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domingo, 26 de diciembre de 2021

País de Fantasía... @dealgunamaneraok...

Señales de amateurismo en medio de un río revuelto…

 

Delivery Klauss (Lo pedís, lo tenés). Dibujo: Pablo Temes

Oficialismo y oposición acumularon pasos en falso en los últimos días, y siguen divididos por duras internas. 

Escrito por Nelson Castro el sábado 25/11/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

La Cámara de Diputados de la Nación volvió a dejar vencedores y vencidos esta semana. Juntos por el Cambio había llamado a una sesión especial para avanzar con un proyecto propio que permitía la baja del mínimo no imponible del impuesto a los Bienes Personales. Pero el viento a favor que sopló con fuerza luego de la sesión del presupuesto 2022 no fue suficiente y terminaron perdiendo por un voto ante el Frente de Todos contra Todos que impuso el proyecto oficialista. Se adujo un poco de todo. 

El propio Martín Tetaz enumeró algunas de las falencias opositoras que cabalgaron entre la falta de coordinación y de viveza política. Entre los casos resonantes por las ausencias se contaron tests positivos de coronavirus –única causa atendible– casamientos de familiares en Alemania y, aunque resulte difícil de creer, un viaje relámpago a Disney. 

La protagonista fue la diputada cordobesa Gabriela Brouwer de Koning, del sector radical que se separó de sus pares para formar un nuevo bloque y que se identifica con el senador Martín Lousteau. El blooper desató la furia dentro de la oposición y, muy especialmente, dentro de los liderados por Mario Negri que aprovecharon para darle una mano de cal al también miembro de Evolución Radical Rodrigo De Loredo: “La actividad parlamentaria no es para cualquiera, lo de Brouwer de Koning es de un amateurismo total -en el mejor de los casos- pero también es hora de marcar la falta de profesionalismo de Rodrigo De Loredo en sus intervenciones en la sesión de presupuesto queriendo argumentar cuando no se podía e intentando diferenciarse de nosotros en cada intervención como si fuera un chico” -se le reprochó cerca del radicalismo tradicional. 

La irresponsabilidad de los diputados opositores tendrá consecuencias muy concretas que afectará a la clase media con la que el ensañamiento del kirchnerismo no cesa nunca.  

En el PRO las fiestas tampoco se pasarán en paz. La reelección indefinida de los intendentes y los vericuetos de la ley sancionada en tiempos de María Eugenia Vidal ha generado ya nuevos y vehementes cruces. El martes habrá sesiones extraordinarias en la Legislatura Bonaerense para tratar el proyecto de Presupuesto 2022, la Ley Impositiva y la reforma de la Ley de Ministerios. 

Diferentes fuentes indican que podrían colarse en la agenda las modificaciones en la ley que limita las reelecciones de los jefes comunales para asegurarse que el primer mandato a considerar sea el iniciado en 2019 y, de esta manera, poder aspirar a una nueva reelección. En este aspecto coinciden tanto intendentes que responden a la Rosada como a la oposición. Nada nuevo bajo el sol.

A la hora de conservar privilegios los colores políticos se confunden en una grisura poco saludable para la democracia. 

En su mensaje, un canto a la hipocresía, el Presidente habló de una bonanza que no existe. 

En el oficialismo, reanimado tras la victoria legislativa de la semana, no cesan las peleas internas ni los intentos por destruir a JXC. Son varias las voces calificadas que han alertado sobre la posibilidad de una eventual salida a la luz de una denuncia complicando a uno de los ministros importantes durante la gestión de la ex gobernadora Vidal y, por ende, a ella misma. Los que conocen el tema hablan de escuchas encontradas en las cuevas de la Agencia Federal de Inteligencia, AFI. Habrá que estar atentos. De concretarse, sería una más de las tantas historias producto de la utilización política de los servicios de inteligencia, algo que este gobierno prometió terminar y, que como tantas otras cosas, no cumplió. 

En ese mismo tren de chicana permanente hay que ubicar la ida y vuelta generado por el crítico informe que el Fondo Monetario Internacional emitió sobre el crédito que le otorgó al país durante la gestión de Mauricio Macri. Ese crédito sobrepasó las normas de procedimientos habituales del organismo. La sintonía política entre Macri y Donald Trump fue un elemento clave para su concreción. La necesidad de apelar al FMI fue consecuencia de los errores cometidos en ese gobierno. Pero es también cierto, que el endeudamiento que dejó el kirchnerato fue un salvavidas de plomo que Cristina Fernández de Kirchner le dejó a su sucesor. 

El informe del Fondo no sólo es autocrítico y crítico de la gestión económica del macrismo sino que también lo es del actual gobierno y, en definitiva, de toda la clase política. Queda claro la falta de confianza que la Argentina genera en el mundo y del papel clave que juega esa confianza en la posibilidad de encarar la búsqueda de las soluciones que se requieren para lograr la consolidación de una economía lo suficientemente sólida que permita acabar con los insoportables niveles de pobreza que hoy padecen millones de ciudadanos. 

Donde no hubo mayores divisiones fue en la decisión de los legisladores de otorgar un bono de 22 mil pesos a los empleados del Congreso. La medida irrita no porque no lo necesiten para enfrentar lo que significa vivir en un país con una inflación del 50% sino por el bochornoso privilegio que ello representa frente al miserable bono de 8.000 pesos otorgados a los jubilados que ganan la mínima. 

El mensaje con musicalización que dio el Presidente por cadena nacional en la noche del 24 fue un canto a la hipocresía y a la fantasía. Alberto Fernández habló de una bonanza que no existe y de un llamado a la unidad que, en los hechos, contraría día a día. Nada que sorprenda. Al fin y al cabo es lo que hace habitualmente un mentiroso.




lunes, 6 de diciembre de 2021

Unos y otros. Diferencias que impiden… @dealgunamaneraok...

 Unos y otros. Diferencias que impiden… 

¿De quién es la Kulfas? Dibujo: Pablo Temes

Las internas en el Gobierno bloquean cualquier política racional. La oposición, enredada en pujas de nombres. 

Escrito por Nelson Castro el sábado 04/12/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 


En menos de dos meses, Débora Giorgi quedó fuera del Gobierno. Era la mano derecha de Roberto Feletti en la Secretaría de Comercio pero Alberto Fernández nunca le firmó su decreto de asunción en el cargo. Su jefe directo era el ministro de la Producción, Matías Kulfas, que semanas atrás había desautorizado a Feletti y le había recriminado públicamente haber instalado la versión de un posible aumento de los derechos de exportación a la carne justo en un momento de gran tensión con el campo.

Feletti tuvo una actitud que no es la más indicada, había dicho el ministro aclarando que “pensar en voz alta no es lo más apropiado” y que “de ninguna manera hay una decisión tomada, lo que se está haciendo es analizar diferentes alternativas respecto al tema”. La relación entre ambos se recompuso a medias pero lo cierto es que Kulfas y Giorgi nunca llegaron a trabajar juntos. El fondo de la cuestión está más lejos de los funcionarios de segunda línea. Luego de la remontada electoral en la Provincia y del acto falsamente triunfalista en la Plaza de Mayo, el presidente Alberto Fernández se convenció de que su momento había llegado y buscó empoderar su gestión con una impronta personal. Kulfas lidera la resistencia albertista mientras que Feletti responde al Patria y Débora Giorgi, a CFK.

Desde la usina de pensamiento kirchnerista aseguran que son “especulaciones y cruces domésticos” pero no le auguran mucha vida al ministro de la Producción en el Gobierno: “Hace rato que la jefa lo tiene entre ceja y ceja”, aseguran. 

Para ser exactos, no se trata de discusiones de cabotaje. Las diferencias internas en el Frente de Todos contra Todos ensucian cualquier intento de política racional y dejan a la Argentina renga a los ojos del mundo. La negociación para alcanzar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional es una muestra de ello. La última carta de la ex presidenta en funciones dinamitó cualquier atisbo de cordura y cohesión interna. “La lapicera no la tiene Cristina... siempre la tuvo, la tiene y la tendrá el presidente de la Nación”. De esta forma, no solo no apoyó de manera clara y contundente las negociaciones con el Fondo, sino que se despegó de las exigencias naturales para llegar a un acuerdo con el organismo de crédito internacional y dejó el ajuste en manos del Presidente. La jugada es clara: ella no está ni estará para los momentos difíciles; es más, se cuidó de no quedar pegada en ninguna de las dificultades que vendrán de cara a la segunda parte del mandato. Si las cosas no marchan bien, la culpa será del Presidente.

Mientras tanto, la realidad sigue dejando su huella de espaldas a las internas. La inflación no cede, las reservas están al límite y el riesgo país sigue por las nubes. 

“Hemos trabajado de manera constructiva, pero hay mucho por hacer todavía. Seguimos comprometidos y estamos listos cuando estamos listos”, dijo Kristalina Georgieva en una entrevista con la agencia Reuters. Esta declaración muestra lo mucho que falta para lograr un acuerdo sin el cual el Gobierno no podrá articular ningún plan económico que augure crecimiento.

La permanente involución


Alberto Fernández finalmente volvió sobre sus pasos y decidió asistir a la jornada de cierre de la 27ª Conferencia Industrial de la Unión Industrial Argentina, pero los gestos ya no alcanzan. El jefe de Estado aseguró que “la Argentina está atravesando un claro proceso de recuperación económica” y volvió a cargar contra “los pícaros que abusan del contexto inflacionario” y aumentan los precios. Los empresarios descreen de cualquier iniciativa en el marco del doble comando y creen que “el Gobierno sigue estancado en persecuciones infantiles sin tocar los temas de fondo “. 

La crisis es de confianza y de credibilidad. Desde el Movimiento Nacional Pyme (Monapy) aseguraron que los hombres de negocios siguen aferrándose a la verdad objetiva. “Es cierto que el gobierno de Macri tomó una deuda impagable, pero también es cierto que con más impuestos hemos ido acumulando más desempleo y más pobreza. Es verdad que hay una incipiente mejora en el nivel de actividad económica pero lo que está logrando es mayor polarización social porque se da en sectores que tuvieron espalda para aguantar la crisis pero no llega al resto de las empresas. Hay que modificar las condiciones laborales y la base impositiva, y promover un desendeudamiento de las pymes, que generan el 70% del empleo en la Argentina”, remarcaron desde el sector. 

Mientras tanto, la oposición sigue enredada en la puja de nombres y pases a tres semanas de los comicios. Las disputas internas dentro del radicalismo se dirimen públicamente. Mario Negri seguiría al frente del bloque en Diputados a pesar del pedido de renovación del ala más cercana a Martín Lousteau y el diputado electo Martín Tetaz luego del veredicto en las urnas. En el entorno del cordobés quieren dar por cerrado el tema pero para los que responden al ex ministro de Economía no está dicha la última palabra. “¿Cómo le explicamos a Rodrigo De Loredo que le ganó la interna por goleada a Negri, después que este le hizo cuatro impugnaciones para que no pueda participar, que llega como diputado con el apoyo del 56% de los cordobeses, que tiene que respaldar a un jefe de bloque repudiado en su provincia?”, se preguntó un diputado de Evolución. En el PRO son algo más discretos pero diferentes fuentes admiten que “el río está revuelto aunque es algo normal en la reconfiguración del poder interno que se inició luego de las elecciones”. Se cruzan los intereses dentro de la coalición opositora.

Por ejemplo, Patricia Bullrich había apoyado de manera explícita a la dupla ganadora de la interna cordobesa y Mauricio Macri quedó del lado de los derrotados. Entretanto, Horacio Rodríguez Larreta sigue sumando nombres del radicalismo en su equipo de la Ciudad de Buenos Aires y esta semana consumó la jugada que cauterizaría las heridas de las PASO: el intendente Jorge Macri desembarcó en el gabinete de CABA como ministro de Gobierno y Asuntos Interjurisdiccionales. El alcalde porteño busca blindarse y ganar apoyo de cara a 2023. 

Lo de Jorge Macri hay que ubicarlo en el contexto de muchos intendentes, tanto del FdT como de JxC que, con la renuncia a su cargo, buscan evitar las consecuencias de la ley que les impide la reelección indefinida, para así poder postularse nuevamente en 2023. ¡Un bochorno!



domingo, 13 de junio de 2021

Brecha Social. Papelones que distraen… @dealgunamaneraok...

 Brecha Social. Papelones que distraen…


“Kid Trababollos”. Dibujo: Pablo Temes.

El Presidente debe pensar seriamente en las cosas que dice, desterrar su soberbia y dejarse ayudar. 



Dejamos atrás una semana cargada de significación política y de sucesos marcados por la crítica situación económica y social. El informe de la Universidad Católica Argentina –como preámbulo a la colecta anual de Cáritas–, la presencia de los principales laboratorios productores de vacunas en el Congreso, la reunión de la mesa nacional de Juntos por el Cambio y el disparatado discurso presidencial que despertó la indignación de muchos países latinoamericanos. Vamos por partes. 

 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 12/06/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

 

El informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina producido por la UCA es una bofetada para toda la dirigencia política de la Argentina. Allí se muestra que durante 2020 aumentó la brecha social, con una pobreza multidimensional del 44,2% que, en el conurbano bonaerense, crece hasta el 54,3% y presenta graves deficiencias con carencias de todo tipo. La prohibición de clases presenciales ahondó la diferencia de capacitación entre los diferentes estratos sociales con otro saldo trágico: apenas el 29,8% de los menores de 17 años participó el año pasado de clases por plataformas virtuales como Zoom. Aun en este contexto, al Gobierno se lo ve encaprichado en su propia agenda, con prioridades que están muy lejos de las de la gente común y creído de que con echarle la culpa de todo a Macri alcanza. 

 

Finalmente, los laboratorios que concurrieron al Congreso no agregaron mucho más de lo que se sabía. La Argentina no tendrá la vacuna de Pfizer. Desde el Frente de Todos aseguraron que no se modificará la ley de vacunas. La diputada oficialista Mara Brawer aseguró que “hoy no necesitamos la vacuna de Pfizer”. La diputada debería tener claro que los más de 83 mil fallecidos son el saldo de la improvisación y que si ese inoculante hubiese llegado en tiempo y forma, se habrían salvado muchas vidas. Que Dios y la Patria se lo demanden. 

 

Al Gobierno se lo ve encaprichado en su propia agenda, con prioridades que están muy lejos de las de la gente común y creído de que con echarle la culpa de todo a Macri alcanza.

 

El problema de los discursos desafortunados es que, casi siempre, dejan heridos en el camino. No importa si para recorrerlo uno llegó en barco y otro en bicicleta. El Presidente debe pensar seriamente en las cosas que dice, desterrar su soberbia y dejarse ayudar. “Sigue igual que siempre. No escucha y si escucha, hace lo que quiere. Está convencido de que es un gran orador y que necesita ser disruptivo y desacartonado para llegar a toda la gente. Pasó lo que tenía que pasar". Desde hace mucho tiempo circula entre sus asesores el comentario malicioso pero acertado que sostiene que “Alberto debería entender que la comunicación política es una ciencia”, aseguran en la Rosada y agregan: “Pedirle a Victoria Donda que califique sus dichos es un pase de factura para el otro lado de la coalición. Donda debería haberse ido hace mucho”.
 
Internas en JXC. 

 

La reunión de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio tuvo a Mauricio Macri como gran ausente pero contó con la presencia del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, la ex gobernadora María Eugenia Vidal, el auditor general Miguel Ángel Pichetto, la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, los senadores Martín Lousteau, Humberto Schiavoni y Luis Naidenoff; los diputados Mario Negri, Juan Manuel López y Maximiliano Ferraro. Se habló de fortalecer la unidad, ampliar la coalición y establecer las reglas del grupo de cara a las primarias. “Se definió algo que, a la vista de un lector desprevenido, parece un detalle mínimo que, sin embargo, puede ser determinante para la ingeniería electoral de las PASO. Me refiero a la utilización del sistema D’Hont para definir bancas y candidatos.  Es central porque eso incentivará la participación de sectores que hoy no forman parte del espacio”, destacó un participante.

 

Más allá del encuentro, la semana dejó dos fotos que tuvieron a Lousteau y a Rodríguez Larreta como protagonistas. En la primera, recibieron en Uspallata al intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer, un radical joven que desafió a Mario Negri en la interna; y en la segunda, que tuvo lugar el jueves, desayunaron con Maximiliano Pullaro, referente radical de Santa Fe que fue ministro del gobernador Lifchitz y hoy lidera un importante grupo de intendentes y legisladores que forman parte del Frente Progresista provincial.


 

La apertura es la nueva regla para los moderados. Entre los halcones y palomas del frente opositor, las aguas siguen agitadas. Rodríguez Larreta resiste la candidatura de Patricia Bullrich a ocupar el primer lugar en la lista de diputados de la Ciudad porque, en la práctica, significaría teñir su perfil dialoguista hacia posiciones mucho más extremas y renunciar a elegir candidato en su propio distrito. “Hay una mezcla de estrategia y orgullo. Justo cuando empieza a diferenciarse de Maurico no puede aceptar que le plante a Patricia si su preferida es María Eugenia”, aseguran en el entorno del jefe de Gobierno.

 

Del otro lado de la General Paz la disputa es entre Diego Santilli y el intendente de Vicente López, Jorge Macri. Este último “no quiere que los porteños le marquen la cancha y menos con una figura que puede tener proyección provincial de cara a 2023”. Así las cosas, una parte de la estrategia será consensuada y la gran mayoría de las listas se definirá en las PASO. Larretistas y macristas no le temen a esa instancia electoral. Es más, la necesitan imperiosamente para disipar las tensiones internas de la coalición. 

 

Las contradicciones de Kicillof. 

 

Hubo sorpresa en la Casa Rosada cuando el gobernador de la provincia de Buenos Aires anunció el regreso de la presencialidad escolar. Qué motivó el cambio copernicano de Kicillof? La respuesta es muy simple: las encuestas que muestran el creciente descontento reinante en el Conurbano como producto de la catastrófica situación socioeconómica que allí se vive a causa de la interminable cuarentena. 

 

Es un dato que preocupa mucho a Cristina Fernández de Kirchner, quien, por lo tanto, le ordenó al gobernador dar por finalizada la etapa sanitaria de su gestión. Por haber implementado la presencialidad, desde el oficialismo trataron a Rodríguez Larreta de asesino. 

 

¿Y ahora, qué dirán? Es la esencia del kirchnerismo: un día dicen una cosa y, al siguiente y con total descaro, otra exactamente opuesta.   

 

Producción periodística: Santiago Serra.






domingo, 23 de mayo de 2021

La vuelta a fase 1… @dealgunamaneraok...

 La vuelta a fase 1…


Corona mortal.Dibujo: Pablo Temes. 

Volvemos a ella, pese a la lógica kirchnerista que nos hace creer que lo que no se puede nombrar no existe.

Para el presidente Alberto Fernández la semana comenzó de una manera y terminó de otra completamente distinta. El pasado martes el primer mandatario había descartado volver a la fase 1 de la cuarentena en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). “No, ahí ya tengo un problema sociológico. La gente no lo resiste”, respondió de forma taxativa al ser consultado en Radio 10 sobre la posibilidad de volver a un cierre total de actividades. Aprovechó el espacio mediático amigo para chicanear a Horacio Rodríguez Larreta y lamentó “el tiempo que han perdido” desde el Gobierno porteño, en la discusión por la presencialidad en las aulas. Alguien debería decirle al Presidente que, en temas delicados, las oscilaciones tan bruscas no solo desconciertan a la gente, sino que dañan su credibilidad.

 

El punto de quiebre se produjo solo 24 h después, luego de las recomendaciones de los especialistas y de las charlas vía Zoom con los gobernadores. “Nadie controla nada, esperábamos más compromiso de la Ciudad y fueron bastante permisivos. Además los gobernadores expusieron su preocupación por lo que ocurre en sus distritos y dieron el visto bueno para elevar las restricciones pero la verdad es que también hay disgusto con ellos porque nadie quiere hacer el papel de malo. Por eso el Presidente tuvo que tomar el camino más duro”, se quejaron desde la Rosada.

 

En el anuncio se evitó hablar directamente de fase 1, pero, en esencia, las nuevas medidas van en esa dirección más allá de la lógica kirchnerista que pretende hacernos creer que lo que no se puede nombrar no existe. “Tenemos que pedirles a todas las jurisdicciones que vuelvan a poner los controles”, había dicho Alberto Fernández.

 

En su alocución del viernes por la tarde Axel Kicillof, como ya es su costumbre, aprovechó el tiempo para sobreactuar su extremismo y ahondar la grieta. Les pegó directamente a Horacio Rodríguez Larreta y a Mauricio Macri. Desde el Gobierno de la Ciudad agradecen sus esfuerzos: “Es lo único que puede hacer. Cuando las cosas no le salen la única herramienta que le queda es volver a instalar a JXC como el enemigo común. Por eso Horacio nunca le va a responder, sabe que es una estrategia para salir de su propio atolladero. El Conurbano es un descontrol y no tiene ninguna chance de revertir eso”, señalaron con dureza.


 

La vuelta a fase 1 es consecuencia directa del fracaso del plan de vacunación y de los errores en la negociación de los inóculos llevada adelante por el Gobierno. Santiago Cafiero terminó de reconocer esto último en la entrevista que le concedió ayer a CNN Radio.

 

Los números de la pandemia en la Argentina son duros: hay alrededor de 3,4 millones de contagiados por Covid y más de 72 mil argentinos fallecidos. Como dijo el senador Martín Lousteau, eso equivale, más o menos, a 1.411 tragedias de Once, 371 Cromañón y 111 guerras de Malvinas.

 

Además de eso, se produjo una caída de 10 puntos del PBI, a lo que hay que agregar que, bien ajustado, el desempleo es del 15% –contabilizando a la gente que ha dejado de buscar trabajo–. La inflación, que sigue su curso imparable, hace que la pobreza suba a niveles estremecedores. Y, por si esto fuera poco, ya han cerrado 23 mil empresas.


La situación de la economía complica día a día la gestión –si es que así se la puede llamar– de Martín Guzmán. Su pérdida de poder no se detiene. Con el transcurrir de los días la efervescencia creada alrededor de la gira europea realizada por el Presidente va sedimentando y, al hacerlo, se ve la pobreza de sus logros. La solución de la deuda está aún lejana. A ese frente externo se le agrega el interno, todo lo cual complica la gestión del ministro de Economía contra quien las críticas se multiplican. A ese abanico de reproches hacen un notable aporte las voces de los sectores del kirchnerismo duro, desde donde parten dardos llenos de inquina. Alguna vez –no hace mucho– Guzmán supo ser un mimado de CFK. Eso ya es historia.

 

El conflicto desatado con el campo por las exportaciones de carne terminará siendo un boomerang. “El Gobierno necesita bajar el precio del asado en tiempos electorales. Las elecciones de medio término es lo único que tienen en la mira. Si no, no se explica una medida que, más allá del precio actual de la carne, le provoca una pérdida de ingresos en dólares vía exportaciones que no se debería dar el lujo de resignar”, aseguró una fuente del sector. En efecto, la Argentina recibe un ingreso de unos 2.700 millones de dólares al año y el impacto por el cierre de las exportaciones por treinta días podría alcanzar unos US$ 250 millones. Puertas adentro, pelearse con el agro sigue estando en las primeras páginas del manual nac & pop.

 

Mientras esto ocurre, el kirchnerismo sigue avanzando en pos de lograr sus objetivos. El más importante es el de la suma del poder público. La gran batalla se dará en las elecciones de noviembre venidero. Pero, en el ínterin, Cristina Fernández de Kirchner arremete con fuerza. La nueva ley del Ministerio Público es su próximo objetivo. La aprobación del proyecto en las comisiones de Diputados marca la decisión del oficialismo de avanzar impúdicamente. Hoy no tienen los votos en la Cámara baja para la aprobación del proyecto. Por ello es que los próximos comicios serán clave. En el Gobierno apuestan todo a las vacunas. Las encuestas de varias consultoras están mostrando que, entre quienes recibieron el inóculo, el nivel de aprobación que logra el Gobierno aumenta. No es un dato menor. La oposición debería tomar nota de esta circunstancia.

 

Por otra parte, el audio que se filtró de la ex presidenta en funciones, preguntando a qué hora cerraba Rapanui, testimonia su desprecio no solo por la votación del proyecto sobre la participación de las mujeres en el sector pesquero, sino también por el valor que para la democracia tiene el rol del Congreso, que no es el de ser un simple validador de los proyectos del Poder Ejecutivo, tal como lo señala la Constitución Nacional que CFK prometió cumplir.



© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

 

Producción periodística: Santiago Serra.






sábado, 3 de abril de 2021

Los malditos de nuestra historia… @dealgunamaneraok...

Los malditos de nuestra historia… 


Cuando está retomando la carga y se le suma la mutación viral de la pandemia, sus malas noticias son un cerco de peligro de nuestra geografía. 

© Escrito por Carlos Leyba el viernes 02/04/2021 y publicado por Diario El Economista de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

La pobreza marca un récord que concentra indigencia en el conurbano, el territorio de miserables disputas políticas y de las mayores consecuencias nacionales.

 

El Departamento de Estado de EE.UU. informa, en voz alta al mundo, los elevados niveles nacionales de corrupción en el poder (político, judicial, seguridad) y la consagración de la impunidad que no distingue colores políticos ni tramos de la historia o categorías criminales.

 

Lo sabemos. Lo sufrimos. Todo ese agobio, incluye como doctrina, la justificación de la abolición de la pena, presuntamente “progre”, que logró imponer Raúl Zaffaroni, el juez al que ascendió la Dictadura y cuyo estatuto juró. Estamos tapados de contradicciones.

 

Estamos lejos de “estar bien”.

 

Pandemia, pobreza y un sistema de Justicia doloroso forman un triángulo de las Bermudas del que nos debemos alejar. No es lo único. Pero es lo que nos coloca en frente la noticia de la realidad.

 

No estamos bien porque la cuestión sanitaria nos encuentra relativamente indefensos. No es consuelo que no estemos más indefensos que lo que lo están lugares prósperos del planeta.

 

No estamos bien porque la cuestión social nos tiene acorralados y  en un lugar complejo en términos planetarios: abundancia en producción de alimentos y una ingeniería social perversa que hace difícil lograr la alimentación saludable de más de la mitad de los más pequeños de nuestros niños.

 

No estamos bien y sin seguridad que, en esta vida, la Justicia llegará a los extremos que nos asolan.

 

No llegará al motochorro que mata por una cartera flaca del suburbio. Y tampoco a las altas esferas de las que hablamos todos los días y de otras de las que hablamos poco. Con precisión quirúrgica, José Claudio Escribano, en reportaje de Carlos Pagni, a raíz de un comentario sobre Mauricio Macri, más o menos dijo que Macri era hijo de la corrupción estructural. Esa de la que en esta columna hemos hablado hasta el hartazgo: la nueva oligarquía de los concesionarios, los nuevos ricos que se apoderan de recursos de la comunidad para montar fortunas escandalosas y exhibicionistas, al tiempo que la pobreza se acelera.

 

Dinero a base de secretos de alfombras, generado sin olor ni de sudor industrioso ni de bosta rural.

 

Nombre y apellido de escandalosas fortunas de los últimos 30 años cuando estalló la pobreza.

 

Las viejas fortunas de la tierra y de la industria, se hicieron en la prosperidad del país y no como estas surgidas de la nada en las décadas de la decadencia.

 

¿Cómo? Deberíamos tenerlo en cuenta.

 

No estamos bien. Pero, acaso, ¿vamos bien?

 

La respuesta, como diría Julio Argentino Cobos, “no es positiva”. Cobos no fue, vaya paradoja, el único vicepresidente que le torció el brazo al Presidente.

 

El voto de Cobos fue un veto que inclinó la balanza de la historia y evitó una catástrofe a la que ciega, respecto de la realidad social, nos dirigía Cristina Kirchner alentada (¡que notable!) por el hoy opositor Martín Lousteau. 

Una lección que alguien debería imitar en los días que corren. Vetar el desbarranco. 

En nuestra Argentina hay impunidad ante la propia historia. Una deriva del galimatías que genera la capacidad idiomática del castellano en el que “ser” es distinto del “estar”. 

Digresión: algunos políticos dicen “ser” de un espacio (ahora así se llama) y se permiten “estar” en el espacio contrario. Ir y venir.  Alberto, ¡cuánta confusión! Alguna política no se preocupa por la coherencia del “ser” sino por las mieles del “estar”. Eso también enferma a la sociedad. 

Volvamos. 

La peste es una desgraciada importada. Casi nadie pudo evitarla. 

A pesar de las muchas fallas que cometimos, no la hemos enfrentado tan mal. 

Una reflexión de Semana Santa podría obrar el milagro que todos los que algo tienen que decir acerca de esto, puedan dialogar acerca de los modos de “tratar” y morigerar los efectos de la pandemia. 

Conversaciones apacibles sobre la mucha opinión fundada sobre tratamientos sólidos posibles, hasta que la vacuna genere esa inmunidad de rebaño que sería el principio del retorno a la normalidad. 

¿Serán también posibles conversaciones apacibles acerca de la solución de los males que nosotros hemos generado? ¿Acerca de la marea de pobreza o la tragedia de la impunidad (toda la impunidad) que ha mutilado los brazos de la Justicia? 

Ninguno de estos dos males gravísimos son la consecuencia de una invasión externa. Son consecuencia inexorable de nuestras decisiones políticas. Entonces, ¿Qué deberíamos cambiar? 

Pero mientras que, para la búsqueda de la inmunidad de rebaño, hay un consenso dominante que apuesta a las vacunas con el proviso de no abandonar sine die los cuidados y el distanciamiento social; para esos otros males, que, aclaremos, no son los únicos que nos hacen “estar mal”, no existe ni remotamente por ahora la posibilidad de un consenso y ni siquiera la disposición al diálogo verdadero. ¿Nada nos conmueve ante la inmensidad de las consecuencias nefastas posibles? 

No visualizamos propuestas para transitar, con alguna certeza, una vía que nos lleve a buen puerto. Un puerto en el que todos podamos embarcarnos sin exclusiones.

La renuncia de Marcela Losardo fue la manifestación de la renuncia de Alberto Fernández a sostener una mirada distinta sobre la Justicia a la de Cristina Kirchner o el Instituto Patria. 

Cristina procura obtener cambios en el sistema o en las personas, que permitan la definición de su inocencia en todas las causas en la que la Justicia la persigue desde que ella ejercía la presidencia. En aquél entonces se iniciaron los procesos, se realizaron las denuncias y acumularon las pruebas. 

Las decisiones dependen de la virtud de los jueces. La virtud se alimenta de imparcialidad y capacidad de resistir a las presiones ajenas a las pruebas. 

Claro que si los jueces son mis abogados o mis correligionarios, la imparcialidad no está garantizada. Y si quienes deben juzgar esas decisiones judiciales, a su vez, tienen posición tomada, la resistencia será de corta duración. 

El Instituto Patria aspira a instalar una Justicia que procura el abolicionismo tanto para el motochorro como para, en la práctica, el mega chorro. 

El fundamento ideológico es que el capitalismo es insanablemente inmoral y debe ser “saqueado” por arriba y por abajo, para poder ser vencido. 

Néstor sostenía de manera transparente que era necesaria una nueva “burguesía rica y progresista”. Los métodos para lograrlo pasaban por apropiarse, sin costo, de recursos abundantes. Así surgieron los Eskenazi comprando YPF, con utilidades de YPF y los planes de la AFIP para garantizar el flujo de dinero gratuito para acumular capitales “liberadores”. Eso ocurrió gracias a Néstor. 

Siempre hay “otro lado de la luna”, aquel que creemos o queremos, no ver. 

Por ejemplo la inseguridad es la contra cara de la ausencia de Justicia. Toda la cuestión de la Justicia es parte del dilema de la “inseguridad” y es consecuencia de la “debilidad del Estado”. 

Esa “debilidad” que nos enferma, es consecuencia de la ausencia de un “consenso de Nación”. 

La ausencia de un nosotros común, es lo que construye a “los otros” como el enemigo necesario. 

Sin Nación, sin idea de trayectoria común, no hay Estado. Puede haber gobierno, una manda transitoria. 

Sin Estado, o Estado débil, el gobierno transcurre a la defensiva. El gobierno como combate es al que, en combate, se le procura su reemplazo. 

Toda la cuestión de la Justicia, el mensaje en alta voz del Departamento de Estado, no dice nada nuevo. 

Es la consecuencia de la debilidad del Estado que es la deriva de la ausencia de Nación. Nada más difícil de resolver. 

Porque en la lógica del problema, que ausenta la solución, está la aniquilación del adversario. La supresión de la alternativa. ¿En eso estamos? ¿Somos conscientes? 

Toda la temática de la inseguridad y de la justicia, es la contra cara de esa debilidad de la existencia del Estado y de la ausencia de Nación. 

Detrás de la pobreza que nos consume, la exclusión activa de una manera de vivir que reconocemos como propia, está el proceso siniestro de concentración de las últimas décadas, construido sin producción y sólo con apropiación, que no es lo mismo. 

La exclusión  de más de la mitad de los niños y casi la mitad de los argentinos, es hija de la debilidad del Estado y de la cooptación saqueadora de los gobiernos y sus políticas. 

¿Cómo procurar el bien común presente y de largo plazo, con un Estado existencialmente débil? 

La pobreza no ocurrió de golpe. El proceso se arrastra desde hace más de cuatro décadas. Partimos de 800.000 pobres, el 4% de la población. La acumulación sistemática la llevó a casi 20 millones. Y 42% de la población. 

No nos llegó de golpe.  Fue una enfermedad silenciada que se acumuló sin pausa, al mismo tiempo que se generaban fortunas súbitas del estancamiento mediante el saqueo del Estado, como señaló Escribano. 

Esa concentración responde a un pensamiento que procura demostrar que el modelo económico que había logrado incluir al 96% de los argentinos estaba equivocado. 

Aquel modelo había comenzado, con los conservadores, como respuesta a la inviabilidad de la especialización en las materias primas para financiar el crecimiento. Un modelo cuyo éxito quedó demostrado en 30 años de Estado de Bienestar con crecimiento económico, diversificación productiva e inclusión social. 

Primero, con las armas, lo atacaron los guerrilleros que querían instaurar el socialismo y, en la práctica, lo liquidó la Dictadura con el pretexto de terminar con la guerrilla. Se instaló el Estado de Malestar en el que la pobreza y el extravío de la Justicia son consecuencias. 

Sembraron la muerte, el estancamiento y la exclusión, al tiempo que se formaban condiciones para forjar fortunas súbitas en la decadencia colectiva. 

La pandemia agrava las cosas, pero si no empezamos a resolver la pobreza y la justicia, seremos parte de las generaciones que perdieron una Nación de progreso heredada de los mayores. Seremos los malditos de la historia.