salario promedio de mujeres negras y blancas con grado universitario es casi el mismo. A los norteamericanos que terminan la escuela secundaria, tienen trabajo de tiempo completo y esperan llegar a los 21 años para tener hijos, sólo los espera el 2% de posibilidades de ser pobres. Pero, como apunta The Economist, “lo deprimente es que pocos negros reúnen esas tres condiciones tan básicas”.

Pero si se piensa en los cincuenta años que van de 1968 a hoy, ¿cómo le fue a la Argentina? ¿Qué sueño de hace medio siglo se hizo aquí realidad? ¿Qué modelo de sociedad ofrece la nueva burguesía kirchnerista asentada en Puerto Madero y aledaños? ¿Estudian o al menos trabajan los hijos del poder? Martin Luther King Jr. reclamó el derecho a procurar la felicidad, pero ¿está garantizado ese derecho en la Argentina? Recorran las calles de Buenos Aires y cuenten la cantidad de personas indigentes sumidas en el sopor, tiradas sobre colchones mugrientos. Observen de cerca a la muchedumbre de familias e individuos que cada día rompen bolsas de residuos para vivir de la basura. ¿Qué pasó con los sueños de prosperidad y justicia, convertidos desde hace diez años en un espejismo armado desde el poder para seguir saqueando en provecho propio?

© Escrito por Pepe Eliaschev el domingo 1º de Septiembre de 2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.